Inevitable: Capítulo XII

Capítulo XII




Después de unos cinco días en el hospital regresé a casa donde fui recibida por ambas niñas quienes me aseguraron haber ayudado a Esme con la preparación de la comida que me estaba esperando.

Eve se mantenía junto a mí, pero Lizzy aún parecía un tanto indecisa como si en algún momento esperara que la rechazara o que me mostrara hostil por lo que me había sucedido, por evitar que la serpiente la atacara a ella.



Las ayudé a recoger la mesa y estuve platicando con Esme mientras que ella se encargaba de lavar platos y vasos sucios. Me disculpé para ir a buscar una de las pastillas que Carlisle me recetó para el dolor. Iba de regreso a la cocina con el frasco de pastillas en mi mano, cuando vi a Lizzy sentada en la mesa del comedor haciendo tarea, me acerqué sigilosamente y me detuve cuando estuve a su lado.

—Hola. —La saludé acariciando su cabello y le sonreí cuando ella levantó el rostro y pareció indecisa de devolverme el gesto. — ¿Mucha tarea?

—No es mucha… ¿No estás molesta?

—Por supuesto que no, cariño. —Me incliné y besé el tope de su cabecita. — ¿Pensaste que cambiaria de opinión de lo que te dije en el hospital? —Ella asintió. —No cambiaré de opinión. Termina la tarea porque creo que querrás ir a cabalgar más tarde.

Acaricié su mejilla antes de dirigirme a la cocina.

Esperé a que Esme terminara y posteriormente salimos al porche donde nos sentamos y disfrutamos de ver a las niñas en sus lecciones y como Edward seguía intentando que Eve no se distrajera y soltara las riendas, una vez estuvo a punto de caer por señalar algo y podía apostar que debía de ser algún animalito que llamara su atención.

—Las niñas estuvieron preguntando mucho por ti mientras estuviste en el hospital. Lizzy parecía realmente arrepentida. —Dijo Esme sin mirarme, haciéndome apartar la vista de donde estaban las niñas. —Lo que hiciste por ella fue muy noble.

—No podía permitir que algo le pasara. Tal vez me vea como una amenaza, pero sé que es una buena niña. Lo único que no entiendo es porque reaccionó de esa manera. —Mire a la mujer a mi lado y ella suspiró antes de mirarme indicándome que ella lo sabía.
—No lo sé a la perfección, pero eso es algo que Edward te puede decir. —Asentí sabiendo que ella no me diría nada más y decidí que esa noche le preguntaría a Edward.

Carlisle y James se nos unieron en la hora de la cena, fue un momento agradable, pero esta vez sentí que había algo diferente, Lizzy me sonreía más continuamente y esa linda sonrisa llegaba a sus ojitos lo que me hizo saber que ella ya me aceptaba, pero aun así debía de ser cuidadosa ya que no quería arruinar lo que parecía había ganado.

Cuando Carlisle y Esme se marcharon llevamos a las niñas a su habitación ya que era algo tarde y ninguna discutió.

Sorprendentemente, Eve se durmió a los pocos minutos de leer su cuento del osito, el cual ya extrañaba leer. Al salir no pude evitarlo y me asomé a la habitación de Lizzy que en lugar de estar en su cama estaba sentada en el alfeizar de la ventana mirando hacia el exterior.

— ¿Puedo pasar? —Pregunté en un murmullo, la niña aceptó y me senté frente a ella. —Es una linda noche ¿Verdad?

—Hay muchas estrellas. —Murmuró señalando las estrellas que en ese momento brillaban en el cielo. —Papá prometió que un día acamparíamos, asaríamos malvaviscos y salchichas en la fogata.

—Suena bien.

—Pero papá dijo que no era seguro ya que hay muchas serpientes en este momento.

—Se podrá hacer algo. —Le sonreí al instante que una buena idea llegaba a mi cabeza.

—Usted señorita debería estar en la cama. —Ambas nos giramos y vimos a Edward apoyado en el marco de la puerta mirándonos, ambos nos miramos y sonreímos.

Me levanté y extendí mi mano sana esperando que ella la tomara y no tardó en hacerlo, la llevé hasta su cama y esperé que estuviera bajo las mantas para besar su frente.

—Dulces sueños.

—Buenas noches. —Me dijo con una sonrisa y un brillo en sus ojitos.

Al salir Edward me guió hasta mi habitación pero yo negué y tomando su mano y nos dirigimos hasta el porche, extrañaba esos momentos y ya que estaba de regreso quería estar un momento ahí con él.

—Deberías de irte a la cama también.

—Ya he estado mucho tiempo en ella. —Me senté en el columpio y él me siguió, pasó su brazo sobre mis hombros y yo apoyé mi cabeza en él. — ¿Puedo peguntarte algo?

—Claro.

— ¿Puedo saber que fue lo que sucedió que hizo que Lizzy reaccionara así cuando Tanya estuvo aquí? —Lo sentí tensarse y murmurar por lo bajo. — ¿Me lo dirás?

—Tanya se enteró que estuvimos en el pueblo como era de esperarse, al parecer somos la noticia del momento, el viudo ermitaño y una joven hermosa en una cita. Ella se presentó para decirme que aún cuando me había dejado ver contigo la propuesta seguía en pie, que lo pensara, que ella era lo que necesitaba para no perder el rancho.

— ¿Qué tenemos que hacer para que te deje tranquilo? —Dije molesta y él soltó una risita.

—Como sabrás me negué nuevamente y eso la hizo enfurecer. —Sus dedos se enredaron en mi cabello. —Me dijo que no podía preferirte a ti, qué estar contigo era una equivocación. —Suspiró sonoramente. — Estaba realmente enfada y dejó salir todo ese resentimiento diciendo cosas sin sentido, o eso es lo que pensaba hasta que me di media vuelta diciéndole que estaba contigo y que era mejor que se dejara de humillar y ahí estaba Lizzy que había escuchado las palabras de Tanya que al perecer las tomó como reales ya que yo acepté que estaba contigo.

— ¿Pero qué fue lo que dijo Tanya?

—Que no me daba cuenta de que tú lo único que buscabas era tomar el lugar como señora de la casa, que ni siquiera tenía idea de quien eras, que aún no obtenía nada que pudiera decirnos quién eras en realidad, que ahora podía parecer que querías a las niñas, pero que ella me podía asegurar que te encargarías de alejarlas ya que a ninguna mujer le gustaría hacerse cargo de esas chiquillas. —Continuó mientras apretaba su rodilla. —Estaba hablando de mis hijas. Si fuera un hombre no sé lo que hubiera hecho, pero lo lamentaría.

—No tenía derecho a decir eso.

—Le dijo a Lizzy antes de que pudiera hacer algo, que tú las alejarías de mí, que ella había intentado que eso no sucediera que ella sí las quería, pero que no podía decir lo mismo de ti. Cuando conseguí que Tanya se callara Lizzy salió corriendo para reclamarte y ya sabes el resto de la historia.

—Esa mujer es una bruja. —Mis ganas de estrangularla crecían y no sabía si eso era bueno o todo lo contrario.

—Ella no nos molestará más, le dejé claro que de acercarse de nuevo a mis tierras llamaría al sheriff para que la sacara de aquí y la llevara detenida. Algo que sin duda no se podía permitir ya que su reputación es lo más importante para su familia.

—Eso es una buena noticia. —Me giré hacia él y estiré mi cuello hasta acercar mis labios a los de él. —Pero ahora tengo algo mejor en mente.

Nuestros labios se unieron y como los anteriores comenzaron siendo decaídos y poco a poco fueron cobrando intensidad hasta convertirse en uno ardiente, una de sus manos se deslizó de mi pierna hacia arriba deteniéndose en mi seno haciéndome gemir, subió y acarició la línea de mi clavícula y descendió por mi brazo…

— ¡Ah! —Me separé al sentir una molestia en el brazo que aunque ya tenía mejor aspecto aún se encontraba algo sensible.

—Lo siento, será mejor que esto lo dejemos para cuando te encuentres recuperada, ahora nos quedaremos sólo en besos sin permitir que la pasión se apodere de nosotros.

Los siguientes días fueron tranquilos, me encargaba de las tareas más sencillas mientras las molestias no estuvieran presentes. Esme había dejado comida preparada para un par de días lo que me facilitaba la tarea ya que en lugar de preparar sólo tenía que calentar. Dos días después, Alice se presentó sin ocultar su felicidad de verme de vuelta y según sus palabras con tan buen aspecto.

Era Edward el que se encargaba de ir a buscar a Lizzy a la parada de bus ya que decía que no era bueno que saliera a esas horas cuando el sol estaba en lo alto.

Tenía presentes las palabras de Lizzy de lo querer acampar y sabia que Edward seguiría firme en su postura por lo que me sucedió, mas se me ocurrió algo que tal vez podía quitar la inquietud a la niña y pasar una noche de manera diferente con ellas que estaba segura lo disfrutarían.

Era sábado, el primero que pasaba tras mi estancia en el hospital, Esme se había llevado a las niñas, la razón es que quería que descansara un poco pero yo tenía otros planes mucho mejores, unos que Edward al inicio creía que era precipitado y que Lizzy podría esperar, pero me aferré y estuve detrás de él por un largo rato hasta que conseguí que dijera que lo haríamos.

Me encargué de ver que tuviéramos las cosas necesarias para esta noche.

Estábamos contemplando la puesta de sol desde el porche cuando se escuchó el sonido de un auto y a medida que se acercaba vimos que se trataba de Carlisle que tras un saludo breve y una revisión rápida a mi brazo se marchó, ya que llevarían a su familia a la ciudad.

— ¿Que tal su día? —Les pregunté a ambas que ya estaban sentadas junto a mí. Besé a
Eve en la mejilla y dude un segundo si debía de hacer lo mismo con Lizzy y al ver su mirada supe que debía de hacerlo, la besé en el tope de su cabeza y acaricié su cabello.

Al alzar la mirada vi a Edward sonriendo abiertamente ante la cercanía que se estaba formando con Lizzy.

—Espero que no estén cansadas. —les dije y ambas niñas negaron, pero Eve le extendió los brazos a su papá que la tomó en seguida. —Hay algo que preparamos para ustedes y esperamos que tengan hambre.

Tomé la mano de Lizzy y la llevé conmigo a la cocina donde ya estaban dos cestas esperando sobre la encimera, vi la duda en el rostro de la niña pero sólo me limité a sonreír, dejé que Edward llevara la más pesada, le di una frazada a Lizzy y le indiqué que debíamos de salir.

Ya afuera Edward había dejado preparado todo para una pequeña fogata mientras la noche caía, con ayuda de ambas niñas extendimos la frazada en lo que Edward encendía el fuego.

—Tal vez no podamos acampar pero si podemos asar salchichas y bombones. —le dije a Lizzy que sonrió ampliamente y me abrazó tomándome totalmente por sorpresa.

—Gracias. —dijo mirando a Edward y él sólo se encogió de hombros.

—La de la idea fue Renée.

Antes de que pudiéramos decir algo más vimos a Eve quien había encontrado los bombones y se estaba llevando el primero a la boca, no pudimos evitar sonreír.

Al poco rato todos estábamos asando salchichas, yo ayudaba a Eve que se mantenía sentada entre mis piernas ya que se había negado a que Edward fuera quien la ayudara.

El ver a las niñas con una sonrisa y disfrutando de ese momento me hizo sentir bien. Platicamos y escuchamos atentas las historias que Edward nos relataba, Eve dejó mis piernas para irse a los brazos de su padre y Lizzy apoyó su cabecita en mis piernas mientras escuchaba la suave voz de su padre, pero tuve que detenerlo cuando comenzó a con una historia tenebrosa ya que sabía que dejarlo que lo hiciera la consecuencia serían un par de niñas asustadas por la noche y dudaba mucho que él quisiera pasar la noche en vela.

Cuando comencé a ver a Eve acurrucarse en Edward bajé mi mirada hacia Lizzy a quien le acariciaba el cabello y la vi luchar porque sus ojos no se cerraran. Ambas ya habían tenido muchas emociones por un día, Edward se llevó en brazos a Eve mientras que yo obligué a Lizzy a caminar hasta su habitación, la niña se quejaba y decía que estaba muy cansada, como último favor cuando llegamos a su habitación le pedí que me ayudara a ponerle la pijama y así podría descansar, lo hicimos rápido y la dejé que se metiera entre las mantas donde rápidamente se quedó dormida. Me dirigí a la habitación de Eve que ya estaba bajo las mantas, Edward me sonrió y juntos salimos de la habitación.

Regresamos afuera para recoger las cosas pero Edward me obligó a quedarme otro rato con él, frente al fuego y entre sus brazos.

—Fue una sugerencia acertada. Las niñas la pasaron bien. —Apuntó.

—Sé que también tú lo hiciste, al igual que yo.

— ¿Sabes qué es lo que más me gusta? —Giré mi rostro para mirarlo y negué. — La relación que estás creando con Lizzy.

—Ahora que dejé de ser una amenaza para ella, es más abierta y es cuando entiendo porque decían lo parecidas que son, ambas platican mucho y son unas niñas muy amorosas.

—Sólo con las personas que son importantes para ellas y tú lo eres. Lo eres para los tres.

—Y los tres lo son para mí.

Conforme pasaban los días mi brazo iba mejorando, las molestias ya eras escasas y la movilidad la había recuperado al completo. La relación con las niñas era fantástica, estaba descubriendo otra cara de Lizzy que se mostraba más abierta y ya no temía el llegar y hablar conmigo, el día anterior me sorprendió cuando en lugar de ir a cabalgar como lo hacia todos los días decidió quedarse conmigo a hacerme compañía y continuó dejándome conocerla mejor.

Estábamos hablando y riendo cuando vimos la furgoneta de Jasper pasar y casi en seguida regresar y de ella bajó una Alice muy sonriente a la que no tardé en ir a recibir. Lizzy se mostró un poco tímida, pero mantuve su manita entre las mías e intentaba meterla en la conversación que prácticamente era sobre el bebé quien pronto llegaría a un hogar donde era esperado con impaciencia.

—A mí me gustan los bebés. —Nos sorprendió Lizzy con su comentario y que provocó que ambas nos quedáramos en silencio y la miráramos provocando su sonrojo.

—Creo que ya sé donde podré conseguir una niñera cuando la necesite. ¿Te interesa? —Le dijo una Alice.

—Sí. —Contestó sin titubear, la abracé y besé su cabello. Noté la mirada brillante y feliz de Alice al notar que las diferencias entre ambas se habían terminado.

—Lo siento, pero el médico le ordenó reposo en estos últimos días. —Interrumpió Jasper provocando un bufido por parte de su esposa que fruncía el ceño.

—Te visitaré mañana. —Le dije y ella sonrió alegre.

La vimos marcharse y junto con Lizzy volvimos al interior de la casa donde le di a elegir que preparar para cenar, una en la que ella se involucró en tareas sencillas y que no implicaban un riesgo. Cuando Eve y Edward entraron fue Lizzy quien los envió a lavarse las manos lo que me hizo reír al ver como Edward rodaba los ojos, pero la niña le recordó que de no hacerlo no podrían cenar.

Los días siguientes aprovechaba que las niñas estaban en sus lecciones para ir a visitar a Alice a quien ayudé a terminar de reacomodar la habitación del bebé, juntas preparamos las cosas que se tendría que llevar al hospital cuando llegara el momento.

De regreso en la casa se encontró con la sorpresa de que tanto las niñas como Edward habían preparado la cena, eran sándwiches y estaban deliciosos. Lo único que no entendía es como con algo tan simple esos tres consiguieron dejar la cocina en aquel estado y la razón es que la cena al inicio fue planeada para algo más complejo, pero al parecer no resultó y terminaron en lo más sencillo. Se los agradeció con un beso a cada niña y una sonrisa a Edward.

Durante la cena me informaron que ya que al día siguiente era sábado y estaban siendo soleados, Edward decidió que les vendría bien salir de la rutina y comer cerca del riachuelo lo que les permitiría las niñas jugar un poco en el agua. Yo no pude evitar sonrojarme al recordar lo que sucedió en ese lugar el día que lo conocí.

Las niñas estaban más que emocionadas y fue Eve quien se encargó de despertarme y recordarme que hoy pasaríamos una tarde en el riachuelo. Durante el desayuno no se habló de otra cosa por lo que Edward decidió abandonar la casa y yo no pude evitar decirle que era un traidor lo que lo hizo reír abiertamente como pocas veces lo había escuchado hacerlo.

Con la ayuda de las niñas preparamos las cestas con la comida, jugos y un poco de fruta. Estábamos listas para cuando Edward fue a buscarnos. Ya fuera de la casa estaban tres caballos esperando por nosotros lo que hizo fruncir el ceño a Eve que sabia iría con su padre.

Vi que Lizzy montaba la yegua que yo había utilizado las veces que salí con Edward pero él me aseguró que la que que utilizaría era igual de tranquila que la Lizzy tenía. Esta vez no necesité su ayuda para montar lo que me llenó de emoción.

El trayecto fue tranquilo y miraba las cosas que Lizzy me mostraba, la mayoría de ellas ya las había visto gracias a Edward, pero prefería ocultar eso y permitirle a la niña sentir que ella era la primera, eso parecía hacerla sentir bien.

—Parece que estoy perdiendo mi forma particular de bajar. —Le dije a Edward cuando llegamos al riachuelo y desmonté sin ningún problema.

—Al menos ahora estaré seguro de que no te romperás algo. —Me guiñó un ojo para después bajar a Eve que iba con él. Acto seguido, se llevó los caballos cerca del riachuelo para que bebieran y donde estarían en la sombra.

Con ayuda de Lizzy extendimos un mantel a cuadros que ellas aseguraban era el que utilizaban para estas ocasiones, en seguida Edward dejó las cestas y las niñas se quitaron la ropa mostrando sus bañadores.

—Parece que están ansiosas de entrar. —Les dije con diversión y ambas asintieron.
—Ya saben las reglas. —Volvieron a asentir, Lizzy fue la primera en entrar y la escuché protestar porque estaba un poco más fría de lo que esperaba.

Tuve que aguantar la respiración cuando vi a Edward sólo en pantalón corto dejando al descubierto la perfección de su cuerpo, entró después de Lizzy y ayudó a Eve a entrar que graciosamente encogió sus piernitas y se aferró a su padre cuando sintió el agua fría contra su piel.

— ¿Te nos unirás?

—Esperaré a que el agua esté más calientita. —Dije tras una sonrisa.

—Cobarde. —Se encogió de hombros.

Me mantuve un rato en mi sitio sólo mirándolos como se divertían y sin pensarlo, me levanté y me quité el jeans para quedarme con el short que llevaba debajo. Me acerqué cautelosa a la orilla recordando lo resbaladiza que era y sin ningún problema conseguí entrar al agua que estaba un poco fría, pero no tanto como esperaba.

— ¡Denée! —Gritó Eve al verme dentro e ir junto a ellos que estaban más en el centro, la niña estaba sentada en una roca mientras que Lizzy y Edward no dejaban de salpicarse.

Sin previo aviso un montón de agua me dio de lleno y perdí el equilibrio cayendo y mojándome por completo, escuché la risa angelical de las niñas y la de Edward que se acercó sin ocultar su sonrisa.

—Espero que trajeras otra blusa. —Asentí sin dejar de mirarlo con los ojos entrecerrados.

— ¿Vas a ayudarme o sólo te seguirás burlando de mi? —Intentó ocultar su sonrisa pero en sus ojos se notaba claramente que estaba por volver a sonreír. Me tendió una mano y tiré de él provocando que cayera junto a mí lanzando una maldición.

Junto con las niñas reímos ante la caída tan peculiar de Edward.

— ¿Te parece gracioso? —Preguntó aún a mi lado y yo asentí divertida. —Ya lo verás. —

Ante esas palaras intenté apartarme pero él me lo impidió y sin poder evitarlo terminé sumergida por unos segundos y cuando emergí miré a Edward molesta pero el parecía divertido, comenzó a hacerme cosquillas y yo luchaba por apartar sus manos, pero no lo estaba consiguiendo. De pronto sus manos dejaron de hacerme cosquillas y me rodearon acercándome a él.

—Edward…—dije de manera entrecortada colocando mis palmas en su pecho lo que fue el más grave error debido a que sentir su piel contra mis palmas evocó esa sensación electrizante que se vio intensificada en cada poro de mi piel.

—Lo siento. —Murmuró apartándose y se giró para sonreírle a las niñas, yo no pude mirarlas de inmediato por miedo a encontrar el rechazo nuevamente en la mirada de Lizzy, pero cuando la vi ella me sonreía como si nada hubiera sucedido.

Tras un rato de juegos con las niñas, salimos del agua para comer algo. Edward se acomodó a mi lado y en diversas ocasiones su mano quedó sobre la mía o se acercaba demasiado y eso me estaba poniendo nerviosa y como si eso no fuera poco Edward sugirió en tono despreocupado que esa noche saldríamos a cenar ya que las niñas pasarían la noche en casa de Esme. Al inicio intenté negarme y traté por todos los medios de hacerlo entender que no era una buena idea, pero cuando Lizzy entró para tratar de convencerme ayudando a su padre acepté y ambos sonrieron con cierta complicidad lo que me hizo pensar que tal vez Edward ya había hablado de ello con la niña y eso me tranquilizó ya que mi principal temor era provocar que la niña se molestara y que perdiera el terreno que había ganado durante los días anteriores.

Estuvimos un rato más en el lugar antes de regresar a la casa ya que las niñas tenían que alistarse al igual que nosotros. Sin saber cómo debía de vestir me coloqué el único vestido el cual Esme se empeñó en que comprara y que aunque era simple, era cómodo y nada revelador, lo acompañé con unas bailarinas negras y dejé el cabello suelto sólo asegurando algunos mechones con horquillas para evitar que se fueran al rostro.

Tras verme en el espejo y sentirme satisfecha fui a ayudar a las niñas a preparar lo que se llevarían, cuando todo estuvo listo fuimos a la salita donde Edward ya nos esperaba. La boca se me secó con solo verlo, el pantalón se ajustaba a sus piernas y la camisa azul le sentaba de maravilla.

— ¿Listas? —Nos preguntó y las tres asentimos, tomó las cosas de las niñas y nos indicó que saliéramos. Él fue el último en salir y cerrar la puerta con llave. En un par de zancadas llegó junto a mí, tomó mi mano y se inclinó. —Te ves preciosa.

—Tú también luces bien. —Dije completamente sonrojada apenas mirándolo.

El trayecto a casa de Carlisle y Esme no fue muy largo, las niñas corrieron a la puerta apenas las bajamos dejándonos a nosotros o mejor dicho a Edward llevar sus cosas. Esme fue quien nos recibió y nos dijo un par de cumplidos acerca de lo bien que lucíamos, además de que nos aseguró que las niñas estarían bien que se divertirían mucho estando ahí con ella, que ya las llevarían al día siguiente para la hora de la comida, en la que ella llevaría el postre. Cuando les dijo a las niñas que se despidieran de nosotros supe que era la señal de que ya debíamos de marcharnos y así lo hicimos.

No tardamos mucho en llegar al pequeño local en el que estaba un restaurante no muy grande y que por el número de autos estacionados fuera estaría prácticamente vacío.

—No tenemos porqué cenar aquí, en casa…

—No discutas cariño y vamos a entrar te aseguro que te encantará. —Me mordí el labio y caminé junto a él que mantenía mi mano entre la suya. Lo que menos deseaba era que gastara más dinero en mí, sabía lo importante que era cada centavo y no entendía por qué gastarlo en una cena cuando podíamos cenar en casa estando solos.

El lugar resultó realmente cálido y como lo predije estaba casi vacío, pero las pocas personas que estaban en el lugar se giraron para mirarnos e hice el ademán de apartar mi mano de la de Edward, pero me lo impidió.

Nos asignaron una mesa que nos daba cierta privacidad lo que sabía tranquilizaba a Edward que al igual que yo no le gustaba estar bajo el escrudiño de los demás. Fue un momento agradable y completamente íntimo, reímos y escuchamos a una pareja hablar sobre nosotros, eran los chismes que estaban corriendo por el pueblo y en lugar de molestarnos ambos nos miramos y reímos por lo bajo, la pareja nos escuchó y se sorprendieron al vernos ahí, el hombre saludó a Edward con una inclinación de cabeza y la mujer evitó mirarnos a toda costa.

Después de la cena, que fue deliciosa, salimos del restaurante y en lugar de caminar hacia el auto caminamos por las calles donde me mostró más sobre el pequeño pueblo y me habló de su gente y un poco de la historia del lugar. Cerca de una hora después estábamos de regreso a casa en un silencio agradable.

Al entrar en la casa le ofrecí tomar un café pero él declinó, me rodeó con uno de sus brazos mientras que con su otra mano acariciaba mi mejilla haciéndome estremecer de pies a cabeza.

—Fue una velada maravillosa, gracias. —Dije con la voz entrecortada.

—Me alegro que lo disfrutaras. Yo quisiera…

—Estar contigo me es más que suficiente. —Le dije adivinando cuáles eran sus palabras, me acerqué más a él y me levanté de puntillas para alcanzar sus labios ligeramente entreabiertos.

Se inclinó sin dejar de mirarme y cuando capturó mis labios entre los suyos, cerré los ojos abandonándome a la agradable sensación de sentirlos moviéndose contra los míos, como su lengua suavemente se abría paso entrando en mi boca acariciando cada rincón, su mano en mi cintura me apretó más contra su cuerpo haciéndome sentir la dureza en sus pantalones al tiempo que su otra mano que anteriormente acarició mi mejilla se deslizaba por mi cuello y siguió bajando hasta posarse sombre mi seno lo que me hizo gemir más no separarme.

Mi cuerpo lo deseaba, la necesidad de sentir sus caricias, sus besos me impedían pensar en nada mas, mis manos cobraron vida deslizándose lentamente por su pecho hasta llegar detrás de su cuello y entrelazarlas para evitar que se separara de mí.

—Renée… Cariño. —Murmuró contra mis labios haciéndome abrir los ojos. Su mirada reflejaba el deseo creciente en su interior, el mismo que se estaba extendiendo por mi cuerpo y que me pedía ser saciado. —Estamos por cruzar una línea que cambiará las cosas, aún estamos a tiempo de detenernos y…

—No te detengas... no ahora.
Gracias a Andrea y Claudia que se toman el tiempo de corregir mis horrores de ortografía y de redacción.

Se pretende que las actualizaciones sean cada sábado, pero si por algún motivo no se puede les pido que sean pacientes ya que junto con mis betas tratamos de publicar lo más rápido posible.
T¡T¡

12 comentarios:

  1. oh!!! ese "no te detengas" fue wow!! LOL me encanta ke las cosas con las niñas esten mejorado, es enorme el cambio de actitud de lizzy y bella, definitivamente se las ha ganado , me gusta como se estan dando las cosas entre ellos, lentas pero firmer, en fin siempre es un gusto leerte, saludos :D

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  2. hola que capitulo mas lindo esa relacion que se esta afirmando entre ellos es muy linda, ahora parece que habra party esta noche entre ellos dos siiiiiiiiiiii. por fin. bueno un beso nos leemos en el proximo. bye

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  3. wiiiiiiiiiiiii...!!!

    me encanto...

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  4. Hola!! gracias por actualizar =)
    Me gusto muco el capi, que bueno que la relacion con las niñas vaya tan bien, y cada vez mejorando mas
    Pero como nos cortas asi..... hasta la proxima ;)

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  5. Hola titi. ¿como estás? Bueno pues espero sinceramente que no se detenga ja,ja,ja, a ver si en el próximo capitulo tendremos ro fin uno de tus magníficos lemmons.
    Bueno al final Edward se ha explicado con lo de Tanya no del todo, porque me ha faltado el saber porque durante la comida no parecía incomodo con ella y daba la impresión que no era. Pero debe decir que esta mujer es una bruja, zorra asquerosa, o mas bien una niña mimada consentida y acostumbrada a conseguir todo lo que se le antoja. Y se le ha antojado Edward y la escena del establo es un berrinche de niña que desgraciadamente oyó la verdadera niña haciéndola mucho daño. Pero eso a ella no la importa porque las que no las quiere es ella. Pero como de todo hay que sacar algo bueno, esto ha servido para que Lizzy y Bella se unan. Es maravilloso ver como su relación con la niña ha cambiado, como Lizzy la acepta en sus vidas al cien por cien. Yo creo que es una niña que al perder a su madre perdió un parte importante de cariño maternal, se dejo de sentir querida y eso es lo que ansia, que alguien se preocupe de ella de modo maternal y para eso Esme no la servía. la verdad es que pobre, se lo ha hecho pasar muy mal pero ya la relación está en marcha hasta el punto de ser cómplice de su padre en una salida de los dos. Pienso que Edward la ha pedido ayuda aposta para hacerle sentir bien a la niña y eso es un buen punto.
    Edward y Bella ya son pareja y están aceptando lo que sienten y su relación es aceptada por las niñas, pero no todo puede ser tan bonito ya que tenemos un misterio que descubrir, algo que ha dicho la Tanya en el establo, todavía no sabemos quien es en realidad Bella/Renée. Pero me da miedo como lo vamos a averiguar, pues va a ser la Tanya la que lo averigüe y ese personaje siniestro que la secuestro va a ser atraído al pueblo por la bruja esa de la Tanya, sino al tiempo. Me da la impresionó de que ese personaje y jacob son la misma persona. No se si estaban casados o no, pero se que parecía que se llevaban bien pero en un momento dado se dejo ver al verdadero Jacob, en caso de ser él, o sino al verdadero personaje que sea.
    El caso es que pronto lo descubriremos pero creo que va a ser por culpa de la Tanya pero no para hacer nada bueno sino para fastidiar y vengarse. No descarto la posibilidad de que intenten volver a secuestrarla.
    Deseando ya el próximo capitulo entre otras cosas por el lemmon ja,ja,a.
    Buen capitulo Titi, muy hermoso me encantó. Sobre todo me gustó la interacción con las niñas.

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  6. Hola..!!!!!!


    Me encanto el capitulo...!!!! Creo que no escuchaste a Bella.... es "no te detengas" era para Edward y para tí...!!!!!! Era un "Edward sigue metiendo mano" y "Titi sigue el capitulo... no dejes a las lectoras con las ganas"...!!!!!!

    Escucha a Bella Por Favor..!!!! jajajajaja


    Saludos..!!!!

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  7. hola tierna no me había dado cuenta que estaba este capitulo pero como eres lo cortas en lo mejor
    pero me alegra que Liz se lleve bien con Renne jajaja
    muy buen capitulo gracias tierna

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  8. Titi, gracias por el capítulo, me encantó! Ya espero con ansias el siguiente :)

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  9. omg! que no se detenga! fue un cap muy lindo y tierno me encanta que la relación con liz haya mejorado y que valla viento en popa xD.

    de aquí directo a leer el siguiente ;D

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  10. HOLA HERMOSA, SIN DUDA LAS COSAS ESTAN MEJORANDO... NUESTRA QUERIDA RENNE REGRESO A CASA Y LA RECIBIÓ UNA FAMILIA HERMOSA, CON UNAS NIÑAS SONRIENTES QUE LA RECIBIERON CON ALEGRÍA, LIZZY ESTA MAS ABIERTA Y RENNE LE ESTA DEMOSTRANDO QUE PUEDE CONFIAR EN ELLA Y QUE DE VERDAD LA QUIERE.. TANYA ES UNA BRUJA, QUE ESPEREMOS ENTIENDA QUE NO LA QUIEREN CERCA... EDWARD ENCANTADOR COMO SIEMPRE, HERMOSO, ADORABLE Y ENCANTADO CON ESTA CHICA DE LA QUE NO SABE NADA... Y BUENO ELLOS ESTÁN LISTOS PARA EL PASO SIGUIENTE, QUE PASARA? MARAVILLOSO COMO SIEMPRE... BESOS... NOS LEEMOS PRONTO... MILES DE GRACIAS... FELICIDADES

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  11. OMG...is hot....y ya parecen toda una familia

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