Protegiendo a un playboy: Capítulo 8




Noche de bolos


"Yo no quiero otro agente. Te quiero a ti."

—Lo que quiero decir… es que bastante me ha costado el acostumbrarme a ti para que ahora quieran que me acostumbre a alguien nuevo. —dije como si fuera lo más obvio.


—Esto ya no tiene sentido, después de lo que sucedió será mejor que alguien más se…

— ¿Me tienes miedo? —solté de manera burlona intentando que sonara como un reto, uno que sabía que ella no rechazaría.

— ¿Tenerte miedo a ti? ¡Por favor! — chillo con una sonrisa sarcástica adornando su rostro.

—Eso es lo que parece—le entregue el móvil cuando en sus ojos encontré que estaba decidida a no dejar escapar el reto.

—Estas equivocado. Quiero que te mantengas alejado de mí y que sigas el plan como estaba trazado y no como a ti te parezca mejor. Me quedare pero tú debes de respetar las reglas que te había impuesto, además de que quiero que te mantengas a una distancia prudente de mi, que me hables solo cuando sea necesario y sobre todo, no quiero que me toques—. Fue a la cocina por su habitual vaso con agua y yo la espere junto a la escalera feliz por haber conseguido que Isabella se quedara, pero ahora tenía que seguir mas reglas. Aunque las reglas estaban para romperse.

Durante la noche le costó conciliar el sueño pero estaba feliz de haber logrado que Bella no lo abandonara, solté un bufido molesto al darme cuenta que era la primera vez que una mujer había pretendido alejarse de mí.

Cada vez Isabella se volvía una incógnita mas grande, cuando creía que la entendía y que sabía de qué manera manejarla, ella hacia algo que me desorientaba y me demostraba lo lejos que estaba de conocerla.

Era una mujer con agallas y un autocontrol formidable, ¿de qué manera ella se podía resistir a mí?

Golpee la almohada con fuerza al darme cuenta de que estaba pensando más de la cuenta en ella, solo debía de verla como mi protectora y no como nada mas, ella no era mi tipo de mujer y lo sabía desde que la había visto en un inicio.

¿Quién podía fijarse en alguien como ella? Con esa pregunta vagando por mi mente me quede profundamente dormido y no desperté hasta la mañana siguiente por el aroma del café recién hecho.

Cuando llegue a la cocina, el desayuno ya estaba casi terminado y vi a Isabella hablando por el móvil, parecía algo entusiasmada y me pregunte con quien hablaría que la hacia sonreír y que su voz sonara suave y no áspera como cuando hablaba conmigo.

—Mantenme informada de lo que suceda y por favor envíale ese correo a Renee o te aseguro que seguirá llamando al trabajo. —suspiro negando con la cabeza. La escuche despedirse y continuar con su labor hasta que se dio cuenta de que yo estaba ya ahí.

— ¿Era tu novio? —pregunte sin saber porque lo hacía.

— ¿Novio? —Enarco una ceja y su rostro mostro una mueca de desagrado—Yo no tengo novio, solo era Jake que me ponía al corriente de lo que está sucediendo en la ciudad y tu caso.

—Parecías feliz de hablar con él, tu sonrisa te delataba.

—Jamás tendría algo que Jake, es novio de mi mejor amiga además de que es completamente irritable. —se encogió de hombros dejando el plato con huevos frente a mí.

— ¿Es más irritable que yo? —pregunte divertido

—Nadie te gana, eres el hombre más irritable y desesperante que he conocido. Es una suerte que aun no te encerrara en el ático o en el sótano.

—Soy un hombre afortunado entonces. —le dije comenzado a comer, ella me miro por unos segundos para después sentarse un par de lugares alejada de mi y comer mientras le daba un vistazo al periódico que tenía delante.

El resto de la mañana intente mantenerme lejos de ella, pero solo lo conseguí por un par de horas. Pero termine sentándome en la sala donde la podía observar moviéndose por gran parte de la casa, fingía estar viendo el televisor mas mi atención en realidad estaba puesta en la mujer que no dejaba de intrigarme.

