Miedo
—Como pudieron hacer eso sin nosotros?— chillo
Alice que se notaba un tanto dolida
—Todo fue demasiado rápido, se lo propuse y ella
accedió— rozo mis labios y me hizo regresar a ese hermoso momento
—Flash Back—
Me encontraba recostada sobre su pecho, recuperando
la respiración, el estar juntos había sido demasiado intenso, sus caricias y
besos aunque habían sido suaves y delicados, estaban llenos de pasión y sobre
todo amor uno que yo correspondía
—No tienes idea el miedo que me dio que te negaras—
levante mi rostro para encontrarme con su mirada
—Como negarme a algo que ansió intensamente
—Y si te prepusiera una locura?
—Es que aun no te queda claro, contigo iría hasta
el infierno, creo que nuestra relación está llena de ellas —apoye mis manos
sobre su pecho y sobre ellas mi barbilla
—Si te propusiera que nos casáramos mañana— su mano
acaricio mi mejilla haciéndome cerrar los ojos
—Aceptaría
—Mi amor te casarías conmigo mañana— reí sin abrir
los ojos, a veces podía tomarse a broma muchas cosas, al notar que no se reía
si no al contrario solo acariciaba mi rostro, me hizo abrir los ojos y mirarlo
fijamente— hablo enserio mi vida
—Edward, no puedes estar bromeando con estas cosas
—No estoy jugando, sé que es una completa locura, pero
no quiero despertar y ver que tú ya no estás a mi lado, quiero despertar cada
mañana y que seas lo primero que vea
—Si, hagámoslo— lo siguiente que sentí fueron sus
labios contra los míos, ambos sonreímos, al principio me sorprendieron sus
palabras, pensé que se trataba de una clase broma, pero basto el ver sus ojos
por unos minutos para darme cuenta de que no era ninguna broma, era real, me
había propuesto que nos casáramos sin esperar mas
Me obligue a salir de la cama apenas desperté, todo
debía de tratarse de un sueño, un hermoso sueño, tome el papel que estaba en su
almohada
Buenos días mi amor, no sé si recuerdas lo que
hablamos ayer, espero que aun siga en pie en continuar con lo acordado, no me
veo un minuto más lejos de ti, te amo demasiado como para dejar que te escapes
de nuevo.
Te amo
Había salido al centro comercial a comprar un
pequeño conjunto para la ocasión, tanto para nuestra "boda relámpago"
como nuestra maravillosa noche de bodas, era una locura y lo sabia pero eso me
hacia mantener una sonrisa en los labios, por primera vez en mucho tiempo iba a
hacer algo que me dictaba el corazón sin prestarle atención a la razón, atendí
mi teléfono en lo que pagaba mi vestido.
—Si
—Ocupada amor?
—Para ti jamás amor, te diviertes?
—No, estuvo muy aburrido, y que hay de ti?
—Estoy gozando esto de las compras relámpago— dije
sarcásticamente
—Aun puedes negarte
—No me negare, sabes que no soy de las que gozan
las comprar pero esta ocasión lo vale— Salí de la tienda con las bolsas en una
de mis manos
—Sera a las tres, un auto estará esperando para
llevarte al registro
—Pensaste en todo?
—Casi en todo, bueno mi vida te veré a las 3, se
puntual no olvides que te amo
—Yo también te amo—colgué y le hice la parada a un
taxi
Había regresado a la habitación del hotel poco
antes de medio día, me había dado una ducha, me maquille de manera natural y
solo recogí mi cabello con sencillos prendedores plateados, el vestido era
blanco de una sola pieza, aunque era informal me había enamorado de él.
Me había pedido que lo encontrara en el registro,
ahí me estaría esperando, un chofer del hotel me había llevado hasta el lugar,
me sentí nerviosa por lo que estaba a punto de hacer, pero no dejaría que nadie
más nos separara, tal vez esta no sería la boda que me gustaría pero esto solo
era ante la ley, pero ante la iglesia sería algo diferente, sería como lo había
esperado anteriormente.
La puerta del auto se abrió y sonreí al ver a mi
flamante novio que me miraba con la misma mirada cómplice que había mantenido
la noche anterior después de planear nuestra locura, entramos al recinto que no
era para nada romántico ni mucho menos espectacular, pero no importaba, lo
único que importaba en ese momento era que pronto cumpliríamos uno de nuestros
sueños.
Fue una ceremonia pequeña, en la que asistieron un
par de colegas de Edward que sabia eran de su total confianza, firmaron como
nuestros testigos, mi mano temblaba cuando fue mi turno de firmar el acta,
sonreí al notar que Edward estaba en la misma situación, sonreímos cuando nos dimos
cuenta de que estábamos casados, me beso de manera dulce.
—A partir de ahora eres una Cullen— asentí antes de
volver a besarlo, nos tuvimos que separar para tomar aire y ser felicitados por
los únicos que habían estado presentes, me abría gustado que nuestro pequeño
fuera parte de este enlace.
Fuimos a comer a un restaurante muy exclusivo de la
ciudad, me sentía completamente feliz esto solo se comparaba con el momento en
que Evan nació, cuando lo escuche llorar por primera vez. Sentí su mano
acariciar el dorso de mi mano.
