Inevitable: Capítulo XIII

Capítulo XIII





— ¿Estás segura? —Volvió a preguntar mirándome a los ojos.

—Completamente. —Sonreí contra sus labios.

Lancé un gritito de sorpresa cuando sus manos tomaron mi trasero y en un ágil movimiento me levantó del suelo consiguiendo que envolviera mis piernas en su cintura. Acuné su rostro y me incliné un poco para volver a capturar sus labios, de inmediato cobraron vida y comenzaron a moverse con urgencia, pero sus caricias eran lentas, una evocación sensual a lo que sería esa noche. Nuestra noche.



Me separé y abrí los ojos lentamente para encontrarlo aún con los ojos cerrados y los labios entreabiertos e hinchados. Pasé uno de mis dedos por su labio inferior haciéndolo abrir los ojos, su lengua acarició la yema de mi dedo, en ese instante dejé de respirar y mi corazón latía aceleradamente al tiempo que sentía como el calor recorría mi cuerpo. Me acomodó en sus brazos haciéndome gemir ya que nuestros cuerpos se rozaron y pude sentir la dureza de su sexo en mi parte más íntima.

Envolví nuevamente su cuello con mis brazos y mi boca se acercó a la suya pero esta vez en lugar de besarlo como lo estaba esperando mordí su labio inferior con suavidad provocando un gemido por su parte al cual me uní cuando comenzó a subir las escaleras y tras cada paso lo sentía rozarse contra mí y el cosquilleo que recorría mi cuerpo era cada vez más intenso.

Al entrar en la habitación me separé de él unos instantes para ver si era la mía o la suya, respiré aliviada cuando vi que era la mía. Me dejó con cuidado sobre el mullido colchón, separé mis piernas de su cintura sin dejar de mirarlo. Hundí una de mis manos en su cabello y la otra la deslicé por su cuello, subí a su mejilla tocar de nuevo sus labios entreabiertos…

—Renée…

—Tócame…—Le pedí tomando su mano y colocándola sobre mi pierna y deslizándola lentamente hacia arriba provocando que la descarga que sacudió mi cuerpo fuera más intensa.

Aparté mi mano de la suya y le dejé que tomara el control acariciando el interior de mis muslos, subir y seguir subiendo hasta tocar la parte que estaba ansiosa de sus caricias las cuales eran suaves, no pude controlarlo, arqueé mi espalda y apreté la camisa entre mis manos, me mordí con fuerza el labio inferior para no dejar escapar el gemido que estaba atrapado en mi garganta ante la intensidad de sus caricias y el éxtasis que estaba sacudiendo mi cuerpo.

—Sólo relájate cariño. —Pidió murmurándolo en mi oído sin dejar de tocarme.

Sus labios tomaron el lóbulo de mi oreja dulcemente y después besó mi cuello ejerciendo más presión y me gustó la sensación.

—Edward… —Pronuncié su nombre tras un gemido.

Dejó de tocarme y no pude evitar protestar por ya no sentir sus caricias. Sus labios se unieron a los míos y nuestras lenguas de inmediato se unieron, sus manos subieron mi vestido sobre mi cintura hasta donde la amplitud de la falda se lo permitía, acarició mis costados sobre él y me obligó a levantarme un poco para llevar sus manos a mi espalda, me arqueé para ayudarle y permitir que desabrochara el vestido que no le tomó más de unos cuantos segundos, bajó la cremallera muy lentamente y uno de sus dedos hizo el mismo recorrido por mi piel desnuda, en cuento retiró sus manos de mi espalda me dejé caer nuevamente en la cama.

Se separó un poco para mirarme a los ojos y no pude evitar sonreírle. Sin apartar su mirada sus manos tomaron los tirantes del vestido y muy lentamente los fue bajando por mis hombros, sintiendo como la tela iba cediendo y mi pecho iba quedando al descubierto, ya que no llevaba sujetador. Lo sacó completamente y su mirada se apartó de la mía y de inmediato hice el ademan de cubrirme los senos, pero me detuvo llevando mis manos sobre mi cabeza.

