Quitando Mascaras
Ryan hizo las presentaciones antes de sentarse muy
cerca de mi hermana. La mujer nos dirigió una sonrisa y una mirada cálida.
Natasha le ofreció algo de beber de manera educada, de la misma manera que la
mujer declino. Por unos segundos nos envolvimos en silencio sin saber quien
debía de comenzar, pero como siempre fue mi hermana quien rompió el silencio.
— ¿Abi, Tory siempre ha sido así de fría?
La mujer no nos miro a ninguno y solo suspiro al
tiempo que una sonrisa melancólica aparecía en su rostro.
—Las circunstancias la han hecho cambiar. Ella era
la chica más cálida que conocía, desde pequeña siempre fue una niña muy
inteligente y maravillosa, era… en realidad sigue siendo cálida conmigo. — Supero
pesadamente negando con la cabeza. —Ella no habla mucho al respecto, pero creo
que todo comenzó cuando la empresa familiar se volvió una corporación exitosa.
—se removió en la silla y levanto su mirada viéndonos a cada uno. — Su padre
pasaba largas horas en la oficina restándole atención, su madre comenzó a
ampliar sus amistades desatendiéndola de igual manera. El ingresar al círculo más
alto de esta sociedad no siempre es algo bueno, como ella comprobó.
— ¿Como sabes eso? —Pregunté con verdadera incertidumbre
ya que parecía conocer perfectamente a cada miembro de la familia y lo que tan
celosamente querían ocultar, que no eran una familia ejemplar si no todo lo
contrario algo que podía decir por la manera de ser de Victoria.
—Yo trabajaba aquí cuando la empresa era nada, ella
pasaba el mayor tiempo posible en la junto a su padre, era una niña que revoloteaba
alrededor de él, asegurándole a todo quien quisiera escucharla que cuando fuera
grande seria una gran empresaria como él. Y lo consiguió. — aunque en su mirada
se veía un brillo de orgullo no parecía feliz del todo. —El éxito tiene un
precio muy alto, uno que ella ha ido pagando lentamente.
— ¿Qué precio? —pregunte interesado.
—A pesar de ser una de las niñas más ricas de la
cuidad, hacia toda clase de locuras de una chica de su edad, ella no se
comportaba como la chica de un estatus alto, era una niña normal que hacia todo
con Luke su inseparable amigo, viajaba usando el subterráneo, les diré que me
enseño a utilizarlo. —sonrió con nostalgia al recordar ese momento. —
Disfrutaba salir y comer hot dog en las calles o simplemente paseando en
Central Park, cosa que sé aun disfruta y sigue haciendo… pero a diferencia de
antes, ahora siempre lo hace sola.
— ¿Qué sucedió con Luke?
—Hasta donde sé, lo siguen siendo, pero ambos ya no
se frecuentan. Él la seguía buscando, pero Tory se alejo, la amistad no fue la
misma desde que los separaron. —dejo escapar un suspiro.
— ¿Los separaron?, ¿pero quién? — no pude reprimir
una sonrisa al ver el rostro y el palpable interés por parte de mi hermana que
estaba completamente atenta en la historia.
—Gabrielle su madre creía que Luke era una pésima
influencia para Tory, ya que con él era tal y como es en realidad, él jamás
trato de cubrir las apariencias como Tory se veía y se sigue viendo obligada.
La única manera que Gabrielle encontró para poner distancia entre ambos, fue
siguiendo los pasos de sus nuevas amigas, y cuando Tory iba a ingresar a
secundaria la mando fuera del país a un internado en suiza. Solo la iban a
visitar una vez al año y ella solo venia para las vacaciones de navidad, y un
par de semana en las de verano, como se imaginan el cambio fue inminente… con
todos era más fría, no mostraba sus sentimientos con la facilidad que lo hacía
antes. Su madre le quito los mejores años de su adolescencia. —negó con la
cabeza. — la convirtió en lo que es ahora.
— ¿Y no se rebeló?— preguntó Carter sorprendido ya
que sería algo que mi hermano hubiera hecho.
—Se escapo un par de veces del internado, corrió bastantes riesgos y se lesiono en cada
intento, pero después termino por
rendirse y espero a que su encierro terminara, ahí conoció a algunas de las
chicas con las que sale estos días. —meneo la cabeza de manera reprobatoria. —
Cuando regreso pensé que al fin podría volver a ser la misma chica cálida, pero
todo se complico de nuevo… su padre había elegido por ella e hizo que la admitieran
en la facultad de Economía de la más prestigiosa universidad de la ciudad y el país.
— ¿Ella no la eligió?— preguntó Ryan
adelantándoseme.
—Su padre movió sus influencias y cuando ella
regreso de suiza ya tenía su lugar asegurado en la facultad de Economía, al
igual que todos los de su mismo circulo social. —Se removió en su asiento. — la
última vez que hable con ella me había mencionado que quería ser pintora, me
mostró uno de sus trabajos y era simplemente magnifico. Un talento nato.
— ¿Y por qué no lucho por seguir lo que quería? Si
era realmente lo que le apasionaba y tenía el talento porque no luchar para
obtenerlo. — pregunte desconcertado, sin duda Victoria era una cadena de
contradicciones, si pensaba que las mujeres eran complicadas y que pronto las
entendería, ahora estaba seguro que jamás lo haría.
—No es fácil hacer que su padre cambie de parecer.
Tory no tenía mucha elección al ser hija única él se aseguro que siguiera sus
pasos, para que el apellido Jassen continuara siendo importante. Ella decidió
entrar esperando que al menos pudiera recuperar el tiempo perdido con su padre
y hacer que este volviera a tratarla de la misma manera que lo hacía cuando era
pequeña: con cariño.
—Pero no cambio, parece que no le importa— comento
Carter en voz alta, haciéndonos asentir...— ¿Y desde cuando es parte de la
empresa?
—Hace dos años…—miro a mi hermano— era como una
niña asustada en su primer día de clases. Aunque estaba prácticamente temblando
trato de disimularlo lo mejor posible.
—Ya no hay rastros de esa chica, su mirada es capaz
de helarle la sangre a cualquiera. — señale
—Eso se lo deben a algunos de los ejecutivos que
fueron bastante duros con ella, era blanco constante de sus burlas. El Sr.
Maxwell uno de los altos ejecutivos en cambio, le mostro poco a poco el
funcionamiento de la empresa obligándola a tomar su lugar en esta empresa como
una Jassen, la heredera de esta corporación. — frunció el ceño graciosamente. —
La única forma que encontró para darse a respetar fue volviéndose completamente
dura e impenetrable y sumamente altanera, a partir de ese momento fue respetada
y ahora todos le temen.
—Pero solo por su manera de ser…
—Tory es una cajita llena de sorpresas, ella dejo
claro a todos los que trabajan en esta empresa por su capacidad en los
negocios, que la belleza no era sinónimo de estupidez y mediocridad. Le intentaron
hacer su estancia un poco difícil y que se rindiera, ya que esta profesión piensa
que solo la hacen a la perfección aquellos con traje y corbata.
— ¿Solo hombres?— la voz molesta de mi hermana
resonó en la habitación que se cubrió la boca al darse cuenta que lo había
gritado.
—Que machistas— secundo Tasha cruzándose de brazos
y frunciendo los labios.
—Ese día fue memorable. —sonrió con diversión. —
cerro un trato que tres ejecutivos no conseguían y que estaban a punto de
perder. Sus palabras aun están presentes en todos ella dijo "Espero que
les quede claro que no solo ustedes son buenos en esta profesión, les acabo de
demostrar que lo puedo hacer mucho mejor y con mayor habilidad y todo esto con
zapatillas altas, no enfundada en trajes baratos, corbatas que dan vergüenza y
zapatos de segunda"
—Yo no lo podría haberlo dicho mejor— dijo una
emocionada Tasha.
—Es muy lista. Es el segundo lugar en su
generación. —menciono con orgullo. — se lo merece, pasa largas horas de
estudio, es una chica inteligente, dedicada, hábil y sobre todo trabajadora, ella
ha logrado cerrar cerca de cuarenta contratos.
— ¿Cuarenta?— dijimos al unisonó. Abi asintió con
una enorme sonrisa de satisfacción por vernos tan sorprendidos.
—Yo la acompañe esta mañana cuando cerró un trato y
en verdad es formidable.
—Algunos dicen que una negociadora peligrosa,
porque no hay quien se resista. Pero todo se debe de que está muy bien
preparada y sabe manejar perfectamente las situaciones.
— ¿Porque le temen? —pregunto mi hermana
—Es la mejor , conoce cada una de las áreas de esta
empresa, así que no hay manera de que la engañen, ha despedido y promovido a
algunos ejecutivos, es completamente imparcial, no se tienta el corazón para
tomar las decisiones por lo que muchos dudan que tenga uno, y la han llamado la
princesa de hielo.
— ¿Princesa de hielo?, ella sabe que la conocen
así—pregunte
—Claro que lo sabe, y lamento que sepa de los demás
que no son nada agradables, pero ella en vez de molestarse se burla de su falta
de ingenio.
—No tiene amigos en la empresa— inquirió mi hermana
—Casi no habla con nadie ya que a su padre no le
gusta que socialice con personas inferiores, pero aun así, ella mantiene una
estrecha relación con algunas secretarias y asistentes.
— ¿Y su padre que dice al respecto? — No pude
evitar lanzarle una mirada a Natasha quien mostraba un genuino interés.
—Él no lo sabe, delante de su padre siempre la
llaman Srta. Jassen o Victoria, pero cuando el no esta es simplemente Tory, a
la única que le permite llamarla Tory este o no este su padre es a mí.
—Que sabes de sus amigos fuera de la empresa—se
aventuro Ryan
Con el simple meneo de su cabeza supimos que no lo
que diría no era nada bueno, nos hablo que a pesar de pertenecer a las mejores
familias sus padres no les prestaban la suficiente atención y tenía sus
sospechas de que algunos de ellos ya tenían problemas con las bebida y que
incluso podía asegurar que llegaban a consumir drogas, algo que era bastante común lo que la inquietaba ya que
negaba a pensar que Tory las utilizara y yo no me atreví a decirle a la buena
mujer que sus sospechas eran ciertas.
