PRÓLOGO
Aparte la mirada de la pantalla reclinándome en la
silla y pasando la mirada por la oficina exquisitamente decorada, recorrí la
suavidad de la madera del escritorio con la yema de mis dedos hasta chocar con
una pluma Montblack, un regalo de mi padre solo porque ya tenía demasiadas y yo
ninguna.
Mi padre un empresario multimillonario y mi madre
es una mujer de alta sociedad. Por lo que me convierte en una chica envidiada
por el simple hecho de portar el apellido Jassen.
Para muchos mi vida era perfecta, pero para mí, la
peor pesadilla. Una muestra era que yo no tenía elección sobre mi vida, hasta
el momento mi padre era quien tiraba de los hilos como un titiritero y yo
estaba agotada de ser solo una marioneta que debía de seguir un guion. Hasta el
momento era algo que había permitido porque parecía ser la única manera de
recibir un poco de atención de su parte, pero de nuevo estaba equivocada ellos
continuaban siendo fríos e insensibles cuando nos encontrábamos a solas. Nuestra
familia era una mentira una que me encargaría de dejar al descubierto.
Mi madre una mujer fría e insoportable —debo de
admitir— siempre le importaban mas las reuniones y estar enterada de las
novedades —chismes— siempre había algo más importante: una mañana en un
exclusivo spa, desayuno con las amigas, tarde de compras y una noche en una
cena de beneficencia nunca unos minutos para mi, al inicio me lastimo, después
aprendí a vivir con ello, como con todo lo demás.
Ante los ojos de los demás éramos una familia modelo,
donde los valores reinaban, había una comunicación maravillosa y teníamos
intereses mutuos, pero eso no era nada más que una máscara que mostrábamos ante
todo nuestro círculo. La realidad era muy diferente, nunca pasábamos tiempo
juntos debido a los constantes viajes de mis padres ya sean de negocios o de
simple placer, en lo que yo rara vez era incluida, las largas horas de trabajo
de mi padre y las interminables reuniones sociales de mi madre.
Sabía que la actitud que había adoptado hace unos
meses era autodestructiva, deje de lado en lo que realmente creía para
convertirme en una más: era altanera, fría, egocéntrica y superficial…
exactamente lo que se esperaba de mí. En esta parte del camino ya tenía un
nuevo rumbo definido, uno que era mío y no uno que mis padres habían creado
para mí. Lo único gratificante es que conseguiría mi ansiada libertad.
...
me agrada tu historia, la empecé a leer hace como un año, tal vez más pero nunca la pude terminar por los problemas de plagio que tuviste pero me alegro de haberla encontrado finalmente y ahora sí poder terminarla
ResponderBorrar:)
Gracias Zil por leer mis locuras y espero que disfrutes de la lectura.
BorrarBuen inicio de semana!