Antojos
Solo el sonido de las notas de la hermosa melodía
era lo que resonaba en el auto, el silencio que había era agradable. Él
mantenía una mano en mi rodilla, mi mano izquierda iba descansando en mi
vientre y la derecha la mantenía como apoyo de mi cabeza, llevaba una sonrisa
tonta mientras pasábamos por el gran número de edificios.
Apenas atravesé la puerta de nuestra casa escuche
la risa de Evan , camine hasta la sala de entretenimiento y lo encontré jugando
con Angie quien estaba sosteniéndose el estomago de tanto reír, espere a que
terminara el juego para hacerle notar que habíamos llegado, apenas me vio
corrió a mis brazos, lo levante dejando que envolviera sus piernitas en mi
cintura y sus manitas tomaran mis mejillas para darme un par de besos, oculto
su rostro en mi cuello, me gire para encontrar a Edward haciendo gestos, se
acerco y me lo quito de los brazos.
—Enano, recuerda que hay que cuidar a mami
—No me privaras de abrazar a mi pequeño— lo tome
nuevamente, lanzándole una mirada de advertencia, entrecerró los ojos, yo lo
ignore dándole la espalda y saliendo del salón, comencé a preguntarle sobre su
día a lo que emocionado comenzó a platicarme de lo que había hecho, para muchos
sus platicas podía llegar a ser hasta monótonas pero para mi eran sumamente
entretenidas, además de que sabia que ese simple gesto lo hacia sentir
importante, al ver que me interesaba por su día le estaba dando ese lugar
privilegiado que tenia para mí y sabia que también para Edward.
Después de la comida ambos se fueron a seguir
jugando en el wii yo por mi parte me dedique a observarlos hasta después de una
hora que mis parpados me comenzaron a pesar, solo me levante y me fui a mi
habitación para dormir un poco.
Ni en mis sueños logre sacar esa desesperación que
me había invadido al pensar que algo andaba mal, estaba viviendo lo la agonía
de hace un par de horas, sentía la opresión en mi pecho, los ojos me ardían y
mi garganta se cerraba, la respiración se me estaba entrecortando, esos habían
sido solo un par de minutos pero para mí había sido demasiado tiempo, el creer
que mi bebé podría estar mal me había hecho sentir insignificante, el sonido de
ambos corazoncitos me parecía seguir escuchándolo, el rostro de Edward apareció
en mi sueño, como había podido dejarme pensar que algo le ocurría a nuestros
bebes.
—Bella mi amor— abrí lo ojos y me encontré con el
rostro contrariado de mi esposo, sentí sus pulgares acariciar mis mejillas y
fue ahí cuando me di cuenta de que había estado llorando y a juzgar por la
opresión en mi pecho y la respiración acelerada debía de a ver estado
sollozando—que sucede pequeña
—Como pudiste?— mi voz salió entrecortada, lo
empuje con ambas manos logrando que casi cayera de la cama
—No se dé que me hablas cariño, estabas soñando
—Sabes de lo que hablo Cullen— comencé a sollozar
sin poder evitarlo, coloque mi mano en mi vientre— me dejaste pensar que algo
andaba mal con nuestros pequeños
—Mi amor por eso estas así?—acaricio mi rostro con
suma ternura y su sonrisa se hizo amplia
—Como querías que estuviera, tú no sabes lo que
sentí al ver tu rostro y escuchar ese sonido extraño, pensé que…
—Lo siento amor, es solo que yo estaba igual de
sorprendido que tu, iba preparado para escuchar un solo corazoncito y como
siempre me sorprendiste, son dos amor, dos hermosos bebés— se acomodo junto a
mi abrazándome
—Pueden ser dos princesitas— su sonrisa se hizo más
amplia, eso lo sabríamos en 6 semanas, me parecía un tiempo bastante largo pero
lo esperaría con ansia, hasta los 4 meses es posible conocer el sexo.
—No importa lo que sean amor, lo único importante
es que estén sanos y que son nuestros— me beso con delicadeza su mano acaricio
mi cintura hasta llegar al borde de mi blusa e introducir sus dedos debajo para
acariciar mi vientre, sonreí al igual que él, era un gesto tierno en el que me
demostraba lo feliz que estaba.
—Prométeme que si llegas a saber que algo sucede
con nuestros bebés me lo dirás
—Todo va a estar bien amor, pero te prometo que no
te ocultare nada—me gire hacia el reloj y note que eran las 4
—Dime qué haces aquí?, que no deberías de estar en
el hospital
—Me tome el día libre para estar con mi familia—señalo
como si fuera lo más obvio
—Espero que no nos pongas como pretexto para no ir
a trabajar, estaremos bien— me acomode en su pecho, al poco rato Evan entro a
hurtadillas fingiendo no hacer mucho ruido pero Max lo delataba, Edward lo
ayudo a subir a la cama y se acomodo del otro lado de su papá, me removí
adoptando una posición mas cómoda, el sonido de la televisión era el único
sonido en la habitación, mis ojos volvieron a sentirse pesados
—Mami es una domilona— la risa de Edward fue
discreta pero no menos audible, eso fue lo último que escuche antes de volverme
a dormir, esta vez logre descansar.
El movimiento de Edward me hizo despertar y ser
consciente de que hablaba por teléfono, no lograba entender una sola palabra ya
que estaba hablando demasiado rápido, levante mi rostro y me talle los ojos, el
solo me sonrió y me beso en la frente "en un rato mas estaremos ahí, solo
que Bella se acaba de despertar"
—Quien era?— le pregunte cuando dejo el teléfono en
su lugar
—Intenta despertar bien, voy a decirle a Angie que
se haga cargo de Evan
—Edward!— le grite pero el ya había desaparecido
por la puerta, me levante y fui al baño, me lave los dientes y acomode mi
cabello, sabía que íbamos a salir lo malo es que no sabía a qué lugar iríamos,
cuando Salí del baño mi esposo ya me esperaba con un abrigo que me ayudo a
colocarme, tomo mi mano y me guio hasta la salida.
—No me planeo subir a tu auto hasta que no sepa a
donde me llevas— abrió la puerta y me obligo a subir, abrocho el cinturón
—Rose esta en el hospital y quería verte
—Y que estas esperando, muévete Cullen— lo empuje
para poder cerrar la puerta, rodeo el auto y subí detrás del volante, no
tardamos en llegar al hospital, en la sala de espera del área de maternidad
estaba congregados los demás Cullen, salude a Esme y Giselle, no pude contener
la risa al ver Emmett con la playera al revés y los tenis diferentes y ambos
del mismo pie.
—Como te encuentras— me senté junto a él, tome su
mano entre las mías
—Hola hermanita— me beso en la mejilla, sonreí al
notarlo nervioso que estaba
—Que se supone que haces tú aquí y no junto a Rose?
—Me hecho de la habitación, me dijo que no volviera
hasta que no estuviera más calmado, pero dime como puedo estarlo, me siento con
las manos atadas, ella está ahí sintiendo dolor y yo aquí sin poder controlar
mis nervios
—Debes de tranquilizarte Rose y el bebé te
necesitan, recuerdas cuando te dije que debías de dejar de pensar tanto en ti y
comenzarías a ver por ellos—asintió— es aquí cuando comienzas, deja tu miedo y
los nervios lejos, ve junto a ellos, Rose te necesita en este momento además no
querrás perderte el nacimiento de tu hijo.
—No sé que hicimos todos, pero somos afortunados al
tenerlas junto a nosotros, son lo que todo hombre desearía y nosotros las
tenemos— su risa volvía a ser la misma despreocupada de siempre
—Debieron de hacer algo sumamente bueno para
tenernos a su lado, mira que aparte de ser hermosas contamos con cerebro y esa
no es una combinación sencilla de conseguir— se llevo una mano a su cabello sin
dejar de reír, nos ganamos una mirada de reproche pero no me importo al menos
había conseguido que sus nervios se esfumaran y ahora podía estar junto a Rose.
—Veo que al fin alguien logro hacerte salir del
estado en el que estabas—Jasper se inclino para saludarme y apretar el hombro
de Emmett
—Solo necesitaba que le recordaran un par de cosas,
que creo te tendré que recordar en un par de meses a ti también— el asintió
sonriendo
—Y te prometo que se las repetiré a Edward— señalo
Emmett poniéndose de pie
—Si creo que él también necesitara que se lo
recuerden y se lo agradeceré— ambos sonrieron, Emmett n pudo evitar hacer un
comentario para molestar a Edward que gruño.
