Es tiempo
Nunca había experimentado una desesperación tan
grande como la que estaba experimentando en estos momentos, me mantenía sentada
en una de las sillas cercanas a las puertas por las cuales mi hijo había
desaparecido hace mas de 30 minutos, solo había salido una enfermera para
pedirme algunos datos sobre él, si era alérgico a algo, que es lo que había
sucedido y después había vuelto a desaparecer diciendo que en cuantos supiera
algo me lo dirían, no me cansaba de preguntar por él y lo único que recibía era
"yo no sé nada, espere a que el médico salga", Ángela no paraba de
decirme que me tranquilizara pero me era imposible con esta incertidumbre y la
opresión en mi pecho, esta que hasta me provocaba dolor al respirar.
Deje que mis manos cubrieran mi rostro, tenía que
hacer algo para saber de mi bebé pero no sabía qué hacer… me levante de un
salto provocando que Ángela saltara en la silla por mi repentina acción, tome
mi celular y le llamaría a la única persona que me podría ayudar en este
momento marque el 2 en marcado rápido, lo había puesto así para que Evan lo
llamara cuantas veces quisiera, timbro un par de veces, parecía que no iba a
contestar, buen momento elegía para no atender una llamada…
—Diga
—Edward lamento despertarte, ¿estás en el hospital?—
era lógico que lo había despertado por la voz de dormido que tenia
—¿Bella?
—¿Estas en el hospital?— volví a preguntar
—¿Que sucede?— tome aire, pero no sé si eso fue lo
mejor, sentí mi garganta cerrarse
—Evan— se me quebró la voz y tuve que llevarme la
mano a la boca para cubrir el pequeño sollozo que estaba por salir de mis
labios
—¿Que le sucede?— su voz se transformo de inmediato
ya no era la de un principio sonaba preocupado
—Tenia fiebre y lo traje al hospital, no me dejaron
estar con él y es hora de que no me dicen nada, no sabía a quién mas recurrir—
me apoye contra la pared, viendo a un par d enfermeras reír, tan
despreocupadamente mientras yo me moría de la angustia
—Estoy en mi casa pero en 10 minutos estoy contigo
—Gracias— cerré mi celular y me deje caer de nuevo
en una las sillas, escondí mi rostro en mis manos dejando que un par de
sollozos salieran, estuve ahí por un largo rato, esta era la peor noche, es que
acaso ni una buena madre podía ser, era tan mala en todo, un brazo me rodeo
—Bells, no ganas nada con ponerte así
—Angie soy una mala madre
—Claro que no lo eres
—Debí de traerlo antes
—Lo trajiste inmediatamente, cuando lo dejaste en
su cama estaba normal—camine de nuevo al lugar donde estaban algunas enfermeras
platicando animadamente
—Disculpen, me pueden decir que es lo que le pasa a
mi hijo, puedo ir con el
—El doctor ha venido a hablar con usted?— pregunto
una de ellas de mala gana a lo que negué con un movimiento de cabeza provocando
que la mujer bufara.—Entonces es que aun no sabe nada, espere sentada— me
indico con la mirada el lugar donde había estado sentada
—Como demonios me dice eso, es mi hijo, hace casi
una hora que se lo llevaron y no me dicen nada al respecto— grite las lagrimas caían
pesadamente por mis mejillas, era de rabia, la mujer que tenía delante parecía
que le importaba poco lo que estaba sintiendo, es que acaso ella no era madre y
no sabía el dolor tan grande de no saber lo que estaba pasando con tu único
aliciente
—No estoy para soportar sus gritos
—Solo quiero saber que mi hijo está bien— Ángela
había llegado a mi lado, retire su mano de mi brazo
—Cuantas veces le debo de decir que no sé nada
—Se lo he estado pidiendo de buena manera y usted
no hace más que ignorarme
—Sabe que esta interrumpiendo mi tiempo de descanso
y eso me molesta, usted no sabe lo que es tener que trabajar— su mirada me
recorrió descaradamente, seguí su mirada y note que aun llevaba puesta la ropa
que me había puesto esta mañana, una falda ajustada por arriba de la rodilla y
una fina blusa de mangas tres cuartos, esta mujer estaba loca era solo envidia
—Yo…— se giro dándome la espalda
—Solo espere a que el médico salga yo no le diré
nada porque no sé nada— quería gritarle pero nada ganaría, solo que su actitud
hostil se intensificara, apoye mis brazos sobre el escritorio y de nuevo oculte
mi rostro, tratando de que mi respiración se normalizara, un brazo rodeo mi
cintura, no hizo falta levantar mi rostro para ver de quien se trataba, de
nuevo mi traicionero cuerpo había reaccionado con un estremecimiento.
