Protegiendo a un playboy: Capítulo 2



Cambios

Después de que accediera a que me protegieran, me vi liberado de la tortura de estar en ese pequeño cuarto que ellos se atrevían a decir oficina. Me condujeron por un par de pasillos hasta tomar un ascensor que al parecer solo era utilizado por los jefes al mando y que nos llevo al estacionamiento donde ya nos esperaba una camioneta negra que claramente era propiedad del FBI.


Apenas estuve dentro me acomode en el asiento y quite mi corbata echando la cabeza hacia atrás y sintiéndome cómodo por primera vez desde lo de la noche anterior. Ignore las voces que había a mi alrededor solo preste atención cuando escuche mi nombre.

—Antes de que me conviertan en su rehén puedo comunicarme con mi asistente personal.

—Desde este momento no puedes hablar con nadie. —le informo Demetri que le arrebato el celular que le habían entregado cuando abandonábamos la jefatura de policía.

— ¿Pretenden que desaparezca así de repente?

—Su familia ya fue informada del incidente de ayer por la noche. También se les informo que estaría bajo vigilancia del FBI y por lo tanto durante ese tiempo no podrán hablar con usted, solo nosotros les mantendremos al tanto de que se encuentra en perfectas condiciones.

—No puedo desaparecer, ustedes no tienen ni idea de lo que significa que yo no…
—Veras que tus negocios sobreviven sin que estés al frente durante estos meses. —dijo la chica que se haría pasar por mi esposa.

—Que puede saber alguien como…

— ¡Basta! —dijo con exasperación, se volvió hacia mi dejando de lado los papeles que estaba leyendo. — Tendremos que estar juntos por varios meses, es claro que yo no soy de su total agrado…

—Jamás me casaría con una mujer sin gracia como tú. —la camioneta se detuvo cuando entramos al estacionamiento de las oficinas centrales del FBI.

—Como le decía, es claro que no soy de su agrado, de la misma manera que usted tampoco me agrada a mí. Pero por mi trabajo tengo que cuidarlo y espero que coopere de la mejor manera o puede que su estancia placentera no lo sea tanto, puedo hacer que nuestro tiempo compartido sea una tortura. —tras decir eso, bajo de la camioneta.

—Agente Swan—.la llamo el hombre que iba en el asiento del copiloto y que claramente era uno de sus superiores.

—Lo lamento— se giro viendo al hombre y se detuvo un momento mirándome—. En realidad no lo siento, solo dejo claro que él tampoco me agrada y que si sigue comportándose como hasta ahora no dudare en mantenerlo esposado en el ático de la casa en donde viviremos—.enarco una de las cejas y se giro alejándose de nosotros dejándonos a todos en silencio.

— ¿Eso fue una amenaza? —le pregunte al hombre que la había reprendido en un comienzo pero que después no había dicho una sola palabra.

—Fue una advertencia—.contesto el chico que estaba junto a mí y al que recordaba como Demetri.

— ¿Planean que este varios meses con esa mujer?

—La agente Swan es siempre una chica bastante tranquila, pero cualquiera reaccionaria de esa manera, si es atacada constantemente como lo ha hecho desde que la vio—. Deje escapar un suspiro y baje de la camioneta siguiendo a los hombres. Entramos al ascensor que de inmediato se puso en movimiento.

— ¿Quieres un consejo? —hablo Demetri sin mirarme. Aunque no respondí el resoplo pasando su mano por su rostro, aparto la mirada de los números que marcaban el piso que estábamos pasando para mirándome. — Deja de atacarla de la manera que lo estás haciendo, ella solo cumple con su trabajo, el cual es protegerte, pero eso no implica el estar soportando tus desplantes de superioridad y tus comentarios hirientes. No olvides que tu vida está en sus manos y ella es la que tomara las decisiones y tú no podrás oponerte.

— ¿No hablaran en serio? no pueden dejarme en manos de una chica que acaba de amenazarme.

—Ella solo dio una advertencia, una que tú te ganaste. —el chico toco mi hombro y yo mire su mano de manera despectiva haciendo que la retirara.

A partir de ahí ninguno de los hombres me miro nuevamente, solo hablaban entre ellos. Me llevaron a una habitación donde había un grupo de personas que se movían de un lado al otro y con solo verme se detuvieron por unos segundos para después seguir con sus actividades.

Me sentaron en una silla para comenzar con el cambio, lo primero un corte de cabello. Me levante de la silla cuando escuche que el siguiente paso era teñir mi cabello. Me tomo unos segundos el dejar que hicieran su trabajo y me prepare para cuando me mirara en el espejo ya no me encontraría con mi característico cabello cobrizo.

Cerca de dos horas fue lo que les llevo hacer su cambio, cuando hubieron terminado me permitieron pararme frente a un espejo que me mostro a un hombre que no reconocía como el Edward Cullen que era. En su lugar estaba un hombre que vestía ropa que no era echa a la medida si no había sido comprada en una tienda de segunda, mi cabello era unos centímetros más corto y estaba teñido de un castaño oscuro, me habían obligado a usar lentillas de color miel y además habían agregado unos lentes que no contaban con aumento me hacían parecer uno de esos chicos nerd de la escuela.

BVOP

Después de dejarle claro que no iba a seguir permitiendo que me tratara como si no valiera nada, cuando su vida dependía de mi, entre en el ascensor y fui a mi oficina donde encontré a mi compañero Jacob que apenas verme se levanto de mi silla con una sonrisa.

—Veo que ya comenzaron los problemas.

— ¿Cómo puedes pensar eso? Si Edward Cullen es el hombre más caballeroso que existe. —dije con sarcasmo moviéndome de un lado al otro de la oficina.

—No puede ser tan malo.

—No ha hecho otra cosa más que quejarse de que sea yo la que tenga que hacer el papel de su esposa, me llamo espantapájaros.

—Ya te lo he dicho un millón de veces…—enarque una ceja— bueno jamás te he dicho espantapájaros, lo que yo te he dicho es que deberías de arreglarte un poco más, eres una chica hermosa que se esconde en ropa demasiado formal que además parece ser un par de tallas mas grande. No entiendo porque no presumes el cuerpo que tienes.

—No tengo un buen cuerpo, además te recuerdo que no es una agencia de modelos y lo que menos deseo es que se me queden mirando. Todos los hombres de esta oficina ven a una chica con falda y parece que la desnudan con la mirada, puede que algunas les guste, pero a mí no.

—Eso quiere decir que el no te reconoció.

— ¿Por qué lo haría? Además es mejor que no lo haga. —dije como si de verdad no me importara, pero la verdad es que aun me afectaba la manera que me había tratado. No entendía como había mujeres que adoraban a ese hombre tan arrogante que había estado con muchas mujeres, con las cuales yo no tenía nada en común.

Unos minutos más fueron los que hable con Jake, ya que después me vi obligada a ir a que cambiaran un poco mi apariencia, en realidad solo era modificar mi vestimenta ya que por naturaleza era una chica bastante simple.

Hable con mis superiores que me dieron un par de hojas donde estaba escrito todo lo referente a nuestras nuevas identidades.

Yo al igual que él utilizaría mi segundo nombre y llevaría el apellido Masen; sería una ama de casa que además tenía cierta fascinación por las antigüedades y él seria empleado en una oficina donde trabajaba en el área de sistemas, pero debido a una enfermedad se había incapacitado y trabajaba desde casa. Y nosotros estaríamos en Forks en casa un supuesto hermano mío, ya que ambos queríamos tener un respiro de la ciudad y disfrutar del hecho de que solo teníamos un par de meses casados.

Prácticamente éramos una pareja de recién casados que debíamos de comportarnos como si nuestro mundo girara alrededor del otro, al menos así lucían las parejas de recién casadas. Algo que nosotros queríamos aparentar pero al paso que íbamos sería difícil de lograr, no podía imaginarme la pesadilla que sería estar junto a el por tanto tiempo.

Espere todas las indicaciones y asentí a cada una de las ordenes sin protestar, estaba firmando una condena. Iba a pasar cerca de cinco meses conviviendo con un hombre engreído que pensaba que el mundo giraba a su alrededor.

Estaba en la camioneta que nos llevaría al aeropuerto para tomar nuestro vuelo a Seattle y de ahí conduciríamos a Forks; un poblado pequeño que se prestaba como el lugar ideal para ocultar a un millonario mimado. Nadie en su sano juicio esperaría que el gran Edward Cullen se escondiera en un poblado en el que debía comportarse como un hombre corriente y se vería lejos de todas las comodidades a las que estaba acostumbrado.

—Esto me dará alergia—.bufe al escuchar las quejas de Edward, lo mire unos segundos e intente no reír, el cabello parecía que se lo había cortado un principiante, su ropa fina había desaparecido y ahora su cuerpo estaba cubierto por ropa simple que seguramente la habían comprado en la misma tienda de segunda de donde había salido gran parte de mi ropa, sus ojos habían verdes habían sido escondidos por unas lentillas de color miel, que contrastaban con su nuevo color de cabello. — ¿Te parece gracioso?

—Sí—.le dije apartando mi mirada.

—Suerte Bella

—La necesitare Jake—. Le dije a mi amigo que había ido a despedirse y para entregarme un sobre donde iba una copia de la llave de nuestro hermoso vehículo, que nos estaría esperando apenas llegáramos a Seattle.

Fuimos acompañados por un par de agentes que se asegurarían de que llegáramos bien hasta abordar nuestro avión, apenas estuviéramos dentro del avión el engreído millonario sería completamente mi responsabilidad. La misión más difícil e importante de mi carrera comenzaría, era la responsable de una vida, aunque debía de prepararme para los momentos en los que fuera yo, la que quisiera matarlo.

Bajamos en la entrada del aeropuerto que estaba abarrotado como cualquier día, antes de dejar que Edward bajara dimos un vistazo rápido para asegurarnos de que no corría peligro. Pusimos nuestras mochilas en un carrito y lo empuje ya que el gran Cullen ni se molesto. Supe que la pequeña transformación había dado un buen resultado cuando pasamos al lado de un grupo de paparazzi y estos no se percataron que junto a ellos había pasado una de sus presas habituales, un hombre que aparecía por lo menos una vez a la semana en las portadas de las revistas de moda. Había pasado desapercibido y me pareció notar una pequeña sonrisa en su rostro como si ese detalle le hubiera gustad, pero la sonrisa no duro demasiado.

—Me niego a viajar en…

—No estamos aquí para complacerte Cullen—.le recordé indicándole que se sentara en una de las sillas mientras nuestro vuelo era anunciado.

— ¿Clase turista? —dijo apenas de manera imperceptible y con clara molestia. Podría apostar mi salario de un mes a que el jamás había viajado en ese clase, lo hacía en primera clase o en su jet privado.

—Más vale que ye hagas a la idea. Desde este momento mantén tu mente abierta… tendrás muchas nuevas experiencias que contar—le dije apenas moviendo mis labios para evitar que alguien nos escuchara pero sin ocultar mi voz burlona.

—Esto es lo peor que me ha podido suce…—su protesta murió cuando escuche el murmullo de los paparazzi que disparaban el flash de sus cámaras, pero lo que realmente llamo su atención fue de que ellos decían su nombre. — ¡Demonios!

—Deja de mirarlos—. Le ordene ganándome un gruñido.

— ¿Qué significa eso? — me encogí de hombros y con la mirada le deje claro que no era el lugar para hablar de lo que sucedía.

Habían contratado a un chico que se pareciera a nuestro testigo, la agencia lo utilizaría como señuelo. Sabíamos que Alec estaba al pendiente de cada uno de los movimientos de Edward por lo que lo conduciríamos a una trampa, lo llevaríamos hasta una de las casas de descanso que el tenia en las islas griegas. Alec no dudaría en acercarse para completar su plan y aniquilar al único testigo pero lo que no esperaba era que lo estábamos conduciendo a una trampa, al llegar a Grecia, el chico que utilizaban como señuelo regresaría y uno de nuestros agentes tomaría el lugar de Edward esperando a que nuestro asesino hiciera su aparición y lo capturaran para asegurar a nuestro testigo.

Era un plan que me había parecido un poco irreal, pero me basto ver que los paparazzi se habían tragado que se trataba del verdadero Edward para saber que tenia altas probabilidades de que ese plan funcionara.

El llamado para nuestro vuelo se escucho y ambos nos encaminamos para abordarlo, no sin antes que mis compañeros me desearan suerte con mi nuevo esposo.