—No sabía que te gustaba ver los programas de cocina—se burlo mirando el televisor, no pude resistirme y mirar como su cuerpo lo mantenía recto, sus brazos cruzados sobre su pecho y se mordía el labio suavemente. —Deja de mirarme.

—Yo no te estaba mirando. —Ella enarco una ceja— solo estaba viendo que en verdad tú te superas cada día, esa ropa es horrorosa. Comenzaría a preocuparme si no supiera que fue la que eligieron para ti.

—Esta es mi ropa. —chillo molesta y yo apreté la mandíbula por criticar su ropa que aunque no era del todo linda no era lo que se denominaba horrorosa. ¿Por qué todo lo que le decía estaba mal?

Intente disculparme un par de veces, pero ella me mando callar y se mantuvo alejada de mi. Me alegre de que no me dejara sin comer.

Lo que me tomo por sorpresa fue el paquete que llegó por la tarde.

Dentro había un par de portarretratos con fotografías manipuladas: nos mostraban como una pareja enamorada y también había un par de fotos que se suponían habían sido tomadas el día de nuestra boda.

La mire por un largo tiempo, quien quiera que hubiera hecho el trabajo lo había hecho de maravilla, debía de ser un profesional; además de que había elegido una imagen en la que él tenía a la novia en sus brazos pegándola completamente a su cuerpo mientras ella tenía su rostro en su pecho y su mano en su brazo.

—Bastante creíble, cualquiera que la vea no puede negar que estamos enamorados, pero la realidad es que no puedo esperar el día para deshacerme de ti. —me dijo quitándome la fotografía y acomodándola en una de las mesitas donde quedaba a la vista.

—No entiendo porque nos envían estas cosas. —le señale las fotografías que adornaban la casa.

—Olvidaste que Alice dijo que vendría la siguiente semana. —la mire sin comprender que es lo que quería que comprendiera con sus palabras. —No seas tonto Cullen, que crees que pensara si no ve un sola fotografía de nosotros juntos.

Los días continuaron pasando y cada vez me sentía más extraño cuando estaba lejos de Isabella, habíamos ido al supermercado donde yo había llevado el carrito y ayudado en la elección de las cosas que comeríamos, algo que pareció sorprenderla pero no lo dejaba ver. Después habíamos ido a la lavandería donde no pare de reírme recordando el incidente de la primera vez con el supuesto sospechoso que no era más que un pretendiente de ella y que me alegraba hubiera quitado del camino, de lo que no me alegre fue cuando recibí un golpe en el estomago con la puerta de la secadora, y uno más que me dio de lleno en el rostro con la puerta de la entrada cuando salíamos.

Fue el martes por la tarde que recibimos la visita "inesperada" de Alice. La chica entro a nuestra casa y de inmediato note como sus ojos vagaban en el interior y se posaban en nuestra fotografía de boda.

—Debió ser un maravilloso día. —me dijo sin mirar la imagen.

—El mejor de mi vida. —dijo con voz suave y una sonrisa que parecía real mas yo sabía que estaba fingiendo.

—Solo venia a invitarlos a jugar bolos este viernes, lo hacemos una vez al mes y es divertido ver como Emmett pierde, pero él se empeña en que es muy bueno y que la próxima vez mejorara, pero la realidad es que lo hace igual de mal. —soltó una risita.

—Típico de un hombre. —Se encogió de hombros— pero estaremos encantados de ir a jugar bolos.

—Nosotros pasaremos por ustedes.

Se despidió, pero tardo cerca de una hora en marcharse. La escuchaba hacerle un par de preguntas a Isabella sobre nosotros y que si las cosas iban bien, ya que nos habían notado extraños en la cena, pero como siempre ella se encargo de arreglar las cosas.

BVOP

Edward me había dejado un tanto desconcertada, se estaba comportando de una manera poco habitual, sentía como si me estuviera vigilando aunque siempre que lo miraba el estaba haciendo otra cosa y me comenzaba a sentir como una loca.