—En que piensas amor
—En que soy feliz por segunda vez en la vida—
enarco una ceja con la mirada interrogante— la primera vez en que me sentí
completa, fue cuando Evan nació
A la hora del postre pedí solo helado de chocolate
y el pastel de zanahoria, me tomo por sorpresa cuando me quito el anillo de
compromiso que me había dado la noche anterior, entrecerré los ojos y el solo
me sonrió, metió la mano en el bolsillo interior de su saco de donde saco otra
cajita de terciopelo, rodé los ojos sin comprender, primero me lo da y luego me
lo quita que bien, no supe que es lo que estaba haciendo ya que lo hacía sobre
su regazo y la mesa ocultaba lo que estuviera haciendo, me estire un poco pero
no alcance a ver nada, así que me concentre en terminar mi helado, volvió a
tomar mi mano y deslizo nuevamente el anillo, lo observe y me quede atónita,
esa era una sortija que demostraba que estábamos casado
—Se ve mucho mejor de lo que imagine
—Demasiado…
—Mas vale que te vayas acostumbrando, no planeo escatimar
en gastos cuando se trate de ti o de nuestro hijo, así que cuando te de un
regalo solo espero que lo aceptes, no quiero que discutas como lo haces siempre—
sonreí sin poder evitarlo, su semblante se relajo
No debo de decir que esa fue una excelente noche,
había sido demasiado cuidadoso con cada caricia y cada beso que me
proporcionaba, solo se ocupo de mi placer sin dejarme hacer nada por él,
"Esta noche es solo para usted Sra. Cullen", como siempre me había
logrado que alcanzara el punto más alto.
— Fin Flash Back—
—Al menos nos pudieron avisar, estoy enojada con
ambos— Alice se giro evitando mirarnos, ambos solo suspiramos, yo sabía que
algo así pasaría cuando se enteraran, Rose me sonrió de lado pero también se
notaba que estaba molesta, Esme en cambio tenía los ojos cristalinos y su
sonrisa era enorme, Jasper me guiño un ojo pero su rostro cambio a ser serio
cuando recibió un codazo por parte de su prometida
—Creo que de eso hablaremos mañana— los labios de
Edward besaron mi coronilla
Se levanto para recibir las felicitaciones de
varios hombres que no había visto, me tendió la mano y me sujeto firmemente de
la cintura y me presento ante sus colegas, "Ella es Bella mi esposa",
esas palabras eran nuevas y me gustaba como sonaban, me sonrojaba levemente
cada vez que las decía, aun no podía acostumbrarme a escucharlas, era como
estar en un sueño en un maravilloso sueño, apoye mi rostro en el pecho de mi
esposo mientras escuchaba de lo que hablaban, aunque no entendí muy bien lo que
decían por sus terminaciones medicas, pero me divertí con algunos de los
comentarios, eran bastante graciosos.
La cena fue entretenida como lo eran siempre,
nuestras risas eran las que resaltaban en todo el lugar, algunos sonreían pero
otros parecían molestarse como lo hacían las amistades de mi madre y ella, eran
unos amargados, por mucho tiempo deje que me manejara, pero eso había quedado
en el olvido, desde hace mucho tenía mi lugar entre los Cullen mi verdadera
familia. Me estaba divirtiendo con los comentarios de Emmett. Sentí que Edward
presiono mi rodilla y se levanto para atender una llamada, lo seguí con la
mirada y lo vi salir al pequeño jardincito, un par de minutos después tome su
lugar para conversar con Charles que comenzó a hacerme algunas preguntas
respecto a ciertas inversiones, ambos hablábamos el mismo idioma.
—Y tu flamante esposo?
—Salió a atender una llamada Ali
—Jamás me casaría con un medico, pasan mucho tiempo
con sus pacientes— señalo Alice haciendo un mohín de desesperación
—Es por eso que te casaras con un Psicólogo para
que te analice todo el día, no sé que es peor— sonreí y ella me saco la lengua
de manera infantil, ese simple gesto me indico que todo su coraje había pasado—
si me disculpan voy a buscarlo
—No tarden o iré a buscarlos yo— se burlo Emmett,
asentí tomando mi copa y perderme entre las mesas, cruce la puerta que daba al
pequeño jardín, el viento choco contra mi rostro, estaba bastante frio, mi
cuerpo tembló
—Te dije que me dejes tranquilo
—Así que me cambias por esa que te abandono, quien
te dice que no te dejara en un par de meses o tal vez es cuestión de semanas
Reconocí perfectamente el par de voces, Edward
estaba irritado y juraría que hasta molesto, y yo lo estaba ahora, como se
atrevía esa zorra a decir que yo lo volvería a dejar, eso es lo que ella
esperaba pero jamás sucedería.
—Porque no tienes un poco de dignidad y dejas a
Edward tranquilo— la separe y me coloque entre ambos
—No te ha contado lo bien que la pasamos juntos,
nuestras maravillosas noches
—Eso es mentira— gruño Edward a mi espalda
—Tanya yo confió en Edward, se que nunca paso nada
entre ustedes y quieres saber porque?— enarco una ceja— por la simple razón de
que no eres lo suficientemente buena para estar con él, querida tu eres y
siempre serás una maldita zorra
—Tu confías en él, pero él no confió en ti y te
dejo para estar no solo conmigo si no con muchas mas
—Eso está en el pasado, creo que eso fue lo que nos
hizo ver que somos el uno para el otro, pero tú jamás entenderás lo que es eso,
jamás has sentido amor por alguien, lo único que te importa es que auto conduce
y cuanto dinero tiene en el banco.
—Tu no eres una santa, te acostaste con Demetri—
las manos de Edward se acomodaron en mi cadera, sus puños apretaron la tela de
mi vestido
—No lo soy, pero al menos no soy una mujerzuela
como tú, no me la paso saltando de cama en cama, yo solo estoy una junto a mi
esposo— tome una de las manos de Edward que seguía molesto— Deja de buscarlo,
si sabes lo que te conviene te alejaras de mi familia, no te quiero volver a
ver cerca de él.
