No me dejes caer: Capítulo 40



 Desequilibrio



Se sentó en una de las orillas de la cama, lo vi tomar grandes bocanadas de aire antes de comenzar a hablar, sabía que estaba eligiendo sus palabras y yo estaba muy nerviosa, no estaba segura de poder escuchar todo lo que el quería decirme


—Sé que me porte como un verdadero estúpido, debí escucharte, pero los celos me cegaron, una parte de mi se negaba a creerlo, te vi conversar con Demetri y tú te negaste a decirme de que habían hablado, cuando abrí esa habitación no me detuve a comprobarlo solo vi el vestido y la fina figura que descansaba sobre la cama y yo le creí, no repare a ver si realmente se trataba de ti, el coraje me cegó, me arrepentí de haberte dicho esas cosas tan hirientes, se que los siguientes meses me comporte como un estúpido, pero lo único que pedía era poder olvidarte

—¿Te acostaste con Tanya?— mi voz se había elevado unas milésimas— sabias lo mucho que la odiaba y que tu no eras más que un premio y aun así lo hiciste

—Bella, jamás pude llegar a estar con ella o con ninguna otra, siempre que lo intentaba aparecía tu recuerdo

—No quiero detalles Cullen— le lance una mirada de advertencia

—Solo quería olvidarte, me deje guiar por mis impulsos no pensé con claridad

—Intente no saber nada de ti, pero tu rostro figuraba en varias revistas de espectáculos, si no estabas con Tanya estabas con alguien más— me levante de la cama

—Se que lo que hice estuvo muy mal y me arrepiento pero te aseguro que jamás pude estar con ninguna de ellas, siempre estabas ahí, recordaba tu aroma embriagante, la suavidad de tu piel, tu sonrojo, solo deseaba escuchar tu voz pronunciando mi nombre

—Me crees tan estúpida— le grite sin poder evitarlo— como quieres que crea eso

—Es verdad, jamás pude estar con ninguna, mi mente me seguía recordando que me habías engañado, el porqué estaba haciendo eso, el porqué no debía de salir corriendo a buscarte, me cegué con el odio que fingí tenerte, pero cuando supe la verdad todo cambio

—Como lo supiste?— mantuve mi mirada sobre la suya, en ella leí que se estaba debatiendo si debía o no decirme la verdad— quiero la verdad

—Mi madre junto con Giselle organizaron un desayuno, al cual asistieron un gran número de personas de tu circulo, entre ellos tus "amigos", Demetri se acerco a burlarse y fue cuando me dijo que todo había sido más que una trampa, quise matarlo ahí mismo, pero no tenía tiempo fui a buscarte al que había sido nuestro departamento pero estaba vacío, así que fui con Megan e intente que me dijera dónde estabas, pero no lo hizo, se negó a decirme dónde estabas, ella te protegía, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por encontrarte, pero desapareciste por completo, nadie sabia de ti

—Le creíste a Demetri y a mí solo me juzgaste— eso me había dolido demasiado, podía creer en alguien mas pero no en mí, eso no había sido una relación, es que acaso nunca hubo amor de su parte y había sido solo alguien que estaba ahí para calentar su cama como lo había insinuado tantas veces mi madre, como perdonarlo después de esto—Te dije que sería como si hubiera muerto y lo cumplí

—Tienes una idea de lo que fue no saber nada de ti— su voz había subido de tono mientras se apretaba el puente de la nariz

—Tu fuiste el que me hecho de su vida, porque era una cualquiera y tu lo que menos querías era estar con una persona como yo— le grite conteniendo las ganas de llorar, el recordar esas palabras eran las que me obligaba a no doblegarme

—No digas…

—Tu lo dijiste— camine un par de pasos hacia atrás se acercaba peligrosamente a mi—No te acerques

—Prometiste escucharme

—Jamás lo prometí, accedí a escucharte pero he cambiado de opinión

—Me vas a escuchar

—No voy a escucharte y quiero que te vayas de mi habitación— mis ojos comenzaban a humedecerse lo que menos deseaba es que él se diera cuenta de que me afectaba, el no tenía que darse cuenta de el mantenía teniendo ese efecto indeseable en mí, me acababa de confesar de que había confiado en alguien más en lugar de escucharme a mi

—No hasta que aclaremos todo

—Vete— grite desesperada, en ese momento las lagrimas ya comenzaron a bajar por mis mejillas, la herida se había abierto de nuevo y de una manera dolorosa— Vete!

—Mami— limpie mis lagrimas antes de girarme a mi hijo que estaba de pie en la puerta, se tallaba sus ojitos, sin soltar un mantita que mantenía aferrada con su manita derecha, corte la distancia y lo abrace, hundí mi rostro en su cabello dejando que su dulce aroma me tranquilizara, él era lo que me había mantenido de pie y esta vez no sería la excepción, sus manitas limpiaron mis mejillas— no llodes mami

—No estoy llorando amor, mejor dime qué haces fuera de la cama— camine hacia su habitación, lo acomode en su cama y lo cubrí con las mantas, deje mi frente pegada a la suya, sus manitas se posicionaron de mis mejillas comencé a tararear una melodía que lo hacía dormir desde pequeño y que él me pedía algunas veces, sus manitas poco a poco fueron resbalando de mis mejillas mientras s su respiración se hacía más tranquila indicándome que se había quedado profundamente dormido, bese su mejilla antes de separarme de él.

Me asegure de que estuviera bien arropado, en la puerta estaba Edward de pie, me detuve delante de él tome una bocanada de aire

—Te voy a pedir que te mantengas alejado de mi, solo hablaremos cuando sea realmente necesario y con ello me refiero a mi hijo

—Nuestro hijo— yo negué

—Puedes hacerte a un lado, quiero pasar y tu estas estorbando

Entre a mi habitación, desee poder poner el seguro a mi puerta pero no lo haría porque no sabía si Evan vendría a mi cama como cada noche, me envolví en las mantas intentando olvidar lo poco que habíamos hablado, eso que había logrado abrir la herida.

La mañana llego antes de lo que me hubiera gustado, me levante al primer timbrazo de mi despertado, como cada mañana entre al baño a lavarme los dientes y acomodar mi cabello, me envolví en una bata para ir directo a la cocina donde Dafne ya preparaba el desayuno de ambos, le indique que había uno más para que preparara algo extra, me encamine a la habitación donde sabia que estaban ambos, al entrar me detuve un par de minutos a observarlos, Evan descansaba su cabecita en el pecho de Edward que lo envolvía en sus brazos, los dos parecían tan tranquilos lamentaba ser yo la que pronto terminaría con toda esta felicidad, ya no había nada que pensar cuando todo esto terminara lo cual me encargaría que fuera lo más pronto posible, ambos regresaríamos un tiempo a Londres y tal vez después desapareceríamos nuevamente.

Me acomode junto a mi hijo y acaricie su cabello cuidando de no tocar a Edward, el se removió un poco mas no abrió los ojos

—Mi amor, es hora de levantarse— enterró su rostro en el pecho de Edward, comencé a hacerle cosquillas logrando que despertara al igual que Edward, note que lo liberaba de su agarre y yo lo tome en mis brazos, se tallo sus ojitos y dio un adorable bostezo antes de enfocar su mirada en mi.

—Mami— envolvió sus bracitos en mi cuello y acomodo su cabecita en mi hombro, estaba intentando dormir de nuevo

—Buenos días Bella— lo mire por unos segundos antes de responderle con un "hola" Salí de la habitación sin invitarlo a desayunar con nosotros, fue Evan quien lo hizo más yo no me detuve, lo deje en su lugar y le pase su plato que consistía en fruta y nuevamente un té, lo que no le agrado pero lo hizo cuando yo se lo pedí, una hermosa carita y muchos besos lo lograron.

Evan era el único que rompía el incomodo silencio que se había formado, después del desayuno hice que mi pequeño entrara a la tina, cuando salimos riendo de que sus deditos estaban arrugaditos note que Edward estaba en su cama con la mirada puesta en el suelo, mi hijo le grito y él sonrió pero no la sonrisa característica, era una que dejaba en claro que estaba triste y que yo ignore, les di su tiempo a solas mientras yo me envolvía en mi trabajo, de vez en cuando revisaba que estaban haciendo, le sonreía a mi pequeño y mantenía mi expresión distante hacia él. los siguientes tres días Edward se había quedado a dormir porque Evan se lo había pedido, algo en lo que yo no podía interferir, nos manteníamos alejados un poco complicado pero lo estábamos logrando, eran extrañas las pocas veces que nos encontrábamos.

Tres semanas después, solo hablábamos cuando estábamos cerca de Evan y si él no estaba es como si ni nos conociéramos, intentaba no verlo a los ojos porque notaba cierto dolor pero no más de lo que él me había lastimado a mí. Cuando sabía que estaba en casa solo le avisaba a Evan que llegaba y me encerraba en mi estudio hasta que era hora de que él se marchara, se había convertido en una rutina, una bastante frustrante, escondernos uno del otro y lo peor en mi propia casa, agradecí que se acercara la hora de regresar a casa había sido un día bastante duro debido a la recesión económica por la que estábamos cruzando en estos momentos, era una baja en general en todos los negocios, mi padre sí que estaba en problemas en problemas y eso que yo no había tenido que mover un solo dedo para perjudicarlo, él estaba haciendo todo el trabajo, yo solo daría el golpe final para mandarlo a la calle.

—Bella tienes que ver esto— tome la revista que Megan me extendió y no pude evitar que mi estómago se contrajera, de nuevo estaba pasando, que es lo que tenía en la cabeza y yo que creía que era un buen padre aunque me doliera admitirlo, pero después de esto tenía mis dudas

—Nos vemos mañana, descansa y gracias

—Bella, que vas a hacer— solo me despedí antes de que las puertas del ascensor se cerraran, subí a mi auto y conduje lo mas rápido que pude a mi casa, logre llegar en menos de 30 minutos, agradecí que ahí estuviera el volvo, solo deseaba que estuviera ahí, sería el colmo que ahora que necesitaba hablar con él no estuvieran en casa

—Hola Bells, porque esa cara— deje mis cosas en la entrada y la sonrisa de Ángela se borro, sabía que no había algo bien en todo esto

—Donde esta Edward y Evan

—En la habitación de Evan jugando— la escuche seguirme, entre sin tocar y sonreí al ver que mi hijo corría hacia donde estaba, lo bese y lo deje de nuevo en el suelo

—Evan te importaría si te robo unos minutos a tu papa, tengo que hablar de ciertas cositas con él— asintió sin estar realmente convencido del todo, Edward se mostro sorprendido se levanto del suelo y me siguió hasta llegar a mi estudio, me acerque a la ventana para ver la ciudad en lo que el llegaba, escuche la puerta cerrarse

—Hola, que tal tu día— me gire y enarque una de mis cejas, la cordialidad salía sobrando entre nosotros

—Duro, como lo ha estado este último bimestre— me acerque hasta quedar a unos pasos de él, su vista seguía fija en la mía, leía el desconcierto que había en su interior, le lance la revista al pecho y la sostuvo— quieres explicarme que es eso

—Yo no…— lo vi ver la portada y hojear la revista hasta encontrar el artículo, levanto la vista para encontrarse con la mía

—He mantenido a Evan lejos de todos los medios, para que llegues tú y se los des en bandeja de plata, lo he mantenido fuera para que no lo agobien, es muy pequeño para que vea envuelto en este tipo de situaciones

—Yo no me di cuenta cuando tomaron estas fotografías

—Ahora ellos intentaran saber la verdad del pequeño que es idéntico a ti, no quiero que los medios estén detrás de mi hijo, lo que menos deseo es que él se sienta amenazado

—Que te molesta mas, que ellos se hayan dado cuenta de que tengo un hijo o que Evan se parezca a mi—fue una lucha de resistencia, su mirada se mantenía sobre la mía, intentando descubrir la respuesta a su pregunta, una que sabía perfectamente no escucharía de mis labios

—No estamos hablando de eso Cullen

—Sabía que no lo contestarías—acorto la distancia quedando a solo centímetros de mi, su inconfundible aroma me hizo cerrar los ojos para intentar que mi autocontrol no se viera afectado— que te quede claro, que no me puedes culpar de que los medios nos hayan visto, así como me paso a mi te pudo pasar a ti

—Sé que me pudo pasar a mí, pero te paso a ti, debiste de ser más cuidadoso

—Nadie se acercara a él mientras yo esté cerca y que se tu tampoco dejaras que eso suceda

—Las cosas se complicaran un poco, los medios estarán detrás de ti, detrás de la verdad

—Es que te molesta que sepan que es nuestro hijo, te avergüenza eso—sus manos se cerraron alrededor de mis brazos manteniéndonos aun más cerca uno del otro, no me lastimaba con un solo movimiento me podía zafar pero no podía ni moverme, mi cuerpo no reaccionaba a lo que pretendía hacer

—Me importa la seguridad de Evan, siempre ha estado él delante de cualquier cosa

—No contestas a mis preguntas las evades, dime te avergüenza de que yo sea su papa— negué, como iba a avergonzarme de él, era el único hombre al que realmente había amado y el que me había lastimado, ahora solo importa la seguridad de mi hijo, una que se vería afectada cada vez que saliera con Edward, todos querrían conocer quién era la madre de ese hermoso pequeño

—Ambos sabemos lo que estar detrás de los reflectores y las luces de las cámaras, es incomodo y muy frustrante, no quiero que mi hijo se vea privado de divertirse como un niño de su edad por ser la noticia de no sé qué tantos periódicos o revistas amarillistas, que lo único que buscan es vender, sin importar a quien afecten

—Ellos no se acercaran a Evan, puedes estar segura de que no dejare que se le acerquen

—Es espero—su frente choco con la mía apreté mis parpados, no supe de que otra manera reaccionar ya que mis extremidades no me respondían, su aliento chocaba con el mío, nuestra cercanía era dolorosa, mi corazón comenzó a latir un poco más aprisa, provocando un dolor agudo en mi pecho

—Ya no soporto tenerte a mi lado y saber que estas a kilómetros de distancia en realidad— un nudo en mi garganta se comenzó a formar, su voz estaba quebrada había dolor en ellas, abrí los ojos al sentir como algo liquido descendía por mi mejilla derecha, no era mía, era de él, estaba llorando, su aliento fresco rozo mis labios, un poco de aire escapo chocando con el suyo

—No lo hagas mas difícil— coloque mis manos contra su pecho logrando que se separara, me contuve de ser yo quien limpiara sus lagrimas, ya que eso solo complicaría más las cosas, que es lo que estaba sucediendo, yo lo odiaba, tenía que hacerlo, como podía yo perdonarlo si me había herido y había roto sus promesas, esas en las que había prometido estar siempre a mi lado, que jamás nos separaríamos, que seriamos felices, donde estaba esas malditas promesas, solo habían sido palabras que se las había llevado el viento, solo palabras sin ningún valor.

—Regresare con Evan— se limpio las mejillas y salió sin decir una palabras más, me dolía no quería sentir este dolor pero se estaba volviendo inevitable, parecía que en lugar de lograr olvidarlo todo esto me hacia aferrarme mas a él, a un recuerdo que solo había sido una farsa, quien podía llegar a amarme en realidad, quien podía amar a la altanera Isabella Swan, pero no había amado a Isabella Swan, había estado junto con Bella, esta chica que seguían en mi interior y que solo se mostraba con Evan y no con nadie más, no quería salir herida nuevamente, que demonios era todo esto, porque una lagrima suya me estaba afectando, tenía que salir de aquí tenía que gritar.

Mis pies me guiaron al lado de mi auto, entre en él y conduje sin rumbo, solo quería sentir la velocidad alejarme de lo que me estaba perturbando, las cosas no estaban saliendo como yo lo había planeado, no había podido quitarle la empresa a mi padre por la situación por la que estábamos atravesando todas las empresas, primero estaban mis clientes que una venganza, de todas formas aunque se prolongara el tiempo el final sería el mismo.

Ya había pasado cerca de un mes de ese incidente, todo había regresado a ser "normal", nos evitábamos, lo iba a visitar casi todas las tardes y algunas veces se iba hasta después de leerle un cuento, se despedía de Ángela cuando se marchaba y ella era la que me decía que se había ido, en tres ocasiones él mismo lo había hecho, yo asentía sin dirigirle la palabra, un par de veces había notado que se quedaba de pie por un par de minutos y después se iba al ver que yo no iba a cambiar mi actitud.

Esme seguía visitándolo muy a menudo, con ella me gustaba platicar era agradable además de que me aconsejaba algunas cosas que desconocía sobre esta nueva etapa que estaba viviendo, era madre y desconocía tantas cosas acerca de cómo cuidar a mi pequeño, me aclaraba cada una de mis dudas por muy tontas que fueran, en verdad porque nadie había sugerido que los bebes vinieran con instructivos, frase que la había hecho reír, pero acepto que ella había pensado algo similar cuando nació Emmett.

Alice y Rosalie la habían acompañado un par de veces y otras tantas a Edward, pero yo solo hablaba lo necesario con ellas, Emmett disfrutaba de lanzar a mi hijo como si fuera una especie de pelota humana y él lo disfrutaba, Jasper era el más normal jugaba con Evan y lo escuchaba bastante atento y Carlisle era el abuelo consentidor, había descubierto que Evan amaba los chocolates rellenos y siempre que iba le llevaba una caja que discretamente le daba y el escondía, lo que él no sabía es que esa cajita tenía menos de la mitad y el resto me los daba a mí para que paulatinamente fuera llenándola y así cuidar que no comiera de mas, adoraba ver la manera en que todos lo trataban, en verdad lo amaban, aunque varias veces había estado a punto de matar a Alice por la cantidad de ropa que le llevaba y que yo había intentado pagar pero se había rehusado ya que eran regalos para su sobrino favorito, fácil de saber el porqué, era el único.

Mi trabajo había aumentado, había una pequeña crisis en toda el área financiera lo que me impedía lograr terminar mis asuntos pendientes, no me arriesgaría solo por una venganza, esa podía esperar, estaba revisando el último balance que Damián me había enviado mientras hablábamos por teléfono, cuando la puerta de mi oficina se abrió de golpe y para variar ahí estaba mi padre pero no estaba solo estaba junto a mi adorable madre, mi dúo favorito, me despedí de Damián y les señale las sillas delante de mi escritorio pero no se movieron se quedaron a la mitad de mi oficina, le hice una seña a Megan de que se marchara y así lo hizo

—Por si no lo saben, es de pésima educación irrumpir de esa manera en la oficina de alguien más

—Isabella, creíste que no me daría cuenta de que compraste a Charles— me lanzo un par de papeles que indicaban el traspaso de las acciones de los Hale a mi nombre, me levante para quedar de frente a ellos, pero con mi cadera apoyada en el escritorio manteniendo una distancia prudente

—El fue un hombre inteligente y decidió vender para proteger a su familia, tu ruina es inminente

—Tu estas detrás de todo esto, mis acciones han bajado, mis clientes se están esfumando

—Yo no he movido un solo dedo, en estos momento tengo cosas más importantes que cuidar, que prestarle atención a tu "empresa", tu solo te estás encargando de hacerlo— sonreí

—Estas contenta de que estas arruinando mi vida social, gracias a tu estupidez no he podido salir de esta maldita ciudad, sabes cómo he quedado delante de mis amistades, como una pobre

—Eso lo serás muy pronto, es mejor que te vayas acostumbrando

—Quiero mi empresa Isabella

—Charlie, no tienes nada que me puedas ofrecer, apenas y serias capaz de responder a los pocos clientes que te quedan

—Solicitare un préstamo a un banco

—Y crees que ellos te lo van a dar, en tu situación lo dudo, además es solo cuestión de que yo haga una llamada y te aseguro que nadie lo hará

—Que pretendes

—Estoy haciendo lo mismo que tú me hiciste cuando renuncie, te encargaste de que nadie en esta ciudad me contratara, jamás creíste que todo se te devolvería

Mi padre estaba rojo de la ira y apretaba los puños, mi madre me veía de una manera asesina por todo lo que le estaba quitando, ambos sabían que el final era inminente, mi mundo se fue al suelo cuando la puerta se abrió y por ella apareció mi pequeño, con una hermosa sonrisa y una hoja en una de sus manitas, sus ojitos se abrieron al ver a mis padres, en los conocía por algunas fotografías mas no en persona, mis padres se giraron a verlo y ahí supe que era demasiado tarde para ocultarlo

—Mami— corrió pasando en medio de mis padres que mantenían sus ojos abiertos por completo mi madre tenía la boca ligeramente abierta y mi padre apretó la mandíbula un poco más, lo observaron detenidamente, Evan me pregunto que si eran sus abuelos y yo asentí, pero le susurre que se mantuviera calladito, se llevo sus manitas a su boca dejando que la hoja que había tenido en sus manos resbalara y callera al suelo, pero no fue lo único Edward se encontraba en la puerta observando detenidamente a mis padres, ellos no lo habían notado

—Te dijo mamá— la voz de mi madre era incrédula lo que indicaba que estaba enojada

—Sí, el es Evan mi hijo— bese su mejilla y le sonreí, sus bracitos se envolvieron en mi cuello

—Es demasiado parecido a ese… no me dirás que — Charlie apenas había sido capaz de escuchar sus palabras

—Dime que no es verdad, y que ese medico de quinta no es el padre de ese— señalo mi madre con la cabeza a Evan, como se atrevía a decirle "ese" a mi hijo

—Veo que aun sigue manteniendo ese mismo concepto de mi— se acerco lentamente hasta donde estaba yo, se coloco detrás de mí y acaricio la mejilla de Evan quien sonrió

—Es Evan y no "ese", grábatelo Renée— lo apreté ya que se comenzaba a mover en mis brazos para que lo bajara

—Así que es su hijo— señalo mi padre a Edward

—Sí, Edward es el papa de Evan

—Cómo pudiste embarazarte de un tipo como él— señalo a Edward que gruño— te dije que solo quería a alguien que le calentara la cama y no se hizo responsable de…

—Cállate de lo que no sabes, creo que deberías de cuidar un poco tus palabras delante de mi hijo— baje a mi hijo de mis brazos pero mantuve su manita fuertemente agarrada, tenía que mantenerlo a mi lado

—Así que por eso te dejo y comenzó a divertirse— una sonrisa burlona apareció en el rostro de mi padre, Evan se estiraba para alcanzar la hoja que había dejado caer

—Lo único que has hecho es arruinar nuestro apellido, no mereces ser una Swan, primero te enredas con este disque medico, te comportas como una vil prostituta cuando estuvieron juntos y ahora pretendes hacernos quedar en ridículo trayendo a ese

—Cállate Renée— le grite sin querer afloje mi agarre y Evan se acerco a tomar su hoja, pero mi madre la piso y el solo vio como arruinaba su hojita, Edward se movió mas rápido y tomo a Evan en sus brazos, para evitar que mi madre le hiciera algo

—Papi, mi dibujo— la sangre estaba en su punto máximo de ebullición, que me dijera algo a mi lo soportaba, pero que los insultara a ellos no podía permitirlo y mucho menos que lastimara a mi hijo, avente a mi madre para que dejara de pisar la hoja de mi bebé, pero estaba arruinada

—Como te atreves a hacerle eso— le grite, mi padre me tomo del brazo con demasiada fuerza, un gemido de dolor salió de mis labios,

—Mami, sueta a mi mami— chillo, intente zafarme pero no me lo permitía, Edward tomo la mano de mi padre para que me soltara, me entrego a Evan que me abrazo al instante y comenzó a llorar, vio a mi padre dar un paso dio un gritito y comenzó a temblar haciendo su llanto más fuerte, Edward se coloco delante de nosotros

—Cállate!— le grito mi madre el tembló dejando de llorar,

—No se atreva a gritarle nuevamente a mi hijo— camine hacia la puerta llame a Megan que llego en seguida, le entregue a mi hijo que comenzó a removerse en sus brazos, estiraba sus bracitos hacia mí, le pedí que se lo llavera e intentara tranquilizarlo y que también llamara a los de seguridad, cerré la puerta solo escuchaba el llanto de mi bebé cada vez se escuchaba más lejano

—Como pueden ser tan despiadados, es apenas un niño, porque tenias que hacerle eso, que no te das cuenta de que aunque no lo quieras el sigue siendo tu sangre Renée— Edward me tomo de la cintura para mantenerme quieta

—Ese bastardo no es nada mío— me moví suficientemente rápido que cuando reaccione mi madre se sostenía la mejilla, mi mano se había estampado demasiado fuerte, mi padre se dejo ir contra mí pero Edward lo empujo haciéndolo caer, se puso de pie su rostro estaba contraído

—Esto te costara muy caro, nadie me pone una mano encima

—Nadie le pone una mano encima a mi familia— lo abrace por la espalda, antes de que se fuera contra mi padre, en ese momento llegaron 6 hombres de seguridad

—Está bien?— yo negué sin soltar a Edward

—Sáquenlos de aquí y asegúrense de que no vuelvan a entrar— gruño Edward, los hombres me miraron para saber si debían de hacer caso al mandato del chico que tenían delante yo solo asentí, los sacaron de mi oficina, lo único que escuchaba eran sus gritos para que los soltaran y lanzar un par de amenazas que sabia iban dirigidas hacia mí, las voces se apagaron cuando dejaron el piso, deshizo mi agarre para colocarme frente a él y abrazarme

—Estas bien?— asentí, sin aparta mi rostro de su pecho

—Gracias, por intervenir

—No dejaría que alguien lastimara a mi familia, aunque creo que complique mas las cosas— levante la mirada tome su rostro entre mis manos lo obligue a inclinarse un poco mientras él mantenía los ojos cerrados, pegue mi frente a la suya, solo dejando que nuestras respiraciones se mezclaran.

—Ya estaban complicadas—susurre

Después de todo lo que había sucedido entre ambos, el seguía interfiriendo cuando más lo necesitaba, al utilizar la palabra familia mi corazón había saltado, un llanto que se hacía más intenso nos hizo separarnos y correr a la puerta, Megan sostenía Evan que luchaba por bajar, me importo poco que algunos de los empleados tuvieran la vista puesta en nosotros y no en su trabajo, me acerque a Megan y de inmediato me entrego a mi hijo que seguía llorando mi corazón se contraía con cada sollozo, aun estando en mis brazos siguió llorando y comenzó a aventarme con sus bracitos, lo apreté contra mí con más fuerza pero aun así seguía removiéndose pero al escuchar mi voz "Soy yo corazón, soy mami" escondió su rostro en mi cuello, acaricie su espalda y comencé a tararear su canción logrando que su llanto se fuera controlando hasta quedar en dolorosos sollozos, lo acune en mis brazos el pego su rostro en mi pecho y poco a poco se fue quedando dormido, pequeñas lagrimas comenzaron a descender por mis mejillas, al notar el estado en que estaba mi hijo, lo habían lastimado, aparte la vista de Evan al sentir las manos de Edward sobre mi rostro y sus pulgares limpiar mis mejillas

—Vamos a casa— me quito a mi pequeño de los brazos, iba a protestar pero sabía que en sus brazos también estaría seguro, tomo una de mis manos y me guio hasta el ascensor estaba intentando asimilar lo que había sucedido, sabía que mis padres podía llegar a hacer crueles pero jamás pensé que serian capaces de hacerle ese daño a mi pequeño, su mano se poso nuevamente en mi cintura pegando a su cuerpo, mi piel se erizo al sentir sus labios rozar mi oreja— Todo estará bien, no dejare que nadie los lastime

Coloco a Evan en su sillita lo aseguro y no pude evita sonreír, ya sabía cómo hacerlo, subí en el asiento del copiloto, el subió y salimos de este lugar, eche mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, porque no podía odiarlo, porque cada vez que lo intentaba hacer de nuevo el venia y hacia algo para demostrarme que no era malo si no todo lo contrario, bien podía haberse marchado y dejarme que me enfrentara sola a mis padres, pero no lo había hecho me había protegido como lo hacía antes, había protegido a Evan, me había sostenido, como podía ser tan difícil llegar a odiarlo, Salí de mis pensamientos al notar que ya estábamos en casa y el mantenía mi puerta abierta y su mano extendida, estuve a punto de tomarla pero termine por rechazarla, el suspiro y se encargo de sacar a Evan de su asiento, pequeñas lagrimas se escapaban de sus ojitos, lo apretó contra su pecho logrando reconfortarlo, me siguió hasta dejarlo en su habitación, Ángela se quedó junto a él en lo que yo me fui a mi habitación

Me apetecía una ducha, el agua tibia seria lo único que lograría tranquilizarme estaba verdaderamente inquieta por lo que acababa de suceder, después de un par de minutos y de comprobar que la ducha había surgido su efectos, me envolví en una bata de seda verde pistache y fui directo a mi armario para buscar algo cómodo que ponerme, un pantalón deportivo y una playera de manga corta que se ajustaba a mi silueta, deje mi cabello suelto, entre a la habitación de Evan y permanecía dormido abrazando fuertemente un oso que le había regalado Esme

—Edward está en la terraza— me gire para ver a mi amiga que permanecía sentada en el sillón sin apartar la revista de sus manos— yo cuidare de Evan

—Yo…

—Isabella, creo que lo menos que puedo hacer es agradecerle por hacer lo que hizo, el me conto lo sucedido— asentí, bese y arrope a Evan, camine lo más lento hasta llegar a la terraza, intentaba prolongar un poco mas lo que se avecinaba, necesitaba tiempo para saber que decir, lo encontré sentado con los codos apoyados en sus piernas y una taza de café entre sus manos, me senté a su lado subí mis piernas a la silla y las abrace dejando mi mentón descansar sobre mis rodillas.

—Gracias por lo que hiciste, no tenias po…— uno de sus dedos se poso en mis labios

—Ya te lo dije, yo soy capaz de hacer cualquier cosa por ustedes, por mi familia

—Edward yo…

—Bella tenemos que hablar, por favor ya no soporto estar tan cerca y a la vez tan lejos, sé que me lo merezco pero necesito que terminemos de hablar—me acomode en la silla y asentí, tomo mi mano izquierda entre la suya— tienes todo el derecho a estar molesta por lo que hice, pero quiero que sepas que nunca deje de pensar en ti, siempre estuvieron presentes, contrate al mejor investigador privado pero ni el pudo dar contigo

—Te equivocas— respire profundo antes de verlo su semblante era de confusión— su nombre era Steve, cierto?

—Como lo sabes?, el te encontró?

—El me encontró, sabía demasiado, no podía permitir que esa información llegara a ti, aunque él nunca me dijo que tú eras el que estaba detrás, el menciono el nombre de Alice

—Alice me ayudo a contactar a Steve, me convenció de que era mejor que diera su nombre en vez del mío por si te encontraba, ella creía que siendo ella tal vez aceptarías hablar y dejarías de esconderte

—Tú o cualquiera de tu familia eran lo mismo, tú me alejaste de tu vida y ellos me juzgaron de nuevo, como creer en ellos, como creer en ti, es por eso que actué, logre que Steve fingiera el no encontrarme

—El me dijo…

—El te dijo lo que yo hice que te dijera

—Trabajaba para mí

—Triplique su paga y dejo de hacerlo, lo que menos quería era que supieras de la existencia de Evan

—Porque?— se había colocado en cuclillas tomando ambas manos entre las suyas

—No crees que ya había pasado por suficiente, lo único que deseaba era mantenerme lejos

—Así que me olvidaste?—sus ojos se oscurecieron

—Como hacerlo, junto a mi tengo a un mini—Edward—sonreí— el solo verlo me hacia recordarte y me era imposible olvidarte

—Yo jamás te olvide, intente encontrarte para arreglar todo, quería que me escucharas y tal vez poco a poco me ganara tu perdón

—No es tan fácil— intente retirar mis manos de las suyas pero no me lo permitió

—Y crees que para mí ha sido fácil, el saber que te perdí por una estupidez, por no escucharte, por dejarme guiar por mis impulsos, el haber cometido tantos errores cegados por la ira mal infundada

—Y crees que para mi si lo fue— grite

—Te aseguro que lo pasaste mejor que yo—libero mis manos, se puso de pie y me dio la espalda, sus manos las metió en sus bolsillos

—Claro no te imaginas cuanto— reí irónica— fue maravilloso el tener que dejar la ciudad, ocultarme de todos, comenzar desde cero, saber que tú te divertías mientras yo no podía dejar de pensar en ti, pero sabes que fue lo mejor cuando estuve a punto de perder lo único que hacía que mi vida tuviera sentido

—Estuviste por perder a Evan?— asentí llevándome las manos al rostro, odiaba recordar ese momento en el que había estado por perder a mi hijo, lo que me mantenía de pie— que fue lo que sucedió

—Una caída debido a un desmayo, me mandaron estar un mes en reposo y lo hice solo por él, era una parte de ambos, algo que yo había deseado y no lo perdería

—Como es que si estuviste en un hospital no había registros tuyos

—John y su esposa Grace fueron un gran apoyo para mí, ellos sabían que quería mantenerme oculta y me ayudaron, en el expediente aparecí como Marie Burke, Damián y Ángela se encargaron de cuidarme durante todo el embarazo

—Bella, siento que pasaras por eso sola— se coloco de cuclillas de nuevo, tomo mi rostro entre sus manos

—Yo lo decidí así, sabía que sería duro pasar por esto sola, bueno en realidad no creí que fuera tan difícil, pero siempre he podido salir adelante y esta vez no fue la excepción

—Desde cuando supiste que estabas embarazada?

—Después de que todo termino entre nosotros, tuve un ligero accidente de auto, me examinaron y descubrí que seriamos padres— cruce nuestras miradas sin poder contener las ganas de sonreír, esas palabras se las había querido decir, pero no lo había podido hacer

—Me hubiera gustado saber que seriamos padres— sus dedos rozaron mi mejilla hasta tomar un mechón de cabello y colocarlo cuidadosamente detrás de mi oreja.

—Acaso habrías creído que Evan era realmente tuyo

—Si

—Edward me dijiste que era… – coloco un dedo en mis labios

—No lo digas, por favor no lo repitas

—Honestamente tú no me hubieras creído

—Creo que no— se dejo caer sobre sus rodillas y se revolvió el cabello—Bella… perdóname, mi vida sin ti no tiene sentido y sé que sin nuestro hijo tampoco lo tendrá, es por eso que los quiero a ambos en ella

—Edward yo…—acuno mi rostro entre sus manos

—Quiero que Evan tenga la familia que se merece y te quiero a ti en mi vida, no me importa tener que rogar por qué me perdones, dime qué quieres que haga

—No es fácil, entiéndeme— me levante poniendo distancia entre ambos

—Be…

—Entiéndeme, son demasiadas cosas, si solo fuera yo sería más fácil tomar una decisión, una decepción mas no me hace demasiado daño, pero me estas pidiendo que exponga a mi bebe a ser lastimado

—Parece que no me conocieras, yo jamás lo lastimaría

—Han pasado muchas cosas y nosotros cambiamos

—Soy el mismo de antes, dime de qué manera te lo demuestro

—No negare que has hecho muchas cosas buenas y que me hacen saber que eres el mismo de antes, el hombre del que yo…— moví mi cabeza como si eso sirviera para acomodar mis ideas— eres importante para Evan

—Y para ti

—A Evan le gusta tenerte a su lado

—Y a ti?— comenzó a avanzar, yo solo retrocedí un par de pasos, lo hacía de nuevo volvía a poner mi mundo de cabeza, una sola mirada me hacia estremecer, mi cadera choco con la mesa dejándome atrapada, nuestras miradas se cruzaron y antes de que pudiera reaccionar cayó sobre sus rodillas y envolvió mi cintura con sus manos y dejo su rostro apoyado en mi vientre—Perdóname

—Levántate Edward— tome sus brazos aflojando su agarre, se mantuvo en esa posición solo sentía su aliento chocar con la fina tela

—Dime qué quieres que haga, he intentado acercarme a ti de mil formas y siempre sucede lo mismo, me rechazas, me alejas de ti, colocas esa barrera entre ambos

—Me lastimaste, más de lo que cualquier otra persona me había lastimado, no esperabas que porque llegaras y me dijeras que sabias la verdad y que estabas arrepentido corriera a tus brazos y olvidara cada una de tus palabras, tus miradas frías, Edward hiciste lo que ninguno había hecho me destrozaste y ahora que creí lograr reparar el daño, vienes como si nada hubiera pasado y esperas que te perdone, eras lo más importante y me diste la espalda por una estupidez, me echaste en cara mi pasado, sabias exactamente donde herirme y lo hiciste— la opresión de mi pecho se intensificaba, el dolor regresaba, las lagrimas ya estaban bañando mis mejillas, le había dicho todo lo que sentía, lo que no creí decirle jamás se lo había dicho, me quitaba un peso enorme de encima

—Bella yo te ame, te amo y te amare— me había abrazado por la espalda dejando su mentón en mi hombro y lo había susurrado, me estaba desequilibrando

—Edward por favor— me moví para que me soltara, pero me apretó aun mas su cuerpo, beso mi cuello, mis piernas se doblaron como si de pronto se hubiera vuelto de gelatina, su risa su hermosa risa llego hasta mi oído, hacia tanto que no la escuchaba pero seguía siendo hermosa no se comparaba con la de nuestro hijo pero aun así era hermosa y lograba que mi cuerpo reaccionara

—Bella, los necesito a mi lado— un par de besos mas, me mordí el labio inferior para no dejar escapar el gemido que se quería liberar, extrañaba la sensación de sentir sus labios sobre mi piel, me giro en un rápido movimiento

—Basta Edward, detente— puse mis manos contra su pecho para mantener una distancia entre ambos

—Dime que necesito hacer para que me perdones, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, te quiero de vuelta, te necesito en mi vida, de otra manera no estoy completo

—Yo…

—Dime porque es tan difícil decir que quieres que haga o es que hay alguien?— nuestras miradas se encontraron— es eso, hay alguien en ese lugar que yo ocupe

—Si— sus brazos abandonaron mi cintura y los dejo caer en su costado, sabía que me veía esperando que fuera una mentira, pero no lo era, apretó los puños, cerró los ojos y tenso los labios, esta vez fui yo quien tomo su rostro entre mis manos— lo siento, pero necesitabas saberlo, su nombre…

—No quiero saberlo, solo espero que el sepa valorarte

—Lo hace— retiro mis manos de sus mejillas

—Iré a ver a Evan y creo que es hora de que me marche a mi casa.

...

1 comentario:

Playlist