—Stella, cierto?— le enfermera se volteo y una
sonrisa estúpida apareció en su rostro
—Dr. Cullen, ¿su guardia no fue ayer?— su voz se
había suavizado, parpadeo un par de veces le estaba coqueteando vilmente
—Si, pero quiero saber quien atendió a Evan Swan—
me gire para verlo, su rostro era neutro no estaban funcionando las tácticas de
esta infernal mujer
—El Dr. Weizt— respondió sin pensarlo, y eso que
ella no sabía nada, que es lo que yo lo había hecho para que me tratara de esa
forma, yo no sabía que la vestimenta influyera en el trato.
—En donde esta?
—Creo que está haciendo una ronda
—Y porque no me han dicho nada de mi hijo—cuestione
de nuevo, mi voz había salido unas milésimas más alta de lo que quería, pero no
me importo pero la mujer entrecerró los ojos, sentí la mano de Edward presionar
un poco mi cintura, era una clara advertencia de que me tranquilizara
—Cuando venga el doctor.…
—Sabe en qué habitación esta o no?— su voz
aterciopelada había cambiado a una acerada.
—No
—Llama a George
—Dr. Cullen…
—Solo hazlo— la chica lo hizo de mala gana, me
apoye en el cubículo donde estaba la enfermera con otras mas que no dejaban de
lanzarle miradas a Edward, un sollozo salió de mis labios, estaba frustrada, me
envolvió en sus brazos y yo me aferre a su suéter, comencé a llorar se que
parecía patética, pero Evan era lo más importante para mí, sus manos
acariciaron mi espalda hasta que me tranquilice mas no me separe de él, un
escalofrió recorrió mi cuerpo al sentir sus labios nuevamente contra mi piel—
veras que está bien
—Es lo más importante para mí, no soy una buena
madre
—Bella mírame—tomo mi rostro entre sus manos
obligándome a verlo a él— no vuelvas a decir eso, Evan no pudo tener mejor
madre que tu
—Edward, que haces aquí?— beso mi frente nuevamente
antes de girarse al hombre que acababa de llegar y que reconocí como el médico
que se había llevado a mi hijo
—George— mantuvo una mano en mi cintura, mientras
con la otra saludaba al medico
—Que es lo que tiene Evan?— me apresure a preguntar
—Fue una infección, lo tuvimos que canalizar
—Puedo verlo?—suplique
—Había mandado a una de las enfermeras para que le
avisara que ya podía pasar, pensé que ya estaría con él
—Y porque no lo hiciste tú
—Tuve una emergencia Edward
—En que habitación lo tienen— lo único que quería
ahora era correr hacia ese lugar y ver que mi bebé estaba bien, que en verdad
no había sido algo tan grave
—En la 1723
—Seguro que está bien?
—Si Sra. Swan, aunque deberá de permanecer toda la noche
y dependiendo de la evolución que veamos, decidiremos si es conveniente darlo
de alta mañana o que permanezca otro día mas en el hospital— me sonrió
tenuemente antes de girarse a Edward—que no deberías de estar en tu casa?
