Locura
—Quiero hablar con Edward
—Oh, cuanto…
—Mira estúpida será mejor que me lo pases— la
mirada de Edward seguía expectante se mantenía al borde de la cama, tome el
borde de su camisa y hale de él haciendo que cayera sobre mí, acaricie sus
labios con los míos— pásame a Edward
—Está un poco ocupado en este momento— hundí mi
mano disponible en su cabello y finja un jadeo, Edward se sorprendió pero hizo
algo que no me esperaba mordió suavemente mi cuello, deje que un nuevo jadeo se
escapara de mis labios y Tanya emitió un chillido —si nos disculpas tenemos un
asuntito que terminar, cuídate querida
—Bella, amor…— obligue a Edward a separar sus
labios de mi cuello
—Eso fue para cerrarle la boca a esa zorra, solo
quiero saber porque ella te sigue llamando, pensé que habías dicho que entre
ustedes jamás paso nada
—Y es verdad jamás paso nada, solo salimos un par
de veces, ella se me insinuó en cada una de ella, pero en mi cabeza solo había
una mujer y esa eres tú, deje de buscarla y ella lo seguía haciendo, pensé que
ya se había dado cuenta de que ella no significa nada, pero sigue llamando
—Eso te pasa por enredarte con esa zorra— envolví
su cuello con mis brazos y lo acerque más dejando que nuestro labios se rozaran—
debería dejarte que tu solo te deshagas de ella, eso sí que es tarea difícil
—Crees que con lo que acabas de hacer me deje tranquilo—
reí mientras negaba, ella haría hasta lo imposible por acercarse a él, y más
ahora que supiera que había regresado
Aun podía notar su mirada sorprendida, podía jurar
que estaba esperando que con esa llamada todo lo que habíamos avanzado se arruinara,
no negare que me sentí celosa y que mis inseguridades salieron a flote, pero yo
conocía la clase de mujer que era Tanya y no dejaría que una zorra estúpida
como ella, arruinara lo que acababa de recuperar, no era solo por mi también
estaba nuestro hijo de por medio, Edward me había demostrado que aun me amaba y
que lo que sentía por mi era aun muy intenso de la misma manera que era lo que
yo sentía por él, tendríamos que pasar por algunos obstáculos para poder vivir
tranquilos.
Deje que mi lengua acariciara sus labios,
entreabrió sus labios dejando que sus aliento chocara con el mío, su cuerpo
presiono el mío sin lastimarme, sonreí sin dejar de besarlo al sentir que sus
manos comenzaban a acariciar mi cuerpo.
—Detente— gemí sin poder evitarlo el solo mordió mi
cuello logrando hacer que me estremeciera— Evan
—En verdad que amo a ese pequeño, pero no me agrada
que me mantenga tanto tiempo alejado de ti, te deseo con locura— sus labios
atraparon los míos en un beso apasionado, introduje mis manos debajo de su
camisa tocando su piel, un gruñido se escapo de sus labios al sentir mis
caricias, hasta ese momento fui consciente de que en vez de ayudar estaba
complicando más las cosas
—Compórtate, no haremos nada mientras Evan este
cerca y menos ya que estuvo a punto de encontrarnos en una situación bastante
comprometedora hace unos momentos— dejo descansar su rostro en mi cuello, daba
pequeños besos— Cullen hablo en serio
—Puedo quedarme esta noche contigo
—Esta y las que le siguen, pensé que volveríamos a
vivir juntos, amor no quiero que me lo tomes a mal, pero tu casa es muy pequeña
ya que solo era para ti, en cambio aquí hay mucho espacio, así que será mas
fácil que seas tú el que se mude.
—Pero tendremos que llegar a un acuerdo, yo me hare
cargo de todos los gasto— puse los ojos en blanco, ahí estaba su lado
autoritario, negué rotundamente— tú la compraste, y ya que yo voy a vivir aquí
es lo justo, y no es una opción, es como van a ser las cosas
Asentí pesadamente, sabía que no había manera de
que cambiara de opinión conforme a los gastos, se incorporo ayudándome para
acomodar la cama, me metí entre las mantas en lo que él se deshacía de su ropa,
opte por girarme y dejar de verlo era mucha tentación, el colchón se hundió a
mi lado y sus brazos me rodearon, le desee buenas noches, cerré mis ojos y poco
a poco fui cayendo dormida. Me gire para enterrar mi rostro en su pecho
desnudo, sus brazos se ciñeron en mi cintura, como cada noche escuche la puerta
de mi habitación abrirse y unos pequeños pasos, el sonido del banquito que
utilizaba para subirse, Edward se despertó con el sonido, acaricie su pecho y
susurre le nombre de nuestro hijo, lo abrazo antes de que se acomodara entre
nosotros, lo dejo descansar sobre su pecho y su mano libre envolvía mi cintura.