—Eres preciosa. —Murmuró mientras miraba mi cuerpo expuesto ante sus ojos. Sus manos se deslizaron por mis brazos y sólo sus yemas fueron las que acariciaron los costados de mis senos. —Mucho más hermosa de lo que había imaginado. —Dijo casi en un murmullo al tiempo que sus pulgares acariciaban las cimas rosadas que se endurecieron de inmediato y la sensación de hormigueo se intensificó.

Se inclinó nuevamente sobre mí besando mi cuello, acariciando el hueso de mi clavícula con la lengua mientras sus manos acariciaban mis senos y bajaban lentamente por mis costados.

—Levanta un poco la cadera. —Pidió y yo obedecí dejándolo quitarme el vestido, sus manos lo deslizaban por mis piernas mientras que su boca igual descendía, levanté la cabeza cuando lo sentí detenerse, me miró unos instante y noté la sonrisa en su rostro, sin dejar de mirarme sus labios capturaron uno de los botones rosados que estaban erguidos. Me mordí el labio inferior ante la escena y evitar gemir.

Finalmente eché la cabeza hacia atrás gimiendo y abandonándome a las carias que Edward me estaba proporcionando con sus labios, su lengua… se dedicó a ambos por igual haciendo que mi mente se pusiera en blanco por unos segundos.

Finalmente sacó el vestido y lo lanzó al suelo a alguna parte de la habitación que estaba en penumbras, sólo la luz de la luna era la que se colaba por la ventana. Se apartó de mi y se puso de pie, levanté el rostro para observarlo mirarme y sin poder evitarlo me estiré lenta tratando de hacerlo de una manera sensual que al perecer conseguí porque él se pasó la lengua por los labios.

Me enderecé y gateé un poco hasta llegar hacia él, me hinqué hacia delante, dejé mis manos en su abdomen y las subí lentamente.

—Aún llevas mucha ropa. Yo sé cómo solucionar eso. —Le dije comenzando a desabrochar su camisa, tiré de ella para sacarla de su pantalón y cuando estuvo completamente abierta no pude evitar acariciar su torso como tantas veces lo había querido hacer.

Le quité la camisa y la arrojé al suelo. Me estiré para capturar sus labios entre los míos, en pocos minutos su cinturón juntos con su pantalón estaban acompañando el resto de nuestras prendas en el suelo de la habitación. Me aferré a él gimiendo por la intensidad del beso y el calor que estaba incrementando en mi cuerpo y por la necesidad de sentirlo acariciándome…

Antes de recostarme nuevamente en la cama quitó la única prenda que quedaba en mi cuerpo y él se deshizo de su bóxer, no pude contener una exclamación de sorpresa al verlo en su totalidad, la manera en que la luz se reflejaba en su piel era como un sueño…Del que no quería despertar.

Se colocó sobre mí con cuidado, al sentir su piel contra la mía parecía arder en llamas, que se alojaron en el punto exacto donde quería sentirlo. Y el sentir su dureza en mi piel caliente y húmeda sólo aumentó las llamas en mi cuerpo y la descarga que lo recorrió.

—No te muevas tanto o no aguantaré demasiado. —Prácticamente lo gruñó cerrando los ojos, no fui consciente de que me estaba moviendo buscando ese roce, esa caricia de su cuerpo con el mío. — Quiero asegurarme de que estas lista. No te lastimaré.

—Sé que no lo harás. Confío en ti. —Murmuré antes de besarlo nuevamente, dejar que nuestras lenguas se enredaran, envolví mis piernas en su cadera y mis manos las apoyé en su espalda.

Separé nuestros labios y gemí bastante alto cuando sus dedos tacaron justo el área que necesitaba que tocara, sus dedos delgados y aunque un poco ásperos eran delicados en cada caricia, cada movimiento era acertado y mi cuerpo ardía… lo necesitaba.

—Edw…

No pude decir su nombre, mi respiración errática se mezclaba con la de él, se levantó un poco y yo traté de impedírselo encajando mis dedos en su espalda.

—Sólo un segundo.

Lo dejé alejarse un poco, se estiró y lo vi tomar algo que estaba sobre la cama, no fui consciente cuando él había dejado el envoltorio sobre la cama, me perdí en sus caricias que no preste atención a ese detalle. Volví a mirarlo cuando rompió el envoltorio supe de que se trataba, en unos segundos se colocó el preservativo y volvió a colocarse sobre mí, lo sentí rozarme delicadamente, aunque fue una caricia suave la sentí mucho más intensa debido a la excitación y sensibilidad de mi cuerpo.

Sus manos quedaron al lado de mi cabeza, y nuevamente coloqué las mías en su espalda caliente y suave. En su mirada vi la duda y como parecía estar pidiéndome permiso para unir nuestros cuerpos. Encajé mis dedos en su espalda y me mordí el labio inferior en una señal de que estaba lista para recibirlo, en sólo un instante su miembro acarició la longitud de mi centro, se quedó apoyado en sólo una mano y con la otra se dirigió hasta comenzar a entrar mi cuerpo, la presión que ejercía era exquisita. Encajé aún más fuerte mis dedos en su piel y me arqueé logrando que mis pezones acariciaran su pecho desnudo.

Se mantuvo quieto unos segundos, en lo que mi cuerpo se adaptaba al suyo.

—Abre los ojos cariño. —Me pidió con voz ronca y cargada de deseo.

Nos miramos sólo por unos segundos antes de que tuviera que cerrar los ojos nuevamente debido a que su cuerpo comenzó a moverse y cada roce era una sensación más fuerte que la anterior.

—No te contengas amor, quiero escucharte. —Pidió, me tomó unos segundos el dejar de reprimir los gemidos y comenzar a emitirlos cada vez más alto.

Me aferré más al cuerpo de Edward que se movía cada vez más rápido y profundo, Edward ocultó su rostro en mi cuello y yo lo hice en el de él, aspirando su aroma y disfrutando de cada roce de su cuerpo contra el mío.

Mi mente se quedó en blanco cuando la descarga más intensa recorrió mi cuerpo, reprimí un gemido mordiendo la base de su cuello que pareció no importarle porque continúo en su faena unos segundos más antes de lanzar un gemido bastante audible y dejarse caer sobre mí.

Me tomó unos minutos el salir de mi estado y que tanto mi respiración como mis latidos se restablecieran, casi estaba segura que era la mejor experiencia de mi vida… la cual no me cansaría de repetir.

EVOP

El trinar de algunas aves fue lo que me hizo abrir los ojos perezosamente, miré mi reloj de pulsera para darme cuenta que ya iban a ser cerca de las 7:30, era más tarde de lo acostumbrado, pero sabia la razón por la que esta vez no me había levantado al amanecer. Giré el rostro para ver a la mujer que dormía bocabajo junto a mí, su rostro parcialmente cubierto por su cabello enmarañado y tras parte de él esparcido por la almohada en que reposaba su cabeza, su espalda desnuda y como la sábana apenas cubría la redondez de su trasero, una de sus piernas estaba entre las mías y su brazo rodeaba mi cintura. Su respiración era acompasada.