Envié a Emmett a que se acomodara la ropa, fue
divertido ver como caminaba por el pasillo ya que le comenzaban a lastimar los
tenis, solo me burle ganándome una mirada envenenada, le prometí que enviaría a
Edward por el par correcto de sus tenis ya que él no se podía ir, me lo
agradeció dándome un beso y un abrazo para correr o mejor dicho intentar correr
dando exclamaciones de molestia
—No— fue la respuesta de Edward cuando le pedí que
fuera los zapatos de Em, entrelace nuestra manos y acomode mi cabeza en su
hombro, comencé a dar pequeños besos en su cuello, fingía que no le afectaba
pero un gruñido apenas audible lo que me indicaba la victoria
—Seguro que no iras?— su mirada se poso en la mía y
note sus pupilas oscurecidas
—Eso es jugar sucio pequeña— me beso mordiendo mi
labio inferior, se levanto y se encamino hacia la salida
—Edward…— sin querer le había gritado logrando que
varias miradas se colocaran en mi, mi esposo se giro con una sonrisa— podrías…
traerme un batido de fresa y frambuesa
—Claro amor— me guiño un ojo y se desapareció por
la puerta
Acompañe a Esme y Giselle a la habitación de Rose,
abrace a mi amiga que estaba nerviosa por lo que se aproximaba, pero estaba
feliz por la llegada de su pequeño, Alice parecía asustada cuando Rose
presentaba alguna contracción, a mí solo me recordaba lo que yo había tenido
que pasar, al menos mi rubia amiga tenia a Emmett junto a ella.
Cuando los dolores comenzaron a aumentar el doctor
a cargo nos obligo a salir de la habitación, Esme y Giselle se quedaron junto
con Emmett, solo le dije a Rose que se relajara y a Emmett "Intenta no
desmayarte"
Regresamos a la sala de espera, me acomode junto a
Carlisle se notaba la felicidad por la llegada de su segundo nieto, nos
enfrascamos en una plática de lo más divertida cuando un enorme vaso apareció
delante de mis ojos y sin poder evitarlo un chillido salió de mis labios,
prácticamente se lo arrebate de las manos y comencé a beberlo, tanto Carlisle
como Edward se comenzaron a reír, les lance una mirada de advertencia que
decidieron tomar.
Edward le llamo a Emmett para que fuera por sus
cosas, no tardo en llegar, me reí al verlo mover su pie felizmente, me dio un
nuevo beso agradeciéndome por enviar a su hermano para poder volver a sentir su
pie, le sonreí y le indique que había alguien que podía llegar en cualquier
momento y no sería bueno que él se lo perdiera.
—Bella tenemos una pregunta— me cuestiono Carlisle
que se había acomodado a mi otro lado, frente a nosotros estaban Charles,
Jasper y Alice— que fue lo que le dijiste a Emmett, todos habíamos intentado
que reaccionara pero parecía ignorarnos
—Le recordé una charla que ya habíamos tenido
antes, le había dicho que cuando su bebé estuviera aquí las cosas cambiarían y
que iba a dejar de pensar en él, y que este área el momento que Rose lo
necesitaba más que nunca además de que no creía que se quisiera perder el
nacimiento de su hijo y eso funciono— me encogí de hombros y le di un nuevo
sorbo a mi batido que estaba delicioso, el brazo de mi esposo rodeo mis hombros
y beso mi sien
—Sabias palabras y justo en el momento indicado—
señalo Jasper
Carlisle se disculpo por tener que dejarnos un
momento ya que lo habían llamado para ver un paciente, Jasper y Alice se
llevaron a Charles por algo de tomar, cerré mis ojos para disfrutaba el
delicioso sabor cítrico de mi batido, era mejor de lo que esperaba, la risa de
Edward fue lo que me obligo a abrir los ojos y lo vi ceñuda.
—Amor, es solo que haces unos ruiditos adorables—
me sonroje ya que no era consciente de que estaba haciendo esos sonidos
—Y porque no me lo dijiste antes— golpee su brazo,
el solo se encogió de hombros y me beso, se inclino para tomar el popote pero
lo retire— consíguete el tuyo
—No hablas en serio?— me reí y le entregue el vaso—
esta delicioso
Tome una de las revistas que estaban en la mesita
frente a nosotros, me dispuse a hojearla, como siempre eran los mismos chismes
de siempre, pero no había nada mejor que hacer en lo que esperábamos, Edward me
pego más a su cuerpo, me detuve en una imagen que llamo mi atención, era la
imagen de Phil en un restaurante con una chica que no debía de ser mayor que
yo, eso solo podía indicar algo.
—Estas dormida de nuevo?—pregunto en un susurro
—Solo estaba viendo que Phil parece que va a
cambiar a Renée— le mostré las imágenes
—Ella se lo busco— asentí
—Todos recibimos lo que nos merecemos
—Hablando de merecer, porque no me habías dicho lo
del reconocimiento que posiblemente te darán en el baile del fin de semana?
—Quien te lo dijo?— el solo rodo los ojos, era más
que obvio que mi padre se lo había dicho, iba a ver un baile el fin de semana
porque estaba pensando seriamente en no asistir, aunque se tratara de una clase
de premiación anual
—No crees que esa es una pregunta tonta amor, tu
padre fue quien me lo dijo desde la semana pasada pero aun no veo el día que tú
te decidas a decírmelo— cerré la revista y la regrese a su sitio, iba a
responder cuando vimos entrar a una emocionada Alice que corrió a abrazarme
—Somos tías— grito justo en mi oreja .
Media hora después nos dejaron entrar a la
habitación donde Rose mantenía un pequeño bultito a su lado, para Emmett todos
habíamos desaparecido, el solo tenía ojos para su esposa y su pequeño hijo,
abrace a mi amiga y conocí a mi primer sobrino, era un hermoso niño de tez
blanca ojos azules y el cabello y los hoyuelos de Emmett, el nuevo feliz papá.
Nos marchamos a casa sabiendo que Rose y el bebé
necesitaban descansar, el trabajo de parto era sumamente desgastante y lo que
menos querías después de ese momento era estar soportando visitas, pero mañana
estaría de mejor humor.
Todos los días estuvimos visitando a Rose, al
segundo día la dieron de alta y se fue a su casa donde ya todos la esperábamos
para darle la bienvenida, sería su primera noche en su casa después de un par
de semanas, y también era la hora de que sus horas de sueño se vieran
interrumpidas por el llanto, uno que para algunos seria molesto pero no para
ellos. Dos días después mi amiga nos había dicho que la primera noche había
sido dura pero aceptable, no se había despertado más que dos veces y después de
alimentarlo se quedaba profundamente dormido.
Mí adorado esposo se le había ocurrido decir sobre
el evento del sábado al cual estaba pensando no asistir, todos me recriminaron
por no querer hacerlo y termia enfrascada en una tarde compras al lado de la
duendecilla que no paraba de saltar, agradecí que nos detuviéramos a comprar un
helado.
El jueves fue el día en que se llevo a cabo la
sesión de fotos para Forbes, esta vez también eso sería una sorpresa para los
demás, no estaba acostumbrada a estar delante de una cámara y mucho menos
posando, Edward se mantenía detrás de de la pantalla donde estaban siendo
registradas y no hacia más que levantar los pulgares, enfundada en un precioso
vestido azul oscuro que se ajustaba a mí como una segunda piel y un par de
tacones altos Louboutin. Las imágenes eren divinas, apenas y podía creer que
esa era yo, agradecí de que las poses que me habían hecho adoptar cubrieran mi
embarazo, mi vientre había comenzado a crecer, aunque era pequeña la
protuberancia ya era notoria y no tardaría mucho en hacerse visible, pero en lo
que eso sucedía quería que siguieran siendo solo especulaciones. Después de
colocarme mi ropa nuevamente me uní a Edward que mantenía una carpeta en sus
manos, rodé los ojos al comprobar que eran las imágenes de la sesión de fotos, no
se había podido contener y había pedido que le regalaran una copia, el
fotógrafo David LaChapelle accedió gustoso al ver que su trabajo le había
agradado a mi esposo, además quien se podría quejar de su trabajo, ya que es un
fotógrafo mundialmente conocido por haber trabajado con estrellas del
espectáculo realmente importantes.
El gran día había llegado, el vestido que Alice
había elegido para la ocasión era muy bonito además de que me hacía sentir
cómoda, los vestidos ajustados no eran una opción, aun podía usarlos pero eso
implicaba dar a conocer la llegada de mis dos hermosos bebes y con ello la
atención de todos los medios, prefería mantenerlo oculto ya que no quería
comenzar con los rumores, así que era feliz con mi vestido que era holgado.
