Epilogo
Las primeras dos semanas Edward se había quedado en
casa para ayudarme con los mellizos, era algo que le agradecía ya que aun era
una tarea con la que no me daba abasto yo sola, pero poco a poco me fui
adaptando a mi nueva rutina, me gustaba pasar tiempo con mis pequeños, entre
Ángela y yo bañábamos a los mellizos, era la sensación más hermosa, Evan me
había ayudado un par de veces y adoraba de que los hubiera aceptados tan bien,
pero claro no todo es perfecto y ese estado no le duro por mucho tiempo.
La semana había comenzado mejor que cualquier otra,
había ido a levantar a mi hijo ya que era hora de ir a la guardería, se había
resistido pero lo había logrado vestir, lo acompañe a desayunar algo que no
podía hacer casi nunca por la demanda de los mellizos, lo acompañe hasta el
auto con Edward y felizmente me dijo adiós, después de la escuela me acompaño
mientras alimentaba a su hermanita y me conto lo que había hecho, el martes fue
algo similar, el viernes me extraño ver que no había subido a saludarme como lo
hacía siempre, había preferido jugar un poco lo que no me pareció extraño, el
sábado fue un día familiar en el que intentamos estar un poco mas con él, y el
domingo lo habíamos pasado en casa de sus abuelos lo que pareció alegrarlo pero
no de la misma manera que solía suceder.
La siguiente semana fue completamente extraña, se
mantenía distante y bastante callado, me sonreía y abrazaba pero no de la misma
manera que lo hacía siempre, el viernes por la tarde mientras intentaba que
Derek volviera a dormir, lo vi sentado en el jardín jugando con un cochecito
ignorando a Max que giraba sobre el césped.
—Sucede algo Bells
—Te importaría asegurarte de este pequeño se duerma
sin despertar a su hermana— se lo entregue a Ángela con cuidado lo acuno y siguió
arrullando
—Desde hace un par de días esta como distante—
señalo viendo la figura de mi hijo
—Lo sé, y es lo que pretendo ir a averiguar, aun
faltan 3 horas para que sea hora de la siguiente toma, así que estaré con Evan
creo que lo he descuidado un poco
—No lo han hecho
—Estaré junto a mi pequeño—fui hasta el lugar donde
se encontraba y con sumo cuidado de no lastimarme me acomode junto a él
—Hola corazón
—Hola mami—me sonrió de manera apagada lo que me
rompió el corazón
—Que sucede mi amor—acaricie su mejilla y él se
retiro—paso algo en la escuela
—No
—Te duele algo
—No
—Entonces que es lo que te sucede corazón, esta
semana no me has contado lo que has hecho en la escuela y apenas estás conmigo
o tus hermanitos
—Ya no me quiedes— lo atraje a mi cuerpo
abrazándolo ignorando el dolor que había sentido en la herida que aun estaba en
recuperación
—Por qué dices eso
—Están más tiempo con ellos
—Corazón ellos son pequeñitos—levante su mentón
para que me viera directamente a los ojos—ellos no comen solitos, no saben ir
al baño, ellos solo saben llorar ya que no pueden hablar, es por eso que debo
de estar más al pendiente de ellos y tu eres su hermano mayor
—Mi papi no ha jugado comigo—acaricio las orejas de
Max que acababa de llegar junto a nosotros
—Mañana lo hará corazón
—Jugada comigo— su sonrisa me lleno de alegría, me
sentía mal porque no le estábamos dedicando el tiempo necesario.
Lo ayude a bañarse mientras disfrutaba de sus
anécdotas, el brillo en sus ojitos volvía a regresar aunque de repente se quedaba
calladito y volvía a sumirse en sus pensamientos, lo arrulle y pronto se quedo
dormido con su cabecita recargada en mi pecho; me separe de él al escuchar los
llantos de un par de angelitos comelones, Sophie era más exigente que Derek,
ella demostraba que no sería de un carácter dócil como yo, eso le sería de gran
ayuda ya que estaría vigilada por dos hermanos y por la genética serian celosos
y sobre protectores.
Después de toda nuestra rutina ambos volvieron a
quedarse dormidos, Ángela se fue a cambiar ya que esta noche tendría una cena
con Ben, me perdí observando el subir y bajar del pecho de Derek, era increíble
ver que yo había traído al mundo a otro par de pequeños perfectos
—Veo que llegue tarde de nuevo—me envolvió en sus
brazos besando mi cabello
—Ellos son puntuales en sus comidas—me gire sin
romper su agarre, me levante de puntillas y roce sus labios— ¿Mañana si te
tomaras el día?
—Claro, al menos un día a la semana lo pasare en
casa
—No precisamente— enarco una ceja— creo que sería
bueno que llevaras a Evan a algún lugar, que pasen tiempo juntos, había pensado
que podían ir a Central Park y llevar a Max con ustedes
—Pero pensé que podría ayudarte a bañar a los
revoltosos
—Evan está resintiendo la llegada de los mellizos,
se siente desplazado ya que ambos estamos más al pendiente de lo que sucede con
este par, tú no has jugado con él y eso ya esta le está afectando
—El…
—El es pequeño aun y merece más atención por parte
de uno de sus papás— su mirada abandono la mía para mirar al interior de las
cunas— pero si lo prefieres yo puedo salir al parque con mi hijo, solo quiero
ver cómo te las arreglas para alimentar a Sophie y Derek
—Creo que después de todo no soy tan buen padre—
enarque una ceja—cariño no me había dado cuenta de que no le estaba dedicando
el tiempo suficiente a cierto enano
—Los mellizos nos absorben de una manera
impresionante, debí de imaginarlo sabiendo que con uno es desgastante con dos
seria toda una aventura
—Una que disfrutaremos juntos— le di un pequeño
beso antes de sacarlo de la habitación, al cerrar la puerta escuche unos
pasitos acercarse al girarme me encontré con Evan que sonreía ampliamente,
Edward lo abrazo lanzándolo a los aires ganándose una enorme sonrisa
—Jugadas comigo como dijo mami
—Claro, mañana pasaremos un día solo de
hombres—bese la cabecita de mi hijo y me fui directamente a mi habitación a
recostarme un rato en lo que era hora de la cena.