Abrí los ojos lentamente minutos antes de que el
ruidoso aparatito hiciera su trabajo, me estire para apagarlo no quería que
nada perturbara el sueño de mis dos hombres favoritos, se veían tan bien
juntos, nadie pensaría que ambos peleaban por mi atención. Bese dulcemente la
mejilla de mi hijo que se removió ocultando su rostro en el pecho de Edward que
comenzó a abrir los ojos
—Buenos días, como dormiste— roce sus labios y
volví a besar a Evan para que se despertara
—Buenos días mi amor, muy bien con ustedes a mi
lado
Después de varios intentos logramos que Evan se
despertara, le regalo una sonrisa a su papa y después envolvió mi cuello entre
sus brazos, lo deje sobre la cama junto con Edward mientras le encendía la
televisión en las caricaturas, me dirigí primero a la cocina para que preparan
un plato extra para Edward, Ángela hizo un pequeño interrogatorio y se alegro
al saber que Edward y yo habíamos decidido vivir juntos, regrese llegando
primero a la habitación de mi hijo por su uniforme, entre a mi habitación y
ambos estaban divirtiéndose en una pequeña guerra de almohadas
—Niños, es hora de que se levanten— ambos hicieron
un mohín Edward se dio una ducha en lo que yo arreglaba a Evan, intente
acomodar un poco su cabello pero era un caso perdido, me bañe lo mas rápido que
pude y me arregle de manera habitual, un poco de maquillaje y baje a desayunar
con ambos, aun teníamos tiempo suficiente para hacerlo con calma, abrigue a mi
hijo antes de salir, estábamos a unos días de que fuera diciembre y el frio
comenzaba a incrementar, Edward aun iba riendo en el ascensor al escuchar las
quejas de Evan debido a su abrigo, la gorra y los guantes "Mami, no puedo
moverme "
Yo me encargue de llevar a Evan a la escuela, para
que Edward fuera a su casa a cambiarse, me alegre de que aun los medios no
descubrieran la institución a la que asistía, mi hijo sonrió al saber que su
papá era el que pasaría por él, creo que mi hijo había heredado de mi sus
actitudes bipolares, en un momento amaba a su padre y en otro instante parecía que
lo quisiera tener lejos.
El día paso de manera normal, apenas entre a mi
oficina Megan me extendió una copia del New York Times, sonreí al ver que se
daba la noticia de la reciente ruina del padre de Demetri, con esto en primera
plana significaba que todos sus privilegios pasarían al olvido, le había
arrancado lo único que le importaba de la misma manera que él lo había hecho
conmigo. Lo deje de lado y me concentre en mi trabajo revisando cuentas,
balances, un par de conferencias telefónicas, revisiones de nuestras más
recientes inversiones.
Megan estuvo conmigo ayudándome en algunas
revisiones, pero ella lo que quería saber es como marchaban las cosas con
Edward, en un principio la ignoraba y solo le contestaba con monosílabos o un
aja, pero no se dio por vencida
—Vamos Bella sé que hay algo, tenía mucho sin ver
esa sonrisa—aparte la vista de los papeles que estaba firmando y me recargue en
el respaldo de mi silla
—El viernes fue una gran noche, preparo una cena
junto con Evan, estoy feliz porque al fin tengo a mi lado a los dos hombres más
importantes de mi vida, viviremos juntos de nuevo
—Que bien, Evan estará feliz de tenerlos juntos
—Digamos que su relación en buena mientras no estoy
yo cerca, soy la manzana de la discordia, Evan no quiere que Edward este
demasiado cerca de mi
Hubo una junta para ultimar unos detalles sobre
algunas transacciones, lo que me mantuvo en la oficina más tiempo del que me
hubiera gustado, detestaba tener que quedarme ahí a la hora de la comida,
disfrutaba de ese momento porque mi hijo hablaba de lo que había hecho en el
día, mire el reloj para comprobar que pasaban de las 3 y no se veía para cuando
se terminara, resople un par de veces al escuchar que volvían al mismo punto.
—Señores espero los informes mañana antes de las 9—
todos asintieron y Salí de la sala al pasillo donde me esperaba Megan con mis
cosas, me despedí para irme rumbo a mi casa, comí en silencio con la vista
perdida atreves de las ventanas, podía ver como la copa de los arboles ondeaban
por el viento, Edward se había llevado a Evan al trabajo ya que él quería saber
qué es lo que hacía su papá, me encerré en el estudio a leer un libro ajeno a
mi trabajo, hacia demasiado tiempo que no hacia algo como esto, era extraño ya
que cuando no estaba trabajando estaba al pendiente de mi hijo y en estos
momentos el estaba con su papá y yo me encontraba sola y aburrida.
No supe en qué momento me quede profundamente
dormida con el libro entre mis brazos, una pequeña risa y un par de besos en mi
rostro me hicieron despertar, abrí los ojos perezosamente y me sorprendí de que
el cielo estuviera oscuro, debía de haber dormido más tiempo de lo necesario
—Que hora es?— pregunte mientras abrazaba a mi hijo
que comenzaba a reír
—Las 9 amor, es hora de cenar— se inclino hacia mí
y beso mi frente ante la mirada atenta de nuestro hijo
Cenamos pasta, estaba sumamente divertida
escuchando todo lo que había hecho en la escuela, estaba emocionado contándome
lo que hacía su papá, note como Edward se sentía orgulloso de que su hijo lo
admirara.
Después de la cena Edward me ayudo a atraparlo para
darle un baño, cedió cuando le dije que su papá le contaría un cuento y que lo
volvería a llevar a su trabajo, lo acomode en su cama justo cuando Edward entro
a la habitación, su cabello húmedo me indico que igual que Evan se había dado
una ducha, solo llevaba puesto el pantalón de su pijama dejando al descubierto
su bien formado pecho, le di un beso a mi hijo antes de salir a mi habitación,
entre al baño a darme una ducha, me coloque mi ropa interior que era lo único
que había llevado, me envolví en la toalla y abrí mi armario un chillido salió
de mis labios al notar lo que había ahí
—Espero que no te moleste que te quite un poco de
espacio— me gire y envolví mis brazos en su cuello y mis piernas en su cintura,
me adueñe de sus labios, era un beso demandante lleno de pasión, sentí la falta
de aire mas continúe besándolo hasta que ambos no pudimos mas, solo nuestros
jadeas se hicieron audibles— ese beso es nuevo
—Y te aseguro que hay mucho mas, pero no podemos
hacerlo— deje escapar el aire de mis pulmones al saber que mis palabras eran
verdad, mi cuerpo gritaba por Edward, pero mi mente era la parte cuerda la que
mantenía mi autocontrol, no podíamos arriesgarnos por Evan
—Algo rápido— sonreí pero negué, hizo un puchero
dejando que su labio inferior sobresaliera, lo tome entre los míos ejerciendo
un poco de presión la justa para que gimiera— no hagas eso, si pretendes que no
pase nada esta noche
—Si por mi fuera ya no estaríamos hablando— se
acerco con la intención de besarme pero gire mi rostro y el gruño— Amor ambos
sabemos que no somos los más discretos, hacemos un poco de ruido
—Podemos comenzar a trabajar en ello, la practica
hace al maestro mi vida— puse los ojos en blanco, lo abrigue a que me bajara—
entonces comenzaremos a practicar otro día
Tome camisón de short y blusita de tirantes, me la
coloque sintiendo la mirada de Edward, nos acomodamos en la cama, hubo algunos
besos, al principio eran solo simples roces pero siempre terminaban en el mismo
punto de manera intensa y apasionada, nos deteníamos cuando nuestras
respiraciones eran agitadas y emitíamos jadeos debido a la intensidad, esto era
más duro que todo el tiempo que estuvimos lejos, al menos en 3 años no tenía la
tentación de este hombre perfecto, recostado a mi lado.