—Lista para tu gran noche— asentí nos despedimos de
Evan y nos dirigimos al lugar del evento, como cualquiera al que asistíamos
había un gran número de fotógrafos, posamos para algunos cuantos y me
sorprendió que me preguntaran por mi madre, si era verdad que su romance estaba
por terminar por aquella joven de la fotografía que había visto, solo me limite
a decir "No tengo nada que decir respecto a la relación de Renée"
En el pasillo que dirigía al salón me encontré con
mi padre que nos esperaba y por su rostro sabia que a él también lo debían de a
ver sido asediado con las preguntas sobre mi madre, solté el brazo de Edward y
camine más aprisa hasta llegar y abrazar a mi padre que me estrecho con cuidado
—No dejes que sus preguntas te afecten—bese su
mejilla y el asintió, saludo a mi esposo que me extendió nuevamente su brazo y
nos dirigimos a nuestra mesa, me alegro de ver rostros conocimos, como Jonh
Burke y Grace que estaban en la misma mesa que nosotros, no pude evitar ser un
poco efusiva pero a esta hermosa pareja le debía muchísimo, el apoyo en el
momento más difícil de mi vida tanto en lo empresarial como en lo personal.
Antes de la cena fue la esperada premiación, me
nombraron como la figura más prometedora, mi padre y Edward estaban felices al
igual que yo, tomaron algunas fotografías con mi padre y con Edward. La cena
estuvo deliciosa y la conversación era amena, note a mi padre quedarse callado
a mitad de una de sus frases, enfoque lo que estaba viendo y ahí vi a mi madre
que iba del brazo de aquel hombre, ella nos vio y cínicamente sonrió.
—Esa canción me gusta, quiero bailar, me acompañas
papá— el brillo en los ojos de mi papa apareció, como cada vez que escuchaba
que lo llamaba de esa forma y no solo por su nombre
—No olvides que tú vienes acompañada
—Pero a Edward no le importara compartirme contigo
esta noche, no es así amor?
—Adelante, además Charlie, nunca hay que desairar a
una hermosa dama
Mi padre se levanto se acomodo el saco y extendió
su mano hacia mí, le di un beso en los labios a mi esposo y tome la mano de mi
padre que me guio hasta el centro de la pista, tomo mi cintura de manera
delicada y su mano apretó sutilmente una de las mías, comenzamos a bailar al
compas de la música
—Y como te has sentido?—susurro, yo sonreí al saber
a lo que se refería
—Muy bien a excepción de las mañanas que es cuando
más molestias siento
—No sabes lo feliz que me hizo el saber que seré
abuelo de nuevo— giramos un par de veces, me estire hasta quedar a unos
centímetros de su oído
—Y por partida doble— me separe y note su semblante
contrariado, estaba intentado descifrar mis palabras, cuando lo hizo su
sorpresa fue palpable, apretó su agarre suavemente y beso mi frente con dulzura
—Gemelos?
—Puedes creerlo— sabia que la sonrisa en mi rostro
debía de ser enorme, así era cada vez que hablaba de mis pequeños.
—Veo que tu esposo no se anda con las cosas a
medias—me guiño un ojo
—Siempre se va a lo grande— me burle pegando mi
frente en su pecho, sintiendo su moviente ya que al igual que yo el también
estaba riendo de mi cometario—solo buscábamos una pequeña
—Y posiblemente sean dos, que serán hermosas como
su mamá
—Espero que esta vez los genes estén de mi parte,
ya que Evan es un completo Cullen
Bailamos un par de piezas más y me alegre de ver
que mi padre se había olvidado de a ver visto a Renée, cuando necesite tomar un
poco de agua se lo hace saber y me guio hasta nuestra mesa
—Quien diría que me los encontraría aquí— apreté la
mano de mi padre
—Dudo mucho esto sea una casualidad
—Así que ahora salen como una familia— se burlo
—Todo ha ido tan bien desde que saliste de nuestras
vidas y si nos disculpas Bella y yo íbamos a nuestra mesa, no quiero que
arruines una noche importante para mi hija— me beso el cabello y seguimos
nuestro camino. No solté la mano de mi padre hasta que Edward me pidió bailar
con él, mi padre sintió que no e quería alejar por Renée, pero me tranquilizo
diciendo que él no se acercaría a ella.
Me alegre que el resto de la noche no nos
encontráramos mas con la desagradable presencia de mi madre, nos fuimos después
de mi padre, llegamos sin hacer ruido revisamos que Evan durmiera
tranquilamente, tome un camisón y me encerré en el baño en lo que me
desmaquillaba, desasía mi peinado, lavaba mis dientes y me quitaba el vestido,
al regresar a nuestra habitación corrí y salte a la cama para envolverme en las
cobijas, me acurruque junto a Edward que sonreía ante mi acción
—Que fue eso?
—Está haciendo un poco de frio— me cubrió con las
mantas para evitar que el frio tocara mi piel, me coloque sobre él que enarco
una ceja y con su característica sonrisa— tengo una idea mejor para entrar en
calor
—Puedo ayudarte en eso— movió su cadera frotando
nuestros sexos, logre sentir que el ya se duro, deje escapar un jadeo ante su
roce, lo ansiaba, teníamos cerca de 4 días sin estar juntos y con la revolución
de mis hormonas
Pronto nuestras prendas abandonaron nuestros
cuerpo, mis manos exploraron cada centímetro de su piel de la misma manera que
sus labios recorrían la mía, como era costumbre sus labios se cerraron en uno
de mis pezones que estaba duro por sus caricias, deje escapar un jadeo bastante
alto y solo sonrió "ya estas más sensible a cada caricia", moví mi
cadera para sentirlo, sus dedos se abrieron camino hasta tocar mi centro y
acariciar la protuberancia que me hizo jadear, no tardo en entrar en mi y
silenciar mis jadeos con sus labios, sus movimientos eran lentos pero profundos
tocaban una fibra que me estaba haciendo sumamente difícil la tarea de no
gritar, las manos de Edward apretaron la sabana debajo de mi cuerpo, sus jadeos
eran excitantes, dije su nombre un par de veces de manera entrecortada y el
repitió mi nombre seguido de un te amo, envolví mis brazos en su cuello y hundí
mis manos en su cabello, mis paredes se cerraron presionando su miembro
logrando que ambos llegáramos a un placentero orgasmo, se desplomo sobre mi
pero al instante se giro dejándome sobre él mientras recuperábamos nuestra
respiración.
—No te hice daño— levante mi rostro extrañada de su
pregunta— es solo que siento que fui un poco brusco con algunas partes de tu
cuerpo que están mas sensibles— sus dedos acariciaron el contorno de mis senos
—Para nada, fuiste muy cuidadoso como siempre—roce
sus labios
—Prométeme que si alguna vez soy muy brusco o te
lastimo me lo dirás
—Dios Edward, cuando se dice que se está más
sensible se refiere a que estas más receptiva, sientes cada caricia con mayor
intensidad, no te preocupes tanto o no disfrutaras las veces que hagamos el
amor
—Sabes que a veces somos demasiado apasionados— me
reía ante su definición de nuestras noches más ardientes.
Me acomode junto a él cubriendo mi pecho con la
sabana, el se acomodo de lado apoyando su cabeza sobre su mano la otra posarse
sobre mi vientre
—Te has dado cuenta de que…
—De que he comenzado a crecer?—asintió con una
enorme sonrisa— en poco tiempo no abra manera de ocultarlo
—Serás bellísima
—Quiero que sigas diciendo eso cuando este enorme—
gire mi rostro al lado contrario, sus dedos rozaron mi mandíbula hasta llegar a
mi mentón y obligarme a verlo de nuevo
—Escúchame bien amor, aun cuando el embarazo este
avanzado seguirás siendo hermosa, te querré y deseare de la misma manera que lo
hago en este momento
—De verdad— sonreí de manera tímida ante sus
palabras
—Te lo juro—beso y acaricio mi vientre— pequeños es
hora de dormir, espero que mañana sean niños buenos y no hagan que su mami
salga corriendo al baño
—Ruego porque escuchen eso— hundí mis dedos en su
cabello que estaba aun húmedo por el sudor de nuestra pequeña actividad
nocturna, acomodo su cabeza en mi vientre, le desee buenas noches y ambos nos
quedamos profundamente dormidos.