—Pero quien te dice que él quiere estar lejos de mí—
toco el escote de su vestido de manera vulgar
—No te quiero cerca de nosotros— gruño Edward
—Cuando cambies de opinión sabes dónde encontrarme—
eso había sido todo lo que iba a soportar de esta zorra, mi mano se estampo en
su mejilla haciéndola tambalearse, se incorporo e intento devolverme el golpe
pero Edward detuvo su mano
—No te atrevas a tocar un solo cabello de Bella,
porque puede que se me olvide que soy un caballero— soltó su mano, nos fulmino
con la mirada y regreso al interior del salón
—No puedo dejarte un momento solo porque las zorras
se te echan encima— el sonrió y me beso
—Es la única de la que debes de preocuparte, pero
no creo que le queden ganas de acercarse, mi esposa tiene una apariencia
angelical pero cuando se enoja aparecen los colmillos y las garras
—Puedo ser letal cuando se meten con lo que me
pertenece— tome su saco obligándolo a inclinarse para besarlo y perderme en su
sabor, me envolvió con uno de sus brazos obligándome a quedar pegada a su
cuerpo, su otra mano estaba en mi nuca profundizando su beso.
—Me… concede esta pieza Sra. Cullen— asentí
sintiendo sus labios en mi frente
— Terminaste por hundirte, acabaste con la poca
dignidad que te quedaba
—Renée, es una sorpresa encontrarte en un evento de
sociedad
—Este es mi lugar, soy una mujer de alta sociedad
ni tú, ni nadie va a cambiar eso
—Eso está por verse, pero hoy no quiero discutir
contigo, no quiero arruinarle su noche a Edward
—Mediocre— susurro mi madre
—La única mediocre aquí eres tú y si nos disculpas
nosotros si queremos seguir disfrutando de la velada— la hice a un lado , tome
la mano de Edward y entre de vuelta al salón, hasta la pista de baile, sus
manos se amoldaron a mi cintura , mi mano derecha la deje en su cuello y la
izquierda en su pecho, el anillo brillaba y yo sonreía
—Te amo— nos besamos dulcemente, ignorando en qué
lugar nos encontrábamos
La velada transcurrió de manera agradable, había
bailado con Carlisle, en un principio me sentí nerviosa por lo que me pudiera
decir, "Nos han tomado por sorpresa, pero me alegro por ustedes, ahora si
eres toda una Cullen", solo pude agradecer porque a pesar de todo me
aceptaran, que no estuviera molesto por la manera en que lo habíamos hecho.
Esme nos había hecho prometer que iríamos a comer
como todos los domingos, llegamos a nuestra casa haciendo en menor ruido
posible ya que pasaba de las 3 de la mañana, fuimos a revisar que Evan
estuviera dormido, ambos le dimos un beso antes de ir a nuestra habitación.
—Necesitas ayuda?— beso mi hombro mientras
comenzaba a bajar el cierre de mi vestido, lo hacía de manera lenta dejando que
uno de sus dedos rozara mi espalda sin dejar de besar mi hombro, mi vestido
cayo dejándome solo en ropa interior, pronto mi sostén se unió al vestido y sus
manos se amoldaron a mis senos, un jadeo se escapo de mis labios, gire mi
rostro para dejar que sus labios encontraran los míos, una de sus manos comenzó
a descender, sabia el destino y con solo esa idea gemí sin separar nuestros
labios, un grito nos hizo separarnos, Edward salió corriendo de la habitación,
yo abrí uno de los cajones de la cómoda y tome una playera de Edward, entre al
cuarto de Evan y lo encontré sollozando sin apartarse de los brazos de su papá,
me acomode junto a ellos y bese su mejilla logrando que sus ojitos se
encontraran con los míos, me tendió sus bracitos y oculto su rostro en mi pecho
—Es solo una pesadilla corazón
—Eda un mostuo que me quedia comeme, como el que vi
con mi tío Em— me levante molesta de la cama con mi pequeño en brazos, como
Emmett se había atrevido a dejar que mi pequeño viera una película de terror,
pero ya me escucharía cuando lo viera, entre a nuestra habitación y me subí a
nuestra cama dejando mi espalda apoya en la cabecera
—Mami, el mostuo…
—Los monstruos no existen amor
—Peo en la película…— bese su rostro al notar el
miedo en su rostro
—Nada te pasara mi amor, yo cuidare de que ningún
monstruo se te acerque, duerme corazón— comencé a tararear mientras acariciaba
su espalda, comenzó a relajarse y volvió a dormir, fue hasta ese momento que me
di cuenta de que Edward estaba frente a mí, con una enorme sonrisa
—No le encuentro lo gracioso a la situación Cullen,
tu hermano me va a escuchar
—Es solo que tienes una hermosa voz— puse los ojos
en blanco y negué bufando, se acerco a mi oído— Me gusta como luce mi ropa en
ti, voy a darme una ducha
—Y con agua helada mi amor— el asintió dejando caer
su camisa antes de entrar al baño, me acomode dentro de las mantas sosteniendo
a Evan que fruncía el ceño y despertó una vez más sobresaltado, con una caricia
y un beso basto para que la tranquilidad regresara a su rostro.
Edward apenas salió del baño se acomodo junto a
Evan, deje que lo abrazara ya que yo necesitaba desmaquillarme, tome una pijama
antes de entrar al baño, me coloque la pijama y me lave el rostro, cuando
regrese me encontré a mi hijo atravesado en la cama ocupando doble espacio,
pero mantenía la mano de Edward entre la suya, me acomode junto a él
abrazándolo y dejando mi rostro en su espalda.
No fue una noche para nada agradable, mi pequeño
despertó un par de veces más, lo acomode en mi brazos nuevamente y Edward nos
envolvió en sus brazos, una carcajada estridente me hizo enderezarme golpeando
a Edward, un "auch" se desprendió de sus labios, enfoque el lugar de
donde provenía ese sonido y sorpresa era la televisión, Evan estaba bocabajo
viéndola muy entretenido, me deje caer aplastando la mano de mi adorado esposo.