—Vine por Evan— la mirada del hombre delante de
nosotros viajo hasta donde Edward tenia posada su mano, en otro momento hubiera
desecho su agarre, pero en este momento era lo único que me sostenía
—Stella, donde esta Ivy— me gire para ver de nuevo
a la mujer que parecía querer asesinarme con la mirada, no pude evitar sonreír
al notar que su enojo había aumentado por la cercanía que había entre Edward y
yo
—Subió al noveno piso con el Dr. Darren
—Ella es la que tenía que avisar sobre Evan?—
pregunto Edward arrastrando las palabras
—Si
—Adviértanle que la reportare— le advirtió al grupo
de enfermeras
—Edward no estás en servicio, sabes que no puedes
hacer eso
—Claro que lo puedo hacer, por la simpe razón de
que Evan es mi hijo— el hombre abrió los ojos hasta donde estos le permitieron,
me vio a mí y después a Edward, las bocas de las enfermeras se habían abierto
ante la reciente noticia— iremos a verlo
—Claro— dijo el médico en un tono apenas audible,
me mantuvo aferrada de la cintura y caminamos entre los pasillos, abrió la
puerta marcada con el número 1723 y ahí estaba mi bebe, me acomode a un lado de
él bese su frente que había regresado a su temperatura habitual
—El estará bien— beso su cabello y tomo el
expediente que estaba en la mesita a los pies de su cama, lo reviso rápidamente—
es solo una infección, nada de qué preocuparse ahora
—Estaba ardiendo en fiebre
—Es normal, lo que sorprende es que no haya
presentado otro síntoma
—Estaba demasiado tranquilo, Ángela y yo pensamos
que era por el hecho de que no te había visto
—Debiste de llamarme en cuanto lo viste enfermo
—No pensé, lo único que se me ocurrió fue traerlo
al hospital
—Hiciste lo mejor— asentí, volví a besar la mejilla
de mi bebe que se removió pero no despertó, me acomode en el sillón que había
en la habitación
—Porque no vas a tu casa a descansar yo puedo
quedarme con él
—No me pienso separar de mi hijo, aunque opino que
tu deberías de ir a descansar— hasta ese momento no lo había observado con
detenimiento, su rostro se notaba cansado
—No me alejare de aquí— se sentó en el mismo sillón
que yo pero pegado al otro extremo, guardando cierta distancia entre ambos
—Debes descansar— negó un par de veces antes de
levantarse
—Ahora vuelvo— Edward salió y al poco rato entro
Ángela, insistió en quedarse pero la obligue a regresar a casa con mi chofer
que aun seguía afuera, prometió volver temprano y no pude más que asentir
Me acomode en el sillón, deje mi cabeza apoyada en
uno de los lados dejando que mis ojos se cerraran poco a poco, abril los ojos
al sentir que alguien entraba
—Toma, la necesitaras hará un poco de frio más
tarde
—Gracias— acepte la manta la verdad es que ya tenía
algo de frio, poco me había importado salir sin un solo suéter, me envolví en
la manta e inmediatamente su aroma era desprendida completamente de esa tela—
es tuya?
—Como lo sabes?— enarco una de sus cejas y en su
rostro se asomo una pequeña sonrisa
—Huele a ti— me gire para ver a Evan removerse, nos
quedamos un rato en silencio, me cobije bien con la manta y lo vi frotarse los
brazos— creo que la manta alcanza para ambos
—No quiero incomodar, además no tengo frio— susurro
—Claro, lo de frotarse los brazos es solo una nueva
manía
—No quiero que te sientas incomoda— me senté junto
a él y le pase por la espalda una parte de la manta, tuvimos que mantenernos
juntos de lo contrario la manta no era suficiente, mis ojos comenzaron a
cerrarse solo sentí un brazo adueñarse de mi cintura, mi cabeza descansaba en
algo duro pero de una dulce aroma, me aferre a su suéter dejando que me
envolviera en sus brazos, de nuevo me sentía segura, no pude evitar sonreír
—Porque nunca me dijiste que eras padre— las voces
comenzaron a hacerse entendibles pero no abrí los ojos
—George era algo de lo que no estaba seguro
—Eres muy afortunado, tu hijo es adorable y
demasiado parecido a ti y qué decir de ella, es muy hermosa
—Si él es muy parecido a mí, y ella es la mujer más
importante que tengo en mi vida
—Así que es ella, la que estuviste buscando por
todos los medios posibles
—Ella es—sentí su mano acariciar mi rostro, mis
terminaciones nerviosas me hicieron estremecer
—Espero que esta vez hagas las cosas bien— sentí
como su pecho aumentaba debido al aire que había tomado
—Eso intento, fui un estúpido con ella y sé que me
merezco cada uno de sus desplantes, es la mujer más hermosa pero también es la
más orgullosa pero aun así la amo
—Debiste ser un cretino
—Lo sé, he intentado acercarme a ella de diferentes
formas pero ella me aleja, hay una barrera entre nosotros
—Porque no…
—No lo había pensado, pero lo hare— era seguro que
le había señalado algo que yo no pude ver debido a que mantenía mis ojos
cerrados, mi cabeza estaba más revuelta de lo normal, su voz me dejaba claro
que aun me amaba, sus palabras reflejaban el dolor que sentía por mi
distanciamiento, pero no podía no debía de perdonarlo, como olvidar cada una de
las palabras y lo mas importante como olvidar que no había confiado en mí.