Como lo habíamos predicho, el martes salieron a la
luz las imágenes del centro comercial, ni siquiera abrí la revista para ver la
clase de mentiras que decían, lo único que debía de cuidar ahora era la
seguridad de Evan. Ambos éramos más cuidadosos con nuestras salidas y más si
con nosotros iba a Evan, lo único que deseaba es que mi hijo estuviera fuera de
todo este medio, además éramos personas normales, él era medico uno reconocido
lo cual no era nada bueno y yo una empresaria de las mejores en el campo, lo
que no ayudaba demasiado, no pude evitar sentirme mal por mi pequeño, lo
habíamos colocado en una situación algo fea para su edad.
Conforme los días avanzaban, comenzaba amos a
sobrellevar mejor todo esto de tener que pasar desapercibidos, pero lo que no
era nada fácil era el no poder estar juntos de la manera que ambos deseábamos,
moría por sentir como nuestros cuerpos seguían complementándose como un
perfecto rompecabezas, pero nos deteníamos por el pequeño que dormía en la
habitación de al lado. Esta vez Evan había querido que fuera yo la que le
leyera el cuento para dormir, se acomode entre mis brazos en los que comenzaba
a leer su cuento favorito, un par de páginas después y había caído
profundamente dormido, lo acomode en su cama y encendí su lamparita.
En nuestra habitación Edward se mantenía revisando
un par de expedientes, me di un baño rápido, me coloque mi pijama para verme al
espejo, desde que me había marchado de aquí había dejado en el olvido mis sexis
atuendos de dormir y me había sumido en la monotonía, en su mayoría eran de
pantalón y una blusita de tirantes, me acomode junto a Edward en lo que
terminaba de trabajar.
—Tienes que comenzar a separarte un poco del
trabajo, se supone que cuando estés en casa sea para relajarte y no para seguir
viendo los malestares de tus pacientes
—Como no tenía nada mejor que hacer, me hacía cargo
de muchas cosas, pero ya estoy trabajando en como dejarlas de lado para
dedicarme de lleno a mi familia— sonreía ante la misión de esa hermosa palabra.
Como cada noche nuestros besos y caricias gritaban
lo que realmente queríamos hacer, pero ambos nos conteníamos, teníamos que
encontrar un momento en el que pudiéramos estar solos, me acurruque en su pecho
con sus brazos rodeándome.
Una suave melodía se escuchaba de fondo, podía
escuchar nuestras respiraciones que se aceleraban a la par, sus labios
mordisqueaban mi cuello, sus manos recorrían mis costados, hundí mis dedos en
esa mata cobriza.
—Edward…— una sonrisa se formo en su rostro antes
de que sus labios se cerraran en contorno de uno de mi pezón, deje escapar a un
gritito de infinito placer, repetí su nombre un par de veces, sus labios
viajaron a mi cuello cerca de mi oído para susurrar mi nombre
—Bella mi amor— solo quería sentirlo, lo deseaba— Bella
Abrí mis ojos apara encontrarme con la mirada dulce
de mi dios griego, sus dedos delinearon el contorno de mi boca, detuve su mano
y me lleve uno de sus dedos a mi boca note que cerraba los ojos
—Voy a ver a Evan— Salí de la cama sin mirarlo a
los ojos, entre cuidadosamente a su habitación y lo encontré profundamente
dormido , levante su osito que estaba en el suelo y lo deje junto a él, cerré
la puerta con cuidado de no hace ruido, hice lo mismo con la puerta de nuestra
habitación y observe el reloj en mi mesita de noche apenas eran las 2.
Deje mi cabeza descansar sobre la puerta, camine
lentamente hasta la cama y me acomode junto a Edward, intente contenerme pero
ya no podía, me acomode a horcadas sobre él, comencé a besar su pecho su
respiración se entrecorto conforme mis labios tocaban su dulce piel, subí hasta
su cuello y la línea de su mandíbula hasta sus labios
—Amor…— coloque un dedo en sus labios y sus ojos se
encontraron con los míos, estaba sorprendido, me saque la playera y sonreí al
notar sus ojos oscurecerse, me incline besando la línea de su mandíbula hasta
llegar a su oreja, mis senos rozaran con su pecho logrando que jadeara.
—Te deseo, intente contenerme pero ya no puedo mas—
mordí el lóbulo de su oreja logrando que un jadeo mas ronco se desprendiera de
sus labios, sus manos se amoldaron a mi cintura, solo con la punta de sus dedos
acariciaba mi piel desnuda, uní nuestros labios en un beso desesperado, sus
manos se adueñaron de mis senos, sin poder evitarlo gemí.
—Yo también te deseo amor— sus pulgares rozaban mis
pezones que endurecían con su tacto, sentía su miembro endurecerse, me frote
contra él logrando que ambos gimiéramos, tome una de sus manos entre las mías y
me lleve nuevamente uno de sus dedos a mi boca haciendo que cerrar sus ojos.
Me incline a besar su cuello y bajar lentamente por
su pecho, mi lengua acaricio sus pezones haciéndolo gruñir, seguí mi camino
dejando que mis dedos siguieran acariciando su pecho y presionando sus pezones,
alzo la cabeza al notar que comenzaba a bajar su pantalón junto con su bóxer,
su miembro estaba duro pero aun no alcanzaba su longitud total.
Note su mirada oscurecida y pase la lengua por mis
labios antes de que mis labios tocaran la punta, acaricie suavemente su miembro
antes de llevármelo a la boca y que comenzara a gemir, mi lengua se movía de
manera circular en la punta, cerré una de mis manos su alrededor y comencé a
frotarlo sin sacarlo de mi boca, sus manos se hundieron en mi cabello marcando
el ritmo en que entraba y salía de mi boca, no deje de frotarlo mi nombre se
desprendía de sus labios una y otra vez, me impulsaba a seguir sabiendo que yo
era la que lo estaba haciéndolo sentir tanto placer, un gruñido demasiado
audible se desprendió de sus labios al mismo tiempo en que termino en mi boca,
trague cada gota de ese dulce néctar.
Lo escuche jadear y su pecho subía y bajaba de
manera rápida, abandone posición para comenzar a besar su pecho nuevamente
hasta llegar a sus labios, su lengua de adentro a mi boca jugando con la mía,
hundí mis manos en su cabello en lo que las suyas descendían por mi cuerpo
ayudándome a deshacer de las prendas que restaban en mi cuerpo.
Sus labios abandonaron los míos, para atrapar mi
cuello, su lengua delineo mi clavícula, sus manos se acomodaron en mi cadera y
bajaron hasta mis piernas obligándome a mantenerlas al lado de su cuerpo, sus
dedos se deslizaron al interior de mi intimidad, sentí sus dedos separar cada
pliegue lentamente, hundí mas mis dedos en su cabello, comencé a gemir al
sentir como había encontrado el pequeño punto de placer, un par de dedos
penetraron en mi interior, un gemido estuvo por salir de mis labios lo ahogue
de primera manera que tuve frente a mí, mordí ligeramente su hombro, sus dedos
entraban y salían de manera frenética, grite al sentir sus labios presionar uno
de mis pezones
—Sh…— mordí fuertemente mi labio inferior en lo que
el seguía con su trabajo, mis paredes se estrecharon en sus dedos, sus labios
chocaron con los míos justo en el momento que llegaba al clímax, sus labios
ahogaron el grito de placer, me separe para tomar aire que me faltaba, lo vi
llevarse los dedos a la boca, cerré mis ojos para no ver esa imagen tan sexi
—Te he dicho lo bien que sabes— gemí sintiendo como
se incorporaba yo lo imite y lo obligue a colocar su espalda en la cabecera de
la cama, acaricie su miembro hasta que estuvo listo para mí, me acomode de
espalda a él, mi espalda chocando con su pecho
Deslice su miembro dentro de mí, sus labios
comenzaron a besar mi nuca, una de sus manos pellizcaba uno de mis pezones
mientras que la otra rozaba mi clítoris que estaba sumamente sensible, deslice
una de mis manos en su cabello y comencé a moverme, las embestidas eran
profundas y con sus caricias era un paso al cielo, mordía mi labio para evitar
que los gemidos salieran de mis labios, mi respiración era completamente
irregular de la misma manera que la de él, lo estaba disfrutando y sabia que el
también lo estaba haciendo, sus jadeos llegaban directo a mi oído excitándome
aun mas, los movimientos iban de manera lenta a un ritmo mas rápido, no lo pude
evitar y mis jadeos se hicieron bastante audibles
—Sh… recuerda nada de escándalos— mordió mi hombro
suavemente, sus manos se acomodaron en mi cintura ayudándome a impulsarme,
ambos estábamos por llegar, repetíamos el nombre del otro una y otra vez— así
amor, sólo déjate llevar , hazlo mi vida
Sus palabras junto con sus movimientos me llevaron
al cielo o el infierno no es el lugar pero no me importa mientras él estuviera
conmigo, mis paredes se estrecharon presionando su miembro ambos gritamos sin
poder evitarlo, sentí como llenaba mi interior, deje caer mi cabeza en su hombro
ambos teníamos la respiración agitada y seguíamos jadeando, mis labios rozaron
su cuello y sus manos se ciñeron a mi cintura.
—Te amo Edward, jamás dejare de hacerlo
—Ni yo lo hare mi amor, te amo demasiado— lo sentí
salir lentamente de mi interior, me retire de él y me acomode nuevamente en la
cama, el se acomodo a mi espalda besando mi hombro— esto fue maravilloso
—Mas que eso— me gire y comencé a besarlo— nunca me
cansare de estar en tus brazos
—Tienes una idea de la manera en que me tenías, tu
sueño estaba claro de que trataba, estabas jadeando y te movías demasiado,
estuve por hacerte mía en ese momento pero tu autocontrol te hizo alejarte
—Pero no por mucho— roce sus labios, me acomode en
sus brazos y me comencé a quedar dormida con una sonrisa en mis labios.
—Mami…— la hermosa vocecita acompañada del sonido
de la manija de la puerta que se resistía a ser abierta, nos despertó, Edward
abrió los ojos nervioso
—Ya voy cielo— bese a Edward antes de saltar de la
cama y buscar mi ropa y lanzarle la de él que parecía intentaba comprender algo—
la asegure después de ir a verlo a su habitación, no dejaría que entrara y nos
encontrara indispuestos
—Muy lista— le sonreí antes de abrir la puerta y
tomar a mi hijo en brazos y lo conduje hasta nuestra cama, se acomodo en el
centro para evitar que Edward estuviera demasiado cerca.
Aunque no había dormido lo suficiente, no me
importo ya que lo había pasado muy bien, Megan se burlo un par de veces de mi
al ver que apenas mi teléfono marcaba un mensaje yo sonreía, se que parecía una
adolescente enamorada, pero no me importaba amaba a ese hombre, sus mensajes
eran breves "Te extraño", "Te amo", "Eres mi
vida".
Me apresure para terminar mi trabajo y poder
marcharme para comer en casa, estacione mi auto en su lugar habitual y justo
cuando estuve fuera de mi auto un volvo se estaciono a un lado, lo ayude a
bajar a Evan que intentaba liberarse de su sillita, Edward mantenía una sonrisa
en su rostro e ignoro que Evan fuera junto a nosotros y me beso, lo
sorprendente es que el mini-ed no hizo nada, todo parecía indicar que su etapa
de no querer compartirme estaba pasando.
Evan me entrego un hermoso dibujo que había hecho
en la escuela, en el estábamos Edward y yo mientras el tomaba nuestras manos,
prometí que lo pondría en mi oficina y sonrió. La tarde fue un maratón de
películas de Disney, mi pequeño se había adueñado de un sillón, se encontraba
boca abajo y con sus manitas sostenía su cabeza mientras reía sin parar, Edward
mantenía su brazo detrás de mi hombro, mientras movía sus dedos de manera
circular, cada poro de mi cuerpo reclama el cuerpo de Edward y sabia por sus caricias
que el suyo reclamaba el mío.
A mitad de la segunda película Evan se quedo
profundamente dormido y yo me vi tentada a seguir sus pasos y unirme a su
sueño.
—Mi padre me ha pedido que de una conferencia este
fin de semana— me acomode de tal manera quedara frente a él, mi brazo en el
respaldo y mi cabeza apoyada en mi mano mientras mis piernas estaban sobre las
suyas
—Y ha donde iras?
—Chicago— sonreí de manera nostálgica, recordé que
gracias a una de sus conferencia habíamos pasado uno de los mejores días juntos
en Hawái, me había convertido en su prometida— Quiero pedirte que me acompañes,
nos hace falta un par de días solo para ambos
—Y que hay de Evan?
—Esme dijo que ella se haría cargo de él, no me
veas así amor, ellos fueron los de la idea— me gire para ver a mi hijo dormir
tranquilamente, me agradaba la idea de estar con Edward alejada de todo, nos
daría privacidad, pero no me gustaba la idea de dejarlo, ya había pasado la
noche con sus abuelitos y sabia que le fascinaría la idea
—Que tal si…
—El estará bien amor, además nos iríamos mañana
justo después de pasar por él, hable con Megan y dijo que si te hacía sentir
más segura le diría a Patrick tu guardaespaldas para que estuviera al pendiente
de nuestro hijo, será un viaje corto, estaremos de regreso el domingo después
de medio día.
—Así que todo el mundo ya lo sabe menos yo— fingí
enojo, sus manos tomaron mi rostro para besarme.
—Solo me aseguraba de que no tuvieras alternativa
de negarte. — beso mi nariz
—No se Edward , eso es mucho más tiempo del que me
he separado de él
—Ya tengo todo listo— respire profundo y asentí
—Me alegro de que hayas aceptado, también hay algo
mas— enarque una ceja
—El próximo fin de semana abra una cena para
entregar un par de galardones a los mejores proyectos de investigación, y tengo
que estar ahí— sonreí envolviendo mis brazos en su cuello
—Eres un excelente medico, es por eso que no me
sorprende que ganaras un premio
—Siempre has sido tú la que ha tenido más confianza
en mí que yo mismo
—Es difícil ver cuando somos realmente buenos en
algo, es por eso que siempre es bueno tener a alguien que te lo diga, aunque tú
no lo quieras creer.
Esa misma noche se lo diríamos a Evan, si notaba
aunque sea una señal de tristeza desistiría de la idea de acompañarlo, pero al
contrario se emociono de la idea de estar con sus abuelitos ya que eso indicaba
juagar con Emmett, que su abuelita le cocinara panquesitos y le diera chocolate
y qué decir de los chocolates rellenos que su abuelito le daría, era el pequeño
mas consentido, Ángela me ayudo a preparar su equipaje, ella iría a casa de
Esme en caso de que algo se ofreciera, y Patrick estaría ahí para cuidar la
seguridad de mi hijo ya que no podíamos confiarnos de los medios, Edward se
encargo de bañarlo solo los escuchaba protestar y reír.
La noche paso con normalidad y Evan no se apareció
hasta cerca de las 6 de la mañana algo inusual en él, tal vez ya estaba dejando
de lado el gusto de estar en mi cama y más ahora que sabía que su papá estaba
conmigo.
Solo había ido a la oficina para revisar que todo
estuviera en orden y para visar que saldría de la ciudad, así que maxwell se
haría cargo de todo lo que surgiera en estos días, llegamos unos minutos antes
a la escuela de Evan, lo vimos correr con una hermosa sonrisa lo recibí en mis
brazos me dio un par de besos después a su papá, ya en su sillita lo primero
que pregunto "ya voy con mi abuedita".
Me costó bastante trabajo despedirme de él aunque
solo eran un par de días, era difícil hacerlo, el nos dio un beso nos dijo que
nos quería y se fue junto con Carlisle que estaba atendiendo una llamada,
Emmett nos llevo al aeropuerto, sus típicos comentarios no se hicieron esperar,
Edward lo golpeo un par de veces por su gran boca "Se comportan, nada de
sorpresitas", después de ese comentario abrió la boca y sonrió con un
guiño "los descubrí pillos, este viaje es para hacerle un hermanito a
Evan" ante este comentario me había sonrojado logrando que la estridente
risa de Emmett me perforara los oídos.
El viaje fue bastante agradable, dormimos todo el
trayecto, tomamos un taxi para ir a nuestro hotel que resulto estar cerca del
centro de la ciudad, era una suite hermosa con una excelente vista a las
hermosas calles. En lo que me di una ducha Edward bajo al lobby a registrarse
para su conferencia, me había advertido que iríamos a cenar al restaurante de
un amigo que tenía en la ciudad, que solo esperaba que no me molestara que
fuera un tanto exclusivo pero no demasiado elegante, solo esperaba que el
vestido que había elegido no desentonara mucho con el lugar, al había dicho que
no era elegante, así que había elegido un vestido corto de un hermoso color
coral((1)está en mi perfil), con escote palabra de honor, unas zapatillas
doradas de finas correas, en accesorios solo unos aretes un poco largos un brazalete
y listo, mi cabello suelto en sus finas ondas y maquillada de manera natural.
—Luces hermosa como siempre— lo bese antes de
colocarme el abrigo que me estaba extendiendo
—Tú también luces muy guapo— tome su mano para
salir de nuestra habitación
Fuera del hotel nos esperaba un Mercedes que según
él, era el único auto disponible para rentar, sabía que mentía, pero no
discutiría por algo como eso, el lugar no estaba a mas de 15 minutos del hotel
donde nos estábamos hospedando, entrego el auto al valet y en la entrada nos
encontramos con un hombre alto de cabello oscuro y rostro alegre
—Edward, amigo que guste volver a verte— estrecho
la mano de Edward y después lo abrazo, tomo mi mano y beso el dorso— veo que no
exageraste al hablar de la belleza de tu novia, es más me atrevería a decir que
te quedaste corto
—No hay palabras para describir a esta hermosa
mujer— su brazo se acomodo en mi cintura y beso mi mejilla— Arthur, ella es
Bella Swan
—Un placer conocerla, pero por favor pasen, su mesa
ya esta lista— nos guio hasta una mesa junto a la ventana que permitía ver el
hermoso jardín que era iluminado por pequeñas lámparas y una fuente que al
igual era iluminada por luces de diferentes colores
El amigo de Edward estuvo un rato junto a nosotros
haciéndonos compañía, era un hombre agradable y sumamente sencillo, se retiro
porque tenía que seguir revisando que las cosas funcionaran como debían, la
cena fue realmente magnifica, la comida era exquisita y era mucho mejor el
tener a Edward frente a mi sonriendo constantemente, me obligo a guardar lugar
para el postre, un pastel de helado que aseguraba estaba delicioso, vi al
mesero llegar con nuestros postres dejo el primer plato frente a Edward y debo
de admitir que su pastel de chocolate se veía sumamente apetitoso, después dejo
el mío y ambos comenzamos a comerlos, mientras me seguía platicando como había
conocido a este hombre, hice a un lado la fresa que estaba sobre mi pastel para
descubrir un hermoso anillo, enarque una ceja sin poder evitar el sonreír ante esta
nueva sorpresa, Edward me vio divertido, se levanto con cuidado y adopto
nuevamente esa posición que ya conocía
—Se que esta vez no fue tan espectacular como la
primera, quizá es algo muy común, pero eso no implica que sea menos importante,
te amo Isabella, nunca deje de hacerlo, eres la única mujer con la que puedo
estar, lo eres todo para mi, eres mi amiga, mi confidente, mi novia, mi amante
y la madre de mi hijo, el ser más perfecto después de ti, sonara precipitado
pero yo te amo y no puedo dejar pasar más el tiempo, así que aquí estoy de
nuevo pidiéndote que seas mi esposa, mi amor, aceptas casarte conmigo?, con
este hombre que te ama con locura?
—Tienes razón en suponer que es algo precipitado,
pero yo tampoco puedo esperar aun después de todo lo que nos sucedió, eres el
único hombre que amo y amare, así que, acepto ser tu esposa— deslizo el anillo
en mi dedo anular
—No es el mismo, aunque aun lo conservaba no lo
creí adecuado, esto es algo nuevo, un nuevo comienzo— beso la sortija y después
mis labios, envolví su cuello con mis brazos y los suyos se envolvieron en mi
cintura levantándome unos centímetros del suelo, lo bese olvidando donde nos
encontrábamos, nuestros labios se movían de manera suave.
El amigo de Edward nos felicito por nuestro compromiso,
el regreso al hotel fue en silencio nuestra sanos iban entrelazadas y no podía
dejar de sonreír, se inclino un par de veces para besarme, mi teléfono sonó un
par de veces al ver el teléfono de Esme me preocupe un poco, pero solo era
nuestro hijo que nos quería desear buenas noches, se estaba divirtiendo jugando
con Emmett, se despidió ya que era hora de ir a la cama, nos prometió una
sorpresa cuando llegáramos.
Apenas estuvimos dentro de la habitación nos
fundimos en un beso apasionado, las palabras salían sobrando, dedo de decir que
cada día o mejor dicho cada noche, las sensaciones eran más placenteras, estar
en sus brazos era mi lugar ideal, el lugar en que amaba estar, sentir sus
labios besar cada rincón de mi cuerpo y sus manos acariciar cada centímetro de
piel, no había parte de nuestra a anatomía que no conociéramos. Y esta noche no
fue la excepción me entregue a él como lo hacía cada vez que estábamos juntos,
una sola vez no bastaba para profesar todo ese amor que sentíamos, para saciar
eso deseos que reinaban en nuestro interior, amaba escuchar mi nombre entre sus
jadeos, el saber que era yo la causante de cada uno de esos sonidos que
abandonaban su garganta me hacían sentirme satisfecha pero a la vez en busca de
algo más.
Nos amábamos era verdad y tal vez por esa razón fue
que decidimos hacer algo que no creímos que llevaríamos acabo, al principio
pensé que todo se había tratado de un sueño quien en su sano juicio pensaría en
"eso", pueden llamarnos locos pero nosotros no solo lo pensamos lo llevamos
a cabo.
Nuestra estadía en chicago había sido bastante
interesante, el sábado me había forzado a levantarme temprano para ir a compra
algunas cosas que necesitaría, debía de aprovechar que Edward estaba en su
famosa conferencia, los nervios me habían invadido pero el saber que él estaba
ahí conmigo me tranquilizaba, aunque ampliaba un gran cambio por él estaba
dispuesta a hacer eso y más.
Mantenía mi cabeza recostada en el pecho de Edward
sintiendo como su mano acariciaba dulcemente mi espalda, jamás olvidaría este
viaje que solo había comenzado como simple fin de semana de distracción y se
había convertido en algo mucho más complejo pero sin duda satisfactorio.
Nuestra relación había cambiado y amaba este cambio.
Como la vez anterior habíamos llegado y Alice junto
con Jasper habían pasado por nosotros al aeropuerto, en el auto la duendecilla
no paraba de decir que Evan estaba impaciente por vernos que había querido
acompañarlos al aeropuerto pero que no lo habían llevado por que creían que era
como dejarlo expuesto a los medios.
Apenas el auto se detuvo fuera la casa salte fuera
de él, poco me importo la risa de los demás, al abrir la puerta me encontré con
la imagen más hermosa, mi hijo con delantal y cubierto de harina, me acomode en
cuclillas para recibirlo, hubiera caído al suelo de no ser porque Edward
alcanzo a sostenerme, nos beso a ambos antes de pedir que lo dejáramos volver a
la cocina para seguir ayudando a su abuelita en la decoración de nuestro pastel
de bienvenida.
Esta vez Edward no espero a que la pequeña o
alguien se diera cuenta de la "sortija" que adornaba mi dedo era solo
la , todos nos felicitaron, Esme comenzó a llorar al momento de abrazarme me
agradecía por dejar que Edward regresara a mi vida, por perdonar a cada uno
después de lo que había sucedido y sobre todo por dejarla disfrutar de su
nieto. Evan solo nos abrazo sin comprender el significado de todo ese alboroto,
se encontraba en mi regazo jugando con la sortija, Edward coloco su mano en mi
pierna y Evan se la quito haciendo un mohín, ambos entrecerraron los ojos y
sostuvieron la mirada, no pude evitar reír, Edward beso la frente de Evan que
sonrió.
La semana fue bastante movida, parecía que alguien
había informado la escuela de mi hijo así que siempre había un par de fotógrafos
en el lugar, odiaba que eso sucediera ya que Evan comenzaba a inquietarse de
que siempre estaba esas lucecitas en su rostro, Edward y yo lo íbamos a dejar
siempre juntos, parecía que la simple presencia de él los mantenía al margen, a
la hora de pasar por el, era Ángela que era acompañada por Patrick que cuidaba
que nada les sucediera, era una situación abrumadora.
Procuraba que todo esto no lo afectara, no por
culpa de esos malditos medios iba a permitir que mi hijo se la viviera
encerrado, por las tardes salía con él al parque, corríamos y jugábamos sin
importar que alguien nos estuviera observando, Edward no le agradaba que fuera
al parque solo con Ángela ya que decía que me exponía demasiado, había sido una
de nuestras primeras discusiones al final el había ganado, creo que no había
conocido hombre más exagerado que él, había contratado un guardaespaldas
exclusivo para Evan ya que consideraba que Patrick no podría cuidar de ambos.
El jueves por la tarde en vez de regresar a casa
decidnos que iríamos por el al hospital, lo esperamos en su consultorio ya que
se encontraba dando su última ronda, el lugar estaba igual que como lo
recordaba, Evan se acomodo en la silla de Edward tomo su estetoscopio de
repuesto y se lo coloco en el cuello como había visto que lo hacia su papa,
revise que la hoja en la que quería comenzar a dibujar estuviera en blanco, no
quería que rayara algún papel de suma importancia, en su escritorio había un
hermoso porta retrato con dos fotografías, en una solo estábamos los dos y la
que estaba justo a su lado estábamos los tres.
Escuche su voz parecía que estaba discutiendo con
alguien, me mantuve de pie junto a Evan que no se inmuto y continuo dibujando,
la puerta se abrió y lo vi entrar revolviéndose el cabello mientras un chico iba
detrás de él
—Hola— quite a Evan de su silla y el hizo un
puchero por quitarlo de seguir haciendo su obra maestra
—Hola amor— me beso y después a Evan
—Te esperamos afuera— lo vi con intensiones de
protestar pero salí, y me senté en las sillas que estaban justo afuera, Evan se
coloco el estetoscopio y comenzó a buscar el sonido de mi corazón del lado
equivocado
—No se escucha como el de mi papi— acomode la
campana del lado correcto y vi su boquita formar una linda O
Cerca de 15 minutos después escuche al chico salir
con el semblante contraído, no se tomo la molestia en cerrar la puerta con
cuidado y desapareció por el pasillo, toque antes de entrar estaba hablando por
teléfono, solo me hizo una seña para que entrara, Evan corrió para sentarse en
su regazo, le entrego el estetoscopio que traía para quitar el que estaba en su
cuello e intentar escuchar su corazón, yo apoye mis brazos sobre el escritorio
y mi rostro sobre mis manos para observarlos, Edward se mantenía dando
indicaciones y le hacía gestos a Evan que lo hacían reír, sin duda era un
excelente padre.
—Te diviertes enano— lo sentó en su escritorio—hacemos
un intercambio?
—Que es eso papi?
—Tu me das mi estetoscopio y yo te doy un regalito
que tengo para ti— no dudo en entregarle su estetoscopio y Edward le entrego
una caja grande de chocolates— escóndelos, o tu mami se los come
—Muy gracioso Cullen— me guiño un ojo, guardo sus
cosas antes de tomar a Evan en sus brazos— si ya termino tu turno, vamos a
cenar yo invito
Terminamos cenando pizza lo mismo que cenábamos
cuando dejábamos a Evan elegir, era un lugar no muy concurrido y por eso no me
oponía, lográbamos cenar sin levantar revuelo además de que Evan disfrutaba de
los juegos y librito que le daban para colorear
La semana siguió su curso, Tanya había llamado a
Edward un par de veces más que él había ignorado, en un par de semanas más
podría cambiar su número de teléfono, solo necesitaba que finalizara su
contrato para poder hacerlo. Las chicas me habían regalado un hermoso vestido
azul((2) está en mi perfil), era strapless el único detalle esta en el pecho
donde se ceñía y de caída recta, era sencillo y me gustaba por ser así que
utilizaría para la gran noche de Edward, se encontraba jugando con Evan en lo
que me terminaban de arreglar, Ángela me ayudaba con mi cabello que lo recogió
en un moño flojo y yo me maquille de manera un poco mas cargada pero natural,
me gustaba mi reflejo en el espejo.
Ángela me ayudo a colocarme el vestido, que se
amoldo a mi cuerpo, abroche mis zapatillas que eran de finas tiras plateadas,
apenas termine cuando la puerta de la habitación se abrió de nueva cuenta y por
ella entraron los dos hombres más perfectos, me levante y gire, Evan corrió a
abrazarme y darme un par de besos, Edward al contrario fue directo al armario
sin decir una sola palabra, Ángela llamo un par de veces antes de entrar para
llevarse a Evan para cenar.
—Luces sumamente hermosa Tory
—No me pareció eso— me encogí de hombros y me
dirigí al cajón donde guardaba mis accesorios
—Solo fui por algo que compre para ti— negué al ver
la cajita que me entregaba— anda es para ese vestido
Abrí la cajita para encontrarme con una hermosa
gargantilla de oro blanco con zafiros, cerré la cajita y se la entregue
—Odio las cosas caras Cullen
—Es tan difícil aceptar un regalo— lo saco de la
cajita y me lo coloco, beso mi cuello un par de veces, tome los aretes que le
hacían juego, un brazalete y mi hermoso anillo.
Antes de salir al lugar donde seria la velada nos
despedimos de nuestro hijo que no estaba muy feliz de no poder asistir con
nosotros. Nos fuimos en su auto lo note nervioso apretaba el volante, se detuvo
en la entrada, acomodo su saco y su corbata antes de bajar y entregar las
llaves al valet, extendió su mano para ayudarme a bajar y de inmediato un juego
de luces nos dio en el rostro, posamos para algunas fotos sin decir una sola
palabra, ya en el interior del recinto se encontraba toda su familia.
La pequeña duendecilla me mostro su hermoso anillo
de compromiso, Jasper se lo había pedido la noche anterior, ambos lucían
felices y qué decir de los padres de ambos que no dejaban de sonreír. Note que
unas mesas más alejada de donde estaba se encontraban mis padres, mi padre
parecía incomodo mientras mi madre seguía con su sonrisa hipócrita, unas mesas
a nuestra derecha note a Tanya, Lauren y otras chicas que no conocía, su mirada
estaba fija en Edward, apreté su mano y él se giro para besarme suavemente.
—Pueden comportase en algún momento— Emmett la
lanzo su servilleta a Edward que gruño y en compensación me volvió a besar.
Un hombre que no conocía comenzó a hablar, sobre
los trabajos y el porqué se habían hecho merecedores a un reconocimiento
otorgado por toda la comunidad médica del país, apreté la mano de Edward cuando
escuche que comenzaban a hablar de su trabajo, después fue el turno de que
Carlisle hablara, fue breve para que comenzara con la entrega de
reconocimientos, en su mayoría eran hombres que pasaban los 35 años, Edward sin
duda seria el más joven, cuando escucho su nombre se levanto y beso mi frente,
camino hasta el estrado y recibió su reconocimiento, todos aplaudíamos y Emmett
silbaba hasta que Esme lo mando callar.
Se aclaro la garganta antes de comenzar a hablar
"La verdad es que no tengo palabras para agradecer que me hayan otorgado
este reconocimiento, no solo me pertenece a mí, sino también a algunos de mis
colegas que me brindaron su ayuda, a mi mentor el Dr. Kovac, a mis padres por
apoyarme, a mis hermanos por estar siempre ahí, y por ultimo y no menos
importante a mi esposa por su confianza y motivación" todos lo ovacionaron
llego junto a mí y me beso antes de sentarse y pasar una mano por mi cintura,
fue ahí cuando note que las miradas de todos reflejaban la incertidumbre que
sentían.
—Esposa?— chillo Alice
—Si hermano que clase de broma es esa, si lo que
querías era que te dejaran tranquilo no debías de decir una mentira como esa—
sonrió Emmett antes de llevarse la copa a los labios
—No es una broma— dije acariciando la mejilla de
Edward que sonrió de la misma manera que lo hice yo
—Se casaron?— preguntaron Alice y Rose al mismo tiempo, su voz había sido casi en su susurro, asentí mostrándoles mi mano, antes solo le había mostrado la sortija con el solitario porque habíamos decidido que hasta después lo daríamos a conocer, pero ahora en mi mano descansaba mi anillo en todo su esplendor.
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