Quitando Mascaras
Jasper nos presento a cada uno, y la guio hasta una
silla que Alice le acerco.
—Un placer conocerlos. —la sonrisa de la mujer era
cálida.
—Deseas algo… ¿un café o un té? —le ofreció Rosalie
de manera educada, pero ella negó con la misma educación.
—Abi, Bella siempre ha sido así de fría— pregunto
Alice.
La mujer no nos miro a ninguno y solo suspiro al
tiempo que una sonrisa melancólica aparecía en su rostro.
—Ella era la chica más cálida que conocía, desde
pequeña siempre fue una niña muy inteligente y maravillosa, era cálida… conmigo
lo sigue siendo.
— ¿Y porque cambio? — me sorprendió ver que Rosalie
parecía más interesada de lo que ella hubiera querido.
—Ella no habla mucho al respecto, pero creo que
todo comenzó cuando la empresa Swan se volvió una corporación exitosa. —se
removió en la silla y levanto su mirada viéndonos a cada uno. — Su padre pasaba
largas horas en la oficina restándole atención, su madre comenzó a ampliar sus
amistades desatendiéndola de igual manera. El ingresar al círculo más alto de
esta sociedad no siempre es algo bueno, para ella no lo fue.
— ¿Como sabes eso? —no entendía como ella podía
saber tanto de los Swan.
—Yo trabajaba aquí aun cuando la empresa era nada,
ella pasaba el mayor tiempo posible en la empresa junto a su padre, era una
niña que revoloteaba alrededor de su padre y que decía seria igual que su padre
que cuando creciera sería una gran empresaria como él.
— ¿Y lo es?
— ¡Claro que lo es! —miro a Alice con cierta
incredulidad por atreverse a preguntar—pero todo esto le ha costado muchas
cosas. El éxito tiene un precio muy alto que ella ha ido pagando lentamente.
— ¿Qué cosas? —pregunte interesado.
—A pesar de ser una de las niñas más ricas de la
cuidad, hacia toda clase de locuras de una chica de su edad, ella no se
comportaba como la chica de un estatus alto, era una niña normal que hacia todo
con su inseparable amigo Jacob, viajaba usando el subterráneo, les diré que me
enseño a utilizarlo. —sonrió con nostalgia al recordar ese momento. —
Disfrutaba salir y comer hot dog en las calles o simplemente paseando en
Central Park, cosa que se aun disfruta y sigue haciendo… pero siempre sola.
—¿Ese tal Jacob ya no es su amigo?
—Hasta donde sé lo siguen siendo, pero ambos ya no
se frecuentan. Él la seguía buscando, pero Bella se alejo, la amistad no fue la
misma desde que los separaron. —dejo escapar un suspiro.
— ¿Los separaron?, ¿pero quién? — no pude reprimir
una sonrisa al ver el rostro de mi hermana, estaba completamente atenta en la
historia.
—Renée Swan creía que Jacob era una pésima
influencia para Bella, ya que con él era tal y como es en realidad, él jamás
trato de cubrir las apariencias como Bella se veía y se sigue viendo obligada.
La única manera que Renée encontró para poner distancia entre ambos, fue siguiendo
los pasos de sus nuevas amigas, y cuando iba a ingresar a secundaria la mando
fuera del país a un internado en suiza. Solo la iban a visitar una vez al año y
ella solo venia para las vacaciones de navidad, el cambio fue inminente… con
todos era más fría, no mostraba sus sentimientos con la facilidad que lo hacía,
su madre le quito los mejores años de su adolescencia. —volvió a suspirar. — la
convirtió en lo que es ahora.
— ¿Y no se rebeló?— pregunto Emmett sorprendido.
—Se escapo un par de veces del internado, corrió bastantes riesgos y se lesiono en cada
intento, pero después termino por
rendirse y espero a que su encierro terminara, ahí conoció a algunas de las
chicas con las que sale estos días. —meno la cabeza reprobatoriamente. — Cuando
regreso pensé que al fin podría volver a ser la misma chica cálida, pero todo
se complico de nuevo… su padre había elegido por ella e hizo que la admitieran
en la facultad de Economía de la más prestigiosa universidad de la ciudad y el país.
—¿Ella no la eligió?— Jasper se me adelanto.
—Su padre movió sus influencias y cuando ella
regreso de suiza ya tenía su lugar asegurado en la facultad de Economía, al
igual que todos los de su mismo circulo social. —Se removió en su asiento. — la
última vez que hable con ella me había mencionado que quería ser escritora, me
mostro uno de sus trabajos y era simplemente magnifico. Un talento nato.
—¿Y por qué no lucho por seguir lo que quería? Si
era realmente lo que le apasionaba y tenía el talento porque no luchar para
obtenerlo.— pregunte.
—No es fácil hacer que su padre cambie de parecer
y, siendo su única hija él se aseguraría que siguiera sus pasos. Ella decidió
entrar después de varios intentos, esperaba que al menos pudiera recuperar el
tiempo perdido con su padre y hacer que este volviera a tratarla de la misma
manera que lo hacía cuando era pequeña: con cariño.
—Pero no cambio, parece que no le importa— señalo
Emmett con voz áspera.
— ¿Y desde cuando es parte de la empresa?
—Hace dos años…—me miro y sonrió— era una niña
asustada, recuerdo su primer día, su mirada era de pánico y prácticamente
estaba temblando.
—Ahora no tiene nada de pánico, su mirada es
completamente fría, es capaz de helarle la sangre a cualquiera. — señale
haciendo que los demás asintieran.
—Eso se lo deben a algunos de los ejecutivos que
fueron bastante duros con ella, era blanco constante de sus burlas. El Sr.
Maxwell en cambio, le mostro poco a poco el funcionamiento de la empresa
obligándola a tomar su lugar en esta empresa como una Swan, la heredera de esta
corporación. — frunció el ceño graciosamente. — La única forma que encontró
para darse a respetar fue volviéndose completamente dura e impenetrable y
sumamente altanera, a partir de ese momento fue respetada y ahora todos le
temen.
—Pero solo por su manera de ser…
—Bella es una cajita llena de sorpresas, ella dejo
claro a todos los que trabajan en esta empresa que la belleza no es sinónimo de
estupidez y mediocridad, le intentaban hacer su estancia un poco difícil y que
se rindiera, ya que esta profesión piensan que solo la hacen a la perfección
aquellos con traje y corbata.
— ¿Solo hombres?— la voz molesta de mi hermana
resonó en la habitación que se cubrió la boca al darse cuenta que lo había
gritado.
—Que machistas— secundo molesta Rosalie
—Ese día fue memorable. —sonrió con diversión. —
cerro un trato que tres ejecutivos no lo habían logrado y estaban a punto de
perderlo, sus palabras aun están presentes en todos ella dijo "Espero que
les quede claro que no solo ustedes son buenos en esta profesión, les acabo de
demostrar que lo puedo hacer mucho mejor y con mayor habilidad y todo esto con
zapatillas altas, no enfundada en trajes baratos, corbatas que dan vergüenza y
zapatos de segunda"
—Yo no lo podría haberlo dicho mejor— dijo una
emocionada Rosalie.
—Es muy lista.
—Es el segundo lugar en su generación. —menciono
con orgullo. — se lo merece, pasa largas horas de estudio, es una chica
inteligente, dedicada, hábil y sobre todo trabajadora, ella ha logrado cerrar
cerca de 40 contratos.
—¿cuarenta?— dijimos al unisonó. Abi asintió con una
enorme sonrisa de satisfacción por vernos tan sorprendidos.
—Yo la acompañe esta mañana cuando cerró un trato y
en verdad es formidable.
—Algunos dicen que una negociadora peligrosa,
porque no hay quien se resista. Pero todo se debe de que está muy bien
preparada y sabe manejar perfectamente las situaciones.
— ¿Porque le temen? —pregunto mi hermana
—Es la mejor , conoce cada una de las áreas de esta
empresa, así que no hay manera de que la engañen, ha despedido y promovido a
algunos ejecutivos, es completamente imparcial, no se tienta el corazón para
tomar las decisiones por lo que muchos dudan que tenga uno, y la han llamado la
princesa de hielo.
— ¿Princesa de hielo?, ella sabe que la conocen
así—pregunte
—Claro que lo sabe, y lamento que sepa de los
demás, que no son nada agradables, pero ella en vez de molestarse se burla de
su falta de ingenio.
—No tiene amigos en la empresa— inquirió mi hermana
—Casi no habla con nadie ya que Charlie no le gusta
que socialice con personas inferiores, pero aun así, ella mantiene una estrecha
relación con algunas secretarias y asistentes.
— ¿Y su padre que dice al respecto? — Rosalie
estaba más interesada de lo que creíamos
—Él no lo sabe, delante de su padre siempre la
llaman Srta. Swan, pero cuando el no esta es simplemente Bella, a la única que
le permite llamarla Bella este o no este su padre es a mí.
—Que sabes de sus amigos fuera de la empresa—se
aventuro Jasper.
—Esos chicos no me gustan, no andan en nada bueno,
sus padres no les prestan atención, por lo que no dudo que anden en asuntos
turbios
— ¿Turbios? — preguntamos Jasper, Emmett y yo al
unisonó.
—Me refiero a que tienen problemas con las bebidas
e incluso con las drogas, de algunos estoy segura que las consumen y lo que más
miedo me da es que he llegado a dudar si mi pequeña lo hace— dejo escapar un
suspiro y su mirada se ensombreció.
—Que es lo que te hace pensar que ella puede estar
consumiendo drogas— le pregunto Jasper sin apartar la mirada de mi.
—Este círculo social es el más peligroso, ya que
todo es en base a las apariencias, además algunos de esos chicos han estado ingresados
en clínicas de rehabilitación aunque los padres dicen que están de vacaciones
en algún paradisiaco lugar o peor aun algunos metros bajo tierra.
—Ella debe de saberlo—alerto mi hermana y Rosalie
asintió dándole la razón.
—Es de su conocimiento, son secretos a voces.
—Y hace cuanto que ella comenzó a salir con estos
chicos— pregunto mi hermano.
—Hace más de un año salía de vez en cuando, pero el
semestre pasado comenzó a salir cada fin de semana.
— ¿Le has comentado tus inquietudes Abi? — la
cuestiono Jasper
—Sí, pero en estos momentos estoy más preocupada,
casi no duerme, bebe más de lo que siempre lo hacía, y casi no come, ha perdido
varios kilos.
—¿Crees que la razón de todo esto sean sus padres?