— Hola Evan como te sientes?
—Mi mami—su voz sonó entrecortada
—Está dormida pequeño
—Papi!
—Shh… te parece si dejamos dormir un poco más a tu
mami estaba muy cansadita
—Papi…
—Si
—Teno hamble— escuche dos pares de risas y yo
estuve por unírmeles pero recordé justo a tiempo de que yo estaba dormida,
ellos no tenían que saber que había escuchado su conversación.
—Hare que le traigan algo para que desayune
—Quielo id al bano
—Voy— sentí como me retiraba de su cuerpo
lentamente y me dejaba acomodada en el sillón, su cuerpo me hizo falta al
instante, mi cuerpo no había reaccionado así con ningún otro, varios habían
intentado tomar su lugar, pero ni su toque hacia que mi cuerpo reaccionara,
solo el lograba que cada terminación nerviosa se activara, escuche el ruido de
una puerta cerrarse abrí los ojos lentamente
—Hola, buenos días
—Buenos días— me incorpore en el sillón y acomode
mi cabello que debía de ser una maraña, el hombre me sonreía amablemente
—Edward esta en el baño con Evan
—Me lo podre llevar hoy a casa?
—Después del medio día veremos, quiero ver como
sigue evolucionando
—Porque fue la infección?
—Fue por algo que comió, parece que no estaba del
todo bien y provoco que Evan enfermara
—Mami !
—Como te sientes mostrito— lo tome en mis brazos
con cuidado
—Me duele mi manita— señalo la manita donde tenía
puesto el suero, la bese un par de veces
—Está mejor
—Sí, te quiedo mucho mami
—También te quiero mi amor
—Mandare traer tu desayuno— salió el Dr. sabía que
era más que nada porque quería darnos privacidad, Edward se sentó de nuevo en
el sillón mientras yo permanecía sentada en la cama con Evan, su mirada nos
recorría pero no nos decía nada, después de lo que había escuchado son sabia
que pensar al respecto, estaba confundida muy confundida, había demostrado ser
un buen padre, y Evan disfrutaba estar con él, sería capaz de dejar estar tan a
la defensiva y darle oportunidad de que me demostrara que es lo que realmente
pretendía, ver de que era capaz para recuperar lo que habíamos perdido.
—Mami— susurro Evan, me acerque a él— que tiene mi
papi?
—Te digo un secreto—me gire hacia Edward que nos vio
con curiosidad ya que no alcanzaba a escuchar de lo que hablábamos, me encontré
con la mirada impaciente de mi hijo por saber el secreto— Tu papi paso toda la
noche cuidándote
—Me cuido— asentí
—No crees que le debes de decir algo— lo note
sonrojarse, ver a Edward y luego a mí, me incline hasta quedar cerca de su oído—
un gracias papi por cuidarme
—Papi— su voz fue tímida y yo sonreí, el semblante
de Edward era como si esperara algo nada bueno
—Que sucede pequeño—le hizo una seña para que se
acercara
—Gracias
—Porque?— se acomode del lado opuesto al que yo
estaba
—Mi mami me dijo que me cuidaste— su mirada se poso
en mí y yo solo me encogí de hombros y acaricie el cabello de mi hijo
—No tienes porque agradecer, sabes que eres
importante para mí
—Te quiedo papi
—Yo también
Le dieron solo gelatina y té para desayunar, ya que
no querían que volviera a sentirse mal y debido a que había sido una infección
debíamos de cuidar que es lo que comía, el se quejo pero logramos que se lo
comiera, Edward se divirtió escuchando que tuve que negociar con él para que se
lo comiera, "tiene tu carácter, son igual de tercos", clave mis ojos
en los suyos lanzándole una mirada de advertencia pero a la vez divertida , el
solo se encogió de hombros.