El domingo fuimos con Esme, después de desayunar
nos marchamos a casa de Rose que vivía a un par de manzanas, cuando llegamos
Rose fue la que nos abrió y nos encontramos en la sala a Emmett dormido con su
pequeño sobre su pecho que igual a su papa estaba en el mundo de los sueños,
con sumo cuidado Alice lo abrazo y Emmett gruño pero no despertó, Rose nos
explico que no habían pasado muy buena noche ya que el pequeño Alexander había
estado inquieto, nos ofrecimos a cuídalo por un rato para que Rose pudiera
dormir, no lo agradeció y se marcho un rato a su habitación.
Alex se despertó poco después de dos horas de que
Rose se hubiera dormido, el primero en llegar fue Emmett que aun estaba un poco
dormido pero eso no le impidió buscar a su pequeño que lloraba, al vernos solo
nos saludo e intento quitarle el bebe a Esme que se negó al ver que hijo aun
estaba algo dormido y no lo arriesgaríamos.
Las semanas pasaron y un día que nos encontrábamos
junto con Esme llego la pequeña duendecilla feliz , ese día había tenido cita
con su ginecólogo y acababa de descubrir que sería mama de una bebita, apenas
lo sabía y yo ya sentía pena por la pequeña, Alice no paraba de decir la
cantidad de vestidos que debía de usar, los peinados que podría hacerle, los
zapatitos, dios si yo fuera esa pequeña estaría temblando por lo que mi madre
haría conmigo.
—No me veas así Alice
—Hasta cuando sabrás que es?
—3 semanas, y te advierto que aunque sea niña no
voy a aceptar que llegues tu a querer cambiarla cada media hora, ten en cuenta
de que es tu bebé no una muñeca— le advertí, ella solo hizo un mohín
—Pero se verá tan linda— bufe negando
—Aburrida—saco su lengua
—Exagerada— ambas hicimos un mohín y Esme solo se
comenzó a reír, nos giramos para verla y ella fingió que tosía, ese truco era
realmente viejo
—Chicas controlen sus hormonas, no niego que son
muy entretenidas pero no quiero que se enojen por algo tan insignificante—
ambas nos miramos y nos echamos a reír, la verdad es que las hormonas nos
controlaban
Las mañana seguían siendo bastante feas, el baño
era mi mejor amigo en ese momento, las nauseas me hacían despertar y salir
corriendo al baño, segundo después Edward se me unía y acariciaba mi espalda,
me había cansado de decirle que no quería que me viera en ese estado pero él me
ignoraba y lo seguía haciendo, así que mejor opte por no decir nada y dejarlo
acompañarme.
Comenzaba a usar ropa completamente holgada porque
mi vientre ya estaba un poco abultado y como era lógico las especulaciones
habían comenzado, algunos de los fotógrafos que nos habíamos encontrado en nuestra
salidas en familia no dejaban de preguntar si es que abría un nuevo Cullen,
nosotros lo negábamos y Evan nos pregunto que porque no decíamos que iba a
tener un hermanito, llego a pensar que no lo queríamos, le explicamos que lo
hacíamos para que nadie nos molestara y nos dejaran respirar.
Como cada noche fui a despedirme de mi hijo que se
estaba preparando para dormir, me incline para besarlo y él me abrazo me dijo
un te quiedo mami y lo que siguió no me lo esperaba, toco mi vientre y deposito
un beso deseándole buenas noches a su hermanito, acaricie su cabello, me
despedí y salí de la habitación conteniendo las ganas de llorar, me deje caer
en la cama sintiendo mis lagrimas bajar por mis mejillas, un par de minutos
después Edward me abrazo y me acuno hasta que mi llanto se detuvo, me extendió
un pañuelo, lo acepte limpiando mis mejillas y mi nariz
—Lo siento es solo que…
—Tranquila amor, se que todo esto es debido a tus
locas hormonas, se que el gesto de Evan te desconcertó, pero es maravilloso ver
el cariño que le profesa sin conocerlo siquiera
—Sera un excelente hermano mayor—acaricie mi
pancita, pronto tendríamos que aceptar el embarazo y tomar medidas que nos
cuidaran del acoso de los medios si seguía creciendo como hasta ahora en un mes
sería imposible ocultarlo, ambos nos acomodamos entre las mantas y encendí la
televisión buscando algo interesante que ver, el sueño me había abandonado y
Edward se había quedado profundamente dormido, me libere de los brazos de
Edward y me escabullí hasta la cocina evitando hacer demasiado ruido, abrí el
refrigerador y me encontré jarabe de chocolate, ahora solo debía de encontrar
con que combinarlo, un chillido de emoción se escapo de mi garganta al
encontrar fresas, coloque algunas en un plato y las bañe con chocolate, revise
el congelador y encontré nieve de vainilla, le puse un poco y me acomode en la
mesita a disfrutar de mi aperitivo nocturno
—Comenzamos con los antojos nocturnos— Edward se
acomodo a mi lado, se notaba algo cansado
—Tenía un pofco de hambre y encontré shocolate—dije
mientras comía un poco, le ofrecí pero el solo se negó, cuando termine deje mi
plato en el lavavajillas
—Bueno señoritas es hora de marcharnos a la cama.
Dos días después estaba viendo la televisión ya que
mi sueño había desaparecido nuevamente, de nuevo los antojos estaban
apareciendo y esta vez sabía que no había en nuestro refrigerador
—Edward— lo moví dulcemente el solo emitió un hmmm
y coloco su cabeza cerca de mi vientre ya que yo me encontraba sentada con la
espalda apoyada en un par de almohadas—amor
—Que lo administren cada 8 horas— me reí al
escuchar que daba indicaciones ni dormido dejaba de pensar en su trabajo
—Edward Anthony Cullen— le dije de manera seria y
lo moví, el se incorporo totalmente desorientado, poso sus ojos sobre los míos
reprimiendo un bostezo
—Te duele algo, están bien?
—Solo quiero helado de limón y galletas con chispas
de chocolate
—Bella son las 2 de la mañana— vio la hora en el
reloj que estaba sobre su mesita de noche
—Tenemos antojo de helado de limón y galletas de
chispas de chocolate
—Mañana te prometo que te comprare una dotación
enorme de cada cosa ahora solo hay que dormir mi vida, fue un día realmente
duro— bufe resignada, el se acomodo nuevamente en la cama y de inmediato se
volvió a dormir, el antojo ahí seguía y ya que el no planeaba ir por nuestro
helado tendría que ir yo a conseguirlo.
Me coloque un jeans y una sudadera, me escabullí
nuevamente hasta el estudio que era el lugar donde guardábamos las llaves de
los autos, Salí por la puerta de la cocina que daba directamente al garage,
conduje por cerca de 10 minutos hasta que encontré una tienda de autoservicio
abierta las 24 horas, tome mi helado y mis galletas y regrese evitando hacer el
mínimo ruido, cerré la puerta tras de mí y fui directamente a tomar una
cuchara, destape el bote de helado, parecía una niña pequeña que tenía mucho
sin comer algo que le gustaba. Lleve un par de cucharadas a mi boca disfrutando
el exquisito helado que se desasía en mi boca para descender por mi garganta hasta
llegar a mi estomago, esto era mejor de lo que esperaba.
—Podrías decirme que significa esto?— la cuchara
estuvo por resbalar de mis manos ante la impresión de ver a mi esposo, su voz
denotaba el enojo, su rostro estaba sereno pero su mirada helaba la sangre, en
una de sus manos presionaba las llaves de su auto logrando que sus nudillos
estuvieran blancos
—Solo fui…
—Te dije que mañana iríamos— se acerco y yo
retrocedí, manteniendo mi voz serena aunque la actitud que estaba tomando me
estaba asustando, jamás lo había visto tan enojado y menos conmigo
—Pero el antojo era en este momento— me lleve un
par de cucharadas a mi boca y dios era exquisito
—Tienes una idea lo que sentí al no encontrarte en
la cama, marque a tu celular solo para comprobar que lo habías dejado—
prácticamente me estaba gritando
—Solo fui por mi helado, se que estabas cansado y
por eso no insistí— me defendí manteniendo mi voz serena
—Bella pudiste comer algo de lo que había en el
refrigerador, hay helado de menta—reviso el refrigerador
—Pero yo quería de limón
—Deja de comportarte como una niña, dime qué
diferencia hay— grito cerrando el refrigerador de golpe, apretó sus puños,
cerró los ojos en lo que tomaba una bocanada de aire, deje caer mi helado y la
cuchara para salir corriendo a mi habitación— Bella, espera…
Entre cerrando la puerta con seguro me deje caer
sobre la cama con las lagrimas bañando mis mejillas, lo escuche golpear la
puerta para que lo dejara entrar pero no lo hice, ni siquiera le conteste,
estaba dolida porque me había gritado, encendí el televisor y subí el volumen
para no escucharlo, mi celular comenzó a sonar lo encontré en su mesita de
noche lo tome solo para cancelar la llamada y apagarlo.
