No me dejes caer: Capítulo 8


Ayuda Desinteresada


Necesitaba una escapatoria y sabía donde la encontraría. Bastaron solo unos timbres para escuchar la voz de una de mis "amigas". Jessica parecía sorprendida de mi llamada, pero no oculto su alegría de saber que me uniría a ellos.


—Estamos en King Cole Bar Lounge, entre la Quinta y Madison

—Estoy cerca, llego en menos de 5 minutos—corte antes de dejar que respondiera.

Acelere alcanzando a cruzar un semáforo en amarillo, dos cuadras después estaba en mi destino. Entregue mi auto al ballet y entre sin ningún problema, no fue difícil encontrarlos siempre se destacaban del resto de las personas.

—Pero si es la ejecutiva— se burlo Tyler al verme llegar.

—Muy simpáticos

—Pensamos que no te dejaban salir entre semana— se burlo Demetri pero dejaba claro que estaba encantado de tenerme junto a él y por primera vez no me repugnaba.

—Sólo pídeme algo de beber.

—Algo me dice que alguien no está de buen humor. —acaricio mi mejilla.

—Veo que eres bastante intuitivo— aparte su mano de un manotazo.

— ¿Un whisky?

— Doble

— ¿Y que hacías por estos rumbos? —pregunto Tanya.

—Negocios—unos minutos después Demetri regreso con mi bebida antes de entregármela sus labios se posaron muy cerca de los míos.

—Gracias Dem—agradecí tomando el vaso que estaba delante de mí alejándome de él, se sentó junto a mi paso una de sus manos sobre mi cintura para pegarme a él y yo no se lo impedí.

—Ya sabes que lo que desees

—Hoy está bastante aburrido aquí—señalo Tyler con la mano—Así que nos iríamos a casa de Demetri, ya sabes… algo tranquilo ¿nos acompañas?

—Claro— me tome mi bebida de un solo sorbo.

—Vamos— todos se levantaron y yo junto con ellos.

Demetri permanecía junto a mí y aproveche para saber si sus padres no tendrían inconvenientes de tenernos en su casa, pero en realidad era para saber si la reunión sería algo tranquilo o una de las fiestas que teníamos en la facultad. Me apretó más contra su cuerpo y me susurro que estaban en Tokio lo que nos daba una gran libertad.

Se las arreglo para marcharse conmigo en mi auto. En otro momento lo abría mandado en el suyo, pero algo en mi interior me obligo a mantenerme callada y aceptar su cercanía que aunque  no era de mi total agrado, en este momento era de lo mejor.

En menos de media hora ya estábamos atravesando las rejas de su casa. Lo dejo justo al lado de su jaguar, me ayudo a salir y apoyo su mano en mi cintura guiándome dentro de su casa que estaba desierta, bueno solo por un par de chicas que terminaban de arreglar la cocina.

—Margaret—llamo al ama de llaves que apareció de inmediato en el corredor.

—Si joven Demetri, Srta. Swan—saludo de manera educada; era una mujer que sabia mantener oculto lo que pasaba por su cabeza, sabía que un comentario inapropiado le costaría su trabajo y no era sencillo encontrar un trabajo en el que le pagaran tan bien, por lo que debía de protegerlo.

—Mis amigos vendrán, así que quiero que preparen algo, que dispongan de todo lo necesario.

—Claro joven, en seguida. Con su permiso. —se disculpo desapareciendo por una de las puertas del pasillo.

— ¿Quieres algo de beber? —lo mire suavemente, deteniéndome para ver sus facciones, en realidad no era un hombre feo, pero su reputación era horrible y jamás me involucraría con alguien como él. — ¿Otro whisky?

—Sí, no quiero empezar a hacer mezclas. — se inclino para darme un beso, pero yo me moví evitando el contacto. Dejó escapar un bufido y me indico que lo esperara en la sala.

Esta casa la conocía, no a la perfección, pero al menos no me perdía en ella, me acomode en uno de los sillones que estaban delante de la chimenea.

—Luces preocupada—interrumpió mis pensamientos colocando el vaso delante de mis ojos.

—El trabajo— mentí dándole un sorbo a mi bebida.

—No entiendo porque lo haces. En primer lugar estas de vacaciones y en segundo eres la hija del tercer hombre más rico, no solo del país si no del mundo. No tienes necesidad.

—No quiero ser como tú, quiero hacer algo.

