Felices fiestas
BVOP
— ¡Tendremos un bebé! —fue lo único que dije al
escuchar el latido de un corazón, pero no cualquier corazón, se trataba del
corazón de mi bebé, me gire para ver a Edward que al igual se notaba emocionado
por la noticia, me beso dulcemente.
Me separe lentamente y me encontré con la mirada
acuosa de mi madre y de Esme, Carlisle me dedico una sonrisa amplia.
—Espero que con esto ya no tengan dudas, y aceptes
quedarte unos días en observación. —asentí mordiendo mi labio inferior.
Cuando el médico salió nos vimos envueltos en los
brazos de nuestros padres, me quede envuelta en los brazos de mi madre que no
paraba de susurrarme lo feliz que se sentía por ser abuela por segunda vez y todos
los planes que había para el nuevo Cullen, el escuchar a mi madre y a Esme
planificar cada detalle desde la llegada hasta…
— ¡Basta! —Les pedí haciéndolas callar— ¿Podrían
relajarse? Por si no se han dado cuenta, aun no sabemos si es niño o niña. Y ustedes
ya están pensando en que guardería va a entrar.
Ambas hicieron un mohín pero dejaron de insistir,
antes de que se marcharan les hicimos prometer que no dirían nada de lo que se
habían enterado, queríamos ser nosotros quienes les diéramos la noticia al
resto de la familia y por supuesto a nuestra pequeñita que esperaba tomara bien
el saber que ya no sería solo ella, si no que alguien más pronto se uniría a nosotros, que nuestra familia estaba por crecer.
Todos se despidieron prometiendo regresar a la mañana
siguiente e hice que me dejaran ver a mi pequeñita antes de que se la llevaran.
Me acomode en la cama e intente acomodar mi cabello, pero estaba segura que
debía de lucir horrible. Edward abrió la puerta y con una reverencia le cedió
el paso a la pequeña que entro dando saltitos hasta llegar junto a mi cama.
—No alcanzo. —brinco un par de veces pero no
lograba subir, Edward la levanto y la dejo junto a mi cerca de mis piernas,
pero ella gateo hasta llegar a abrazarme, la apreté contra mi cuerpo hundiendo
mi rostro en su cabello y le hice cosquillas maravillándome con su dulce
risita.
—Lista para irte a casa y dormir sin darle muchos
problemas a tus abuelitas. —pregunte acariciando su rostro que estaba pegado a
mi pecho.
—Te estañe mucho.
—Yo también te extrañe mucho princesita, más de lo
que te imaginas.
— ¿Mas que a papi? —pregunto con una dulce mirada.
—Si, pero no se lo digas. —le susurre haciéndola
reír y ver a Edward con diversión que solo enarco una ceja al no saber de lo
que hablábamos. La verdad era que a ambos los había extrañado de la misma
manera pero sabía que Millie deseaba escuchar que a ella la había extrañado
más, y el decírselo no tenía nada de malo.
Me pidió que le contara un cuento y así lo hice,
perdí la noción del tiempo, deje de hablar cuando me di cuenta de que se estaba
quedando dormida.
—Dulces sueños princesita hermosa. —bese su mejilla
y deje que Edward se la llevara.
Tardo en regresar unos minutos, pero cuando lo hizo
se acomodo de inmediato junto a mi pasando su brazo por detrás de mis hombros y
entrelazo su mano libre con una de las mías y la dejo sobre mi estomago. Por
primera vez desde que lo habíamos sabido, podíamos disfrutar de la noticia de
ser padres.
—Así que seremos papás. —dijo suavemente dejando
que su aliento chocara en mi cuello.
— ¿No te gusta la idea? —pregunte girando mi rostro
para mirarlo
— ¡Estoy feliz, cariño! , pero aun estoy
sorprendido por la noticia. —me acomode dejando que me envolviera en sus
brazos. —Aun no entiendo cómo es posible que no haya sucedido antes, una de las
teorías del médico es que estuvieras en tratamiento, pero yo no recuerdo que
tu…
—No prestaste atención, pero estaba en tratamiento
ya que siempre he sido muy irregular en mis periodos. —hundí mi rostro en sus
cuello y lo envolví en mis brazos. —Perdón.