Como cada mañana me levante hasta llegar al baño,
mi estomago se contrajo de manera violenta pero nada que no hubiera sucedido
antes, me di una ducha rápida acariciando mi pancita sin poder ocultar mi
sonrisa, me envolví en una toalla y fui por mi ropa, opte por un vestido
holgado que era lindo, una bailarinas y una suéter, vi la hora eran las 7:30
justo a tiempo para despertar a Evan, escuche que golpeaban la puerta tome aire
y abrí para encontrarme de frente con mi esposo
—Amor yo…— pase de largo y entre a la habitación de
Evan que tenia a Max junto a él, lo ayude a cambiarse para bajar junto s a
desayunar. Acomode a Evan en su silla y yo junto a él mientras revisaba el
periódico.
—Y mi papi— aparte la vista del periódico y lo bese
en la mejilla
—Se está terminando de cambiar— comencé a comer mi
desayuno cuando llego Edward que beso a Evan y se acerco a mi pero yo gire mi
rostro, y continúe con mi desayuno, mi hijo se paro sobre la silla, envolvió
sus brazos en mi cuello me dio un beso—anda a lavarse los dientes porque ya es
hora de ir a la escuela
—Voy!— lo ayude a bajar y salió corriendo seguido
por Ángela, tome de nuevo mi periódico y me enfrasque en la sección de
finanzas, había una nueva baja pero nada como para alarmarse, bebí mi jugo de
naranja
—Mi vida…— sentí su mano en mi rodilla, la aparte
de golpe y me levante dejando el periódico en la mesa
—Listo mami— llevaba su mochilita en la espalda y
una su lonchera en la mano
—Ángela puedes subir a Evan a mi auto— le pedí
ignorando a Edward
—Es más segura la camioneta por eso te la di—
señalo Edward
—Angie puedes subir a Evan al audi— Remarque la
última palabra, solo lo escuche bufar y seguir con su desayuno, yo me marche a
lavarme los dientes y me encamine hasta mi auto donde Ángela estaba con Evan
—Está todo bien?— asentí y me subí detrás del
volante, maneje con precaución hasta llegar a la guardería de mi pequeño,
durante el camino me había contado el sueño que había tenido, le prometí que
sería yo la que lo iría a buscar cuando saliera y eso pareció gustarle, me beso
y corrió a tomar la mano de su maestra que lo recibió con un abrazo y lo
condujo a su salón.
Tome un par de atajos que había descubierto y logre
llegar en solo 10 minutos, llegue a mi oficina y comencé a trabajar en los
papeles que adornaban mi escritorio, me detuve al ver el porta retrato era para
tres fotografías, en la central estábamos Edward y yo el día nuestra boda, era
una imagen realmente hermosa con el lago y el castillo de fondo, a la izquierda
una de Evan con Max en el parque y el de la derecha estaba vacío ya que estaba
reservado, acaricie mi vientre con una sonrisa.
—Aunque estas sonriendo esa felicidad no se refleja
en tus ojos— levante mi rostro y me encontré con mi amiga que dejo mi taza de
té sobre el escritorio y se sentó
—Sra. Cullen tiene una entrega— escuche a Stacy por
el altavoz
—Firma y haz que lo traigan a mi oficina por favor—
le indique para después probar mi té y continuar trabajando, un carraspeo me
hizo levantar el rostro y vi a mi amiga que mantenía su brazo apoyado en el
escritorio y su mano sostenía su cabeza, su mirada era penetrante y mantenía
enarcada una de sus cejas.
—Te sientes mal?— negué— no tienes buena cara,
parece que no dormiste muy bien
—No es nada— le reste importancia y seguí
trabajando, mejor dicho fingí seguir trabajando
—Para no ser nada, estas algo triste— me recargue
por completo en el respaldo de mi silla tomando la taza de té, la puerta se
abrió y por ella entro mi secretaria con un enorme arreglo de tulipanes y rosas
rojas, lo dejo en una de las mesitas laterales quito la tarjeta y me la entrego
antes de marcharse, apenas se marcho Megan volvió a mirarme— sucede algo con
Edward?
—Es un idiota— odiaba que mi amiga fuera tan
intuitiva, además las flores lo dejaban claro
—Quieres contármelo— me levante y me acomode en el
sillón ella me siguió y se acomode junto a mí, tome una bocanada de aire para
comenzar a contarle todo lo sucedido la noche anterior solo note que fruncía el
ceño, separaba ligeramente los labios negaba y asentía, pero no dijo nada hasta
que finalice.
—Ambos son culpables, él por gritarte y no
entenderte y tu por ser una cabezota, en vez de decidir salir tu hubieras
insistido o quizá llamar a alguna de esas tiendas de servicio a domicilio las
24 horas, ahora solo aclararme un punto que creo entendí mal
—Te quedo duda en la parte que me grito— enarque
una ceja
—No me quedo duda en la parte de que hablaste en
plural, dijiste mis bebes en lugar de mi bebé— no pude contener las sonrisa
acaricie mi vientre
—Son gemelos— se levanto de un salto y me abrazo
demasiado efusiva, se disculpo por casi aplastarme— solo no lo menciones,
Edward y yo no lo hemos dicho aun, queríamos anunciarlo hasta que supiéramos
que van a ser
—Pobre de ti Bells, Edward apenas te dejara
respirar al saber que son tres personas a las que tiene que cuida en lugar de 2
—Es un fastidio, pero no solo Edward también se
alió con Evan que a su vez mantiene a Max cuidándome, puedes creerlo hasta el
perro— chille y ella se burlo
—Sra. Cullen— mi secretaria había abierto la puerta
levemente, solo para asomar la cabeza, cuando vio que tenía mi atención
prosiguió— tiene un par de entregas mas
—Recíbelas y que las traigan— asintió un par de
minutos más la llamaron a la puerta Megan abrió y varios chicos entraron
dejando varios arreglos de conforme entraban Megan les retiraba las tarjetas yo
no pude más que bufar, al salir el ultimo
—No vas a leer las tarjetas— negué
—Mejor has que saquen todo esto de aquí
—"Perdóname por favor", "Siento lo
que sucedió ayer"…— me acomode de nuevo en mi silla e intente de nuevo
volver al trabajo pero no podía evitar escuchar a mi amiga que leyó cada una de
las tarjetas, todas eran de disculpa, mi teléfono comenzó a sonar y por el
sonido sabía que era Edward así que ignore la llamada, hubo 10 más que ignore
de la misma manera, el teléfono de mi oficina comenzó a sonar y Megan lo tomo
antes que yo
—Oficina de Isabella Cullen… Hola Edward…— cruce la
mirada con mi amiga, tome aire sabiendo que me haría hablar con él— lo siento
Bella está en una reunión… si ya llegaron pero no las ha visto… claro yo le
digo que llamaste… igualmente bye
—Gracias
—No creo que le haga demasiada gracia cuando se dé
cuenta de que no estabas en ninguna junta y solo te estoy ayudando— nos
olvidamos un poco del tema y nos enfocamos al trabajo, entre las dos
avanzábamos mucho más rápido, además su ayuda me había caído de maravilla ya
que iba a ir por Evan a la guardería y tenía un poco más de una hora, un par de
golpecitos en la puerta me extraño ya que Stacy no me había avisado de la
llegada de nadie, Megan de levanto y abrió solo para ver a alguien con un
enorme arreglo floral de Tulipanes blancos y rosas.
—Por favor!— chille— no quiero un arreglo mas, haz
que manden por los que están aquí
—Pensé que te gustaban— me quede quieta al ver que
detrás del arreglo estaba mi esposo que entro y dejo el nuevo arreglo en mi
escritorio, Megan se disculpo y salió dejándonos solos.
—Que haces aquí?— le reclame sin levantarme, se
acerco hasta donde estaba y giro la silla para acomodarse en cuclillas delante
de mí.