Continuo hablando del cambio tan radical que sufrió
el semestre pasado cuando su vida social se amplio visiblemente, como salía
cada fin de semana con estos chicos. Me removió inquieta antes de revelarnos
que últimamente se encontraba un poco mas angustiada ya que veía como Tory iba
perdiendo la vitalidad por las pocas horas de sueño tras las continuas salidas
con sus amigos, como evidentemente bebía más de la cuenta, sin dejar de lado
que estaba perdiendo peso de una manera inexplicable ya que sabía que no estaba
haciendo ningún nuevo ejercicio.
Ryan trato de indagar si detrás del cambio
repentino de Tory estaban sus padres a lo que Abi dio la razón ya que no
encontraba otro factor que la orillara a ese comportamiento, que sin duda para
ella era una llamada de atención. Justo cuando iba a intentar pedirle consejo
ara acercarnos a Tory, una de las secretarias llamo a la puerta y asomo la
cabeza para informa a Abi que tenía una llamada, por lo que la mujer se
despidió no sin antes pedirnos que cuidáramos de Tory que sin duda lo que
necesitaba eran amigos verdaderos.
Cuando ella salió y todos nos quedamos en silencio
por unos minutos, estábamos analizando cada una de las palabras de la mujer,
después de todo lo que había tocado vivir, no podíamos esperar que fuera de
otra forma, esa manera de ser fuera gracias a las malas experiencias por las
que había atravesado.
—Tasha, espero que a partir de ahora no te opongas
si la invitamos a salir— fueron las palabras de Ryan que rompió el silencio.
Como era obvio que contestaría estuvo de acuerdo en
que nos acercáramos a ella, además su intuición salió a flote y cuestiono si
nosotros sabíamos algo de que ella estuviera usando drogas, al ver como entre
Ryan, Carter y yo intercambiábamos una
mirada supo cual era la respuesta.
—Es por eso que nos sacaron el otro día del club,
por eso nos dijiste que no dirías nada hasta estar seguro— cuestiono mi hermana.
—Vi que un chico le pasaba una pastilla, sé que no
nos importaba, pero hay algo en ella que me preocupa, en apariencia es dura,
pero en el fondo es una chica frágil, algo que acabe de comprobar con el relato
de Abi.— respondí perdiéndome en los ventanales que daban hacia la calle.
— ¿Tú, preocupado por una desconocida? —cuestiono
mi hermano fingiendo incredulidad y dándole más dramatismo del que merecía.
—Que tiene de raro, después de todo lo que nos ha
dicho Abi, no me negaran que no les preocupa aunque sea un poco, nosotros
tenemos suerte de tener unos padres maravillosos y los de ella son unos monstruos.
—Andre tiene razón, deberíamos de…— nos callamos al
escucharla hablar, nos giramos hacia el cristal que daba al pasillo y la vimos detener
a Abi.
Intercambio un par de palabras con la mujer y era
evidente la calidez con la que la trataba, era como ver a otra chica. Se la
llevo con ella prometiéndole que después la dejaría en su casa, pero que
primero la consentiría un poco después de lo que debía de haber sido un día de
trabajo duro, la mujer negó con la cabeza, pero no se resistió y termino
cediendo.
Nos sorprendimos de ver el trato tan cariñoso que
tenia con Abi, parecía que la adoraba, ahora entendíamos porque decía que con
ella aun era una chica cálida y, en verdad que lo era y que podía decir de esa
manera se veía divino era una lástima que no permitiera que todos conocieran
esa chica tan linda.
Nos marchamos de la oficina a las siete en punto,
no tardamos en llegar a casa y nos acomodamos para ver una película, fue cuando
me di cuenta de que no traía mi móvil, a ninguno le hizo mucha gracia pero Ryan
decidió que debíamos regresar para ver si estaba en su oficina que había sido
el último sitio donde recordaba tenerlo conmigo.
—No tarden. —pidió mi hermana que estaba haciendo
palomitas de maíz.
—No tardamos y asegúrense de que Carter nos deje
algo de comida. —pedí sabiendo que mi hermano podía terminar con todo en
cuestión de segundos.
—Se los prometemos
Después de 20 minutos estábamos de nuevo en la
oficina de Ryan, de noche la empresa lucia un tanto fúnebre, fui directo al
lugar donde estuve sentado durante el relato de Abi y ahí lo encontré.
—Lo siento Zoé, pero debo de terminar de revisar
ese informe, si lo termino pronto te llamo para ver en qué club están.
— ¿Que hace aun en la empresa? —Pregunte al verla
pasar rumbo a su oficia. — ¿Crees que debemos de ir a saludarla?
—Creo que podemos hacerlo, que es lo peor que puede
pasar. —se encogió de hombros.
—Que nos eche. —dije firmemente sabiendo que era lo
más probable, ya que nos tenia catalogados de entrometidos.
—No es tan malo. —dijo con optimismo.
Caminamos lentamente, cualquiera que nos hubiera
visto se reiría, estábamos un tanto intimidados por la manera en que esta chica
podía reaccionar, lo cual era increíble, asustados por una chica, respiramos
profundo y Ryan llamo a la puerta un par de veces.
—Adelante—entramos sin hacer mucho ruido,
ella seguía con la vista clavada en los papales que tenía delante, la
computadora encendida y una sumadora a un lado mientras escribía algunas notas
en un block amarillo— gracias Henry prometo que te compensare por traerme el…
—Hola Tory—saludo Ryan con una pequeña sonrisa.