— ¿Por qué te disculpas? —levanto mi rostro con
suavidad.
—Si lo hubiera sabido yo no las hubiera tomado y
desde hace mucho...
—Eso ya no importa. Lo único que nos debe de
importar ahora es tu salud y la de nuestro bebé. —asentí removiéndome
cuidadosamente ya que sentía dolor en varias partes de mi cuerpo. —Dime una
cosa. ¿Jamás pediste una segunda opinión?
—No. —dije para dejar que un momento de silencio
nos envolviera. — Se que debí de hacerlo, pero no quería volver a escuchar lo
mismo, así que fue más fácil resignarse a que jamás conocería lo que era…
Nuestro momento fue interrumpido por un hombre que
hablo con Edward con mucha familiaridad y después fue presentado como el hombre
que llevaba el caso de mi secuestro y quería que le contara todo lo que había
sucedido. Mire a Edward y el asintió abrazándome más fuerte para darme la
fortaleza que necesitaba, deje salir el aire de mis pulmones y comencé con el
relato sin omitir una sola parte, solo cerré los ojos y me pegue mas al cuerpo
de Edward que lo sentí temblar cuando escucho algunas partes que no le
gustaron, pero no podía omitir nada, quería que de una buena vez, Demetri
pagara por todo el daño que me había causado.
Esa noche dormí tranquilamente en la calidez de los
brazos de mi esposo, escuche como las enfermeras lo regañaron varias veces por
estar conmigo en la cama, pero él las ignoro ya que no quería separarse de mí y
yo tampoco deseaba que lo hiciera.
Por la mañana mientras desayunaba la fea comida del
hospital, recibí una visita inesperada que me sorprendió y lo primero que hice
fue tomar la mano de Edward que se levanto de su silla y se acomodo junto a mí.
La pareja entro cerrando la puerta detrás de ellos.
—Isabella…
—Le voy a pedir que se retire de esta habitación,
no quiero que nada ni nadie altere a mi esposa.
—Solo queremos disculparnos por lo que Demetri…
—Lo que Demetri me hizo no tiene perdón, solo
quiero que el pague por todo el daño que me causo y le causo a mi familia. —la
mujer se intento acercar a mí y yo me hice aleje pegándome al cuerpo de mi
esposo, importándome poco el lastimarme.
—Si lo que está intentando es que Bella lo deje
pasar, y que su hijo no reciba su castigo, están muy equivocados—gruño molesto
—Mi hijo no puede ir a la cárcel. —lloriqueo la mujer.
—Lo siento Sr. Volturi, pero eso lo hubiera pensado
antes de que su hijo se empeñara en lastimar a mi esposa, es hora de que reciba
su castigo.
—Bella no puedes dejar que eso suceda, tú eres una
buena chica y, sé que no dejaras que Demetri vaya a ese feo lugar, nosotros
siempre te…
—No se atreva. —escupí molesta sintiendo como una
oleada de furia comenzaba a fluir dentro de mí. — No se atreva a decir que
siempre me ayudaron, porque de haberlo hecho Demetri jamás me hubiera tocado,
nunca quisieron darse cuenta de lo que ocurría, ignoraron las muestras físicas
de maltrato que presentaba. Fueron ustedes quienes lo ayudaron a que los peores
expedientes desaparecieran.
—Nada de lo que digan hará que cambien las cosas,
es hora de que Demetri reciba su merecido. Y quiero que se vayan antes de que
llame a seguridad para que los saquen.
—No sabes con quien te estas metiendo jovencito.
—Sus amenazas no me intimidan Sr. Volturi. Yo solo
cuido el bienestar de mi mujer. Si tiene algo más que decirnos lo dirá delante
de nuestros abogados.