Con mis dedos toqué su brazo que me rodeaba disfrutando de su piel tersa, subí por su brazo hasta tocar su hombro y con mucho cuidado aparté el cabello de su rostro relajado y perfecto. Al rozar mis dedos en su mejilla ella se removió un poco más no despertó. No pude reprimir una sonrisa al recordar la noche pasada o mejor dicho la manera en que habíamos hecho el amor por segunda ocasión casi al amanecer, hacia tanto que no estaba con una mujer que mi cuerpo no pareció conformarse con una sola vez, juro que intenté resistirme pero fue algo que no pude controlar, podía recordar vívidamente como mis labios tocaron la piel suave de su hombro bajando por su pecho hasta llegar a las cumbres rosadas que se irguieron ante la caricia de mi lengua mientras mi mano se deslizaba lentamente disfrutando de su piel tersa hasta llegar a la cavidad entre sus piernas que se abrieron sin preámbulos para dar la bienvenida a mis caricias. Sólo en cuestión de segundos Renée estaba despierta y jadeando mí nombre. De solo recordar el sonido de su voz suplicante me hizo reaccionar y volver a desearla, cerré los ojos con fuerza tratando de pensar en otra cosa para calmarme un poco, la deseaba de nuevo, pero no estaba seguro de que ella quisiera que volviéramos a repetirlo, sería la tercera vez en menos de 12 horas.

—Buenos días. —Escuché su voz somnolienta y maldije por lo bajo al sentir su mano acariciar la piel de mi abdomen y subir lentamente dejando una sensación de calor, que en lugar de ayudar a calmar mi problema lo estaba acrecentando.

—Renée…—coloqué mi mano sobre la suya intentando que entendiera que no debía de seguir moviéndola pero aun así continuó su camino. —No es buena idea que sigas haciendo eso, creo que no lo has notado pero mi cuerpo está reaccionando y…

—Claro que ya me di cuenta de ese detalle. —Abrí los ojos y me encontré con los suyos que me miraban con una mezcla de ternura y pasión. —Tal vez yo no quiero que te controles…—Sonrió al tiempo que su mano tocaba mi cuello y me obliga a inclinarme para unir nuestros labios en un beso ardiente y lleno de ansiedad.

Tomé la pierna que estaba entre las mías y la coloqué al otro lado de mi cintura y me giré para quedar sobre de ella cuidando de no dejar todo mi peso, esta vez el preludio fue bastante corto, apenas me dio tiempo de colocarme un preservativo para poder penetrar la calidez de su cuerpo que se amoldaba al mío como si nuestros cuerpos estuvieran diseñados el uno para el otro. Intentaba contenerme y no ser muy rudo con ella, pero sus movimientos y el sonido gutural que salía de sus labios me estaban llevando al límite.

Me separé de ella consiguiendo un gritito de protesta, me senté y obligué que ella se levantará y la acomodé sobre mí sintiendo de nuevo como me deslizaba en su interior.

—Ed…—Mi nombre se vio interrumpido tras mover mi cadera haciéndola cerrar los ojos con fuerza y echar la cabeza hacia atrás permitiéndome libre acceso a su cuello, con uno de mis brazos rodeé su cintura y dejé mi otra mano en la parte posterior de su cuello.

La apreté más contra mi cuerpo al tiempo que me movía cada vez más rápido, comencé un camino de besos desde la base de su cuello y fui bajando hasta que mi lengua tocó la punta erguida haciéndola gritar y a mí gemir, tomé el pequeño botón entre mis labios y jugué con mi lengua en él, sintiendo su suavidad y su dulce sabor, sus jadeos eran cada vez mayores al igual que los movimientos de nuestra caderas, era un movimiento casi frenético. Una de sus manos estaba en mi espalda y sentía sus dedos encajarse en mi piel mientras que con su otra mano aferraba mi cabeza, evitado que me apartara, el escuchar mi nombre cada vez más alto y mezclado con sus gemidos me llevó al borde, pero me intenté contener, necesitaba llevarla a ella a la cima antes de abandonarme y tocar el punto más alto, un segundo después sus paredes se contrajeron apretándome aún mas haciéndome perder casi el control y fue así como me uní a ella en el éxtasis, me abandoné ante el clímax más exquisito que había experimentado. Nuestras respiraciones eran rápidas pero mantuve mi rostro pegado entre el valle de sus senos escuchando el latir desenfrenado de su corazón y maravillándome por la dulce fragancia que era característica de su cuerpo: fresas, sin duda las fresas evocarían imágenes ardientes y excitantes a partir de este instante.

Solté mi agarre y con cuidado la recosté en la cama la tiempo que mi cuerpo abandonaba el suyo. Ella aún mantenía los ojos cerrados y me permití mirarla sin reparo: su cabello extendido en las almohadas, sus labio inferior inflamado y mostraba claramente la marca de sus dientes señal de que se lo había estado mordiendo, sus mejillas sonrojadas, su pecho subía y bajaba cada vez más lento y eran sus dos senos los que mostraban un par de manchas rojas que yo había dejado con mis labios, era preciosa y era una imagen que me acompañaría siempre.

—Ahora sí, buenos días. —Le dije inclinándome hacia ella y rozando sus labios.

Me acomodé junto ella de costado, ella me miró por unos segundos y después vi como su mirada seguía la mía, lanzaba un pequeño quejido y halaba la sábana para cubrir su desnudez haciendo que sus mejillas se volvieran a teñir de ese hermoso carmín.

— ¿No crees que es un poco tarde para mostrarse tímida? —Me burlé de ella consiguiendo que abriera los ojos por completo, sus labios se movieron como si fueran a replicar pero de ellos no salió una sola palabra. —Eres preciosa, Renée.

Una tímida sonrisa se dibujo en sus labios sin dejar de apretar la sábana contra su pecho, apoyé mi mano sobre las suyas entrelazando nuestros dedos. La miré de nuevo sólo para encontrarla con la mirada perdida en el techo y sus labios ligeramente fruncidos.

— ¿Qué sucede? —Me aventuré a preguntar dando un ligero apretoncito a su mano.

—Es que es algo extraño. —Respondió mordiendo su labio inferior mirándome a los ojos.

— ¿Te arrepientes de lo que pasó anoche?

— ¿Cómo podría hacerlo? No me arrepiento ni de lo que paso anoche, ni antes del amanecer y mucho menos de lo que sucedió hace sólo unos minutos. Fue algo…

—Yo tampoco me arrepiento de nada, esta fue una experiencia memorable. — Besé su cuello antes de levantarme y escucharla gemir, cuando me giré estaba cubierta basta la cabeza lo que me hizo reír. —Será mejor que te levantes, ya es tarde y aún tenemos que preparar todo para la comida. — Le di unas palmaditas en las piernas antes de meterme en el baño y darme una ducha.
Para cuando todos llegaron la casa estaba en perfecto orden y ya la comida se encontraba terminándose de cocer. Esme llevaba un pastel de manzana mientras que Eve nos mostraba un bote enorme de helado de vainilla el cual no quería soltar y fue Renée quien la convenció de que debían de meterlo en la nevera para evitar que se derritiera y prometerle que no dejara que nadie lo tocara.

Las niñas nos hablaron de los juegos nuevos de James al igual de las nuevas películas que habían visto y todos los dulces que comieron, pero Eve me extendió sus bracitos dando graciosos saltos para que la abrazara y eso hice, envolvió mi cuello entre sus bracitos y me dio un beso antes de decirme que nos había extrañado y que esperaba que para la próxima vez nos pudiéramos quedar con ellas.

—Ya lo veremos cielo. —Le dije dándole un beso y comenzando una charla con Carlisle.

— ¿Papi? —Me giré para ver a mi hija que mantenía el ceño fruncido. — ¿Qué te pasó aquí? —Su dedito tocó la base de mi cuello y de inmediato intenté acomodar mi camisa pero al parecer todos nos estaban mirando, levanté la mirada y vi a Renée enrojecer como una amapola.

—Le picó una abeja. —Interrumpió Carlisle guiñándome un ojo pero con una enorme sonrisa en los labios.

Eso pareció bastarle porque ya no preguntó más y se removió en mis brazos para que la bajara. Al hacerlo me tomó unos minutos el poder mirar a mis tíos que, estaba seguro, sabían la razón de esa marca, Esme comenzó a hablar sobre la idea que tenia de abrir una pequeña empresa de decoración en el pueblo y fue gracias a eso que el momento incómodo pasó.

El resto de la tarde fue agradable como cualquier otra en familia, dejamos que los niños jugaran en el jardín mientras nosotros permanecimos en el porche. Pronto comenzamos a hablar del rancho algo que me provocó incomodidad porque aunque había intentado todo por salvarlo era seguro que lo perdería, el tiempo ya se había agotado, lo que me restaba del ganado me daría sólo para unos dos meses cuando mucho tres, pero la realidad era que debía de comenzar a buscar un nuevo trabajo, ya no sería más el dueño y me vería obligado a trabajar para alguien más, eso no era algo que me afectara gravemente ya que estaba acostumbrado al trabajo duro, lo que me dolía es que mis hijas crecerían con algunas carencias, pero me encargaría de que lo esencial no les faltara.

La mano de Renée tomó la mía en señal de su apoyo, el cual me reconfortó.

—Sabes que nosotros te apoyaremos y también lamentamos que no encontraras ese inversionista que necesitabas y que tengas que renunciar a este lugar.

—No es el fin del mundo, ya encontraré un buen lugar en el cual trabajar y que sea bueno para las niñas. —Mis tíos sonrieron pero sus ojos no reflejaban esa emoción, Renée se acercó a mí como si me fuera a besar pero se detuvo y se sonrojó levemente.

Por la noche mis tíos se marcharon despidiéndose de nosotros y ambos me dijeron que se alegraban de ver que al fin había decidido continuar y que lo estaba haciendo con una mujer encantadora y que estaban seguros era justo lo que necesitaba. Al verlos desaparecer en el camino de nuevo las dudas llegaron a mí y me recordé que Renée era una mujer maravillosa, pero que tal vez no permanecería siempre en mi vida, sabía que un día recordaría todo y lo más seguro es que se marcharía dejando lo sucedido entre nosotros atrás, aun sabiendo lo que ocurriría no podía evitar querer seguir con ella hasta que ese día llegara. Renée era la razón de que siguiera adelante si ella se marchaba ya me enfrentaría a ello, ahora sólo viviría y disfrutaría al máximo mi presente.

— ¿Estás bien? —Giré mi rostro y la miré.

—Lo estoy. —Pase mi brazo por sus hombros atrayéndola hacia mí y besando su sien. —Ahora lo estoy.
Gracias a Andrea y Claudia que se toman el tiempo de corregir mis horrores de ortografía y de redacción.

Se pretende que las actualizaciones sean cada sábado, pero si por algún motivo no se puede les pido que sean pacientes ya que junto con mis betas tratamos de publicar lo más rápido posible.
T¡T¡

13 comentarios:

  1. whoa.........!!!

    me encantoooooooooo

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  2. Hola Titi ¿como estás? Maravilloso, estupendo y deseado lemmon. Enhorabuena me ha gustado muchísimo. Me lo he leído con la respiración contenida, ha sido ta tierno, tan dulce, no se de verdad que me ha encantado.
    Y que mas puede decir hoy pues el tan ansiado lemmon ocupo la mitad del capitulo, solo volver a lo mismo de siempre, ojala Bella recupere la memoria pronto no solo para saber que es lo que sucede sino para que pueda llegar a tiempo de salvar el rancho de Edward, pues se que puede salvarlo y tambièn para que esas dudas de Edward se despejen porque Bella no se va a marchar a menos que no tenga mas remedio, por protegerle de algo o porque él se lo pida por alguna razón. Lo cierto es que me da la impresión de que algo o alguien va a intentar separarlos. Solo espero ya digo, que no sea demasiado tarde para salvar su rancho. No me gustaría que cayera en malas manos, ya me estoy imaginando cuales, que fuera otra vez chantajeado con eso, o que Renée/Bella recupere la memoria tarde para ayudarlo. O que ese algo o alguien que les intentara separar le haga llagar tarde para ayudarlo.
    El tema de a abeja ha sido muy divertido desde luego los niños se dan cuenta de todo ja,aj,ja, menos mal que se conforman con cualquier explicación que les parezca lógica porque como no se lo parezca apañados estamos ja,ja,ka.
    Adoro esta historia Titi y estoy deseando seguir leyendo.
    Viste ya Amanecer. Aimss y la vi dos veces.
    Un beso

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  3. hermoso! por finnn dieron rienda suelta a la pasión xD jajaja no era posible que pudieran sobrevivir a tanta tensión sexual!

    no quiero que edward pierda el rancho :( espero que haya alguien por hay que llegue en ultimo momento e invierta :/

    el cap me fascino! :D

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  4. HOLA, SIN DUDA DOS AMANTES CON MUCHA PASIÓN EN SU INTERIOR.... SE DESEAN DE MANERA INCREÍBLE Y NO SE SIENTES SACIADOS DEL OTRO LA COMODIDAD Y COMPLICIDAD ENTRE AMBOS ES MARAVILLOSA... GRACIOSO ESO DE QUE EVE DESCUBRIERA LA MORDIDA DE RENNE EN CUELLO DE EDWARD Y CARLISLE COMO SIEMPRE SALVANDO LA SITUACIÓN... ES TRISTE LA IDEA DE PERDER EL RANCHO ESPEREMOS QUE PUEDA SOLUCIONARLO... Y BUENO RENNE ES UNA PERSONA CON PASADO DESCONOCIDO HASTA PARA ELLA Y ES NORMAL QUE EDWARD ESTE ANSIOSO PERO EL ESTA DISPUESTO A INTENTARLO, A SER FELIZ Y DISFRUTAR... MARAVILLOSO COMO SIEMPRE.. NOS LEEMOS PRONTO... BESOS... MUCHAS GRACIAS... FELICIDADES

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  5. omg!!!! wow titi ke capitulooo me encantó y el momento wow nada vulgar, te kedó perfectooo. Amé cuando eve le preguntó lo del cuello, LOL, amo a esa nena es genial el personaje, grax x el capitulo, espero leerte pronto. xoxo

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  6. Omg! Que leemmon tan tierno!n.n Lo estaba esperando hace mucho *sonrojo*.. Este es mi primer comentario en el blog, si lo sé, tremenda perra soy! Es que me habia olvidado que te habias venido para aqui. Hace una semana estaba buscando en fanfic una historia para leer y me fije en mis autores favoritos y entre en tu perfil. Ahi recorde que ibas a actualizar en el blog.. Tremenda despistada xD..
    Me encanto el capi n.n..
    de ahora en mas comentare mas seguido! Y tambien te molestare via facebook jojoxD

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  7. Wow....!"!!!!! Me encanto el capitulo..!!!!!!!!!

    La verdad me gustaría saber mas de Bella... no se... que fue lo que le pasó... Como era su vida antes..

    Lo único que espero es que no este casada con el perro de Jacob..jajajaja


    Saludos...!!!

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  8. Hola otra vez. Me he vuelto a leer la historia de nuevo hasta aquí ja,ja,ja. A ver si se confirman mis teorias.

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  9. Me gusta tu historia es mu hermosa

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  10. Hola tierna no se como pases por alto todas estas actualización nunca leí nada en fb de ibas actualizando según yo habías detenido la historia pero aquí estoy para ponerme al día.
    Me gusta como se complementan y como reaccionan el uno al otro.
    hermoso capitulo gracias tierna
    nos leemos

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  11. Pasional y muy hot, buen capitulo.

    Saludos. Carlota

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