Complicaciones
Mi sueño se vio interrumpido cuando la puerta se
abrió de manera brusca golpeando con la pared y la voz chillona de mi madre
retumbo en mis oídos. Por acto reflejo me cubrí la cabeza con la almohada
tratando de no escucharla, pero ella me la quito al igual que hizo con las
cobijas.
—Vamos arréglate, tenemos un almuerzo con el…
—El nuevo socio de papá. —la interrumpí
levantándome de mala gana, apartando el cabello de mi rostro.
—Si ya lo sabías, no entiendo porque aun sigues en
la cama.
— ¿Por qué no van ustedes y ya? — proteste tomando
la bata que se encontraba en la silla cercana y que me coloque de mala gana.
—No me hables en ese tono Isabella. Es importante
que estés ahí ya que es un lugar familiar. Ese simple acto solo provocaría que
estuviera en boca de todas mis amistades.
—Por supuesto, las apariencias es lo único que te
importa. — fue lo último que dije antes de encerrarme en el baño y meterme bajo
la ducha
Esta situación era la misma desde que tenía 10
años, y ahora que estaba por cumplir 23 era lo mismo. Cuando cumplí 15 fui
enviada a suiza a un internado exclusivo para señoritas. Cerré los ojos y deje
que el agua golpeara mi rostro, los recuerdos regresaron y me vi rogando porque
no me dejaran ese lugar lejos de ellos, esa fue la única vez que rogué por qué
no lo hicieran, pero a ellos se mostraron fríos. No les importo separarme de
las personas que más quería, me alejaron de mis amigos de la única posibilidad
de vivir como una adolescente norma. Los primeros meses fueron los más duros,
aun podía recordar cuanto había llorado cada noche de mi encierro y fue ahí
cuando me prometí no llorar por las acciones de mis padres, con esa promesa
poco a poco deje de llorar hasta el grado de no hacerlo más.
Solo regrese a casa porque iba a ingresar a la
Universidad, solté una risita ahogada al recordar que ingenuamente pensé que
estudiando Economía lograría que mi padre me viera de otra forma y se sentiría
orgulloso de mí, pero lo único que hacía era hacerme sentir inferior. Lo bueno
de esta profesión era que me estaba enseñando a hacerme insensible, al
principio me costó unirme al equipo de la compañía porque era demasiado blanda,
pero al poco tiempo yo misma me forme una barrera que nadie era capaz o mejor
dicho que aun nadie podía traspasar.
— ¡ISABELLA! —el grito de mi madre me volvió a la
realidad.
—Ya voy Renée, un segundo— Salí de la ducha y en
sólo cuestión de minutos ya estaba vestida y colocándome las zapatillas, mis
lentos oscuros y salí rumbo a la sala donde sabia que estaría.
—Pensé que tendría que ir por ti. — paso junto a mi
dirigiéndose a la salida.
El trayecto al restaurant no fue largo, cuando
llegamos mi madre saludaba animadamente a cada una de sus amistades hasta
llegar a una de las mesas que están cerca de un lago artificial.
—Lamentamos la tardanza, pero aquí esta jovencita
se demoro un poco más. —se excuso mi madre tocando mi mejilla con suavidad y
posteriormente saludo a los que ya estaban en la mesa.
—No te preocupes, se lo que es tener una chica.
—sonrió la mujer señalando a la rubia que me estaba dando la espalda
—Renée, Isabella el es mi nuevo socio Charles y su
esposa Giselle Hale. —nos presento mi padre a su socio y su esposa, pero mi
atención se centro en los chicos que se habían girado, eran los mismos de la
noche anterior, ella era la dueña del BMW.
—Ellos son mis hijos, Jasper y Rosalie. —los
presento Charles, ellos saludaron a mis padres y finalmente a mí.
Me acomode en la silla junto a mi madre quedando
también al lado de Jasper.
— ¿Qué edad tienes Isabella? —pregunto Giselle con
una sonrisa genuina e interés verdadero.
—Casi 23. —respondí quitando mi atención del menú y
centrándola en la mujer rubia.
—Eres casi de la edad de mis hijos, ellos tienen
24.
— ¿Son gemelos? —Preguntó mi madre mirándolos con
detenimiento. —Supongo que entraran a la universidad.
—Así es Sra. Swan. —respondió la rubia acomodándose
en su silla.