Al ver las fotografías de la que suponía había sido nuestra boda, sentí un hueco en mi interior ya que jamás pasaría algo como eso con un hombre como Edward Cullen, ambos éramos completamente opuestos y era una tontería perder el tiempo en pensamientos de esa clase; mas lo que no me esperaba era que Edward se perdiera viendo la imagen lo que me hizo sentir una sensación extraña. Pero eso no duro mucho ya que el momento pasó y dio lugar a un comentario sobre el aspecto espantoso de mi ropa, esta eran algunas de las prendas que en verdad pertenecían a mi guardarropa y me hizo sentirme pequeña, pero sobre todo, me recordó que éramos de mundos diferentes.

Era viernes y estaba en la sala esperando que Edward se decidiera a bajar para ir a jugar bolos. Cuando había aceptado el no tardo en protestar alegando que era un lugar que él no deseaba pisar ya que estaría lleno de gente con la que a él no le interesaba socializar, pero basto burlarme de él por tener miedo a un simple juego de bolos para que aceptara y pensara en ganar, cuando era obvio que jamás había estado en un juego.

A las ocho en punto Alice fue por nosotros y no tardamos nada en llegar al local donde ya nos esperaban Emmett y Rose.

—Apúrense que no tenemos toda la noche.

Fuimos por nuestros zapatos y el rostro de Edward fue muy divertido, era una mezcla clara de desconcierto, horror y asco.

—Yo no me pondré esos zapatos. —me susurro al oído haciéndome saltar. —No sé quien más los ha tenido puestos y…

— ¿Qué esperan? —nos empujo Alice suavemente.

Lo había tomado de la manga de su chaqueta y arrastrado hasta donde nos estaban esperando, me senté en uno de los lugares vacios y me cambie los zapatos, pero note que Edward los había dejado en la silla junto a él.

—Póntelos. —le ordene por lo bajo.

—No lo hare. —gruño molesto.

—Hazlo.

— ¿Algún problema con los zapatos? —levante la vista para ver cuatro pares de ojos puestos en nosotros.

—Es solo que Anthony sufre de una extraña fobia, aparte de sensible es muy delicado y no…

—No soy sensible, ni mucho menos delicado—gruño al tiempo que se cambiaba los zapatos, sin poder ocultarlo mostré la sonrisa de triunfo.

El juego lo abrió Emmett que apenas logro derribar un par de pinos, después Rose que hizo una chuza, Alice dejo solo uno de pie y Jasper lo hizo igual de bien que su hermana. Cuando nuestro turno llego permití que fuera Edward el que mostrara sus dotes con la bola de boliche que en los dos intentos termino en el canal sin mover un solo pino.

—Al fin encontré a alguien peor que yo en los bolos. —se alegro Emmett besando a su esposa que respondió suavemente el beso.

—No sean exhibicionistas. —los golpeo Alice con una bolita de papel.

—Demuéstranos tu habilidad Marie. —asentí a las palabras de Emmett, tome la bola que Alice había usado y me tome unos segundos antes de dejar que esta rodara y derribara todos los pinos en una chuza.

—Las chicas vamos a la cabeza. —choque las palmas con Rose y Alice.

—Sera mejor que mejores o este trió nos dará una paliza. —se levanto Emmett mirando con seriedad a Edward y Jasper.

—Yo debería de decir eso, el único bueno aquí soy yo. Sin ofender Anthony, eres pésimo y Emmett, tu estas igual. —gruño Jasper antes de ir por un par de bebidas.

El juego era de lo más divertido. Pensé que Edward se molestaría por no ser el mejor en este juego, pero me equivoque, y lo notaba disfrutar, además de que no le molestaba el que su bola terminara en el canal en lugar de ir a derribar los pinos. Fue en la quinta ronda que sin ánimos dejo rodar su bola y esta derribo los pinos dejando solo a un par de pie, pero gracias a que uno se tambaleaba y termino cayendo hizo que el otro también cayera logrando una chuza.

— ¡Lo hice! —grito eufórico y en un abrir y cerrar de ojos estaba delante de mí, me tomo de la cintura levantadme como si no pesara absolutamente nada y dio un par de vueltas conmigo en el aire, yo solo deje mis manos en sus hombros y no pude evitar sonreír ante su alegría y la extraña sonrisa que no había visto en su rostro.

Me dejo de nuevo sobre el suelo y me perdí en su mirada que mostraba un brillo diferente, estaba tan perdida que no me di cuenta cuando sus labios rozaron con los míos, mas no me opuse a la invasión y permití que ese mar de sensaciones me invadiera por un segundo, antes de que la cordura regresara a mí y me separara abruptamente dejando un poco perplejos a los que estaban cerca de nosotros por mi reacción.

—Yo lo siento. —me disculpe con nuestros amigos y ellos le restaron importancia pero sabía que habían notado que mi reacción no había sido la esperada.

En este punto y podía parecer una tontería, yo estaba en una lucha interna: quería odiar a Edward por ser un hombre engreído al que no le importaba herir a los demás con sus comentarios, pero también me había mostrado una parte de él que era vulnerable y que dejaba claro que era un humano como cualquiera de nosotros y, era ese hombre el que estaba despertando un remolino de emociones en mi.

Salimos cerca de las 10 y fuimos directamente a casa donde bajamos rápidamente algo que nuestros amigos interpretaron de una manera equivocada, lo supe cuando Emmett se detuvo frente a nuestra casa.

—Que pasen una noche muy divertida. Anthony, solo espero que seas mejor que en los bolos—grito Emmett dejando escapar una estridente carcajada.

—Los bolos no son lo mío, pero esto sí que lo es. —me guiño un ojo haciendo que abriera los ojos con sorpresa, gesto que no paso desapercibido por nuestros amigos que se marcharon para dejarnos disfrutar de la noche.

Entre sin decir una sola palabra ya que no quería darle importancia al beso que seguro solo había sido como una muestra de afecto, para que nuestros amigos dejaran de sospechar.

Era sábado y estaba terminando de preparar el almuerzo con Edward leyendo el periódico cuando el sonido del timbre retumbo por la casa haciendo desaparecer el silencio incomodo en el que estábamos.

—Ya voy. —grite cuando volvieron a tocar de manera desesperada.

—Menos mal que ya estas cambiada. Es día de chicas—sonrió Rose tomándome por uno de los brazos y Alice por el otro.

— ¿Qué hacen? —pregunte intentando zafarme de ellas, pero sin esforzarme demasiado.

—Solo iremos de compras. —sonrieron, busque con la mirada a Edward que solo se encogió de hombros. — ¿No te molesta que te la robemos unas cuantas horas?

—La extrañare, pero podre sobrevivir. —me dio un beso en la coronilla y parece que noto el pánico en mi mirada porque acaricio mi mejilla con suavidad. —Todo estará bien aquí cariño, estaré con los chicos.

—Nosotros lo cuidaremos por ti. —me guiño un ojo Emmett.

EVOP

Me había tomado por sorpresa que las chicas fueran por Bella para llevarla de compras, lo que me daba tiempo para ponerme en contacto con mi asistente y pedir que me sacaran del lugar en donde me encontraba para poder regresar a mi vida habitual.
Isabella lucho por un largo rato, pero al final no le quedo otra más que ir con las chicas y a mí me dejo con Emmett y Jasper, apenas el auto de Rosalie desapareció de nuestra vista Emmett dejo una mano en mi hombro.

—Ayer por la noche notamos que las cosas con Marie no andan bien, así que te ayudaremos a que ella no pierda el interés en ti. — mi respiración se detuvo al darme cuenta de que ellos iban a darme consejos de cómo conquistar a Isabella.

Más no sé porque sentí una extraña sensación de bienestar. Sería algo interesante de probar pero lo más importante es que tal vez me ayudaría… ¿Ayudaría? desde cuando la quería conquistar.


Gracias por seguir leyendo mis locuras

1 comentario:

  1. hay que emoción que emoción, no puedo esperar para ver lo que Alice piensa comprar y como le van a ayudar Emmett y Jasper

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