Protegiendo a un playboy: Capítulo 10




 ¿Qué te propones?

BVOP

El alejarme de Edward representaba un descansa bien merecido, pero él era mi responsabilidad y no podía imaginar que algo le pasara durante mi ausencia ¿Cómo podría explicarlo?

—El estará bien. —asentí con desgana.



— ¿A dónde vamos? —pregunte al ver que comenzábamos a dejar la ciudad y nos dirigíamos a la autopista.

—Port Angels.

Proteste inventando las escusas mas tontas para que volviéramos, pero ellas me ignoraron y siguieron como si nada sucediera. Cada minuto me sentía más inquieta de imaginar a Edward desprotegido y la merced hasta del asesino más inexperto.

—Deja de pensar en Anthony. Cuando te vea de vuelta no te reconocerá. —ambas me dedicaron una sonrisa y bajaron del auto que Rose había estacionado frente a una Boutique.

—Primero iremos al salón, después de compras porque necesitas una renovación de guardarropa, seguido de un masaje y finalmente nos alistaremos para el baile de esta noche. —dijo Alice con rapidez y completamente entusiasmada.

Intente escapar más de una vez, pero todas las veces fui descubierta y no podía usar alguna de mis tácticas para escapar ya que haría que las chicas sospecharan de mi y es lo que menos deseábamos.

En el salón me hicieron un recorte de las puntas del cabello y me aplicaron un tratamiento para que recuperara su brillo mientras que me arreglaban las uñas, tenia tanto sin dejarme consentir de esta manera que por un rato me olvide que no debía de estar en ese sitio.

Las compras nunca me habían gustado y esta vez no había sido la excepción, las chicas me habían hecho probarme infinidad de ropa, vestidos, faldas, jeans, blusas y playeras que se ajustaran a mi cuerpo y no como la ropa holgada que solía llevar.

—Esto no es mi estilo. —proteste con un vestido negro que se ajustaba a mi cuerpo y que dejaba bastante piel al descubierto, mucha más de la que me gustara, me hacía sentirme desnuda.

—Te ve preciosa, eres una mujer hermosa y más de una desearía tener el cuerpo que tú posees, es por eso que no entiendo porque lo ocultas bajo esas prendas horrorosas. — decía Rosalie mientras miraba un par de vestidos.

—Es obvio que algo pasa entre Anthony y tú. Sé que los primero meses son como un cuento de hadas y después comienzas a conocer realmente al hombre con el que te casaste y puede resultar algo desquiciante, pero Anthony es un buen hombre. — me dijo Alice que estaba parada detrás de mí, pero que me miraba por el espejo en el que me estaba observando.

—El compartir una vida con alguien suena simple, pero ahora veo que no lo es. —deje escapar un resoplido.

—Jasper y yo hemos tenido nuestros problemas, pero los hemos resuelto, hablando de todo lo bueno y… sobre todo lo malo.

—Emmett solía dejar su ropa regada por la habitación y la toalla mojada en el suelo del baño, creo que pensaba que por obra de magia aparecía seca y en su lugar. —murmuro Rose mirándose en el espejo con un vestido rojo que le sentaba bien. — al principio se molesto cuando comencé a dejar sus cosas, pero pronto comprendió que había tareas que debía de hacer, que era su esposa mas no su criada.

—Seria tan bueno que Anthony ayudara un poco más.

— ¿Pero el día que estaba haciendo las labores? —me recordó Rose.

—Una puesta perdida y de la que me arrepentí, ocasiono mas desastres que otra cosa y no sé si lo hizo porque realmente no tiene idea de las cosas o solo para que yo no lo volviera a dejar hacerlas.

—Evita hacerle las cosas tan fáciles, deja que comience a arreglárselas por el mismo, se que al principio será un desastre pero veras como el solo comprende que hay cosas que él debe hacer por sí mismo. Ahora Emmett no deja nada en el suelo.

—Sabes que también fue porque sabe que si lo hace debe de comprarte una nueva prenda de ropa. —la rubia sonrió complacida y yo mire a Alice que parecía divertida.

—Y siempre debes de elegir la más cara, así el sabrá quien manda. —solté un resoplido,

Para ella podía funcionar porque ambos eran como cualquiera, pero Edward era un millonario al que no le importaba gastar una cantidad estratosférica de dinero. Era bien sabido que a sus conquistas las llevaba a los mejores lugares y que gastaba millones en regalos caros. Edward no era como Emmett o Jasper.