—Querida llámame Renée— le sonrió de manera cálida,
de una manera que jamás lo hacía hecho conmigo, acto que me le hizo enojar,
pero que no demostré de ninguna manera.
El interrogatorio siguió mi madre les pregunto que
estudiaban y descubrí que Rosalie estudiaba diseño y su hermano Psicología,
algo que sorprendió a mi padre dado que Charles estaba dentro del área de
economía y que sus hijos no estuvieran en ese campo implicaba que su trabajo en
esa área se terminaría cuando él se retirara, pero él había respetado su
decisión ya que dejo que eligieran su carrera y no se las impuso como me
sucedió a mí.
— ¿Y tú que estudias cariño?— me sobresalte al
escuchar el apelativo cariñoso que había utilizado Giselle para dirigirse a mí.
—Economía.
—Así que tu hija seguirá con tus pasos. —Charles se
dirigió a mi padre que levanto la barbilla como si en realidad se sintiera
orgulloso.
—Claro que otra cosa si no. — sabia que bien podía
estudiar otra cosa pero no me dieron otra opción.
— ¿En qué semestre vas? —pregunto nuevamente
Giselle.
—Este será mi último semestre
—El de mis hijos también, se retrasaron un año por
viajar, pero aun es muy buena edad la que tienen.
— ¿Y dime Giselle ya tienes amigos en la ciudad?
—interrumpió mi madre cambiando de tema, volviendo a ser ella el centro de
atención.
—De la ciudad como tal no, hace apenas 2 días que
llegamos, pero una amiga también se mudo así que no ha tenido tanta relevancia
el no conocer a nadie aun. —explico la mujer con una sonrisa.
Solo había una palabra para describir como me
sentía en ese momento y esa era "aburrida", la plática era de
negocios, que si las acciones subían, que las perdidas en la bolsa de valores,
que si invertir en bienes raíces, que si vender. ¿Porque todo debía de girar en
torno al dinero?, en cambio la plática de Renée se centraba en las familias que
debía de frecuentar, los miércoles de club, las compras y otras trivialidades
mas.
Agradecí cuando mi celular comenzó a sonar ya que
me daba una excusa para levantarme y alejarme.
—Lo lamento— hice el amago de levantarme, pero la
mano de mi madre se cerró fuertemente sobre mi brazo y en un rápido movimiento
me lo quito.
—Es de muy mala educación "cariño"—remarco
el cariño como una amenaza de que no me atreviera a protestar y dejarla mal
delante de esa familia. —Esa es la educación que te hemos dado—siseo mi madre
dándome un apretón en la pierna que era una clara indicación de que me callara
y continuara fingiendo que me interesaba en la aburrida charla. Intente que me
regresara el teléfono, pero solo me lanzo una mirada de advertencia para seguir
con su plática.
— ¿Así que estudias Economía? —me gire para ver a
Jasper.
—Sí—respondí de manera cortante, pero seguí con la
vista fija en Jasper que parecía un chico sencillo y noble en cambio su hermana
gemela parecía todo lo opuesto.
— ¿Eres la chica de Aston Martin, cierto?
—Sí, y tú la del BMW.
—Veo que nos recuerdas. — dejo el tenedor sobre su
plato y centro toda su atención en mi.
— ¿Y ya tienen nuevos amigos en la ciudad?—pregunte
al recordar los hermosos ojos verdes.
—De la ciudad no, un amigo de papá también se mudo
y eso ha sido magnifico.
— ¿Con los que estaban ayer?
—Sí, son ellos. —ambos sonrieron.
—Tú tienes un grupo grande de amigos.
— ¿Amigos? — mi voz no pudo ocultar un tono
sarcástico.
— ¿Que no lo son? —pregunto Rose que pareció algo
desconcertada por mi manera de hablar de los que suponía eran mis amigos.
—Claro— dije sin ocultar e sarcasmo.
Me daban lastima ya que me estaban demostrando que
a pesar de que venían de otra gran
ciudad aun eran ingenuos y posiblemente no estaban listos para vivir en esta
jungla donde tus amigos en realidad podían ser tus peores enemigos, tus peores
enemigos podían convertirse en tus mejores aliados… Todo se movía de acuerdo al
poder y el dinero.
—Veo que se entienden— me gire ver el rostro de mi
padre que mostraba satisfacción y su aprobación.
—Bella, porque no van a algún lugar. —apoyo mi
madre. Les iba a recordar que no traía mi auto, pero mi padre se me adelanto
sugiriendo que nos llevara nuestro chofer a casa y tomara mi auto para hacer de
guía turística de un par de extraños que debía de fingir me agradaban. Antes de
levantarme les pregunte si ellos estaban de acuerdo con la idea y lo
estuvieron.
Nos despedimos para marcharnos donde estaba el
chofer que nos llevaría a mi casa. ¿Podría haber algo peor? Camine junto a
Rosalie quien era unos centímetros más alta que yo, su figura era magnifica y
su seguridad se reflejaba a cada paso, mi autoestima bajo en un 60%, de solo ir
junto a ambos.
Llegamos a casa después de treinta minutos el
trafico estaba un tanto pesado. La rubia miro maravillada la casa.
—Es hermosa tu casa.
—En mi opinión es demasiado grande solo para tres
personas y muy ostentosa— me encogí de hombros— pasen, voy por las llaves,
pueden sentarse.
Me dirigí al despacho donde estaban las llaves de
todos los autos que teníamos en casa, tome las de la nueva camioneta de papá,
aprovecharía para utilizarla y hacerlo enojar un poco.
Le entregue las llaves a mi chofer que me miro un
poco extrañado por pedir que sacara la camioneta de mi padre, pero le asegure
que no tendría problemas y sin oponer más resistencia fue por ella.
— ¿Quieren algo de beber? —les ofrecí a mis
invitados que miraban un par de cuadros que decoraban la sala y el par de
fotografías de mis padres en las que como era obvio no estaba yo.
—No gracias— el semblante de Rosalie se mostraba
molesto.
—La camioneta ya esta lista—anuncio Peter entregándome
las llaves y saliendo de la sala.
Bastó una palabra para que los hermanos Hale me
siguieran y subieran. Rosalie se acomodo en el asiento del copiloto y Jasper en
el trasero.
—Linda camioneta—señalo Jasper.
—Gracias, es de Ch… papá. —me reprendí mentalmente
por el error que estuve por cometer. Mi madre se morirá de solo saber que me
había dirigido a mi padre como Charlie delante de los hijos de sus nuevos
amigos.
—Buenos autos— escuche de nuevo la voz de Rosalie
quien parecía más interesada en ver lo que se encontraba a nuestro alrededor.
—Él siempre dice que deben ser los mejores, aunque
son lujos innecesarios.
— ¿Innecesarios?, lo dice la dueña de una Aston
Martin— deje escapar una carcajada ante el comentario sarcástico de la rubia.
Por el retrovisor vi la mira de censura de su hermano.
—Se que suena irónico, pero ese auto me lo dio mi
padre hace unos meses y ayer fue la tercera vez que lo usaba, y solo porque mi
mini está en la agencia.
— ¿Tienes dos autos? — asentí dejando escapar un
bufido, por no alcanzar a cruzar el semáforo.
— ¿Quieren ir a algún sitio en particular?
—Honestamente no, solo quería huir del lugar.
—Creo que no eras la única Rosalie. —la observe de
reojo y sonreí de lado.
— ¿Porque parece que no te gusta estar con tus
padres? —la pregunta de Jasper me tomo por sorpresa.
—Porque no me gusta. —Dije de manera honesta
consiguiendo sorprenderlos— ¿a dónde quieren ir?
—Yo aun tengo cosas por desempacar, ¿te molestaría
dejarnos en casa? —pidió Rosalie que me indico el camino hacia su casa.
—Sabes… le agradaste a Alice. —dijo después de un
largo rato de silencio.
— ¿Y quién es Alice? — le pregunte mientras me
detenía en una luz roja.
—Mi amiga, la chica con la que estábamos ayer.
— ¿La de cabello oscuro y de puntas? —asintió
—Creo que está un poco loca, no sé cómo le pudiste
caer bien si ni siquiera te conoce.
—No hables así de Alice. —pidió Jasper.
—Lo siento Jazz. Se molesta porque Alice es su
novia— me explico Rosalie.
—Creo que te sientes muy bien al tener a tu novia
en la ciudad
—Fue una suerte que su padre recibiera una oferta
para dirigir el Hospital Central. — me detuve frente a una casa grande pero no
del tamaño de la nuestra.
—Gracias por traernos. —fue lo único que dijo la
rubia antes de bajar del auto.
—Gracia, y espero que un día de estos podamos
salir, se que te encantara conocer a nuestros amigos.
—Claro. —respondí mas por compromiso que por
realmente desearlo, espere a que atravesaran las rejas de su casa para
marcharme del lugar.
Estuve fuera de casa casi todo el día, lo que menos
quería era tener que regresar a casa y encontrarme con mis padres. Fui a
Central Park y me dedique a caminar y disfrutar de un tarde agradable lejos de
los comentarios mal intencionados de mis padres. Cerca de las 6 de la tarde
regrese a casa.
— ¿Donde estuviste? — fue el saludo amable de mi
padre apenas entre en su campo visual.
—No mientas, supimos que los Hale ya estaban en
casa desde hace horas. — gruño mi madre molesta.
—En Central Park.
— ¿No puedes hacer nada bien?
—Ellos me pidieron que los dejara en casa, que
tenían cosas por arreglar.
—Debes de ser una muy mala compañía. —me encogí de
hombros.
—Estaré en mi habitación, saldré esta noche. —les
avise antes de marcharme a mi habitación, pero me detuve a mitad de la escalera
al escuchar la voz de mi madre.
—Te das cuenta de la clase de chica que se ha
vuelto.
—Es la edad Renée.
—Eso lo tienes diciendo desde hace ya un par de
años.
—Hablare con ella.
—Me estoy cansando de ella.
— ¿Y qué propones? —no podía creer que estuvieran hablando de
deshacerse de mí de nuevo, como si no fuera más que un objeto que podían manejara su antojo.
—Le sirvió cuando estuvo en el internado en suiza. —deje de
escucharlos y me marche a mi habitación. Podían decidir enviarme a Tombuctú.
Me alegre de que esta vez no me hubieran prestado
atención, no tenia hora de llegada. Apenas tenían un día de estar en casa y ya
me estaban volviendo loca, tenía que llenar mi agenda de toda la siguiente
semana, no podía estar en casa mientras ellos siguieran aquí.
Un minivestido azul, unas zapatillas altas, el
cabello suelto cayendo en ligeras ondas, un poco de maquillaje y estaba lista,
tome mis cosas y salí de ahí sin ser notada. Esta vez me llevaría el chofer y
me regresaría a casa con alguno de los chicos. El lugar que habían elegido
estaba abarrotado, me acerque tranquilamente al montón de chicos que luchaban
por entrar y que eran ignorados.
—Es… no sé como describirla. —me detuve al escuchar una voz
familiar.
—A mi me parecía agradable.
—Estas en un error, deberías de conocerla, es
una pesada.
—Pero si tú apenas cruzaste palabra con ella. —camine un poco
hasta colocarme detrás de los chicos y ver que los que hablaban eran los Hale
con sus amigos.
—No me apetece tener una amistad con una chica
como ella.
—Es la hija del socio de papá—me estremecí al darme cuenta de que
estaban hablando de mí.
— ¿Y eso qué?, no por eso seré hipócrita y saldré
con ella.
—Jasper deberías de invitarla un día a salir con
nosotros.
—Le deje la invitación abierta, sabía que me lo pedirías. —abrazo
a la chica de pelo rebelde y ella se estiro para darle un beso en la mejilla.
—Yo no saldré cuando ella salga.
—Vamos Rose, dale una oportunidad. —pidió un chico enorme que
abrazo a la rubia.
—No Emmett.
—No es justo que hablen de ella, solo porque no
está, eso es muy bajo— una dulce voz aterciopelada me defendió y eso fue
un golpe aun más duro que las críticas de la rubia. No estaba preparada para
ello.
—Siempre defendiendo a los demás Edward.
—Solo creo que no es justo que hagan eso,
criticaban a los Brandon por hablar mal de los demás a sus espaldas y eso justamente
lo que están haciendo ahora.
Esa chica no tenía derecho a hablar mal de mí, ni
siquiera me conocía, no tenia por que juzgarme. La pobre rubia no tenía idea de
con quien se estaba metiendo, sola estaba cavando su tumba. Un solo rumor dicho
a las chicas adecuadas y toda la ciudad estarían al tanto en cuestión de
minutos. Y su vida perfecta no existiría más.
—Srta. Swan— escuche que me llamaban y me encontré
con la mirada de Brad el hombre que cuidaba la entrada. Era un hombre enorme de
aspecto temible y es por eso que tenía ese trabajo.
—Brad —me hice notar saludando al hombre empujando
a Rosalie y su hermano.
— ¿Bella?
—Hola Jasper— me gire hacia ellos, la cara de
Rosalie había adquirido un color rojo y los demás tenían la boca ligeramente
abierta.
—No te había visto, ¿tienes mucho tiempo aquí?
—Lo suficiente…—le lance un mirada de advertencia a
Rose— nos vemos.
—Bella, porque no te habías acercado.
—Porque me estorbaban— lo dije lo suficientemente
alto para que me escucharan y le dirigí una mirada burlona a Rosalie.
Tuve que llamar a Jessica para encontrarlos esta
vez había elegido un lugar distinto al acostumbrado, la música era agradable.
—Te vez hermosa. —me molestaba que Demetri siempre
quisiera estar cerca de mí, sabía lo que pretendía, pero yo estaba decidida a
no ser una más.
—Gracias— mire por encima de su hombro evaluando a
los chicos para ver si había algún chico guapo en quien pudiera centrar mi
atención, pero no había nada interesante esta noche. Jasper me saludo
nuevamente y yo le devolví el saludo, se sentaron unas mesas más lejos de
mostros pero quedaban a la vista.
La música mejoro y debido al par de whiskies me
sentía más relajada y en ambiente, me pare a bailar junto con Laurent, unas
manos se acomodaron en mi cadera y una respiración golpeaba mi cuello, sabía
quien era. Siempre lo alejaba de mí, pero esta noche no, pegue mi espalda a su
pecho y deje mis manos sobre las suyas para comenzar a moverme al ritmo de la
música, sabía que lo estaba provocando mas no me importo. Cuando la canción
termino me intente separar de él pero me lo impidió.
—Te mueves muy bien. —susurro en mi oído besando
suavemente mi cuello.
—Lo mismo digo Demetri— me gire en su agarre y lo
bese en la comisura de los labios.
—Alguien quiere diversión esta noche. —me apretó
mas en sus brazos logrando que dejara escapar una exclamación de sorpresa al
darme cuenta de lo que había provocado con mi baile. — ¿Quieres terminar lo que
comenzaste?
—No busco esa clase de diversión Dem. —murmure
contra su labios logrando que su agarre se aflojara y me pudiera alejar.
— ¿Quieres algo mejor que un poco de alcohol?
—asentí con una enorme sonrisa. Justo eso era lo que necesita, algo que me
permitiera escapar de la realidad.
—Hola Bella—me gire para ver a Jasper que mantenía
a Alice tomada por la cintura. Me presento a su novia que no dejaba de sonreír
y mostrarse amable.
— ¿En que les puedo ayudar? —pregunte evitando no
ser demasiado cortante, pero no me moleste en ocultar la incomodidad de
tenerlos cerca.
—Solo quería pedirte una disculpa por lo de hace un
rato, mi hermana habla sin pensar.
—Cada uno es libre de pensar lo que quiera. —me
encogí de hombros restándole importancia.
— ¿No estás molesta? —pregunto sorprendido.
—Te sorprendería escuchar todo lo que dicen de mí,
podía decirse que estoy acostumbrada a que la gente hable de mí, siempre lo hacen
por la espalda, todos son unos cobardes. — suspire—Sólo sugiérele que tenga
cuidado, su boca la puede meter en graves problemas.
—Te invitamos a cenar el lunes, para compensarte—
mire por unos instantes a la novia de Jasper había ignorado mis palabras y
estaba con una enorme sonrisa. ¿Qué le pasaba a esta chica?
—No es necesario que me compensen, además tengo
trabajo. No dispongo de mucho tiempo.
—Sólo será un par de horas. —Alice me tomo del
brazo lo que me desconcertó.
—Lo pensare, ¿está bien? — la mirada de esta chica
tenía algo que impedía que le dijeras un no. Además sabia que aceptando era la
única manera de que se alejaran.
—Llamaremos a tu casa para…
—Me encontraran en la empresa, tu padre debe de
tener el numero la extensión es 5983.
—Te llamaremos el lunes— antes de darme tiempo a
reaccionar Alice me había abrazado, me quede como piedra, esta clase de afecto
ya era un tanto desconocida para mí.
—Claro—apenas fui capaz de articular palabra. Se
despidieron y aun aturdida me gire para encontrarme con Demetri.
— ¿Quienes eran? —pregunto.
—Él es el hijo del nuevo socio de papá.
—Y la chica, esa que parece su llavero. —me coloque
la mano en los labios para no reír por el comentario de Jessica.
—Es su novia.
—Voy al tocador—dijo poniéndose de pie, inmediatamente
Lauren y Tanya decidieron acompañarla, pero yo decidí quedarme en la mesa con
los chicos.
Me gire hasta donde estaban Jasper y sus amigos
quienes estaban divirtiéndose una sonrisa en sus rostros, me perdí viendo a ese
pequeño grupo que no necesitaba de gran cosa para pasarla bien, nuevamente me
encontré con la mirada de ese chico, algo tenía que me obligaba a observarlo,
además debo de admitir que no era feo, sino todo lo contrario.
— ¿La quieres o no Bella?— me gire hasta Tyler
quien me había dejado una pastilla frente a mí. Mire a Demetri que asintió
bebiendo un sorbo de su bebida.
—Yo…—mire a Tyler y después la pastilla que tenía
delante, dudando si hacerlo o no.
— ¿Ahora tienes miedo? —pregunto Demetri de manera
burlona.
—Nada de eso, sólo necesito otro whisky. — tome la
pastillita en mi mano viendo que él se tomaba una igual y después pedía una
bebida para mí y otra para él, cubrí la pastilla para evitar que alguien más se
diera cuenta de lo que estaba por hacer, aunque no era la primera vez aun no me
acostumbraba a hacerlo en un lugar público. Gire mi rostro hacia el chico de
ojos verdes y me congele al ver que hablaba con Jasper y señalaba en mi
dirección.
—Aquí tiene señorita. —tome el vaso que el mesero
me entrego.
—Gracias— removí un par de veces el contenido, di
un pequeño sorbo para comprobar que estaba lo suficientemente fuerte.
—Bella podemos hablar. —brinque al sentir una mano
en mi hombro y me asuste un poco cuando vi que era Jasper. — ¿Me acompañas?
— ¿Que quieres? —dije con fastidio tratando de que
comprendiera que me molestaba tenerlo cerca de nuevo.
—Por favor. —pidió cortésmente extendiendo su mano.
— ¿Te está molestando? —me gire y note la mirada
molesta de Demetri, que se comportaba como mi perro guardián.
—No Dem, ya se iba, ¿no es así? —pero en lugar de
la respuesta que esperaba él se negó y repitió que quería hablar conmigo, al
saber que no tenia mas alternativa me levante y en ese instante Demetri me tomo
del brazo.
—Ya regreso— aproveche que me había girado para
colocar la pastilla en mi escote, estire mi vestido y acomode mi cabello antes
de cruzarme de brazos y encarara al rubio. — ¿Qué sucede Jasper?
—Sé que no soy nadie para meterme, pero Edward… mi
amigo— me señalo al chico de ojos verdes que tenia la vista fija al otro
extremo del club, al fin conocía su nombre. Me miro de nuevo y note que estaba
tratando de formular una pregunta y cuando finalmente lo hizo no estaba
preparada para que fuera tan directa. — ¿Consumes drogas?
— ¡Qué! —me aleje de él por la sorpresa de verme
descubierta. Pero de inmediato me recupere y solté una carcajada tratando de
parecer divertida. — Es una estupidez.
—El vio que te dieron algo y por el tipo de chicos
que son y el lugar, te aseguro que no es un dulce.
—Dile a tu amigo que se consiga una vida. —me gire
intentando regresar con mis amigos, ¿Quién era ese hombre para juzgar mis
amistades? Jasper me tomo del brazo impidiendo que me moviera.
—No lo hagas Bella.
— ¿Quien te crees que eres? —gruñí por lo bajo
bastante molesta. — Solo vete con tus amiguitos—hale de mi brazo intentando que
me soltara pero no conseguí liberarme.
— ¿Traes tu coche?
—No me trajo mi chofer. Es algo que no te importa,
solo vete.
—Vamos te llevare a casa— comenzó a empujarme
obligándome a salir del club.
—No iré a ningún lado—estaba intentando oponer
resistencia, pero él era más fuerte que yo y las zapatillas hacían que me
resbalara y facilitaban la tarea de Jasper.
—Claro que lo harás— alguien me levanto como si no
pesara absolutamente nada y sin mayor problema me llevo fuera del club.
— ¡Mis cosas!— proteste tratando de librarme del
agarre de quien quiera que me llevara, pero vi a Alice tomarlas.
—Suéltame.
—Tranquila, pequeña fierecilla— me soltó e
inmediatamente me gire y me encontré con el semblante burlón de un chico alto,
y bastante musculoso de cabello oscuro y corto.
— ¿Y tu quien eres?
—Emmett Cullen—me guiño un ojo.
—Explícame, con qué derecho haces esto, tú y yo
apenas nos conocemos. — me enfrente a Jasper que estaba bastante tranquilo con
la mirada puesta en la puerta esperando que las chicas salieran.
—No sé porque lo haces, pero si está en mis manos
evitarlo, lo hare, no dejare que te lastimes.
—A ti que te importa. —gruñí furiosa y golpee su
pecho con uno de mis dedos.
—Ahora, dánosla. — vi el semblante rígido del
entrometido que me había arruinado una noche que prometía ser bastante
divertida.
—Oye, te estamos ayudan…—antes de que terminara la
frase le di una bofetada por meterse donde no le incumbía.
—Eso te enseñara a no meterte donde no te llaman—
Jasper y Emmett estaban paralizados por lo que acababa de hacer.
— ¿Por ella nos sacaron del lugar? —la rubia estaba
con los brazos cruzados y me miraba con odio.
—Si Rose, la llevaremos a casa.
—Que no es lo suficiente grandecita para irse sola.
—Te lo explicaremos después. —pidió Jasper
—Aquí están tus cosas Bella—Alice se había acercado a mí con mis cosas en sus manos. Ignorando la tensión en el ambiente.
—Gracias— se las arrebate, comencé a caminar
dejando a los chicos detrás.
—Bella—escuche mi nombre en una suave voz pero no
me gire lo único que quería era marcharme del lugar.
—Déjenme tranquila.
—Solo te queremos llevar a tu casa. —seguí
caminando más rápido intentando poner mayor distancia.
—Puedo llegar sola, porque mejor no se van a
arruinarle la noche a alguien más, porque son expertos.
—Bella— un par de manos me tomaron por los hombros,
la sensación me hizo detenerme, me gire para comprobar que era…
—Porque demonios no te compras una vida, que la
tuya sea un asco no significa que tengas derecho a arruinársela a los demás. Yo
no necesito ayuda de nadie.
—Tranquilízate, solo te queremos llevar a tu casa,
estas alterada.
—No sé quién eres y no me importa, solo lárgate— di
dos pasos y estire mi mano para hacer que se detuviera el taxi que se acercaba.
—Es más seguro, si…
— ¡Maldita sea!, déjame tranquila— lo empuje con
todas mis fuerzas haciendo que trastabillara momento que aproveche para subir
al taxi que se alejo del lugar de inmediato.
— ¿Está bien Señorita? —pregunto el hombre apenas
había puesto en marchar el auto.
—Si
—Vera que las cosas se solucionaran con su novio—me
miro por el retrovisor.
— ¿Novio? — Reí irónica— ese tipo no es nada mío.
Ni siquiera lo conozco.
—Lo lamento, yo pensé que ustedes…
—Como sea— le indique la dirección y observe mi reloj,
suspire molesta y frustrada al ver que apenas eran las dos, mi noche se había
arruinado.
No tarde en llegar, pase por las rejas demasiado
molesta para sentir el frio. Pronto estaba en mi habitación, me quite el
vestido y ahí fue cuando cayó la pastilla, me agache para tomarla, no podía
creer que algo tan pequeño podía causar tantos problemas, algo tan
insignificante podía causar tanto escándalo.
La sensación cuando Edward me tomo por los hombros
era algo que no recordaba haber sentido y eso me desconcertaba, pero eso no le
quitaba que era un entrometido, ¿quien se creía para entrometerse en mi vida y
quitarme algo que me hacía sentir libre?, era lo único que me hacia olvidarme
de la patética vida que llevaba siendo una Swan.
Lo único que sabía en este momento es que debía de
ser más cuidadosa, ellos se habían dado cuenta de lo que estaba haciendo y
aunque no lo hacía muy a menudo era algo que ellos no sabían, pero era mi
problema y ellos no tenían que meterse pero podía apostar de que serian un
obstáculo en mi camino.
…
Gracias por leer mis locuras y siento las faltas de ortografía, pero esta historia no esta beteada.
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