—Ya que te negabas a contentarme decidí venir yo
—Estoy enojada contigo que no puedes comprender eso—
intente girarme pero me lo impidió
—Lo siento de verdad que lo siento amor, pero es
que la sola idea de que les pudiera pasar algo a ti o ah los bebes me lleno de
pánico y por eso reaccione de esa manera
—Me gritaste— le reproche— se que no debí de hacer
eso, pero no tienes una idea de lo que es sentir los antojos, para ti es muy
fácil dejarlos pasar porque no eres tu el que los siente, si alguien es
culpable están ahí— señale mi vientre
—No los culpes— tomo mis manos y las beso— solo hay
un culpable y eso soy yo, de no ser por mí no estarías pasando por todo esto
—Yo quería estar embarazada y tu solo cumpliste mi
deseo, solo te pido que seas paciente y que no te enojes como ayer, me
asustaste y me hiciste sentir muy mal— cerré mis ojos no quería ver su rostro
al decir eso
—Lo siento mi vida, sé que no debí de comportarme
de esa manera y prometo que no volverá a ocurrir, tienes razón en decir que
para mí es muy sencillo y es justo que al menos me levante por tus antojos
nocturnos es un poco de lo que puedo hacer, tú tienes que hacer la parte más
complica— se enderezo pero dejo su rostro a la altura del mío.
—No es complicada, es hermosa— coloque las manos en
su rostro y lo obligue a que se acercara un poco para poder besarlo, se sentía
tan bien, ambos nos besábamos de una manera apasionada como si tuviéramos
varias semanas sin hacerlo
—Quiere decir que me perdonas
—Con una condición— asintió— prométeme que la
próxima vez que nos molestemos no convertirás mi oficina en una florería
—Tenlo por seguro— sonrió abiertamente
—Quede de ir por Evan a la guardería, podemos ir
por él y después ir a ese restaurante de comida italiana donde hacen las pizzas
personales que le encantan a Evan
—Y el Fettucini que te encanta— asentí sin poder
ocultar mi sonrisa
Salimos de la oficina, Edward le pidió a Megan que
mandara a Peter con mi auto ya que nos iríamos en el de él, me ayudo a subir a
su camioneta y partimos a la escuela de nuestro pequeño, estaba contento de
saber que lo llevaríamos al restaurante de las pizzitas como él las llamaba,
nos acomodaron en una de las mesas que daban a un pequeño jardín, después de
hacer nuestro ordenado nuestra comida escuchamos atentos lo que tenía que
contarnos, estire mi mano para tomar un poco de pan y note que Evan dejaba de
hablar y fruncía el ceño mirándome
—No comas pan o depues no quedas come— me reí al
escuchar mis palabras en los labios de mi hijo
—Solo este— me incline para que solo él me
escuchara— tu hermanito tiene hambre
—Solo ese—asentí notando la risa de mi esposo
Disfrute de la comida y sé que ambos también lo
hicieron, cuando terminamos salimos del establecimiento y nos dirigimos por
nuestro postre unas nieves que estaban cerca que estaban deliciosas, Evan
eligió el helado de Edward, caminamos de regreso a la camioneta cuando
estábamos cerca notamos un par de luces y las mimas preguntas "hay un
nuevo Cullen en camino", subimos a Evan a su sillita y yo detrás de él,
termine de asegurarlo en lo que Edward nos sacaba del lugar.
No dejamos que ese incidente nos arruinara la
parada al supermercado, Edward empujaba el carrito mientras que Evan y yo lo
llenábamos de toda clase de galletas, dulces, chocolates, helados, crema de
cacahuate, jalea y todo lo que se nos antojara, las personas solo nos veían ya
que no hacíamos mas que llevar antojos, la chica de la caja nos miro extrañada
pero no nos importo, salimos y ayude a Edward a acomodar las bolsas en realidad
solo buscaba las galletas de bombón, soltó una risita el notar que sacaba un
paquete, me beso y me condujo hasta el asiento del pasajero.
Cuando llegamos a casa, Edward solo nos me dio un
par de bolsas que no pesaban, una pequeña a Evan porque insistía en ayudar y él
se encargo de las demás, Vicky acomodo las compras y Ángela se llevo a Evan a
darle un baño, nosotros nos fuimos a nuestra habitación, me deje caer en la
cama descansando mi cuerpo, debía ser por el embarazo que me sentía agotada,
Edward se me unió me atrajo a su cuerpo me estire hasta capturar sus labios, me
acomode sobre el acariciando su rostro con mis manos
—Pensé que estabas cansada
—Prometiste cumplir cada antojo— acaricie su pecho
por encima de la camisa y el comenzó a reír por lo bajo, me apodere de sus
labios, hundí mis manos en su cabello para intensificar el beso sintiendo como
sus labios se movían de la misma manera que los míos, nuestra respiración era
agitada y comenzaba a hacernos falta pero no quería separarme de ese delicioso
sabor, rompimos el beso jadeando
—Creo que después de todo tus hormonas no son tan
malas— lo golpee y él me abrazo besando mi cuello y mordiendo el lóbulo de mi
oreja—te amo mi pequeña esposa hormonal
—No te burles que no es para nada gracioso, aun
pienso que es injusto que seamos nosotras las que tengamos que pasar por todo
el proceso, pero sabes que es lo mejor de todo?, que estas totalmente segura de
que son tuyos y ustedes pues… solo pueden confiar— me burle al ver su cara, sus
manos comenzaron a hacerme cosquillas, se giro quedando sobre mi sin
aplastarme, intentaba detenerlo pero me era imposible, lagrimas salieron de mis
ojos y fue hasta ahí que se detuvo
—Decías algo?
—Es la verdad—alcance a sostener sus manos antes de
que volviera a hacerme cosquillas— solo que tú no tienes de que preocuparte
—Tonta Bella, como si realmente me preocupara— me
beso de manera dulce pero la ansiedad pudo más y envolví su cuello con mis
brazos y mis piernas en su cintura pegándolo a mi cuerpo, nos separamos al
escuchar la voz de nuestro hijo que nos gritaba, esto tendría que esperar.
La noche fue tan grandiosa como lo había esperado,
cada caricia y beso habían sido suficientes para hacerme estremecer entre sus
brazos, el escuchar mi nombre salir de sus labios era como música para mi
oídos, jamás me cansaría de saber que yo era la responsable de los jadeos de
Edward.
Una semana había pasado y mi pancita ya era notoria
pero aun podía disimularla un poco, todas estas semanas lo había logrado
ocultar a los nuevos diseños que Alice había creado para este propósito, para
despistar al enemigo, ella ya había anunciado su embarazo pero nosotros aun no
queríamos hacerlo y menos ahora que la atención estaba centrada en nosotros
debido a que la relación que mi madre mantenía con Phil se estaba desmoronando,
me había cansado de decir que no sabía nada, pero tal parece que hablaba con
las paredes porque seguían insistiendo con lo mismo, debido a esta atención por
parte de los medios y mi ropa holgada poco característica en mi había logrado
aumentar las especulaciones sobre mi embarazo, cada vez que lo preguntaban
nosotros lo negábamos.
Estaba sentada con la espalda recargada en las
almohadas mientras pasaba los canales esperando que Edward se asegurara de que
Evan estuviera dormido, me detuve en un anuncio de finanzas en el que se
pronosticaban acciones a la alza lo que me alegro, al menos no tenía nada de
qué preocuparme estos días, todo estaba hecho una locura debido a la
inestabilidad que había en el país pero nada de qué alarmarse aun, separe mi
vista de la tele cuando Edward entro quitándose la camisa, este hombre seria mi
muerte con solo verlo mi corazón comenzó a acelerarse y el muy descarado aunque
lo noto siguió desvistiéndose muy lentamente.
—Te gusta lo que ves— me guiño un ojo
—Engreído, ve a bañarte
—No me quieres acompañar
—Solo date una ducha, pero no tardes—le dije
mordiendo mi labio, se metió al baño y al instante escuche el agua de la
regadera, al terminarse el informe seguí en la búsqueda de algo nuevo que ver
pero solo me encontré con algo que no sabía si era del todo bueno, deje escapar
un suspiro y me acomode mas entre las mullidas almohadas.
—Puedo saber porque suspiras— negué intentando
hundirme más entre las almohadas, se acomodo a mi lado, beso mi cuello
produciéndome un escalofrió por el frio de su nariz que había tocado mi piel
—No es nada— mis dedos se enredaban con el borde de
mi bata, acomode mi cabeza en la almohada que estaba cerca de él, sus dedos se
enredaron en mis cabellos jugando suavemente, un chillido que había intentado
contener se me escapo
—Podrías decirme que es lo que sucede amor—mordí mi
labio cerré los ojos y cuando los abrí delante de mi tenia a mi esposo que
mantuvo sus ojos puestos en los míos y soltó una carcajada
—De que te ríes?— le pregunte haciendo un mohín,
beso mi frente alisando las arruguitas que se habían formado por mi expresión y
beso mi nariz
—Que es lo que se te ha antojado ahora?— me
sorprendió que adivinara, me había estado conteniendo el decirle que tenía un
nuevo antojo, pero me era imposible y todo por el maldito comercial.
—Quiero donas—dije tímidamente, rozo mis labios y
se levanto de un salto fue hasta él armario y se cambio
—Alguna en especial?
—Quiero que sean Krispy Kreme, quiero de chocolate,
de crema pastelera, glaseada, de dulce de leche y original— dije emocionada
—No tardo— vio el reloj que marcaba cerca de las 10
y se echo a correr, me sorprendió que no habían pasado ni tres minutos cuando
escuche el motor del volvo.
Desde lo sucedido en mi antojo de helado de limón,
no se había negado a cumplir hasta el más loco, hasta el momento había sido un
sándwich de crema de maní con jalea de durazno, un batido de mango y nachos con
mucho queso todo a las 3 de la mañana, ese día había ido a buscar mis nachos
hasta un autoservicio a media hora de casa, de regreso llego a casa de Esme que
amablemente me preparo el batido de mango y yo prepare mi sándwich de crema de
maní con jalea de durazno, Edward me observo comer y no pase desapercibido
algunas muecas cuando comía mi sándwich junto con un nacho cubierto de mucho
queso, pero no me importaba si le parecía asqueroso a mí me gustaba. Intentaba
el contenerme de los antojos pero ellos eran más fuertes que yo, lo peor venia
por las mañana cuando hacia mi visita oficial al baño.
—Donas!—chille al ver a mi esposo entrar con la
caja de donas, un vaso de leche y un par de servilletas
—Si amor yo también te quiero— lo ignore y le
arrebate la caja, me senté con las piernas cruzadas abrí la caja con
desesperación para tome la primera dona que resulto ser de crema pastelera, era
simplemente deliciosa, no pude evitar cerrar mis ojos y saborearla, era
consciente de que posiblemente estaba haciendo sonido extraño pero no me
importo, abrí mis ojos y Edward estaba acostado de lado frente a mi sonriendo
—Quiedesh…— le dije ofreciendo de mi dona, le dio
una pequeña mordida y levanto el pulgar en señal de aprobación— esta deliciosa,
como las conseguiste?
—Solo disfrútalas—enarque una ceja, quería saber como
las había conseguido ya que era tarde para que aun encontrara un local abierto
—No entraste por el ducto de la ventilación o algo
así verdad— tome la de chocolate y bebí un poco de leche, el rio negando ante
mi deducción
—Recordé que Emmett conoce a uno de los dueños de
una franquicia que está cerca de central park, así que le pedí que lo llamara
para que se mantuviera abierto o que me esperaran para llegar por tus donas y
lo consiguió, así que estas donas se las debes a Emmett— asentí feliz
disfrutando mis donas hasta que caí en cuenta de un pequeño detalle
—Como es que llegaste tan aprisa esa franquicia
esta a no menos de 40 minutos, y tu no tardaste ni una hora
—Olvidas que conozco un par de atajos y conduciendo
a 100 km/hr ayuda demasiado
—Cullen, porque no eres un hombre responsable no
quiero ser viuda— le reproche y el solo rodo los ojos sabia que cuando tardaba
de mas lo regañaba por hacernos esperar, malditas hormonas.
—Eres increíble, en verdad que eres fascinante,
aunque haga las cosas bien encuentras en que pelear conmigo— me beso bajo de la
cama y fue a colocarse su pijama de nuevo, dos donas después y el vaso vacio me
levante a lavarme los dientes y me acurruque contra el cuerpo de Edward que me
abrazo y me tarareo una melodía muy hermosa logrando que cayera en un profundo
de sueño.
Aquí estaba de nuevo sintiéndome completamente
nerviosa, Edward mantenía su brazo en mi cintura y su mentón apoyado en mi
cabeza, respiraba profundamente y le sonreía a las mujeres que tenía delante de
mí un par de ellas también estaban acompañadas .
—Sra. Cullen— Edward se levanto y me ayudo a
hacerlo aunque no lo necesitara, estaba nerviosa por el ultrasonido, Emma la
enfermera me vio con dulzura cuando cerró la puerta, me indico que me cambiara
y me dijo que no me preocupara por nada que todo estaría bien, me cambie con
lentitud y salí para encontrarme con Edward que me extendió sus brazos, acorte
la distancia y me refugie en ellos inhalando su aroma dulce pero a la vez
masculina que lo caracterizaba.
—Tranquila amor, hoy veremos a nuestros pequeños
—Oh, pequeñas— reí de manera nerviosa, acuno mi
rostro y me beso dulcemente y después me volvió a abrazar, me acomode justo
cuando mi amiga entro, saludo a Edward y después a mí con un beso en la mejilla
—Veo que estas nerviosa, si lo prefieres no te digo
los sexos
—Quiero saber—presione la mano de Edward
—Bueno es hora de ver como van esos pequeños,
recuerda que el gel esta algo frio— asentí y cerré los ojos al sentir la
sustancia viscosa en mi vientre, estaba realmente frio pero mi cuerpo no tardo
en adaptarse a la temperatura, coloco el transductor y comenzó a moverlo, de
inmediato escuche el sonido de los dos corazones, mire a Edward que me guiño un
ojo sin dejar de sonreír, moví mi cabeza para ver la imagen pero honestamente
no entendía nada
—Como están?—pregunte viendo la pantalla
—En perfectas condiciones amor—beso mi frente y
regreso la vista a la pantalla, sentí un apretón y una exclamación por parte de
Emily
—En verdad quieres saber el sexo de los bebes?—
pregunto mi amiga yo asentí
—Pues uno de es un varón, solo hay que ver si el
otro que se niega es un niño o una pequeñita tímida— movió el transductor unos
minutos mas— parece que es un varón, dos pequeños
—Edward— lo observe sin poder contener sentir un
ola de emociones, estaba feliz por saber que estaban bien pero ambos eran
niños, no habíamos conseguido nuestra princesa.
—Todo está bien amor— me susurro y me beso, amaba
la comunicación que teníamos no eran necesarias las palabras para saber lo que
el otro pensaba
—Serán padres de dos hermosos varones— las lagrimas
hicieron su aparición, era por la emoción, tome el pañuelo que me extendía
Emily
—Creo que ahora si podremos decirles a todos que
serán abuelos de dos hermosos niños— señalo Edward quien sonrió completamente,
aunque no habíamos conseguido a nuestra princesa el estaba feliz por nuestros
pequeños.
—Creo que nos equivocamos no es un él, es una ella—ambos
nos giramos a la pantalla ya sé que en mi caso es algo estúpido dado que yo no
comprendía nada de lo que se reflejaba—Tu qué opinas Edward?
—Creo que, me permites el transductor— sentí como
lo movía un par de veces pero no conseguía ver lo que deseaba
—Creo que no quiere dejarse ver de nuevo— señalo mi
amiga
—Vamos solo déjanos verte, solo una vez más amor—
me enterneció escucharlo hablar, siguió moviendo el transductor
—Vaya lo que necesitaba era escuchar la voz de su
papá— me gire a ver la pantalla pero no había notado un solo cambio—quieren que
les imprima la imagen
—Si, por favor— me gire hacia Edward que solo se
inclino para besarme y verme con dulzura
—Tendremos nuestra princesa, es una parejita— me
indico haciendo que mis lagrimas salieran con mayor intensidad, sentí que me
limpiaba el vientre y me ayudo a sentarme abrazándome fuertemente contra su
pecho
—Felicidades nuevamente, esta es la clase de
emoción que me gusta ver, cámbiate y los espero en mi consultorio— asentí y me
coloque detrás del biombo para cambiarme, estaba más que feliz al saber que lo
habíamos logrado después de todo habíamos conseguido nuestro objetivo
tendríamos nuestra pequeña princesita y un guapo pequeño, Evan se volvería loco
al saber que sería un pequeño pero qué pensaría cuando le dijéramos que también
había una niña
—Quieres ayuda— la cabeza de Edward se asomo
encontrándome con la blusa casi terminada de abrochar, me había perdido en mis
pensamientos que no había sido consciente de que no había terminado de vestirme
—Ya voy— le sonreí de manera tonta, me espero hasta
que termine y me tomo con delicadeza de la cintura, me dejo entrar al
consultorio y escuchamos atentos las indicaciones, me sorprendí al ver que a
pesar de todo lo que había comido estaba en el peso adecuado para el tiempo de
gestación, eso indicaba que tenia buen metabolismo o estaba comiendo en
proporciones adecuadas.
Nos dirigimos a casa de Charlie ya que nos había
invitado a comer junto a todos los Cullen y los Hale, me agradaba el ver que mi
padre podía contar con amigos como mis suegros y los padres de Rose. Cuando
llegamos nos encontramos con nuestro hijo que salto a los brazos de Edward y se
estiro para besarme, aun estaba molesta porque Edward le había pedido que no
dejara que yo lo cargara estando de pie, que debíamos de cuidar al bebé, y mi
hijo de manera obediente no me permitía que lo cargara, solo se acomodaba en
mis piernas cuando yo estaba sentada.
—Que bueno que han llegado los estábamos esperando—
señalo Esme que me abrazo y después a Edward, Alice se acerco con sus
característicos pasos y Jasper detrás de ella cuidándola de cualquier tropiezo,
nos abrazamos riendo al sentir nuestras pancitas chocar, salude a Rose que
mantenía a Alex dormido en sus brazos y Emmett estaba dormido en uno de los
sillones
—Hola Bells— se acerco mi padre
—Papá— lo abrace y le di un par de besos, sus
brazos me rodearon por la cintura cuidando de no aplastar el bultito
—Veo que has crecido un poco
—Tu crees— acaricie mi pancita feliz
—Si, pero apostaría que estas más hermosa que de
costumbre
—Si hermanita tienes menos que la duende y estas
casi igual de crecidita, creo que las donas y tus extraños antojos no son tan
buenos
—Cállate Emmett, estabas mejor dormido— le señale
al momento que me abrazo haciendo que mis pies abandonaran el suelo
—Cuidado!— chillaron Edward, Esme, Carlisle y
Charlie yo solo me reí
—Que exagerados— me dejo de nuevo en el suelo
—Bueno dígannos como les fue, saben que será?—
pregunto Esme impaciente
—Sip ya sabemos el sexo pero antes hay algo que
tenemos que decirles— Edward me abrazo sin dejar de sostener a Evan que juagaba
con el cuello de su camisa
—Y…
—Donde está la impresión— pregunte, y me señalo a
Carlisle que la veía a contraluz la movió en diferentes ángulos
—Bueno van a decirnos— apremio Alice impaciente,
olvidaba que ella también era una bomba de hormonas
—Es cierto esto?— pregunto Carlisle sonriendo,
ambos asentimos y notamos el semblante de todos
—Tendremos mellizos, un niño y una niña— respondió
Edward orgulloso, los grititos de emoción no se hicieron esperar y un llanto
acompañando la algarabía, con los gritos habían despertado al pequeño Alex.
Todos se alegraron por la noticia y me sentí contenta, solo escuchaba de los
nuevos planes para los mellizos, me aclare la garganta pero nadie me hizo caso
lo hice de nuevo y obtuve el mismo resultado.
—Pueden seguir hablando pero en la mesa, tengo
hambre— lo grite, todos se callaron y note la sonrisa burlona de Emmett mas no
me importo yo tenía hambre
Nos acomodamos en el comedor Ruth son ayuda de
Susan comenzaron a servir los platos, las primeras fuimos Alice y yo, introduje
la cuchara a mi sopa para comprobar que estaba deliciosa, las chicas estaban
planeando una exhaustiva tarde de compras con todo lo necesario para los tres
próximos Cullen, ayude a Evan a comer sin dejar de escuchar las ideas, después
de la comida todos se fueron a la sala para seguir planeando mi próxima
tortura, me sentía abrumada por la atención que me estaban brindando, sabía que
lo hacían con las mejores intenciones.
A mitad de la tarde Alice y yo tomamos un
refrigerio que nuestros pequeños exigieron, las burlas de Emmett no se hicieron
esperar le lance un panecillo dándole directamente en la frente, pero después
me arrepentí porque no encontré otro panecillo de zanahoria, Edward me mantenía
abrazada moviendo sus dedos sobre mi vientre causándome cosquillas, con la
mirada busque a mi hijo que había abandonado la sala hace un par de minutos, le
dije a Edward que fuera a buscarlo y desapareció, después de casi 20 minutos y
sin tener señal de ambos me marche a buscarlos, Susan me indico que estaban en
el jardín.
Me detuve en la puerta cuando los vi sentados en
las escaleras, Evan tenía sus manitas en sus oídos con la cabecita en baja,
Edward le hablaba pero el solo negaba.
—Sucede algo?— me acerque a ellos, Edward solo
levanto la vista y parecía nervioso pero mi pequeño ni me miro, me senté un
escalón debajo de donde estaba Evan y Edward, acaricie su mejilla para
encontrarla húmeda, levanto la mirada que estaba triste, envolvió sus bracitos
en mi cuello, oculto su rostro y comenzó a sollozar, lo hale hacia mi dejando
que envolviera sus piernitas en mi cintura, solo acaricie su espalda y su
cabecita.
—Que pasa amor— lo bese un par de veces cuando su
llanto comenzó a disminuir, solo había pequeños espasmos
—Me quiedes?— separo su rostro de mi cuello
—Te amo corazón— limpie sus mejillas y lo obligue a
que nuestras miradas siguieran conectadas, se sentó en mi regazo
—Me seguidas quediendo aun con mi hemanito y mi
hemanita
—Claro que te seguiremos queriendo amor, jamás te
dejaremos de querer, porque piensas eso cariño?— envolví su cintura con mis
manos, el rostro de Edward se acomodo en mi hombro tomo una de sus manitas
—Todos quieden más a los bebes—bajo su cabecita y
con su manita libre acaricio mi vientre
—Claro que no mi vida, es solo que debemos de tener
más cuidado con ellos, son los mismos cuidados que tuve cuando tú estabas aquí
adentro— le señale mi vientre y el abrió los ojitos sorprendido
— Ahí dentlo— asentí
—Vez lo pequeñito que es Alex?— pregunto Edward y
él solo asintió— tus hermanitos son mas pequeñitos y es por eso que debemos de
cuidarlos, pero eso no quiere decir que te vamos a dejar de querer
—Vas a seguí jugando comigo— asintió sonriendo
—Después tus hermanitos también jugaran contigo— le
dije con voz alegre y el sonrió
—Tamien mi hemanita?— yo asentí, me abrazo
nuevamente, me beso y beso mi vientre antes de entrar a la casa
—Crees que esto se vuelva a repetir?— me gire para
ver a mi esposo que tenia la mirada desconcertada, tome su mano y la entrelace
con la mía
—Probablemente, solo debemos de ser cuidadosos de
que no se vuelva a sentir desplazado
—En ningún momento lo hemos desplazado amor
—Siento que fue el hecho de que todos hablaban de
los bebes y no le prestamos la misma atención, debemos de cuidar eso
—No dejaremos que esto se repita de nuevo, lo que
menos deseo es que se sienta amenazado con la llegada de los bebés
—Se que él los quiere, pero los celos son normales
mas cuando está acostumbrado a que toda la atención estaba puesta en el
—Creo que será un poco duro
—Tu no te sentiste amenazado cuando Alice nació?—
sonreí al notar que mi pregunta le había tomado por sorpresa, se toco el
cabello— yo no sé lo que se siente eso ya que yo fui hija única
—No lo recuerdo, eso fue hace muchos años amor
—Bueno será mejor que regresemos dentro tengo sed—
no lo tuve que decir dos veces ya que me ayudo a levantarme, hicimos una parada
en la cocina para tomar un vaso con agua, todo seguía estando como lo
recordaba, nada en esta cocina había sido cambiado pero lo que más me extraño
es que aun recordara cada detalle.
Nos fuimos a la sala donde sabía que estaban todos,
mi hijo estaba ya en las piernas de Carlisle que estaba jugando con él mientras
Esme le hacía cosquillas, todos los demás estaban callados
—Donde esta mi papá?— pregunte al notar su
ausencia, la mirada que se lanzaron unos a otros me dijo que algo no andaba
bien pero nadie hablo— que es lo que sucede
—Bella tu papá está hablando con Renée?
—Por teléfono?—pregunte
—Esta aquí— afirmo Alice, el solo escuchar eso
me hizo ir al único lugar donde sabia que los encontraría, Edward iba junto a
mi intente que me dejara pero no lo hizo, me detuve delante de la puerta del
despacho de mi padre y claramente escuchaba la voz de mi madre que estaba
llorando.
…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario