Desequilibrio
Se sentó en una de las orillas de la cama, lo vi
tomar grandes bocanadas de aire antes de comenzar a hablar, sabía que estaba
eligiendo sus palabras y yo estaba muy nerviosa, no estaba segura de poder
escuchar todo lo que el quería decirme
—Sé que me porte como un verdadero estúpido, debí
escucharte, pero los celos me cegaron, una parte de mi se negaba a creerlo, te
vi conversar con Demetri y tú te negaste a decirme de que habían hablado,
cuando abrí esa habitación no me detuve a comprobarlo solo vi el vestido y la
fina figura que descansaba sobre la cama y yo le creí, no repare a ver si
realmente se trataba de ti, el coraje me cegó, me arrepentí de haberte dicho
esas cosas tan hirientes, se que los siguientes meses me comporte como un
estúpido, pero lo único que pedía era poder olvidarte
—¿Te acostaste con Tanya?— mi voz se había elevado
unas milésimas— sabias lo mucho que la odiaba y que tu no eras más que un
premio y aun así lo hiciste
—Bella, jamás pude llegar a estar con ella o con
ninguna otra, siempre que lo intentaba aparecía tu recuerdo
—No quiero detalles Cullen— le lance una mirada de
advertencia
—Solo quería olvidarte, me deje guiar por mis
impulsos no pensé con claridad
—Intente no saber nada de ti, pero tu rostro
figuraba en varias revistas de espectáculos, si no estabas con Tanya estabas
con alguien más— me levante de la cama
—Se que lo que hice estuvo muy mal y me arrepiento
pero te aseguro que jamás pude estar con ninguna de ellas, siempre estabas ahí,
recordaba tu aroma embriagante, la suavidad de tu piel, tu sonrojo, solo
deseaba escuchar tu voz pronunciando mi nombre
—Me crees tan estúpida— le grite sin poder evitarlo—
como quieres que crea eso
—Es verdad, jamás pude estar con ninguna, mi mente
me seguía recordando que me habías engañado, el porqué estaba haciendo eso, el
porqué no debía de salir corriendo a buscarte, me cegué con el odio que fingí
tenerte, pero cuando supe la verdad todo cambio
—Como lo supiste?— mantuve mi mirada sobre la suya,
en ella leí que se estaba debatiendo si debía o no decirme la verdad— quiero la
verdad
—Mi madre junto con Giselle organizaron un
desayuno, al cual asistieron un gran número de personas de tu circulo, entre
ellos tus "amigos", Demetri se acerco a burlarse y fue cuando me dijo
que todo había sido más que una trampa, quise matarlo ahí mismo, pero no tenía
tiempo fui a buscarte al que había sido nuestro departamento pero estaba vacío,
así que fui con Megan e intente que me dijera dónde estabas, pero no lo hizo,
se negó a decirme dónde estabas, ella te protegía, estaba dispuesto a hacer
cualquier cosa por encontrarte, pero desapareciste por completo, nadie sabia de
ti
—Le creíste a Demetri y a mí solo me juzgaste— eso
me había dolido demasiado, podía creer en alguien mas pero no en mí, eso no
había sido una relación, es que acaso nunca hubo amor de su parte y había sido
solo alguien que estaba ahí para calentar su cama como lo había insinuado
tantas veces mi madre, como perdonarlo después de esto—Te dije que sería como
si hubiera muerto y lo cumplí
—Tienes una idea de lo que fue no saber nada de ti—
su voz había subido de tono mientras se apretaba el puente de la nariz
—Tu fuiste el que me hecho de su vida, porque era
una cualquiera y tu lo que menos querías era estar con una persona como yo— le
grite conteniendo las ganas de llorar, el recordar esas palabras eran las que
me obligaba a no doblegarme
—No digas…
—Tu lo dijiste— camine un par de pasos hacia atrás
se acercaba peligrosamente a mi—No te acerques
—Prometiste escucharme
—Jamás lo prometí, accedí a escucharte pero he
cambiado de opinión
—Me vas a escuchar
—No voy a escucharte y quiero que te vayas de mi
habitación— mis ojos comenzaban a humedecerse lo que menos deseaba es que él se
diera cuenta de que me afectaba, el no tenía que darse cuenta de el mantenía
teniendo ese efecto indeseable en mí, me acababa de confesar de que había
confiado en alguien más en lugar de escucharme a mi
—No hasta que aclaremos todo
—Vete— grite desesperada, en ese momento las
lagrimas ya comenzaron a bajar por mis mejillas, la herida se había abierto de
nuevo y de una manera dolorosa— Vete!
—Mami— limpie mis lagrimas antes de girarme a mi hijo
que estaba de pie en la puerta, se tallaba sus ojitos, sin soltar un mantita
que mantenía aferrada con su manita derecha, corte la distancia y lo abrace,
hundí mi rostro en su cabello dejando que su dulce aroma me tranquilizara, él
era lo que me había mantenido de pie y esta vez no sería la excepción, sus
manitas limpiaron mis mejillas— no llodes mami
—No estoy llorando amor, mejor dime qué haces fuera
de la cama— camine hacia su habitación, lo acomode en su cama y lo cubrí con
las mantas, deje mi frente pegada a la suya, sus manitas se posicionaron de mis
mejillas comencé a tararear una melodía que lo hacía dormir desde pequeño y que
él me pedía algunas veces, sus manitas poco a poco fueron resbalando de mis
mejillas mientras s su respiración se hacía más tranquila indicándome que se
había quedado profundamente dormido, bese su mejilla antes de separarme de él.