La tarde paso más rápidamente de lo que esperaba, el estar con las chicas me resulto completamente agradable.

A ir de regreso no paraba de sentirme como una muñeca, odiaba arreglarme tanto porque no me gustaba llamar la atención, muchas veces me habían dicho que debía de resaltar mis atributos, pero yo esperaba que las personas se fijaran en cómo era yo en realidad y no solo en la apariencia, eso no indicaba nada y lo había comprobado con Edward.

—Anthony se quedara con la boca abierta— murmuro Alice saltando del auto.

— ¿Llegamos? —Rose asintió saltando fuera del auto, por lo que ni tuve más opción que seguirla.

Me mantuve detrás de ellas y mi respiración se detuvo al ver que estaba con los chicos esperando por nosotras, una sensación de bienestar al ver que nada le había pasado, pero todo se vino abajo cuando note que él no desperdiciaba el tiempo, bastaba con ver la manera en mirar a algunas de las mujeres para darse cuenta de que parecía buscar una candidata para disfrutar su estancia en Forks.

Sin poder contenerme me encaje las uñas en las palmas, y respire profundamente contando mentalmente intentando que mi enfado no se notara, pero este desapareció súbitamente cuando una extraña vocecita resonó en mi cabeza diciéndome que tal vez Edward me reconocería con este aspecto ¿Recordaría a la chica de la que se había burlado en aquel bar?

La voz de Jasper lo hizo posar su mirada en mi y sentí su escrudiño un nerviosismo que no demostré. Quise sonreír de manera triunfal cuando note que había despertado su deseo, pero eso solo era un problema, no podía mezclar las cosas, además de que para Edward yo solo sería un juego y yo buscaba algo más serio, alguien que de verdad me quisiera.

Alice fue la que hablo al notar que ninguno de los decía nada, mordí mi labio suavemente y él se acerco a mi rodeándome con sus brazos pero no permití que nuestros cuerpos se unieran, tenía que mantener las barreras formes. Solo agradecí y sonreí de manera fingida.

Emmett nos obligo a entrar, apenas había dados unos pasos cuando Edward me tomo de manera posesiva dejando claro que le pertenecía ¿Cómo si eso fuera posible? Tenía que asegurarme de que nada había pasado durante mi ausencia, no pidió esperar hasta llegar a casa para saber que las cosas habían ido bien y que no se había dejase al descubierto, sabía que la manera de obtener una respuesta verdadera era nublando sus pensamientos un poco, de esa manera no podría pensar en una mentira para cubrirse, además de que quería confiar en él: lo abrace y me levante de puntillas para dar una apariencia de intimidad, algo que se suponía lógico cuando habíamos pasado toda la mañana lejos.

— ¿Hay algo que deba de saber? —pregunte esperando algún cambio que lo delatar, su mirada era serena, su rostro no mostraba ningún cambio, al parecer todo había ido bien y no tenía nada de qué preocuparme, podía confiar en el después de todo. —Confió en ti Anthony, no me defraudes.

— ¿Te importo? —preguntó sorprendido.

—Eres mi responsabilidad, si estoy aquí es solo para protegerte— le dije segura, dejando que mi voz no me delatara.

Él no debía de saber lo mucho que me afectaba y lo nerviosa que estaba de tenerlo cerca, cada día que pasaba se me hacia mas difícil el mantener las barreras firmes y no dejar que el me hiciera daño, porque sabía que si lo dejaba entrar en mi vida el solo me lastimaría, solo estaría conmigo mientras estuviéramos en este pueblo, pero cuando las cosas se arreglaran y el volviera a su vida normal me echaría de ella y se olvidaría de mi. Yo no merecía ser usada, yo merecía mucho más.

Sin decir una sola palabra me separe de él y seguimos a Rose y Emmett, nuestros amigos parecían complacidos por la escena de hace unos momentos, pero era una farsa, una que estaba resultando ser un verdadero reto más que debía de cumplir hasta el final si quería obtener un ascenso, debía de recordar que esto lo estaba haciendo por mí.
Emmett comenzó a contar lo que habían hecho durante la mañana y lo mucho que se habían divertido de ser solo chicos, algo que según el debían de repetir más a menudo.