—Como quieras—se sentó junto a mí y ambos nos quedamos en silencio por unos segundos antes de que inclinara su cabeza y sus labios se acomodaron sobre mi cuello mientras una de sus manos se posaba sobre mi rodilla.

—Demetri—lo llame con voz suave.

—Dime— su voz estaba un poco áspera.

—No creo que a tu madre le haga gracia que en su fino sillón parisino se encuentre una mancha de whisky.

—Tienes razón—me quito el vaso de mis manos, y se acomodo de nuevo junto a mí, acercándose peligrosamente.

— ¿Qué crees que haces? —le pregunte alejándome con un movimiento sutil.

—Sabes lo que…—agradecí que los demás llegaran.

—Que aburridos ¿y la música? —chillo Tanya al tiempo que encendía el aparato de audio.

—No empezaríamos sin ustedes. —les dije como si eso fuera verdad.

—Mejor dicho sin esto— Tyler dejo una bolsita transparente con pastillas de diferentes colores.

—Eso es justo lo que necesito en este momento— dije con alivio al ver las pastillitas que me ayudarían a olvidarme de todo lo que estaba ocurriendo en mi vida, pero sobre todo que me ayudarían a sacar de mi cabeza a ese hombre de cabello cobrizo.

—Esa en mi chica— Tyler me dio una palmadita en el hombro al tiempo que me entregaba una pastilla y un vaso que me lleve a los labios para comprobar que era vodka. Introduje la pastilla en mi boca y trague. Al instante vi que Demetri hacia lo mismo y al poco tiempo no había nadie en esa habitación que no hubiera tomado una.

Comenzamos a bailar con la música mientras que poco a poco mi cuerpo se sentía completamente relajado, es como si en este momento no tuviera nada de qué preocuparme, me sentía libre y sabía que muy pronto lo seria eternamente.

La música razonaba en toda la estancia o eso me parecía,  después termine en el jardín junto con Demetri riendo como tontos y cuando se decidió a acercarse a mi Tanya llego para avisar que se marchaban por lo que mire mi reloj y horrorizada vi que ya pasaban de las 4 por lo que decidí marcharme junto con todos, algo que no le hizo mucha gracia a Demetri. Al momento de despedirnos sus labios tomaron los míos y esta vez no me opuse, trate de disfrutar el beso que aunque no era malo no era mejor que había recibido.

—Adiós. —me despedí de él con un guiño.

Salí junto con Tanya y nos encontramos con su novio quien lucía bastante despeinado y con la ropa mal colocada, al fijarme en mi amiga me di cuenta de que ella estaba en las mismas condiciones. Ambos subieron al auto de Demetri ya que no traían.

— ¿En serio te vas? —pregunto Demetri al ver que quitaba la alarma a mi auto.

—Sabes que debo de llegar a casa, no queremos que Charlie se entere.

—Pensé que quizá desearías un poco de diversión.— me atrapo entre mi auto y su cuerpo.

—No paso nada, nos vemos después.

—Claro, espero que mi cita de mañana no sea tan difícil.

—Espero que tu cita de mañana no te deje dormir solo. — se aparto y pude subir a mi auto

Conduje hasta mi casa que solo estaba a un par de calles. Trate de hacer el menor ruido posible al llegar. Me quite las zapatillas y entre por la puerta de la cocina para no ser descubierta, corrí hasta mi habitación y cuando cerré la puerta me desvestí y sin molestarme ponerme la pijama entre las cobijas e intente dormir.

Estire mi brazo para apagar el maldito despertador que me taladraba los oídos, sólo había dormido dos horas razón suficiente para sentirme completamente cansada, pero sabía que debía de ir a la oficina. Una ducha fría me ayudaría a despertar de inmediato.

El agua fría me hizo despertar en varios sentidos, me hizo darme cuenta de que lo ocurrido la noche anterior no podía repetirse tan continuamente, esto era para ocasiones estrictamente necesarias y no como algo rutinario, pero eso que importaba al diablo con los sentimientos de culpa.

Me vestí con una linda falda ajustada una blusa de manga corta, mis zapatillas altas y mi abrigo, me maquille intentando cubrir mis ojeras pero sobresalían, rogaba porque hoy hubiera sol y tener que utilizar antejos oscuros la mayor parte del tiempo, mis ojos estaban un tanto irritados por la falta de sueño o tal vez como efecto secundario de la droga, no podía asociarlos con ello ya que siempre que la utilizaba dormía poco, lo peor eran las nausea y la ansiedad, pero sabía que toda pasaría pronto.

—Srta. Bella, su desayuno—aparte mi vista del espejo al ver a la chica entrar con una bandeja que no tocaría. — ¿Desea algo más?

—Dile a Pete que prepare mi auto.

—En seguida — tome la bandeja del desayuno y la tire, solo bebí un vaso de agua que había en mi mesita de noche, pero la sensación de sequedad en mi boca seguía presente.

Baje revisando mi agenda, rogaba porque mis padres no estuvieran en el comedor, no quería encontrarme con ninguno de los dos.

—Isabella—maldije por lo bajo cuando escuche la voz de mi madre llamarme, ¿porque nunca mis suplicas eran escuchadas? acomode mis gafas y regrese un par de pasos para detenerme en el umbral que daba al comedor donde ella estaba sola.

—Si madre

— ¿No esperaras a tu padre?— su mirada me reviso de pies a cabeza.— no entiendo esa manía tuya de usar anteojos oscuros dentro de casa.

—Tengo asuntos pendientes, me iré en mi auto— seguí mi camino antes de que comenzar a decir algo mas, conduje hasta llegar a la empresa, estacione en el lugar de siempre. Hice que detuvieran el ascensor para poder subir, con mi simple presencia sentí un cambio en el ambiente.

—Buenos días Bella—gire mi rostro para encontrarme con mi tutor.

—Buenos días Sr. Maxwell

—Te dejé unos papeles con Megan, quiero que los revises.

—Lo hare en seguida— le asegure antes de salir del ascensor. Me encamine hasta llegar delante de Megan quien no me perdió de vista, sabía que algo me diría.

—Buenos días Bella, ¿estuvo en grande la fiesta? —pregunto de manera irónica, sabía que ella lo desaprobaba, en estos momentos no estaba para soportar que se me cuestionaran mis actividades y mucho menos ella.

—Como no te imaginas— sonreí con superioridad, desconcertándola un poco.

—El Sr. Maxwell te dejo unos documentos que quería que revisaras…—asentí extendiendo mi mano para que me los entregara mientras que con la otra cubría mi boca para ocultar el bostezo— ¿Un café bien cargado?

—Por favor— tome los papeles y abrí la primera carpeta.

—Hola Bella— me gire y me sobresalte al ver a Jasper y "todos" sus amigos, ¿que no se suponía que Edward iría a trabajar?

—Hola— acomode mis anteojos y regrese la atención a los papeles que tenía en mis manos.

— ¿Saliste anoche? — pregunto directamente lo que me hizo cerrar la carpeta de golpe, erguirme  y mirarlo de nuevo.

—¿Algún problema?—dije sin ocultar el enfado en mi voz.

—Qué bueno que aun sigues viniendo a la empresa Jasper— me gire al escuchar la voz de mi padre, que en seguida llego junto al rubio y presiono su hombro y le sonrió como rara vez lo hacía conmigo.— ¿Ellos son tus amigos? —lo vi detenerse para observarlos con detenimiento.

—Vinieron a acompañarme. —se notaba un poco nervioso, no era difícil que mi padre lo intimidara.

—No te preocupes muchacho, solo no distraigan al personal. —le guiño un ojo y le dio una palmadita en la espalda antes de girarse —Isabella. —dio un par de pasos hasta detenerse delante de mí.

—Dime Charlie.

—Quítate los anteojos. Por si no te has dado cuenta… ya está dentro. —me dijo de manera sarcástica lo que me irrito aun mas.

—Ya lo sabía— suspire y me quite los anteojos, Megan negó ligeramente con la cabeza sabía que no era la primera vez que me veía así.

— ¿Por qué tus ojos están irritados?

—No dormí bien. —mentí encogiéndome de hombros

—Ayer no tenías trabajo.

—Salí con los chicos, estuvimos en casa de Demetri— la mirada de Jasper era penetrante al igual que la de Edward, mas las ignore.

Reprimí un nuevo bostezo y comencé a golpear el suelo con la punta de mi zapatilla, necesitaba entrar en mi oficina y dejar de estar a la vista de todos que parecían estar evaluando cada uno de mis movimientos y mi aspecto.

—Bueno eso no importa, quiero que revises los movimientos de la compañía de Londres.

—Lo tendrás esta misma tarde sobre tu escritorio.

—Que sea mañana por la mañana, hoy no estaré en la empresa, iré con los Brown al club. — asentí, iba a decir algo mas cuando su móvil comenzó a vibrar y lo contesto en seguida dando media vuelta, pero antes de marcharse del piso se despidió de Jasper y los demás, menos de mí

— ¿Tu café con azúcar?

—Olvida el café, quiero un té helado sin azúcar y un vaso enorme de agua. — me coloco de nuevo mis anteojos y me encamine hacia mi oficina, apenas había colocado la mano en el pomo de la puerta cuando gire la cabeza hacia mi secretaria que aun seguía de pie. — Y que no me moleste nadie— lo último lo dije indicando hacia donde sabía que seguían los chicos— pero antes de eso, quiero que me comuniques a Londres con Damián Grint.

—Claro—entre en mi oficina, me quite el abrigo y me acomode en mi silla  arrojando los anteojos sobre el escritorio, espere unos minutos que me indicara que tenia la llamada, a los pocos minutos hable con el directivo de nuestra compañía en Londres.

—Aquí tienes tu té, sin azúcar y tu agua.

—Gracias Megan— la vi sentarse en una de las sillas— ¿sucede algo?

—Que es lo que está pasando Bella.

—¿De hablas?— me hice la tonta, agradecí que cuando se disponía a hablar alguien llamara a la puerta.

—Hablaremos más tarde. —me dijo levantándose de la silla y abriendo la puerta dejando entrar a mi tutor.

—Sr. Maxwell, tome asiento— le indique cuando Megan había salido.

—Quería hablar de algunas cosas contigo.

—En que puedo ser útil.

—Leí tu reporte de mejoras en las corporaciones.

—Aun le hace falta algunos ajustes… —me justifique antes de que dijera que algo estaba mal, pero me calle cuando el levanto una mano en una seña de que guardara silencio.

—Bella, es simplemente perfecto, tienes una mente brillante.

—Muchas gracias, pero me gustaría hacer algunas correcciones.

—Tengo un par de sugerencias y si no tienes inconveniente puedes ir a mi oficina en 30 minutos.

—Ahí estaré

Agradecí que el archivo de Londres hubiera llegado, comencé a trabajar en el mientras esperaba que el tiempo pasara, media hora después era momento de ir a la oficina del Sr. Maxwell, al salir lo primero que vi fue a Megan quien mantenía la vista fija en su computadora, me encontré de frente con Edward, Emmett y Jasper quienes iban a su oficina.

— ¿Ocupada? —pregunto Jasper

—Sí

—No olvides la comida—me recordó Emmett.

—No lo hare, si me disculpan tengo cosas que hacer. —me gire de nuevo hacia mi secretaria. 

—Megan, estaré con el Sr. Maxwell, por si me necesitas.

Me dirigí rumbo al ascensor y evite mirar fuera cuando las puertas se cerraban. No tarde en llegar a la oficina, del único hombre que había sido, el que me había mostrado el manejo de esta empresa: el cómo hacerme respetar y, hasta era algo así como mi mentor, cualquier duda con respecto a la escuela él me ayudaba, me estaba asesorando con mi proyecto para poder graduarme.

—Buenas tardes Clarisa. —salude a su secretaria que era una mujer de cerca de 50 años siempre perfectamente peinada y una hermosa sonrisa en sus labios.

—Srta. Swan, ya la esperan. —Agradecí con un movimiento de cabeza y me dirigí a la puerta. —¿Desea algo?

—Un poco de agua estaría bien—llame a la puerta hasta que escuche la voz permitiéndome entrar.

—Niña, cuantas veces debo de decirte que no debes de hacer eso. —me reprendió Maxwell con una sonrisa, levantándose de su silla y señalándome una de las que tenia frente a él.

—Debo de respetar la privacidad. —me senté en la silla de la izquierda mientras el negaba con una sonrisa y se sentaba de nuevo.

Clarisa me llevo el vaso con agua y en cuento salió comenzamos a hablar del reporte y me sorprendí que solo debía de cambiar 5 puntos de lo que yo había imaginado, era sorprendente como el tiempo pasaba cuando hacia algo que me gustaba, la hora de la comida llego y con ella un momento incomodo, pero ya no tenía salvación.

—Cuando hagas las correcciones me lo envías.

—Claro. Y muchas gracias por su tiempo.

—Sabes que es un placer ayudarte. —me despedí con un simple movimiento de cabeza y me retire rumbo a mi oficina.

Apenas las puertas del ascensor se abrieron vi a todos fuera de la oficina de Jasper, una señal de que no me podría escapar. Me dirigí de inmediato hacia Megan haciéndole algunos encargos y entrando a mi oficina por mis cosas, en cuento salí me dirigí a los chicos que sonrieron. Los seguí hasta el ascensor.

— ¿A dónde iremos? —pregunte al tiempo que las puertas del ascensor se cerraban.

—Descubrí un restaurant a unos 20 minutos de aquí es muy bueno—señalo Emmett pasando un brazo por la cintura de su rubia novia.

—Por mi está bien. —dije con desgana.

—Yo me iré con Emmett—hablo Rose pegándose más al cuerpo de su novio.

—Bella te irás con nosotros, no tiene caso que nos llevemos todos los autos—señalo Jasper, algo que yo solo me deje llevar.

Subí en la parte trasera de un Mercedes junto con Alice, mientras que Edward iba en el asiento del copiloto

—Me alegro de que vinieras con nosotros. —murmuro Alice girándose hacia mí, yo me retire un poco más al tiempo que le sonreía de manera fingida y absolutamente notoria.—Veras que te divertirás. — dijo con entusiasmo, prácticamente rebotando en su asiento y yo solo pude murmurar un "Espero" que ninguno escucho.

—Bella, ya te dijeron tus padres del baile que abra este fin de semana en beneficio del hospital central. —levante mi rostro para encontrarme con la mirada de Jasper por el espejo retrovisor.

—¿Baile? No me han mencionado nada.

—Estaremos juntas en la velada, nuestros padres, junto con los Hale y los tuyos estaremos en la misma mesa. —chillo emocionada Alice.

—Que emoción—no pude evitar sonar sarcástica, aunque después mi semblante se volvió un poco rígido, el baile era igual a cena, ¿como escaparía de eso?, es más, como escaparía de esta comida.

— ¿Sucede algo? —pregunto Edward al notar que me había quedado callada y con la mirada perdida.

—No

Nadie hablo de nada más hasta que llegamos a nuestro destino, era uno de los mejores restaurantes que había en la ciudad. Al menos no me podía quejar de su buen gusto.

—Buenas tardes, Srta. Swan—saludo el anfitrión.

—Las reservaciones están a nombre de Jasper Hale—interrumpió Jasper.

—Síganme—nos acomodaron en una de las mesas que daba hacia la calle, claramente podías ver a los que pasaban por ahí y los rascacielos que se alzaban imponentes.

— ¿Ya lo conocías? —pregunto Emmett tomando un trozo de pan.

—A mi madre le gusta, es uno de los más frecuentados por sus amistades y las personas más importantes de la ciudad.

—Háblanos un poco de ti Bella— se aventuro Alice.

— ¿Que es lo que quieres saber? —pregunte con indiferencia.

—¿Porque eres tan dura?—todos se giraron hacía el grandulón. Apoye mis codos en la mesa entrelazando mis manos y apoyando mi barbilla en ellas para mirarlo mejor y lanzar una de las miradas que a muchos habrían hecho retroceder, pero él en cambio ni se altero, por lo que me vio obligada a responder.

—En esta profesión no hay lugar para débiles, no puedes tentarte el corazón, es más, no debes de permitirte tener uno, aquí no debes dejar que sean tus sentimientos los que gobiernen tus acciones ya que eso solo provocara que fracases. —me encogí de hombros.

—Que les ofrezco de beber— cada uno pido entre bebidas preparadas, refrescos yo simplemente un agua mineral.

— ¿Y ustedes… estudian o trabajan?

—Yo estudio lo mismo que Rose, Edward es Medico, Jasper es psicólogo y Emmett es abogado. —dijo rápidamente Alice sin dar tiempo a que ninguno de los chicos hablara por sí mismos.

— ¿Abogado?, no hablas en serio— todos rieron ante mi comentario.

—Sé que no lo parezco, pero soy bueno. Estoy consiguiendo trabajo en alguna firma, pero parece que no hay quien me quiera contratar.

—Has escuchado hablar de la firma Hoffman. —pregunte sugiriendo la mejor firma de la ciudad que además era la de nuestros abogados.

—Por supuesto que he escuchado hablar de esa firma, es la más grande de América.

— ¿Ya lo intestaste ahí? —pregunte acomodándome de nuevo en mi silla sin apartar mi mirada de la suya.

—Si no me han contratado en otras que están muy por debajo, ¿crees que tenga alguna oportunidad?

—Tan fácil te das por vencido. Pensé que eras más persistente y ambicioso.

—Solo soy realista, un chico que era el segundo lugar de mi generación lo ha intentado miles de veces y la respuesta es la misma: no.

—Tú debes de ser más ambicioso, no porque otros fracasen quiere decir que tu también lo harás. —le dije con aparente irritación.

—Ya te lo dije solo soy realista, mantengo los pies sobre la tierra.

—Sigo pensando lo mismo— llame a uno de los meseros.

El hombre se acerco y pregunte por Sr. Montgomery, sabía que ese hombre frecuentaba este restaurante.

—Está en aquella mesa— me señalo tres mesas mas a nuestra derecha, lo vi con dos hombres conocidos.

— ¿Que es lo que estás haciendo? —pregunto Alice al no comprender lo que estaba por hacer.

—Espera— me levante y me dirigí hasta la mesa que me habían señalado.

No sabía porque lo estaba haciendo, debía de dejar que él se las arreglara y que era su vida. Apenas estuve a un par de pasos de la mesa, los hombre levantaron a vista y el mayor con bastantes canas en su cabello era el Sr. Montgomery y con quien quería hablar.

—Señores buenas tardes, siento la interrupción— me disculpe y ambos hombres se pusieron de pie.

—No es ninguna interrupción.

—Sr. Montgomery, quería hacerle una petición. — Me dirigí al hombre que se retiro de la mesa y se acerco a mí por lo que los demás volvieron a sentarse. —El hermano de un amigo se acaba de mudar a la ciudad, es abogado y está buscando trabajo.

— ¿Me pides que lo entreviste? —enarco una ceja.

—Seria mucho pedir— pedí con una sonrisa y pestañee de manera sutil. —No me gusta pedir estos favores, pero yo le recomendé que fuera con usted ya que son los más importantes.

—Mañana a las 9 que sea puntual. —dijo al tiempo que se acomodaba la corbata. Sonreí de lado al saber que el halagarlo había funcionado.

—Gracias y provecho.

—Cualquier cosa por usted — regrese a mi mesa donde todos hablaban.

— ¿Cual es el misterio?— pregunto Emmett cortando la conversación que ellos habían mantenido.

—Viste el hombre con el que hable. —le señale con un movimiento de cabeza hacia la mesa donde aun estaban los hombres con los que había hablado.

— ¿Que tiene de especial? —enarco una ceja, al tiempo que todos se unían a su confusión.

—El Sr. Montgomery, es el vicepresidente de la firma Hoffman—todos se giraron para verme, Emmett estuvo a punto de ahogarse.

— ¿Qué hiciste?

—Mañana te entrevistara. Espero que estés preparado, tu cita es a las 9; se puntual. No suelo recomendar a nadie y ni siquiera entiendo porque comencé contigo, pero que te quede claro que si me haces quedar mal lo lamentaras y de verdad que lo harás.

— ¿Que tú hiciste qué? — la voz de Rosalie sobresalto a todos, yo solo le di un sorbo a mi vaso y rodé los ojos al darme cuenta que no habían escuchado mi advertencia.

—Le conseguí una cita.

— ¡Cielos, eso es impresionante! pero no entiendo porque lo hiciste.

— Honestamente yo tampoco lo entiendo, pero … ¿Que tiene de malo? —le reste importancia como si fuera algo que hiciera muy a menudo cuando era la primera vez que lo hacía.

—Muchas gracias, veras que no te arrepentirás.

—Eso espero, di la cara por ti, así que es lo menos que puedes hacer es dar todo de ti.

—Gracias—todos estaban sorprendidos por lo que acababa de hacer, como si todo fuera tan simple, el mejor que nadie sabía que todo tenía un precio, todo a su tiempo.

—Ya viste que vas a ordenar. —pregunto Rosalie al ver que acababa de apartar el menú.

—Solo una ensalada, estoy en una dieta estricta.

— ¿Dieta? —Chillo Alice mirándome con los ojos muy abiertos—Pero si estas muy delgada.

—Solo es por unos días más.

—Déjenla, deben de permitirle que termine su dieta—me lanzo una sonrisa lo que me desconcertó, ¿desde cuándo Rosalie era amable conmigo?

—Gracias Rosalie.

—Solo Rose. — asentí con una sonrisa de lado.

La comida transcurrió entre platicas superficiales y con esto no me refiero al tipo de platicas que mantenía mi madre con sus amigas, si no al tipo de platicas que mantienes con personas que acabas de conocer, lo típico: sus gustos, que hacen en sus tiempos libres y un par de anécdotas de la universidad, podría decir que me estaba divirtiendo, pero eso no podía ser posible.

—Pero si es Bella Swan. —me gire al escuchar mi nombre.

—Demetri— me levante para saludar a mi "amigo"

— ¿Qué haces aquí? —pregunto mirando sobre mi hombro al grupo de chicos que me acompañaban.

—Comprando unos nuevos pendientes ¿Qué te parece que estoy haciendo aquí?— le señale lo obvio.

—Deja los sarcasmos, ¿quienes son ellos?

—Ellos son Jasper y Rosalie Hale, los hijos del nuevo socio de Charlie, y ellos Emmett, Edward y Alice sus amigos y parejas—le indique — chicos el es Demetri Abernathy.

—Si ya lo habíamos visto, una noche en un bar— corto Edward sin ocultar su molestia.

—Si ya los recuerdo, fueron los que te llevaron.

— ¿Qué haces aquí? —pregunte intentando que se olvidara de ese detalle.

—Mi cita de esta noche se cancelo, así que solo pudimos salir a comer, pero aun no llega. —dijo mirando su reloj al tiempo que chasqueaba la lengua.

— ¿Que no deberías de pasar por ella?

—Pequeña, yo no hago eso.

—Conmigo lo haces— le recordé.

—Son situaciones diferentes, tú eres mi amiga. —movió las cejas de manera sugestiva.

—Entiendo, es una lástima que no saldrás esta noche.

—Podemos hacer algo— sabia claramente el sentido de sus palabras. Me encontraba de nuevo entre la espada y la pared, quería decirle que estaba loco que por más que lo intentara yo no me acostaría con él, pero por otro lado podía ser una excelente idea, tenía que sacar de mi cabeza a un chico que la estaba comenzando a rondar y eso solo me traería problemas.

Finalmente accedí con la condición de que fuera algo tranquilo. Algo con lo que estuvo de acuerdo y me recordó que aun no habíamos terminado de ver una película por lo que me agrado mas la idea. Se despidió de mi cuando su cita llego al restaurante, se despidió de los chicos y se marcho.

—Ese chico no me agrada— soltó Emmett cuando tome mi lugar.

—Es mi amigo y a mi sí. —le corte dando un último sorbo a mi vaso.

—Solo ten cuidado.

—Me hablan como si fuera una niña pequeña. —los mire irritada. ¿Quiénes eran ellos para decirme lo que podía o no hacer?

—Eres de las pequeñas de nuestro grupo— me tomo por sorpresa el comentario, es que acaso ya me consideraban parte de de ellos. Eso no estaba bien, yo no podía pertenecer y crear lazos con nadie.

—Es hora de que regrese al trabajo— todos aceptaron, pagamos y nos fuimos directo a mi infierno personal.

Tenía que trabajar lo más rápido posible si quería divertirme esta noche.

—Fue muy agradable comer contigo. —dijo Alice que iba junto a mí.

—Lo mismo digo— respondí sin ver a ninguno a los ojos mantenía la mirada fija en las puertas del ascensor.

—Espero que se repita. —dijo un muy entusiasmado Emmett.

—No sé si será pronto, tengo mucho trabajo.

—Podremos esperar.

—Nos vemos— me despedí, camine aprisa a mi oficina al ver las señas que me hacia Megan.

—Tienes una llamada importante.

—Gracias, me puedes traer un vaso con agua.

—Claro— entre en mi oficina y tome la llamada al momento de cortar entro Megan con mi pedido, se mantuvo de pie frente a mi hasta que termine mi llamada.

— ¿Quieres hablar de algo? —pregunte claramente intrigada.

—Puedo—señalo la silla delante de ella.

—Claro, siéntate por favor— le indique una de las sillas, su mirada era difícil de interpretar solo tomo una gran bocanada de aire.


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