El único
EPOV
La orden de restricción contra Jacob había
procedido y solo dos días después de nuestro encuentro en las oficinas de
nuestro abogado él tenía estrictamente prohibido estar cerca de mi familia.
Las cosas habían vuelto a la normalidad, podía
estar tranquilo de que cuando yo estaba en el trabajo mis dos ángeles estaban
seguros donde quiera que estuvieran. Bella había regresado a ser la mujer con
una sonrisa en los labios y se mostraba más cariñosa cosa que me agradaba, pero
eso hacía que surgiera una duda en mi interior. ¿Ella se estaba comportando de
esa manera por qué estaba comenzando a quererme o solo por qué estaba
agradecida por quitarle a Jacob de su camino? Sabía que era en este momento
cuando se supone debía de confiar en ella, pero no podía evitar preguntarme qué
era lo que pasaba por esa linda cabecita.
Ya habían pasado dos semanas y habíamos quedado de
comer en un restaurante de comida italiana de un amigo mío donde nos
encontraríamos luego de que llevara al bebé al hospital para sus vacunas, quise
acompañarlos pero una reunión de último minuto lo impidió, pero en las próximas
ahí estaría presente. Así que solo podía contar los minutos para salir de estas
cuatro paredes, montarme en mi auto y dirigirme hasta el lugar de nuestro
encuentro. Muchos habían dicho que había cambiado desde que Bella entró a mi
vida y que estaba más idiotizado desde que nació Thomas, para algunos eso sería
lo peor, pero eso a mí no me importaba, lo único que sí lo hacía era mi familia
porque ellos eran solo míos.
BVOP
Desde que Jacob había dejado de ser una amenaza
sabía que todo marcharía bien entre nosotros tres. Tenía un bebé que era un
niño inteligente y que se estaba acostumbrando rápidamente a su entorno, que
buscaba la voz del que para él era su papá, le gustaba dormir en sus brazos y
ya le había regalado una pequeña sonrisita apenas perceptible. Yo me había
mostrado un poco más afectuosa con él, no quería decir un te quiero
porque temía que él pensara que solo lo hacía por lo que había hecho y no
porque era lo que realmente sentía. Esperaría un poco más para dar ese gran
paso.
Habíamos quedado de comer en un restaurante de uno
de sus amigos, lugar donde nos veríamos después de que llevara a Tommy al
médico para que recibiera sus vacunas lo que no me causaba una gran alegría
porque sabía que mi bebé lloraría y eso me estrujaría el corazón y posiblemente
lloraría con él. Cada día cuidaba más mi aspecto pero seguía siendo la misma
chica que había llegado a la ciudad hace varios meses, la mujer que Edward
había aceptado en su vida.
Tomé las cosas de Tommy y las acomodé en su
mochilita, después tomé a mi bebé en brazos que solo se removió pero no
despertó. Uno de los hombres de Emmett fue quien me llevó hasta el hospital,
cada segundo que nos acercábamos comenzaba a sentirme ansiosa y miraba a mi
bebé que iba sumido en un profundo sueño sin saber a dónde se dirigía. Yo
odiaba las inyecciones y podía jurar que Tommy también las odiaría, pero tenía
que llevarlo a que se las aplicaran ya que eran importantes para su salud.
Al llegar al hospital bajé del auto y abracé a mi
bebé que abrió lentamente sus ojitos y bostezó haciéndome sonreír.
—Hola corazón. ¿Dormiste bien? —le pregunté besando
su naricita. — Phil, no tardaré demasiado puedes aguardar en la sala de espera.
—Ahí estaré señora. —rodeé los ojos al escuchar lo
de señora, me había cansado de pedirle que me llamara Isabella, pero él se
había negado rotundamente ya que decía que no podía permitirse tener esas
libertades.
Cubrí a Thomas con su mantita y atravesé las
puertas eléctricas de cristal. Me dirigí hasta el área de pediatría y avisé a
la secretaria del pediatra de Tommy que había llegado para no perder mi cita.
Me senté entre un par de mujeres que al igual que
yo llevaban a sus hijos y con las que intercambié un par de palabras. Escuché
mi nombre y supe que era el momento que había temido.
—Te quiero mucho corazón, por eso hago esto. —le
besé la coronilla y entré a la consulta detrás de una enfermera que le dedicó
un par de mimos a Tommy.
—Puede acomodarlo en la camilla. El médico vendrá
en unos minutos para revisar a Thomas y aplicarle los refuerzos. — acomodé a
Tommy en la camilla y me incliné hacia él para mimarlo y recordarle lo mucho
que lo quería.
Escuché cuando una puerta era cerrada y me giré
para saludar al médico y permitir que revisara a mi bebé. Mi corazón se detuvo
al ver quien era quien había entrado.
— ¿No te alegras de verme? — dijo con voz dulce
acercándose a mí y tomando mi mano con infinita suavidad. Del shock de tenerlo
en la misma habitación me había quedado inmóvil.
— ¿Qué estás haciendo aquí Jacob? —pregunté halando
mi mano y empujándolo un poco para que dejara de invadir mi espacio y al mismo
tiempo para que no se acercara a mi bebé.
—Tenía que hablar contigo Bella. — suspiró y miró
sobre mi hombro mirando a Tommy que estaba en la camilla detrás de mí,
ignorando lo que estaba sucediendo. — ¿Puedo verlo?
— ¿Desde cuándo te importa? —crucé mis brazos sin
moverme un milímetro ya que no me fiaba de él.
—Sé que he hecho todo mal pero…
—Sabes que no puedes estar cerca de nosotros, así
que vete si no quieres ir a parar a la cárcel.
Me miró por unos segundos encogiendo los hombros,
parecía arrepentido y abatido pero eso no era suficiente para dejar que se acercara
a mi tesoro más preciado. El sonido de un pequeño sollozo me hizo girarme para
ver a Tommy que comenzaba a arrugar su carita señal de que comenzaría a llorar.
Lo tomé en mis brazos y lo mecí al tiempo que le hablaba para tranquilizarlo.
—Es tan parecido a ti. — tocó su mejilla con uno de
sus dedos sorprendiéndome, pero le aparté la mano de un manotazo. — Es
precioso.
—No sé a qué estás jugando Jacob. —estaba
aparentando seguridad cuando en realidad tenía mucho miedo ya que no tenía ni
idea de lo que estaba cruzando por su cabeza.
—Sé que me he portado horrible, pero es que
demasiado tarde me di cuenta de lo mucho que significabas para mí. —sonrió con
melancolía.
— ¿Te has olvidado que estás casado con Leah y yo
lo estoy con Edward? —pregunté enarcando una ceja.
—Me estoy separando de Leah y creí que tal vez…—
sonrió al ver al pequeño abrir y cerrar su boquita al intentar meterse uno de
mis dedos.
—Que lo tuyo no funcionara no quiere decir que lo
mío tampoco. —miré sobre el hombro de Jacob rogando porque la puerta se abriera
y el médico alertara a seguridad para que se lo llevaran ya que había violado
la orden de restricción. Hubiera querido gritar pero no sabía de lo que sería
capaz si se veía amenazado y lo que menos deseaba era poner en peligro a Tommy.
Me tomé unos minutos para observar detenidamente a
Jacob, parecía tan sincero y abatido, pero estaba segura que detrás de toda esa
treta de fingido arrepentimiento estaba ocultando algo, sabía que quería que
bajarla guardia para mostrarse como era realmente. No entendía en que cabeza
podía caber que después de lo que había hecho yo estaría dispuesta a correr a
sus brazos solo porque él decía que lo sentía y que yo era importante. Nunca
olvidaría de que estuvo dispuesto a matar al pequeño que estaba en mis brazos,
me había utilizado y ahora planeaba que le perdonara y dejara al único hombre
que me había abierto su corazón.
—Bella…—extendió su mano para tocarme pero yo me
aparté. —Tú y yo tenemos algo que nos une. Él nos necesita, necesita a sus
padres juntos.
—Y los tiene. Edward y yo lo amamos.
—Pero él tiene mi sangre, es un Black y no un
Cullen.
—Tú renunciaste a él y Edward lo adora.
— ¡Pero yo soy su padre! —exclamó apretando la
mandíbula pero se mantuvo en su sitio, iba a corregirlo pero eso no sucedió.
— ¿Qué sucede aquí? — escuché una voz masculina que
fue como un bálsamo tranquilizador. El pediatra había llegado y estaba muy
extrañado de ver a Jacob quien vestía una bata blanca.
Él médico tomó su teléfono y llamó a seguridad,
Jacob al verse en problemas quiso escapar pero antes de que pudiera salir se
encontró en el suelo gracias a un rápido movimiento del médico que lo mantuvo
quieto mientras llamaba a su secretaria que al entrar y ver la escena lanzó un
gritito de sorpresa lo que provocó un murmullo en la sala de espera y a
continuación apareció Phil que se presentó rápidamente con el médico que le
permitió que fuera él quien se encargara de Jacob.
Cuando llegaron los guardias, Phil les explicó
rápidamente que Jacob tenía una orden de restricción que había violado al
entrar en la misma consulta. Vi cuando se lo llevaron y el pediatra junto con
una enfermera no dejaban de hacerme preguntas de como me encontraba y yo solo
podia decir que estaba bien, solo había sido la sorpresa.
Pedí que revisara a Tommy y respondí cada una de
las preguntas que me hacía. Un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando la
enfermera entró en la consulta por la puerta lateral que Jacob había utilizado
y en sus manos llevaba una charolita con un par de inyecciones.
—Tranquila, todas las madres primerizas odian las
vacunas. —Me calmó la enfermera con una cálida sonrisa.
Me aparté cuando la enfermera me lo pidió y vi como
preparaban a Tommy para ser vacunado, tras el primer llanto mi corazón se
estrujo, al escucharlo llorar con dolor un par de lágrimas bajaron por mis
mejillas, podía soportar muchas cosas pero no el dolor de mi bebé.
—Puede que le de fiebre, pero un par de compresas
frías y unas gotas de este medicamento lo ayudara. — me explicó el médico
firmando la receta.
Acomodé la ropita de mi bebé y lo abracé para
tratar de calmar sus sollozos, limpié sus mejillas con ternura. La puerta se
abrió y por ella entró Edward que se presentó como mi marido y se acercó a
nosotros para envolvernos en sus brazos. Salimos de la consulta agradeciendo al
médico.
Edward me guiaba a la salida donde sabía que estaba
un auto esperando por nosotros, antes de salir nos detuvimos y miré a mi esposo
que parecía evaluarme con la mirada.
— ¿Estás bien? Si te hizo algo yo me encargaré de
que…
—No nos hizo nada, solo me dio un susto ya que no
esperaba que apareciera vestido de médico.
— ¡Bella! — una áspera voz gritó mi nombre y vi que
era Jacob que era sacado del hospital esposado acompañado por un par de
policías seguidos de Phil y un guardia de seguridad del hospital. —Bella... Lo
siento nena, es solo que perdí la cabeza. Estoy arrepentido, lo que hice solo
fue por asustarte quiero tenerte a ti y a mi hijo.
— ¿Asustarme? Me amenazaste, quisiste llevarnos a
juicio solo para quitarme a mi bebé. — quise gritar pero sabía que de hacerlo
solo lograría alterar a mi bebé, al contrario me acerqué a él ya que no
pretendía armar un alboroto, solo quería aclara las cosas, los oficiales
quisieron llevárselo pero les pedí unos minutos que aceptaron darnos cuando Edward
asintió.
—Sé que me extralimité, pero la rabia me cegó. Yo
no sabía cómo recuperarte, te quiero preciosa.
— ¿Y qué fue todo esto? —pregunté.
— Estúpidamente pensé que si te asustaba accederías
a hacer cualquier cosa que te pidiera si decía que te quitaría al bebé. —miró a
Tommy y sonrió. — No tienes idea de lo mucho que me afectó enterarme de que te
habías casado, no podía imaginar a otro hombre contigo y con mi hijo. —suspiró.
— sé que estás casada, pero ese no es problema, podemos llegar a un acuerdo.
— ¿Qué quieres decir con eso?— pregunté confundida
mirando a Edward que se mantenía a mi lado mirando a Jacob.
—Te quiero Bella y sé que tú me sigues queriendo y
juntos podemos darle una gran familia a...
—Thomas— dije y él sonrió.
—Vuelve conmigo Bella. — enarque una ceja,
apretando a Tommy y miré a Edward que miraba al suelo.
— ¿Lo dices en serio? —Pregunté sin poderlo creer.
— ¡Claro que lo hago! —su sonrisa adornó su rostro
y dio un par de pasos hacia nosotros. —Te quiero y quiero que vuelvas conmigo.
¿Qué dices?
Mi corazón latía muy de prisa y la respiración se
me había entrecortado, estaba sumamente emocionada al descubrir lo que
realmente sentía.
—No— dije feliz y noté el desconcierto en el rostro
de Edward que volvió a mirarme y descubrí su mirada cristalina. Lo que hizo que
mi corazón se contrajera.
—Bella, Thomas tiene derecho a estar con su
familia. — escuché a Jacob.
— Y es donde está. Tú quisiste deshacerte de él, me
engañaste. Pero aunque me diste a Thomas no dejaría a Edward, el hombre que me
tendió una mano, que cuidó de nosotros y que me enseñó que lo que sentí por ti
solo fue un enamoramiento pasajero. — Tomé la mano de Edward y la apreté contra
mi pecho sonriendo— Te amo Edward. Y siempre permaneceré a tu lado.
Él sonrió y rodeó mi cintura con su brazo. Suspiró
sonoramente y besó mi coronilla.
— ¿Señor Black? —uno de los policías llamó su
atención empujándole indicando que debían de llevárselo, lo vi suspirar y
dejarse llevar sin oponer resistencia.
— ¿Te importaría que comiéramos otro día? —preguntó
Edward y yo negué. — Quiero asegurarme de que a Jacob le queda claro que no
debe de acercarse a ustedes. Nuestro abogado ya debe de estar esperando la
llamada para comenzar con el proceso contra Black.
Antes de marcharse junto con Emmett me acompañó
hasta el auto donde acomodó a Tommy en su sillita y me besó de una manera
apasionada que me dejó con la respiración entrecortada. Emmett le dijo algo a
otro de sus hombres que se quedó conmigo y con Phil.
Me marché a casa donde sorprendí a Nicolás que no
me esperaba de vuelta tan pronto y más cuando le pedí que me preparara algo
sencillo para comer, por lo que él comenzó a maldecir en otro idioma y no pude
más que reír al entender que el hombre pensaba que Edward no había llegado a la
cita.
—Edward llegó, pero tuvimos un encuentro con Jacob
en el hospital. — le dije y eso pareció alterarlo un poco más. — Todo estará
bien. Edward ya está haciéndose cargo de eso.
EVOP
Iba de regreso a casa después de pasar toda la
tarde firmando papeles y asegurándome de que Black recibía su merecido. Él
había firmado un acuerdo que había roto por lo que no tendríamos consideración
y haría hasta lo imposible porque él pasara una temporada en la cárcel donde
debería estar desde hace un tiempo por lastimar a mi mujer.
Él había rogado porque no mostrara las pruebas que
tenía y que no levantara los cargos que se merecía. Estaba asustado y juraba
que jamás se volvería a acercar a mi familia, le había creído una vez y no
cometería el mismo error dos veces.
Iba en el auto mirando por la ventana y con una
sonrisa estúpida en el rostro ya que estaba recordando como Bella me había
dicho finalmente que me amaba y lo mejor de todo es que ese amor lo había visto
reflejado en su mirada. Me había elegido sobre el hombre al que ella había
pensado amar y que era padre de ese pequeño que iluminaba nuestros días.
Había sido una sorpresa cuando Emmett me informó
que Jacob estaba en el hospital con Bella y mi bebé. La sangre me estaba
hirviendo porque mis ángeles estaban solos frente a aquel hombre que podía
hacerles daño. Al llegar al hospital me dirigí hasta la consulta del pediatra
de Tommy, bastó presentarme con la secretaria para que me dejara pasar con mi
esposa que aún permanecía dentro. Al entrar el médico me lanzó una mirada
severa por lo que me presenté como el esposo de Isabella envolví a mis dos
ángeles en mis brazos, ambos estaban con las mejillas húmedas, pero Thomas
seguía sollozando.
Salimos de la consulta, Bella solo llevaba a Tommy
mientras que yo me había encargado de llevar la mochilita de mi hijo y el bolso
de mi esposa que parecía no haberse dado cuenta que los había estado por
olvidar.
Nos detuvimos al escuchar a Jacob llamándola, me
sorprendí cuando ella me pidió que la dejara hablar unos minutos con él por lo
que no pude más que aceptar aunque era una petición extraña y absurda.
Sorprendido comencé a escuchar que hablaba como si
estuviera arrepentido y para mi horror Bella parecía creerle y temía perderla.
Yo sabía que lo que sintió por Jacob había sido muy fuerte, y lo que más me
preocupaba era que ella aún lo siguiera sintiendo después de todo este tiempo,
yo sabía que me quería ¿pero me amaba?
Mi corazón se estrujó cuando le pidió que regresara
y ella parecía reconsiderarlo, no me imaginaba la vida sin ella y sin Tommy. El
tenerlos conmigo le había dado un nuevo significado a mi vida y sin ellos no
creía que las cosas valieran la pena, evité mirarla y centré mi atención en mis
zapatos para que ninguno notara que mis ojos se comenzaban a humedecer. Más me
tomó por sorpresa cuando rechazó a Jacob y mirándome con ojos brillantes me
dijo que me amaba, eran las palabras más dulces y significativas que alguien me
había dicho; la abracé y agradecí por no perderlos. Era muy afortunado.
La policía se lo llevó y supe que debía de asegurarme
para que no volviera a acercarse a mi familia. Así que me disculpé con Bella
por no poder comer juntos pero ella aceptó que lo pospusiéramos, la conduje
hasta su auto y después de asegurarme que Tommy estaba seguro en su sillita la
besé como si la vida se me fuera en ello. Antes de marcharme les pedí a mis
hombres que cuidaran de ella. Fui a la estación de policía, donde tuve una
pequeña conversación con Jacob, donde le dejé claro que no permitiría que se
acercara a mi familia y que se preparara porque me encargaría de que terminara
en la cárcel por lo que había intentado hacerle.
—Jamás olvides que es mi hijo y esa mujer primero
fue mía. —me dijo con voz entrecortada y la mirada en el suelo.
—No fui yo quien les hizo tanto daño. Tú los
alejaste de ti.
—Si tu….
—Yo supe valorar a la mujer que estaba delante de
mí. Quiero a Bella y conmigo nada le hará falta y Tommy puede que no lleve mi
sangre pero es mi hijo. —me levanté y miré con lástima al hombre. —No vuelvas a
acercarte a ellos porque no soy un hombre que tolere que dañen a los que le
importan.
Tras saber que le había dejado claro lo que
sucedería me marché a casa. Quería ver a mi esposa y escuchar nuevamente
aquellas palabras que se repetían como en un susurro en mi cabeza.
Al llegar no sabía que es lo que me encontraría,
pero solo había dado un paso fuera del ascensor cuando la puerta se abrió de
golpe y por ella apareció la delicada figura de mi esposa, que al verme sonrió
y se acercó a mi corriendo hasta poder envolver mi cuello con sus brazos y
dejar sus labios sobre los míos en un beso que mostraba desesperación.
Envolví su cintura y la levanté del suelo para
poder llegar a la puerta. Nos separamos por falta de aire, la mantuve pegada a
mi cuerpo y dejé descansar mi frente contra la de ella, sintiendo su aliento
chocar contra el mío.
—Repítelo. —le pedí, ella abrió los ojos mirándome
sin entender, pero en unos segundos comprendió a lo que me refería.
—Te amo. —dijo con una sonrisa en sus labios. — ¡Te
amo!
—No más de lo que yo a ti. —me adueñé nuevamente de
sus labios, fue un beso apasionado lo que dejaba claro lo que sucedería más
tarde. Me separé nuevamente y la dejé en el suelo pero sin separarla de mi
cuerpo. —Pensé que te perdería, parecías tan feliz por la declaración de Ja…
—No digas su nombre. —me pidió colocando un dedo en
mis labios. —Estaba emocionada pero no por lo que él me dijo, simplemente fue
que al escuchar esa declaración ya no sentí nada, me hizo ver que lo que había
creído que era amor, no lo fue. Y puedo apostar que esto que siento por ti si
es amor.
—Solo no vuelvas a asustarme. —asintió rozando mis
labios y liberándose de mi agarre. — ¿Qué tienes en mente?
— Vamos a la habitación— sugirió tomando mi mano.
— Te amo cosita. — Rocé sus labios.
— ¿Ya podemos ir a la cama? Quiero demostrarte con
mi cuerpo lo mucho que te amo. — me besó adueñándose completamente de mi boca y
mordiendo mi labio hasta hacerme gemir.
La coloqué sobre mi hombro haciéndola gritar y reír
con diversión, mientras atravesaba el pasillo salió Nicolás para ver que
sucedía y al ver la escena discretamente desapareció por la puerta donde había
aparecido. La llevé a nuestra habitación, esta vez sería diferente ya que los
dos al fin sabíamos lo que nos unía y ese era: amor. Uno que había llegado de
manera inesperada.
Gracias a mis betas: Andrea y Claudia que se toman el tiempo de
corregir mis horrores de ortografía y de redacción.
Vaya, esta historia si que me sorprendio, me puso triste, me hizo enojar, aunque tambien me hizo sonreir. Me encanta las historias asi, dulces, y "cosita" cuando lo lei me moria de amor!!!! Me encanta imaginarme a Edward dicendo eso, con tanta dulzura y amor, ufff...
ResponderBorrarTiti otro exito! Gracias por la hisoria =)
Gracias a ti por pasarte por otras de mis historias. Y de nueva cuenta me alegro que la disfrutaras, son estos pequeños detalles los que me siguen motivando para continuar escribiendo mis locuras.
BorrarQue tengas una linda semana!
Xoxo
y ahora siiiiiiiiii jajajajaj ya pudeeee titi :)
ResponderBorrarQue bueno que ya arreglamos este detalle, cualquier cosa ya sabes donde localizarme.
BorrarXoxo
Es este el último capítulo?
ResponderBorrarHola Mariand, aun falta el epilogo ;) Lo encontraras en la pestaña de la historia.
BorrarSaludos!
Bellooooo
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