— Jasper hacia las preguntas acertadas como buen psicólogo, para comprender el
comportamiento de Bella.
—No me gusta juzgar a nadie, pero no encuentro otra
razón. —se encogió de hombros y halo de su suéter de manera nerviosa.
—Nos gustaría ayudarla, pero ella no nos permite
acercarnos…—comencé, pero fui interrumpida por una chica que claramente era una
de las secretarias de la empresa.
Le informo que tenía una llamada por lo que Abi se
levanto y se despidió de nosotros pidiéndonos de manera silenciosa que ayudáramos
a Bella a quien se notaba le tenía particular aprecio.
La mujer salió y todos nos quedamos en silencio por
unos minutos, estábamos analizando cada una de las palabras de la mujer,
después de todo lo que había tocado vivir, no podíamos esperar que fuera de
otra forma, esa manera de ser era gracias a las malas experiencias por las que
había atravesado.
—Rosalie, espero que a partir de ahora no te
opongas si la invitamos a salir— hablo Jasper que rompió el silencio.
—No, solo tengo una pregunta.
— ¿Cuál?— pregunto Emmett mientras posaba su brazo
detrás de sus hombros.
— ¿Creen que ella usa drogas?— nos tomo por
sorpresa.
—Es por eso que nos sacaron el otro día del club,
por eso nos dijiste que no dirías nada hasta estar seguro— cuestiono mi hermana
—Vi que un chico le pasaba una pastilla, sé que no
nos importaba, pero hay algo en ella que me preocupa— respondí perdiéndome en
los ventanales que daban hacia la calle.
—¿Tú? Edward Cullen, preocupado por una
desconocida. —cuestiono mi hermano fingiendo incredulidad y dándole más
dramatismo del que merecía.
—Que tiene de raro Emmett, después de todo lo que
nos ha dicho Abi, no me negaran que no les preocupa aunque sea un poco,
nosotros tenemos suerte de tener unos padres maravillosos y los de ella son
unos monstruos.
—Edward tiene razón, deberíamos de frecuentarla un
poco mas— nos callamos al escucharla, vimos que Abi se detenía frente a la
oficina.
—Abi. —la voz de Bella no fue dura, al contrario
reflejaba dulzura, se dejo envolver por los brazos de la mujer que la llamo
"Mi niña" y fue ahí cuando vi por primera vez su sonrisa.
Intercambiaron un par de palabras y tras asegurarse
de que la mujer no tenía nada que hacer por la tarde decidió llevársela con
ella, no era una orden si una petición que la mujer acepto con agrado.
—Megan habla con Luke y dile que llevare a Abi, que
estaremos ahí en media hora y que quiero para ella un buen tratamiento y, si
dice que no tiene lugar disponible… dile que lo haga. —le pidió a su secretaria
sin soltar a Abi, escuchamos a su secretaria aceptar la orden.
—Vamos tenemos tantas cosas de que hablar Abi,
cuéntame… ¿cómo están tus nietos?
Nos sorprendimos de ver el trato tan cariñoso que
tenia con Abi, parecía que la adoraba, ahora entendíamos porque decía que con
ella aun era una chica cálida y, en verdad que lo era y que podía decir de esa
manera se veía divino era una lástima que no permitiera que todos conocieran
esa chica tan linda.
Nos marchamos de la oficina a las 7 en punto, no
tardamos en llegar a casa y nos acomodamos para ver una película, fue cuando me
di cuenta de que no traía mi móvil, a ninguno le hizo mucha gracia pero Jasper
decidió que debíamos regresar para ver si estaba en su oficina que había sido
el último sitio donde recordaba tenerlo conmigo.
—No tarden. —pidió mi hermana que estaba haciendo
palomitas de maíz.
—No tardamos y asegúrense de que Emmett nos deje
algo de comida. —pedí sabiendo que mi hermano podía terminar con todo en
cuestión de segundos.
—Se los prometemos
Después de 20 minutos estábamos de nuevo en la
oficina de Jasper debo de admitir que la empresa de noche lucia un tanto
fúnebre, lo encontré justo en el lugar donde había estado sentado durante el
relato de Abi.
—Lo siento Jess, pero debo de terminar de
revisar ese informe, si lo termino pronto te llamo para ver en qué club están.
— ¿Que hace aun en la empresa? —Pregunte al verla
pasar rumbo a su oficia. —Crees que debemos de ir a preguntarle.
—Creo que podemos hacerlo, que es lo peor que puede
pasar. —se encogió de hombros.
—Que nos eche. —dije firmemente sabiendo que era lo
más probable, ya que nos tenia catalogados de entrometidos.
—No es tan malo. —dijo con optimismo.
Caminamos lentamente, cualquiera que nos hubiera
visto se reiría, estábamos un tanto intimidados por la manera en que esta chica
podía reaccionar, lo cual era increíble, asustados por una chica, respiramos
profundo y Jasper llamo a la puerta un par de veces.
—Adelante.
Entramos sin hacer mucho ruido,
ella seguía con la vista clavada en los papales que tenía delante, la
computadora encendida y una sumadora a un lado mientras escribía algunas notas
en un block amarillo— gracias Henry prometo que te compensare por traerme el…
—Hola Bella—saludo Jasper con una pequeña sonrisa.
— ¿Que hacen ustedes aquí? — su voz cambio se hizo
más dura, se puso completamente rígida, pegando su espalda por completo al
respaldo de la silla mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.
—Edward olvido su móvil y regresamos por él, te
vimos pasar y queríamos saber si todo estaba bien.
—Sabes que es la excusa más tonta. — enarco una
ceja.
—No es una excusa es la verdad, nosotros no
sabíamos que estarías aquí
—Cierto, estoy perfectamente bien así que
adiós—regreso a lo que estaba haciendo, como si nosotros nos hubiéramos
marchado.
—Bella…
—Dime Jasper— dijo sin ocultar su enfado.
—No te he presentado formalmente a mi amigo, el es
Edward Cullen— sus ojos me recorrieron, pero no descifre ningún sentimiento.
—Es un placer conocerte correctamente. —hable
intentando sonar amable.
—Yo no puedo decir lo mismo, no me apetece conocer
a tipos entrometidos que no tienen una vida propia y es por eso que se dedican
a estropear la de otros, porque déjame decirte que lo haces de maravilla.
—Solo hice lo que me pareció correcto, no podía
dejar pasar algo así, tenía que ayudarte. —di un paso adelante, no podía creer
que ella creyera que después de lo que había visto me quedara como si nada.
— ¿Ayudarme… En qué momento te pedí ayuda? — Se incorporo
manteniendo sus manos apoyadas en el escritorio— ahórrate tus obras de caridad
para alguien que las quiera.
— ¿Aun tienes mucho trabajo? — intervino Jasper
sabiendo que las cosas pintaban mal.
—Algo, y me gustaría que se fueran para poder
hacerlo.
—Porque simplemente no lo terminas mañana, no te da
miedo estar aquí tan noche y sola.
—¿Que saben ustedes de los manejos de esta empresa? Este informe debe estar revisado y corregido a primera hora de mañana sobre el
escritorio de Charlie.
—Nos quedaremos contigo. —propuso mi amigo pero de
inmediato recibimos una negativa que fingí no escuchar y secunde la idea de mi
amigo lo que pareció enfurecerla.
—Intente no ser grosera, pero veo que ustedes no
entienden indirectas, les pedí de manera sutil que se fueran. Además si ya
tienen lo que buscaban deberían de marcharse, que tu padre sea un socio no
implica que puedas disponer de las instalaciones a tu antojo.
—Lo entiendo, pero te haremos compañía.
—Yo no necesito la compañía de nadie así que
¡Fuera!
—Estaremos aquí por si nos necesitas— dijo Jasper
en tono casual como si no nos hubiera gritado, salimos de la oficina para irnos
a la que el tenia, dejamos la puerta abierta para que no pudiera escapar. Les
avisamos a los demás que no llegaríamos se enojaron un poco pero cuando les
explicamos el porqué, Alice los hizo entrar en razón alegando que era el
momento de comenzar entrar en la vida de Bella, aunque fuera a la fuerza. Fui
por algo de comida ya que no sabíamos cuanto tiempo estaríamos haciendo
guardia, eran cerca de las 2 cuando escuchamos que salía de su oficina.
—¡Demonios! ¿Acaso hablo en otro maldito idioma?—se
detuvo en la puerta y nos vio furiosa al tiempo que se acomodaba el abrigo.
—Te dijimos que te esperaríamos. —respondí con
simpleza.
—Estoy lo suficientemente grandecita como para
cuidarme sola— la seguimos hasta al ascensor, en lugar de bajar como
esperábamos subimos y nos dimos cuenta de que era el piso donde estaba la
oficina de su padre, entro y dejo los papales que había estado revisando.
—Es hora de que vayas a casa, tu padre debe de estar
preguntándose donde estas. — le dijo Jasper rompiendo el silencio que había en
el interior del ascensor.
—Como si eso fuera posible— su voz sonó irónica y
no me paso desapercibida la pequeña sonrisa triste que se formo en sus labios.
Cuando llegamos al estacionamiento la acompañamos hasta su auto, me sorprendió
ver que no era su magnífico Aston, en cambio era un Mini Cooper de color blanco
con negro.
— ¿Que no conducías un Aston? —pregunte sin poder
contenerme.
—Si lo conduzco, pero no me gusta…—me sorprendió
que no le gustara manejar un vehículo que era un sueño para muchos— lo tuve que
usar porque este bebé estaba en la agencia.
—Te acompañaremos hasta asegurarme de que llegues
bien a casa
—No necesito guardaespaldas. —arrojo su bolso
dentro del auto.
—Sube, te acompañaremos a casa— comenzó a murmurar
cosas sin sentido subió a su automóvil, lo encendió y a los pocos segundo
arranco; subimos al auto de Jasper que por gracia divina estaba cerca, piso el
acelerador y la alcanzamos antes de que saliera del estacionamiento, manejaba a
una velocidad bastante alta.
—Es de las tuyas — reí al saber que mi amigo tenía
razón, yo era amante de la velocidad y era de algo que todos se quejaban, pero
al menos yo me detenía en las luces rojas, bueno solo un par de veces me las
había pasado. Después de 15 minutos llegamos a su casa, se detuvo frente a un
enorme portón, Jasper coloco su auto junto al de ella mientras esperaba que se
terminara de abrir.
—Deberías de conducir más despacio.
—Nadie te pidió que me siguieras. —lo miro con
arrogancia y una mueca de burla.
—Isabella, si conduces a esa velocidad pasándote
los altos puedes tener un accidente muy serio, recuerda que no siempre las
calles estarán despejadas.
— Que te asustes con esto no es mi problema.
—Un accidente es algo serio y mas a la velocidad en
la que conduces, ¿tienes una idea de lo que puede suceder?— la puerta se había
abierto, vi sus ojos brillar y una pequeña sonrisa casi imperceptible se formo
en su rostro.
—Yo no le temo a la muerte— arranco dejándonos pasmados
ante su respuesta, vimos el portón cerrarse y nos dirigimos a casa de mi amigo. Esta noche me quedaría ahí.
—No sé si fue mi imaginación pero parece que la
idea de morir le agrada, el brillo de sus ojos y esa pequeña sonrisa…
—Es más grave de lo que pensamos, es una bomba de
tiempo. —la seriedad de Jasper dejaba claro que en verdad era serio.
— ¿Que quieres decir con ello?
—Ella esta consiente de los riesgos y aun así lo
hace.
—Quieres decir que es como si buscara la forma de…—
la simple idea me estremeció
—Es bastante orgullosa como para ser de las que se
toman un frasco de pastillas, se cortan las venas o alguna de esas cosas, ella
tiene estilo y clase, ella se está matando lentamente. Estoy seguro que si lo
hace, lo hará a lo grande, si es venganza para su padres lo que buscara es
darles donde más les duela y eso es provocando un escándalo.
— Debes de estar bromeando.
—Yo soy el Psicólogo tu solo eres medico. —me
recordó de manera divertida.
—No puedo creer que una chica como ella intente
hacer algo como eso, es muy…
— ¿Hermosa?, es que acaso esa chica llamo tu
atención.
— ¿Que dices? —trate de fingir que era una
tontería.
—Nunca te había visto tan interesado en una chica,
ni con Emily estabas tan preocupado.
—Esto es diferente… solo intento ayudar.
—Claro Edward, no olvides que puedes confiar en mí.
BVOP
Después de pasar una tarde bastante agradable junto
con Abi, esta mujer era la única que me trasmitía una sensación de paz, para mí
no era una empleada mas, era como mi familia, la única que mostraba su cariño y
me dolía tener que mentirle, siempre me preguntaba cómo me encontraba, sabía
que se estaba dando cuenta de lo que estaba haciendo pero no le diría la verdad,
no la dañaría de esta forma.
—Buenas noches Srta. Swan, ¿trabajara a estas
horas? —pregunto uno de los guardias de seguridad al verme esperar el ascensor.
—Así es Henry, trabajo pendiente. —bufe molesta.
— ¿Desea algo?
—Podrías traerme un café. —no pude evitar sonreír
al darme cuenta de que me conocía mejor de lo que creía.
—¿Americano sin azúcar?
—No, mejor que sea solo un té helado— le di 20 dls
y subí a mi oficina cuando salía del elevador mi móvil comenzó a sonar, al
comprobar de quien se trataba vi que era Jessica.
Tome la llamada que era para invitarme a salir esta
noche, tuve que negarme al saber que debía de entregarle ese trabajo a mi
padre, pero aun había la posibilidad de que si terminaba pronto me les podía
unir, así que no dije que no, solo me limite a dejar claro que si terminaba
pronto ahí los encontraría.
Entre en mi oficina, encendí mi computadora y
comencé a trabajar, sabía que muchos odiaban trabajar de noche, pero era algo
que a mí me agradaba, sin interrupciones y lo mejor de todo, me mantenía lejos
de casa y de mis padres.
—Adelante— dije al escuchar que llamaban
a mi puerta, sabia de quien se trataba así que no era necesario despegar la
vista de mi trabajo—gracias Henry prometo que te compensare por traerme
el…
—Hola Bella— me sobresalte al ver que ahí no estaba
Henry en cambio estaban Jasper y su entrometido amigo.
— ¿Que hacen ustedes aquí? —no pude evitar
tensarme, pero no dejaría que me intimidaran, me pegue al respalda de mi silla
y cruce los brazos sobre mi
—Edward olvido su móvil y regresamos por él, te
vimos pasar y queríamos saber si todo estaba bien.
—Sabes que es la excusa más tonta
—No es una excusa es la verdad, nosotros no
sabíamos que estarías aquí.
—Cierto, estoy perfectamente bien así que adiós—los
ignore y seguí en mi trabajo hasta que Jasper volvió a llamarme.
—Bella…
—Dime Jasper—respondí sin ocultar el enfado en mi
voz.
—No te he presentado formalmente a mi amigo él es
Edward Cullen— como olvidar a este chico, no negare que era guapo y había algo
en su mirada que me era irresistible, pero eso no le quitaba que era un
entrometido.
—Es un placer conocerte correctamente— que no tenía
cerebro, como se atrevía a hablarme después de lo que me había hecho.
—Yo no puedo decir lo mismo, no me apetece conocer
a tipos entrometidos que no tienen una vida propia y es por eso que se dedican
a estropear la de otros, porque déjame decirte que lo haces de maravilla.
—Solo hice lo que me pareció correcto, no podía
dejar pasar algo así, tenía que ayudarte
— ¿Ayudarme… En qué momento te pedí ayuda?— me
levante de golpe, como se atrevía a decirme eso, es que me vía tan vulnerable y
frágil para que viniera cualquiera a intentar ayudarme, - ahórrate tus obras de
caridad para alguien que las quiera
— ¿Aun tienes mucho trabajo? — corto Jasper
—Algo, y me gustaría que se fueran para poder
hacerlo— me acomode de nuevo en mi sitio.
—Porque simplemente no lo terminas mañana, no te da
miedo estar aquí tan noche y sola.
—Que saben ustedes de los manejos de esta empresa,
este informe debe estar revisado y corregido a primera hora de mañana sobre el
escritorio de Charlie— como se atrevían a decir eso, se notaba que desconocían
en su totalidad esta profesión y sobre todo que no sabían cómo era Charlie
Swan.
—Nos quedaremos contigo
—No —lo dije lo más alto de lo que hubiera querido
—Su idea me parece buena—escuche que apoyaba Edward
—Intente no ser grosera, pero veo que ustedes no
entienden indirectas, les pedí de manera sutil que se fueran. Además si ya
tienen lo que buscaban deberían de marcharse, que tu padre sea un socio no
implica que puedas disponer de las instalaciones a tu antojo.
—Pero te haremos compañía
—Yo no necesito la compañía de nadie así que ¡Fuera!—
les grite
—Estaremos aquí por si nos necesitas— los vi salir
y después de unos segundo regrese a mi trabajo, a los poco minutos Henry me
entrego mi té.
No podía creer que tuviéramos empleados tan
ineficientes, este reporte estaba lleno de errores, pero nada me detenía, lo
termine cerca de las 2; aun era tiempo de salir con los chicos pero mejor lo
dejaría para otro día, tenía cosas importantes que hacer al día siguiente, me
detuve frente a la oficina de Jasper y ahí los vi.
—¡Demonios!, ¿Acaso hablo en otro maldito idioma?
—gruñí enfadada.
—Te dijimos que te esperaríamos
—Estoy lo suficientemente grandecita como para
cuidarme sola— camine hasta el ascensor y ellos me acompañaron, deje los
papeles sobre el escritorio de Charlie y de ahí al estacionamiento.
—Es hora de que vayas a casa, tu padre debe de
estar preguntándose donde estas— señalo Jasper rompiendo el silencio.
—Como si eso fuera posible— caminamos rumbo a mi
auto, no pude contener una sonrisita irónica, mi padre ni cuenta se daría de
que no estaba en casa, yo no era importante en su vida, si lo fuera no me
pisotearía todo el tiempo.
— ¿Que no conduces un Aston?— me pregunto Edward
quien parecía sorprendido de ver un auto no tan lujoso.
—Si lo conduzco pero no me gusta, lo tuve que
conducir porque este bebé estaba en la agencia— amaba este automóvil, sabía que
también era un poco lujoso pero no de la misma manera que lo era el Aston.
—Te acompañaremos hasta asegurarme de que llegues
bien a casa.
—No necesito guardaespaldas— no entendía porque
unas personas que me acababan de conocer se preocupaban por mí, pero estaba
casi segura de que no era nada bueno, siempre querían estar conmigo por mi
apellido y por el dinero, así se movían las amistades en nuestro circulo.
—Sube, te acompañaremos a casa— Edward detuvo la
puerta abierta hasta que subí, comencé a murmurar todas las palabras
altisonantes que conocía y todas iban dirigidas a ellos, quienes se creían para
meterse en mi vida, arranque de inmediato ellos me alcanzaron en una abrir y
cerrar de ojos, los puse a prueba en las calles, acelere más de lo que solía
hacerlo y ellos me siguieron, llegue a casa en tiempo mínimo. Jasper coloco su
auto junto al mío en lo que se abría el portón.
—Deberías de conducir más despacio.
—Nadie te pidió que me siguieras— eral el colmo, un
desconocido regañándome por mi manera de conducir.
—Isabella, si conduces a esa velocidad pasándote
los altos puedes tener un accidente muy serio, recuerda que no siempre las
calles estarán despejadas
—Que te asustes con esto no es mi problema.
—Un accidente es algo serio y más a la velocidad en
la que manejas, ¿tienes una idea de lo que puede suceder? — sabia a lo que se
refería y esperaba que en algún momento sucediera, no moriría como una cobarde,
una pequeña sonrisa se escapo de mis labios y esperaba que ellos no la notaran
o me creerían una loca.
—Yo no le temo a la muerte— vi que abrían los ojos
y entre a mi casa dejándolos fuera.
Baje del auto, camine hasta llegar a la puerta
trasera, entre por la cocina, lance las llaves en la isla de la cocina para
abrir el refrigerador, pero no había algo que me pudiera comer o mejor dicho no
quería comer, no podía probar bocado y subir unos gramos que me habían costado
mucho esfuerzo el bajar, así que opte por colocar varios cubos de hielo en un
vaso y llevarme uno a la boca mientras subía a mi habitación, deje el vaso
sobre la mesita de noche y mis cosas en un sillón para después dejarme caer
sobre la cama.
Mi cabeza me estaba dando vueltas, porque demonios
ellos se sentían con derecho para interferir en mi vida, yo había tomado un
rumbo y por lo que me había dado cuenta ellos intentaban interferir en ella.
—Srta. Bella
—Cinco minutos mas— me gire ignorando la voz, pero
provoque que el sol me diera directo en el rostro, ya había amanecido y no
sabía a qué hora me había dormido.
—Srta. Swan, ya son las 7, tiene una hora para
alistarse.
—¡Me quede dormida!— me levante de inmediato y me
metí al baño, fue ahí cuando me di cuenta de que me había quedado dormida con
la ropa del día anterior, en menos de 20 minutos ya me encontraba de nuevo en
mi habitación eligiendo que ponerme, me decidí por un vestido ajustado por
encima de la rodilla sin manga y de escote profundo.
Encendí mi computadora, revise mi correo mientras
me terminaba de maquillar, mi habitual coleta y unas zapatillas negras, tome mi
bolso y baje mientras revisaba mi organizador.
—No desayunaste. —escuche la voz de mi padre que
revisa su agenda electrónica y no se había detenido para mirarme.
—Se me hizo un poco tarde Charlie, ¿nos vamos?
—Yo iré más tarde tengo que asuntos que atender.
—Me iré en mi auto— pronto llegue a mi destino
estacione mi auto junto a uno que no había visto antes.
Me dirigí al ascensor que llego de inmediato y
comencé a subir, era la hora en que mas lleno iba, no pude contener una sonrisa
al ver al hombre que acababa de entrar.
—Buenos días Srta. Swan.
—Buenos días Sr. Maxwell.
— ¿Tu padre ha salido de viaje de nuevo? —pregunto
al ver que no iba en el ascensor.
—Tuvo otros asuntos que atender, pero llegara más
tarde.
—No había tenido la oportunidad de felicitarte por
el trato de ayer. —sonrió de manera genuina lo que me hizo sentir una vacio en
mi interior, siempre eran otras personas las que veían el esfuerzo que
realizaba, era un hecho que mi padre jamás me vería como una empresaria,
siempre seria una inútil ante sus ojos.
—Gracias, este es mi piso, que tenga buen día.
—Igualmente Isabella, aniquila a unos cuantos.
—Qué bueno que me lo menciona, podría mandar a mi
oficina al que hizo el informe de esta semana.
— ¿Logan?, hubo algún problema
—No solo uno. —le dije enarcando una ceja.
—Entiendo, en unos minutos estará en tu oficina—
camine lentamente por el pasillo me sobresalte al escuchar un par de risas en
la oficina de Jasper, era extraño pero jamás había sentido la sensación que
sentía en ese momento, jamás creí que pudiera envidiar a alguien ya que yo lo
tenía todo, pero claramente lo que sentía era envidia, el tenia amigos genuinos
y no solo chicos que solo se interesaban en saber el dinero que tenias y cual
era tu apellido.
—Bella, Buenos días. — la voz de mi secretaria me
hizo volver a la realidad, la salude como siempre lo hacía, me pregunto por si
deseaba algo de desayunar aunque sentía el vacio no podía doblegarme,
necesitaba tener una figura envidiable y haría lo que fuera necesario, quería
que cuando ya no estuviera todo me recordaran como una chica perfecta en todos
los sentidos.
—Solo quiero un vaso con agua. — El agua en este
momento era lo único que podía tomar sin sentir el más mínimo remordimiento.—
¿Tengo algo para el medio día?
—No tienes nada. —respondió después de revisar su
agenda.
—Iré a una cita y creo que tardare hasta después de
la comida.
— ¿Una cita? — movió las cejas de manera sugestiva
y frunció el ceño cuando le dije que solo era de trabajo.
—Srta. Swan— me gire y me encontré con un chico de
no más de 24 años sus ojos denotaban el nerviosismo que sentía.
— ¿Tu eres…?
—Logan Falcón.
—Logan… ¿el del informe de ayer?
— ¿Hubo algún problema con él?
—Pasa —le señale mi oficina— que nadie me moleste
—Entendido
— ¿Eres nuevo en la empresa? — acomode mi abrigo en
el perchero y me senté en mi silla—siéntate por favor.
— ¿Cual es el problema con el informe? —aunque su
voz fue firme, en su mirada podía notar el nerviosismo y el pánico que sentía
al estar frente a mí, lo que me hacía sentirme aun mejor, el saber que era
temida levantaba mi estado de ánimo, al menos había conseguido que en la
empresa todos me respetaran y el precio era lo de menos.
— ¿Cuantas veces revisaste los balances?
—Yo…
— ¿Los porcentajes?
—Yo…
—Estoy esperando una respuesta. —me acomode en mi
silla, enarque una ceja mirándolo fijamente, sabía que no le había dado
oportunidad de contestar pero eso hacía más agradable la situación.
—Yo… no lo revise.
— ¿Y por qué no lo hiciste?, nunca te enseñaron en
la escuela que debes de verificar. Es una regla básica.
—Lo lamento, pero era casi las 6 y tenia cosas que
hacer.
— ¿Cosas que hacer?, aquí te pago para que trabajes
adecuadamente, no para que yo haga tu trabajo. —me incline hacia adelante
haciendo que él se pegara al respaldo de su silla.
—Pero…
—Yo soy la que reviso los informes y debí de
corregirlo, me llevo gran parte de la noche. A mí no me importo tener planes,
hice mi trabajo y es lo que debiste de hacer tu.
—No volverá a suceder.
—Sé que no sucederá, quiero que el informe de esta
semana lo hagas tu, lo quiero sobre mi escritorio antes de las 3 del sábado y
mas te vale que este bien de lo contrario no te molestes en venir el lunes.
—Estará bien hecho. —afirmo y sabia que lo estaría,
después de esta agradable platica no podía esperar lo contrario.
—Eso espero, regresa a tu trabajo.
—Con su permiso— lo vi salir con la cabeza baja,
debía de hacer que hiciera bien su trabajo, aunque lo que menos me gustaba era
despedir, pero debía de hacer que trabajaran de acuerdo a las expectativas de
la corporación.
—Aquí esta lo que pediste. —dejo el vaso de agua
sobre mi escritorio.
— ¿Que tenemos para hoy?
—En media hora tienes una reunión con los jefes de
departamento.
— ¿Sobre?
—Tu padre dijo que era para elegir a los candidatos
para la presidencia de la compañía Swan que abrirá en Alemania.
—Sera interesante ver quien se ira.
— ¿Te pudo hacer una pregunta? —pregunto con
timidez algo raro en mi secretaria ya que era muy franca.
—Claro.
— ¿Estas comiendo bien?
—Claro— conteste más rápido de lo debería de ser.
—Te has dado cuenta de que estas más delgada.
—movió su rostro indicándome mi cuerpo.
—Alucinaciones tuyas. —le reste importancia, sus
ojos se detuvieron en los míos, era como si estuviera tratando de saber qué es
lo que estaba pasando por mi cabeza en ese momento y no pude contener un
suspiro cuando el teléfono comenzó a timbrar y ella se vio obligada a dejar de
verme de la manera que lo estaba haciendo.
—Me voy, alguien debe de contestar ese teléfono.
Me lleve el vaso a los labios y lo bebí en pequeños
sorbos, como me gustaría ser yo alguna de esas opciones y poder marcharme lejos
de aquí, lejos de estos seres que se hacen llamar mis padres, por lo menos ya
estaba por dar un gran paso.
—Hola Bella. —me gire hacia la puerta y ver a la
que recordaba como la novia de Jasper y detrás mi secretaria que parecía algo
asustada por saber que odiaba las interrupciones.
—Está bien Megan—la tranquilicé— Alice… ¿cierto?
—Si veo que no me olvidaste, ¿puedo pasar?
—Por favor— le indique la silla que estaba frente a
mi escritorio
—Ven Rose—llamo a la rubia que entro junto a la que
era su cuñada.
—Hola Bella—saludo un poco más amable.
—Rosalie
—Venia a invitarte a comer, ya que la vez pasado
por razones obvias ya no se hizo.
—Lo siento pero ya tengo algo que hacer.
— ¿Porque siento que nos evitas? —la pregunta de
Alice me tomo por sorpresa.
—Si lo haces por mí, siento que me portara tan mal…
—No sé qué es lo que sucede con ustedes, pero yo no
necesito de su caridad ni de la nadie.
—No es eso, solo queremos salir contigo, nos
gustaría conocerte—mantuve la mirada en ambas, intentando encontrar algo que me
indicara que no era verdad. —Y tal vez seamos amigas.
—Alice… apenas me acabas de conocer, te das cuenta
de que puedo ser una demente, una asesina
¿Y aun así quieres tener una
amistad conmigo?
—Serás su amiga perfecta— señalo Rose
—Bella, 10 minutos—me recordó Megan asomando la
cabeza por la puerta.
—Gracias — me levante ignorando a las chicas.
— ¿Ya te vas?
—Tengo una reunión, si me disculpan.
— ¿Entonces no nos acompañaras a comer? —pregunto Alice
que fingió una cara de desilusión.
—Sera otro día, hoy no puedo. —me negué, era verdad
que no podía ya que tenía un compromiso muy importante y aunque no lo tuviera
no lo haría.
— ¿Mañana?— iba detrás de mí
—Tengo agenda llena, ¿no es así Megan?
—En realidad acaban de cancelar la reunión de 1 así
que tienes libre hasta las 4—le lance una mirada envenenada a mi secretaria que
fingió no captarla.
—Entonces mañana, estaremos aquí desde temprano
para que no escapes. —dijo con satisfacción.
— ¿Por qué no iras con nosotros hoy?— me gire para
encontrarme con el rostro de Emmett y detrás de él Jasper y Edward
—Tengo una cita— le dije cortante— Megan me iré en
cuanto la junta termine, si se ofrece algo no dudes en llamarme.
—Entendido
—Si me disculpan, tengo cosas más importantes que
hacer que estar perdiendo el tiempo.
—Hasta mañana Bells— me detuve y me gire para ver
al grandulón que no se intimido ante mi mirada.
—No me llames Bells de nuevo— subí al ascensor, no
es que me molestara que me llamara así, es por el hecho de que de pequeña
Charlie solía llamarme de esa manera y no pude evitar recordar lo buenos
momentos.
Agradecí que la junta no fuera larga, solo se
eligió que Brandon Johansson se iría a Alemania para hacerse cargo de la
empresa que abría sus puertas en ese país. baje directo a mi auto ya que Megan
me había llevado mis cosas, respire profundamente dejando escapar una enorme
sonrisa, esta sin duda sería la mejor "cita", era lo que necesitaba,
mi destino… la quinta avenida, me estacione cerca y me encamine al edificio,
donde me esperaba una muy grata sorpresa.
...
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