—Lo siento, lo siento—bese su mano que había
aplastado
—Por favor mi vida, si te hice algo en un sueño, no
significa que cuando te despiertes tengas que golpearme
—Tonto
—Conozco una manera de remediarlo— unió nuestros
labios acariciando suavemente mi cintura, nos separamos al sentir como un
cuerpecito caía sobre nosotros sacándonos el aire
—Evan, amor no hagas eso— se acomodo entre ambos,
yo me frote la zona donde había caído
—Mami, ya vamos a ir con mi abuedita— observe el
reloj que marcaba las 9, si sacaba bien mis cálculos eso indicaba que solo
había dormido aproximadamente 2 horas
—Eso es hasta la hora de la comida cielo, porque no
dormimos un poco mas— lo abrace, acomodando mi rostro en su cuello, cerré los
ojos intentando dormir, se comenzó a mover para que lo liberara de mi abrazo, y
así lo hice, me acomode boca abajo colocando la almohada sobre mi cabeza, sentí
los labios de Edward en mi nuca y el movimiento del colchón al levantarse,
estuve así por unos minutos intentando conciliar el sueño, hasta que un par de manitas
comenzaron a tirar de la blusa de mi pijama.
—Enano, deja que tu mami duerma un poco
—Tengo hamble
—Estoy despierta— suspire antes de levantarme,
estaba cansada solo quería dormir, pero primero estaba Evan.
Tome a Evan en mis brazos para bajar a la cocina y
buscar algo para desayunar, los domingos eran los días libres de Dafne así que
no había quien preparara el desayuno, Edward se ofreció a preparar omelett.
Evan devoro su desayuno saboreando el delicioso omelett que su papa nos había
preparado, tomo su jugo, bajo de la silla y desapareció de la cocina, no era
difícil averiguar que se había marchado de vuelta a nuestra habitación para
seguir viendo la televisión.
Comí lentamente mi desayuno acompañado de una
deliciosa taza de café, eso era lo único que podría mantenerme despierta, la
mano de Edward se acomodo en mi espalda baja antes de besar mi nuca
—Ve a dormir un rato amor— negué, levante los
platos sucios y los coloque en el lavavajillas, le ayude a colocar la cocina en
orden de nuevo.
Apenas llegue a nuestra habitación me acomode entre
las mantas sin mover a Evan de su posición tan cómoda en la que estaba, palmee
a mi lado y Edward lo comprendió, me acomode sobre su pecho dejando que me
envolviera, su mano comenzó a acariciar mi espalda, de esa manera lograba
relajarme y hacerme dormir enseguida. Un grito de emoción me hizo brincar
—Enano deja a mami dormir
—Quiedo id con mi abuedito, me dijo que me dadia
chocolates
—Primero un baño
Me separe del lugar tan cómodo en el que me
encontraba, Edward se hizo cargo de bañarlo en lo que yo me daba una ducha, en
cuanto Salí Edward entro bajo el chorro del agua caliente, después de unos
minutos Edward salió listo para marcharnos.
Apenas eran unos minutos después del medio día y
nosotros ya habíamos llegado, Edward abrió la puerta de la casa y Evan entro
gritando en busca de sus abuelos, se escucho el movimiento de varias sillas lo
que nos indico que estaban en el comedor. Efectivamente casi todos estaban en
el comedor solo faltaba aquel hombre que quería matar.
—Los esperábamos más tarde
—Evan estaba ansioso por venir, así que aquí
estamos— me acerque a saludar a cada uno, n pude evitar sonreír al ver que Evan
estaba susurrándole algo a Carlisle que parecía divertido, no era difícil
adivinar de que se trataba, podía apostar que le estaba preguntando por los
chocolates.
—Y nosotros de tenerlos aquí, teníamos mucho tiempo
sin verlo
—Vamos mamá, si solo ayer no lo viste— dijo Alice
divertida, rose disimulo su sonrisa
—Porque esa cara hermanita, dile a Edward que te
deje descansar un poco— tome a Emmett de la oreja como si fuera un niño
pequeño, me importo que fuera mucho más grande que yo, Salí con él al jardín—
Eso duele, que sucede contigo
—Eso quiero saber que sucede contigo— presione mi
dedo contra su pecho— que es lo que estaba pasando por tu cabeza cuando dejaste
que Evan viera una película de terror, el pobre despertó varias veces por la
noche
—Yo…
—Pensé que eras más inteligente y que sabrías que
aun es muy pequeño para ese tipo de películas y lo único que provocaste es que
pensara que un monstruo quería comérselo— soltó una pequeña risita y yo le di
un fuerte golpe en la cabeza ganándome una mirada de reproche— no es gracioso
Cullen, no sé ni porque me molesto en hablar contigo, si todo te lo tomarás
como un maldito juego
—Bella
Regrese al interior de la casa ignorando la voz de
Emmett, me ofrecí para ayudar a Esme con lo que le hiciera falta, pero ella se
negó alegando que de todo lo referente a la comida se haría cargo su nueva
cocinera, Rose y Alice desaparecieron ya que había surgido un pequeño
problemita en una de sus tiendas y tenían que ir a resolverlo, nos acomodamos
en la sala viendo como Carlisle se divertía jugando con Evan.
—Querida que fue lo que paso con Emmett— bufe pero
me gire para ver qué es lo que estaba viendo por la ventana, ahí estaba Edward
discutiendo con su hermano, el solo asentía
—Dejo que Evan viera una película de terror— se
sorprendió y abrió sus ojos por completo— y por consecuencia no paso una muy
buena noche y nosotros apenas dormimos
—Ahora entiendo la cara de ambos, porque no te vas
a recostar un rato en la cama de Edward, nosotros nos encargaremos de cuidar a
este angelito
—Estoy bien así— justo cuando iba a decirme lo
contrario entraron Edward y Emmett, este último se le notaba avergonzado
—Lo siento Bella, prometo que seré mas cuidadoso
cuando se trate de cuidar a Evan— solo asentí cubriendo mi boca para ocultar el
bostezo, Edward se acomodo junto a mi pasando uno de sus brazos sobre mis
hombros, Emmett se acomodo en el suelo junto con Evan tirando su torrecita de
bloques y ganándose que le sacara la lengua, sin siquiera darme cuenta me quede
profundamente dormida.
