Uniendo nuestras vidas
—En que piensas?
—No puedo creer que ya se llego el día— lo abrace
colocando mi cabeza en su hombro, el me beso en la coronilla
—La hora de la función está por comenzar
—Que quieres decir con eso?— levante mi rostro para
observarlo
—Solo que el momento que hemos estado esperando
llego, y con se vienen muchas cosas ver que todo salga de acuerdo a lo planeado
y también el lograr que los fotógrafos no se den cuenta, al menos los que no
deben de darse cuenta, va a ser un poco complicado ya que nos verán llegar a
todos – acaricio mi mejilla con el dorso de su mano yo solo deje escapar un
suspiro logrando que su sonrisa se ampliara, el rumor de nuestra próxima boda
se había extendido y habíamos disidido vender la exclusiva a una revista,
"Vanity Fair" había sido la ganadora, lo decidimos cuando diferentes
revistas nos habían enviado sus propuestas y las cantidad que nos pagarían por
ello, cuando lo decidimos aceptar hicimos en una de las mejores no
apareceríamos en cualquiera, y el dinero recaudado sería enviado a una casa
hogar en Londres.
—Tendremos que seguir manteniéndonos discretos, el
día de la boda tendremos buena seguridad, aunque aun insisto que exageraste un
poco en ese aspecto
—Para nada amor, solo quiero que nada arruine
nuestro día
—Claro y por eso casi contrataste a la Interpol ó
al FBI— su risa resonó por el lugar
—Podía hacer eso?—le golpee el brazo sin poder
contener las ganas de reír— solo quiero que todo sea como tú lo deseas, tiene
algo de malo que intente complacer en todo a mi maravillosa esposa
—Eres un adulador— presione mi dedo contra su duro
pecho— pase por alto el detalle de que levantaríamos sospechas llegando todos
juntos
—Amor todo saldrá bien, no me dirás que estas
nerviosa
—Soy la novia, que esperabas—enarque una mis cejas
—Amor fuimos muy cuidadosos tenemos todo cubierto,
sabes que solo la familia y un par de personas conocen la ubicación— asentí,
habíamos manejado todo con total discreción, los invitados sabían que debían de
llegar a Paris, de ahí irían al hotel Ritz desde el que serian llevados a la
estación de trenes hasta Angers y de ahí al hotel, habíamos cubierto todo eso,
pero no pensamos en que las miradas estarían puestas en nosotros cuando
llegáramos juntos.
—No debí decirte nada— se llevo la mano a su
cabello
—No pasa nada amor— acaricie su mejilla, la hundí
en su cabello hasta llegar a su nuca y obligarlo a que se inclinara un poco
para poder besarlo, fue un beso dulce
—Ya me dirás a dónde iremos de Luna de miel
—Mi vida no seas ansiosa, solo déjate consentir—comencé
a besar su cuello— ni intentando seducirme lo lograras
—Oh, vamos— mordí el lóbulo de su oreja
—Lo sabrás el sábado por la noche
—Es injusto, muy injusto
—Nada es injusto mi vida, solo se trata de una
sorpresa— se inclino hasta adueñarse de mis labios, pero poco a poco fue
subiendo de intensidad, acaricio mi costado hasta llegar a mi pierna la acomodo
en su regazo era una clara invitación para que me acomodara sobre él, lo pensé
por unos segundo
—Es que ustedes no se pueden controlar, deberían de
tener un poco de respeto no vienen solos en este avión
—Cállate Emmett— gire para verlo con una enorme
sonrisa en sus labios
—Ya veo porque Evan está con mamá
—El quiso estar con ella, yo solo estoy tratando de
convencer a tu hermano de que me diga donde será la luna de miel—me acomode
nuevamente en mi asiento
—Ese tipo de métodos deberías de utilizarlo cuando
estén solos, no es demasiado agradable venir a esta parte del avión y
encontrarlos en esa posición
—Porque siempre interrumpes, tienes una clase de
radar para llegar en los momentos menos indicados
—Algo así— sonrió y enfoco su vista hacia el
pasillo— ENANO!
—Mami— lo vi bostezar ignorando a Emmett
—Listo para dormir?—asintió colocando su cabecita
en mis piernas, lo abrace acunándole, se acurruco en mis brazos, Edward tomo su
manta cubriéndolo y besando su mejilla, él se pego mas a mi pecho cayendo en un
profundo sueño
—Estas bien Em?—note su mirada puesta en mi hijo
—Es solo que los veo cuidar al enano y se ve que es
una tarea sencilla, no sé si yo seré un buen padre
—Lo serás Em, tienes que estar consciente de que es
un gran cambio, dejaras de pensar tanto tiempo en ti para enfocarlo en esa
pequeña personita, se convertirá en tu prioridad
—No te dio miedo estar sola con el enano
—Estaba aterrada, pero lo único que sabía era que
mi hijo debía de ser feliz y yo me encargaría de hacerlo
—Y lo hiciste amor— Edward me rodeo con uno de sus
brazos pegándome a su cuerpo
—Eres una buena madre, se que Rose también lo será,
pero tengo miedo de que yo no lo sea
—Da miedo pero cuando estés con él sabrás que
hacer, hay una especie de fibra que se activa obligándote a estar siempre para
ellos— señalo Edward— Rose y tu bebé serán aun mas importantes
—Dime que no estaré con la cara de tonto que
siempre tienes tu— se burlo, mi esposo gruño
—Si la tengo es solo por que los amo, ya te quiero
ver cuando seas padre, si amas a Rose la querrás mucho mas por el regalo que esta
por darte, ese personita que cambiara cada aspecto de tu vida, la hará mucho
mejor, más divertida y entretenida, sus ocurrencias son tu mejor paga, el
escucharlo decir papi o una simple sonrisa ilumina tu día
—Jamás creí que te escucharía decir tantas cursilerías—
se acomodo en su asiento
—No son cursilerías Em, es la realidad, mi peor día
deja de importar cuando Evan me llama mami, me da un abrazo, un beso o
simplemente con una sonrisa, es impresionante ver como esta personita es una
parte de ambos, la parte increíblemente perfecta— acaricie la mejilla de mi
bebe que sonrió entre sueños
—Algunos dicen que es muy agotador—coloco sus
brazos sobre sus rodillas, sonreí al notar que ya no era el Emmett el burlón
que nos había interrumpido, ahora solo era un futuro padre que estaba sacando
todas sus inquietudes, esperaba que al menos madurara un poco, pero solo un
poco porque el sentido de humor era el que lo caracterizaba
—No te voy a mentir, los primeros meses son algo
cansado, pero después de un par de semanas conocerás a la perfección cada
detalle de tu bebé, aunque no duermas bien siempre tendrás energía y esa
sonrisa en tu rostro, pero debes de ayudar a Rose es algo que te agradecerá— un
suspiro se escapo de los labios de Edward y sabia cual era la razón, apreté su
rodilla
—Yo no...
—Edward eso es pasado, puede que no estuviste los
primeros años con Evan pero eso cambio, ahora has sido mi apoyo y él sabe que
contigo nada le pasara
—Me hubiera gustado estar en los primero meses
—Eso no lo podemos cambiar, pero te lo compensare
—Si eso me gusta cómo suena
Estuvimos hablando por cerca de una hora, Rose se
había unido a nuestra platica, ambas reímos un par de veces al notar al
grandulón tan vulnerable, mejor dicho estaba asustado y era lo más lógico como
todo padre primerizo, poco a poco fui cayendo dormida solo sentí que Edward me
abrazaba dejando que apoyara mi cabeza en su hombro, apreté el pequeño cuerpo
que se encontraba en mis brazos. Me desperté al sentir unas manitas en mi
rostro, abrí mis ojos
—Mami, quiedo id al bano— me levante sin despertar
a Edward, regresamos sin hacer mucho ruido ya que todos en el avión estaban
profundamente dormidos pero Edward estaba despierto y extendió sus brazos para
tomar a Evan que se acurruco en sus brazos, me acomode junto a él, acomode mi
cabeza en su hombro colocando una de mis manos sobre la suya en esa que
sostenía a nuestro bebé
—Duerme amor— asentí cerrando los ojos
Unos labios que conocía besaron mi mejilla, sonreí
solo oculte mi rostro en el cuello de Edward, su aroma me perforo los sentidos
amaba esta aroma tan masculina y a la vez tan dulce.
—Mami, despierta— de nuevo me beso
—Porque a mí no me dejan dormir un poco mas
—En 5 minutos aterrizaremos— eso basto para
despertar por completo, acomode mi cabello y el de mi hijo que se resistía
—No mami
El avión aterrizo y todos nos preparamos para
bajar, Edward llevaba a Evan que mantenía sus ojitos muy abiertos reconociendo
el lugar donde nos encontrábamos, apenas pusimos un pie afuera y un par de
luces nos dieron de lleno en el rostro lo cual no era nada bueno, entramos en
los autos que nos esperaban y salimos rumbo a un restaurante para desayunar,
cuando estuvimos en la camioneta Edward tomo mi mano y la beso, Esme y Carlisle
nos pedían que nos mantuviéramos serenos que no diéramos indicios de nada,
podíamos decir que solo eran vacaciones.
El desayuno fue agradable, Evan estaba comiendo de
su omelett y de los platillos de Edward y mío, Emmett estaba comiendo más de lo
normal, Edward se burlo diciendo que la que se suponía debía de comer un poco
mas era Rose y no él, le lanzo una mirada asesina y me amenazo con ser viuda y
Rose lo golpeo.
Logramos llegar a tomar nuestro tren sin ver un
solo fotógrafo, eso me relajo, al menos no me preocuparía mas por ellos, esta
vez hicimos cerca de las 2 horas, comimos en la ciudad y nos fuimos directo al
hotel, yo me sentía cansada y por la manera tan inquieta en la que estaba Evan
sabía que el también, estaba un poco irritable, lo dejamos sobre la cama y
pusimos las caricaturas eso comenzó a relajarlo, me di una ducha mientras
Edward hacia un par de llamadas.
Después fue el turno de Evan y al último Edward, le
reproche por estar pegado al teléfono pero solo me beso y claro no dije nada
mas, es en estos momentos cuando odiaba el poder que tenia sobre mí, el sonrió
con suficiencia.
Evan se quedo profundamente dormido, yo no dejaba
de repasar todo lo que teníamos que hacer, al día siguiente después del
almuerzo nos iríamos a revisar los detalles de los arreglos de nuestra boda ,
el sonido de la puerta me hizo ver al dios griego que se mantenía apoyado en el
marco de la puerta con su sonrisa característica, se sentó en la cama, no
espere a que me invitara me acerque y me acomode entre sus piernas con mi
espalda pegada en su pecho.
—Todo bien?
—De maravilla, solo un poco nerviosa, pero es lo
normal, creo —entrelace nuestras manos
—Yo también estoy nervioso quiero que todo sea
perfecto, además de que muero por ver el vestido y las demás sorpresas que me
ocultas— me reí por lo bajo
—Tendrás que esperar, así como yo tengo que esperar
para saber lo de la luna de miel
—Te das cuenta de que esta el última noche que
pasamos juntos, ya que mañana dormiremos separados
—Pero después no tendremos porque separarnos, será
solo una noche— suspire, al recordar ese detalle, nos harían dormir en
habitaciones separadas
—Eres increíblemente tentadora
—Cuidado en esas manos Cullen, tenemos visita así
que debes de comportarte—gruño
—No hemos estado juntos en 5 días
—Solo tienes que soportar 2 noches más
—No tengo más opción, pero ten por seguro de que
nos aseguraremos de recuperar ese tiempo perdido—asentí sonriendo
Nos acomodamos entra las cobijas, Edward me
envolvió en sus brazos, al poco rato sentí como el pequeño cuerpo de mi hijo se
acomodaba cerca del mío, fuimos despertados por nuestra pequeña duendecilla que
nos obligo a salir de la cama a las 7, quise matarla por no permitirnos dormir
un poco mas, Evan fue el único que parecía no importarle ya que él había
dormido lo suficiente, desayunamos en el restaurant del hotel para después
marcharnos a nuestro destino, nos habíamos dividido en 3 autos, no podía hacer
más que observar el paisaje que se extendía delante de mis ojos, pero la
realidad es que mis pensamientos estaban repasando cada detalle por
insignificante que este pareciera.
—Relájate— sentí los labios de Edward en mi muñeca
—Estoy relajada— mentí y el negó
—No lo estas amor, estas en otro mundo—enarque una
ceja intentando aparentar estar molesta—Evan tiene más de 5 minutos intentando
captar tu atención, pero tú no reaccionas— me gire de inmediato en mi asiento
para ver a mi hijo que me sonrió
—Perdóname cielo—tome su manita— que es lo que
estabas diciéndome?
Solo quería saber a dónde íbamos, y saber si Max
estaría bien, había insistido en hablarle por teléfono, Edward y yo no pudimos
evitar sonreír, le explicamos que él no podría contestar así que prometió que
lo enseñaría, mi hijo era único.
En menos de 20 minutos estábamos entrando a la
propiedad, había un número significativo de vehículos, y muchas personas entrando
y saliendo por la puerta principal, me gire hacia mi esposo que me regalo una
dulce sonrisa, se estaciono en el lugar más cercano que encontró y en el que
sabía que no estorbaría, en el rostro de todos vi una enorme sonrisa, aunque en
su mayoría todos ya habían visto el lugar por fotografías no se comparaba con
verlo de cerca.
—Que esperamos vamos a verlo por dentro— pidió
Alice, mi hijo que me mantenía tomada de la mano halo de mí, me hizo correr
hasta la entrada, apenas entramos y me encontré con Pierre que seguía dando
indicaciones
—Isabella— me beso ambas mejillas y note la
irritación de mi hijo
—Solo Bella— mi pequeño celoso me pidió que lo
abrazara y sonreí al ver que sus manitas acariciaban mis mejillas, en el lugar
que Pierre me había besado, solo pude reír
Edward llego a mi lado y se presento con Pierre,
igual sucedió con resto de la familia, nos mostro la manera en que estaba
arregladas la mayoría de las cosas, Evan se había marchado para estar en los
brazos de Carlisle quien parecía sumamente divertido por lo que le decía el
pequeño, me gustaba como estaban quedando todo y por la sonrisa de Edward sabia
que también era de su agrado.
Los chicos desaparecieron después de llevar algunas
cosas a las habitaciones que ocuparíamos, no me gustaba para nada la idea de
tener que dormir sola el día hoy, Alice había amenazado que de ser necesario
ella me haría compañía, pero que no dejaría que Edward se acercara a mi
habitación, esta noche era el ensayo. Solo quedamos las chicas, les agradecí
que me mantuvieran entretenida, el escucharlas hablar me hacia olvidarme un
poco de mis nervios, nos habíamos acomodado en el jardín viendo como arreglaban
cada detalle.
Después de comer y arreglar unos detalles para cena
de ensayo, Alice nos obligo a marcharnos a nuestra habitación para arreglarnos,
después de la ducha me encontré con una emocionada Alice que me entrego el
vestido que tenía que usar.
Cerca de las 8 escuche un par de golpes a mi puerta
y fue abierta dejando al descubierto a mi guapo esposo, acorto la distancia con
un solo par de pasos o mejor dicho zancadas y me beso de manera apasionada,
deje mis manos en su cintura mientras las suyas seguían a cada lado de mi
rostro
—El maquillaje— chillo Alice haciendo que
rompiéramos ese magnífico beso, me había emocionado de ver a Edward aparecer
por mi puerta, que había olvidado el detalle de que cierta duendecilla estaba
en el baño
—No pasa nada, está intacto creo…— reí por lo bajo
—Actúan como si no se fueran a ver en semanas y por
si no se han dado cuenta solo será esta noche— señalo mientras volvía a pintar
mis labios
El ensayo paso de manera rápida, eso o era
simplemente el hecho de que nuevamente me perdí analizando que todo estuviera
en orden, la cena estuvo deliciosa la música que amenizaba era clásica un conjunto
de chicos que tocaban de maravilla.
El momento que menos quería llego, cerca de las 10
todos nos despedimos deseándonos buenas noches, mi padre se acerco tímidamente
y me beso en la mejilla, las cosas iban mejorando, todo esto lo estaba haciendo
para demostrar que no era igual a él y por mi hijo que le gustaba pasar tiempo
con él, podíamos mantener una conversación cordial pero hasta ahí.
—Buenas noches mi vida— me gire para encontrarme de
frente con Edward, casi podía apostar a que el sentía el mismo vacio que sentía
crecer en mi interior
—No sé que tienen de buenas— hice un mohín
—Aun puedo ir a robarme a la novia cuando todos
estén dormidos
—Ni lo pienses Edward, ya despídanse no se verán
hasta que estén en el altar— quise matar mi cuñada pero deje de lado mis
pensamientos asesinos y envolví mis brazos en la cintura de Edward, el se
inclino atrapando mis labios, fue suave pero a la vez incitaba a querer mas
mucho mas, pero eso no era posible al menos no hoy mañana seria otra cosa
—Te amo
—Y yo a ti amor— roce sus labios y me incline a
besar a nuestro pequeño que acababa de llegar, el pasaría la noche con Edward
—Buenas noches corazón, descansa y cuida de papi—
me dio un par de besos y pido que Edward lo abrazara, Alice prácticamente me
arrastro a mi habitación, me coloque una pijama y me metí entre las mantas
Alice se me unió al poco tiempo
—Duerme que no quiero que mañana tengas ojeras—
sentencio
—Lo dices como si fuera tan fácil, ya quiero ver
cuando sea tu turno si es tan sencillo como crees
—No entiendo porque ambos están tan nervioso, ya
están casados, Edward aunque intente disimularlo también lo está— suspire y
apreté las mantas contra mi pecho
—Alice es que no se si deba de hacer esto, y si es
un error?
—¡¿Isabella Marie Sw... Cullen, que demonios estas diciendo?!— se levanto de la cama de un salto y encendió la luz
—Es solo que…
—Como puedes decir algo así, Edward te ama que hay
de Evan y…— no pude más y solté una carcajada
—Alice como puedes creer algo así, amo a tu hermano
y la relación que tenemos— ella me lanzo una almohada y su mirada se notaba el
susto y el enojo
—No vuelvas a decir algo así
—No te negare que tengo miedo, siento que esto es
un sueño y que pronto despertare de nuevo sola y lejos de todos
—Esto no es un sueño es una realidad, estas por
casarte con Edward aquel chico que la primera vez que viste le diste una
cachetada— sonreí al recordar eso
—Quien lo diría, me case con el chico que llame
entrometido y que le pedí que se comprara una vida para dejar de meterse en la
mía
—Ustedes ya estaban destinados a estar juntos, de
que otra manera explicas que después de todo lo que les toco vivir estén
uniendo sus vidas
—Ahora entiendo porque Rose me decía que no debía
de dudar de ti
—Ahora solo quiero que te relajes y descanses, no
creo que a Edward le haga mucha gracia ver a su esposa con un par de ojeras
—Y si él se arrepiente?
—Bella, el no te haría eso, tu y Evan son todo para
él, deja de pensar cosas absurdas y solo duerme que mañana será el gran día
Escuche que mi amiga se dormía en cuestión de
minutos, me reí por lo bajo al recordar su rostro cuando le dije que no estaba
segura de casarme con Edward, como podía haberse creído eso que no sabía lo
mucho que lo amaba y que por el sería capaz de cualquier cosa, cambiaria mi
vida si de ella dependiera que el siguiera vivo, mi hijo era igual o más
importante, ambos eran mi vida mis dos grandes amores.
Sentí que las mantas me eran quitadas de manera
brusca, abrí los ojos para pelear con quien se había atrevido a despertarme de
esa manera tan inhumana, que no sabía que había otra clase de métodos mas
sutiles.
—Buenos días hija— los brazos de Esme me rodearon y
sobre su hombro vi a Rose y su madre y junto a nosotras estaba Alice con las
mantas en su mano
—Buenos días
—Vamos a desayunar en la terraza y será mejor que
lo hagas ahora, te daras un baño porque en poco más de una hora vendrán a darte
un masaje para que te deshagas de esa tensión— Alice me obligo a levantarme y
me llevo hasta la pequeña terraza donde estaba el desayuno de todas, desde ahí tenía
una hermosa vista, se veía la enorme carpa que había sido colocada en el jardín
esta tenía un par de candelabros y había también una pista en el centro, mas
tarde bajaría para ver como lucia, el sonido de mi celular me hizo regresar, lo
tome y sonreí al ver de quien se trataba
—Hola amor
—Como pasaste la noche?
—Bien, pero te extrañe— vi que Alice rodaba los
ojos, Rose estaba lo suficientemente entretenida comiendo su fruta para
prestarme atención pero tanto como Esme y Giselle tenían una mirada tierna en
su rostro
—Yo también y puedo decir que Evan también lo hizo
—Paso mala noche?
—No cariño, solo que repitió tu nombre un par de
veces, está acostumbrado a sentir tu calor
—Y donde está ahora?
—Va rumbo a tu habitación, dijo que quería ver a su
mami y me abandono
—Isabella desayuna— Edward soltó una carcajada al
escuchar la voz de su hermana
—Creo que será mejor que te deje antes de que
cierto duende maléfico se enfurezca
—Si creo que si— suspire, sabía que no lo
escucharía y mucho menos lo vería hasta que fuera hora
—Te estaré esperando en el altar— reí
—Claro ahí nos veremos, seré la de blanco— reí a la
par con él, nos despedimos y colgué
Apenas había tomado mi tenedor cuando escuche la
puerta de mi habitación ser cerrada con más fuerza de la necesaria
—Estoy afuera corazón— me levante y vi correr a mi
pequeño que amplió su sonrisa llego a mis brazos y me beso un par de veces,
amaba la efusividad que ese pequeño cuerpecito albergaba, lo baje para que
saludara a las demás, cuando termino regreso junto a mí y ambos compartimos mi
desayuno, mi apetito se había escabullido, los nervios regresaban y eso hacía
que se formara un nudo en mi estomago
Evan se marcho con Esme cuando llegaron a darme el
masaje, el cual debo de agradecer fue simplemente lo que necesitaba, intente
salir de mi habitación pero las chicas me lo impidieron, alegue de que solo
quería a ver la decoración, ambas me dijeron que era simplemente hermosa, ellas
se encargarían de que todo estuviera como yo quería, lo más lejos que había
logrado llegar era a la puerta de la habitación de al lado.
Solo había logrado comer un poco de ensalada,
habíamos contratado a un estilista y maquillista para que nos arreglara a
todas, las primeras habían sido Esme y Giselle, y después fue mi turno, aunque
sabía que eran unos expertos no pude evitar pedir que no exageraran, quería
lucir lo más natural que fuera posible, acomodaron mi cabello en un moño, me vi
al espejo y sonreí me gustaba lo que veía.
A solo una hora de que al fin mi sueño se
realizara, las chicas entraron ya con sus vestido, ahí fue con note que a Rose
ya comenzaba a notársele su pancita era un pequeño bultito que en un par de
semanas se haría mucho mayor.
—Vamos Bella es hora de que te pongamos ese vestido—
lo vi extendido sobre la cama era simplemente divino, entre al baño y me
coloque la lencería que utilizaría y la liga, con ayuda de todas estuve dentro
del vestido en menos de 10 minutos, no podía dejar de observarme en el espejo.
—Hija, toma esto es para ti— tome la cajita que me
extendía Esme, la abrí con cuidado y ahí dentro estaba una hermosa tiara.
—No puedo aceptarla, además le corresponde a Alice—
Esme sonrió y negó
—Cariño yo solo soy la mensajera, esta tiara la
manda tu padre, junto con esta nota— tome la nota y la abrí con cuidado
Bells, sé que no soy quien para exigir que la
utilices, pero es una tiara que ha estado en nuestra familia desde siglos y es
una tradición, entiendo si prefieres no utilizarla, pero sería un orgullo que
la llevaras, si te tranquiliza tu madre no la utilizo, espero que la utilices.
Charlie
—Es perfecta— señalo Alice, sabía que era mucho más
hermosa que la que habíamos elegido— la usaras?
—Si— me ayudaron a colocarla, utilice unos
pendientes discretos y una gargantilla un poco más llamativa pero no exagerada
solo para dar ese toque elegante, el velo era largo, estaba sostenido de la
parte inferior del peinado.
Me quede un tiempo frente al espejo viendo a la
hermosa mujer que estaba ahí de pie, era imposible que esa chica fuera yo,
había algo diferente y no me refiero al vestido ni a la manera en que estaba
arreglada, había algo mas, era como si me estuviera viendo por primera vez y
podía decir que era hermosa.
—Está todo bien?— pregunto Esme tomando mi mano
—No creo que el vestido blanco sea muy adecuado en
esta situación— me reí
—Lo dices por Evan?—asentí— el color no importa
—Es hora, los invitados ya están en la pequeña
capilla— los nervios habían regresado, baje lentamente con la ayuda de Esme y
Alice, entre al cuarto continuo, estaba nerviosa, la idea de que pudiera
despertar en cualquier momento ahí seguía, un par de golpecitos en la puerta me
hicieron saltar y Rose soltó una pequeña risita
—Solo faltan 10 minutos— anuncio Carlisle
regalándome una enorme sonrisa— Hija debo de decir que luces muy hermosa
—Gracias— fue ahí cuando vi que no iba solo mi
padre estaba aun con la espalda pegada en la puerta, tenía una enorme sonrisa y
los ojos cristalinos, desde que Edward y yo habíamos anunciado nuestra boda le
había pedido a Carlisle que fuera él quien me entregara, pero ahora no sabía si
debía de seguir así o…
—Hija no crees que Charlie será el más indicado—
observe sorprendida a Carlisle, es que acaso podía leer mis pensamientos
—No— con mis manos comencé a jugar con el vestido,
Alice me obligo a dejarlo
—Nosotras nos vamos a nuestros lugares— dijeron las
chicas que me dieron un beso para desaparecer por las puertas, Esme me entrego
el Bouquet que era de rosas blancas y tulipanes, le agradecí dándole un fuerte
abrazo beso mi frente y desapareció por la puerta dejándome ahí solo con
Carlisle y Charlie
—Bells— me gire y vi a mi padre a solo un par de
pasos— Debo de admitir que luces realmente hermosa, eres bella por naturaleza
—Gracias Charlie— suspiro y vio su reloj
—Sera mejor que vaya a tomar mi lugar— me dio un
pequeño beso y dio media vuelta, me gire para ver a Carlisle quien sonrió
asintiendo
—Char… Papá— se giro con una cara de total
sorpresa, hacia tanto que no lo llamaba de esa forma, para mí solo era Charlie
y él se había acostumbrado a no escuchar esa palabra de mis labios
—Dime
—Se que aun tenemos nuestras enormes diferencias
pero…
—Quieres que sea yo el que te entregue?
—Si— regreso y me abrazo con cuidado
—Muchas gracias Bells, cada día me demuestras la
gran mujer que eres, me alegro de que no seas como este viejo que no fue más
que un egoísta, te quiero mi pequeña
—El maquillaje…— sentí los ojos humedecerse sabia
que el maquillaje no se correría pero no quería tener los ojos rojos
—Es hora— bese a Carlisle en la mejilla y él me
devolvió el gesto
La música comenzó a sonar, eran unos finos acordes
de piano y violín, apenas las puertas se abrieron y al final vi a mi dios
griego que amplió su sonrisa, sabía que también estaba feliz por ver que era mi
padre el que me acompañaba, el me lo había sugerido pero había dicho que no, la
capilla estaba arreglada de manera sencilla con una cantidad considerable de
flores, rosas, tulipanes, Casablanca. Note varias miradas todas ellas igual de
sorprendidas pero ningún reproche, en los brazos de Esme estaba Evan que lucía
muy guapo en un pequeño traje, note que nos deteníamos y vi que estaba frente a
Edward, mi padre deposito mi mano sobre la Edward
—Cuídala como lo has hecho hasta ahora, eres un
magnifico hombre y sé que serás un excelente padre
—Téngalo por seguro— nos giramos y sentí que sus
labios acariciaban mi mano
La ceremonia comenzó, los nervios se estaban
disipando gracias a Edward su aroma llenaba mis sentidos, su pulgar acariciaba
mi mano para relajarme, nos girábamos de vez en cuando y en sus ojos notaba ese
hermoso brillo, hicimos nuestros votos viéndonos de frente perdiéndonos en la
mirada del otro, sabiendo que cada palabra era una realidad y que nos jurábamos
amor eterno.
—Ahora puedes besar a la novia— sentí mi visión
borrosa, pero era debido a las lagrimas que se habían acumulado, una de las
manos de Edward acariciaron mi mejilla y me acercaron a sus labios, de esa
manera sellamos la promesa que nos acabábamos de hacer, juramos amarnos,
durante el resto de nuestra vida, los aplausos no se hicieron esperar, separamos
nuestros labios mas nuestras frentes seguían unidas
—Te amo— dije contra sus labios
—Te amo— ambos sonreímos y notamos un par de luces
dar contra nosotros, vi la sonrisa de nuestros amigos y de nuestra familia,
salimos entre una lluvia de pétalos, la mayoría nos felicito, me alegro ver que
todos los que habíamos invitado estaban ahí, Megan tenia lagrimas en los ojos y
qué decir de John y Grace, ambos me felicitaron por mi matrimonio y por que las
cosas mejoraban con mi padre, estaba recibiendo un abrazo por parte de uno de
los amigos de Edward cuando escuche la vocecita mas hermosa
—¡MAami!
—Donde te habías metido corazón— lo abrace
apretándolo entre mis brazos el solo sonrió
—Estaba con mi abuedito chali— lo bese y pronto
sentí un par de brazos que nos rodeaban a ambos
—No hay un abrazo para tu papi—cambio mis brazos
por los de Edward que lo lanzo hacia arriba y el sonrió fascinado
—Ahora si toda una Cullen— los fuertes brazos de
Emmett me rodearon y me levantaron un par de centímetros mientras Rose abrazaba
a Edward
—Si toda una Cullen
—Luces fantástica— correspondí el abrazo de Jasper
y agradecí por sus palabras y por todo lo que había hecho por mí, cuando Alice
me abrazo comenzó a dar pequeños saltitos logrando que varios rieran
Fuimos cerca del lago donde nos tomaron un par de
fotografías con el sol ocultándose, el brillo de nuestros ojos era único, sus
ojos verdes brillaban de una manera única y sabia que debía de tener ese mismo
brillo, mi sonrisa podía ser tonta pero no me importaba era feliz, por primera
vez podía decir que era completamente feliz, tenía todo lo que deseaba y mas,
en un par mas apareció Evan, el no podía estar fuera, era parte de nuestra
felicidad, era el que nos había unido de nuevo, el que me había levantado y
mantenido cuerda.
Llegamos a la recepción y como es tradición la
primera pieza la bailamos nosotros, me dirigió al centro de la pista, con una
mano rodeo mi cintura y a otra tomo una de mis manos, yo solo deje mi mano
descansar sobre su pecho, una melodía que no reconocí al instante comenzó a
sonar.
—Hasta mi final—susurre al reconocer la letra, el
asintió, sus labios rozaron mi oreja logrando que un escalofrió me recorriera
—Es perfecta al igual que tu— dejo su frente
descansar sobre la mía, su mano que estaba tomando la mía, la dirigí hasta mi
cintura donde descansaba la otra, libere la mía y envolví su cuello, me pego
más a su cuerpo y comenzó a cantarme al oído "Hoy te prometo amor eterno,
ser para siempre tuyo en el bien y en el mal, hoy te demuestro cuanto te quiero
amándote hasta mi final".
Baile con Carlisle que no dejo de decirme que para
él siempre yo sería una hija mas, Jasper solo me trasmitió su tranquilidad y
prometió siempre estar ahí para ambos, Emmett no perdió la oportunidad de
intentar avergonzarme con alguno de sus comentarios y agradecerme por la
plática que habíamos tenido hace un par de días, al final baile con mi padre
que me pidió perdón nuevamente y prometió intentar ganárselo, lo cual era más
que un hecho cada una de sus acciones así lo demostraban.
Cuando termino la pieza Edward se acerco a nosotros
y mi padre se retiro dejando con Edward, nos dirigimos a una de las mesas donde
estaban algunos de sus colegas, fue hasta ese momento que vi la decoración del
lugar, era exactamente como lo había imaginado, era simple pero con un toque de
elegancia y clase, el castillo estaba iluminado a nuestras espaldas dando ese
toque mágico, los centros de mesa eran hermosos, reí al escuchar que un par de
chicas me preguntaban cómo hacer para conseguirse un esposo como el mío,
"El me encontró", fue lo único que dije y Edward deposito un beso en
mi coronilla sonriendo
Evan se unió a nosotros, mantenía mi mano tomada en
una de las suyas, sentí un pequeño tironcito y me incline hacia él
"Podemos id a ve el patel", asentí y lo lleve hasta el pastel que se
veía delicioso, estiro su manita y lo probo yo solo reí
—Primero la cena y después el postre— me beso y se
inclino a tomar un poco mas
—Ese enano es un tramposo— susurro Edward lo
suficientemente alto para que lo escuchara, me lo quito de los brazos y lo alzo
logrando que riera
—Veo que no mentían en decir que era una copia de
su papá
—¡Jake!— abrace a mi amigo que me recibió en sus
brazos dio un par de vueltas y beso mi coronilla
—Como te extrañe— tomo mi rostro entre sus manos y
beso mi frente
—Mi mami— reí al escuchar a mi pequeño, estiraba
sus bracitos para poder alcanzarme, lo tome y me abrazo pegando su mejilla a la
mía sin perder de vista a Jake
—No solo se parece físicamente, también es igual de
celoso
—Solo me cuidan— gire mi rostro para besar la
mejilla de mi hijo
—Me da gusto verte de nuevo y saber que estas tan
bien, luces bellísima como siempre
—Donde te habías metido?
—Conseguí un muy buen trabajo en Alemania, estuve
ahí por un tiempo pero ya estoy de vuelta en Nueva York, cuando la prensa hablo
de tu regreso no lo podía creer y mas cuando vi que no era sola, vi ciertas
imágenes de Edward con este pequeño— revolvió su cabello, el intento alejarse
pero no pudo— La pregunta es donde te metiste por 3 años
—Estuve en Londres
—Estuviste tan cerca
—Gracias por venir Jacob, sabía que sería una
excelente sorpresa para Bella
—No creas que ya se me olvido lo que le hiciste,
fuiste un estúpido
—Cuida tu lenguaje Jacob— lo sentencie señalando a
mi hijo
—Solo digo la verdad, que tu lo perdonaras no
significa que yo lo haga, se que tu lo hiciste por el mini—Cullen
—Es Evan, al principio me engañe diciéndome que era
por Evan, pero la realidad es que lo amo, y lo que nos paso nos ayudo a darnos
cuenta de que nuestro lugar es estar juntos
—Solo espero que esta vez no lo arruines
—No lo hare Jacob, no estoy dispuesto a perder a mi
familia— rodeo mi cintura pegándome a su cuerpo y beso mi mejilla
—Si lastimas a cualquiera de los dos no dudare en
darte nuevamente tu merecido y ten por seguro que esta vez de mandare al
hospital
—No tienes de que preocuparte no soy tan es… tonto
para arruinarlo de nuevo
—Hola Bella— saludo Leah efusivamente, me dio un
abrazo sin aplastar a Evan que seguía en mis brazos
—Leah, no sabía que seguían juntos
—Juntos y comprometidos— me mostro su anillo, era
sencillo y hermoso, la abrace nuevamente y también a Jake, cosa que no le
agrado a mi hijo que lo aventó con sus manitas
—Eso es grandioso
—Dime es imaginación mía o es que Rose…— señalo su
barriga
—Si ella está embarazada
—Los Cullen no pierden el tiempo— se burlo mi amigo
—Cállate Jake
—Ya regreso la Bella mandona
—Nunca se ha ido— le dije sonriendo, ambos se
disculparon para ir a saludar a los demás, mi hijo comenzó a pedir de cenar y
yo no pude más que secundarlo apenas y había comido debido a los nervios y
ahora ya me estaba pasando la factura
La cena fue simplemente deliciosa, había satisfecho
hasta el paladar más exigente y eso e hacía sentir bien, todos nuestros
invitados estaban contentos. Después de la cena bailamos un par de piezas más,
en otras se nos unió nuestro pequeño que se aferraba a mi cuello, el tiempo se
pasó volando, solo sentí una mano sobre mi hombro y me gire separándome de
Edward
—Es hora, tienes que ir a cambiarte, no diseñe ese
vestido para que viajes con él— reí ante el comentario de mi embarazada amiga
—Ya entendí, ya voy— me separa de mis dos hombres
favoritos bese los labios de mi esposo y las mejillas de mi hijo, seguí a Rose
hasta la habitación que había utilizado, sobre la cama había un traje de falda
amplia que me llegaba un poco más arriba de la rodilla un saquito a juego que
se ajustaba a mi figura y unas zapatillas altas de tacón de aguja, Esme me
abrazo y me pidió que me divirtiera que disfrutara de nuestra luna de miel, que
ella se encargaría de Evan y Max, que nos llamarían un par de veces, baje por
las escaleras principales y ahí al pie vi a Edward que se había cambiado ,
llevaba un jeans, una camisa y un suéter a juego, estaba de cuclillas hablando
con Evan que parecía un poco triste y yo sabía la razón, pero también sabía que
estaría en muy buenas manos.
—Está todo bien?— me acomode junto a ellos
—Los voy a estañar, puedo habales
—Claro corazón las veces que quieras, no olvides
hacerles caso a tus abuelitos, a tus tías y Ángela
—Si mami
—Te queremos Enano, veras que ni vas a darte cuenta
del tiempo que no estuvimos
—Si me quieden?
—Te amamos cariño— lo abrace y Edward nos abrazo
—Ya váyanse o el tren y el avión los dejara— chillo
Alice, Esme me quito a Evan que comenzó a llorar, me partió el corazón dejarlo
así, junto a la puerta del auto estaba mi padre que me abrazo y me pidió que me
divirtiera y me olvidara de todo lo demás, prometió que él estaría visitando a
Evan lo cual me pareció un gesto muy amable
La carretera estaba vacía y gracias a que mi esposo
manejaba a una velocidad un poco alta llegamos en 15 minutos a la central de
trenes, lo ayude a bajar nuestras cosas, era de noche y estaba un poco cansada,
él me abrazo logramos dormir hasta llegar a Paris y de ahí al aeropuerto, nos
habíamos encontrado con un par de fotógrafos que nos preguntaron sobre nuestra
visita relámpago, pero evitamos decir cualquier cosa, registramos nuestras
cosas y nos fuimos a la sala de espera en la cual duramos cerca de una hora,
—Ahora si me puedes decir a donde vamos?
—La primera parada serán las Islas griegas, más
exactamente Santorini, veras que te fascinara
—Primera parada?— enarque una ceja, beso mis labios
para no responder, era una táctica que utilizaba para evadir mis preguntas y
debo de admitir que me gustaba
Nuestro vuelo estaba por salir, lo abordamos como
siempre pedí junto a la ventanilla, el me rodeo con su brazo para que me
acomodara en su pecho y así poder dormir, muchos pensaban que era una posición
un tanto incomoda, pero para mí no lo era, era reconfortante estar así con él,
escuchar los latidos de su corazón, sentir como subía y bajaba su pecho, su
aroma.
Desperté al escuchar que estábamos por aterrizar,
acomode mi ropa y mi cabello, fuimos de los últimos en bajar del avión, fuimos
por nuestro equipaje y me sorprendió que fuera del aeropuerto ya nos esperaba
un automóvil, fue un trayecto de un poco más de media hora, llegamos a un hotel
que a simple vista se notaba seria hermosa, un chico nos dio la bienvenida y
comenzó a bajar nuestro equipaje.
Nos registramos y nos llevaron a nuestra suite,
Edward abrió la puerta y antes de que cruzara la puerta me tomo en brazos y me
deposito con cuidado en la cama, me beso dulcemente, escuchamos un par de
golpes en la puerta indicando que nuestras cosas habían llegado, aproveche que
él fue a abrir para dirigirme a la puerta que llevaba a la terraza, aun era muy
temprano, apenas serian las 5 por lo que el cielo estaba oscuro pero eso no
evito que se pudiera apreciar el mar Egeo en toda su extensión.
—Te gusta?— rodeo mi cintura y beso mi nuca
haciendo que mi piel se erizara
—Es maravilloso amor, me encanta— coloque mis manos
sobre las suyas— voy al baño
—No tardes— fui directamente a mi maleta y tome un
pequeño conjunto que había elegido para la primera noche, me di una ducha
rápida me envolví en una tolla y observe el conjunto era de encaje en un color
azul aqua, un sujetador de media copa una coqueta tanga y una bata transparente
larga que dejaba al descubierto mi cuerpo solo se sujetaba bajo de mi pecho,
deje mi cabello suelto en sus finas ondas, me vi un par de veces al espejo
antes de salir, no sé porque estaba nerviosa Edward ya me había visto con menos
que esto, pero la razón era simple quería que fuera perfecto.
Regrese a la habitación que estaba iluminada con
una tenue luz, camine hacia la puerta de la terraza , ahí mirando al infinito
estaba mi esposo, el piso de cantera estaba tibio, me acerque sigilosamente y
lo abrace por la espalda, su camisa estaba abierta por lo que con mis dedos recorrí
suavemente su pecho, bese su nuca y el sonrió girándose, note su mirada
penetrante y su sonrisa torcida y sexy.
—La espera valió la pena— sus dedos se deslizaron
suavemente por mi abdomen a los costados hasta llegar a mi espalda y
presionarme contra su cuerpo, se inclino para besar mi frente, mis nariz, la
comisura de mis labios y finalmente su lengua acaricio mis labios que se
entreabrieron dándole la bienvenida, me separe de él
—Como me veo?— di una vuelta de manera lenta para
que viera el conjunto
—Todo en ti me gusta, aunque debo de decir que
prefiero lo que hay debajo— se inclino para besarme solo coloque un dedo sobre
sus labios y comencé a caminar hacia el interior de nuestra habitación, sonrió
y me siguió, en un par de pasos el me hubiera alcanzado pero me siguió el
juego, deje que mis piernas chocaran con la cama y comencé a acomodarme sin
apartar mi vista de la suya, lo llame moviendo solo un dedo, se acerco
lentamente, casi como si me estuviera acechando, subió a la cama gateando hasta
llegar a mí, acomode mis piernas a cada lado de su cuerpo.
—Te amo— tome su camisa y lo obligue a inclinarse
hacia mí, rompí el espacio que nos separaba y tome sus labios entre los míos,
me termine de recostar en la cama, el mantuvo su peso en una de sus manos mientras
que le otra comenzó a hacer su recorrido, acaricio mi rostro mi cuello, solo la
yema de sus dedos bajo rozando mi seno de ahí se desvió hacia el costado, llego
hasta mi pierna hasta mi pantorrilla la levanto y la coloco en su cintura.
Coloque mis manos sobre su pecho subí hasta sus
hombros y deslice su camisa por sus brazos, nos separamos por falta de oxigeno
y él se separo de mi cuerpo incorporándose para poder deshacerse de su molesta
prenda, hábilmente lleve mis manos a su pantalón y lo desabroche, deslizo sus
manos de mis rodillas hasta mi vientre siguió hasta mis senos, desanudo la fina
bata, me la quito con sumo cuidado, rozo nuevamente mis senos, solo pude cerrar
los ojos y deje escapar un jadeo.
Poso sus labios en la piel entre mis senos, sus manos
deslizaron los tirantes de mi sujetador, arquee mi espalda y el desabrocho la
molesta prenda y me la quito de manera lenta, mordí mi labio ante la sensación,
gemí al sentir como sus labios se cerraban alrededor de uno de mis pezones y
con la otra le brindaba atención al otro.
Suavemente se separo provocando que abriera los
ojos y me encontrara con su mirada oscurecida por el deseo, beso mi vientre un
par de veces y continuo hasta llegar al borde de mi tanga, levante mi cadera al
notar sus dedos en los extremos tirando delicadamente hasta lograr quitarla,
subió besando por mi pierna, al llegar al interior de mis muslos aguante la
respiración, su lengua rozo mis pliegues y ahí fue cuando gemí mas fuerte y eso
pareció excitarlo mas sus roces se hicieron más profundos, sus labios se
cerraron en ese pequeña protuberancia que me dejo la mente en blanco, solo
podía disfrutar de las caricias intimas que me estaba proporcionando, introdujo
uno de sus dedos, acaricie su cabello con una mano y con la otra apretare las
mantas debajo de mi cuerpo, repetí su nombre entre jadeos, era la única palabra
que podía salir de mis labios,
—Edward…— chille al sentirme tan cerca, introdujo
un dedo mas y continuo con su tarea intensificando los movimiento de su lengua,
pronuncie su nombre un par de veces más con mayor dificultad, mi cuerpo se
contrajo y un grito se desprendió de mi garganta al llegar a un maravilloso
orgasmo, mi respiración era errática y mantenía los ojos cerrados.
—Simplemente perfecta— beso mis labios, sentí mi sabor
aun impregnado en sus dulces labios, su erección choco contra mi vientre
haciéndome jadear, deje mis ojos puestos en los suyos, estaban oscuros pero
brillantes
—Te necesito mi amor, hazme el amor
—Cuantas veces me lo pidas— unimos nuevamente
nuestros labios dejando que nuestras lenguas danzaran a ritmo de una melodía
apasionante, lo ayude a quitarse el resto de la ropa que aun cubría su cuerpo,
quedo hincado sobre la cama, tomo mis manos y me obligo a levantarme, coloque
mis manos en sus hombros y me deslice por su dureza, eche mi cabeza hacia atrás
jadeando sintiendo como se abría paso en mi interior, nos quedamos quietos un
par de segundos solo viendo nuestros ojos, comencé a moverme logrando que
jadeara, sus manos se ciñeron a mi cadera ayudándome a impulsarme.
Me movía rápidamente escuchando sus jadeos
directamente en mi oído, de pronto me detenía y hacia mis movimientos más
lentos haciendo que tardara un poco más en llegar, el me impulsaba para que me
moviera mas rápido pero me resistía, el escuchar mi nombre entre sus gemidos me
mantenía al borde del placer, nos movimos rápidamente sintiendo como mi
interior se contraía y él se tensaba, ambos gritamos un "te amo" para
llegar al clímax.
Envolví su cuello sintiéndolo aun dentro, nuestra
respiración ere entrecortada y nuestros cuerpos estaban cubiertos por una fina
capa de sudor, beso mi cuello y la parte inferior de mi mandíbula.
—Espero que no te importe que te mantenga encerrada
en esta habitación
—Planeas mantenerme cautiva?— enarque una ceja
sonriendo
—Tiene muchas comodidades, además no olvides que
tenemos que recuperar el tiempo perdido y todas aquellas ocasiones que hemos
sido frustrados— beso mi cuello
—Dijiste que esta era la primera parada, que mas
tienes en mente— me recostó con cuidado saliendo de mi y cubriéndome con una de
las mantas, se acomodo de lado dejando su cabeza apoyada en una de sus manos,
acaricio mi rostro— Edward planeas contestar?
—Estaremos aquí unos 3 días, después iremos a Roma,
Venecia, un par de días en Paris, Londres y regresaremos a Nueva York
—No crees que es demasiado
—Mi vida, necesitamos un tiempo para nosotros
solos, además nuestro hijo está en excelentes manos
—Pero…
—Deja todo en mis manos amor, solo quiero que
disfrutes
—Contigo a mi lado es imposible no hacerlo, te amo—
se inclino para besarme dulcemente— Edward, creo que deberíamos de aprovechar
estos días solos para cumplir nuestra tarea
—Si no estás muy cansada sigamos en la busca de
nuestra princesa— su sonrisa y el brillo de sus ojos dejaba claro lo mucho que
anhelaba la llegada de un nuevo bebé, y yo haría hasta lo imposible por
dárselo, la vida comenzaba a sonreírnos.
...
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