Para desagrado de Edward nos toco en los asientos que se encontraban en el centro, había protestado ya que a él le gustaba viajar cerca de la ventanilla, lo obligue a cerrar la boca cuando note que un par de personas nos miraban extrañadas.

Durante el vuelo se mantuvo en silencio pero no dejo de moverse dejando claro que el asiento le parecía incomodo ya que no era a lo que él estaba acostumbrado. Lo golpearon en el brazo cuando una de las azafatas paso con el carrito por el pasillo y la mujer que viajaba junto a mi no chasqueo la lengua cuando Edward pidió que le sirvieran una marca de agua con la que no contaban y le gruño a la azafata por no cumplir uno de sus deseos.

—Discúlpalo, es que no le gusta volar. —le dije a la chica que lo miraba con un poco de miedo.

—Pero…—interrumpí su protesta dándole un pisotón.

—Quieres comportarte—le gruñí.

El resto del vuelo pasó sin ningún incidente y agradecí cuando escuche que estábamos por aterrizar. Como era de esperar Edward amino unos pasos delante de mí y se dirigió a la banda donde no se molesto en tomar su equipaje.

—Lo siento. —le dije sin fingir mi molestia, había tomado su mochila y la había dejado caer sobre unos de sus pies y después le lance la mía que golpeo sus piernas.

Con molestia tomo su mochila pero no se molesto en ayudarme con la mía. Caminamos entre la multitud y lo lleve hasta el estacionamiento donde encontraríamos aparcado nuestro vehículo.

—Ahí esta—le indique cuando lo vi, una sonrisa se formo en su rostro y note que la tensión de sus hombros desaparecía.

—Hasta que hicieron algo bien. —me detuve al ver que se dirigía al auto equivocado

—Ese no es nuestro auto genio, este sí que lo es. —golpe el cofre de la vieja pick up que estaba junto al mercedes que él creía seria nuestro transporte.

— ¿Es una broma? —negué abriendo la puerta del conductor con la llave que había sacado del sobre que me habían entregado antes de dejar la agencia en Nueva York.

Dijo un par de palabras que sabia no debían de ser las más agradables, lanzo su mochila en la parte trasera donde yo había colocado la mía, se subió en el asiento del copiloto echando la cabeza hacia atrás. Me estire para sacar otro sobre de la guantera que estaba frente a Edward.

— ¿Otra sorpresa? —pregunto mirando el sobre.

Lo abrí para sacar un par de alianzas que eran la muestra de que éramos una pareja.

—Son tan corrientes. —rodé los ojos colocando la mía en mi dedo y encendiendo la pick up para ir a nuestro destino.

El vehículo hacia más ruido del normal y tenía una nota clara de que no debía de aumentar de velocidad ya que podía dañarlo seriamente, pero no me importo no tener que conducir a una velocidad alta, el ir a una velocidad prudente también me permitió observar el paisaje que nos rodeaba.

— ¿Intentan protegerme o matarme? —lo mire por unos segundos apartando la mirada del camino. — este vehículo es una trampa mortal.

— ¿En algún momento dejaras de quejarte? — gruñí regresando mi atención al camino y sin poder evitar apretar el volante.

El letrero que nos indicaba que habíamos llegado apareció en el camino, seguí las indicaciones que tenía escritas para llegar a nuestra casa que estaba en una de las orillas lejos de la curiosidad de los demás habitantes de ese pequeño poblado. Me costó solo unos segundos el dar con la dirección; me detuve frente a una casa de dos pisos que mostraba claramente el estar deshabitada y que gritaba urgentemente el ser remodelada.

—Llegamos. —le anuncie señalando la casa.

Una sonrisa se formo en mi rostro, al ver la cara de terror del arrogante millonario al que tenía que proteger. Esto sería divertido.

Gracias por seguir leyendo mis locuras

3 comentarios:

  1. Jajajaja me encanto, espero ver la cara de Edward al verla por dentro, es un mugre niñito consentido pero ya aprenderá ;)

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    1. Y aun le esperan muchas cosas. Gracias por tu comentario. =)

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  2. Excelente capitulo adoro esta historia.
    A-Cipriano Cullen

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