— ¿Que hacen ustedes aquí? — su voz cambio de
pronto, se hizo más dura, se puso completamente rígida, pegando su espalda al
respaldo de la silla mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.
—Andre olvido su móvil y regresamos por él, te
vimos pasar y queríamos saber si todo estaba bien.
—Sabes que es la excusa más estúpida. — enarco una
ceja.
—No es una excusa es la verdad, nosotros no
sabíamos que estarías aquí.
—Cierto, estoy perfectamente bien así que
adiós—regreso a lo que estaba haciendo, como si nosotros nos hubiéramos
marchado.
—Tory…
—Que Ryan— dijo sin ocultar su enfado.
—No te he presentado formalmente a mi amigo, el es
Andre Langton— sus ojos me recorrieron.
—Es un placer conocerte correctamente. —hable
intentando sonar amable.
—Yo no puedo decir lo mismo, no me apetece conocer
a tipos entrometidos que no tienen una vida propia y es por eso que se dedican
a estropear la de otros, porque déjame decirte que lo haces de maravilla.
—Solo hice lo que me pareció correcto, no podía
dejar pasar algo así, tenía que ayudarte. —di un paso adelante, no podía creer
que ella creyera que después de lo que había visto me quedara como si nada.
— ¿Ayudarme? ¿En qué momento te pedí ayuda? — Se incorporo
manteniendo sus manos apoyadas en el escritorio— ahórrate tus obras de caridad
para alguien que las quiera.
— ¿Aún tienes mucho trabajo? — intervino Ryan
sabiendo que las cosas pintaban mal y lo mejor era cambiar el rumbo.
—Algo, y me gustaría que se fueran para poder
hacerlo.
—Porque simplemente no lo terminas mañana, no te da
miedo estar aquí tan noche y sola.
—Que saben ustedes de los manejos de esta empresa,
este informe debe estar revisado y corregido a primera hora de mañana sobre el
escritorio de Mark.
—Nos quedaremos contigo. —propuso mi amigo pero de
inmediato recibimos una negativa que fingí no escuchar y secunde la idea de mi
amigo lo que pareció enfurecerla.
—Intente no ser grosera, pero veo que ustedes no
entienden indirectas, les pedí de manera sutil que se fueran. Además, si ya
tienen lo que buscaban deberían de marcharse, que tu padre sea un socio no
implica que puedas disponer de las instalaciones a tu antojo.
—Lo entiendo, pero te haremos compañía.
—Yo no necesito la compañía de nadie así que
¡Fuera!
—Estaremos aquí por si nos necesitas— continuo Ryan
en tono casual como si no nos hubiera gritado, salimos de la oficina para irnos
a la que el tenia, dejamos la puerta abierta para que no pudiera escapar. Les
avisamos a los demás que no llegaríamos se enojaron un poco pero cuando les
explicamos el porqué, Lexi los hizo entrar en razón alegando que era el momento
de comenzar entrar en la vida de Tory, aunque fuera a la fuerza. Fui por algo
de comida ya que no sabíamos cuanto tiempo estaríamos haciendo guardia, eran
cerca de las 2 cuando escuchamos que salía de su oficina.
— ¡Demonios! ¿Acaso hablo en otro maldito idioma?—se
detuvo en la puerta y nos vio furiosa al tiempo que se acomodaba el abrigo.
—Te dijimos que te esperaríamos. —respondí con
simpleza.
—Estoy lo suficientemente grandecita como para
cuidarme sola— la seguimos hasta al ascensor, en lugar de bajar como
esperábamos subimos y nos dimos cuenta de que era el piso donde estaba la
oficina de su padre, entro y dejo los papales que había estado revisando.
—Es hora de que vayas a casa, tu padre debe de
estar preguntándose donde estas. — le dijo Ryan rompiendo el silencio que había
en el interior del ascensor.
—Como si eso fuera posible— su voz sonó irónica y
no me paso desapercibida la pequeña sonrisa triste que se formo en sus labios.
Cuando llegamos al estacionamiento la acompañamos hasta su auto, me sorprendió
ver que no era su magnífico Aston, en cambio era un Mini Cooper de color blanco
con negro.
— ¿Que no conducías un Aston? —pregunte sin poder
contenerme.
—Sí lo conduzco, pero no me gusta…—me sorprendió
que no le gustara manejar un vehículo que era un sueño para muchos— lo tuve que
usar porque este bebé estaba en la agencia.
—Te acompañaremos hasta asegurarme de que llegues
bien a casa
—No necesito guardaespaldas. —arrojo su bolso
dentro del auto.
—Sube, te acompañaremos a casa— comenzó a murmurar
cosas sin sentido subió a su automóvil, lo encendió y a los pocos segundo
arranco; subimos al auto de Ryan que por gracia divina estaba cerca, piso el
acelerador y la alcanzamos antes de que saliera del estacionamiento, manejaba a
una velocidad bastante alta.
—Es de las tuyas — reí al saber que mi amigo tenía
razón, yo era amante de la velocidad y era de algo que todos se quejaban, pero
al menos yo me detenía en las luces rojas, bueno solo un par de veces me las
había pasado. Después de 15 minutos llegamos a su casa, se detuvo frente a un
enorme portón, Ryan coloco su auto junto al de ella mientras esperaba que se
terminara de abrir.
—Deberías de conducir más despacio.
—Nadie te pidió que me siguieras. —lo miro con
arrogancia y una mueca de burla.
—Victoria, si conduces a esa velocidad pasándote los
altos puedes tener un accidente muy serio, recuerda que no siempre las calles
estarán despejadas.
— Que te asustes con esto no es mi problema.
—Un accidente es algo serio y mas a la velocidad en
la que conduces, ¿tienes una idea de lo que puede suceder?— la puerta se había
abierto, vi sus ojos brillar y una pequeña sonrisa casi imperceptible se formo
en su rostro.
—Yo no le temo a la muerte— arranco dejándonos
pasmados ante su respuesta, vimos el portón cerrarse y nos dirigimos a casa de mi amigo. Esta noche me quedaría ahí.
—No sé si fue mi imaginación pero parece que la
idea de morir le agrada, el brillo de sus ojos y esa pequeña sonrisa…
—Es más grave de lo que pensamos, es una bomba de
tiempo. —la seriedad de Ryan dejaba claro que en verdad era serio.—Es bastante
orgullosa como para ser de las que se toman un frasco de pastillas, se cortan
las venas o alguna de esas cosas, ella no quiere hacerlo en el anonimato donde
fácilmente se puede cubrir su muerte. Estoy seguro que lo que estaña haciendo
es en venganza para su padres lo que buscara es darles donde más les duela y
eso es provocando un escándalo.
— Debes de estar bromeando.
—Yo soy el Psicólogo tu solo eres medico. —me
recordó de manera divertida.
—No puedo creer que una chica como ella intente hacer
algo como eso, es muy…
— ¿Hermosa?, es que acaso esa chica llamo tu
atención.
— ¿Que dices? —trate de fingir que era una
tontería.
—Nunca te había visto tan interesado en una chica,
ni con Leslie estabas tan preocupado.
—Esto es diferente… solo intento ayudar.
—Claro Andre, no olvides que puedes confiar en mí.
VVOP
Después de pasar una tarde bastante agradable junto
con Abi, esta mujer era la única que me trasmitía una sensación de paz, para mí
no era una empleada mas, era como mi familia, la única que mostraba su cariño y
me dolía tener que mentirle, siempre me preguntaba cómo me encontraba, sabía
que se estaba dando cuenta de lo que estaba haciendo pero no le diría la verdad,
no la dañaría de esta forma.
—Buenas noches Srta. Jassen, ¿trabajará a estas
horas? —pregunto uno de los guardias de seguridad al verme esperar el ascensor.
—Así es Henry, trabajo pendiente. —bufe entre molesta
y resignada.
— ¿Desea algo?
—Podrías traerme un café. —no pude evitar sonreír
al darme cuenta de que me conocía mejor de lo que creía.
— ¿Americano sin azúcar?
—No, mejor que sea solo un té helado— le di 20 dls
y subí a mi oficina cuando salía del elevador mi móvil comenzó a sonar, al
comprobar de quien se trataba vi que era Jessica.
Tome la llamada que era para invitarme a salir esta
noche, tuve que negarme al saber que debía de entregarle ese trabajo a mi
padre, pero aun había la posibilidad de que si terminaba pronto me les podía
unir, así que no dije que no, solo me limite a dejar claro que si terminaba
pronto ahí los encontraría.
Entre en mi oficina, encendí mi computadora y
comencé a trabajar, sabía que muchos odiaban trabajar de noche, pero era algo
que a mí me agradaba, sin interrupciones y lo mejor de todo, me mantenía lejos
de casa y de mis padres.
—Adelante— dije al escuchar que llamaban
a mi puerta, sabia de quien se trataba así que no era necesario despegar la
vista de mi trabajo—gracias Henry prometo que te compensare por traerme
el…
—Hola Tory— me sobresalte al ver que ahí no estaba
Henry en cambio estaban Ryan y su entrometido amigo.
— ¿Que hacen ustedes aquí? —no pude evitar
tensarme, pero no dejaría que me intimidaran, me pegue al respalda de mi silla
y cruce los brazos sobre mi
—Andre olvido su móvil y regresamos por él, te
vimos pasar y queríamos saber si todo estaba bien.
—Sabes que es la excusa más tonta
—No es una excusa es la verdad, nosotros no
sabíamos que estarías aquí.
—Cierto, estoy perfectamente bien así que adiós—los
ignore y seguí en mi trabajo hasta que Ryan volvió a llamarme.
—Tory…
—Que Ryan—respondí sin ocultar el enfado en mi voz.
—No te he presentado formalmente a mi amigo él es Andre
Langton— como olvidar a este chico, no negare que era guapo y había algo en su
mirada que me era irresistible, pero eso no le quitaba que era un entrometido.
—Es un placer conocerte correctamente— ¿que no
tenía cerebro? como se atrevía a hablarme después de lo que me había hecho.
—Yo no puedo decir lo mismo, no me apetece conocer
a tipos entrometidos que no tienen una vida propia y es por eso que se dedican
a estropear la de otros, porque déjame decirte que lo haces de maravilla.
—Solo hice lo que me pareció correcto, no podía
dejar pasar algo así, tenía que ayudarte
— ¿Ayudarme? ¿En qué momento te pedí ayuda?— me
levante de golpe, como se atrevía a decirme eso, es que me vía tan vulnerable y
frágil para que viniera cualquiera a intentar ayudarme, - ahórrate tus obras de
caridad para alguien que las quiera
— ¿Aun tienes mucho trabajo? — corto Ryan
—Algo, y me gustaría que se fueran para poder
hacerlo— me acomode de nuevo en mi sitio.
—Porque simplemente no lo terminas mañana, no te da
miedo estar aquí tan noche y sola.
—Que saben ustedes de los manejos de esta empresa,
este informe debe estar revisado y corregido a primera hora de mañana sobre el
escritorio de Mark— como se atrevían a decir eso, se notaba que desconocían en
su totalidad esta profesión y sobre todo que no sabían cómo era Mark Jassen.
—Nos quedaremos contigo
—No —lo dije lo más alto de lo que hubiera querido
—Su idea me parece buena—escuche que apoyaba Andre
—Intente no ser grosera, pero veo que ustedes no
entienden indirectas, les pedí de manera sutil que se fueran. Además, si ya
tienen lo que buscaban deberían de marcharse, que tu padre sea un socio no
implica que puedas disponer de las instalaciones a tu antojo.
—Pero te haremos compañía
—Yo no necesito la compañía de nadie así que ¡Fuera!—
les grite
—Estaremos aquí por si nos necesitas— los vi salir
y después de unos segundo regrese a mi trabajo, a los poco minutos Henry me
entrego mi té.
No podía creer que tuviéramos empleados tan
ineficientes, este reporte estaba lleno de errores, pero nada me detenía, lo
termine cerca de las 2; aun era tiempo de salir con los chicos pero mejor lo
dejaría para otro día, tenía cosas importantes que hacer al día siguiente, me
detuve frente a la oficina de Ryan y ahí los vi.
— ¡Demonios!, ¿Acaso hablo en otro maldito idioma?
—gruñí enfadada.
—Te dijimos que te esperaríamos
—Estoy lo suficientemente grandecita como para
cuidarme sola— camine hasta el ascensor y ellos me acompañaron, deje los
papeles sobre el escritorio de Mark y de ahí al estacionamiento.
—Es hora de que vayas a casa, tu padre debe de
estar preguntándose donde estas— señalo Ryan rompiendo el silencio.
—Como si eso fuera posible— caminamos rumbo a mi
auto, no pude contener una sonrisita irónica, mi padre ni cuenta se daría de
que no estaba en casa, yo no era importante en su vida, si lo fuera no me
pisotearía todo el tiempo.
— ¿Que no conduces un Aston?— me pregunto Andre
quien parecía sorprendido de ver un auto no tan lujoso.
—Si lo conduzco pero no me gusta, lo tuve que
conducir porque este bebé estaba en la agencia— amaba este automóvil, sabía que
también era un poco lujoso pero no de la misma manera que lo era el Aston.
—Te acompañaremos hasta asegurarme de que llegues
bien a casa.
—No necesito guardaespaldas— no entendía porque
unas personas que me acababan de conocer se preocupaban por mí, pero estaba
casi segura de que no era nada bueno, siempre querían estar conmigo por mi
apellido y por el dinero, así se movían las amistades en nuestro circulo.
—Sube, te acompañaremos a casa— Andre detuvo la
puerta abierta hasta que subí, comencé a murmurar todas las palabras
altisonantes que conocía y todas iban dirigidas a ellos, quienes se creían para
meterse en mi vida, arranque de inmediato ellos me alcanzaron en una abrir y
cerrar de ojos, los puse a prueba en las calles, acelere más de lo que solía
hacerlo y ellos me siguieron, llegue a casa en tiempo mínimo. Ryan coloco su
auto junto al mío en lo que se abría el portón.
—Deberías de conducir más despacio.
—Nadie te pidió que me siguieras— eral el colmo, un
desconocido regañándome por mi manera de conducir.
—Victoria, si conduces a esa velocidad pasándote
los altos puedes tener un accidente muy serio, recuerda que no siempre las
calles estarán despejadas
—Que te asustes con esto no es mi problema.
—Un accidente es algo serio y más a la velocidad en
la que manejas, ¿tienes una idea de lo que puede suceder? — sabia a lo que se
refería y esperaba que en algún momento sucediera, no moriría como una cobarde,
una pequeña sonrisa se escapo de mis labios y esperaba que ellos no la notaran
o me creerían una loca.
—Yo no le temo a la muerte— vi que abrían los ojos
y entre a mi casa dejándolos fuera.
Baje del auto, camine hasta llegar a la puerta
trasera, entre por la cocina, lance las llaves en la isla de la cocina para
abrir el refrigerador, pero no había algo que me pudiera comer o mejor dicho no
quería comer, no podía probar bocado y subir unos gramos que me habían costado
mucho esfuerzo el bajar, así que opte por colocar varios cubos de hielo en un
vaso y llevarme uno a la boca mientras subía a mi habitación, deje el vaso
sobre la mesita de noche y mis cosas en un sillón para después dejarme caer
sobre la cama.
Mi cabeza me estaba dando vueltas, ¿por qué
demonios ellos se sentían con derecho para interferir en mi vida? yo había
tomado un rumbo y por lo que me había dado cuenta ellos intentaban interferir
en ella.
—Srta. Tory
—Cinco minutos mas— me gire ignorando la voz, pero
provoque que el sol me diera directo en el rostro, ya había amanecido y no
sabía a qué hora me había dormido.
—Srta. Jassen, ya son las 7, tiene una hora para
alistarse.
— ¡Me quede dormida!— me levante de inmediato y me
metí al baño, fue ahí cuando me di cuenta de que me había quedado dormida con
la ropa del día anterior, en menos de 20 minutos ya me encontraba de nuevo en
mi habitación eligiendo que ponerme, me decidí por un vestido ajustado por
encima de la rodilla sin manga y de escote profundo.
Encendí mi computadora, revise mi correo mientras
me terminaba de maquillar, mi habitual coleta y unas zapatillas negras, tome mi
bolso y baje mientras revisaba mi organizador.
—No desayunaste. —escuche la voz de mi padre que
revisa su agenda electrónica y no se había detenido para mirarme.
—Se me hizo un poco tarde Mark, ¿nos vamos?
—Yo iré más tarde tengo que asuntos que atender.
—Me iré en mi auto— pronto llegue a mi destino
estacione mi auto junto a uno que no había visto antes.
Me dirigí al ascensor que llego de inmediato y
comencé a subir, era la hora en que mas lleno iba, no pude contener una sonrisa
al ver al hombre que acababa de entrar.
—Buenos días Srta. Jassen.
—Buenos días Sr. Maxwell.
— ¿Tu padre ha salido de viaje de nuevo? —pregunto
al ver que no iba en el ascensor.
—Tuvo otros asuntos que atender, pero llegara más
tarde.
—No había tenido la oportunidad de felicitarte por
el trato de ayer. —sonrió de manera genuina lo que me hizo sentir una vacio en
mi interior, siempre eran otras personas las que veían el esfuerzo que
realizaba, era un hecho que mi padre jamás me vería como una empresaria,
siempre seria una inútil ante sus ojos.
—Gracias, este es mi piso, que tenga buen día.
—Igualmente Victoria, aniquila a unos cuantos.
—Qué bueno que me lo menciona, podría mandar a mi
oficina al que hizo el informe de esta semana.
— ¿Logan?, hubo algún problema
—No solo uno. —le dije enarcando una ceja.
—Entiendo, en unos minutos estará en tu oficina—
camine lentamente por el pasillo me sobresalte al escuchar un par de risas en
la oficina de Ryan, era extraño pero jamás había sentido la sensación que
sentía en ese momento, jamás creí que pudiera envidiar a alguien ya que yo lo
tenía todo, pero claramente lo que sentía era envidia, el tenia amigos genuinos
y no solo chicos que solo se interesaban en saber el dinero que tenias y cual
era tu apellido.
—Tory, Buenos días. — la voz de mi secretaria me
hizo volver a la realidad, la salude como siempre lo hacía, me pregunto por si
deseaba algo de desayunar aunque sentía el vacio no podía doblegarme,
necesitaba tener una figura envidiable y haría lo que fuera necesario, quería
que cuando ya no estuviera todo me recordaran como una chica perfecta en todos
los sentidos.
—Solo quiero un vaso con agua. — El agua en este
momento era lo único que podía tomar sin sentir el más mínimo remordimiento. —
¿Tengo algo para el medio día?
—No tienes nada. —respondió después de revisar su
agenda.
—Iré a una cita y creo que tardare hasta después de
la comida.
— ¿Una cita? — movió las cejas de manera sugestiva
y frunció el ceño cuando le dije que solo era de trabajo.
—Srta. Jassen— me gire y me encontré con un chico
de no más de 24 años sus ojos denotaban el nerviosismo que sentía.
— ¿Tu eres…?
—Logan Falcón.
—Logan… ¿el del informe de ayer?
— ¿Hubo algún problema con él?
—Pasa —le señale mi oficina— que nadie me moleste
—Entendido
— ¿Eres nuevo en la empresa? — acomode mi abrigo en
el perchero y me senté en mi silla—siéntate por favor.
— ¿Cual es el problema con el informe? —aunque su
voz fue firme, en su mirada podía notar el nerviosismo y el pánico que sentía
al estar frente a mí, lo que me hacía sentirme aun mejor, el saber que era
temida levantaba mi estado de ánimo, al menos había conseguido que en la
empresa todos me respetaran y el precio era lo de menos.
— ¿Cuantas veces revisaste los balances?
—Yo…
— ¿Los porcentajes?
—Yo…
—Estoy esperando una respuesta. —me acomode en mi
silla, enarque una ceja mirándolo fijamente, sabía que no le había dado
oportunidad de contestar pero eso hacía más agradable la situación.
—Yo… no lo revise.
— ¿Y por qué no lo hiciste?, nunca te enseñaron en
la escuela que debes de verificar. Es una regla básica.
—Lo lamento, pero era casi las 6 y tenia cosas que
hacer.
— ¿Cosas que hacer?, aquí te pago para que trabajes
adecuadamente, no para que yo haga tu trabajo. —me incline hacia adelante
haciendo que él se pegara al respaldo de su silla.
—Pero…
—Yo fui la que reviso y corrigió los informes, aun
cuando me llevo gran parte de la noche. A mí no me importo tener planes, hice el
trabajo que te correspondía a ti.
—No volverá a suceder.
—Se que no sucederá, quiero que el informe de esta
semana lo hagas tu, lo quiero sobre mi escritorio antes de las 3 del sábado y
mas te vale que este bien de lo contrario no te molestes en venir el lunes.
—Estará bien hecho. —afirmo y sabia que lo estaría,
después de esta agradable platica no podía esperar lo contrario.
—Eso espero, regresa a tu trabajo.
—Con su permiso— lo vi salir con la cabeza baja,
debía de hacer que hiciera bien su trabajo, aunque lo que menos me gustaba era
despedir, pero debía de hacer que trabajaran de acuerdo a las expectativas de
la corporación.
—Aquí esta lo que pediste. —dejo el vaso de agua
sobre mi escritorio.
— ¿Que tenemos para hoy?
—En media hora tienes una reunión con los jefes de
departamento.
— ¿Sobre?
—Tu padre dijo que era para elegir a los candidatos
para la presidencia de la compañía Jassen que abrirá en Alemania.
—Sera interesante ver quien se ira.
— ¿Te pudo hacer una pregunta? —pregunto con
timidez algo raro en mi secretaria ya que era muy franca.
—Claro.
— ¿Estas comiendo bien?
—Claro— conteste más rápido de lo debería de ser.
—Te has dado cuenta de que estas más delgada.
—movió su rostro indicándome mi cuerpo.
—Alucinaciones tuyas. —le reste importancia, sus
ojos se detuvieron en los míos, era como si estuviera tratando de saber qué es lo
que estaba pasando por mi cabeza en ese momento y no pude contener un suspiro
cuando el teléfono comenzó a timbrar y ella se vio obligada a dejar de verme de
la manera que lo estaba haciendo.
—Me voy, alguien debe de contestar ese teléfono.
Me lleve el vaso a los labios y lo bebí en pequeños
sorbos, como me gustaría ser yo alguna de esas opciones y poder marcharme lejos
de aquí, lejos de estos seres que se hacen llamar mis padres, por lo menos ya
estaba por dar un gran paso.
—Hola Tory. —me gire hacia la puerta y ver a la que
recordaba como la novia de Ryan y detrás mi secretaria que parecía algo
asustada por saber que odiaba las interrupciones.
—Está bien Megan—la tranquilicé— Alexa… ¿cierto?
—Sí, veo que no me olvidaste, ¿puedo pasar?
—Por favor— le indique la silla que estaba frente a
mi escritorio
—Ven, Tasha—llamo a la pelirroja que entro junto a
la que era su cuñada.
—Hola Tory—saludo un poco más amable.
—Natasha.
—Venia a invitarte a comer, ya que la vez pasado
por razones obvias ya no se hizo.
—Lo siento pero ya tengo algo que hacer.
— ¿Porque siento que nos evitas? —la pregunta de Alexa
me tomo por sorpresa.
—Si lo haces por mí, siento que me portara tan mal…
—No sé qué es lo que sucede con ustedes, pero yo no
necesito de su caridad ni de la nadie.
—No es eso, solo queremos salir contigo, nos
gustaría conocerte—mantuve la mirada en ambas, intentando encontrar algo que me
indicara que no era verdad. —Y tal vez seamos amigas.
—Alexa… apenas me acabas de conocer, te das cuenta
de que puedo ser una demente, una asesina
¿Y aun así quieres tener una
amistad conmigo?
—Serás su amiga perfecta— señalo Tasha con burla. —
Ella esta demente.
—Tory, 10 minutos—me recordó Megan asomando la
cabeza por la puerta.
—Gracias — me levante ignorando a las chicas.
— ¿Ya te vas?
—Tengo una reunión, si me disculpan.
— ¿Entonces no nos acompañaras a comer? —pregunto
Alexa quien no se daba por vencida.
—Sera otro día, hoy no puedo. —me negué, era verdad
que no podía ya que tenía un compromiso muy importante y aunque no lo tuviera
no lo haría.
— ¿Mañana?— iba detrás de mí
—Tengo agenda llena, ¿no es así Megan?
—En realidad acaban de cancelar la reunión de 1 así
que tienes libre hasta las 4—le lance una mirada envenenada a mi secretaria que
fingió no captarla.
—Entonces mañana, estaremos aquí desde temprano
para que no escapes. —dijo con satisfacción.
— ¿Por qué no iras con nosotros hoy?— me gire para
encontrarme con el rostro de Carter y detrás de él Ryan y Andre.
—Tengo una cita— le dije cortante— Megan me iré en
cuanto la junta termine, si se ofrece algo no dudes en llamarme.
—Entendido
—Si me disculpan, tengo cosas más importantes que
hacer que estar perdiendo el tiempo.
—Hasta mañana Vicky— me detuve y me gire para ver
al grandulón que no se intimido ante mi mirada.
—No me llames Vicky de nuevo— subí al ascensor, no
es que me molestara que me llamara así, es por el hecho de que de pequeña Mark
solía llamarme de esa manera y no pude evitar recordar lo buenos momentos.
Agradecí que la junta no fuera larga, solo se eligió que Brandon Johansson se iría a Alemania para hacerse cargo de la empresa que abría sus puertas en ese país. baje directo a mi auto ya que Megan me había llevado mis cosas, respire profundamente dejando escapar una enorme sonrisa, esta sin duda sería la mejor "cita", era lo que necesitaba, mi destino… la quinta avenida, me estacione cerca y me encamine al edificio, donde me esperaba una muy grata sorpresa.
...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario