No me dejes caer: Capítulo 50


 Frustración y Boda doble


Sonreí sin abrir los ojos, solo sentía sus labios sobre la piel desnuda de mi espalda, había perdido la noción del tiempo, habíamos hecho el amor dos veces antes de que nos quedáramos profundamente dormidos y parecía que él se había recuperado, sus dedos sustituyeron las caricias de sus labios, comenzó a hacer círculos, gire mi rostro sin despegarlo de la almohada y ahí me lo encontré con su rostro apoyada en una de sus manos y sonriendo.


—Buenos días Hermosa

—Que hora es?— pregunte acercándome más a él y depositando un beso en su pecho

—Importa la hora?

—No, en realidad no importa

—Algo que desees hacer?— aunque la habitación estaba privada de luz, esta se colaba por pequeñas aberturas

—Parece que está haciendo un maravilloso día, sería malo si desperdiciáramos el sol

—Pensé que pedirías que no saliéramos de la cama— se inclino para besar mis hombros, mi cuello, mi mandíbula y finalmente mis labios

—También sería muy malo si no disfrutáramos de los beneficios de esta maravillosa habitación

—No tienes hambre?

—Un poco, quieres salir o prefieres servicio a la habitación— pregunto acariciando mi rostro

—Salgamos a comer y bien después podemos regresar y seguir donde nos quedamos— le sonreí levantándome llevándome conmigo la sabana

—Va a algún sitio Sra. Cullen?

—Me daré una ducha

—No quieres tener quien te frote la espalda—deje escapar una risita

—Muy tentadora oferta amor, pero no lo creo conveniente si planeamos salir de esta habitación, por si no te has dado cuenta eres irresistible y dudo que solo nos limitemos a una ducha— tome mis cosas para entrar al baño, amaba a ese hombre, pero odiaba el control que tenia sobre mí, una caricia me hacía temblar, una palabra arrancaba mis suspiros…

Me di una ducha rápida y me coloque uno de los bikinis que traía, era de un color negro y encima un vestidito rojo, apenas abrí a puerta, Edward se acerco y me dio un beso y entro a tomar una ducha.

Salí a la terraza y pude admirar la vista por completo era simplemente hermosa, el color azul del mar Egeo, la brisa golpeaba mi rostro moviendo mi cabello y mi vestido, solo pude cerrar los ojos y disfrutar del momento.

—Lista para ir a comer?— asentí y tome la mano que me extendía.

La ciudad era grandiosa, un lugar pintoresco y lo mejor de todo en el cual podíamos andar con libertad y disfrutar de nuestra privacidad, la comida fue exquisita pero lo mejor era la compañía. Antes de regresar a hotel paseamos por las calles de la ciudad, era una isa de belleza natural, para donde miraras encontrarías algo pintoresco e interesante que ver.

Regresamos al hotel dejamos nuestras cosas en la habitación y nos dirigimos a la terraza a disfrutar de la piscina que además tenia una excelente vista al mar azul, Edward me ayudo a ponerme el bronceador para poder entrar al agua, me acomode en la orilla solo metiendo mis pies y comprobar que el agua estaba deliciosa, un poco de agua cayó sobre mi cuerpo el causante mi adorable esposo que se había lanzado al agua, lo vi emerger y debo de admitir que tenia la mejor vista, se acerco lenta y seductoramente hasta dejar sus manos en mis pierdas.

—Planeas quedarte ahí solo observando?— rodee lo ojos

—Eres demasiado engreído amor

—Pero aun así me amas— subió sus manos hasta mi cintura y me hizo entrar a agua

Me sumergí para mojar el resto de mi cuerpo, nadamos un rato, me detuve en la orilla para observar el mar, deje que mi cuerpo flotara, sus brazos me rodearon y dejo descansar su barbilla en mi hombro, su nariz rozo mi cuello

—Me pondré celoso

—Hmm

—Tu atención está puesta en el paisaje y dejas a tu adorado esposo queriendo un poco de atención

—No me puedes negar que es un paisaje realmente hermoso, pero si dedo de elegir, sin duda me inclino hacia mi tentador esposo—susurre echando mi cabeza hacia atrás quedando apoyada en su hombro

Comenzó a hacer círculos sobre mi vientre y su respiración daba contra mi piel provocando un escalofrió, me pegue más a su cuerpo, llevando una de mis manos hasta su cabello, incline mi cabeza para darle mayor acceso, uno que aprovecho, mordió sutilmente mi cuello logrando que un jadeo se escapara de mis labios.

No es difícil de imaginar que fue lo que sucedió a continuación, deje que sus labios y sus manos se movieran sobre mi cuerpo, mis piernas envolviendo su cintura dejando que cada movimiento a pesar de ser lento era profundo y exquisitamente delicioso, jamás me cansaría de estar así con él y lo mejor de todo es que sabía que ahora no nos separaríamos y podíamos sentirnos cada vez que lo quisiéramos, él era mío así como yo era solamente de él.
Mi espalda quedo pegada en el azulejo de la piscina, mis piernas aun seguían rodeando su cintura y mis rostro en el hueco de su cuello tratando que mi respiración se normalizara al igual que mis latidos.

—Como estas?—susurro aun con su voz ronca

—Perfectamente— levante mi rostro para quedar frente a él

—Jamás me cansare de ti amor

—Sabes me he dado cuenta de que eres insaciable— el sonrió y enarco una ceja

—Es que tengo a la esposa más tentadora, eres simplemente mi perdición

—Y tú eres la mía, Te amo

—Y yo a ti mi vida

Vimos como el sol se ocultaba, ahora entendía porque nos habían dicho que era un espectáculo que no debíamos de perdernos, era simplemente sensacional, ver como el mar azul pasaba a ser de un color naranja mientras el sol se ocultaba.

Salimos para darnos una ducha rápida y poder ir a cenar a un restaurante en el cual ya teníamos reservaciones, cada detalle era magnifico, era como estar en un sueño.

La noche se nos paso en un abrir y cerrar de ojos, estábamos recuperando todo el tiempo perdido y aprovechando que no había peligro de ser interrumpidos, teníamos todo el tiempo para disfrutar uno del otro, de gozar cada una de las sensaciones que el otro provocaba, descanse mi cabeza en su pecho sintiendo sus dedos acariciar mi espalda, la luz de la luna era la única luz que penetraba la habitación y bañaba nuestros cuerpos, las palabras salían sobrando, una mirada era suficiente o una caricia.

Esa noche dormimos poco, pero eso no me importo y sabia que a él tampoco, era nuestro tiempo juntos, uno que sabíamos que no se repetiría en mucho tiempo.

El sonido de su celular me hizo despertar, me moví lentamente pero él fue mas rápido sentí su pecho rozar mi espalda para alcanzar e teléfono que descansaba en la mesita de noche, contesto y por la sonrisa que se escapo de sus labios supe de quien se trataba

—Hola enano— se acomodo de nuevo en su sitio y al notar que estaba despierta coloco el altavoz

—Papi!

—Como estas enano?

—Bien, hace dato fuimos po Max a la casa

—Hola amor, como estas?— escuche un gritito al escuchar mi voz, eso me agrado

—Mami, te estaño

—Yo también corazón, te extraño mucho— cubrí mi pecho con la sabana y me senté junto a Edward que seguí sosteniendo el teléfono

—Y que hay de mi enano, no me extrañas?

—Si papi, cuando deguesan?

—En un par de días amor—escuchamos la voz de Esme que lo llamaba, el solo grito un "voy"

—Ve con tu abuelita amor, nos veremos pronto no olvides que te amamos— nos envió un beso y colgó

Ese día fuimos a las playas a pasar el día, note la cantidad de miradas que mi esposo levantaba, el no dejaba de sonreír me mantenía cerca de él, lo besaba constantemente, mi inseguridad estaba saliendo a flote y eso parecía divertirlo. El se levanto por un par de bebidas prometiendo que no le haría caso a ninguna chica, se estaba burlando de mi inseguridad y sabía que eso lo odiaba, pero no le importo, un chico no dejaba de observarme y comenzó a hacerme sentir incomoda, lo vi acercarse y fingí que no me había percatado, seguí con la vista fija en el barco que se veía a lo lejos.

—Hola, como es que una chica tan linda esta aquí sola— se sentó sin preguntar

—No está sola y te agradecería que te alejaras de mi esposa

—Lo siento, no sabía – se levanto y se alejo, Edward se acomodo junto a mi entregándome mi bebida, solo sonreí

—Que te parece tan gracioso?

—Amor estas celoso?— lo abrace besando su pecho

—Viste la manera en que te estaba observando?, nadie tiene derecho a verte de esa manera, eres mi esposa

—Gracias por quitármelo de encima, en verdad que me hizo sentir incomoda

—Siempre te cuido mi vida— sus labios se unieron a los míos, sin querer el mismo estaba alejando a las chicas que mantenían su vista puesta en el, les quedaba claro que él era solo mío

El resto del día paso sin mayor inconveniente, me arrastro hasta entrar al mar, como la última vez que habíamos estado juntos en la playa, envolví mis piernas en su cintura y me aferre a su cuerpo como si mi vida dependiera de ello.

Ya habían pasado 2 semanas y nuestra luna de miel se había terminado, habían sido las 2 semanas más relajantes que había tenido en años, había descansado del trabajo, pero nuestra actividad nocturna había pasado de 6 a un completo 10, sin interrupciones ni preocupaciones.

Escuche que anunciaban nuestra llegada al aeropuerto JFK de la ciudad de NY, estaba ansiosa de estar en la ciudad para ver a mi hijo, habíamos hablado todos los días con él, pero no era lo mismo escucharlo que poder verlo y abrazarlo. Esperamos que llegara nuestro equipaje y salimos donde ya estaba mi chofer esperando para llevarnos a casa.

Fuimos a casa para tomar nuestro auto y así poder ir por Evan, tomamos el flamante volvo de mi esposo, llamamos a Esme para avisarle que ya estábamos en la ciudad y que íbamos camino a casa, no podía quitar la sonrisa de mi rostro, quería estrechar a mi hijo entre mis brazos, ya solo estábamos a un par de calles cuando note que Edward giraba hacia el lado contrario, me extraño pero no dije nada, tal vez se trataba de un atajo pero estábamos yendo hacia el lado opuesto.

—Edward a donde vamos?

—Haremos una parada primero, tengo que llegar por un par de cosas a casa de Joe

—No podemos hacerlo después, quiero ver a Evan— hice un mohín

—Sera rápido mi vida— beso mi mano, no tuve otra alternativa más que asentir

Dio un par de vueltas mas hasta quedar de frente de una reja, se acerco hasta donde estaba el timbre, una voz femenina fue la que respondió y solo dijo "Edward Cullen" y la chica lo dejo pasar, se estaciono fuera de la puerta principal, era una residencia realmente hermosa, desabroche mi cinturón y acepte la mano que me extendía para ayudarme a salir, la puerta se abrió y por ella aparecía un chica de tez morena pero con una enorme sonrisa, nos invito a pasar y nos indico la sala en lo que ella llamaba al amigo de Edward, entrelazo nuestras manos y me guio hasta la sala, era una casa realmente hermosa estaba decorada de una manera elegante pero sencilla, la escalera doble le daba un aire sofisticado

—Es una casa muy hermosa— dije observando cada detalle, deposito un beso en mi frente y me hizo entrar a la sala, me detuve en seco en el marco de la puerta

—Edward, que…que es esto— me gire para verlo con una enorme sonrisa, se inclino para besarme, tomo mi mano y sentí que en ella depositaba algo duro, cuando nos separamos abrí mi mano para ver qué es lo que me había entregado, ahí había un juego de llaves

—Bienvenida a tu nueva casa amor— me gire nuevamente a la imagen que estaba sobre la chimenea, una fotografía de nuestra boda

—Es preciosa— me lance a sus brazos , presione sus labios contra los míos y sus brazos me rodearon fuertemente levantándome del piso

—Este es mi regalo de bodas, creo que para nuestros planes es más indicada una casa que un Pent—house

—Estoy de acuerdo con ello, pero tenemos que dividir los gastos

—Estas loca Isabella, hasta cuando vas a comprender que todo esto corre por mi cuenta

—Edward estamos en pleno siglo XXI, así que podemos dividir los gastos, me diste una camioneta, apenas y me dejaste que invirtiera en la boda y ahora pretendes que acepte esta casa

—Cuando nos casamos, te dije que ibas a aceptar cada uno de los regalos que te diera, esto es de ambos y para nuestra familia

—Pero…—coloco un dedo sobre mis labios

—Dime que es lo que tengo que hacer para que aceptes

—Permíteme pagar la mitad de la casa

—Un 10% es lo más que puedo aceptar

—Estas negociando conmigo— envolví mis brazos en su cuello y el sonrió— no crees que tienes las de perder

—He aprendido un par de cosas de mi esposa

—Pero eso no te hace apto para negociar conmigo

—Al menos lo intento— acune su rostro para besarlo

—Mami!— me libere de los brazos de Edward para recibir a mi hijo en mis brazos, había crecido un par de centímetros, y su hermosa sonrisa adornaba su rostro, lo levante dejando que me envolviera con sus bracitos y sus piernitas, lleno mi rostro de besos— te estañe mami

—Yo también amor, mucho— lo bese un par de veces ganándome una hermosa sonrisa

—Como siempre me siento desplazado— hizo un puchero logrando que Evan le extendiera sus bracitos mientras reía

—Te quiedo papi

—Y yo a ti enano

—Que hermoso momento familiar— rodee los ojos, como siempre Emmett arruinaba el mejor momento

Pronto me encontré en los brazos de una duendecilla que no paraba de llenarme de preguntas, como se la pasaron?, que lugar te gusto más?, fueron de compras?, descansaron?, nos extrañaron?, que te pareció la casa?, quieres hacerle algunas modificaciones?, Rose solo se comenzó a reír al escuchar el montón de preguntas, abrace a mi rubia amiga quien lucía un poco mas gordita pero igual de radiante, Esme se acerco con su enorme sonrisa y me envolvió en sus brazos, después fue turno de Carlisle, Jasper y por ultimo Emmett quien prácticamente me dejo sin aire

—Tienes que contarnos todo— asentí, me incline para acariciar la cabeza de nuestro cachorro, Max se había acercado hasta donde estaba.

Evan tomo mi mano y me llevo a dar un paseo por la casa, era grande y muy hermosa, en la parte superior contaba con 5 habitaciones, la principal tenía un armario del tamaño de una habitación pero lo que más me sorprendió es que había una cantidad desmesurada de ropa nueva, un nuevo tironcito me obligo a salir a la pequeña terracita que daba a la parte trasera de la casa, un hermoso jardín y una piscina.

La habitación de Evan era más grande que la que tenía en estos momentos, las otras habitaciones estaban decoradas de manera sobria, el hometeather era más grande que el que teníamos con anterioridad, la cocina era simplemente grandiosa era una lástima que fuera tan mala en esa área, teníamos una pequeña biblioteca que bien podía ser utilizada como estudio, el comedor tenía una excelente vista al jardín.

La casa era simplemente maravillosa, abrí la puerta para salir al jardín y el primero en salir corriendo había sido Max, había unas pequeñas escaleras para llegar hasta el jardín y la piscina ahí me encontré con todos que se preparaban para la comida, una parrillada, los chicos se hicieron cargo de preparar la comida, mientras las chicas me invadían de preguntas.

—Cuéntanos como estuvo la luna de miel, espero que hayas tomado muchas fotografías

—Simplemente perfecta— tome un sorbo de mi limonada— y si tomamos muchas fotografías pronto se las mostrare

—Que lugar te gusto más?— pregunto una duendecilla que tenía su vista puesta en mi

—Cada lugar tenía su encanto, Santorini te deja sin aliento, lo mejor es disfrutar sus atardeceres son únicos, ver como el sol se funde en el océano dando esas tonalidades naranjas además la luz de la luna acentúa el azul tan hermoso que posee, Roma es una ciudad llena de historia y arte pero no por ella menos hermosa, que puedo decir de Venecia, la ciudad de los canales, las góndolas le dan ese detalle romántico y no podemos olvidar la magnífica plaza de San Marcos— suspire al recordar nuestros paseos en góndola cuando la noche estaba cayendo, estar en sus brazos sintiendo los latidos de su corazón y su aroma invadir mis sentidos.

—Esa mirada nos dice que hubo cosas demasiado interesantes en esos lugares

—Las hubo, Paris la ciudad más hermosa, elegante y espectacular, llena de sitios magníficos y no me refiero a las tiendas— le lance una mirada a mi cuñada que abrió y cerro la boca sin decir una sola palabra, pero Rose y Esme rieron abiertamente— me refiero a esos lugares que lo caracterizan la Catedral de Notre—Dame, los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo, la Basílica del Sacré Cœur, el Arco de la Defensa, la Ópera Garnier o el barrio de Montparnasse, el Louvre, el Museo de Orsay y el Museo Nacional de Historia Natural de Francia.

—Fueron a museos?— Alice me miro sorprendida

—Cuenta que solo los hayamos visto por fuera?— todas rieron, Esme asintió y ambas chicas negaron, al darse cuenta de ello todas volvimos a reír

—Los paseos nocturnos por Avenida de los Campos Elíseos, pero también fuimos de compras a Avenue Montaigne donde se encuentran tiendas como Chanel, Dior, Givenchy pero ahí no termina después fuimos al Distrito de Comercy o mejor conocido como el distrito de Paris de la alta moda, fuimos a la opera donde presenciamos L'Elisir D'Amore, cenamos en el Jules Verne ubicado en la segunda planta de la Torre Eiffel deje escapar un suspiro no por la maravillosa cena que habíamos compartido, si no por lo que había sucedido esa noche, cuando pensaba que había sido de la manera más perfecta él me demostraba que podía mejorar, es por eso que cada noche juntos significaba una experiencia nueva para amarnos, sin ataduras, sin restricciones, solo tiempo para nosotros, dejando que nuestros cuerpos reaccionaran a las caricias del otro

—Reacciona Bella— vi una mano moviéndose frente a mis ojos, sentí mis mejillas arder, me había olvidado de donde estaba para recordar lo que había sucedido, me gire para encontrarme con la mirada de Edward solo me guiño un ojo y yo susurre un "Te amo"—Bella, estamos aquí

—Lo siento, después fuimos a Londres, ahí solo estuvimos 2 días, fue mas una parada para arreglar la venta de mi casa ahí, aunque no negare que es una ciudad que me encantaba sé que mi lugar está aquí junto a todos ustedes—tome la mano de Esme— jamás podría separar a mi hijo de sus abuelos, en general de toda su familia y menos ahora que pronto tendrá un primito o primita con quien jugar— Rose se sonrojo y acaricio su pancita

—Y que hay de los planes de darle un hermanito?— mis mejillas se encendieron y Esme presiono mi mano, desvié mi mirada hacia Evan

—Lo estamos intentando…

—Vez mamá, pronto tendrás muchos nietos, Jasper y yo decidimos que después de casarnos lo intentaremos— le sonreí a mi cuñada, en su mirada se notaba la ilusión de tener un bebé, podía ser algo hiperactiva y desquiciante algunas veces pero sabía que sería una excelente madre, lo sabia al ver el trato que tenia con mi hijo, el único inconveniente que veía es que ese bebé se convertiría en su muñeco y apostaría que lo cambiaria muy a menudo.

—Hablando de boda hay algo que no sabes Bella— solo con la mirada cuestione la frase de mi rubia amiga

—Nos casaremos juntas, ya sabes, será una boda doble— completo Alice haciendo que una sonrisa bailara en sus labios

—Eso es grandioso, puedo ayudarles en lo que necesiten— me ofrecí

—Habíamos pensado que tú podrías ayudarnos a elegir la decoración del lugar y podrías darnos una buena opción para un buen Chef— pidió Rose de manera tímida

—Ténganlo por seguro, ustedes me avisan cuando quieran que comencemos

—En realidad podrías irlo haciendo ya, hemos decidido que nos casaremos en mes y medio— abrí los ojos con sorpresa

—Pensé que querías esperar a que tu bebe naciera— mire a Rose

—Con Emmett lo pensamos mejor y decidimos que queremos que cuando nuestro bebé nazca ya estemos casados, es por eso que decidimos hacerlo al mismo tiempo que Alice, si tú que la organizaste en un mes fue perfecta dos semanas más serán suficientes— note el nerviosismo en la voz de Rose

—Mañana mismo comenzare a trabajar en ello— les sonreí— será en la ciudad?

—En realidad será en Miami, en una mansión que posee uno de los tíos de Rosalie, es realmente hermosa y muy bien ubicada, además la playa es privada

—Suena grandioso, moveré mis contactos y encontrare al mejor chef

La plática se centro en la próxima boda, ambas tenían ese brillo en su mirada y solo me recordaban a ese que yo había tenido hace apenas un par de semanas, sabia la ilusión que representaba una boda, ellas me habían ayudado y yo haría todo lo posible para que su día fuera igual o mucho mejor que el mío.

La comida fue grandiosa, había extrañado el compartir estos momentos en familia, tener a mi hijo en mis piernas mientras comíamos, los comentarios con doble sentido de Emmett, las miradas de advertencia de Rose, la sonrisa traviesa de Alice, el semblante serio de Jasper que a su vez lograba trasmitir esa tranquilidad y la mirada de inmenso amor que compartían Esme y Carlisle, cada uno de ellos hacia de mi familia, la familia perfecta.

Esta era nuestra primera noche en nuestro nuevo hogar, me sentía extraña pero me acostumbraría, bien me podía acostumbrar a estar en esta nueva casa. Después de que todos se hubieran marchado, le dimos un baño a nuestro hijo que no estuvo muy de acuerdo con ello, acomode a Evan en mi regazo mientras Edward le leía un cuento para que se durmiera, pero parecía que aun tenía demasiada energía como para poder hacerlo, obligo a que Edward se detuviera para escuchar algunas de lo que había hecho durante nuestra ausencia, la escuela había sido demasiado interesante y todos sus amiguitos se habían sorprendido del gigante que fue por él un par de veces, "Tío Em, asuto a mis amiguito, decían que eda enome", poco a poco fue cayendo en un profundo sueño, lo recosté con sumo cuidado para no despertarlo, le di un beso y encendí su lamparita de noche, Max solo levanto su cabecita al vernos salir y se acurruco entre las mantas de su camita.

Estaba agotada, el viaje siempre lograba agotarme, en estos momentos lo único que deseaba era poder dormir, acurrucarme en los brazos de mi esposo y dejar que el calor de su cuerpo fuera el que me calentara, me coloque una pijama un short y una blusita de tirantes gateé hasta meterme entre las mantas, fue ahí cuando vi que Edward seguía de pie con la espalda pegada en la puerta, su sonrisa curvada ahí estaba, se deshizo de su ropa quedando solo en bóxer y se metió en las mantas junto a mi

—Cansada?— me acurruque junto a él, deje mi mano descansar en su pecho y una de mis piernas entre las suyas

—Agotada

—Duerme amor— asentí dejando que mis ojos se cerraran y hundiéndome en un sueño profundo, solo me desperté al escuchar el llanto de Evan, Edward fue mas rápido y salió antes que yo, encendimos la luz del pasillo y ahí lo encontramos aferrando su osito y Max detrás de él

—¿Que sucede enano?— lo tomo en brazos y entro de nuevo a nuestra habitación

—Me pedí— se acurruco junto a mí, yo solo lo abrace

—Ahora solo vuelve a dormir corazón— asintió cerrando sus ojitos, todos nos quedamos dormidos.

Al día siguiente solo nos levantamos para llevar a nuestro pequeño a la guardería, de ahí desayunamos y fuimos a arreglar la venta del Pent—house, antes de medio día Edward tuvo que asistir al hospital para ver a un paciente era un hombre importante que se negaba a dejar que cualquiera lo revisara, él pedía a mi esposo por ser el mejor en su área, me pidió que me adelantara a casa porque le tomaría mas tiempo, me dio las llaves de su auto para que fuera por Evan, conduje con cuidado, después de darle vueltas al asunto e detuve en una farmacia y compre una prueba de embarazo, estaba impaciente por saber si al fin nuestro sueño se había cumplido. Aproveche que aun no llegaba para hacer la prueba, el resultado era negativo deje escapar un suspiro, tendríamos que seguir intentándolo lo cual era bueno.

La semanas fueron pasando, habíamos regresado a nuestra vida habitual, levantarnos temprano para llevar a Evan a la guardería, cada uno ir a su trabajo, me sentía feliz de ver como la carrera de Edward seguía en ascenso, personajes importantes no solo del espectáculo sino también de los negocios y del gobierno había solicitado que fuera él el encargado de realizar sus intervenciones, lo único malo es que había tenido que viajar un par de veces, pero siempre regresaba a dormir.

Ayudaba a las chicas con los preparativos de la boda, me habían mantenido bastante ocupada, las tardes las pasaba en la casa de Esme con la planeación, ya estaba todo listo, lo que había representado una mayor dificultad había sido la elección del vestido, Rose estaba maravillada con su hermosa pancita pero no le agrado que fuera tan visible con su vestido que casualmente era blanco, ella había rodado los ojos al momento que todas habíamos pedido que fuera de ese color y no del perla que ella pedía, este fin de semana seria el gran día y las chicas estaban nerviosas que digo nerviosas mejor dicho histéricas.

Mi trabajo seguía siendo el mismo, estar entre números, cuidando inversiones, compra y venta de acciones. Mi padre estaba sufriendo por la separación de Renée, a lo mejor ella no había sentid el amor que había profesado un día, pero él si la había amado y por eso estaba sufriendo, ella se había valido de manipulaciones para lograr quitarle una buena parte de su fortuna y un par de propiedades, fue eso lo que me impulso a mí a ayudarlo para que recuperara su trabajo, y de esa manera saliera de la depresión que estaba por aparecer, se que él no me había ayudado a mi cuando lo necesite, pero él no tenía a nadie más que a mí y mi familia. Nos asociamos para que pudiera recuperar un poco de lo que mi madre le había arrebatado.

Me encontraba frente al espejo terminando de arreglarme, mis ojos se notaban un poco apagados hace apenas unas horas había realizado una nueva prueba de embarazo y seguía siendo el mismo resultado, no entendía que es lo que estaba sucediendo, un par de brazos me rodearon y beso mi cuello

—¿Que sucede amor?— negué con un simple movimiento de cabeza, dejando escapar el aire atrapado en mis pulmones, tome un par de pendientes —No me engañas hermosa— me giro dejándome frente a él, pegue rostro en su pecho conteniendo las ganas de llorar, lo único que él deseaba y yo no se lo podía dar, se que teníamos a Evan pero yo quería tener un nuevo bebé para que el pudiera disfrutar de lo que yo lo había privado, levanto mi rostro para encontrarme con su mirada dulce que solo provoco que regresara la vista al suelo—Bella…

—No es nada— roce sus labios y me dispuse a salir de la habitación— debemos darnos prisa o tus hermanos nos mataran

Habíamos pasado una cena grandiosa en compañía de nuestros amigos, lograron que olvidara lo que había estado rondando mi mente, las chicas no dejaban de sonreír ya que al día siguiente se irían directamente a Miami, nosotros llegaríamos por la tarde. Nos despedimos fuera del restaurant y solo pude decirles que todo saldría bien que no debían de preocuparse por nada, ellas asintieron me abrazaron antes de subir a sus autos y marcharse, nuestro camino a casa fue en silencio, nuestras manos iban entrelazadas, me gire hacia él y lo bese antes de bajar, pasamos primero a la habitación de Evan para comprobar que seguía dormido, Max apenas escucho que la puerta era abierta se levanto, pero al ver que se trataba de nosotros regreso a su cama.

Al entrar a nuestra habitación tome uno de mis camisones y me encerré en el baño, desmaquille mi rostro, cepille mi cabello, lave mis dientes y regrese a la habitación, Edward ya estaba en la cama con la espalda recargada en las almohadas y sus manos detrás de su cabeza, me acomode en mi lado de la cama y me cubrí con las mantas, me mantuve en la orilla dándole la espalda, solo le desee buenas noches y apegue la luz de mi mesita de noche, mis ojos me ardían, pero no podía llorar, no quería que Edward se diera cuenta de que no sé porque razón no podía quedar embarazada, un ligero sollozo se escapo de mis labios y solo me hice un ovillo entre las cobijas, sentí como el colchón se hundía a mi lado y la luz se encendió de nuevo, cerré los ojos lo único que quería era dormir, escapar a ese lugar donde algunas veces podía sostener una pequeña bebita en mis brazos.

—Tenemos que hablar— negué sin abrir los ojos y dándole la espalda

—Solo dejame dormir—intente cubrirme con las mantas pero el me lo impidio

— No sé qué te sucede pero quiero saberlo, me preocupas mi vida, tengo días notándote extraña— volví a negar y me acurruque mas en las cobijas, sus manos se deslizaron por mi costado hasta llegar a mi cintura y me obligo a girarme, apreté mis ojos y mordí mi labio— mi amor sabes que puedes decírmelo

—Es tan dificil que me dejes dormir— le dije de manera cortante, es que el no se daba cuenta de lo dificil que era para mi este momento, pero claro como se iba a dar cuenta de ello si no tenia la mas minima idea de lo que estaba sucediendome

—Solo quiero saber porque estas a la defensiva, solo es una simple pregunta

—Edward, lo… lo siento— pegue mi rostro en su pecho y sin poder evitarlo deje que las lagrimas se escaparan de mis mejillas y un sollozo saliera de mis labios

—Tranquila amor— llore por unos minutos hasta que logre tranquilizarme— Ya me puedes decir que es lo que te tiene así?

—Dejalo no es nada

—Mi amor tu no lloras de la nada, estas muy callada, tu mirada esta apagada y esperas que no me preocupes

—Esta tarde me realice una nueva prueba de embarazo y sigue saliendo negativa, que es lo que está mal conmigo— sus manos tomaron mi rostro y con sus pulgares limpio mis mejillas, beso mi nariz

—Mi vida, no hay nada mal contigo, el momento llegara cuando menos lo esperemos, deja de reprocharte

—Pero…

—No quiero volver a ver esa carita triste amor, nuestro bebé llegara cuando menos lo esperemos, deja de pensar en ello— me beso de manera lenta pero con mucha pasión, logro que mi cuerpo se relajara y solo me dejara guiar por el movimiento de sus labios y su lengua, se separo de manera lenta— Solo vamos a dormir amor, descansa.

El vuelo había sido bastante entretenido, Evan iba totalmente emocionado porque estaría en la playa, le había hecho prometer a Edward que lo ayudaría a construir un castillo de arena, que estarían juntos en la piscina y al mar.

La mansión era simplemente magnifica y la decoración la hacía resaltar, mis amigas lucían felices pero nerviosas por lo que se aproximaba, la cena de ensayo fue perfecta, me divertí tanto al ser ahora yo la que las mantenía lejos de sus futuros esposos, aunque eso implico estar lejos del mío, él solo sonrió divertido al darse cuenta que lo único que estaba buscando era hacer que sintieran los mismo que yo había sentido.

Las obligue a dormir a pesar de que se habían resistido a hacerlo, Esme fue la que se encargo de despertarnos, ambas dieron un grito al darse cuenta de que el día había llegado, desayunamos repasando cada detalle, Giselle, Esme y yo estábamos cuidando de que las chicas no abandonaran la habitación, había sido una tarea un poco difícil pero había valido la pena, me había divertido, nos habían arreglado antes que a ellas, por lo que tenía que cuidar de no arruinar el peinado o el maquillaje, a dos horas de que el momento llegara, fui a mi habitación para asegurarme que mi par de hombres ya se hubieran dado una ducha y que solo les faltara vestirse, entre y me los encontré profundamente dormidos, Evan tenía su cabecita en las piernas de Edward lo que era un claro indicio de que había estado viendo la televisión.

Fui directamente al armario para tomar la ropa de Edward y de Evan. Ellos irían de blanco por imposición que diga petición de las novias, mientras que nosotras no podíamos llevar ese color, así que mi vestido era de un hermoso color verde aquí por arriba de la rodilla, entre al baño para cambiarme lo hice con cuidado, escuche el sonido de la televisión asome la cabeza y note a mi hijo boca abajo y Edward solo llevándose una almohada al rostro.

—Arriba dormilones— Salí sosteniendo el vestido para que no cayera, no había logrado terminar de subirlo y necesitaba ayuda

—Mami, te ves bonita

—Muchas gracias amor— mi esposo se quito la almohada del rostro y me vio con una enorme sonrisa— Edward puedes ayudarme

—Claro mi vida— se levanto de un salto y subió lentamente el cierre cuando termino beso mi nuca logrando que mi piel se erizara, trazo un camino de pequeños besos hasta el lóbulo de mi oreja lo mordió y susurro— Te vez realmente hermosa

—Es hora de que se cambien, tengo que regresar con las chicas y los quiero dejar listos— desvestí a Evan que no paraba de quejarse pero fingí no escucharlo, en un abrir y cerrar de ojos estaba listo, bajo de la cama para entrar al baño

—No quieres ayudarme a mí también— una dulce voz aterciopelada llego a mi oído, solo rodé los ojos

—Cámbiate Cullen, no hay tiempo para juegos

—Yo solo pedía un poco de ayuda— hizo un puchero, acune su rostro y lo bese dejando que me envolviera en sus brazos, me separe de él y le entregue su ropa, comenzó a cambiarse y agradecí que mi hijo entrara en la habitación antes de que me le lanzara encima al dios griego que tenia por esposo.

Intente arreglar el cabello de mi hijo pero era igual al de su padre, así que me rendí y regrese con las chicas y las ayude a colocarse sus vestidos, platicamos para quitar la tensión y el nerviosismo, un par de golpes en la puerta y ver ahí a Carlisle y Charles nos hicieron darnos cuenta de que era hora, baje para encontrarme con Edward y Evan que esperaban por mí al pie de las escaleras, me dio mucha ternura cuando mi hijo me extendió su manita, la tome y me dirigió hasta nuestros lugares, Edward iba detrás de nosotros con una hermosa sonrisa.

En el altar ya estaban un par de hombres sumamente nerviosos, apreté la mano de Edward y le señale a los chicos riendo, "no te burles amor, yo estaba igual", la música comenzó a sonar y ahí vimos entrar primero a Alice que sonreía mientras se aferraba del brazo de Carlisle, unos pasos detrás iba Rose con su padre, giro su rostro un par de veces y en el pude notar su nerviosismo, su mirada se encontró con la mía le sonreí y le indique que mirara al frente donde estaba Emmett.

La ceremonia fue muy emotiva, los votos había sido hermosos, a ambas chicas se les había entrecortado la voz pero en ningún segundo habían dejado de sonreír, cuando el sacerdote había dicho las palabras que todos esperan la puesta de sol había comenzado, fue un momento mágico y simplemente hermoso.

Ambas parejas fueron hacia la playa para tomar las primeras fotos como pareja, justo después de que todos los hubiéramos felicitado, nos dirigimos al lugar donde seria la recepción estaba finamente decorado, había un par de velas en cada una de las mesas dando un aire romántico que se armonizaba con el sonido de las olas al romper cerca de la playa.

Nos sentamos junto con Esme y Giselle, mi hijo había corrido hasta donde estaba su abuelo hablando con un par de hombres, a penas lo vio lo tomo en sus brazos y se lo llevo a donde quiera que fuera.

El sonido de una hermosa melodía comenzó a sonar y ambas parejas bailaron su primera pieza, después bailaron con sus padres y la fiesta comenzó, el rostro de los cuatro eran de completa felicidad, Emmett estaba cuidando de su adorada esposa que termino quejándose por sentirse abrumada de tanta atención, Alice y Jasper no paraban de bailar, después de la cena Alice y Jasper se despidieron para partir a su luna de miel, el destino las Bahamas, en cambio Rose y Emmett esperarían hasta después de que naciera su bebé. Edward y yo bailamos un par de piezas en otras Evan se nos había unido.

Esa noche se había ido a dormir con sus abuelos ya que ellos se lo habían llevado, Esme me había sonreído y nos había deseado buenas noches. Como era de esperarse apenas cerramos la puerta de nuestra habitación Edward me abrazo deslizando el cierre de mi vestido ayudándome a quitarlo, mis manos hábilmente lo desnudaron, me levanto yo envolví mis piernas en su cintura mientras me besaba de una manera desesperada, me dejo en la cama pegando mas su cuerpo al mío, sentí su erección golpear en mi vientre logando que un jadeo se desprendiera de mis labios, los juegos previos pasaron a segundo plano, pronto lo sentí entrar en mi y moverse con rapidez, sus labios succionaban uno de mis pezones, no paraba de repetir su nombre y él el mío, el momento de tocar el cielo no tardo en llegar, se desplomo sobre mí en lo que ambos recuperábamos la respiración.

—Eso fue grandioso

—Te necesitaba con urgencia, desde que te ayude a colocarte ese vestido solo imagine el momento de quitártelo— reí por lo bajo

—Espero que estés dispuesto a una segunda ronda— no tuve que decir más para hacerlo nuevamente, esta vez nos tomamos nuestro tiempo en disfrutar las caricias y los besos, no había sido tan rápido y desesperado como la primera vez.

Ya había pasado un mes, desde la boda de nuestros amigos Rosalie ya estaba por su octavo mes, la escuchaba quejarse de no poder dormir porque su hermoso bebé no dejaba de moverse, también estaba asustada por lo que se aproximaba. Alice tenía una semana que había regresado de su luna de miel y estaba feliz de su estadía en las Bahamas, nos mostro las fotografías, y lo que había comprado solo ella podía estar en un lugar como ese y pensar en compras.

Era domingo y como cada domingo íbamos hacia casa de Esme, nuestro hijo mantenía abrazado a Max mejor dicho solo su cabeza ya que había crecido bastante y ya no podía abrazarlo por completo. Emmett estaba preocupado ya que Rose apenas y había podido dormir su pequeño se había estado moviendo más que de costumbre, solo se tranquilizaba cuando escuchaba a su mama cantar.

Ayude a Esme a recoger el comedor mientras Alice le hacía compañía a Rose, ya que los chicos estaban en el jardín jugando con Evan y Max, desde la ventana de la cocina los veía correr evitando que Max les quitara la pelota.

—Parecen niños— me dijo Esme llegando junto a mi

—Tengo mis dudas, no sé si Edward le compro a Max porque sabía que nuestro hijo deseaba un perro o porque el quería tener una mascota— Esme sonrió y se encogió de hombros

—Creo que eso es algo que no descubriremos

Después de terminar en la cocina nos unimos a las chicas viendo un programa de chismes, solo prensa amarillista que buscaba como vender y ganarse más televidentes.

Ayudamos a Rose a subir a su habitación, ya que el momento se acercaba Esme y Carlisle los habían obligado a que estuvieran ahí en lugar de su casa solos, sabían que cuando llegara el momento Emmett se podría tan nervioso que seguro se bloquearía y no sabría que hacer, algo en lo que estaba totalmente de acuerdo.

Nos habíamos marchado a casa apenas comenzó a oscurecer, apenas llegamos a casa Evan corrió al salón donde estaba el piano y pidió que Edward siguiera enseñándolo, había mejorado solo un poco pero lo que importaba es que quería hacerlo, a las 9 lo lleve a tomar una ducha después a cenar y luego a la cama donde se durmió.

Me di una ducha, me metí entre las cobijas y me acurruque en el cuerpo de mi esposo que terminaba de corregir unos expedientes, al día siguiente tenía que viajar a realizar una cirugía a Houston, en algún punto de su conversación me quede profundamente dormida, cuando desperté era tarde el se había marchado, en su almohada solo había una nota, me extraño que no me hubiera despertado.

Mi amor, nos veremos por la noche, intente despertarte pero nada dio resultado, así que decidí dejarte dormir, no olvides que te amo y siempre lo hare, cuídate y cuida de nuestro pequeño diablillo.
Edward

Me levante y note que solo tenía una hora para llevar a Evan a la guardería salí disparada a su habitación pero ya no estaba, lo llame y me contesto que estaba desayunando, es en estos momentos cuando amaba que Ángela siguiera aquí, me di una ducha y me cambie en un tiempo record, tome las cosas de mi hijo y nos fuimos directamente a la guardería llego faltando 5 minutos, lo bese y se lo entregue a su maestro que se lo llevo a su salón.

El día en la empresa fue totalmente normal, estaba atendiendo una llamada de mi padre que me preguntaba de algunos movimientos y sobre todo para saber si mañana podríamos ir a cenar con él, claro que acepte ya que tenía una semana que no veía a Evan y sabia que a mi hijo le encantaría ver a su abuelo, vi a Megan en la puerta , le hice una seña para que entrara en lo que seguía al teléfono, me dejo un par de sobres en mi escritorio y salió para atender una llamada en su celular.

Tome los sobres, eran un par de invitaciones a algunos eventos de caridad, una nota de agradecimiento a una de las instituciones a las que apoyaba, y no pude evitar sonreír al ver un sobre grande al abrirlo me tope con la nueva noticia de que estaba en Forbes, estaba vez se me especificaba que ocupaba el tercer sitio y nuevamente querían que estuviera en la portada, tome el teléfono y confirme que lo haría, si lo había hecho cuando mi carrera está en ascenso porque no hacerlo en estos momentos que estaba en el mejor momento

Llame a Ángela para que ella se encargara de ir por Evan, tenía un par de cosas que hacer antes de volver a casa. Salí antes de la oficina y me dirigí al centro comercial, entre a mi tienda favorita en estos momentos Victoria's Secrets, mi teléfono comenzó a sonar y sonreí al ver de quien se trataba

—Hola amor, que tal la cirugía?

—Muy bien, pero tendré que esperar un par de horas más, me pidieron revisar a un nuevo paciente

—Pero si estarás de vuelta hoy?

—Claro ahí estaré, solo que llegare más tarde

—Te esperamos para cenar?

—No creo que alcance, pero si soportas puedes esperarme despierta

—Lo intentare, sabes dónde estoy?— le pregunte tomando un camisón sumamente hermoso y que podía apostar le fascinaría, dejaba poco a la imaginación y era de su color favorito.

—Una pista

—Te gusta la ropa de este sitio

—Compra un conjunto hermoso— su voz se volvió sedosa un claro indicio de que sabía de qué lugar hablaba

—Ya lo encontré y sé que te encantara, solo no tardes demasiado

—Bella… no sigas o tomare el siguiente vuelo

—No Dr. Cullen, tiene un paciente que atender— lo escuche gruñir y yo solo me reí abiertamente

—Sabes lo que provocas en mi?

—Lo sé, por eso lo hago amor

—Eres cruel, pero te amo

—Yo también te amo— escuche que lo llamaban se despidió porque tenía que revisar unos asuntos, pague mi hermoso camisón y fui directamente a comprar un helado de chocolate que se me había antojado cuando lo había visto, ya con mi helado y con mi compra me dirigí a casa, antes hice una parada fui a comprar un pastel que sabia me agradecería mi hijo

No me había equivocado, mi hijo había agradecido que le llevara un delicioso pastel de chocolate, lo ayude a hacer su tarea y jugué con él y Max en el jardín, no soporte las ganas así que tome mi celular y le escribí un mensaje, no pasaron ni 5 minutos cuando llego la respuesta "Yo también te amo". Entramos minutos antes de la cena y lo hicimos riendo de las ocurrencias de mi hijo.

Lo bañe, le leí un cuento para que se durmiera, solo que estaba vez no fue tarea fácil parecía que el cenar pastel de chocolate no había sido tan buena idea, le había dado más energía evitando que le diera sueño, un par de historias después y de que le cantara un poco cayo rendido, lo arrope y encendí su lamparita.

Me di una ducha disfrutando el agua golpear mi cuerpo, me envolví en una toalla y cepille mi cabello, entre a mi habitación y tome el camisón que había comparado para esta noche, me vi en el espejo y me agrado la imagen que ahí se reflejaba, era un camisón que apenas cubría mi trasero era semitransparente, el área de mis senos era de encaje y debajo una delicada tanguita, sonreí al escuchar un ligero gruñido y después un lloriqueo por parte de Max eso solo me indicaba que mi esposo había llegado, me recosté sobre la cama al escuchar una puerta cerrarse delicadamente.

Entro con una enorme sonrisa, sentí su mirada recorrer mi cuerpo de una manera nada sutil, me senté abrazando una almohada, la utilice para que me cubriera un poco, dejo su portafolio y su saco en el pequeño sillón que estaba cerca de la puerta, se acerco lentamente entrecerrando los ojos

—Tenias razón me encanta— el beso fue demandante, gemí al sentir como mordía mi labio, me obligo a acercarme más a él, su mano se deslizo hasta el borde mi diminuto camisón hasta tocar mis glúteos, lo separe y me levante para tomar el sobre que tenia sobre el tocador, el se mantuvo sentado en la cama y yo me acomode a horcadas

—Tienes que ver esto— le entregue el sobre, enarco una ceja pero saco los papeles que había dentro

—Es grandioso, de nuevo figuraras en Forbes y como…— abrió los ojos sorprendido— tercera?

—Puedes creer eso, estoy en el tercer sitio, además ya acepte hacer la portada

—Me alegra, esta vez sí comprare un ejemplar— me beso antes de volver a leer los papeles, me levante y el no dejo de observarme

—Te gusta?—gire lentamente

—Me encanta, así que debido a esta noticia es que estamos celebrando— negué indicándole con la mirada que viera los papeles, los vio nuevamente y en su mirada leí el desconcierto, le indique que diera la vuelta y lo hizo, mordí mi labio, lo vi dejarlos de lado y abalanzarse hacia mí, me tomo en brazos yo envolví mis piernas en su cintura

—Dímelo— rozo nuestros labios sin dejar de sonreír

—Estoy embarazada, seremos papas de nuevo— cerré mis ojos para besarlo con desesperación, era como si de ese beso dependiera mi vida.

En la empresa había adoptado la medida que mi padre tenía, dos veces al año mandaba que todos mis empleados se sometieran a un examen de sangre y yo también tenía que realizármelo, cuando abrí el sobre para comprobar que todo estuviera bien me di cuenta de que ahora todo estaba bien estaba embarazada, como Edward lo había dicho, nuestro bebé llegaría cuando menos lo esperábamos ahora solo nos quedaba esperar de que fuera una hermosa niña, sentí mi espalda chocar contra el colchón abrí los ojos para encontrarme con los de mi esposo que brillaban

—Gracias amor, es un regalo maravilloso

—No lo conseguí sola, debo de recordarte que tu contribuiste— rozo mis labios pero no me permitió profundizar, antes de que protestara sentí como mi camisón era levantado sutilmente y sus labios chocaban contra mi vientre, era una acción muy tierna que logro mover una fibra sensible en mi corazón, estrujo mi pecho y una lagrima se escapo de mis ojos

—Que sucede mi vida?— sus labios limpiaron mis lagrimas

—Es solo que no pude evitar recordar que…

—Sh…, se que con Evan no fue así, pero lo que importa es que estamos juntos ahora— asentí envolviendo su cuello y su cintura, sería una maravillosa noche, al fin habíamos conseguido nuestro sueño, ahora solo venia la parte divertida, bienvenidas las nauseas, los vómitos matutinos y los antojos.

...

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