Abrí los ojos abruptamente y me levante al escuchar
el sonido de un celular, fue ahí cuando me di cuenta de que ya no estaba en la
sala si no en la habitación de Edward, lo vi salir del baño y tomar el celular
dio algunas instrucciones antes de colgar
—Lo siento amor, vuelve a dormir un rato mas
—Que hora es?
—Las dos y cuarto— solo me deje caer de nuevo,
aunque había sido poco me había servido para descansar, la cama se hundió a mi
lado, en un movimiento rápido estaba sobre su cuerpo, me incline para besarlo,
sus manos se colaron dentro de mi blusa haciendo que mi piel se erizara.
—Te amo Eddie— mordí suavemente su labio inferior y
el gruño por la forma en que lo había llamado, sabía que lo odiaba pero amaba
hacerlo enojar con eso
—La amo Sra. Cullen— se giro para quedar sobre mí,
su lengua entreabrió mis labios logrando que un jadeo se escapara, el solo
sonrió por lo que había logrado, sus manos hábilmente habían desabrochado mi
blusa.
Bese la línea de su mandíbula hasta su cuello, deje
que mis manos hicieran lo suyo en un abrir y cerrar de ojos lo tenía sin camisa
deslizando mis dedos por su torso desnudo, estaba contraído marcando cada uno
de los músculos que poseía, se levanto llevándome con él, quedo hincado y yo
con mis piernas a cada lado, hundí mis manos en su cabello, mordió el lóbulo de
mi oreja
—Te deseo— gruño al instante que una de sus manos
empujaba mi cadera contra la suya obligándome a sentir si excitación, gemí con
el solo contacto, mordió nuevamente el lóbulo de mi oreja dio pequeños besos en
mi cuello hasta legar a mi clavícula, la puente de su lengua la delineo
descendiendo hasta llegar al borde de mi sostén, los delineo con pequeños
besos.
Los tirantes de mi sostén se comenzaron a deslizar
por mis brazos dándole mayor libertad, me lo quito para tomar uno de mis
pezones en sus labios, eche mi cabeza hacia atrás conteniendo la respiración y
solo perdiéndome en la sensación que sus labios me brindaban, mi pezón
endurecía con nada roce de su lengua, sus labios lo presionaron suavemente
tirando él, para después pasarse al otro y brindarle la misma atención, deje
que mis manos comenzaran a desabrochar su pantalón, gruño al sentir mi mano
rozar su erección, aun teniendo la ropa puesta podía sentir mi roce.
Me separo de su cuerpo haciéndome gruñir, se
levanto para quitarse el resto de la ropa, no podía acostumbrare a verlo
desnudo, era simplemente perfecto siempre me perdía observando cada parte de
ese escultural cuerpo, como un hombre tan perfecto se había fijado en una chica
como yo, me había acostumbrado a mi nuevo cuerpo que tenia mas curvas pero era
en estos momentos no me sentía muy segura de mis cuervas y menos teniendo a ese
dios delante de mí, me mordí el labio inferior cuando me sonrió con su
característica sonrisa, cerró la puerta para no tener alguna interrupción.
Me levante envolví mis brazos en su cuello y
comencé a besarlo, sus manos retiraron la ultima prenda de mi cuerpo, mi
espalda choco contra la pared junto a la puerta, había sido un poco brusco
—Lo siento amor, yo…
—Solo hazme el amor— susurre sintiendo sus labios
en mi mandíbula, una de sus manos tomo mi seno descendió hasta mi cadera, al
llegar a mi pierna la levanto obligándome a que le colocara en su cintura, la
sostenía sin dejar de acariciarla, choco sus labios con los míos al instante
sus dedos se adentraban en mi intimidad, gemí y el gruño
Sus carias eran en el punto exacto mis piernas
parecían no las sentía no había caído porque él me mantenía abrazada, sus besos
eran húmedos pero los amaba, me alzo para introducirse en mi, un grito abandono
mi garganta, el gruño contra mi cuello, mi espalda golpeo nuevamente la pared
eso había dolido, pero la sensación de sentirlo dentro de mí era más fuerte,
hundí mis manos en su cabello moviendo mi cadera junto con él.
Tire suavemente de su cabello para que levantara su
rostro y poder saborear sus labios, introduje mi lengua para jugar con la suya,
ambos gemíamos a la par, la fricción me enloquecía, me moví mas rápido sentía
que estaba cerca y quería que termináramos a la par, sus gruñidos se hacían más
fuertes, mordió mi hombro justo cuando sentía mis paredes estrecharse alrededor
de su miembro, antes de que algún sonido bastante audible se escapara de mis
labios el coloco los suyos ahogando el grito de placer, al instante lo sentí
terminar, mi frente quedo pegada a la suya, nuestra respiración era irregular,
camino y me dejo sobre la cama, salió lentamente de mi y nos cubrió con las
mantas.
—Edward, creo que deberíamos de levantarnos
—Solo unos minutos mas— hundió su rostro en mi
cuello, envolviéndome entre sus brazos, acariciando suavemente mi piel y dando
pequeños besos
—Intenta seducirme de nuevo Sr. Cullen?
—Es una opción?— sonrió abiertamente y yo negué—
Esta bien tu ganas, pero esta noche en cuanto Evan se duerma tu y yo nos
encargaremos de un asuntito inconcluso
—Solo dormiremos— sonreí al ver que colocaba los
ojos en blanco
—Fue demasiado tiempo lejos, hay muchas noches que
recuperar.
Muy a mi pesar nos vestimos, acomodamos la
habitación y arreglamos nuestro aspecto, entrelace mi mano con la suya, íbamos
a la mitad de la escalera escuchamos a Emmett gritar y después lo vimos pasar
corriendo y Evan detrás de él con una pistolita de agua, intente ir a detenerlo
pero Edward no soltó mi mano
—Un baño no le hará daño a Emmett
Todos estaban en el jardín, reían de ver que Emmett
estaba huyendo de Evan que se divertía de mojarlo, cuando se le terminaba el
agua corría hacia Carlisle que le daba un repuesto para que siguiera, tropezó y
perdió su pistola, Emmett la tomo y mi hijo corrió hacia nosotros, me acerque y
lo tome en brazos y Evan sonrió, con lo que no contábamos es que aun así lo iba
a mojar, solo me salpico un poco pero mi pequeño se quejo y Rose golpeo a
Emmett
Entre de nuevo a la casa para cambiar a Evan, en
este momento es cuando agradecía la obsesión de las chicas por la ropa, habían
traído con ellas un par de nuevas prendas que fueron de gran utilidad.
Esta vez comimos en el comedor ya que con el frio
no lo encontrábamos propio para el pequeño diablillo que pasaba de las piernas
de Esme a las de Carlisle, me había levantado para tomarlo, pero ellos me
habían dicho que lo dejara.
—Bueno ya nos pueden contar como fue que decidieron
casarse sin tomarnos en cuenta
—No creo que haya una explicación lógica, se que lo
encontraran cursi pero en verdad amo a Edward, y decidimos no esperar
—Son buenas razones después de lo que pasaron, pero
eso no justifica que nos dejaran fuera
—Ali, solo fue una ceremonia civil, aun falta la
más importante— sonreí entrelazando mi mano con la de Edward y depositando un
eso en su cuello
—Y para cuando será la gran boda— chillo Alice
emocionada
—Un par de meses— Edward me observo, es algo de lo
que no habíamos hablado pero sabía que estaría totalmente de acuerdo, me gire
hacia él— te paree bien?
—Lo que tú quieras amor— lo ultimo no lo había
dicho en un susurro antes de besarme y como siempre un pequeño cuerpecito viajo
por debajo de la mesa y se metió entre nosotros provocando la risa de todos
—Sigue cuidando a su mami, de las manos de pulpo de
su papi— se burlo Emmett, solo le lance una servilleta, Esme lo regaño por sus
comentarios fuera de lugar, pero eso era lo que lo caracterizaba, nunca
sabríamos que nos diría.
Amaba pasar el domingo en familia, porque eso eran,
me divertía con las ocurrencias de los chicos, disfrutaba ver lo bien que se la
pasaban con las travesuras de mi pequeño, y sobre todo el semblante de
felicidad que había en los rostros de Esme y Carlisle.
La parte más difícil era cuando llegaba el momento
de irnos, Evan corría a esconderse, después de que lo encontráramos se aferraba
a la pierna de Carlisle o de Esme mientras gritaba "No me quiedo id",
la manera de separarlo era haciéndole cosquillas y tomarlo en brazos, ese
trabajo siempre lo hacía Edward ya que se removía mucho en nuestros brazos y a
mi más de una vez me había golpeado con su cabecita sin querer.
En el auto iba con sus bracitos cruzados y haciendo
gestos, el sonido de claro de luna invadió el auto, haciendo que nuestro
pequeño callera dormido, entrelace nuestras manos y como antes cada luz roja se
inclinaba para besarme, no sin antes verificar que Evan siguiera dormido.
Como lo había prometido esa noche fue grandiosa,
estábamos aprendiendo a no ser tan ruidosos de otra manera tendríamos que parar
y eso no era nada agradable, tenía que darle la razón solo necesitábamos
practicar y recuperar el tiempo perdido, tres años no es cosa sencilla pero nos
esforzábamos.
El lunes comenzó como cada mañana, una ducha juntos
para "ahorrar tiempo", eso solo lo cumplíamos cuando en verdad solo
nos duchábamos, pero eso solo sucedía un 15% de las veces.
Apenas entre a mi oficina Megan me llevo hasta la
silla me entrego mi café y comenzó con el interrogatorio de porque no le había
dicho que Edward y yo no solo nos habíamos comprometido si no que ya estábamos
casados, le encanto mi sortija, y aunque me duela admitir a mi me fascinaba,
aunque era un gasto innecesario, con algo más simple hubiera sido suficiente.
Esta sería la última semana de clases para Evan, ya
que venían las vacaciones de navidad, el no paraba de repetir que colocáramos e
árbol ya que si no, no llegarían los regalos, y este año se había portado bien.
El fin de semana iríamos a elegir nuestro árbol
para adornar nuestra casa y de esa manera se sintiera el espíritu navideño,
después de tanto tiempo pasaría una navidad en familia, los tres años pasado me
había gustado y la había disfrutado pero no era lo mismo estar solo con mi
hijo, Ángela, Damián y su novio Dorian, no podía sentirme nerviosa por eso,
pero lo estaba, cuando estaba con mis padres la navidad era asistir a una cena
con todas sus amistades, donde tenía que tener puesta aquella mascara de
frialdad e indiferencia.
—Bella, tu padre está en la línea— agradecí antes
de tomar el teléfono
—Buenas tardes Charlie
—No sé que tienen de buenas
—Para mí lo son, solo hablaba para avisarte que
comenzare a vender mis acciones antes de que se devalúen mas, tengo que
recuperar mi dinero
—No te atrevas a hacer eso
—Puedo hacer eso y más porque son mis acciones
—Pensé que habías desistido de mandarme a la ruina
—Tu lo estabas haciendo muy bien, solo te estás
hundiendo, pero esas acciones no as he movido y no las puedo tener así,
fácilmente las podría hacer crecer pero eso sería ayudarte y es algo que no
planeo hacer, es mejor venderlas
—Dame tiempo— era mi imaginación o su voz se había
transformado en una suplica
—Ok
—un par de semanas me ser…
—Un par de semanas?—me burle— no Charlie, tienes
hasta mañana a las 9 de la mañana
—Qué?
—Buena suerte, que pases una linda noche— colgué
antes de que dijera otra palabra.
Llame a Megan que anoto cada uno de los encargos
que le daba, solo vendería un 10% de las acciones comenzaría con un poco, eso
sería suficiente para hacerme ganar un par de millones al mismo tiempo que los
perdía mi padre y se hundía, ella pensaba que no debía de hacerlo pero era lo
que había esperado por tanto tiempo.
Se acercaba el fin de año y con ello aumentaba el
trabajo, me hacían quedarme más tiempo en el oficina, cuando regresaba a casa
me gustaba encontrarme con mis chicos, jugando con el Wii que le había
comprado, aunque ahora no se si había sido por nuestro hijo o por él, apenas
entre a la casa y lo primero que escuche fueron algunas notas bastante
desafinadas provenientes del estudio donde estaba mi piano, deje mi abrigo en
el perchero y camine sigilosamente hasta ele estudio ahí estaba Evan apretando
las teclas mientras reía
—Ahora quiere aprender a tocar el piano como
nosotros
—Quien te dijo que yo toco el piano?
—Evan, y me dijo que lo haces muy bien, quién lo
diría, eres una empresaria temible, una escritora frustrada, una madre
maravillosa, una esposa ardiente y ahora resulta que tienes un talento para la
música— me rodeo con sus brazos— hay algo que no puedas hacer?
—No se cocinar— sonreí besándolo, me levanto
logrando que lo envolviera con mis piernas
—Sabes me gustan más esta clase de faldas, nos dan
más libertad— reí ante su comentario, estaba utilizando faldas amplias que me
permitían envolver mis piernas en su cintura, las demás ni de chiste lo
permitían.
—Si nos dan más libertad— lo bese sintiendo sus
manos sostener mi trasero— como estuvo su día Dr. Cullen
—Tranquilo, lo más interesante fue cuando un
pequeño diablito hizo correr a algunas enfermeras— enarque una de mis cejas— no
preguntes como lo hizo pero presiono uno de los botones de emergencia, esos que
utilizamos cuando tenemos que actuar rápido, llegaron corriendo y solo lo
encontraron sentado en el piso cubriéndose los oídos por el ruido
—Y no se enojaron?
—Claro que lo hicieron, una de ella quiso
regañarlo, pero cambio de parecer cuando Carlisle apareció para llevárselo, fue
culpa de papá que sucediera, se quedo dando un par de indicaciones y Evan se le
escapo
—Y porque estaba con Carlisle y no contigo, es tu
hijo Cullen
—Mi vida estaba en una cirugía de emergencia y no
dejaría a nuestro hijo con cualquiera, además le dio un poco de diversión al
abuelo Carlisle— se burlo hundiendo su rostro en mi cuello yo solo cerré los
ojos disfrutando la sensación de sus labios
—Lo siento— me gire para ver a Ángela con las manos
cubriéndose el rostro— yo… solo… lo siento de verdad lo siento
—Nosotros somos los que lo sentimos, perdónanos—
dije avergonzada, Edward me dejo de nuevo sobre el suelo y acomodo su ropa
—La cena esta lista
—Gracias, solo vamos por Evan— entre al estudio y
encontré a mi hijo inspeccionando el interior del piano, sus rodillas sobre las
teclas
—Enano que crees que haces?— lo retiro con cuidado,
se lo llevo a que se lavara las manos, yo entre a la cocina para ver que hacía
falta y sentí mi rostro arder al encontrarme con Ángela
—Angie lo siento
—No te preocupes, me alegro de que las cosas vayan
tan bien, pero no es una escena que me guste encontrarme muy a menudo
—No volverá a pasar— sonreí
Después de la cena le di un baño a Evan y Edward se
encargo de que durmiera, me di un baño y me acomode en la cama, lo vi entrar y
acomodarse junto a mí, acomode mi cabeza sobre su pecho en lo que el comenzaba
a cambiar los canales.
—Día duro amor
—Bastante, después de esto quiero vacaciones
—Elige el lugar y nos iremos, me agrada eso,
nuestras primeras vacaciones en familia— lo bese quitándole el control de la
mano, la llevo a mi rostro, me acomode a horcadas sobre el— pensé que estabas
cansada
—Recuerdas que aun tenemos que recuperar tiempo— su
sonrisa torcida apareció en su rostro
La semana había pasado y no podía mas que agradecer
porque el fin de semana lo podía pasar de una manera más tranquila, lejos de
las computadores, los números y todas esas cosas, solo estaría con mi familia,
nos encontrábamos en busca de nuestro árbol, Evan se paseaba por los pasillos
observando cada uno, habíamos decidido que él era el que lo eligiera, claro con
un poco de ayuda, el primero que había señalado era un pequeño, lo había
elegido porque pensaba que cabía en su cuarto.
Un par de horas después íbamos de regreso a casa
con nuestro árbol, todos nos esperaban en casa, apenas llegamos Emmett y Jasper
fueron a ayudar a Edward con el árbol, todos habían decidido ayudarnos en su
decoración.
Fue una tarde muy divertida, desde ver a los chicos
entrar con el árbol, habíamos elegido uno bastante grande para que luciera en
el estudio, lo colocaríamos cerca del enorme ventanal, Alice fue la que eligió
el punto exacto donde iba a ser colocado, los hizo que lo movieran unas veinte
veces lo mas divertido es que solo eran un par de cm. Ellos se quejaban porque
consideraban que estaba exagerando, pero Alice siempre buscaba la perfección.
Habíamos pedido pizzas de las cuales Emmett casi
había terminado con todas, después seguimos con la decoración de toda la casa,
Alice se perdió por cerca de una hora, por lo que junto con Rose fuimos a
buscarla, donde la encontramos?
—Alice Cullen, quieres decirme que haces en mi
armario?— había una montaña de ropa en el suelo y ella seguía revisando mis
cosas como si no me hubiera escuchado
—Creo que te ignora— se burlo Rose sentándose en la
cama y viendo a su cuñada seguir en lo suyo
—Alice!— grite y ella se giro molesta— gracias por
prestarme atención, me quieres decir que es todo esto
—Necesitas un cambio de algunas cosas, no entiendo
cómo es que duermes con estos trajes de abuelita— señalo mis pijamas— ahora
entiendo porque Evan aun no tiene un hermanito
—Qué?
—Si que esta es la razón por la que Evan no tiene
un hermanito— las metió en una bolsa, Rose estaba riéndose abiertamente con las
manos en el estomago y yo solo abría y cerraba la boca ante el comentario de mi
diabólica cuñada.
—Para tu información, las pijamas no afectan en
absolutamente nada, te lo puedo asegurar que ni las nota, siempre esta mas
ocupado en otros asuntos, así que no culpes a las pobres de que Evan no tenga
un hermanito, eso se debe a que ambos nos cuidamos— sabía que había hablado de
mas pero era la única manera de que Alice se mantuviera callada, no le gustaba
escuchar algo en que tuvieran que ver sus hermanos.
—Eso no me interesaba saberlo, con "las
pijamas no afectan" me hubiera bastado— puso los ojos en blanco sin dejar
de sacar las cosas de mi armario
El quejarme le importo poco, yo sacaba las cosas de
las bolsas y ella las volvía a meter, Rose se puso del lado de Alice, así que
opte por sentarme y ver como mi ropa desaprecia en el fondo de un par de bolsas
negras. Como si eso no fuera suficiente rose me entrego una caja enorme
"Es nuestro regalo de Bodas, utilízalo bien", respire profundo antes
de abrirlo, dentro me encontré cerca de 10 camisones de dormir, de los cuales 8
no dejaban nada a la imaginación
—Como planean que los utilice, no dejare que mi
hijo me vea con esto, y no podre salir de la habitación con solo esto— tome uno
azul casi transparente
—No es para que los vea Evan, solo su papi— se
burlo Alice
—No olvides que Evan sigue llegando a nuestra cama
por las noches, ya no es todos los días pero lo sigue haciendo, y a veces me
gusta trabajar en pijama
—Por eso también hay batas—me lanzo una azul que
iba a juego y que debía de llegarme a la rodilla— pensamos en todo hay una para
cada conjunto
Saque cada uno para guardarlos en su sitio, eran
bonitos pero demasiado provocativos, no sabía si me pondría algo como eso, creo
que no había mucha diferencia entre ponerme un camisón o estar desnuda.
Después de cenar todos se marcharon, Evan ya estaba
dormido, había estado tan cativo todo el día que no había tomado su siesta y al
final el cansancio lo había rendido, le coloque el pijama y lo arrope, encendí
su lamparita, al entrar en mi habitación vi a Edward observando el armario, lo
abrace depositando un beso en su nuca
—Dime qué fue lo que sucedió aquí
—Alice deicidio que era tiempo de un cambio y se
deshizo de gran parte de mi ropa
—Al menos la mía no sufrió— me separe de él, tomo
una de sus pijamas y me dejo abriera mi cajón, bufe volviéndolo a cerrar
—Tienes una playera que me prestes?
—Tus pijamas fueron parte de la limpieza diabólica
—Si tus pijamas no están que es lo que hay ahí?—
intente que no lo abriera pero se aprovecho de que era más fuerte y me hizo a
un lado, tomo uno de color rosa pálido y me sonrió
—Deja eso Cullen— se lo quite devolviéndolo al
cajón y cerrándolo
—A mí me gustan
—Entonces úsalos tu— fui a uno de sus cajones en
busca de una de sus playeras y un short mío,
—Es solo que creo que lucirás demasiado sexy en
ellos
—No sé si es mejor usarlo o dormir desnuda, para el
caso es lo mismo
—Cualquiera de las opciones me gusta— comenzó a
desabrochar mi pantalón mordiendo el lóbulo de mi oreja
—Cullen compórtate
—No me digas que no quieres, además hoy fui un niño
bueno— hizo un puchero que me hizo sonreír, envolví mis piernas en su cintura y
él me acomodo sobre el tocador
—Tienes razón fuiste un niño bueno y te mereces un
premio— metí mis manos bajo su camisa, su lengua había entrado en mi boca
buscando la mía, el sonido de su celular lo hizo gruñir lo busco en sus
bolsillos sin despegar sus labios de los míos, cuando lo encontré yo baje hacia
su cuello y reí al notar su voz ronca pero aun serena, dio un par de
instrucciones y colgó
—Pensé que ya no te llamarían tanto y te dejarían
estar un poco mas con tu maravillosa esposa
—Debe de ser algo urgente, tengo que ir— me beso
antes de buscar un suéter y tomar sus cosas— intentare no tardar cielo, duerme
—Con cuidado amor— se despidió y salió con cuidado
Tenia suficiente tiempo así que aproveche y me
daría un maravilloso baño en la tina, necesita relajarme un poco y así lo hice,
me quede dentro de la tina por cerca de una hora, después me coloque la playera
de Edward con mi short, cepille mi cabello y me puse las cremas para antes de
dormir, me metí entre las mantas comencé a buscar algo interesante que ver en
lo que volvía, se termino una película y el reloj marcaba cerca de la media
noche y el aun no regresaba, mis ojos se fueron cerrando hasta quedar
profundamente dormida abrazando una de las almohadas.
Un sonido insistente comenzó a perturbar mi sueño,
estire la mano y descubrí que Edward no había llegado, me estire un poco mas y
apreté el botón del despertador pero nada sucedió, la razón no era el
despertador era mi celular, maldiciendo me levante y en el aparecía la imagen
de Edward pero colgó antes de que pudiera contestar, eran cerca de las 6 de la mañana,
solo esperaba que nada le hubiera pasado, le marque en l que me envolvía en las
mantas
—Hola mi amor, siento despertarte
—Porque no llegaste a dormir?, está todo bien amor?
—No amor, podrías venir al hospital, es urgente
—Te paso algo?— salte de la cama, sintiendo como el
corazón estaba por salirse por la garganta
—No amor yo estoy bien, es tu papá el que no lo
esta
...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario