No me dejes caer: Capítulo 54



 La vida perfecta



—Alice esta en el hospital y esta algo nerviosa— no tuvo que decir más para que me pusiera de pie, bese a mi pequeño que se alegro al saber que su primita estaba por nacer, pero su carita cambio cuando le dijimos que no podía acompañarnos, pero le prometimos que lo llevaríamos al día siguiente.


No tardamos en llegar y en la sala de espera ya estaban los padres de Jasper y Emmett quien sostenía a su pequeño, los salude antes de dirigirme a la habitación de Alice, me quede de pie cuando la vi, estaba de pie sosteniéndose la espalda con una mano mientras con la otra no dejaba de regañar a su pobre esposo que solo asentía sin ocultar una sonrisa lo que parecía enfurecer mas a la duende.

—Creo que no deberías de estar regañándolo, el ha sido muy complaciente

—Me está pidiendo que me calme, y que respire, por dios como se nota que no es él quien está sintiendo los dolores —me acerque y la abrace hasta donde nuestras barrigas no lo permitieron, gracias a ese detalle una sonrisa se formo en sus labios

—El tiene razón, debes de calmarte y respirar— iba a protestar pero se lo evite hablando primero— a mi no me vengas con el cuento de que no sé lo que estas sintiendo porque yo ya pase por eso

—Pero…

—Nada de peros, no puedes decir que los que estamos en esta habitación no te entendemos porque te equivocas, Rose, Bella y yo sabemos por lo que estas pasando, pero cuando pase esto veras que valió la pena— Esme la abrazo y ella asintió, su mirada se suavizo

—Como no pensé en decir eso antes, era la tercera vez que se quejaba como si no supiéramos nosotras lo que era— me susurro Rose con una enorme sonrisa

—Ya estas más tranquila hermosa— Jasper se acero de manera cautelosa a su esposa que regreso a la posición en la que la había encontrado cuando llegue.

—Ni creas que me volverás a tocar Jasper Hale, olvídate que pasare por esto de nuevo, ya que si lo deseas será mejor que busques la manera de que seas tú el que lo tenga, ahí sabrás lo que es …— se tomo el vientre por una nueva contracción que fue un poco más larga, Jasper la sostenía mientras le indicaba que respirara de la misma manera que él lo hacía, sabía que ellos como hombres poco sabían de lo que era sentir un dolor de parto, pero al estar ahí apoyándote era lo mejor que uno podía pedir, recargue mi rostro en el pecho de Edward que me abrazo.

—Tu no pasaras nuevamente sola por esto amor, yo estaré ahí sosteniéndote y apoyándote como debió ser la primera vez— fue un pequeño beso, en el que apenas nuestros labios se sintieron.

Poco después nos hicieran abandonar la habitación ya que el momento había llegado, nos acomodamos en la sala de espera, Carlisle me había ofrecido que podía reposar en alguna de los cuartos pero me negué ya que sabía que las camas de los hospitales eran de verdad incomoda. Cerca de una hora después una enfermera nos indico que todo había salido de maravilla que ambas estaban bien y que podíamos pasar, no lo repitió dos veces, al entrar presencie una escena grandiosa Alice estaba con las mejillas teñidas de rojo por él es esfuerzo pero eso no le impedía que hubiera una enorme sonrisa en su rostro, acariciaba el rostro de la pequeña que descansaba en sus brazos y Jasper no hacía más que observarlas con verdadera adoración, me sentí mal de romper ese momento pero quería conocer a mi sobrina además de despedirme de para poder marcharme a casa a descansar.

En la mañana me desperté y me sobresalte al notar que pasaban de las nueve, tome la pequeña nota que había sobre la almohada de Edward,

"Llámame en cuanto despiertes mi bella durmiente"
Te amo.
 Edward

Sin perder más tiempo así lo hice, lo primero que hice fue discutir por no despertarme, pero ni se inmuto ante mis protestas, simplemente decía si, aja, claro, lo que me hacia sentirme mas furiosa

—Ya puedo hablar— pregunto soportando las ganas de reír, acepte con un simple si— No te desperté porque hacía tiempo que no dormías tanto y de verdad te hacía falta, además creo que es tiempo de que comiences a hacer lo que hablamos hace un par de meses

—Edward aun…

—Mi vida estas a menos de un mes y no quiero correr riesgos, además ya avise a la empresa de que volverás a estar en casa descansando mientras llega el momento, esto ya lo habíamos hablado y habías aceptado

—Pero al menos podría estar esta semana

—No Isabella, te quedaras en casa no quiero que corras peligro

—Eres un completo exagerado— le colgué, me metí a la ducha, tome un hermoso vestido y unas bailarinas a juegos, llame a Peter para que viniera por mí y me trasladara a la oficina, me lleve un refrigerio ya que no había desayunado nada.

Al llegar a mi piso tanto Stacy como Megan estaban sorprendidas de verme, les di los buenos días y entre a mi oficina, apenas estaba sentándome cuando mi amiga entro cerrando la puerta tras de sí, mantenía enarcada una ceja y una mirada penetrante, pero bien sabia ella que eso no me intimidaba en lo mas mínimo.

—Tenia unos papeles pendientes — le pregunte mientras encendía mi computadora

—Tu no deberías de estar aquí, Edward…

—Edward es un exagerado, pudo siquiera avisarme para dejar las cosas listas, lo hare en esta semana para la que sigue comenzar a reposar

—Cuando Edward se entere estará furioso, entiende que el solo te cuida

—Hablaremos de mi esposo o nos pondremos a trabajar—pregunte enarcando una ceja, odiaba tener que hablarle en ese tono pero no me dejaba alternativa

—Voy por los papeles—salió, por lo que aproveche en leer un par de correos doce de ellos eran asuntos de la empresa, que decidí arreglar de inmediato, había uno de Damián que me avisaba que planeaba viajar para cuando nacieran mis pequeños, lo que me lleno de alegría, tendría a un gran amigo a mi lado.

Junto con Megan revisamos los documentos, reprogramamos la agenda e hicimos las citas con las personas que yo sentía eran las más capacitadas para hacerse cargo de esos negocios, agradecí cuando llegaron con mi encargo de donas y helado de limón, Megan solo se burlo pero me ayudo a terminar las donas de la caja.

Tomamos un descanso para que nuestro cerebro se oxigenara y comenzamos a hablar de detalles fuera del ámbito laboral, note que se quedaba callada y cambiaba bruscamente la conversación y cuando pregunte ella suspiro para contarme lo último que había sabido de mi madre.

—Y…— le cuestione

—Como ya te dije lo leí en una de esas revistas, pero supe que era verdad cuando escuche a tu padre hablar de ello con Maxwell cuando íbamos en el ascensor

—Así que Phil resulto ser exactamente igual que ella y solo la utilizo para quitarle todo lo que poseía para después dejarla en la calle — asintió

—Tu papá dijo que ella lo había llamado para pedirle ayuda

—Inaceptable—gruñí

—Pero él se negó a hacerlo, dejo bien en claro que no lo haría mucho menos después de la manera en la que se había comportado, que era verdad que él la había amado pero que ella se encargo de hacerlo abrir los ojos— tomo una bocanada de aire y un poco del té que había en sus manos

—También dijo que por mucho tiempo ella lo había manejado y que lo había alejado de cosas valiosas, que la última vez que se habían visto había causado demasiado daño y que él no podía ayudar a la mujer que había lastimado a su más grande tesoro, Tú— me señalo con una sonrisa, mi corazón dio un salto al escuchar que era lo más importante para mi papá, después de tantos años sabia que él me consideraba valiosa y me quería

—Y que no iba a permitir que se acercara a nadie de su familia, le recordó lo de una orden de restricción por lo que no podía acercarse a ustedes, que si lo intentaba o si algo les sucedía el se encargaría de hundirla en la cárcel— termino el contenido de su taza— dijo que lo único que había hecho por ella era comprarle un pasaje en un vuelo con destino a Dinamarca donde vivía una prima

—Se fue, al fin salió de nuestras vidas— dije sin poder contener una sonrisa y respirando con tranquilidad.

—Puedo saber a qué se debe esa sonrisa? — gire mi rostro y me encontré con Edward que caminaba lentamente hasta donde estaba sentada, su rostro estaba tenso, estaba enojado, me levante con cuidado con su ayuda, lo abrace y el tardo en envolverme en sus brazos pero lo hizo, beso mi cabello y dejo sus labios cerca de mi oído— sabes cómo lograr que el enojo desaparezca, te amo aunque seas una cabezota

—Se fue— me separe y leí el desconcierto en su mirada—Renée al fin se fue, salió de nuestras vidas

—Como lo sabes? — pregunto sin ocultar la sonrisa que se formo en su bello rostro, aunque el intentara negarlo sabía que había estado preocupado por la amenaza que había lanzado contra nosotros, ahora le había quitado un peso de encima.

—Alguien me lo conto— me reí, el miro sobre mi hombro y le sonrió a Megan que se ruborizo y salió dejándonos solos

—Bueno chica desobediente, vamos por nuestro pequeño y después al hospital a ver a la duende y a la mini—duende—le golpee en la cabeza por llamar de esa manera a la bebe.

A los dos días Alice había salido del hospital por lo que gran parte del día lo pasábamos ahí, ya que mi esposo se había empeñado en que no fuera atrabajar me iba con su hermana y Esme, eran días realmente grandiosos, verla en esa nueva faceta de madre era algo increíble, su perspectiva de tratar a la pequeña Madeleine como muñeca había desaparecido, algo que debo de agradecer.

Dos semanas después me sentía realmente cansada, apenas y dormía por las noches debido a los movimientos de mis pequeños, ya no podía evitar hacer tantos movimientos por lo tanto Edward se despertaba junto conmigo.

A Edward le había surgido una cirugía en Phoenix por lo que debía de viajar, había sido una larga discusión ya que no quería dejarnos solos por el tiempo, pero al recordarle que hacían falta dos semanas para la fecha y que la semana siguiente podía ser la de riesgo él se decidió a ir, claro no sin antes dejarme en casa de Esme ya que aseguró estar más tranquilo, nos despedimos por la mañana antes de que se marchara.

Mi cuñado el grandulón se había ofrecido a pasar por Evan para que nosotras no nos moviéramos, era un gesto que le agradecía ya que me quitaba esa preocupación, Ángela estaba junto conmigo en este momento parecía que fuera mi niñera gesto que le agradecía a mi amiga. La llegada de Evan con Emmett fue divertida nos contaron las aventuras que habían tenido solo de la guardería a la casa y era sorprendente lo que ese par podía hacer en tan poco tiempo, ahora solo podía esperar a lo que Emmett sería capaz de enseñarle a Alex o puede que con él se comportara por ser su hijo y solo llevara por el mal camino al mío.

Tome el celular que Carlisle me proporciono ya que el mío lo habíamos olvidado, después de 4 timbres escuche la inconfundible voz de mi esposo

—Hola amor como estas? — mi voz era serena

—Bien pequeña y tu como te has sentido

—Bien—note que Carlisle abría los ojos y Esme solo sonreía— solo quería saber a qué hora regresaras

—Mi vuelo sale en 3 horas y media, así que cálculo que estaré contigo poco entre 8 y 9 todo depende del tráfico de camino a casa

—Crees que podrías llegar antes?

—No lo sé amor, es que acaso no puedes estar sin mi— se burlo

—Claro que puedo estar sin ti por un tiempo más—tome aire—es solo que no se si nuestros pequeños te quieran esperar

—Que dijiste? — grito provocando que retirar el teléfono de mi oído

—No grites— lo reprendí, pero sonreí al ver las sonrisas amplias de Carlisle y Esme

—Dime que es una broma y que no es lo que creo que es

—Hmm… estoy en el hospital con contracciones, bueno en este momento estoy de los más relajada—me encogí de hombros

—Porque no me lo dijiste desde un principio

—Edward…

—Te dije que no era buena idea venir…

—Edward…— volví a llamarlo pero el seguía hablando

—Tu estas sola, no debí de aceptar venir, que irresponsabilidad de mi parte dejarte…

—Edward…—lo dije en un tono al borde de la desesperación

—Sabia que no debía de dejarte, lo sabía, ¡pero no! aquí estoy a 5 hrs de vuelo, soy…

—Anthony Cullen, ¡Cállate! — Lo escuche guardar silencio y note la mirada divertida de Carlisle y Emmett—primero tranquilízate, no es tu culpa que los mellizos decidieran nacer antes, ahora solo consigue un vuelo y ven, no quie…

—Bella, Bella…—lo escuche gritar pero había soltado el teléfono debido a una nueva contracción, respiraba como me indicaba Esme que me sostenía de la mano; solo escuchaba a Carlisle que había tomado el teléfono y hablaba con Edward, le pidió que se tranquilizara y prometió que él nos cuidaría en lo que el llegaba, pero que debía de darse prisa ya que no sabíamos cuanto tardaría.

—Como no vi la cara de Edward cuando le dijiste que sus pequeños estaban por nacer—le lancé una de mis almohadas—porque la agresividad

—Como que porque, te estás burlando de Edward quien puede que no esté nuevamente a mi lado—lo ultimo lo dije en un susurro, hasta ese momento había sido consciente de que lo más probable es que de nuevo se repitiera la historia, él no estaría cuando nuestros bebés nacieran

—Lo siento hermanita—se acerco para darme un beso en la frente, aunque le sonreí sabia que esa alegría no estaba presente en mi mirada.

Me alegro ver a Rose que llego y me dio un fuerte abrazo, había dejado al pequeño Alex con su mamá para poder estar conmigo en el hospital un gesto que le agradecía, en cambio Alice me había llamado para disculparse por no acompañarme pero ella no tenia con quien dejar a Mady, me relajo el tener a Emmett ya que no paraba de hacerme reír cuando notaba que miraba el reloj, en un par de ocasiones una verdadera sonrisa había aparecido en mis labios, solo para darme cuenta del que había abierto la puerta no era mi esposo, Edward aun no llegaba y Emily había dicho que posiblemente en menos de una hora los tendría en mis brazos.

—Tranquila hermanita, yo lo llamo— Emmett salió de la habitación, Esme se acomodo junto a mi envolviéndome con sus brazos, estaba con los nervios a flor de piel, moría de las ganas de conocer a mis angelitos pero a la vez no quería que llegaran ya que Edward no estaría con nosotros

—Que te dijo? —pregunte al ver a Emmett entra de nuevo

—No contesto, creo que aun viene en camino— sin poder evitarlo pequeñas lagrimas escaparon de mis ojos, posiblemente no estaría para cuando el momento llegara

—El estará aquí, él no se perdería el nacimiento de sus bebés— me aseguro Esme, asentí e intente relajarme

—Hermanita me encontré algo merodeando por el pasillo que creo te gustara ver— enarque una ceja y cuando abrió la puerta vi a Ángela que tenia abrazado a mi hijo y en su mano traía una flor

—Hola mi amor—lo abrace fuertemente cuando estuvo junto a mí, me entrego la flor y se disculpo por qué no fuera un tulipán, pero no había encontrado uno así que se robo una flor del jardín de Esme, le dije que no tenía importancia ya que lo que importaba era el detalle, nos giramos de nuevo a la puerta cuando se abrió de golpe, cuando reaccione mi padre ya estaba junto a mí, mantenía el saco en su mano y el rostro pálido

—Bella, vine en cuanto me avisaron, lo siento hija estaba en junta—le di un beso diciéndolo que no importaba, Emmett tomo a Evan cuando una nueva contracción apareció intente hacer los menos gestos posibles para que mi hijo no se alarmara, pero creo que no fui muy buena, no pude evitar reírme del rostro de mi padre, se había contraído como si él hubiera sentido la presión que ejercían mis pequeños

—Charlie estas bien?

—Eso debe de doler—hizo una mueca ganándose una nueva risa de mi parte

—Te aseguro que duele, pero nada que no pueda soportar

Una hora y media más tarde las contracciones se habían hecho más seguidas, habían sacado a todos de la habitación, solo Carlisle y Esme se habían quedado a mi lado, el dolor era intenso pero no entendía porque razón no había llegado la hora, me aplicaron un medicamento para acelerar el proceso pero nada sucedió un par de estudios revelaron que se habían movido y la posición en la que estaban no era la adecuada.

—Sabes que no queríamos hacerlo de no ser completamente necesario, pero ellos están listo y no cambiaran de posición si no lo han hecho en casi 7 horas no lo harán ahora, así que la única alternativa es una cesárea— me informo mi ginecóloga y amiga, Carlisle intento comunicarse nuevamente con Edward pero no hubo respuesta, le mando un mensaje de texto y deje que fuera él quien firmara la autorización

—Tranquila hija todo saldrá bien—Esme beso mi cabello yo solo asentí presionando su mano debido a una contracción más dolorosa, apreté mis labios no quería gritar, no iba a hacerlo

Minutos después entraron un par de enfermeras para prepararme cuando estuve lista los camilleros llegaron por mí, Esme me pidió tranquilizarme y me aseguro que todo estaría bien, me beso la frente y fue tomando mi mano hasta donde tenía permitido; Carlisle había entrado conmigo para no dejarme sola en este momento, el quirófano era un lugar frio y solo escuchaba las voces de los que estaba ahí presentes, pero nada que lograra entender, me acomodaron para colocarme la anestesia la cual admito era más dolorosa de lo que imaginaba

—Lista para darle la bienvenida a los mellizos? —Negué y Emily sonrió— Es hora

Todos tomaron lugares específicos y yo solo cerré mis ojos, el momento que había esperado con tanta emoción había llegado y Edward de nuevo iba a perdérselo, sabía que no era su culpa tampoco mía ni de los bebes, estas son cosas que suceden sin tener una explicación.

—Pensamos que no llegarías? —abrí los ojos al escuchar a mi amiga

—No me perdería el nacimiento de mis hijos—sonreí abiertamente al verlo llegar junto a mí, se inclino para besarme suavemente—te dije que no estarías sola en este momento

—Te amo—fue lo único que pude decir y él me regalo una enorme sonrisa me perdí en su mirada, por fin me sentía relajada, el silencio fue roto por la voz de Emily

—Edward, quieres cortar el cordón— note sus ojos brillar y yo solo asentí.

Un par de segundos después escuche un hermoso llanto, vi que una par de chicas tomaban un bultito y poco después el segundo llanto más agudo, mi sonrisa no podía ser más amplia, al fin tenia a mis bebes conmigo, correctamente dicho, los teníamos con nosotros.

—Son perfectos y están sanos— me beso dejando que sus lagrimas se mesclaran con las mías, se marcho al sitio donde se los habían llevado, hubiera querido hacer los mismo pero no me era posible, lo vi regresar con un bultito en sus brazos envuelto en una mantita azul, me lo acerco para conocerlo y vi sus hermosos ojos chocolate, y una pequeña mata de cabello cobrizo como él, le di un beso y se lo llevo para regresar con nuestra pequeña princesita.

—Mi mini—Bella— me susurro al mostrármela, tenía mi cabello y mis ojos—te dije que lo conseguiríamos

Se la entrego a una de las enfermeras que se había acercado, sentí mis parpados pesados lo último que escuche fue la voz de mi esposo al susurrarme "Nos veremos cuando la anestesia pase".

EPOV

A veces quisiera hacer un poco mas por ella pero sabía que hacia hasta donde me era posible, últimamente le había costado más poder dormir y sabia que se debía a los constantes movimientos de nuestros hijos, verla dormir en estos momentos era lo más relajante, su rostro sereno y su respiración pausada.

Justos habíamos pasado toda clase de momentos en este embarazo, la alegría de saber que seriamos nuevamente padres, ese día había sido uno de los mejores y el peor hasta este momento fue cuando por culpa de su madre había estado a punto de perder a nuestros bebés, solo recuerdo la voz débil de Bella llamándome y a los pocos segundos la tenía en mis brazos, intentamos que respondiera pero no lo hizo al contrario nos dimos cuenta de que estaba sangrando, no lo pensamos dos veces y nos dirigimos al hospital donde la tendieron de inmediato, mi padre me obligo a quedarme fuera debido al estado en el que estaba, pero todo se había solucionado, los tres estaban bien, lo difícil fue explicarle los acontecimientos de esa noche a mi hijo.

Cada mes que pasaba había algo nuevo y lo que me hacía sentir más feliz era el hecho de que yo podía participar en cada una de las tareas que iban destinadas para mis pequeños; una de las cosas que más me había divertido eran las quejas de mi esposa por sentirse prisionera en nuestra propia casa, no había podido contener las ganas de reír y mas por saber que apenas era el primer día que estaba, no quería ni imaginar cómo se pondría después de un par de semanas. Ese tiempo lo habíamos dedicado para que fuera tiempo en familia, al principio salíamos a diferentes partes, pero conforme el embarazo continuo ella opto por pasar más tiempo en casa debido a la invasión de los medios, ella era conocida como una de las mujeres con un carácter fuerte, se podía enfrentar un sinfín de hombres y salir airosa de cada enfrentamiento, pero estar frente a una cámara eso si que la hacía vulnerable.

Había durado un tiempo en que notaba que sus hormonas estaban demasiado alteradas, sabía lo que ella buscaba con su cercanía, sus besos y sus caricias me dejaban claro que ella deseaba que hiciéramos el amor, yo la deseaba igual o aun más de lo que ella lo hacía, pero debido a que había estado a punto de abortar no podíamos arriesgarnos, solo deseaba que ella no se imaginara cosas extrañas, dado que su cabecita solía hacerlo no me admiraría que así fuera.

Cuando me llevo a escoger las cunas y los muebles para el cuarto de mis hijos no pude reprimir una sonrisa, apenas entramos ella toco una de las cunas que era bonita pero unas cuantas más adentro estaba una maravillosa, se lo hice saber y ella admitió que le gustaba, note su semblante al ver el precio, le asegure que ese un detalle del que no debía de preocuparse, yo quería lo mejor para mi familia y estaba dispuesto a dárselo, ella miraba una par de cajoneras cuando me percate una hermosa mecedora que sabia le encantaría así que la agregue a la lista sin que ella se diera cuenta.

La visita al centro comercial había sido una experiencia agradable, creo que en este momento sabia como se sentía Alice cuando hacia sus visitas continuas a las tiendas, era difícil elegir entre esas pequeñas prendas, cada una estaba elaborada de una manera delicada y que sabia se verían maravillosas en mi mini—Bella, también elegí un poco de ropa para mi pequeño. Nos dirigimos a Victoria Secret's ya que Bella argumento que necesitaba un poco de ropa interior, ella no se dio cuenta del efecto que tuvieron esas palabras en mí, la amaba y con solo imaginarla en esas pendras mi cuerpo reaccionaba, es por eso que opte por quedarme afuera, ya que de lo contrario perdería el autocontrol, lo que no me esperaba fueron sus palabras y la mirada triste.

Aunque aparento que nada había pasado sabía lo que ella anhelaba, hice lo de cada noche le leí un cuento a mi hijo después de que Bella lo arropo, Max se acomodaba en los pies de mi pequeño, había pasado de ser un cachorrito a un perro de tamaño considerable, había intentado hacer que Evan dejara que Max durmiera fuera pero se había negado, salí sin hacer ruido y me dirigí a nuestra habitación, tome mi pijama y me recosté a los poco minutos mi esposa salió del baño llevando una de mis playeras ya que las encontraba mas cómodas, se acomodo en la cama removiéndose hasta que logro una posición cómoda, la bese deseándole buenas noches y ella se durmió.

La mire por unos minutos y me acomode junto a ella primero acaricie su rostro son la punta de mis dedos, al instante note que su piel reaccionaba a mi tacto, bese su cuello hasta llegar y morder suavemente el lóbulo de su oreja, deje que su aroma me llenara, apoye una de mis manos en su vientre y fue cuando la note brincas

Se que estas despierta—abrió sus ojos en los cuales leí el desconcierto

Que haces? — fue lo único que pregunto antes de que se lo aclara con un simple gesto, la bese de la manera que lo había deseado, al instante sus labios se movieron junto con los míos y al sentir sus manos en mis mejillas me dio a entender que ella lo deseaba, moví mi mano por su vientre y me acerque a sus senos que habían crecido haciéndolos más apetecibles, me detuve al escuchar su voz entrecortada, le cuestione si de verdad deseaba que lo hiciera y su respuesta me dejo en claro lo que ella pensaba, mi pequeña esposa seguía menospreciándose y viendo defectos donde noslos había

Se porque haces esto, y creo que la imagen no será agradable, estoy gorda, buenas noches Edward — la vi cerrar los ojos e intentar volver a dormir, podía dejarla pero no lo haría porque ella debía de saber que yo la deseaba de la misma manera que el primer día que la hice mía.

—Mi vida escúchame— la obligue a mirarme, sus ojos demostraban el dolor interno que sentía— te vez completamente…

—Gorda— como podía decir eso, es que no se daba cuenta lo hermosa que lucia

—La palabra que iba a decir era divina— me incline hasta que mis labios chocaron con su oído— y deseable, te deseo Bella, para mí siempre serás perfecta, amo ver tu cuerpo desnudo porque eres hermosa y creo que esta pancita te hace ver a un mas adorable

—Enserio? — sus ojitos brillaron ante mis palabras

—Claro mi vida, recuerda que si no quería que hiciéramos el amor, era por lo que sucedió un par de meses, pero creo que si somos cuidadosos nada malo sucederá— le pedí y así lo hizo, fui cuidadoso en cada caricia y cada movimiento, como había extrañado sentir su cuerpo contra el mío, sus pequeños jadeos y la manera en que cerraba los ojos y mordía su labio inferior tratando de callar los gemidos que querían escapar de sus labios, deje que ella tomara el control para no obligarla a esforzarse de mas, quería que esto fuera perfecto para ella, que ella disfrutara de nuestra unión, coloque mis manos en su cadera para ayudarla en sus movimientos, ella lo estaba disfrutado de la misma manera que lo hacía yo, era simplemente perfecta, logro que termináramos casi al mismo tiempo, dejamos que nuestras respiraciones se mezclara, la ayude a acomodarse y la abrace.

—Fue mucho mejor de lo que me lo imaginaba — no pude evitar sonreír ante tal afirmación, había logrado mi objetivo ella lo había disfrutado

—Fue Excelente, pero ahora debes de descansar y mañana puede que lo repitamos — la pegue mas a mi cuerpo y pronto cayo dormida.

Cada día que pasaba mi esposa irradiaba una enorme felicidad además de que lucía hermosa, jamás me cansare de decir que era el hombre con mayor suerte, intentaba pasar el mayor tiempo con ella y mas con las constantes amenazas que llegue a recibir, solo había una persona que podía ser la responsable, y esa era "Renée", acudí junto a la única persona que sabia me ayudaría a proteger a mi esposa y mis hijos.

—Pasa hijo, solo dame un minuto— me indico una de las sillas frente a su escritorio en lo que terminaba de hablar por teléfono, aun me era extraño que Charlie Swan me llamara hijo pero era agradable saber que él me había aceptado. — Lo siento un par de movimientos

—No te preocupes, créeme cuando te digo que estoy acostumbrado a esta clase de llamadas— él sonrió al saber que me refería a mi esposa

—Una mujer dedicada— se levanto y se acomodo en la silla delante de mí, me ofreció algo de tomar y acepte un café— bueno no quiero parecer descortés pero a que debo tu visita

—No quisiera molestarte pero es que tu eres la única persona a la que se me ocurrió recurrir antes de llevar esto a lo legal — note que se alarmo

—Problemas con Bella? — negué al comprender que lo que él había entendido

—No quiero que pienses que me separare de Bella—aclare y note su rostro relajarse— amo demasiado a mi esposa para siquiera pensar en ello, no podría vivir sin tenerla a mi lado

—Entonces cuando te refieres a lo legal de que estás hablando— saque de mi portafolio las cartas que me habían llegado y se las extendí, y le indique que las leyera, su rostro se torno rojo debido a la furia contenida, las amenazas eran claras quería dañar a Bella y mis hijos— Hace cuando comenzaste a recibir esto

—Las primeras llegaron después de la discusión en tu casa, pero no hubo problema ya que Bella estaba en casa y cuando salía lo hacíamos juntos, después dejaron de llegar y hace una semana comenzaron a hacerlo de nuevo y esta vez me preocupa porque ella está de regreso en su rutina normal—señale

—Pero ella no ha cumplido alguna de sus amenazas?

—Hay un par de guardaespaldas cuidándola, de los cuales Bella ni lo sospecha, ambos descubrieron a un hombre que la vigilaba intentaron detenerlo pero huyo y no lo han vuelto a ver— me había puesto furioso al saber que se les había escapado, pero estaba tranquilo de saber que la protegían bien, al menos Renée en este momento sabia que Bella estaba vigilada y se andaría con cuidado antes de hacerles algo

—No has pensado que hay sitios en los que la puede atacar sin que los guardaespaldas la estén vigilando— doblo las cartas y las dejo sobre el escritorio— por ejemplo el tocador

—En la agencia pedí que uno de los guardaespaldas fuera una chica para cuidar esos detalles, en la empresa reforcé la seguridad con ayuda de Maxwell y Megan la vigila mientras este en la empresa, ella sabe que cualquier cosa extraña debe de llamar a los de seguridad y a mí

—Pensaste en todo— me dio una palmadita en el hombro

—Claro , es la seguridad de mi esposa y de mis hijos, al igual que a Bella redoble la seguridad de mi hijo

—Ve si Emmett puede conseguirnos una orden de restricción para que no se acerque a Bella o mi nieto—asentí— yo les diré donde encontrarla para que se lo notifiquen

—Gracias Charlie—me levante debido a que era tarde y sabia que Bella podría sospechar— tengo que irme o alguien se dará cuenta de lo que sucede

—Tiene que estar relajada, así que vete y no dudes en avisarme de cualquier cosa— me dio un abrazo y salí rumbo a mi casa.

Al llegar me extrañe de no escuchar un solo ruido, los busque por las habitaciones pero no los encontré, al llegar a la cocina escuche la risa de mi hijo y los vi en la piscina, fui hasta ellos y me encontré con la mejor vista que podía pedir

—Definitivamente eres la mamá más sexy— le dije al verla tomando el sol con solo un bikini negro que dejaba al descubierto su vientre, respondió de manera sarcástica

—Sabes que lo digo en serio amor— la bese apartando un mechón que estaba fuera de lugar.

—Papi, me enseñadas a nada— el grito de mi hijo me hizo verlo chapotear en la piscina, le indique solo me cambiaba y estaría con él, entre corriendo a nuestra habitación y me cambie, Bella me ayudo a colocarme el bloqueador lo que supe que había sido una mala idea ya que su roce me estaba excitando, necesitaba inmediatamente entrar al agua y distraerme, la ayude a entrar a la piscina y cuando estuvo dentro tome a mi hijo y comenzaron las clases; esto era realmente divertido ver a mi hijo solo salpicar sin avanzar y escuchar la risa de mi esposa era algo de lo que no cambiaria.

Cuando logro mantenerse a flote y comenzó a nadar de verdad deje que fuera hasta Bella que lo recibió con un beso, note su gesto y me moví para quitarle a nuestro hijo por si se había lastimado, intente disculparme pero ella me lo impidió, tomo mi mano y la dejo sobre su vientre para sentir a mis hijos moverse, la primera vez que los sentí había sido maravilloso, saber que estaban bien era un gran aliciente, poco me importo que tuviéramos público y la bese, la exclamación de Evan no se hizo esperar

—Tus hermanitos se están moviendo, quieres sentirlos — le pregunto de manera tierna y el asintió, Evan disfrutaba el pasar tiempo con Bella ya que ambos comían muchas cosas y simplemente como ese pequeño detalle el sentir a sus hermanitos, sería un excelente hermano mayor lo más lindo era cuando les contaba algún cuento que recordaba, claro que los mezclaba como esa vez que ricitos de oro fue a la casa de la abuelita en compañía de los tres cochinitos.

La orden de restricción se llevo a cabo y se nos informo cuando Renée fue notificada, ella negó de todo lo que se le acusaba pero la orden siguió en curso al igual que la vigilancia en mi familia.

Sin pensarlo ya estaba en su octavo mes lo que nos acercaba a la maravillosa fecha, por las noches solo la sentía removerse y dar algunas exclamaciones, escucharla cantarles a los bebés era simplemente fascinante tenía una voz hermosa y la mayoría del tiempo me hacia dormido solo para poder escucharla, otras veces abría los ojos para hacerle compañía, ella pensaba que no lo notaba pero siempre estaba despierto cuando ella lo estaba.

El nacimiento de Mady la pequeña de Alice había sido todo un acontecimiento al igual que cuando nació Alex, la pequeña era muy hermosa tenía los ojos azules como su papá y todo indicaba que heredaría el cabello rebelde por cortesía de los Cullen, Jasper que la miraba embelesado al igual que Alice tenía un brillo diferente, su vida estaba por cambiar y lo haría de la mejor manera. Una nueva pelea con mi hormonal esposa debido a que era tiempo de que comenzara a quedarse en casa ya que si mi hermana había dado a luz ella tendría poco tiempo, sabía que cuando es un embarazo múltiple se puede acortar el tiempo debido al espacio en el vientre.

Salí de una cirugía para encontrarme con el recado de que mi esposa había asistido a la empresa, termine de arreglar unas notas antes de marcharme a su oficina, abrí la puerta sin anunciarme y ver una enorme sonrisa en su rostro

—Puedo saber a qué se debe esa sonrisa? — me dirigí hacia donde estaba y la ayude a ponerse de pie, estaba enojado por ser tan cabezota y no ver que solo lo hacía por su bien, me abrazo pegándome a su cuerpo dejando que barriguita chocara contra mi abdomen, no pude contener una sonrisa y abrazarla con suavidad, bese su cabello y me acerque a su oído para que solo ella me escuchara ya que Megan seguía ahí — sabes cómo lograr que el enojo desaparezca, te amo aunque seas una cabezota

—Se fue— no entendí lo que me quiso dar a entender con esas palabras, pero había felicidad en su rostro—Renée al fin se fue, salió de nuestras vidas

—Como lo sabes? — no pude ocultar la felicidad al escuchar esas palabras, después de todo al fin se había marchado y nos había dejado tranquilo, ahora sabía que mi familia estaba segura, le informe que iríamos a ver a las duendes y me golpeo por llamar a su a nuestra pequeña sobrina.

Dos semanas después e habían llamado para realizar una cirugía a un senador, lo malo es que debía de viajar hasta Phoenix, esto nos había ocasionado una discusión con mi esposa, yo no deseaba dejarla sola pero ella insistía que debía de hacerlo ya que era mi trabajo además de que estarían bien, acepte al saber que tenía razón además regresaría por la noche, esa noche dormimos en casa de mis padres ya que no quería dejarla sola y mi madre se ofreció a cuidarla, le di un largo beso antes de marcharme al aeropuerto.

El vuelo había sido tranquilo y había llegado con muy buen tiempo, la cirugía fue un éxito, fui a comer a un restaurante que me habían recomendado, al terminar fui a un centro comercial para comprar un regalo para Bella y Evan, tenía un poco mas de 4 horas en lo que salía mi vuelo, me extraño ver que mi padre me llamara pero fue una enorme sorpresa escuchar la voz de mi esposa

—Hola amor como estas?

—Bien pequeña y tú como te has sentido— le pregunte mientras recibía la bolsa con el regalo de nuestro hijo

—Bien, solo quería saber a qué hora regresaras

—Mi vuelo sale en 3 hrs y media, así que cálculo que estaré contigo poco entre 8 y 9 todo depende del tráfico de camino a casa

—Crees que podrías llegar antes? — pregunto de manera tímida

—No lo sé amor, es que acaso no puedes estar sin mi— le dije de manera burlona

—Claro que puedo estar sin ti por un tiempo más, es solo que no se si nuestros pequeños te quieran esperar— me quede quieto y no pude evitar gritar

—Que dijiste?

—No grites— me regaño

—Dime que es una broma y que no es lo que creo que es— rogaba que solo se tratara de eso, no podía ser que…

—Hmm… estoy en el hospital con contracciones, bueno en este momento estoy de los más relajada— al escucharla decir contracciones no pude evitar contener la respiración, nuestros pequeños estaban por nacer y yo estaba lejos

—Porque no me lo dijiste desde un principio— salí corriendo para tomar un taxi pero ninguno se detenía

—Edward…

—Te dije que no era buena idea venir…— comencé a hablar más para mí que para ella, estaba reprendiéndome por no estar ahí y a ver elegido mi trabajo en lugar de mi familia, no podía ser consciente de nada más que de pensar lo que Bella estaba pasando sola, bueno no estaba sola ya que mi padre y mi madre debían de estar con ella, pero no era lo mismo

—Anthony Cullen, ¡Cállate! — Me calle al escucharla de nuevo—primero tranquilízate, no es tu culpa que los mellizos decidieran nacer antes, ahora solo consigue un vuelo y ven, no quie…

—Bella, Bella…—le llame al ver que su regaño se había entrecortado, no era algo típico de ella, nunca dejaba algo a medias así que eso no podía ser nada bueno

—Escúchame hijo, Bella y los bebés están bien, solo debes de intentar llegar lo antes posible, al paso que va puede que en menos de 6 horas este lista

—Cuida bien de ellos, estaré ahí antes de que nazcan—agradecí que un taxi se detuviera, llegue al aeropuerto antes de lo que quisiera, estuve buscando salidas en un vuelo antes pero no encontraba ninguno directo, estaba al borde de la desesperación, no podía quedarme a esperar mi vuelo si lo hacía llegaría demasiado tarde.

Me senté en una de las sillas de la sala de espera con las manos en mi rostro mientras pensaba que hacer, fue ahí cuando recordé que hace un par de meses había operado a un gran empresario que me había dado su teléfono por si necesitaba algún favor, no soy de los que suele pedir la retribución de mi trabajo, pero este era un caso especial, se trataba del nacimiento de mis hijos.

—Corporativo Nott— di mi nombre y espere que me comunicaran con Dominic, había sido mi paciente un par de veces

—Edward que bueno es saber de ti— me saludo con su característica efusividad

—Dominic, Buenas tardes, lamento si soy inoportuno pero necesito de tu ayuda— dije de manera tímida

—Lo que sea por el hombre que me salvo la vida

—Sabes que es mi trabajo, pero en este momento necesito saber si cuentas con algún avión privado

—Claro mi amigo, es que acaso deseas hacer algo de lo que no quieres que se entere tu esposa— me reí ante su deducción

—Si tiene que ver con mi esposa pero la amo demasiado como para hacer algo que la lastime— el rio y murmuro "te tiene en sus manos" — estoy en Phoenix y mi esposa esta por dar a luz y no creo llegar a tiempo es por eso que recurrí a ti

—Ahora veo la angustia— me sorprendí de escuchar eso, yo no había sido consciente de que sonaba angustiado, pero lo estaba por pensar en no estar junto a Bella— En donde estas?

—En el aeropuerto

—En este momento llamo para que tengan listo un avión para cuando llegues, debes de ir a mi hangar privado y te llevaran directo a New York

—Muchas gracias, después me dirás de qué manera te lo puedo pagar

—Es poco en comparación con lo que yo te debo, tienes donde anotar la dirección— escribí la dirección que me dio y me fui directamente, me quede atorado en el trafico por 20 minutos, que no pudieron chocar después de que pasara el vehículo donde iba, al llegar al lugar especificado ya todo estaba listo para el despegue, estaba nervioso y no podía evitar ver mi reloj para ver que ya había perdido cerca de 2 horas y si las cuentas de mi padre eran correctas solo tendría menos de 4.

Apenas estuvimos en el aeropuerto les agradecí a los pilotos y me abrí paso entre el mar de gente que estaba en la terminal, llegue y tome un taxi para ir al hospital solo rogaba con que fuera el tiempo suficiente, me alarme al ver que llegaba un mensaje de mi padre en el que me avisaba que a Bella le realizarían una cesárea, que lo lamentaba pero que no podían posponerla más, le indique al taxista los atajos y llegue en la mitad del tiempo, le pague sin esperar mi cambio y entre directamente al mi consultorio, deje mis cosas y le pedí a Ane que investigara el quirófano donde tenían a Bella, me cambie con uno de mis trajes de cirugía y cuando salí mi secretaria me indico el quirófano, me importo poco aventar a todo el que se cruzaba, subí un par de pisos donde estaban los quirófanos, entre al cuarto de aseo para esterilizarme y ahí me encontré con una enfermera

—Relájese Dr. Cullen, la cesárea de su esposa apenas está comenzando— le agradecí su información y la ayuda, cuando entre la mirada de todos se posaron en mi y note el semblante alegre de Emily

—Pensamos que no llegarías?

—No me perdería el nacimiento de mis hijos—me acerque al rostro de mi esposa que me sonrió, me incline para besarla—te dije que no estarías sola en este momento

—Te amo—fueron las únicas palabras que salieron de sus labios y las únicas que me bastaron para sentirme bien, me perdí en su mirada que reflejaba la felicidad completa del momento

—Edward, quieres cortar el cordón— nunca pensé lo que significaban esas palabras, me alegre de la sola idea y vi a mi esposa que asintió.

Me acerque a Emily que sacaba a mi pequeño, hice el corte y unos segundo s después el comenzó a llorar, se lo llevaron para pesarlo y medirlo, hice lo mismo con mi princesa, el escuchar el llanto de ambos era una sensación contradictoria, estaba feliz porque estaban aquí y sabia que estaban bien, pero sus llantos activaban una fibra en mi interior que me hacia sentir vulnerable al no saber la razón de sus lagrimas

—Son perfectos y están sanos— bese a Bella que no dejaba de sonreír, ambos teníamos lagrimas bajando por nuestras mejillas, me acerque al lugar donde tenían a mis hijos, eran tan pequeños y más hermosos de lo que me había imaginado, me acerque a mi pequeño que había sido el primero y lo tome en brazos, lo bese y el abrió sus ojitos eran iguales a los de Bella, se removió en mis brazos y mi padre se acerco para ajustar bien mi agarre, lo vi contemplarlo y regalarme una hermosa sonrisa, me acerque a Bella que abrió sus ojos cuando se lo acerque, le dio un beso y fui a tomar a nuestra pequeña, quería que los viera antes de que la anestesiaran por completo.

Al tomar a mi pequeña repare en el pequeño detalle de que tenía sus ojos y su cabello, lo habíamos conseguido, tenía mi Bella en miniatura, la bese de igual manera que lo había hecho con mi hijo y se la acerque a mi esposa que comenzaba a sentir los efectos de la anestesia

—Mi mini—Bella— le susurre mostrándosela, ella sonrió y la beso—te dije que lo conseguiríamos

Una de las enfermeras me la quito para llevarlos a hacer unos estudios de rutina y después a los cuneros, vi que se llevaban a mis hijos y regrese mi atención a mi esposa a la cual se le cerraban los ojos la bese y le susurre que nos veríamos en cuanto despertara.

La cirugía termino y a Bella la trasladaron a su habitación, nosotros fuimos en donde estaban todos, me sentía el hombre más feliz, al saber que había logrado estar en la cirugía, había conocido a mis dos pequeños y estaban bien.

—Edward lograste llegar— me abrazo mi madre, para después separarse y preguntar— como están?

—Los tres están en perfectas condiciones— sonreía ante el abrazo de mi hermano

—Papi! — abrace a mi hijo que había llegado de la mano de Ángela

—Hola campeón— lo lance y lo atrape a lo que el dejo escapar una risita

—Y mi mami?

—Tu mami está bien y tus hermanitos también— el abrió los ojos y aplaudió

—Donde etan?

—Vamos a ver si ya están en los cuneros— el asintió y lo lleve hasta la habitación donde estaban los cuneros, claro que todos fueron detrás, solo escuche la voz de mi hermano al decirme que era un envidioso por no querer presentarle a mis hijos, me detuve delante del cristal y ahí los vi

—Cuales son papi— Evan había pegado su rostro y sus manos en el cristal logrando que las enfermeras que revisaban a los bebés sonrieran

—Son los dos que están por donde están la enfermera de bata verde— dejo escapar una expresión de asombro y no paro de decirle a todo el que se acercaba cuáles eran sus hermanitos; Charlie llego junto a nosotros y observo a mis hijos, su rostro estaba relajado y una enorme sonrisa se formo en su rostro y me dio unas palmaditas en la espalda

Llego la hora de irse, mi madre se ofreció a quedarse con Bella ya que suponía que venía cansado por mi viaje relámpago y lo estaba pero nada me separaría de estar junto a mi esposa cuando despertara, deje que se llevaran a mi hijo que hizo un mohín pero accedió cuando le dije que mañana podía estar temprano para visitar a su mami y sus hermanitos

BPOV

Un pitidito conocido fue lo primero que escuche cuando comencé a ser consiente delo que había a mi alrededor, me moví un poco logrando sentir un dolor punzante en mi vientre, deje escapar una exclamación de dolor, abrí los ojos para encontrarme con la habitación en penumbras, apenas era iluminada por la luz que entraba por la ventana de la calle y por la que se filtraba por debajo de la puerta, no hizo falta verlo para saber que Edward estaba aquí conmigo, la calidez de su tacto al tocar mi frente y su aroma inconfundible fueron suficientes.

—Hola— me sorprende de mi voz, se había escuchado algo ronca debido a que me acaba de despertar, además de que sentía arder la garganta por la resequedad que sentía

—Hola mi vida—se inclino y beso mi frente, mi nariz, mis mejillas, la comisura de mis labios hasta llegar a mis labios, fue un beso corto pero lleno de amor, su frente permaneció pegada a la mía, nuestras respiraciones se mezclaban, era un momento especial en el que ambos deseábamos decir tantas cosas pero no había palabras para expresarlas, al menos eso me sucedía a mí.

—Tengo sed— acaricie su mejilla y el movió su cabeza para disfrutar el roce

—Aun no puedes beber nada, pero hay algo que puede ayudar— humedeció mis labios logrando que esa sensación descendiera un poco, nos quedamos unos minutos solo perdiéndonos en la mirada del otro, tomo una gran bocanada de aire — Gracias amor

—Porque agradeces? —que no se daba cuenta de que la que debía de agradecer era yo, el estaba conmigo como lo había prometido

—Por nuestros hijos, son hermosos—la sonrisa más hermosa se formo en su rostro

—No olvides que tu participaste, sin tu ayuda no hubiera sido posible, en los tres casos es gracias a ti—se acomodo junto a mí y yo me acomode en una posición más cómoda en la que no sintiera tanto el dolor punzante de la herida.

A la mañana siguiente, habían llevado a mis pequeños para que los alimentara, había sido perfecto poder hacerlo, eran tan pequeños y completamente hermosos, aunque digan que es algo irreal estaba segura que ambos reconocían mi voz y la de Edward, abrían sus ojitos cuando les hablábamos y eso hacía saltar mi corazón. Evan llego después de las 10 no había asistido a la guardería por ser un día especial, llevaba dos peluches, una hermosa osita con un enorme mono rosa y un leoncito, Carlisle lo dejo en la cama junto a mí y sonrió al conocer a sus hermanitos

—Son pequeños como Alex—afirmo dejando sus regalos de lado y acariciando el rostro de la pequeña que tenía en brazos

—Quien es? —pregunto con timidez

—Ella es tu hermanita

—Hola Sophie—beso su cabecita logrando que ella abriera sus ojitos y lo observara sabia que debía de reconocer su voz ya que Evan platicaba con ellos, señalo al bebe que Edward mantenía en brazos— y él es Dedek

—Si corazón él es Derek— Edward se lo acerco y lo beso de la misma manera que había besado a Sophie

—Sophie y Derek, que bonitos nombre—señalo Esme abrazando a Evan y dándole un gran beso

—Si ellos son Sophie y Derek Cullen—no pude evitar sonreír, mis pequeños eran reales y estaban con nosotros.

Las visitas no se habían hecho esperar, estaba feliz de ver a las personas que tenían un lugar importante en mi corazón, Damián había llegado junto con John y Grace dos días después, los regalos habían sido maravillosos, ropita y juguetes, Jacob y Leah también se habían presentado, al igual que Megan con Owen su ahora prometido.

Después de 4 días al fin me habían dado de alta, la verdad que lo había esperado con impaciencia pero debido a que se había tratado de una cirugía había tenido que permanecer un poco más, no me había gustado porque mantenían a mis bebés en los cuneros, pero la parte buena era que al menos podía dormir por las noches, al estar en casa toda esa calma se terminaría y seria el momento de enfrentarme a las noches en vela, pero valía la pena, todo lo que tuviera que ver con mis hijos lo valía.

Agradecí que Edward hubiera tomado nuevamente vacaciones, eso me aligeraría un poco el trabajo ya que entre ambos nos levantábamos por las noches cuando los mellizos lo exigían, se despertaban dos veces por la noche, sé que no era mucho pero no hay que olvidar que era por partida doble, amamantarlos y cambiarlos no era tarea difícil, lo mas difícil venia cuando se trataba de volver hacerlos dormir, nos tomaba cerca de 15 minutos lograr que durmieran, una canción de cuna era suficiente y amaban que la cantara Edward o yo.

Un pequeño sollozo se escucho a través del monitor, me gire hacia el reloj y note que eran las 3, no tenían ni 20 minutos que habían dormido, parecía que mi pequeña nos había engañado y ahora solicitaba nuestra presencia

—Yo me encargo de mi princesa, vuelve a dormir un poco— me acomode nuevamente en la cama y deje que Edward fuera a revisarla, supe cuando había llegado y la había tomado porque ella había dejado de sollozar, me desperté al notar que eran cerca de las 3:30 y Edward a un no regresaba, tome mi bata y fui a la habitación de los bebes, lo encontré contemplando a Derek, lo abrace por la espalda logrando asustarlo

—Pensé que Sophie te había dado problemas y por eso no había regresado—me giro para dejarme delante de el

—Estaba incomoda un poco de aire, pero cuando lo expulso se durmió

—Son hermosos —susurre observando a ambos dormir tranquilamente

—Que esperabas son nuestros—rodé los ojos logrando que él me regalara esa sonrisa torcida que amaba.

—Siempre tan modesto Dr. Cullen—me burle y el solo me beso

—No sé si ya lo dije pero gracias—dijo contra mis labios.

—Y esta vez porque me agradeces?

—Te agradezco por tantas cosas, por dejar que te ayudara, por perdonarme después de haberme comportado como el mayor idiota, por dejarme entra nuevamente en tu vida, por darme a mis tres maravillosos hijos, por ser mi mujer perfecta, eres una madre amorosa, una esposa inigualable y una amante esplendida— lo ultimo lo dijo con una sonrisa picara yo solo lo golpee juguetonamente en el brazo

—Yo soy la que te debe la vida, sin ti no estaríamos disfrutando este momento y lo que nos depara el futuro

—Cuando te conocí me enamore de ti, pensé que era solo una ilusión algo pasajero, pero solo basto un roce de tu piel y un par de palabras para saber que eras la mujer que quería a mi lado, es por eso que estuve contigo cuando más lo necesitabas, en ese momento te hice una promesa y la cumplí

—Que promesa? —aparto el mechón de cabello que estaba en mi rostro y me envolvió en uno de sus brazos

—Te prometí que estaría ahí para sostenerte y no te dejaría caer en el abismo en el que se había convertido tu vida—sonreí al recordar esa promesa

—Puede que otras las hayas roto, pero esa la cumpliste, no me dejaste caer en la oscuridad que había elegido, siempre estuviste a mi lado, aun cuando estuvimos separados me diste una razón para seguir adelante, me diste a Evan—pegue mi rostro contra su pecho sintiendo como me apretaba contra su cuerpo, acariciando mi piel debajo de mi camisón y sus labios besar mi cabello

—Y siempre estaré para ti, cada minuto de mi vida lo dedicare a hacerte feliz a ti y a nuestros hijos—levante mi rostro para besarlo dulcemente

—Creo que deberíamos aprovechar que nuestros angelitos están durmiendo para hacer lo mismo—me agrado escuchar eso, por las noches nuestros pequeños se despertaban logrando espantar nuestro sueño.

Nos aseguramos de que estuvieran bien arropados, verificamos que los monitores estuvieran encendidos antes de salir de la habitación, le dimos un vistazo a Evan y nos dirigirnos a la nuestra que estaba a un lado, nos acomodamos en la cama yo aun con cuidado debido a la herida de la cesárea que me mantenía sin hacer ningún esfuerzo, me acurruque en los brazos de mi esposo para poder dormir.

Es en este momento que me doy cuenta de que todo lo que viví tuvo un motivo, cada experiencia por horrible que fuera me llevo a un camino mejor, el intentar terminar con mi existencia me llevo a conocer al amor de mi vida, por cursi que llegue a sonar; los desplantes de mi padre me hicieron convertirme en la mejor en mi área, aunque sabía que no había sido la mejor manera, pero era una mujer exitosa y se lo agradecía.

Había encontrado a una verdadera familia, que me había abierto los brazos sin mirar mis errores, se alegraban en mis triunfos y lloraban mis penas, es la familia que siempre soné. Las peleas con Edward aunque algunas habían sido infantiles otras en cambio nos habían hecho madurar, aceptar nuestros errores y mejorar como personas, pero lo más importante era que nos había demostrado que nuestro amor era verdadero y que podía contra todo lo que se nos cruzara; Y qué decir de las maravillosas noche que compartimos, esas son las mejores y las mas especiales, sin ellas no tendríamos lo más preciado que hay en nuestras vidas en este momento, sin ellas no tendríamos a nuestros hijos.

El comienzo de un par de sollozos fue lo que me despertaron, levante mi rostro para encontrarme con la mirada dulce de mi esposo que me miro de manera dulce, se inclino para besarme y susurra un te amo, ese simple gesto fue suficiente para hacer mi corazón saltar, lo vi salir de la cama y tomar mi bata para ayudar a colocármela, los sollozos se habían convertido en gritos, ambos exigían nuestra presencia, el segundo round había llegado.

—Me toca hacerme cargo de Derek—señalo mi esposo cuando entramos a la habitación

—Eso nos deja a ambas cariño—abrace a mi pequeña para comenzar a alimentarla en lo que Edward cambiaba a Derek que había dejado de gritar pero seguía sollozando, pero con solo escuchar la voz de su papá parecía controlarlo.

Esta es mi vida ahora y no cambiaría nada de lo que me llevo a ella, ya que es simplemente perfecta.

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