Me alegre cuando me dijeron que lo darían de alta,
debo de agradecer a Edward que había logrado convencer al médico de Evan
diciendo que él se haría cargo del pequeño, Edward dijo que el mismo nos
llevaría a casa, al principio me había negado, pero Evan quería que lo hiciera
así que no me quedo más remedio que aceptar, nos encontrábamos en la habitación
esperando a que Edward regresara de ver a uno de sus pacientes para después
pasar todo el día con Evan, intentaba buscar algo en lo que fallara para que
mis ideas desaparecieran, y en verdad pudiera odiarlo, pero todo lo que hacía
lo dejaba como un padre perfecto, estaba poniendo antes a su hijo que a su
trabajo y eso solo un buen hombre lo hacia
—Y mi papi?
—No tarda cariño— lo mantenía en mis piernas
mientras él jugaba con mi Blackberry, su manita donde le habían colocado el
suero la mantenía casi inmóvil
—Listos para irnos a casa
—Si!— lo abrazo yo lo cubrí con la manta que
habíamos utilizado para dormir, el solo me sonrió, caminamos por los pasillos,
las miradas de las enfermeras iban de Edward a nuestro hijo que iba sumamente
entretenido con el curita que llevaba puesto en su manita donde antes había
estado una aguja
—Dr. Cullen, no firmo el alta del paciente de la
cama 963— la chica sostuvo una carpeta en lo que Edward la revisaba y después
la firmaba
—¿Es su sobrino?— Edward rio abiertamente
—Es mi hijo— la chica se quedo muda
—Es muy parecido a ti— rodé lo ojos, estaba
intentando quedar bien con él, y después se dirigió a mi hijo que hizo un mohín—Eres
muy guapo
—Si se parece, pero creo que el hecho de que sea
tan guapo se lo debemos a la belleza de su mama—me tomo por la cintura, yo solo
abrí los ojos ante su contacto
—Tienes razón es una mezcla de ambos, mucho gusto
soy Dalila la jefa de residentes
—Isabella Swan— tome su mano ligeramente, se
despidió y salimos directo al estacionamiento hasta llegar a su adorado
automóvil, abrió la puerta trasera y note que ya tenía una sillita especial
para Evan
—Alice la eligió— note que lo dejo con cuidado y
lucho al momento de asegurarlos, intente contener las ganas de reír pero no
pude evitarlo
—¿Quieres ayuda?
—Te importaría— se hizo a un lado
—Vamos a ayudar a tu papi en esto, creo que
necesitara un poco de practica— mi hijo me sonrió, me gire hacia Edward quien
me veía atento— es simple solo estiras, giras y abrochas
—No olvides que soy nuevo en esto
—Solo es cuestión de práctica, no quiero saber cómo
lo has hecho las veces que han salido juntos— subí en el asiento del copiloto y
después el se acomodo en su lugar, salimos a la calle era un día nublado que
amenazaba con llover.
—Papi te quedadas conmigo
—Pasare la tarde contigo, ¿te gusta la idea?— lo
vio por el retrovisor, el solo hizo un mohín
—Quiedo que te quedes a domi comigo y mami
—Yo no creo…—apretó el volante
—Por mí no hay problema, si quieres quedarte puedes
hacerlo
—Si papi?