—Marie, parece que hoy eres el centro de atención. —soltó Alice con una sonrisa señalando a sus espaldas, me gire lentamente y note varias miradas puestas en mi.

—Pierden su tiempo, esta hermosa mujer es mía. —Edward apoyo su brazo sobre mis hombros obligándome a acercarme más a él para dejar en beso en mi coronilla.

Al principio Edward se había mostrado algo descontento con la cena, no eran los platillos a los que él estaba acostumbrado a comer durante un baile y el vino no había sido el mejor. Le había dado un pisotón y él me miro molesto.

—Come y deja de hacer gestos. —le dije en un susurro.

—Si muero será tu culpa. —sentencio tomando una bocanada de aire y metiéndose un trozo de carne a la boca.

Sus palabras habían tenido más de un significado en mí, no solo de la comida si no de que si algo le llegaba a pasar la única culpable seria yo, el solo imaginar que algo le sucedía me hizo helar la sangre.

Quite esas estúpidas ideas y continúe participando en la conversación de las chicas y note con agrado como Edward estaba devorando su plato, parecía que él y Emmett estaban en una competencia de quien comía mas, ambos ya iban por su segundo plato.

Me disculpe para ir al tocador, en el camino busque las salidas de emergencia e intente buscar un rostro familiar, este lugar seria excelente para acabar con Edward había mucha gente y con el disturbio el asesino se podía perder fácilmente, así que no podía dejar nada fuera.

Me lave las manos y retoque mi maquillaje, me quede con el labial en las manos y mirando mi nueva apariencia.

—Te vez sorprendente. — dijo Jessica mi vecina que acababa de entrar al tocador.

—Gracias.

—Cuando te vimos entrar no podíamos creer que fueras tú, el cambio es tan notable y favorable. Ahora entiendo porque tu esposo no puede dejarte sola, además de que esta noche será bastante dura para él. —enarque una ceja al no comprender. — Desde que llegaron no ha dejado de lanzar miradas asesinas a todo aquel que te mira y aun faltan algunas horas, pero sé que se lo recompensaras.

—El sabe que no tiene de que preocuparse. —me encogí de hombros cerrando mi labial y regresándolo a mi bolso. —Nos vemos después.
Me encamine hacia la mesa donde aun seguían todos y Edward sonreía de algo que al parecer le acababan de decir, quien lo viera en estos momentos no pensaría que era el millonario con el que habíamos hablado hace poco más de un mes para sacarlo de la ciudad. El cambio era notorio, pero de repente se mostraba como en realidad era.

—Hola. —me gire al escuchar una voz a mi espalda. —Desde que llegaste no pude quitarte la vista, ¿Eres nueva en la ciudad?

—Lo soy. Si no me has dejado de ver, creo que te has dado cuenta de que no vengo sola. —levante mi mano izquierda y le mostré la alianza.

—Se que eres casada, pero eso no impide que nos conozcamos. Mi nombre es Mathew —extendió su mano y yo la estreche con suavidad, la música comenzó a sonar haciendo que muchas parejas se levantaran a bailar, en ese instante me gire para ver que Edward estuviera bien. — ¿Bailamos? —se había acercado bastante a mi rostro y no soltaba mi mano.

—No sé a qué clase de mujeres estés acostumbrado, pero está claro que yo no soy una de esas.

—Vamos, es solo un baile. —tiro de mi para llevarme a la pista, pero yo no me moví. —Tu esposo no se molestara.

— ¿Estas seguro de ello? —me estremecí al sentir una mano rodear mi cintura y como el hombre soltaba mi mano y se alejaba unos centímetros.

—Solo es un baile.

—Mi mujer parece haber dicho que no, así que déjala tranquila antes de que te parta la cara por tocarla. —le gruño y parecía verdaderamente molesto.

El hombre se dio media vuelta y desapareció entre las mesas. Edward me llevo a la pista, una de sus manos se acomodo en mi cintura mientras la otra tomaba firmemente mi mano y me guiaba en los movimientos.

—Te sonara extraño—levante la mirada y note como su mirada mostraba incertidumbre— Juraría que ya te he visto antes, pero por más que intento recordar no sé de dónde.

Aparte la mirada y busque a nuestros amigos que también bailaban, el parecía acordarse un poco de mi, pero agradecía que no lo hiciera, no creía poder soportar la idea de que él se burlara de nuevo de mi.

— ¿Ya nos habíamos visto antes? —pregunto alzando mi rostro.

—No lo creo. —corte encogiéndome de hombros.

Bailamos un par de melodías mas y después regresamos a nuestra mesa, nuestros amigos ya estaban ahí y ellas me sonrieron y note que los chicos le hacían una señal a Edward ¿Es que acaso ellos estaban ayudando a Edward?

Cuando salimos del salón nos fuimos con Emmett y Rose, y en el camino me entere de que iríamos a acampar ya que los chicos querían ir de caza, mire a Edward que asintió y le siguió la corriente a Emmett, per podría apostar de que Edward no tenía idea de lo que era dormir en una tienda en el duro suelo.

—En la semana les avisaremos que haremos el siguiente sábado. —dijo Rose cuando ya estábamos fuera del auto y con las bolsas de compras en las manos.

—Nos vemos y gracias. —me despedí de ambos y caminaos a hacia nuestra casa al tiempo que escuchábamos el vehículo alejarse.

Cuando ya estuvimos dentro accione el sistema de alarme y respire tranquila de saber que todo estaba en perfecto orden, que el estar fuera todo el día no había sido un desastre y que sobre todo podía comenzar a confiar en que Edward no haría una estupidez.

En la mesita estaña un ramo de flores de diferentes colores y una caja de chocolates lo que era extraño.

— ¿Qué es eso?

—Son flores y chocolates. —contestos con arrogancia. —Pensé que los conocías.

—Sabes a lo queme refiero. —lo mire molesta por regresar a ser el engreído millonario.

—Los chicos piensan que hay problemas entre nosotros y pensaron que esos regalos que gustarían, así que son tuyos. —me los señalo para después marcharse a la cocina. —podrías poner las flores en agua y fingir que te gustaron.

—No tengo otra opción—le grite al tiempo que subía las bolsas a mi habitación y volvía a bajar con mi pijama habitual. Puse las flores en agua y me senté junto a Edward que veía un programa donde lo estaban nombrados y como el millonario seguía vacacionando o más bien estaba manteniéndose al margen para llegar al juicio.

Subí las piernas al sillón y abrí la caja de chocolates y comencé a comerlos.

Ninguno de los dos decía nada, solo le ofrecí un chocolate que acepto. Cuando el programa termino ambos nos fuimos a nuestra habitación.

Al día siguiente me sorprendió levantarme y encontrarme con el desayuno preparado. Edward estaba sentado en su lugar habitual leyendo el periódico que solo parto cuando fue consciente de que estaba ahí.

—Buenos días. Pensé que no te levantarías. —mire el reloj y comprobé que eran apenas las ocho y media.

— ¿Quieres envenenarme o drogarme? —pregunte con los ojos entrecerrados.

— ¿Por qué piensas eso?

—No entiendo porque te levantaste temprano e hiciste el desayuno… ¿Cómo es lo que preparaste? —pregunte recordando el desastre de la primera vez que había intentado preparar una comida.

—Acepto que la vez pasada fingí no saber hacerlo para que tú lo hicieras, me gusta tu comida. —abrí los ojos con sorpresa y contuve de que mi boca se abriera ligeramente ante sus palabras, me pellizque para comprobar que no estuviera dormida y el solo frunció el ceño.

— ¿Qué haces? —se aparto ligeramente cuando toque su frente para comprobar que no tuviera fiebre.

—Es que has aceptado que te gusta como cocino, no puedes ser Edward. —soltó un bufido y se levanto dejando el periódico de lado, le di una hojeada rápida pero no encontré nada fuera de lugar que indicara que la misión se hubiera complicado.

Desayune con un poco de recelo lo que él había preparado, pero termine comiéndolo con ganas ya que estaba bueno.

Si ese día me había sorprendido es que no sabía lo que me esperaba el resto de la semana, se había acomedido a las tareas domesticas aun cuando me había negado con temor de que echara la casa abajo, pero había sido cuidadoso. Se había mantenido bastante tranquilo para mi gusto y había dejado de hacer sus comentarios despectivos para comenzar a preguntar cosas más simples y personales.

Era miércoles y estaba acomodando la cocina cuando Edward irrumpió y comenzó a preguntarme por lo que me gustaba hacer y como pasaba mis ratos libres cuando no estaba trabajando, como era un día como la agente Isabella Swan. Pero no solo se limito a preguntar también comenzó a contarme cosas de su vida y detalles simples que había pasado de largo, algunas de las cosas básicas las conocía por un informe que me habían entregado, pero era interesante ver como Edward comenzaba a abrirse.

El jueves por la mañana nos avisaron que el sábado iríamos a un lugar a relajarnos que comeríamos al iré libre, nos pusimos de acuerdo en que llevar y el viernes fuimos de compras para tener todo listo para los sándwich que teníamos que preparar.

El viernes como cada noche nos sentábamos frente al televisor y veíamos las noticias financieras, y un programa de espectáculos que según Edward era para cerciorarse de que sus cosas estaban bien y que el que estuviera usurpando su lugar no se pasara de listo. Estaba el programa a la mitad cuando sentí su mirada puesta en mí.

— ¿Qué ocurre? —enarque una ceja.

—Me mentiste. —lo mire extrañada ante sus palabras. —dijiste que no nos conocíamos, pero sabes que sí. Durante toda la semana intente recordar de donde y finalmente lo sé. Eres la chica del bar.

— ¿tenia algo de relevante que lo supieras? —pregunte dándole la menor importancia y regresando la vista al televisor, sabía que parecía tranquila como si de verdad no me importara, mas estaba completamente nerviosa porque el sabia quien era, me había reconocido y se burlaría de mi.

— ¿Por qué te fuiste? —pregunto tomando mi barbilla obligándome a verlo.

— ¿Por qué me quedaría? —conteste con otra pregunta.

—Por mí. —solté una carcajada y me levante de un salto. Era increíble el ego tan grande que tenia, hubiera querido que lo esperaba mientras el seguía flirteando con esa modelo por la que me había cambiado.

— ¿Por ti? —apreté los puños y me contuve de no darle un golpe como se lo merecía. — No soy como cualquiera de las chicas a las que estas acostumbrada.

—Eso lo supe, es por eso que…

— ¡Que me dejaste como una estúpida! —chille furiosa, cada segundo se me hacia mas difícil el no lanzarle un golpe y dejar que su perfecta cara ya no lo fuera tanto.

—Regrese pero ya no estabas. —se levanto y se acerco unos pasos, pero yo retrocedí. —No sabía tu nombre y no tenia manera de localizarte.

—Jamás en mi vida me habían humillado de la manera que tu lo hiciste. ¿Creíste que esperaría para ver si la modelo te rechazaba y decidías volver conmigo?

—Yo…
—Ahórrate tus disculpas, es un episodio que había borrado y que no deseo recordar. —di media vuelta para ir a mi habitación, pero antes de salir de la sala me gire para verlo aun de pie mirándome. — Puede que estés acostumbrado a que las chicas esperen por ti por si cambias de opinión, pero yo tengo dos cosas que a la mayoría de tu conquista les falta: cerebro y dignidad.

Después de esas palabras comprobé que la alarma estuviera puesta y que todos estuvieran en su lugar para encerrarme en mi habitación. Tenía que recuperar el sentido común, debía de recordarme porque estaba ahí, no podía permitir que el notara lo mucho que me afectaba el tenerlo cerca.

Me levante a la mañana siguiente prepare el desayuno y comencé a preparar los sándwiches que me habían pedido, los metí en una pequeña cesta donde había fruta y galletas.

La hora del desayuno transcurrió en silencio y resultaba incomodo después de la semana en la que no habíamos parado de hablar, podía decir que ambos nos habíamos conocido mas en esta semana que en todo el tiempo que llevábamos juntos, pero todo se había arruinado cuando el recordó que ya me había conocido, lo que seguía sin entender era porque mentir diciendo que había vuelto, seguro solo lo hacía porque yo me había marcho antes de bar y no había manera de comprobarlo.

Cuando llegaron a casa por nosotros las chicas me lanzaron una bolsa y me ordenaron que me lo pusiera, fui a mi habitación y solté un chillido al ver que era un bikini pequeño de color negro, un short del mismo color y una blusa blanca.

No quería salir y permitir que me vieran con algo tan pequeño, siempre había optado por los bañadores de una sola prenda y ahora debía de lucir algo pequeño, no estaba preparada para salir así. Tome aire y recordé que solo debía de controlarme había estado en situaciones verdaderamente peligrosas y había salido bien de ellas, esta era una misión y debía de afrontar los retos que se me presentaran.

Volví al piso inferior donde ya me esperaban y note de inmediato la mirada de Edward y como se acercaba lentamente hasta darme un beso en la coronilla.

—Te vez hermosa. —le sonreí y agradecí consciente de que nuestros amigos estaban pendientes de nuestros movimientos. —Yo llevare la cesta.

Salimos de la casa no sin antes activar el sistema de alarma lo que los sorprendió un poco.

—No es necesario un sistema de alarma en Forks— nos dijo Emmett quien conducía su Jeep y en el que íbamos algo apretados, pero lo que más me preocupaba era sentir la cercanía de Edward.

—Mi cuñado es un poco paranoico y siempre tiene sistemas de alarma en sus propiedades. —dijo Edward con indiferencia y lo que pareció bastar a los chicos.

El trayecto fue animado por la plática de los chicos y sobre todo por escuchar a Emmett hablar de todo lo que pretendía que hiciéramos estando en la playa, pero yo solo tenía ganas e tumbarme en la arena, tomar el sol y leer un buen libro mientras vigilaba a Edward.

Cuando llegamos me sorprendí de ver que no éramos los únicos que estaríamos en la playa, nos acomodamos en un área donde podamos disfrutar de cierta privacidad y que no estaba muy lejos del agua. Extendimos las toallas y los chicos acomodaron las sombrillas.

Las chicas de inmediato se quitaron la ropa dejando al descubierto sus diminutos bikinis y sus bien torneados cuerpos, me senté en la toalla que había extendido y comencé a aplicarme un poco de bronceador sin quitarme el short y la blusa que cubría mi bikini.

—Es mejor si te quitaras la ropa. —me miro Rosalie enarcando una ceja.

—Más tarde.

Una hora después estaba tendida en la toalla con mi ropa puesta y leyendo un libro mientras los chicos estaban dentro del agua jugando a algo estúpido. Cerré los ojos y deje el libro de lado, solo quería disfrutar de un poco de tranquilidad.

—No crees que ya es hora de que te quietes esa ropa. —negué a las palabras de Alice.

—Es un bikini hermoso.

—No acostumbro a usar bikinis y si no tengo que quitarme la ropa no lo hare.

—Ok—sonreí sin abrir los ojos, al parecer dejarían de insistir.

Un par de minutos más unos brazos me levantaron y me acomodo en su hombro, golpe a Emmett que corría conmigo en sus brazos.

— ¡Bájeme! —chille

—Si es lo que quieres. —me lanzo al agua y emergí solo para volver a hundirme porque resbale, volví a salir, Edward que miro de manera reprobatoria a Emmett y me sostuvo de la cintura para evitar que me hundiera de nuevo.

—Ahora no tienes más opción que quitarte la ropa y quedarte en bañador—susurro Edward ayudándome a salir.

Regrese a donde estaban las chicas sonriendo, sin más opción me quite la ropa para que se secara. Me seque con una de las toallas y volví a aplicarme un poco de bronceador.

— ¿Por qué no le ayudas Anthony? —levante la mirada y vi a Edward asentir, me quito el bronceador de las manos.

—Acomódate, yo te ayudo. —le lance una mirada asesina que el ignoro y solo me guiño un ojo porque los chicos loe estaban viendo. Me acomode bocabajo.

Edward hizo a un lado mi cabello y comenzó a aplicar el bronceador, el sentir sus manos sobre mi piel comenzó a despertar sensaciones que creía dominadas.

Las chicas se despidieron alegando querer nadar un rato, pero era obvio que lo que pretendían era dejarnos solos. Cuando note que estábamos solos, me removí obligándolo a separarse de mí

—Ya no es necesario que finjas, ahora solo mantente alejado de mí. —le pedí antes de mover mi toalla al otro extremo, me tumbe dejando que el sol bañara mi cuerpo, deje mi brazo sobre mi frente para evitar que el sol diera sobre mis parpados.

Una sombra tapaba los rayos del sol, por lo que mire que se trataba y me quede helada al ver a Edward de cuclillas, sus pupilas estaban dilatadas y mantenía su ceja levantada.

— ¿Qué quieres? —me apoye en mi codo izquierdo para mirarlo molesta.

— ¿Por qué estas tan gruñona? —acaricio mi mejilla con sus nudillos y deje un mechón de cabello detrás de mi oreja. — Los chicos nos están mirando.


—Ahora lo entiendo. —desvié la mirada hacia el agua y mire a nuestros amigos que aunque estaban dentro del agua parecían estar al pendiente de nuestros movimientos.

No dejaría que él se diera cuenta de que me afectaba, seria yo quien tuviera el control. Deslice una de mis manos sobre su firme pero suave pecho hasta alcanzar su nuca y enredar mis dedos en su cabello provocando un estremecimiento en su cuerpo, lo hice inclinarse un poco como si lo fuera a besar, acaricie sus labios con la punta de mi lengua haciendo que se entreabrieran ligeramente y un suspiro saliera de ellos.

—Ni se te ocurra. —murmure cuando sentí que pretendía unir nuestros labios en un beso, aunque lo deseaba sabía que si lo hacía mis barreras se esfumarían.

—Me estas provocando. —gruño al tiempo que una de sus manos tocaba mis hombros bajando por el costado hasta llegar a mi cintura y en un rápido movimiento se dejo caer sobre la arena haciendo que quedara sobre él.

— ¿Qué te sucede? —intente apartarme, pero él me lo impidió envolviéndome en sus brazos y pegándome a su cuerpo.

—Tú comenzaste con este juego, ahora soporta las consecuencias. —gire mi rostro justo al tiempo que el intentaba besarme y solo sentí sus labios en mi mejilla, comenzó a dejar un camino de besos por mi mejilla hasta llegar al lóbulo de mi oreja que presiono en sus labios arrancándome un sutil gemido. —Soy hombre cariño, no pretendas jugar conmigo.

—Te estas extralimitando. —mis fuerzas me traicionaban, tenía que alejarme antes de que el ganara esta ridícula pelea que yo había iniciado y se me había salido de las manos.

—Tú me provocaste y sabes que lo deseas tanto como yo. —antes de darme tiempo a protestar atrapo mis labios en los suyos, intente apartarlo con mis manos sobre su pecho, pero el ejercía más fuerza manteniéndome pegada a su piel caliente, un gemido se escapo de nuestros labios cuando el se movió pretendiendo acomodarse, pero solo dejo que su erección chocara contra mi haciéndome imaginar lo que se aproximaba.

Era una mentirosa al decir que no lo deseaba, pero lo que no quería era en convertirme en una más en su lista, no quería que jugara conmigo como lo hacía con cada una de las mujeres que habían sido fotografiadas con él, para él solo eran simples accesorios yo necesitaba más que eso.

—Sepárense niños. —grito Emmett haciendo que Edward reaccionara y soltara su agarre permitiéndome moverme, pero no lo hice, solo me perdí en su mirada que estaba oscurecida por el deseo que aun era palpable en mi vientre.
Intente recomponerme separándome de él, me puse de pie mientras Edward se mantenía sentado cubriendo la evidencia de su excitación.

—Vengan al agua, esta deliciosa. —nos llamo Alice que se mantenía aferrada a la espalda de Jasper.

Edward se levanto y sin poder evitarlo mire si su problema se había solucionado, el sonrió de lado y me ordeno moverme delante de él para cubrirse de nuestros amigos.

—Un poco de agua fría nos ayudara. —su mano rozo como por error mi seno mostrándome que mi cuerpo había respondido y apenas se podía notar la pequeña protuberancia endurecida.

Apenas estuve en el agua me sumergí intentando hacer que la temperatura de mi cuerpo bajara y pudiera ocultar lo que había sucedido, mi traicionero cuerpo me había dejado al descubierto.

Jugamos un rato en el agua donde me obligaron a subirme sobre los hombros de Edward, fui la primera en cara ya que el sentir sus manos tocar mis piernas me había descontrolado haciéndome perder el equilibrio y dejando que Alice me derrumbara, el se las había ingeniado para mantenerse rozando mi cuerpo y un par de veces me había besado sin llegar a profundizar.

Comimos envueltos en las toallas y ante los chistes de Emmett que se volvieron en nuestra contra recordándome a cada segundo lo que había sucedido con Edward, con cada comentario Emmett me lanzaba una mirada sugestiva y movía las cejas logrando que un sonrojo se apoderara de mis mejillas.

Después de la comida nos acomodamos en las toallas, yo me mantuve sentada.

— ¿Qué lees? —susurro Edward mirando sobre mis hombros, tomo una de mis manos y la movió para que cerrara un poco el libro y pudiera ver la portada. —Romeo y Julieta.

—Es un clásico. —me defendí sonrojada de que él hubiera visto que era lo que me mantenía tan entretenida, la había leído un millar de veces, pero no me cansaba de hacerlo.

—Me gusta más orgullo y prejuicio. —me gire sorprendida de su respuesta, se encogió de hombros y para mi sorpresa se acomodo detrás de mi dejándome entre sus piernas, sus manos sobre sus brazos y su barbilla apoyada en mi hombro.

—Mi único amor nació de mi único odio. —recito suavemente y señalo la línea que estaba en la pagina opuesta a la que estaba leyendo.

Algo me impidió separarme de él, me apoyar contra su pecho sin dejar de leer y sintiendo su aliento fresco chocar contra mi piel caliente, sus manos dejaron mis brazos para quedar apoyadas en mis piernas, sabía que debía de apartarlo pero no lo hice, las sensaciones que estaba despertando me gustaban y sabia que si lo apartaba sentiría el vacio, uno que no quería.

Cuando comenzó a oscurecer comenzamos a levantar las cosas y esperamos junto al jeep hasta que el sol se oculto, sería un atardecer que me acompañaría siempre, había estado en los brazos de Edward que me había dado un par de besos en la mejilla manteniendo sus manos debajo de mi blusa y en contacto con mi piel.

El camino de regreso no me opuse a la cercanía de Edward, podría decir que me había pegado más a su cuerpo, la plática se volvió algo monótona y me acurruque contra mi "esposo" que me envolvió en sus brazos permitiéndome dormir.

Desperté cuando escuche que los chicos hablaban en susurros, me mantuve pegada al cuerpo de Edward y sentí como movía una de sus manos por mi espalda.

—Te dijimos que funcionaria. —esas palabras me hicieron estar alerta y fingí seguir durmiendo para escuchar a Emmett. — Ambos son una linda pareja, solo es cuestión de que la consientas un poco más.

—Anthony lo hará, sabe que hay más de un hombre dispuesto a quitársela si él la descuida un poco. —agrego Jasper igualmente en un susurro.

Era que acaso ellos le estaban ayudando a conquistarme, eso era imposible. Me moví más de la cuenta y Edward beso mi cabello. Me separe de él abriendo los ojos y notar que ya estábamos sobre nuestra calle. Nos dejaron frente a nuestra casa y me despedí de los chicos ya que mis amigas iban completamente dormidas.

—No olviden que el siguiente fin de semana iremos a acampar. —asentí al tiempo que Edward entrelazo sus dedos con los míos y me guio a la entrada de nuestra casa.

Apenas entramos la puerta se cerró e golpe y unos brazos rodearon mi cintura levantándome y obligándome a envolver mis piernas en su cintura y mis brazos en su cuello, la cesta que sostenía cayó al suelo haciendo un poco de ruido, pero no más del que se escucho cuando las cosas de la mesita cayeron al piso rompiéndose en mil pedazos.

—Edward…—murmure para después adueñarme de sus labios, este beso no era nada comparado con los anteriores, el deseo estaba presente.

Sus manos se metieron debajo de mi blusa, acaricio mi vientre, mis costados hasta llegar al borde de la parte superior de mi bikini, una que no le causo mayor problema y logro acceder sin mayor problema. Un gemido se escapo de mis labios al sentir sus dedos presionar las duras puntas.

Me deje llevar por lo que sentía y me olvide en ese momento de que no debíamos de hacerlo. Ambos éramos adultos y el deseo que había entre nosotros no se podía ocultar, a nadie dañaríamos si lo hacíamos, nadie tenía porque enterarse de que habíamos disfrutado de una noche juntos, una que parecía seria excelente.



...

Gracias por seguir leyendo mis locuras

3 comentarios:

  1. ???? sory pero no falta algo en este cap? es que bno me coinside con el 11 T.T

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  2. Ahhh ya comenzo a calentarse mucho el ambiente

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