Me asegure de que estuviera bien arropado, en la
puerta estaba Edward de pie, me detuve delante de él tome una bocanada de aire
—Te voy a pedir que te mantengas alejado de mi,
solo hablaremos cuando sea realmente necesario y con ello me refiero a mi hijo
—Nuestro hijo— yo negué
—Puedes hacerte a un lado, quiero pasar y tu estas
estorbando
Entre a mi habitación, desee poder poner el seguro
a mi puerta pero no lo haría porque no sabía si Evan vendría a mi cama como
cada noche, me envolví en las mantas intentando olvidar lo poco que habíamos
hablado, eso que había logrado abrir la herida.
La mañana llego antes de lo que me hubiera gustado,
me levante al primer timbrazo de mi despertado, como cada mañana entre al baño
a lavarme los dientes y acomodar mi cabello, me envolví en una bata para ir
directo a la cocina donde Dafne ya preparaba el desayuno de ambos, le indique
que había uno más para que preparara algo extra, me encamine a la habitación
donde sabia que estaban ambos, al entrar me detuve un par de minutos a
observarlos, Evan descansaba su cabecita en el pecho de Edward que lo envolvía
en sus brazos, los dos parecían tan tranquilos lamentaba ser yo la que pronto
terminaría con toda esta felicidad, ya no había nada que pensar cuando todo
esto terminara lo cual me encargaría que fuera lo más pronto posible, ambos
regresaríamos un tiempo a Londres y tal vez después desapareceríamos
nuevamente.
Me acomode junto a mi hijo y acaricie su cabello
cuidando de no tocar a Edward, el se removió un poco mas no abrió los ojos
—Mi amor, es hora de levantarse— enterró su rostro
en el pecho de Edward, comencé a hacerle cosquillas logrando que despertara al
igual que Edward, note que lo liberaba de su agarre y yo lo tome en mis brazos,
se tallo sus ojitos y dio un adorable bostezo antes de enfocar su mirada en mi.
—Mami— envolvió sus bracitos en mi cuello y acomodo
su cabecita en mi hombro, estaba intentando dormir de nuevo
—Buenos días Bella— lo mire por unos segundos antes
de responderle con un "hola" Salí de la habitación sin invitarlo a
desayunar con nosotros, fue Evan quien lo hizo más yo no me detuve, lo deje en
su lugar y le pase su plato que consistía en fruta y nuevamente un té, lo que
no le agrado pero lo hizo cuando yo se lo pedí, una hermosa carita y muchos
besos lo lograron.
Evan era el único que rompía el incomodo silencio
que se había formado, después del desayuno hice que mi pequeño entrara a la
tina, cuando salimos riendo de que sus deditos estaban arrugaditos note que
Edward estaba en su cama con la mirada puesta en el suelo, mi hijo le grito y
él sonrió pero no la sonrisa característica, era una que dejaba en claro que
estaba triste y que yo ignore, les di su tiempo a solas mientras yo me envolvía
en mi trabajo, de vez en cuando revisaba que estaban haciendo, le sonreía a mi
pequeño y mantenía mi expresión distante hacia él. los siguientes tres días
Edward se había quedado a dormir porque Evan se lo había pedido, algo en lo que
yo no podía interferir, nos manteníamos alejados un poco complicado pero lo
estábamos logrando, eran extrañas las pocas veces que nos encontrábamos.
Tres semanas después, solo hablábamos cuando
estábamos cerca de Evan y si él no estaba es como si ni nos conociéramos,
intentaba no verlo a los ojos porque notaba cierto dolor pero no más de lo que
él me había lastimado a mí. Cuando sabía que estaba en casa solo le avisaba a
Evan que llegaba y me encerraba en mi estudio hasta que era hora de que él se
marchara, se había convertido en una rutina, una bastante frustrante,
escondernos uno del otro y lo peor en mi propia casa, agradecí que se acercara
la hora de regresar a casa había sido un día bastante duro debido a la recesión
económica por la que estábamos cruzando en estos momentos, era una baja en
general en todos los negocios, mi padre sí que estaba en problemas en problemas
y eso que yo no había tenido que mover un solo dedo para perjudicarlo, él
estaba haciendo todo el trabajo, yo solo daría el golpe final para mandarlo a
la calle.
—Bella tienes que ver esto— tome la revista que
Megan me extendió y no pude evitar que mi estómago se contrajera, de nuevo
estaba pasando, que es lo que tenía en la cabeza y yo que creía que era un buen
padre aunque me doliera admitirlo, pero después de esto tenía mis dudas
—Nos vemos mañana, descansa y gracias
—Bella, que vas a hacer— solo me despedí antes de
que las puertas del ascensor se cerraran, subí a mi auto y conduje lo mas
rápido que pude a mi casa, logre llegar en menos de 30 minutos, agradecí que
ahí estuviera el volvo, solo deseaba que estuviera ahí, sería el colmo que
ahora que necesitaba hablar con él no estuvieran en casa
—Hola Bells, porque esa cara— deje mis cosas en la
entrada y la sonrisa de Ángela se borro, sabía que no había algo bien en todo
esto
—Donde esta Edward y Evan
—En la habitación de Evan jugando— la escuche
seguirme, entre sin tocar y sonreí al ver que mi hijo corría hacia donde estaba,
lo bese y lo deje de nuevo en el suelo
—Evan te importaría si te robo unos minutos a tu
papa, tengo que hablar de ciertas cositas con él— asintió sin estar realmente
convencido del todo, Edward se mostro sorprendido se levanto del suelo y me
siguió hasta llegar a mi estudio, me acerque a la ventana para ver la ciudad en
lo que el llegaba, escuche la puerta cerrarse
—Hola, que tal tu día— me gire y enarque una de mis
cejas, la cordialidad salía sobrando entre nosotros
—Duro, como lo ha estado este último bimestre— me
acerque hasta quedar a unos pasos de él, su vista seguía fija en la mía, leía
el desconcierto que había en su interior, le lance la revista al pecho y la
sostuvo— quieres explicarme que es eso
—Yo no…— lo vi ver la portada y hojear la revista hasta
encontrar el artículo, levanto la vista para encontrarse con la mía
—He mantenido a Evan lejos de todos los medios,
para que llegues tú y se los des en bandeja de plata, lo he mantenido fuera
para que no lo agobien, es muy pequeño para que vea envuelto en este tipo de
situaciones
—Yo no me di cuenta cuando tomaron estas
fotografías
—Ahora ellos intentaran saber la verdad del pequeño
que es idéntico a ti, no quiero que los medios estén detrás de mi hijo, lo que
menos deseo es que él se sienta amenazado
—Que te molesta mas, que ellos se hayan dado cuenta
de que tengo un hijo o que Evan se parezca a mi—fue una lucha de resistencia,
su mirada se mantenía sobre la mía, intentando descubrir la respuesta a su
pregunta, una que sabía perfectamente no escucharía de mis labios
—No estamos hablando de eso Cullen
—Sabía que no lo contestarías—acorto la distancia
quedando a solo centímetros de mi, su inconfundible aroma me hizo cerrar los
ojos para intentar que mi autocontrol no se viera afectado— que te quede claro,
que no me puedes culpar de que los medios nos hayan visto, así como me paso a
mi te pudo pasar a ti
—Sé que me pudo pasar a mí, pero te paso a ti,
debiste de ser más cuidadoso
—Nadie se acercara a él mientras yo esté cerca y
que se tu tampoco dejaras que eso suceda
—Las cosas se complicaran un poco, los medios
estarán detrás de ti, detrás de la verdad
—Es que te molesta que sepan que es nuestro hijo,
te avergüenza eso—sus manos se cerraron alrededor de mis brazos manteniéndonos
aun más cerca uno del otro, no me lastimaba con un solo movimiento me podía
zafar pero no podía ni moverme, mi cuerpo no reaccionaba a lo que pretendía
hacer
—Me importa la seguridad de Evan, siempre ha estado
él delante de cualquier cosa
—No contestas a mis preguntas las evades, dime te
avergüenza de que yo sea su papa— negué, como iba a avergonzarme de él, era el
único hombre al que realmente había amado y el que me había lastimado, ahora
solo importa la seguridad de mi hijo, una que se vería afectada cada vez que
saliera con Edward, todos querrían conocer quién era la madre de ese hermoso
pequeño
—Ambos sabemos lo que estar detrás de los
reflectores y las luces de las cámaras, es incomodo y muy frustrante, no quiero
que mi hijo se vea privado de divertirse como un niño de su edad por ser la
noticia de no sé qué tantos periódicos o revistas amarillistas, que lo único
que buscan es vender, sin importar a quien afecten
—Ellos no se acercaran a Evan, puedes estar segura
de que no dejare que se le acerquen
—Es espero—su frente choco con la mía apreté mis
parpados, no supe de que otra manera reaccionar ya que mis extremidades no me
respondían, su aliento chocaba con el mío, nuestra cercanía era dolorosa, mi
corazón comenzó a latir un poco más aprisa, provocando un dolor agudo en mi
pecho
—Ya no soporto tenerte a mi lado y saber que estas
a kilómetros de distancia en realidad— un nudo en mi garganta se comenzó a
formar, su voz estaba quebrada había dolor en ellas, abrí los ojos al sentir
como algo liquido descendía por mi mejilla derecha, no era mía, era de él,
estaba llorando, su aliento fresco rozo mis labios, un poco de aire escapo
chocando con el suyo
—No lo hagas mas difícil— coloque mis manos contra
su pecho logrando que se separara, me contuve de ser yo quien limpiara sus
lagrimas, ya que eso solo complicaría más las cosas, que es lo que estaba
sucediendo, yo lo odiaba, tenía que hacerlo, como podía yo perdonarlo si me
había herido y había roto sus promesas, esas en las que había prometido estar
siempre a mi lado, que jamás nos separaríamos, que seriamos felices, donde
estaba esas malditas promesas, solo habían sido palabras que se las había
llevado el viento, solo palabras sin ningún valor.