La mujer lloro y el hombro intento llegar a un
acuerdo justo cuando uno de los oficiales entro para hacer unas nuevas
preguntas y escucho el intento de soborno que no ayudaría en nada. Cuando
abandonaron la habitación me sentí tranquila de que Edward estuviera conmigo.
Ese fue el primer y único incidente que hubo con
los padres o con alguien cercano a los Volturi. Permanecí en el hospital dos
días y después pude marcharme a casa, el único lugar donde deseaba estar.
Cuando entramos fue recibida por mi pequeñita que
salto a los brazos de Edward y después intento que yo la sostuviera en los
míos, pero Edward se lo impidió, en primero lugar porque tenía una pierna
enyesada y segundo por los cuidados que debía de mantener hasta el primer
ultrasonido, y ver que nuestro pequeño o pequeñita estaba en perfectas
condiciones.
—Mami no puede cargarte, pero puedes abrazarla
cuando este sentada o acostadita. —le explico Esme.
Odiaba el tener que estar sin hacer nada, solo
escuchaba a todos de un lado al otro, lo bueno es que nunca estaba sola, me
encantaba ver a Millie jugar con Joshua, parecía que ambos se habían
complementado de maravilla, me alegraba de que a Joshua aun no le importara el
tener que jugar con muñecas y a Millie no le importaba jugar con los cochecitos
de su primo, pero como siempre no todo es perfecto.
— ¡Mami! —me acomode en la cama, y tanto Rose como
Alice, se hicieron a un lado para dejar que mi bebita subiera a la cama, gateo
hasta llegar a mis brazos para comenzar a sollozar.
— ¿Qué sucede cielo?
—Jos le jalo el pelo a Betty. —rodee los ojos y vi
como Alice parecía sorprendida de que su pequeño hiciera algo malo.
—Cariño… Betty es solo una muñeca y Joshua no lo
quiso hacer. —acune su rostro y vimos entrar a Joshua que llevaba arrastrando
la muñeca de Millie.
Se bajo de la cama y fue hasta Joshua para quitarle
la muñeca pero él se resistió, ambos tiraban de un lado al otro y fue Alice la
que dio por finalizada la pelea, le quito la muñeca a Joshua y se la entrego a
Millie que volvió a mis brazos donde no se movió durante un rato, pero al final
volvió a irse a jugar con Joshua olvidando que habían estado enojados y dejando
olvidada su muñeca.
La noche antes de navidad Edward me mantenía en sus
brazos mientras que esperábamos a nuestra pequeñita que había ido a desearles
buenas noches a sus abuelos y por tobby para que no durmiera solito en su
habitación. Cuando entro no pude contener la risa, tobby le estaba mordiendo el
pantalón haciendo que ella lo sostuviera para que no se le cayera, Edward se
levanto para ayudarla y cuando Millie estuvo en los brazos de su papá le saco
la lengua al perrito que dio un par de ladridos y se acomodo en un rincón,
donde había dormido los últimos días.
Acaricie el cabello de Millie mientras no dejaba de
pensar en la pequeña vida que llevaba dentro, sabía que todos los demás se
enterarían en la cena de Nochebuena, pero quería que mi bebita fuera la primera
en saberlo.
—Tengo algo que contarte. —le dije tocando su nariz
sonriendo, ella me miro con sus enormes ojos azules, que a pesar de ser iguales
a los de Victoria, los de mi pequeña eran cálidos y reflejaban una gran
ternura.
—Es una sorpresa. — Edward se unió a nosotras
sabiendo lo que planeaba decirle. — ¿Te gustaría tener alguien con quien jugar?
— ¿Me compadan oto cachodito? —ambos negamos, pero
no pude evitar reír por lo que ella llego a pensar.
—Me refiero a un hermanito. —sus ojitos se
abrieron.
—No quiedo que juegue con mi juguetes. —frunció en
el ceño.
—Pero eso implicaría que no estarías solita,
tendrías alguien con quien jugar cuando mami o yo no podamos hacerlo.
— Quería que fueras la primera en saber que tendrás
un hermanito. —dije en voz apenas audible y note el brillo alegre bailar en sus
ojitos.
— ¿Y donde esta? — Edward y yo señalamos mi vientre
y ella solo frunció el ceño levantándose sobre la cama, colocando sus manos en
su cadera.
— ¿porque te comité a mi hemanito?
— ¡No me lo comí! —dije sorprendida.
— ¿Y porque esta ahí? —cuestiono sentándose con sus
piernitas cruzadas y sin dejar de mirarme.
—Veras… los bebés llegan ahí por…bueno…
—Recuerdas cuando te explique porque tu tía Leah
tenía a tu primito en su barriga. —ella asintió mirando a Edward que acariciaba
su mejilla, le lance una mirada molesta por dejarme intentar explicarle algo
que él ya lo había hecho.
— ¿Y cómo pusiste la semillita en la badiga de
mami? —ambos nos miramos y me eche a reír al ver que esa parte no se la había
explicado.
—Si amor, dile a Millie como. —enarco una ceja con
una media sonrisa y al ver lo que estaba pensado me sonroje violentamente,
basto una mirada para que pensara bien sus palabras.
—Bueno… la semillita llega… por correo y tu mami se
la tomó como una pastillita. ¡Y plop! el bebé comienza a crecer dentro. —sonreí
ante su gran explicación.
Después de esa maravillosa explicación ella
acaricio mi barriga y le hablo hasta que se quedo profundamente dormida, algo
que nos pareció tierno de su parte. La primera en despertarse fue la pequeña
que comenzó a dar saltos en la cama por ser el día en que ella podría abrir
todos los regalos que hubiera bajo el árbol. Antes de que bajáramos a desayunar
le pedimos que aun no dijera nada sobre su hermanito, ya que era una sorpresa.
Esa noche utilizaría un vestido que Rose en
conjunto con Alice habían diseñado para mi, estaba extendido en la cama y solo
intentaba darme valor para utilizarlo, yo era de una clase de estilo más
clásico y este vestido era poco convencional pero me gustaba el color rosa, me quite la bata y me puse el vestido aunque tuve
problemas con la cremallera, lo intente un par de veces hasta que me di por
vencida y tuve que gritar por ayuda, de inmediato llego mi madre que con una
enorme sonrisa me indico que me girara para poder ayudarme.
—Hija creo que… listo. —ambas resoplamos y sentí
como se ajustaba un poco pero aun no se sentía incomodo, hale suavemente del
dobladillo solo para comprobar que era más corto de lo que me gustaba. —Parece
que las chicas no pensaron que tu talla fuera a cambiar.
—Ni yo creí que fuera a cambiar. —no pude evitar
pasar la mano por mi vientre y sonreír. — Todo este tiempo creí que jamás
sabría lo que era sentir como una pequeña vida crece, se mueve y vive dentro de
ti.
—Tanto tiempo solo fue una ilusión, pero ahora es
algo real y es momento que lo vivas plenamente. —me envolvió en sus brazos y
dio un par de besos en mis mejillas, sus ojos estaban cristalinos.
—Se supone que la de las hormonas alteradas soy yo.
—soltó una risita apartando un par de lagrimas.
—Solo estoy tan feliz, finalmente consigas todo lo
que deseas, tienes un esposo que te adora, eres una mujer exitosa, tienes una
hermosa familia y pronto cumplirás tu sueño de tener un bebé, no digo el ser
madre porque eso ya lo eres… desde que Millie entro a tu vida, esa pequeñita
encantadora. —me abrazo nuevamente aun más fuerte y limpio mis mejillas. — será
mejor que no siga ya que hoy es un día para estar felices y no para estar
llorando.
—Gracias mamá.
Se despidió ya que tenía que ir a ver que todo lo
de la cena estuviera listo mientras que yo terminaba de arreglarme. Me senté en
la sillita frente al espejo para comenzar a maquillarme, me gire cuando escuche
la puerta abrirse y ahí apareció mi pequeña: llevaba un hermoso vestidito
moradito de la bella durmiente con una blusa rosa de manga
larga debajo. Su cabeza estaba adornada por una linda diadema del mismo color
de su vestido, su cabello cobrizo que ya llegaba debajo de sus hombros estaba
peinado en lindos bucles, haciéndola lucir aun más hermosa.
— ¿Te guta? —pregunto tomando los extremos de su
vestidito y girando.
—Luces preciosa.
—Me lo dio mi buedita dene. — me levante de la
silla para que ella pudiera subir y de ahí se pudiera acomodar sentadita en el
tocador mientras yo me maquillaba. — ¿Poque te pones eso en la cada?
—Para verme bonita—respondí terminando de aplicar
la sombra en mis parpados.
—Ya edes bonita. —le di un beso en agradecimiento.
Me aplique un poco de rubor y fingí poner en sus mejillas. —Hace cosquillas.
—Solo un poco. — seguí con el delineador mientras
que ella comenzó a destapar cada uno de los perfumes que tenía cerca y
preguntar para que servía cada una de las cosas que estaba utilizando. Me
coloque el labial para finalizar mi arreglo.
— ¿De qué es? —pregunto señalando mi labial.
—De cereza. —acerco uno de sus deditos a mis labios
donde le di un beso y ella lo llevo a sus labios para poner el poco labial que
se había quedado en su dedito.
—Veo que mis chicas serán las más hermosas esta
noche. —lo vi acercarse con una hermosa sonrisa. — ¿Puedo saber cómo es que
llegaste ahí arriba?
—Subió por la silla, no la cargue si es lo que te
preocupa. —explique antes de que nos regañara a ambas.
—Cuido a mami. —entrecerró sus ojitos haciéndonos
reír, Edward la tomo en sus brazos alabando lo bonita que se veía. Ella le dijo
que la había maquillado y aunque no se lo notaba en lo absoluto, él fingió
notarlo.
Me levante para acomodar mi cabello y buscar la
bota que utilizaba para inmovilizar mi pierna y la bailarina rosa que iba a
juego con el vestido, para poder bajar, ya que no tardaban en llegar todos
nuestros amigos, solo sentía un par de miradas que me seguían tras cada paso
que daba.
— ¿Sucede algo? —pregunte poniéndome las zapatillas.
—Solo te cuidamos mami. —rodee los ojos.
Escuchamos el timbre sonar y de inmediato Millie se
removió para bajar de los brazos de Edward y salir de la habitación, no pude
contenerme de reír cuando comenzó a gritar "tío oso". Mi corazón
comenzó a latir más deprisa cuando sentí a mi esposo acercarse, no me gire me
quede quieta esperando que llegara junto a mí. Hizo a un lado mi cabello para
poder besar mi nuca, mientras sus manos se deslizaban por mis costados hasta
llegar a unirse en mi estómago.
—Creo que esta noche no te me podrás perder.
—susurro en mi oído, deje caer mi cabeza hacia atrás hasta quedar apoyada en su
pecho.
—Lo dices por el color.
—El color te sienta bien, es solo que luces muy
hermosa.
—Adulador. —me gire para poder besarlo, nuestros labios
se movían con suavidad y en una sincronía perfecta, me separe con lentitud.
—Sera mejor que vayamos con los demás.
Entrelazo sus dedos con los míos, bajamos para
encontrarnos con nuestros amigos que no paraban de reír, Millie estaba en los
brazos de Emmett que la ayudaba a alcanzar una plantita de muérdago que Alice
había colocado en algunas partes de la casa.
Me vi envuelta en abrazos y no pare de reír al ver
a Leah golpear varias veces a Jake por olvidar los regalos en el auto.
Las chicas estaban encantadas con que llevara el
vestido que ellas habían creado, aunque me puse un poco nerviosa cuando dijeron
que se veía mas ajustado de lo que esperaban, pero que eso parecía realzar mi
figura.
Varias veces llegaron a mis manos copas de champan,
que Edward cambiaba por jugo de manzana o ponche, Sam fue el primero en darse
cuenta y solo invente que no me apetecía beber. Millie presumió a todos su
vestido que le había regalado mi madre y uso los zapatitos que le había traído
Tanya. Joshua corría detrás de ella y Millie solo intentaba alejarse lo que la mantenía recorriendo toda la casa.
Vi a mi pequeña pedirle la ramita de muérdago a
Emmett y este de la dio, al principio me extraño y después no pare de reír al
ver que se le colocaba sobre su cabecita y obligo a todos a que le dieran un
beso, lo más divertido fue verla correr detrás de Joshua que quería evitar que
su prima lo besara, pero al final lo capturo cuando estuvo en los brazos de
Jasper y el pequeño no tuvo más escapatoria que soportar el beso de Millie, que
fue a los brazos de Edward e hizo lo mismo para obligar a que la besara .
La hora de la cena llego y Emmett como siempre fue
el primero en levantarse e ir al comedor dejando atrás a Rose que solo rodo los
ojos. Edward me detuvo a mitad del camino y antes de que protestara me señalo
el muérdago que estaba sobre nosotros.
—Tradición. —le dije envolviendo su cuello con mis
brazos y adueñándome de sus labios, sus manos se deslizaron por mis costados
hasta cerrarse en mi cadera y pegarme más a su cuerpo, deje que mis dedos
jugaran con el cabello de su nuca provocando un estremecimiento y un jadeo
suave.
—Tú no veas eso ranita. —me separe de Edward
completamente sonrojada y mire hacia el interior del comedor donde muchos pares
de ojos nos observaban, ahí estaba Emmett sosteniendo a mi hija cubriéndole los
ojos, mientras ella intentaba quitarse la mano de los ojos.
Nos acomodamos en nuestras sillas y Millie aun
mantenía un puchero porque su tío le había cubierto los ojos.
El aroma de todos los platillos eran deliciosos e
hicieron que se me abriera el apetito, ayude a Esme y mi madre a servir algunos
platos, era lo menos que podía hacer ya que no me habían dejado inmiscuirme en
los preparativos ya que tenía que estar en reposo, uno que ya me estaba
fastidiando.
Millie y yo compartimos nuestros platos y algunas
veces robamos algo de lo que había en el plato de Edward cuando estaba
distraído, ambas reímos cuando lo veíamos servirse un poco mas de ensalada o
puré de papá.
—Dejen de robarme mi comida. —nos dijo cuando nos
descubrió, ambas reímos, le di un beso y me guiño un ojo.
El postre fue un delicioso pastel de chocolate que
disfrute y prácticamente devore, fui la primera en terminar y comencé a robarle
a Edward y finalmente a Millie que estaba más entretenida aprendiendo a hacer
figuritas con las manos como le decía Sam
—¡Auch! —exclame retirando mi mano cuando Millie me
dio un golpecito al ver que intentaba robarle otro poco.
—Te comité mi patel. —ahí estaba de pie con las manitas
en la cadera y mirándome seriamente, todos estallaron en carcajadas al ver que
era reprendida por mi propia hija y, de la misma manera que yo lo hacía con
ella.
—Lo siento, te daremos una rebanada más grande.
—ella acepto abrazándome, Esme se levanto para servirla.
—Pudiste comerte la mía. —se quejo Emmett viendo su
pequeña rebanada. Sus ojos se abrieron cuando vio la rebanada que Esme le llevo
a Millie. "Recuerda que debes de compartir con mami" le
susurro Esme con una encantadora sonrisa.
—Eso no es justo. —chillo Emmett señalando la
rebanada de Millie, cualquiera se hubiera imaginado a Joshua peleando por el
tamaño de la rebanada, pero era Emmett, el que se suponía era un
"adulto". Estiro su brazo para intentar tomar el plato de mi bebé y ambas
le pegamos en la mano. — Es mucho para una pequeña ranita.
— ¡Mío! —grito colocando el plato sobre el mío que
estaba vacío y después se acomodo en mi regazo, Edward intentó quitármela pero
se lo impedí con un "no me hace daño"
Lo que más disfrute fue que ella me daba de comer
pequeño trocitos de su pastel.
—Abe la boca mami—reí al ver como ella la abría
para mostrarme lo que ella quería que yo hiciera, estuvimos comiendo y
platicando.
Tanya pregunto por lo que había pasado con Victoria
y Demetri lo que al principio provoco un silencio y ella se disculpo
avergonzada.
—Victoria está en la cárcel, sus abogados están
pidiendo que la lleven a Los Ángeles para que ahí cumpla su condena, quieren
que sea en una cárcel de su país, no aquí. —dije con soltura sin mirar a nadie
y haciéndole gestos a Millie.
—Lo siento no debí de preguntar sobre eso, de
verdad que lo siento.
—Se que varios tienen ese misma duda. —me encogí de
hombros sonriéndole. —Y la verdad es que no sé qué es lo que sucedió
con…—Edward apretó mi rodilla.
—Es verdad que los abogados de Victoria están
peleando por una extradición pero nosotros estamos haciendo todo lo posible
porque no lo hagan y con la ayuda de unos contactos de Carlisle parece que lo
estamos logrando. —explico Emmett, me miro para ver si debía de continuar o
detenerse, solo ásete para que continuara, quería saber el final de Demetri. —
Y Demetri por el accidente quedo con muchas lesiones lo que lo ha tenido en
múltiples cirugías que se han complicado y...
—Dejemos de hablar de cosas tristes y comencemos a
llenar nuestras copas, ya es casi media noche. —anuncio Rose acariciando la
mejilla de Joshua que descansaba en las piernas de Alice comiendo su rebanada
de pastel.
Repartieron las copas y como lo había hecho desde
el inicio de la noche, la rechace. Millie era la que no dejaba de tirar del
saco de Edward para que le diera una copa ya que ella era una niña grande y no
quería un vaso como Joshua que era pequeño. Lo observe por un momento el
intentar negociar con la pequeña que estaba molestándose.
—Papi, ya shoy una niña gande. —chillo tirando
nuevamente del saco mientras daba unos ligeros saltitos.
—Ya te di tu ponche.
—Quiedo una de esas que tienen todos. —señalo las
copas. Serví dos copas con jugo de manzana y fui hasta ambos que estaban
molestándose.
—Toma princesa. —se la extendí, ella la tomo e hizo
un mohín al ver que no tenia burbujas. —Yo tomare uno igual. —le mostré el mío
y eso pareció agradarle.
—Gracias. —me susurro Edward dejando una de sus
manos en mi vientre de manera casual, pero sabía que no lo era, Millie me
abrazo dejando su cabecita apoyada sobre la mano de su papá.
— ¿Es momento de abrazar a Bella? —pregunto Emmett
mirándonos, provocando que todos nos miraran.
— ¿Es que no puedo abrazar a mi esposa y Millie a
su mami?
—Un minuto. —anuncio Alice abrazando a Joshua y
Jasper, cada uno estuvo con su pareja, Edward levanto a Millie y me pego a su
cuerpo.
La cuenta regresiva comenzó y Millie gritaba
después que todos como un hermoso eco, la media noche llego y todos lazaron un
grito de emoción, yo solo levante mi rostro y susurre un te amo para después
besar a mi esposo y ah mi pequeña que me envolvió en sus brazos.
—Te quiedo mucho mami. —bese su nariz. Ella bajo de
los brazos de Edward para ir repartiendo abrazos y besos, escuchaba su risa
cuando sus tíos la levantaban y le hacían cosquillas.
Me sentí muy feliz de tener a todos mis seres
queridos conmigo, los abrace y cada uno de ellos me dijo palabras dulces y sus
buenos deseos para la nueva etapa que comenzaba, esta vez era cierto, ya no
tendría que huir y mucho menos ocultarme, al fin era libre y feliz.