—Estás segura— asentí, todo por mi hijo si él era
feliz me sacrificaría un poco, era solo eso tenía que ser solo eso
—Te quedadas comigo
—Si— lo vi desviarse del camino, no dije nada
pensando que era un nuevo camino, pero al entrar al estacionamiento de un
edificio pequeño me gire hacia el no me dio tiempo a preguntar—Aquí vivo, solo
iré por un cambio de ropa
Entramos al edificio era cálido y un poco lujoso
pero nada comparado con el que vivía en este momento, abrió la puerta y me dejo
entrar primero, la decoración era en colores tierra y por la manera sabia que
Alice debía de estar detrás de todo esto
—Puedo tomar un vaso con agua—pregunte
—Claro
—No te preocupes yo lo tomo, la cocina esta?
—Es la segunda puerta a la derecha, iré por mis
cosas— asentí viendo como ambos desaparecían detrás de una puerta del lado
opuesto
Entre en la cocina tome un poco de agua y regrese,
me perdió viendo los cuadros que había en algunas de las paredes
—Es mi mami?— camine hacia donde estaban, quería
saber que era lo que había visto
—Si
—Poque yo no salgo en esa foto
—Esa foto la tomo tu tía Alice antes de que tu
nacieras
—Quiedes a mi mami
—Si, pero no fui muy bueno con ella por lo que esta
un poco enojada conmigo
—Evan— lo vi salir de la habitación corriendo con
un portarretratos en sus manos y Edward detrás de él
—Mami !
—Que sucede—fingí que no había escuchado nada y me
acomode a su altura
—Mida— me entrego el porta retrato me perdí viendo
la imagen había sido un día después de que nos habíamos comprometido, la
sonrisa en la cara de ambos, sus manos aferradas a mi cintura, una manita en mi
rostro me saco de mis recuerdos— estas nojada con papi?
—Corazón, devuélvele esta foto a tu papa
—Ma…
—Hazlo mi amor— regrese a la sala y me quede
divagando, todo lo que estaba sucediendo me estaba afectando más de la cuenta,
estaba haciendo que mi mente comenzara a cuestionarse si lo que estaba haciendo
estaba bien
Todo se había complicado, lo que me mantenía lejos
de Edward estaba desapareciendo una parte de mi lo quería de vuelta pero otra
parte mucho mayor se negaba a dejarlo entrar de vuelta a mi vida, era verdad me
había buscado en estos años, no se había olvidado de mi y ahora amaba a nuestro
hijo y Evan era feliz a su lado, pero no soportaría sufrir de nuevo
—Bella— mantuve mis ojos cerrados unos segundo más
—Mami se dumio— ambos rieron
—No lo hice, no soy como cierto mostrito dormilón
—Nos vamos—asentí, esta vez Edward acomodo a Evan
en la sillita 5 minutos después lo había logrado, llegamos a casa donde solo
estaba Ángela esperando por nosotros, se sorprendió al ver a Edward pero no
dijo nada, se encargo de indicarle a Dafne sobre la comida, el resto de la
tarde no paso nada relevante, Edward y Evan se la pasaron juntos viendo
películas, después de bañarme me dirigí hasta donde estaban y me encontré con
una hermosa sorpresa los dos estaban dormidos, Evan sobre el pecho de Edward,
no pude evitar observarlos eran tan parecidos no podían negar que eran padre e
hijo, salí a la terraza donde estaba Ángela, me frote los brazos al sentir el
aire golpearme
—Bella que es lo que te sucede estas ausente
—Estoy muy confundida— me deje caer junto a ella
—Porque?
—Una parte de mi quiere darle una oportunidad, pero
me aterra la idea de que me vuelva a lastimar y que esta vez también lastime a
Evan
—No lo hará
—Como lo sabes
—En estas semanas lo he observado, y no eres la
única que sufre, el no encuentra la manera de acercarse a ti lo desconciertas,
busca la manera de agradarte de hacer que le regales una sonrisa pero tú lo
ignoras y en su rostro hay dolor por tu rechazo
—Yo soy la mala de la historia— entrecerré mis ojos
y ella solo sonrió
—No digo eso
—Solo creo que él te ama y no solo por Evan, sus
ojos tienen un brillo especial, se que tienes miedo pero no crees que Evan los
necesita a ambos
—Sabes que regresaremos a Londres
—En verdad los piensas apartar, privar a Edward de
ver a su hijo y a Evan el crecer con su padre a su lado
—Porque me dices esto
—Solo estoy ayudándote a no equivocarte de nuevo,
en verdad son el uno para el otro, necesitan hablar aclarar todo
—Angie
—Megan me invito a salir esta noche, y acepte creo
que deberías de aprovechar
—Pero…
—Hazlo por Evan
—No puedo hacerlo, diviértete esta noche estaré
adelantando un poco de trabajo
—Dafne ya dejo la cena de Evan—le agradecí antes de
entrar a mi estudio y comenzar a trabajar un poco.
Sabía que era una estupidez estaba volviendo a
encerrarme en el trabajo para evitar afrontar lo que sabía que era inevitable,
pero era verdad estaba asustada yo Isabella Swan estaba asustada de un hombre,
me había convertido en una chica patética desde el momento que me había
enamorado de él, en realidad mi miedo era entendible ya había sido lo
suficientemente lastimada para querer arriesgarme nuevamente, pero Ángela tenía
razón no podía estar pensando en alejarlos a ambos y más ahora que veía que
mantenían una relación tan…
—Mami, tengo hamble
—Vamos a que cenes— tome su manita y caminamos
hacia la cocina— ¿y tu papi?
—Sigue domido— le serví un plato con su cena, la
cual consistía en verduras cocidas y gelatina, nada que pudiera lastimar su
estomago, no le agrado pero después de decirle que era lo mejor o de lo
contrario le volverían a poner una aguja en su manita comenzó a cenar
—Voy a despertar a tu papi, por si quiere
acompañarte a cenar— el asintió, me detuve un segundo a observarlo su semblante
estaba sumamente relajado y abrazando una almohada como si siguiera abrazando a
Evan
—Edward— moví su hombro ligeramente, se removió y
abrazo mas la almohada, acaricie su mejilla ligeramente seguía siendo igual de
suave— Edward
—Hmm— reí ante su puchero
—Edward— acaricie su mejilla con el dorso de mi
mano, abrió los ojos lentamente con su sonrisa torcida
—Hola— cubrió su boca al bostezar
—Sabes tienes el sueño más pesado que Evan
—Lo siento estaba un poco cansado
—Evan esta cenando, ¿quieres acompañarnos?, después
podrás dormir y reponerte
—¿Tiene mucho que se levanto?
—Hace como 10 minutos, vamos lo deje solo en la
cocina— me encamine a la cocina, donde Evan jugaba con sus verduras
—Mami, poque tadaste?
—Tu papi no se quería levantar— me burle al ver que
Edward iba entrando, aun con los ojos un poco rojos
—Se padece a mi—sonrió
—Ya lo creo amor. ¿quieres que te prepare algo
Edward?
—No quiero molestar, solo quiero cereal
—Esta en la segunda puertita de la derecha y los
platos están de este lado
—Mami quiedo celeal
—Lo siento mi amor, pero no puedes
—Peo no quiedo vedudas
—Pregúntale a tu papi— serví una taza de café
—Tu mami tiene razón
Cenamos escuchando la plática de Evan, nos
divertíamos escuchando las cosas que hacía en la guardería, algunas yo ya los
conocía pero Edward estaba fascinado
—Papi domidas comigo en mi cama— el asintió, le
indique que había otra habitación por si cambiaba de opinión pero no accedió,
eligió quedarse junto con Evan quien estaba feliz porque al fin después de
semana su papa se quedaría a dormir con él en la misma cama.