—Regresare con Evan— se limpio las mejillas y salió
sin decir una palabras más, me dolía no quería sentir este dolor pero se estaba
volviendo inevitable, parecía que en lugar de lograr olvidarlo todo esto me
hacia aferrarme mas a él, a un recuerdo que solo había sido una farsa, quien
podía llegar a amarme en realidad, quien podía amar a la altanera Isabella
Swan, pero no había amado a Isabella Swan, había estado junto con Bella, esta
chica que seguían en mi interior y que solo se mostraba con Evan y no con nadie
más, no quería salir herida nuevamente, que demonios era todo esto, porque una
lagrima suya me estaba afectando, tenía que salir de aquí tenía que gritar.
Mis pies me guiaron al lado de mi auto, entre en él
y conduje sin rumbo, solo quería sentir la velocidad alejarme de lo que me
estaba perturbando, las cosas no estaban saliendo como yo lo había planeado, no
había podido quitarle la empresa a mi padre por la situación por la que
estábamos atravesando todas las empresas, primero estaban mis clientes que una
venganza, de todas formas aunque se prolongara el tiempo el final sería el
mismo.
Ya había pasado cerca de un mes de ese incidente,
todo había regresado a ser "normal", nos evitábamos, lo iba a visitar
casi todas las tardes y algunas veces se iba hasta después de leerle un cuento,
se despedía de Ángela cuando se marchaba y ella era la que me decía que se
había ido, en tres ocasiones él mismo lo había hecho, yo asentía sin dirigirle
la palabra, un par de veces había notado que se quedaba de pie por un par de
minutos y después se iba al ver que yo no iba a cambiar mi actitud.
Esme seguía visitándolo muy a menudo, con ella me
gustaba platicar era agradable además de que me aconsejaba algunas cosas que
desconocía sobre esta nueva etapa que estaba viviendo, era madre y desconocía
tantas cosas acerca de cómo cuidar a mi pequeño, me aclaraba cada una de mis
dudas por muy tontas que fueran, en verdad porque nadie había sugerido que los
bebes vinieran con instructivos, frase que la había hecho reír, pero acepto que
ella había pensado algo similar cuando nació Emmett.
Alice y Rosalie la habían acompañado un par de
veces y otras tantas a Edward, pero yo solo hablaba lo necesario con ellas,
Emmett disfrutaba de lanzar a mi hijo como si fuera una especie de pelota
humana y él lo disfrutaba, Jasper era el más normal jugaba con Evan y lo
escuchaba bastante atento y Carlisle era el abuelo consentidor, había
descubierto que Evan amaba los chocolates rellenos y siempre que iba le llevaba
una caja que discretamente le daba y el escondía, lo que él no sabía es que esa
cajita tenía menos de la mitad y el resto me los daba a mí para que
paulatinamente fuera llenándola y así cuidar que no comiera de mas, adoraba ver
la manera en que todos lo trataban, en verdad lo amaban, aunque varias veces
había estado a punto de matar a Alice por la cantidad de ropa que le llevaba y
que yo había intentado pagar pero se había rehusado ya que eran regalos para su
sobrino favorito, fácil de saber el porqué, era el único.
Mi trabajo había aumentado, había una pequeña
crisis en toda el área financiera lo que me impedía lograr terminar mis asuntos
pendientes, no me arriesgaría solo por una venganza, esa podía esperar, estaba
revisando el último balance que Damián me había enviado mientras hablábamos por
teléfono, cuando la puerta de mi oficina se abrió de golpe y para variar ahí
estaba mi padre pero no estaba solo estaba junto a mi adorable madre, mi dúo
favorito, me despedí de Damián y les señale las sillas delante de mi escritorio
pero no se movieron se quedaron a la mitad de mi oficina, le hice una seña a
Megan de que se marchara y así lo hizo
—Por si no lo saben, es de pésima educación
irrumpir de esa manera en la oficina de alguien más
—Isabella, creíste que no me daría cuenta de que
compraste a Charles— me lanzo un par de papeles que indicaban el traspaso de
las acciones de los Hale a mi nombre, me levante para quedar de frente a ellos,
pero con mi cadera apoyada en el escritorio manteniendo una distancia prudente
—El fue un hombre inteligente y decidió vender para
proteger a su familia, tu ruina es inminente
—Tu estas detrás de todo esto, mis acciones han
bajado, mis clientes se están esfumando
—Yo no he movido un solo dedo, en estos momento
tengo cosas más importantes que cuidar, que prestarle atención a tu
"empresa", tu solo te estás encargando de hacerlo— sonreí
—Estas contenta de que estas arruinando mi vida
social, gracias a tu estupidez no he podido salir de esta maldita ciudad, sabes
cómo he quedado delante de mis amistades, como una pobre
—Eso lo serás muy pronto, es mejor que te vayas
acostumbrando
—Quiero mi empresa Isabella
—Charlie, no tienes nada que me puedas ofrecer,
apenas y serias capaz de responder a los pocos clientes que te quedan
—Solicitare un préstamo a un banco
—Y crees que ellos te lo van a dar, en tu situación
lo dudo, además es solo cuestión de que yo haga una llamada y te aseguro que
nadie lo hará
—Que pretendes
—Estoy haciendo lo mismo que tú me hiciste cuando
renuncie, te encargaste de que nadie en esta ciudad me contratara, jamás
creíste que todo se te devolvería
Mi padre estaba rojo de la ira y apretaba los
puños, mi madre me veía de una manera asesina por todo lo que le estaba
quitando, ambos sabían que el final era inminente, mi mundo se fue al suelo
cuando la puerta se abrió y por ella apareció mi pequeño, con una hermosa
sonrisa y una hoja en una de sus manitas, sus ojitos se abrieron al ver a mis
padres, en los conocía por algunas fotografías mas no en persona, mis padres se
giraron a verlo y ahí supe que era demasiado tarde para ocultarlo
—Mami— corrió pasando en medio de mis padres que
mantenían sus ojos abiertos por completo mi madre tenía la boca ligeramente
abierta y mi padre apretó la mandíbula un poco más, lo observaron
detenidamente, Evan me pregunto que si eran sus abuelos y yo asentí, pero le
susurre que se mantuviera calladito, se llevo sus manitas a su boca dejando que
la hoja que había tenido en sus manos resbalara y callera al suelo, pero no fue
lo único Edward se encontraba en la puerta observando detenidamente a mis
padres, ellos no lo habían notado
—Te dijo mamá— la voz de mi madre era incrédula lo
que indicaba que estaba enojada
—Sí, el es Evan mi hijo— bese su mejilla y le
sonreí, sus bracitos se envolvieron en mi cuello
—Es demasiado parecido a ese… no me dirás que —
Charlie apenas había sido capaz de escuchar sus palabras
—Dime que no es verdad, y que ese medico de quinta
no es el padre de ese— señalo mi madre con la cabeza a Evan, como se atrevía a
decirle "ese" a mi hijo
—Veo que aun sigue manteniendo ese mismo concepto
de mi— se acerco lentamente hasta donde estaba yo, se coloco detrás de mí y
acaricio la mejilla de Evan quien sonrió
—Es Evan y no "ese", grábatelo Renée— lo
apreté ya que se comenzaba a mover en mis brazos para que lo bajara
—Así que es su hijo— señalo mi padre a Edward
—Sí, Edward es el papa de Evan
—Cómo pudiste embarazarte de un tipo como él—
señalo a Edward que gruño— te dije que solo quería a alguien que le calentara
la cama y no se hizo responsable de…
—Cállate de lo que no sabes, creo que deberías de
cuidar un poco tus palabras delante de mi hijo— baje a mi hijo de mis brazos
pero mantuve su manita fuertemente agarrada, tenía que mantenerlo a mi lado
—Así que por eso te dejo y comenzó a divertirse—
una sonrisa burlona apareció en el rostro de mi padre, Evan se estiraba para
alcanzar la hoja que había dejado caer
—Lo único que has hecho es arruinar nuestro
apellido, no mereces ser una Swan, primero te enredas con este disque medico,
te comportas como una vil prostituta cuando estuvieron juntos y ahora pretendes
hacernos quedar en ridículo trayendo a ese
—Cállate Renée— le grite sin querer afloje mi
agarre y Evan se acerco a tomar su hoja, pero mi madre la piso y el solo vio
como arruinaba su hojita, Edward se movió mas rápido y tomo a Evan en sus
brazos, para evitar que mi madre le hiciera algo
—Papi, mi dibujo— la sangre estaba en su punto
máximo de ebullición, que me dijera algo a mi lo soportaba, pero que los
insultara a ellos no podía permitirlo y mucho menos que lastimara a mi hijo,
avente a mi madre para que dejara de pisar la hoja de mi bebé, pero estaba
arruinada
—Como te atreves a hacerle eso— le grite, mi padre
me tomo del brazo con demasiada fuerza, un gemido de dolor salió de mis labios,
—Mami, sueta a mi mami— chillo, intente zafarme
pero no me lo permitía, Edward tomo la mano de mi padre para que me soltara, me
entrego a Evan que me abrazo al instante y comenzó a llorar, vio a mi padre dar
un paso dio un gritito y comenzó a temblar haciendo su llanto más fuerte,
Edward se coloco delante de nosotros
—Cállate!— le grito mi madre el tembló dejando de
llorar,
—No se atreva a gritarle nuevamente a mi hijo—
camine hacia la puerta llame a Megan que llego en seguida, le entregue a mi
hijo que comenzó a removerse en sus brazos, estiraba sus bracitos hacia mí, le
pedí que se lo llavera e intentara tranquilizarlo y que también llamara a los
de seguridad, cerré la puerta solo escuchaba el llanto de mi bebé cada vez se
escuchaba más lejano
—Como pueden ser tan despiadados, es apenas un
niño, porque tenias que hacerle eso, que no te das cuenta de que aunque no lo
quieras el sigue siendo tu sangre Renée— Edward me tomo de la cintura para
mantenerme quieta
—Ese bastardo no es nada mío— me moví
suficientemente rápido que cuando reaccione mi madre se sostenía la mejilla, mi
mano se había estampado demasiado fuerte, mi padre se dejo ir contra mí pero
Edward lo empujo haciéndolo caer, se puso de pie su rostro estaba contraído
—Esto te costara muy caro, nadie me pone una mano
encima
—Nadie le pone una mano encima a mi familia— lo
abrace por la espalda, antes de que se fuera contra mi padre, en ese momento
llegaron 6 hombres de seguridad
—Está bien?— yo negué sin soltar a Edward
—Sáquenlos de aquí y asegúrense de que no vuelvan a
entrar— gruño Edward, los hombres me miraron para saber si debían de hacer caso
al mandato del chico que tenían delante yo solo asentí, los sacaron de mi
oficina, lo único que escuchaba eran sus gritos para que los soltaran y lanzar
un par de amenazas que sabia iban dirigidas hacia mí, las voces se apagaron
cuando dejaron el piso, deshizo mi agarre para colocarme frente a él y
abrazarme
—Estas bien?— asentí, sin aparta mi rostro de su
pecho
—Gracias, por intervenir
—No dejaría que alguien lastimara a mi familia,
aunque creo que complique mas las cosas— levante la mirada tome su rostro entre
mis manos lo obligue a inclinarse un poco mientras él mantenía los ojos
cerrados, pegue mi frente a la suya, solo dejando que nuestras respiraciones se
mezclaran.
—Ya estaban complicadas—susurre
Después de todo lo que había sucedido entre ambos,
el seguía interfiriendo cuando más lo necesitaba, al utilizar la palabra
familia mi corazón había saltado, un llanto que se hacía más intenso nos hizo
separarnos y correr a la puerta, Megan sostenía Evan que luchaba por bajar, me
importo poco que algunos de los empleados tuvieran la vista puesta en nosotros
y no en su trabajo, me acerque a Megan y de inmediato me entrego a mi hijo que
seguía llorando mi corazón se contraía con cada sollozo, aun estando en mis
brazos siguió llorando y comenzó a aventarme con sus bracitos, lo apreté contra
mí con más fuerza pero aun así seguía removiéndose pero al escuchar mi voz
"Soy yo corazón, soy mami" escondió su rostro en mi cuello, acaricie
su espalda y comencé a tararear su canción logrando que su llanto se fuera
controlando hasta quedar en dolorosos sollozos, lo acune en mis brazos el pego
su rostro en mi pecho y poco a poco se fue quedando dormido, pequeñas lagrimas
comenzaron a descender por mis mejillas, al notar el estado en que estaba mi
hijo, lo habían lastimado, aparte la vista de Evan al sentir las manos de
Edward sobre mi rostro y sus pulgares limpiar mis mejillas
—Vamos a casa— me quito a mi pequeño de los brazos,
iba a protestar pero sabía que en sus brazos también estaría seguro, tomo una
de mis manos y me guio hasta el ascensor estaba intentando asimilar lo que
había sucedido, sabía que mis padres podía llegar a hacer crueles pero jamás
pensé que serian capaces de hacerle ese daño a mi pequeño, su mano se poso
nuevamente en mi cintura pegando a su cuerpo, mi piel se erizo al sentir sus
labios rozar mi oreja— Todo estará bien, no dejare que nadie los lastime
Coloco a Evan en su sillita lo aseguro y no pude
evita sonreír, ya sabía cómo hacerlo, subí en el asiento del copiloto, el subió
y salimos de este lugar, eche mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados,
porque no podía odiarlo, porque cada vez que lo intentaba hacer de nuevo el
venia y hacia algo para demostrarme que no era malo si no todo lo contrario,
bien podía haberse marchado y dejarme que me enfrentara sola a mis padres, pero
no lo había hecho me había protegido como lo hacía antes, había protegido a
Evan, me había sostenido, como podía ser tan difícil llegar a odiarlo, Salí de
mis pensamientos al notar que ya estábamos en casa y el mantenía mi puerta
abierta y su mano extendida, estuve a punto de tomarla pero termine por
rechazarla, el suspiro y se encargo de sacar a Evan de su asiento, pequeñas
lagrimas se escapaban de sus ojitos, lo apretó contra su pecho logrando
reconfortarlo, me siguió hasta dejarlo en su habitación, Ángela se quedó junto
a él en lo que yo me fui a mi habitación
Me apetecía una ducha, el agua tibia seria lo único
que lograría tranquilizarme estaba verdaderamente inquieta por lo que acababa
de suceder, después de un par de minutos y de comprobar que la ducha había
surgido su efectos, me envolví en una bata de seda verde pistache y fui directo
a mi armario para buscar algo cómodo que ponerme, un pantalón deportivo y una
playera de manga corta que se ajustaba a mi silueta, deje mi cabello suelto,
entre a la habitación de Evan y permanecía dormido abrazando fuertemente un oso
que le había regalado Esme
—Edward está en la terraza— me gire para ver a mi
amiga que permanecía sentada en el sillón sin apartar la revista de sus manos—
yo cuidare de Evan
—Yo…
—Isabella, creo que lo menos que puedo hacer es
agradecerle por hacer lo que hizo, el me conto lo sucedido— asentí, bese y
arrope a Evan, camine lo más lento hasta llegar a la terraza, intentaba
prolongar un poco mas lo que se avecinaba, necesitaba tiempo para saber que
decir, lo encontré sentado con los codos apoyados en sus piernas y una taza de
café entre sus manos, me senté a su lado subí mis piernas a la silla y las
abrace dejando mi mentón descansar sobre mis rodillas.
—Gracias por lo que hiciste, no tenias po…— uno de
sus dedos se poso en mis labios
—Ya te lo dije, yo soy capaz de hacer cualquier
cosa por ustedes, por mi familia
—Edward yo…
—Bella tenemos que hablar, por favor ya no soporto
estar tan cerca y a la vez tan lejos, sé que me lo merezco pero necesito que
terminemos de hablar—me acomode en la silla y asentí, tomo mi mano izquierda
entre la suya— tienes todo el derecho a estar molesta por lo que hice, pero
quiero que sepas que nunca deje de pensar en ti, siempre estuvieron presentes,
contrate al mejor investigador privado pero ni el pudo dar contigo
—Te equivocas— respire profundo antes de verlo su
semblante era de confusión— su nombre era Steve, cierto?
—Como lo sabes?, el te encontró?
—El me encontró, sabía demasiado, no podía permitir
que esa información llegara a ti, aunque él nunca me dijo que tú eras el que
estaba detrás, el menciono el nombre de Alice
—Alice me ayudo a contactar a Steve, me convenció
de que era mejor que diera su nombre en vez del mío por si te encontraba, ella
creía que siendo ella tal vez aceptarías hablar y dejarías de esconderte
—Tú o cualquiera de tu familia eran lo mismo, tú me
alejaste de tu vida y ellos me juzgaron de nuevo, como creer en ellos, como
creer en ti, es por eso que actué, logre que Steve fingiera el no encontrarme
—El me dijo…
—El te dijo lo que yo hice que te dijera
—Trabajaba para mí
—Triplique su paga y dejo de hacerlo, lo que menos
quería era que supieras de la existencia de Evan
—Porque?— se había colocado en cuclillas tomando
ambas manos entre las suyas
—No crees que ya había pasado por suficiente, lo
único que deseaba era mantenerme lejos
—Así que me olvidaste?—sus ojos se oscurecieron
—Como hacerlo, junto a mi tengo a un mini—Edward—sonreí—
el solo verlo me hacia recordarte y me era imposible olvidarte
—Yo jamás te olvide, intente encontrarte para
arreglar todo, quería que me escucharas y tal vez poco a poco me ganara tu
perdón
—No es tan fácil— intente retirar mis manos de las
suyas pero no me lo permitió
—Y crees que para mí ha sido fácil, el saber que te
perdí por una estupidez, por no escucharte, por dejarme guiar por mis impulsos,
el haber cometido tantos errores cegados por la ira mal infundada
—Y crees que para mi si lo fue— grite
—Te aseguro que lo pasaste mejor que yo—libero mis
manos, se puso de pie y me dio la espalda, sus manos las metió en sus bolsillos
—Claro no te imaginas cuanto— reí irónica— fue
maravilloso el tener que dejar la ciudad, ocultarme de todos, comenzar desde
cero, saber que tú te divertías mientras yo no podía dejar de pensar en ti,
pero sabes que fue lo mejor cuando estuve a punto de perder lo único que hacía
que mi vida tuviera sentido
—Estuviste por perder a Evan?— asentí llevándome
las manos al rostro, odiaba recordar ese momento en el que había estado por
perder a mi hijo, lo que me mantenía de pie— que fue lo que sucedió
—Una caída debido a un desmayo, me mandaron estar
un mes en reposo y lo hice solo por él, era una parte de ambos, algo que yo
había deseado y no lo perdería
—Como es que si estuviste en un hospital no había
registros tuyos
—John y su esposa Grace fueron un gran apoyo para
mí, ellos sabían que quería mantenerme oculta y me ayudaron, en el expediente
aparecí como Marie Burke, Damián y Ángela se encargaron de cuidarme durante
todo el embarazo
—Bella, siento que pasaras por eso sola— se coloco
de cuclillas de nuevo, tomo mi rostro entre sus manos
—Yo lo decidí así, sabía que sería duro pasar por
esto sola, bueno en realidad no creí que fuera tan difícil, pero siempre he
podido salir adelante y esta vez no fue la excepción
—Desde cuando supiste que estabas embarazada?
—Después de que todo termino entre nosotros, tuve
un ligero accidente de auto, me examinaron y descubrí que seriamos padres—
cruce nuestras miradas sin poder contener las ganas de sonreír, esas palabras
se las había querido decir, pero no lo había podido hacer
—Me hubiera gustado saber que seriamos padres— sus
dedos rozaron mi mejilla hasta tomar un mechón de cabello y colocarlo
cuidadosamente detrás de mi oreja.
—Acaso habrías creído que Evan era realmente tuyo
—Si
—Edward me dijiste que era… – coloco un dedo en mis
labios
—No lo digas, por favor no lo repitas
—Honestamente tú no me hubieras creído
—Creo que no— se dejo caer sobre sus rodillas y se
revolvió el cabello—Bella… perdóname, mi vida sin ti no tiene sentido y sé que
sin nuestro hijo tampoco lo tendrá, es por eso que los quiero a ambos en ella
—Edward yo…—acuno mi rostro entre sus manos
—Quiero que Evan tenga la familia que se merece y
te quiero a ti en mi vida, no me importa tener que rogar por qué me perdones,
dime qué quieres que haga
—No es fácil, entiéndeme— me levante poniendo distancia
entre ambos
—Be…
—Entiéndeme, son demasiadas cosas, si solo fuera yo
sería más fácil tomar una decisión, una decepción mas no me hace demasiado
daño, pero me estas pidiendo que exponga a mi bebe a ser lastimado
—Parece que no me conocieras, yo jamás lo
lastimaría
—Han pasado muchas cosas y nosotros cambiamos
—Soy el mismo de antes, dime de qué manera te lo
demuestro
—No negare que has hecho muchas cosas buenas y que
me hacen saber que eres el mismo de antes, el hombre del que yo…— moví mi
cabeza como si eso sirviera para acomodar mis ideas— eres importante para Evan
—Y para ti
—A Evan le gusta tenerte a su lado
—Y a ti?— comenzó a avanzar, yo solo retrocedí un
par de pasos, lo hacía de nuevo volvía a poner mi mundo de cabeza, una sola
mirada me hacia estremecer, mi cadera choco con la mesa dejándome atrapada,
nuestras miradas se cruzaron y antes de que pudiera reaccionar cayó sobre sus
rodillas y envolvió mi cintura con sus manos y dejo su rostro apoyado en mi
vientre—Perdóname
—Levántate Edward— tome sus brazos aflojando su
agarre, se mantuvo en esa posición solo sentía su aliento chocar con la fina
tela
—Dime qué quieres que haga, he intentado acercarme
a ti de mil formas y siempre sucede lo mismo, me rechazas, me alejas de ti,
colocas esa barrera entre ambos
—Me lastimaste, más de lo que cualquier otra
persona me había lastimado, no esperabas que porque llegaras y me dijeras que
sabias la verdad y que estabas arrepentido corriera a tus brazos y olvidara
cada una de tus palabras, tus miradas frías, Edward hiciste lo que ninguno
había hecho me destrozaste y ahora que creí lograr reparar el daño, vienes como
si nada hubiera pasado y esperas que te perdone, eras lo más importante y me
diste la espalda por una estupidez, me echaste en cara mi pasado, sabias
exactamente donde herirme y lo hiciste— la opresión de mi pecho se
intensificaba, el dolor regresaba, las lagrimas ya estaban bañando mis
mejillas, le había dicho todo lo que sentía, lo que no creí decirle jamás se lo
había dicho, me quitaba un peso enorme de encima
—Bella yo te ame, te amo y te amare— me había
abrazado por la espalda dejando su mentón en mi hombro y lo había susurrado, me
estaba desequilibrando
—Edward por favor— me moví para que me soltara,
pero me apretó aun mas su cuerpo, beso mi cuello, mis piernas se doblaron como
si de pronto se hubiera vuelto de gelatina, su risa su hermosa risa llego hasta
mi oído, hacia tanto que no la escuchaba pero seguía siendo hermosa no se
comparaba con la de nuestro hijo pero aun así era hermosa y lograba que mi
cuerpo reaccionara
—Bella, los necesito a mi lado— un par de besos
mas, me mordí el labio inferior para no dejar escapar el gemido que se quería
liberar, extrañaba la sensación de sentir sus labios sobre mi piel, me giro en
un rápido movimiento
—Basta Edward, detente— puse mis manos contra su
pecho para mantener una distancia entre ambos
—Dime que necesito hacer para que me perdones,
estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, te quiero de vuelta, te necesito en mi
vida, de otra manera no estoy completo
—Yo…
—Dime porque es tan difícil decir que quieres que
haga o es que hay alguien?— nuestras miradas se encontraron— es eso, hay
alguien en ese lugar que yo ocupe
—Si— sus brazos abandonaron mi cintura y los dejo
caer en su costado, sabía que me veía esperando que fuera una mentira, pero no
lo era, apretó los puños, cerró los ojos y tenso los labios, esta vez fui yo
quien tomo su rostro entre mis manos— lo siento, pero necesitabas saberlo, su
nombre…
—No quiero saberlo, solo espero que el sepa
valorarte
—Lo hace— retiro mis manos de sus mejillas
—Iré a ver a Evan y creo que es hora de que me
marche a mi casa.
...
el punto de break es el k mas me guuuta :D
ResponderBorrar