Había tenido que aprender a dividir el tiempo que
le dedicaba a Evan con el tiempo que tenía que estar con los bebés, Evan se
había aprendido a ayudarme a alimentarlos, los llevábamos a mi habitación
mientras yo alimentaba a uno él se encargaba de que el otro tomara todo el
contenido de su biberón, claro que yo lo supervisaba.
Aunque amaba mi trabajo en este momento tenían más
prioridad mi familia, me hacían cargo los asuntos más relevantes pero desde la
comodidad de mi hogar, al menos de que se tratara de algo de suma importancia.
Lo que a mí me había tocado vivir durante mi infancia no quería que lo vivieran
mis hijos, el éxito era algo que había alcanzado pero en estos momentos me
importaban mas cuidar a 4 personas esenciales en mi vida.
Cada mes que pasaba amaba mas a mi familia, Edward
y yo nos divertíamos al ver las nuevas travesuras de los mellizos y claro de
nuestro hijo mayor que se divertía junto a nosotros disfrutando de las nuevas
asañas de sus hermanitos, el verlos caminar por primera vez fue una sensación
que había conocido hace cerca de 5 años con Evan, pero había disfrutado de ver
el rostro de Edward al verlo dar sus primeros pasos y que decir cuando dijeron
papá
Mantenía en brazos a Sophie que se resistía a
dormir, estaba entretenida jugando con mi cabello, que insistía en llevárselo a
la boca pero siempre la detenía logrando un hermoso pucherito de su parte
—Veo que eres la pequeña mas consentida y no
estás acostumbrada a un no por respuesta—le quite un mechón de mi
cabello de sus manitas—Creo que tu papá y yo tendremos una larga platica
al respecto, no consentirte tanto cariño
—Te aprovechas porque esta hermosura no puede
defenderse—en un abrir y cerrar de ojos mi hija había abandonado mis
brazos para estar en los de Edward que no paraba de besarla y hacerle
cosquillas a lo que ella reía
—Sabes que te has metido en una conversación de
chicas
—Es que le decías algo que yo no debía de
escuchar— comenzó a jugar con sus manitas, cuando estaba con cualquiera
de los pequeños centraba toda su atención en ellos y a mí me dejaba de lado.
—Si, le daba consejos sobre chicos—me burle
al ver que se giraba para verme con el rostro contraído
—Mi nena no saldrá con ningún niño, es mas ella
estudiara en escuelas exclusivas de señoritas
—¡Cullen!
—Es en serio cariño, esta princesita no saldrá
con ningún niño—comencé a hacerle cosquillas y hacerle gestos, ella reía
mientras movía sus manitas y sus piernitas, era la niña mas encantadora, un
sollozo me obligo a acercarme a la cuna de Derek, apenas lo tome en brazos y
sus sollozos desaparecieron como por arte de magia.
—Voy por los biberones—asintió sentándose
en la mecedora con Sophie en brazos, mientras yo seguía abrazando a mi pequeño—creo
que también debemos de asegurarnos de que tu hermano se haya dado un buen baño
Me asome a la habitación de mi hijo que dormía
cómodamente, lo dejaría dormir en lo que iba por los biberones, lo acomode en
su sillita mientras preparaba su comida, sus balbuceos eran hermosos, era su
manera de platicar, ya no aguantaba el día en que comenzaran a hablar, uno de
los biberones se me resbalo de las manos al escuchar un grito de Edward que me
paralizo, es que algo le había pasado a Sophie, tome torpemente a Derek y corrí
hacia la habitación pero me lo encontré bajando las escaleras
—Dijo papá—la sangre volvió a fluir de manera
normal como lo había hecho minutos antes, mi torpe esposo me había asustado, me
acerque hasta él y lo vi haciendo que Sophie repitiera nuevamente las palabras
y lo hizo, era una dulce voz
—Ya era hora de que comenzaran a hablar—toque
la nariz de mi hija sonriendo, bese la cabecita de Derek— y tu pequeño
cuando lo harás?, dime que al menos tu si podrías decir mami primero
—Dirá papá—dijo muy seguro de sí mismo si
quitar la enorme sonrisa que una sola palabra había logrado colocar en su
rostro.
Lamentablemente había perdido, Derek había dicho
papá antes que mamá, pero no era algo que me doliera, en realidad me agradaba
ver que ambos había dicho primero papá, Edward se había perdido las primeras
palabras y los primeros pasos de nuestro mostrito.
Derek había dado sus primeros pasos cuando intento
llegar hasta donde yo estaba, y Sophie había caminado para abrazar a Evan, ese
detalle me había hecho llorar, el saber que mi hija amaba de esa manera a su
hermano era algo que me llenaba de orgullo, Derek se divertía siguiendo a Evan
ya que había encontrado sus juguetes y por lo que había visto los encontraba
mucho mas entretenidos, pero era algo que a Evan no le simpatizaba mucho.
A los 11 meses un poco antes de que cumplieran el
año fuimos de vacaciones en familia, nuestras primeras vacaciones con nuestros hijos,
bueno junto al resto del clan Cullen y mi padre.
Carlisle había comprado una enorme propiedad en
Miami, era una mansión impresionante pero justa para toda la familia, los
abuelos estaban que no cabían de la alegría de ver a sus 5 nietos disfrutar de
la playa, Sophie y Derek se resistían a pisar la arena, aunque era fina ellos
no estaban acostumbrados a sentirla y eso parecía incomodarlos.
El primer día lo habíamos disfrutado en la piscina
ya que habíamos llegado cerca de las 5, pero el segundo día los habíamos
llevado a la playa, me había sentado con Evan a formar un castillo de arena, lo
intentamos construir un par de veces pero el resultado era desastroso
—¡Evan! — fue lo único que escuche antes
de que el pequeño cuerpo de Sophie callera sobre Evan un par de segundos
después Derek cayó sobre ellos, reí abiertamente al verlos en esa posición y
agradecí que Edward contara con una cámara para inmortalizar ese gesto.
—Mamá, quítamelos—chillo Evan que
intentaba liberarse de sus hermanos, los quite y ellos se fueron contra mi
derrumbándome
—Hey nada de aplastar a su mami—enarque
una ceja
—Evan, Sophie, Derek, vamos a juntar caracoles—mis
hijos corrieron junto a Esme que comenzó a buscar caracoles con ellos
—Mi madre esta más que feliz con sus nietos—me
gire para ver a mi esposo detrás de mí, palmee la arena junto a mí y se sentó
—Y ellos la adoran—rodeo mi cintura
besando mi hombro desnudo
—Te dije lo bien que luces en ese bikini
—¡Edward! —rodé los ojos
—Esta más hermosa que nunca, si el embarazo de
Evan te había resaltado ciertas cuervas este lo hizo aun más
—Me estás diciendo gorda—cubrí mi abdomen
con mis manos
—Tonta, estas perfecta, tus caderas se
ensancharon un poco, tus pechos aumentaron igual dando esa perfecta armonía a
ese escultural cuerpo que es la envidia de miles de mujeres
—De que hablas
—Sabes la cantidad de mujeres que después de un
embarazo sufren para recuperar su peso ya que quedan con mucho kilos de más—asentí—pero
ese no fue tu caso, quedaste con los kilos adecuados y los redujiste poco a
poco hasta dejar este torneado cuerpo, además de que algunas de las enfermeras
me han preguntado si te realizaste alguna cirugía
—No hablas en serio— lo mire sorprendida
—Te lo juro, eso me lo han preguntado un par de
veces, y solo les digo que todo lo que tienes es de manera natural, que tengo a
la esposa mas perfecta— se inclino haciendo que sus labios rozaron con mi oído
y acariciando el costado de mi cuerpo con sus dedos— este hermoso cuerpo me
sigue trastornando de una manera como no te lo imaginas
—Compórtate—golpe su mano intentando no
reír ante su actitud seductora
—Mamá los puede cuidar mientras tú y yo vamos a
jugar
—Tal vez y todo depende de la manera en que te
portes, puede que decida jugar esta noche contigo— me levante de un salto y
corrí hasta donde estaban mis hijos, abrace a Evan que era el que estaba más
atrás observando a un cangrejo, me gire para ver a mi esposo observarnos
—Ven papi —lo llamo Evan logrando que su
padre llegara junto a nosotros—mi abuelo dijo que ese es un canguejo
emitaño
La tarde la dedicamos a la recolección de
caracoles, Sophie y Derek iban tomados uno de cada una de mis manos dejando que
el agua que llegaba a tocar la orilla de la playa empapara sus piecitos, reí al
ver la carita de Derek cuando la arena se los cubrió, se había girado para
verme con los ojitos cristalinos, me incline, lo envolví en mi brazo y lo
levante para que viera que sus pies seguían en su sitio.
Habíamos cenado en el jardín dejando que los
pequeños se divirtieran jugando mientras nosotros disfrutábamos de la brisa y
el aroma tan característico de la playa, Carlisle mantenía su brazo sobre los
hombros de Esme que no dejaba de sonreír, mi padre hablaba de una manera
animada, Rose mantenía apoyada su cabeza en el hombro de su esposo, Alice le
indicaba a Jasper algo que estaba a su derecha, Edward mantenía mi mano entre
la suya, se la llevo a los labios captando mi atención
—Quieres ir a caminar un poco por la playa— me
gire hacia mis hijos, Evan tenía tomada la mano de Sophie mientras Derek, Alex
y Mady los perseguían
—Yo los vigilo—Esme se había inclinado
sobre Carlisle
—Gracias— me levante con la ayuda de
Edward, le di un último vistazo a mis hijos y me deje guiar por Edward, me
quite las sandalias y sentir la fina arena tocar mis pies.
Era una noche preciosa, la luna estaba en lo alto
en un cuarto menguante, entrelace mi mano con la de él, mi otra mano la envolví
en su brazo y deje descansar mi cabeza en su hombro bueno eso intentaba pero
soy un poco pequeña para alcanzarlo. Caminamos por un par de minutos donde el
agua tocaba nuestra piel, estaba un poco fría.
—Los niños parecen encantados con el lugar
—Es magnífico, Carlisle eligió un lugar
especial, libre del ojo público y seguro
—Es un abuelo consentidor, esta más que feliz
con sus 5 nietos, aunque si me permites decirlo él se desvive por dos pequeñas,
Mady y Sophie son su perdición
—Y Sophie también es la tuya amor
—Y hago mal
—Mi amor, si lo hicieras ya te hubiera dicho,
pero el mismo amor que le profesas a Sophie se lo demuestras a Derek y Evan
—Crees que soy un buen padre
—Eres el mejor, a pesar de estar cansado después
de una larga jornada de trabajo aun llegas a dedicarle tiempo a cada uno de
ellos, juegas con Evan en algún videojuego, a Derek lo acompañas mientras juega
con los bloques y tomas el té con Sophie
—No olvides a Betty y Dora—reí al
recordar dos de las muñecas de mi hija, con las que Edward tenía que tomar el
té
—Les dedicas tiempo y les demuestras tu amor de
esa manera, es muy valioso el tiempo que pasas con ellos.
—Y tú me hermosa esposa, eres la mejor madre— me
levante de puntillas para besarlo
—Hago lo mejor que puedo— me separe de el
entrando un poco al mar, el agua llego un poco más arriba de mis rodillas, lo
vi seguirme sin ocultar su sonrisa lo moje y un segundo después se había
abalanzado sobe haciéndome caer y empapándome por completo, emergí a la superficie
sin ocultar mi sonrisa
—Era lo justo, tu mojaste mi ropa, así que yo
podía mojar la tuya— deslizo sus dedos sobre la tela mojada de mi
vestido, detuvo sus dedos sobre mi seno derecho, eche mi cabeza hacia atrás
dándole acceso a sus labios, la intensidad de las caricias fue subiendo, los
besos eran más demandantes pero llenos de amor.
—Edward—coloque uno de mis dedos en sus
labios, frunció el ceño por detenerlo— creo que debemos de volver no
creo que hacer el amor en la arena sea lo más agradable
—Segura que soportaras hasta llegar a nuestra
habitación
—Puedo hacerlo cariño aunque no sé si tú puedas—deslice
mi mano hasta el borde su pantalón, lo vi aguantar la respiración por creer que
mi mano llegaría más abajo pero no lo haría
Llegamos a nuestra habitación sin encontrarnos a
nadie, todo parecía que todos se habían marchado a dormir o bien estaría en una
de las estancias más lejanas ya que no había ni un solo ruido, basto estar
dentro de nuestro dormitorio para dar rienda suelta a la pasión que estaba
invadiendo nuestros cuerpos, era un hecho de que ninguno de los dos nos
casaríamos de mantenernos juntos, sentía arder cada parte de mi piel que sus
labios habían tocado, un cosquilleo en la parte que sus dedos rozaban, me deje
llevar por el placer del momento, me sentía completa sabia que este era mi
lugar, estando con el todo seguiría estando perfecto.
Cinco años después las cosas habían mejorado, yo
seguí al frente de Diamont Co. Pero con el detalle de que mi trabajo era desde
casa, solo asistía una o dos veces por semana por las mañanas, también estaba
presente en las juntas de vital importancia para mi empresa, pero de ahí en
fuera estaba en mi casa junto a mi familia, mi tiempo estaba dividido entre 4
personas las más importantes de mi vida. Ayudaba en las tareas a Evan, jugaba
con los mellizos y claro cuidaba mi relación con Edward, decían que con el
tiempo ese fuego abrazador que ambos emanábamos se iría consumiendo pero debo
aclarar que es una mentira, el fuego seguían en el interior de cada uno es más
me atrevería a decir que crecía con cada minuto que pasaba.
Era viernes por la tarde y debido a una junta de
última hora me había visto obligada a cancelar la tarde de películas con mi
familia, estaba enojada por ese hecho ya que mis hijos habían esperado esta
tarde con demasiado entusiasmo y yo lo había arruinado, detuve el auto junto al
volvo de Edward, entre al interior de la casa y me encontré con un enorme
silencio, el jardín y la piscina estaban vacios los que me desconcertó ya que
sabía que debían de estar en algún lugar de esta casa, fui a mi habitación para
quitarme la ropa del trabajo y colocarme algo menos formal y mucho mas cómodo.
Me detuve en el marco de la puerta al ver a los 4
tendidos sobre la cama, Edward estaba en el centro, de su lado derecho estaba
dormido Derek apoyado en su pecho, Sophie del lado izquierdo y Evan del mismo
lado pero apoyado en su abdomen con las piernitas de Sophie sobre su
cuerpecito, le sonreí a Edward que se acababa de despertar
—Como te fue
—Lo mismo de siempre, un poco de gritos pero al
final todo ha salido como yo lo he decidido— entre al armario para buscar algo
un jeans y una blusa, me cambie de manera rápida y cuando regrese Edward estaba
terminando de acomodar a Evan sobre la cama, lo abrace por la espalda—Lamento
arruinar lo de esta tarde
—No te preocupes, ellos lo entendieron y ya que no
pudimos ir al cine decidimos rentar un par de películas, compramos palomitas,
papas, refrescos y dulces—enarque una ceja— no me veas así, es como si
estuviéramos en el cine
—¿Fueron al supermercado?
—Los lleve para comprar todo lo necesario para
nuestra noche de películas, pero debo de admitir que no lo volveré a hacer
solo, ese par de diablillos me obligaron a subirlos al carrito, como si fueran
mercancía
—Eres un hombre muy valiente— me reí escondiendo mi
rostro en su pecho, era verdad siempre que decidía ser yo la que iría al
supermercado me llevaba a Ángela para que me ayudara a controlar a los
mellizos, con Evan no había tanto problema— Nunca voy sola con los tres
—Y me lo dices ahora que lo he hecho, sabes que
Derek quiso esconderse en el refrigerador de los helados, ahora sabemos quién
es el responsable de los antojos de los helados de limón— me envolvió en sus
brazos para besarme
—No hagan eso, uhg— me separe de Edward y me reí al
ver a mis tres hijos despiertos, Derek tenía sus ojitos cubiertos por sus
manitas, Evan le cubría los ojitos a su hermanita mientras él los mantenía
cerrados
—Te recordare ese uhg en un par de años— señalo
Edward a Evan que siguió haciendo gesto
—Hey el aun es mi bebé—golpe su pecho—deja de decir
cosas como esas
—Amor el ya casi tiene 9 —lo abrace ignorando la
risa de Edward—Vamos a ver las películas
—¡Wall-E! — gritaron los tres al mismo tiempo,
abrace a mi hija que me había extendido sus bracitos, el otro par salió
corriendo para ganar el mejor lugar
—Papi no me quiso compa galletas—susurro mi pequeña
evitando que Edward la escuchara
—Ya habían comprado muchas cosas cielo, que dices
si me ayudas a preparar las palomitas—asintió aplaudiendo
Edward fue a revisar que Derek y Evan no hubieran
comenzado a pelear por el sillón que ambos preferían, con la valiosa ayuda de
mi pequeña pronto preparamos las palomitas y nuestra salsa especial, una que
nos fascinaba a todos, le di un tazoncito con dulces, todos fueron para
ayudarnos a llevar las cosas, nos acomodamos como solíamos hacerlo, Evan en el
sillón individual, en el siguiente los mellizos, en otro sillón bastante cómodo
nos acomodamos Edward y yo, la película comenzó y podía ver el rostro de mis
tres hijos, estaban encantados con la película, los más pequeños abrían sus
ojitos y sus boquitas a lo largo de la película, un par de sollozos se les
escaparon, era lo que disfrutaba ver la manera en que una simple película
lograba entusiasmarlos.
—Mamá, esa la hemos visto un millón de veces—señalo
Evan molesto
—Yo quiedo ve la de Peted pan— sonreí ante el mohín
de Derek
—Peo yo quiedo ve la bella dumiente—se había
cruzado de brazos haciendo un pucherito adorable
—Esa la vemos todos los días—gruño Evan mirándonos—
yo quiero ver la de Up
—Yo quiedo vel la de la bella dumiente—amenazo con
llorar
—Yo quiedo ve Peted pan—grito Derek levantándose en
el sillón
—Así no llegaremos a ningún lado, creo que lo
haremos de la manera que siempre tenemos que hacerlo
—¡Mami! —me incline para recibir en mis brazos a mi
pequeña que estaba llorando al no conseguir lo que quería, la acune en mis
brazos
—Cara o cruz— pregunto mi esposo a los dos pequeños
—Cruz— respondió primero el mayor, ambos observaron
como la moneda volaba y caía girando para ser cruz, el grito de Evan hizo
llorar al Derek que corrió a mis brazos
—Que eliges princesa—le pregunte ella solo señalo
una parte de la moneda dejando a su hermano con cara, la moneda se alzo
nuevamente en los aires y cayo para dejar como vencedor a Evan que comenzó a
brincar en el sillón debido a que había ganado, Edward intento abrazar a Sophie
que se aferro a mi blusa
—Hey si yo no he hecho nada
—Ya no te quiedo— le saco la lengua para volver a
ocultar su rostro en mi pecho
—Eso duele princesa—hizo un puchero dejando su
rostro delante del de nuestra hija que entrecerró sus ojitos para después darle
un beso y verlo sonreír, tomo a Derek y lo lanzo por los aires logrando hacerlo
reír también, la película comenzó y ambos dejamos a nuestros pequeños en
nuestras piernas mientras Evan se quedaba boca abajo sobre unas almohadas, poco
después de media hora ambos pequeños habían abandonado la comodidad de nuestras
piernas para acomodarse junto a Evan y Max
—Crees que en algún momento dejen de discutir por
algo tan simple
—No y creo que lo mejor es que nos hagamos a la
idea y claro el tener siempre una moneda
—Sh… no dejan escuchar—cubrí mi boca y la de Edward
ante la mirada reprobatoria de nuestro hijo, me pegue al cuerpo de mi esposo
mientras veía la película, un gritito por parte de los mellizos se escucho
cuando escucharon al perrito hablar
—Papi, Max tamien puede habla— la carita de ilusión
de Derek se desvaneció cuando ambos negamos, suspiro y recostó su cabecita en
el lomo de Max que se mantuvo quieto, adoraba ver la manera en que los tres
querían a nuestro perro, y Max a veces se comportaba como si fuera su niñera,
antes de dormir entraba a la habitación de Derek para después entrar a la
Sophie y finalmente ir a dormir junto a Evan.
Al terminar la película Evan estaba quedándose
dormido y el otro par ya estaba en el mundo de los sueños, ayude a levantarse a
Evan, murmuro un par de cosas pero se fue arrastrando los pies hasta su
habitación, Edward me entrego a Sophie y el se llevo a Derek, les colocamos sus
pijamas, encendimos su lamparita y salimos sin hacer ruido, fui a la habitación
de Evan para asegurarme de que estuviera arropado, pero me lo encontré tumbado
en la cama sin desvestirse, con ayuda de Edward lo cambiamos y lo metimos en la
cama, Max se acomodo junto a su cama para cuidar su sueño.
Nos fuimos a nuestra habitación, tome una ducha
rápida y me coloque un camisón de dos piezas, corrí a la cama cuando Edward
palmeo junto a él, me deje envolver entre sus brazos y sonreí abiertamente al
ver que había puesto nuestra película favorita "Orgullo y Prejuicio",
como siempre que veíamos una película solos jamás la lográbamos terminar de
ver, siempre encontrábamos algo mas interesante que hacer.
Me levante temprano zafándome del agarre de Edward
que dormía boca abajo pero mantenía un brazo rodeando mi cintura, hizo un mohín
pero agradecí el que no se despertara, fui a despertar a nuestros hijos quienes
en realidad ya estaban en la habitación de Evan halando en voz baja
—Se puede saber que hacen despiertos a esta
hora—sonreí ante su cara de sorpresa
—Queríamos despertar a papá—aseguro Evan tomando
una cajita forrada por él, los mellizos tomaron una cajita de zapatos
—Vamos antes de que se despierte—abrí la puerta con
cuidado para asegurarme de que aun estuviera dormido y seguía en la misma
posición en la que se había quedado, ayude a los mellizos a subir a la cama, me
mantuve de pie viendo como entre los tres se encargaban de despertarlo, se
cubrió la cabeza con la almohada
—¡Papi¡ — grito la pequeña al ver que Edward no
planeaba despertar, Derek y Evan tiraban de su playera para hacer que
despertarlo, creo que yo tenía un poco de culpa de que no se quisiera
despertar, le había dado una parte de su regalo justo a la media noche
—Edward— revolví su cabello ayudando a mis hijos a
despertarlo, se giro cubriéndose los ojos por la luz que se filtraba por la
ventana
—Feliz cumpleaños papi—Sophie fue la primera en
lanzarse sobre él, seguida por Derek y Evan, tome una foto de ese momento tan
especial, la sonrisa en su rostro era incomparable, se incorporo para recibir
sus regalos Evan le había comprado un libro que él deseaba, claro que me había
pedido un pequeño préstamo, los mellizos le entregaron su cajita de zapatos,
donde había una par de corbatas, dibujos y dulces.
—Muchas gracias— los beso haciendo que apareciera
una sonrisa en los rostros de nuestros hijos, su mirada choco con la mía, fui
hasta el armario y tome su regalo
—Feliz Cumpleaños amor—lo bese entregándole su
regalo, lo abrió ante la mirada curiosa de nuestros hijos, dentro de la caja
había una cadenita de oro blanco con un hermoso relicario delgado que se
desplegaba y dentro había una foto de cada uno, un estetoscopio nuevo debido a
uno que Derek había arruinado además de un par de cosas que yo sabía que el
necesitaba.
—¿Como supiste cual estetoscopio? — preguntando
tomándolo entre sus manos, era uno especial para cardiología
—No es en vano los 5 años que hemos pasado
juntos—tome en brazos a Derek para poder acomodarme junto a mi esposo— espero
que tengas energía porque hoy hemos preparado un gran día
—Ya recupere las energías, que perdí ayer por la
noche—sonrió de lado y yo solo rodé los ojos.
El primer día de escuela para los mellizos había
llegado, los había despertado antes de lo acostumbrado ya que hoy comenzaban la
primaria, como era un día especial los llevamos juntos en la camioneta de
Edward, Evan iba emocionado por ver de nuevo a sus amiguitos y a cierta pequeña
de la cual no paraba de hablar y se sonrojaba cuando le preguntaba por ella,
los mellizos parecían un poco asustados pero sabía que en el fondo estaban
tranquilos por saber que se tendrían uno al otro.
—Mami, Dedek me jalo el cabello
—No es sieto
—Que si
—Que no—apreté la mano de Edward mientras el
contenía las ganas de reír, siguieron así por un rato mas hasta que se cansaron
al ver que ninguno de los dos planeaba desistir
—¡Papi! —chillo nuestra hija
—¡Mami! — grito Derek
—Porque siempre pelean—gruño Evan que los veía
molesto
—Basta de gritos, se que lo hiciste amor, ahora
solo quiero que le pidas una disculpa a tu hermana— ella sonrió y le saco la
lengua
—Mami, Sophie me saco la lengua—rodé lo ojos
—Usted señorita dile a Derek que lo sientes por
sacarle la lengua
—No quiedo
—Sophie Cullen—enarque una ceja
—Peldon
—Tu me peldonas—pidió Derek, ambos asintieron y
siguieron como si nada, Evan dijo un par de cosas que no entendí pero se detuvo
cuando noto que lo observaba, la camioneta se detuvo lo que indicaba solo una
cosa, habíamos llegado a la escuela, bajamos a nuestros hijos
—Adiós mami, papá—se despidió Evan corriendo hacia
Luke y Steve dos de sus amigos
—Bueno amores vamos a su salón—Derek tomo la mano
de Sophie y caminaron delante de nosotros, salude a un par de maestras que
conocía gracias a Evan, conocimos a la maestra de los mellizos que de primera
impresión se me hizo perfecta, emanaba una paz y tranquilidad que daba
confianza
—Papi no quiedo quédame—vi a nuestra pequeña
abrazar las piernas de Edward, Derek por su parte estaba ya junto a un niño que
le mostraba los juguetes con los que contaban
—Hey princesa—me incline limpiando sus mejillas y
logrando su atención—te vas a divertir, además estará Derek que te cuidara y
Mady
—¿Mady? —asentí con una enorme sonrisa que ella
imito, Mady y ella eran muy unidas gracias a que ambas eran niñas y solo se
ganaban por un par de semanas.
—¡Sop! — me levante al escuchar la vocecita
inconfundible de Mady, que venía en los protectores brazos de Jasper y junto a
ellos estaba Alice, la pequeña Mady tenía sus ojitos rojos debido al llanto,
que estaba segura había cesado en cuanto vio a mi hija.
—Diviértete princesa—Edward la levanto del suelo
para poder besarla, hice lo mismo para después verla tomar la mano de Mady y
olvidarse de nosotros
—Derek—mi hijo corrió hacia mí, lo abrace y le di
un beso al igual que Edward, lo enviamos de regreso con su nuevo amiguito para
después marcharnos fuera de la escuela, Edward parecía no querer marcharse al
igual que Jasper pero los sacamos, nos despedimos ya que debíamos de ir a
nuestro trabajo
—Ella estará bien, es algo nuevo y como todo lo
nuevo da miedo—asintió apretando el volante con más fuerza de la necesaria
—Pero ella no quería
—Edward, Evan hizo lo mismo cuando lo deje por
primera vez en la escuela—suspiro sabiendo que era cierto, ese día el había
tenido que viajar por una cirugía por lo que no había podido asistir al primer
día de clases pero se lo había recompensado llevándolo por dos semanas y
recogiéndolo por un mes—te mentiría si te dijera que no me dolió dejarlo pero
lo hice aunque termine llorando en el auto
—¿Llorando?
—El llanto de cualquiera de mis hijos es suficiente
para provocar un inmenso dolor en mi interior, pero recuerda que es lo mejor
para ellos
—Derek parecía no importarle mucho
—El siempre ha sido más independiente, pero Sophie
esta mas acostumbrada a estar con uno de nosotros y es por eso que es más
difícil la separación
—Me tiene en sus manos no es así
—Completamente—le sonreí besándolo justo cuando
llegamos fuera de la empresa—que tengas un buen día y no olvides pasar por los
niños a la 1
—Entendido Sra. Cullen—rodé los ojos saliendo fuera
del auto.
Un par de meses después Alice anuncio la llegada de
un nuevo Cullen, no pude contener las ganas de reír ya que ella había jurado
que no volvería a tener un bebé, pero sabía que aunque ella lo había negado en
verdad es que lo deseaba, Emmett y Rose estaban en la búsqueda de un hermano
para Alex ya que sabían que le hacía falta alguien con quien jugar o por lo
menos con quien pelear.
Habían pasado diez años, se dice sencillo pero en
estos 10 años habían pasado una infinidad de cambios, adaptarnos a los cambios
que surgían día a día, Alice había tenido un niño por lo que Jasper estaba más
que feliz, mientras que Rose y Emmett habían conseguido un niño mas pero
estaban en la espera de su tercero o mejor dicho tercera lo que mantenía feliz
a Emmett. Por otra parte Ángela se había casado con Ben y ahora esperaban a su
primer hijo, aunque había dejado ser la niñera de mis hijos seguís siendo mi
amiga, Megan se había casado con Owen y tenían dos hermosas niñas de las cuales
yo era madrina de una de ellas, Hannah era una niña encantadora al igual que su
gemela.
Carlisle y Esme estaban completamente felices por
su gran familia, mis hijos adoraban a sus abuelos no había fin de semana en el
que no los vieran, mi padre se había vuelto a casar con una mujer 5 años menor
que el que había comenzado como su asistente, era una mujer trabajadora,
inteligente y muy cariñosa, ella se había ganado el cariño de mis hijos y mi
aprobación debido a su manera sencilla y desinteresada de mostrar ese cariño.
Aquí estaba delante del espejo terminando de
arreglarme ya que Edward y yo saldríamos a cenar, era una de esas noches en las
que solo queríamos pasar una velada en pareja sin nuestros hijos, no es que nos
disgustara tenerlos con nosotros es solo que siempre era bueno tener una noche
para nosotros sin la interrupción de nuestros hijos.
Cada vez que me maquillaba recordaba la cantidad de
veces que había encontrado a mi hija utilizando mis cosméticos, la primera vez
me había molestado un poco ya que le había prohibido que los tocara, pero con
su respuesta me había desarmado "Solo quiedo sed igual de bonita que tu
mami". Siempre había estado bastante ciega, me había creído las palabras
hirientes de mi madre cuando en realidad yo era una chica hermosa, es tonto
pero es ahora que me doy cuenta de lo hermosa que era en ese momento y sé que
lo sigo siendo, mi hija es la niña más bella que he visto y no lo digo solo
porque es mi hija es la verdad, su piel pálida como la porcelana, sus ojos
chocolate como los míos pero con la mirada intensa de Edward hacia una
combinación maravillosa, nuestros hijos cada día se convertían en los chicos
más guapos, muchas niñas estarían detrás de ellos, serian igual de guapos que su
padre, sin duda los genes Cullen eran los que predominaban en mis hijos.
—Diez dólares por lo que pasa por tu cabeza— sonreí
al ver a mi esposo terminándose de abrochar la camisa
—Solo recuerdo la vez que Sophie uso mis
cosméticos, tenía 4 años y ya está por cumplir los 10—revise el peinado una
última vez antes de ir por mi vestido—ahora págame, me debes 10 dos
—Podemos negociarlos—susurro rodeándome con sus
brazos
—No quiero perder la reservación, así que deja que
me vista—me robo un beso y fue por su corbata, me coloque un vestido por debajo
de la rodilla que se ajustaba a mi cuerpo.
Nos despedimos de nuestros hijos que se quedarían
en casa a cargo de una nueva niñera que habíamos contratado para estas
ocasiones, Evan era el único que había protestado ya que como se acercaba a los
16 se sentía todo un hombre, pero aunque sabía que era momento de darle mayor
libertad me daba miedo de saber que pronto el comenzaría a vivir por su cuenta
y que ya no nos necesitaría de la manera que lo hacía en este momento, era algo
que me costaría mucho trabajo hacerlo pero que en algún momento sucedería, solo
era cuestión de tiempo para que el comenzara a exigir la libertad de los chicos
de su edad.
Elegimos el restaurante en el cual habíamos ido a
cenar por primera vez, era un lugar hermoso como lo había sido hace mas de 10
años, cenamos mientras recordábamos algunas de las mejores anécdotas que
habíamos pasado antes de nuestros hijos al igual que con ellos, claro que con
ellos las anécdotas habían aumentado de una manera considerable, pedí pastel de
chocolate mientras Edward pay de limón.
—Después de tanto tiempo juntos aun no logro
descifrar tus pensamientos, además de que puedes llegar a ser una chica difícil
de leer
—Me alegro de saber que mis pensamientos siguen siendo
solo míos—le robe un trozo de pay
—A veces desearía poder leer tu mente y de esa
manera poder complacerte de la manera que te lo mereces
—Lo haces, siempre me has complacido de una manera
que no creí que alguien pudiera hacerlo
—Lista para marcharnos—asentí bebiendo lo que
restaba de mi café, pago y nos fuimos directamente al auto, me extraño ver que
tomaba otra ruta pero sabía que debía de tener algo en mente, se detuvo cerca
de central park.
Comenzamos a caminar por el hermoso lugar, me traía
tantos hermoso recuerdos, aquí en este sitio había sido donde ambos habíamos
tenido una conversación civilizada, yo no estaba en mi mejor momento y el
hombre que tenia a un lado me había salvado de perderme las maravillas que la
vida me tenían preparada.
—Recuerdas que fue aquí…
—La primera vez que me permitiste conocer un poco
de la verdadera Isabella Swan—rodeo mi cintura con uno de sus brazos por lo que
yo lo abrace.
—Creo que nuestra relación siempre fue diferente,
tuvimos un inicio poco usual, bueno podría decir que el peor, pero a pesar de
todo siempre nos mantuvimos unidos
—No dejaría que la única mujer que me había robado
la razón se me escapara, aunque estuve por hacerlo me alegro de que al final
todo se haya solucionado—beso mi cabello
—Fue en ese momento que supe que los finales de
cuentos de hadas nunca existieron—levante mi rostro para encontrarme con la
mirada curiosa de mi esposo— todos en algún momento tenemos la esperanza de que
nuestra vidas serán como en los cuentos, pero eso al final es una farsa
—Bella…—coloque uno de mis dedos sobre sus labios
—Los cuentos nos muestran que después de lo malo
viene lo bueno y lo que nos hará felices por el resto de nuestras vidas, pero
no es así, amo nuestra relación porque a aunque hemos tenido nuestras diferencias
nos han enseñado a fortalecernos como pareja, a ser mejores personas y acomodar
nuestras prioridades—lo bese sutilmente al saber que su mente lo estaba
enviando a un lugar equivocado.
—En la vida no todo es color de rosa, siempre tiene
sus complicaciones y eso es lo que la hace más interesante, además de que debo
de decir que el discutir NO es lo que mas me gusta, si encaja en una mis cosas
favoritas
—Así que te gusta pelear conmigo—fruncí en ceño, se
coloco delante de mi envolviendo en sus brazos
—Lo que amo son lo que viene después de las peleas,
las reconciliaciones son las mejores, me encanta sentir cada parte de tu
cuerpo, tus besos y las caricias—roce su pecho con mis dedos logrando que
dejara escapar una risita—eres una mujer inteligente, cariñosa, audaz, capaz,
sensible, fuerte, apasionada y entregada
—Wow, creo que soy casi una gran mujer—negué
sonriendo—solo intento ser lo mejor para mi familia
—Y lo eres mi vida, en todos estos años no hay una
sola queja, los niños saben que cuentan contigo para cuando te necesiten y eso
solo lo logra una mujer que ha estado con ellos en todo momento, eres la mejor
madre, si me permites compararte…—enarque una ceja ya que el sabia que lo mas
odiaba era que me compararan
—Edward…
—Amor, solo quiero decirte que si tengo que
compararte con alguien, me atrevería a decir a que me recuerdas a Esme, ella
siempre estuvo con nosotros en los momentos más significativos de nuestras
vidas, de la misma manera que tu lo has hecho con nuestros hijos— me presiono
mas contra su cuerpo, besando mi nariz
—Creo que es la primera vez que me gusta una
comparación, aunque creo que Esme es mucho mejor
—Mi madre y tú son muy similares, aunque no lo
quieras ver
—Ella es la mujer que fue como una madre para mi,
gracias a ella supe cómo cuidar de una manera adecuada a nuestros hijos— hundí
mi rostro en su pecho
—Ella puede que te haya dado un par de consejos,
pero el hecho de que seas una excelente madre corre por tu cuenta, les dedicas
tiempo a cada uno, has estado con ellos en los momentos más importantes para
cada uno, estuviste en la primera presentación de ballet de Sophie
—Estuvo aterrada y no quería salir ya que pensaba
que podía equivocarse y los demás se burlarían de ella
—Pero tú le diste la fuerza y la confianza para
destacar y se la mejor en esa presentación, gracias a ti es una maravillosa
bailarina, también eres la responsable de que Evan y Derek sean de los mejores
en Futbol americano y Hockey, el primer partido de cada uno estaban nerviosos y
aunque yo intente reconfortar a los chicos, ellos solo estuvieron tranquilos
cuando tu dijiste que todo estaría bien y que estarías con ellos
—Pero no estás enojado
—Mi vida jamás me enojaría por algo así, yo soy
parte importante en la vida de mis hijos, con Evan y Derek es diferente con
ellos puedo tener una relación más estrecha debido a que son hombres, ellos me
hablan de cosas que contigo les daría pena, me dejan estar en una parte de su
vida que es importante y eso recompensa esos pequeños detalles, además yo se
que el amor de una madre es incomparable
El viento nos golpeo con fuerza, pero nada en este
momento sería capaz de arruinar lo que teníamos, envolví su cuello con mis
brazos, estábamos cerca de una de las fuentes donde a lo lejos pudimos ver a un
par de parejas jóvenes que disfrutaban de la tranquilidad de la noche; deje
escapar un gritito de emoción, había comenzado a nevar, una risita se escapo de
los labios de mi esposo
—Mi vida, sigues siendo como una niña, me recuerdas
la primera vez que los mellizos vieron nevar
—No lo puedo evitar, a estas alturas deberías de
estar acostumbrado a las acciones infantiles de tu esposa—atrape sus labios con
los míos, disfrutando de la sensación que había en esa simple acción, los años
podrían seguir pasando y el amor que sentía por el hombre que tenía en mis
brazos seguiría siendo el mismo.
Me perdí en su mirada, poco me importo el vernos
envueltos en los pequeños copos de nieve que caían sobre nosotros, después de
10 años aquí estábamos uno junto al otro y sintiendo un amor como el que nos
profesábamos en un principio de nuestra relación, agradecía el momento en que
decidida ir a ese bar y lo vi por primera vez, cuando acepte su ayuda y sobre
todo esas dos veces que le permití entrar en mi vida, gracias a él había
conocido el verdadero significado de la palabra felicidad, había conocido la
dicha de ser madre y sabía que era junto a él que pasaría el resto de mi vida.
Las palabras siempre salían sobrando entre
nosotros, bastaba una mirada, una caricia o un beso para demostrar ese amor
profundo que nos profesábamos, la vida seguía y sabia que aunque los años
siguieran transcurriendo siempre estaríamos juntos, ambos habíamos logrado
vencer las pruebas más difíciles que cualquiera hubiera imaginado y aun así
habíamos logrado estar juntos, es por eso que estaba segura que lo que nos
esperaba en un fututo seria igual o mejor aun de lo que había sido hasta ahora.
Mi vida siempre estuvo dirigida a ser una farsa y
vivir entre mentiras y superficialidades pero yo lo había cambiado y no me
arrepentía del cambio que había realizado en ella, había conocido el amor más
puro que pude imaginar, y no me refiero al amor de mi esposo si no al amor
desinteresado y sincero de mis hijos, la razón que daba ese sentido inigualable
a mi vida, este era el nuevo comienzo para una nueva etapa que estaba lista
para enfrentar.
FIN
Me gustó mucho leer esta historia. Muchas gracias por compartirla. Saludos.
ResponderBorrarMe encanta tu historia ya la había leído disfruto releerla escribes muy bien te felicito👏👏
ResponderBorrarMe encanta tu historia ya la había leído disfruto releerla escribes muy bien te felicito👏👏
ResponderBorrarMe encanta
ResponderBorrarGracias Monc, lamento no responder antes. La historia esta siendo editada y publicada de nuevo en FF. Espero dentro de poco ir subiendo a la par los capítulos aquí.
BorrarSaludos!
me encantooo graciass
ResponderBorrarGracias Francis, esta siendo editado y mejorado. Se esta publicando actualmente en FF.
BorrarSaludos!
Ame la historia y he estado siguiendo lo que editaste. Te felicito!
ResponderBorrar