Después de la cena, ayude a Evan a ponerse la
pijama y acomodar la cama, era una individual solo esperaba que hubiera
suficiente espacio para ambos, deje un par de mantas extras en el sillón que
había en su habitación
—Mami
—Dime cielo
—Te quiedo
—Yo te quiero más, a la cama—lo arrope, acaricie su
cabello en lo que llegaba Edward
—Listo para dormir
—Buenas noches mi amor— bese su mejilla—Buenas
noches Edward
—Buenas noches Bella, gracias por dejarme estar con
Evan
—No tienes que agradecer, es tu hijo— me encogí de
hombros, me fui a mi habitación, entre al baño a lavarme el rostro y los
dientes, me coloque una pijama de pantalón y blusa de tirantes, tome un libro
me metí entre las mantas y comencé a leerlo, leí un par de paginas pero mi
mente estaba en otro lado, el sueño me había abandonado, apague la luz e
intente dormir pero me fue imposible, tome mi bata y fui a la cocina por un
poco de agua, apague la cafetera que estaba encendida, juraría que la había
apagado, el cielo estaba despejado cosa extraña en la ciudad y mucho después de
que toda la tarde había estado nublado.
Abrí la puerta de la terraza un poco de aire me
ayudara a distraerme y ahí estaba él con una taza de café en las manos, aun no
había notado mi presencia así que fácilmente podría huir sin que él se diera
cuenta de que había estado ahí
—Que haces levantada—salte al escucharlo, pero no
se había girado
—No podía dormir— me acomode en la silla que estaba
a su lado
—Yo tampoco, el se quedo dormido al instante
—Siempre lo hace
—Como pudimos hacer algo tan perfecto—sus ojos se
posaron en los míos y sentí mis mejillas arder, esas palabras habían hecho que
mi corazón saltara, era algo que ya me había preguntado pero que él lo dijera
sonaba diferente, mucho mejor
—No creo que encuentres una explicación, lo he
intentado descifrar pero no lo logro entender, solo lo hicimos bien— me abrace
a mi misma para darme un poco de calor y enfoque mi vista en otro punto que no
fuera él
—Bella, en verdad te marcharas cuando acabes con
todo aquí— había una nota de tristeza, una que se merecía, aun merecía sufrir
por lo que me había hecho, pero ya no estaba segura si era buena idea separar a
Evan y Edward
—Mi hogar esta en Londres— de nuevo estaba
levantando esa barrera esa que no debía de flaquear que debía de mantenerse en
pie
—No quiero que se vayan de nuevo— tomo mi mano pero
yo la retire
—Lo traeré un par de veces al año
—No es suficiente
—Edward…
—Ya no soportaría perderte de nuevo
—Dirás perder a Evan
—A ambos, Evan es mi hijo y quiero estar con él en
cada uno de sus logros y quiero estar contigo eres la única mujer que yo…
—Sera mejor entrar, esta haciendo demasiado frio—
le corte levantándome de golpe, no me importa si me llaman cobarde, no podía
escuchar sus palabras que solo lograrían confundirme más de lo que ya estaba,
suspire y me encamine al interior seguida por él—Intentare dormir, tu deberías
de hacer lo mismo, buenas noches Edward
No le di tiempo a contestar, camine lo más rápido
que pude estuve a punto de caer en el último escalón pero logre evitarlo,
llegue a mi habitación y deje mi espalda apoyada en la puerta de mi habitación
hasta que mi respiración se normalizo, me metí de nuevo entre las mantas, cubrí
mi rostro con la almohada como si eso lograra tranquilizarme un poco, me
incorpore y encendí la luz de mi lámpara al escuchar la puerta cerrarse y ahí
estaba con la espalda pegada en la puerta y su ojos puestos en mi
—Que haces aquí?— estúpida mi pregunta ESTUPIDA!
—Bella tenemos que hablar
—Edward
—Solo dame 5 minutos, necesito que me escuches
—No es el momento, por favor sal de mi habitación
—Solo escúchame, dime que tengo que hacer para que
lo hagas, quieres que te lo pida de rodillas lo hare— haría que se humillara de
esa forma y seria un maravilloso triunfo, pero no podía permitir que lo hiciera
—Creo que ya no podemos evitar lo inevitable—acomode
las almohadas en la cabecera me recargue en ellas y le indique a un lado mío,
se sorprendió pero lo hizo
—Promete que me escucharas, quiero que lo sepas
todo
—Te escucho...
...
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