Regrese a los brazos de Edward que beso mi
coronilla, me indico que viera a Millie que hablaba con Leah.
—Ya todos fueron abrazados por la ranita y el
pequeño duende. —pregunto Emmett, recibiendo un asentimiento general. —si no
falta nadie podemos ir a abrir los regalos.
—Fata aguien. —grito Millie corriendo hacia
nosotros y abrazándome.
—Ya habías abrazado a tu mami, ranita. Solo nos
restas tiempo para abrir regalos. —Rose lo golpeo en la cabeza y yo sentí ganas
de llorar por ver que el abrazo de mi pequeña no era para mí, era para el bebé.
Hundió su rostro en mi estomago y dejo un dulce beso.
—Es lindo de tu parte pequeña. —la felicito Edward
levantándola en brazos, acune su rostro y lo llene de besos donde ella solo
reía.
—No entiendo que pasa aquí. —Emmett rompió el
momento
—Bueno íbamos a esperar para mañana pero creo que
lo haremos hoy. Tenemos una noticia que darles. —anuncio Edward
—Regresan de nuevo a…
—No. —interrumpí a Alice que frunció el ceño.
—Millie es la que se los dirá.
— ¿Yo? —pregunto mirándonos a ambos y solo
asentimos, ella tomo aire y antes de que lo dijera Emmett la interrumpió "Suéltalo
ranita" —Tío oso, Déjame habla.
—Dinos pequeña, tu tío oso ya no te interrumpirá.
—le aseguro Rose lanzándole una mirada a Emmett que se encogió y se cubrió la
boca con ambas manos. La pequeña parecía nerviosa pero estaba sonriendo.
— ¡Voy a tene un hemanito! —grito levantando sus
brazos, las únicas que lanzaron un gritito de alegría fueron Esme y mi madre,
los demás estaban intentando asimilar lo que había dicho mi hija, en otro
momento me hubiera sentido mal pero lo comprendía.
— ¿Un bebé? —pregunto Jake, asentí.
— ¿Tu vas a tener un bebé? —pregunto Jasper con
suavidad.
—Estoy embarazada. —solté con emoción. Mis amigas
gritaron y se fueron a abrazarme, no pude contener las lágrimas al igual que
ellas.
Millie se bajo de los brazos de Edward para ir a
abrazarme y decirles a sus tías que no me hicieran llorar.
— ¿Pero cómo? —pregunto Jasper
—En verdad quieres saber cómo se hacen los bebés.
—se burlo Emmett. —yo que pensé que ya lo sabías. —señalo a Joshua con un
movimiento de cabeza
—Demetri era el del problema, al parecer soborno al
médico que hizo las pruebas para que en los resultados fuera yo la apareciera
como estéril.
— ¡Maldito! —gruño Tanya que se cubrió los labios
al ver a los dos pequeños que estaban cerca. —lo siento.
—Eso ya no importa, lo que importa es que pronto
tendremos un nuevo Cullen en la familia. —corto mi esposo envolviéndome en sus
brazos.
La hora de los regalos llegó y como siempre Millie
y Joshua fueron los que más recibieron, ambos estaban contentos con cada cajita
que destapaban, me quede apoyada en Edward que mantenía su mano en mi estomago
y movía su dedo en manera circular.
Al fin podría disfrutar de mi libertad, sabía que
no debía de hacerlo pero solo deseaba que Demetri pagara todo el daño que me
había causado a mí y a mi hermosa familia, una que amaba con todo mí ser y
sabia que ellos me adoraban de la misma manera.
Ahora solo esperaba poder disfrutar de mi embarazo y dejar que Edward lo
hiciera, ya que por lo que me había contado de Victoria, ella no lo había
dejado disfrutar ya que se había dedicado a cuidar de que ella no hiciera
alguna tontería para perder a la pequeña que gritaba de alegría al descubrir un
trajecito de la bella durmiente, diseñado por sus tías. Esta era mi familia y
no la cambiaría por nada.
...
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