Sinceridad
—Apuesto a que estas enterada que Jessica una de
sus ex-novias está en la ciudad
— ¿Stanley? —yo asentí dando un resoplido, ya había
comenzado con esto y era momento de poder hablar con alguien y que mejor que
con una de mis mejores amigas.
—Ella fue clara y me dijo que desea recuperar a
Edward.
— ¡Maldita zorra!—sonreí de lado al ver que mi
amiga se enojaba como si fuera a ella a la que le estuvieran pasando estas
cosas
—No sé qué pensar Ali, Edward me ha dicho que me
quiere y la noticia de mi embarazo lo tiene feliz. Pero con la llegada de
Jessica y su afán por separarnos me tiene desconcertada, se que han estado
juntos en algunas cenas de negocios y ella intenta estar en donde él se encuentra,
además no hace falta ser demasiado inteligente para ver que ella es una mujer
hermosa que además va mas acuerdo a su edad
—Pero el te eligió a ti cariño, quita esas ideas
estúpidas que lo único que van a conseguir será separarte de Edward, que no te
das cuenta que es lo que esa arpía quiere y si te dejas envolver por sus
mentiras terminara lográndolo, ¿Es que acaso no lo amas lo suficiente como para
luchar por él?
—Lo amo Alice, en verdad que lo hago—lo había dicho
se lo había confesado a alguien por primera vez
—Duele ¿cierto? — Enarque una de mis cejas— me
refiero a que duele demasiado el amar a alguien
—Como nunca pensé que sería, a veces creo que
hubiera sido mejor el jamás enamorarme
—Si no lo hubieras hecho, ahora no estarías
sintiendo la dicha de saber que serás madre—sonreí con amargura, como si yo
hubiera pedido ser madre, agradecí que nuestra comida hubiera llegado, la
mirada de mi amiga parecía estar analizándome, comencé a comer — ¿Hay algo más
que quieras contarme?
—Dime como van las cosas con Jasper—bufo pero
comprendió que no quería hablar de ello, al menos no por el momento
—Se que pensaras que soy una estúpida pero sigo
amándolo de la misma manera que lo hacía antes de que se fuera
— ¿Y que te impide estar con él?, él te sigue
queriendo—termino el contenido de su copa y llamo al mesero para que la llenara
de nuevo
—Bella. ¿Puedo ser sincera contigo?—asentí—tengo
miedo de que lo deje entrar de nuevo y se marche. No soportaría perderlo,
cuando se fue hace meses… él fue el que termino la relación alegando que no
quería tenerme atada, que me dejaba en libertad para salir con quien yo
quisiera
—Pero tú dijiste…
—Se lo que dije Bella, me dolía aceptar que había
sido él quien había terminado con esta relación, además mi orgullo no me
permitía aceptarlo. Es por eso que no es tan sencillo dejarlo entrar de nuevo a
mi vida, quien me asegura que mañana no le va a surgir un nuevo problema y va a
tener que viajar a Taiwán y terminara nuevamente con todo
—Él te ama y siempre lo ha hecho, al terminar
contigo no fue la decisión más brillante pero basta solo verlo para darse
cuenta de lo mucho que le duele que tú no permitas que regrese a tu vida
—Qué harías en mi lugar Bella—dejo el tenedor en su
plato y mantuvo su mirada fija en mí
—Si en verdad lo amara lucharía por recuperarlo,
hablaría de mis miedos con él, te aseguro que él también tiene miedo, dense una
oportunidad Ali, te mereces ser feliz y se no lo serás con nadie más. Jasper
soporta tu incansables tardes de compras, tus inesperadas noches de desvelo por
tus nuevos diseños, te consiente cuando lo mereces, te apoya en tus mejores
momentos, ¿es que ya olvidaste que fue él quien hizo que tus nervios se
disiparan cuando fue tu primer desfile?, además de todo no se queja por tu
incansable hiperactividad, ¿Dime qué hombre aguantaría todo eso?
—Que haría sin ti Bells—me abrazo sin contener la
felicidad, me separa al escuchar mi teléfono sonar
—Perdón— vi la imagen de Edward y mi corazón se
acelero—Hola
—Hola pequeña. ¿Cómo te encuentras?
—Bien estoy comiendo con Alice, y creo que después
me tomare el resto de la tarde para estar con ella, tenemos tiempo sin pasar
una tarde juntas
—Me parece perfecto amor, ten mucho cuidado—rodé
los ojos a lo que mi amiga se rio—saluda a Alice de mi parte y dile que no te
agote demasiado
—Se lo diré
—Tengo que colgar, te quiero pequeña—susurre un te
quiero y deje de nuevo el celular en mi bolso
—Bella, quieras acompañarme al taller a dar unas
instrucciones y después me gustaría conocer tu casita— la vi por uno segundo y
supe que la idea de estar en mi casa tenía una razón importante
—Claro, ¿podre ver algunos de los diseños que
mostraras en la semana de la moda?
—Si hay uno especialmente inspirado en cada una de
nosotras—enarque una ceja—pero el que está inspirado en ti lo veras hasta el
día del desfile
—Estaré impaciente
Pagamos y nos fuimos al taller donde Alice diseñaba
y creaba sus maravillosos vestidos. Me perdí observando las hermosas
creaciones, había vestidos largos y cortos, vestidos de fiesta o unos que
simplemente serian ideales para pasear por la playa, entre a su estudio y vi
una cantidad enorme de bocetos, no por algo sabía que mi amiga seria una de las
diseñadoras más importantes y este desfile solo sería su plataforma de
despegue, era lo que necesitaba.
—Vamos es hora de ir a conocer tu casita—sonreía al
saber que casita se quedaba corto, era una enorme casa pero me encantaba. Cada
una se marcho en su auto, la guie hasta llegar a "mi casita" como
ella la había llamado, estacione el auto y ella lo hizo junto al mío
—Creo que debiste de decirme que no era una casita
precisamente, es hermosa
—Y eso que no la has visto por dentro—me burle
indicándole la entrada, la di un rápido recorrido y solo escuchaba algunas
propuestas para aprovechar mas el espacio, nos quedamos en el jardín tomando un
poco de té
—Eres demasiado inteligente para saber que lo único
que deseaba era hablar contigo con completa libertad
—Algo me imagine—evite su mirada viendo algunas
flores que delineaban el caminito hacia la piscina.
—Bella, quiero que seas sincera que es lo que
sucede con Edward
— ¿Que quieres decir con eso? —intente aparentar
parecer confusa ante su pregunta pero por la expresión de su rostro supe que no
la había logrado engañar aun para ella seguía siendo demasiado transparente
—Cariño puedes confiar en mí, se que aun no logras
asimilar la idea de ser madre
—Ali, es una larga historia
—Tenemos tiempo suficiente para hablar de ello, te
quiero Bells y me preocupa ver esa mirada desconcertada por lo nuevo que estas
pasando—tome una bocanada de aire y bebí un sorbo de mi té sin importar que me
quemara
—Primero debes de saber que no nos casamos por
amor. ¡Dios! eso no existe en esta relación—abrió los ojos y su boca se separo
ligeramente— La verdad es que hemos engañado a todo mundo, creo que acabo de
descubrir que si no fuera ejecutiva seria una magnifica actriz—me burle
intentando apartar el dolor que comenzaba a sentir—la realidad es que ambas
empresas se vieron amenazadas por Aro Volturi, buscaron alternativas para
protegernos pero solo hubo una…
—Un matrimonio—se sentó en la silla que estaba
junto a mí y tomo mi mano
—Lo pensé mucho y juro que no lo quería hacer, el
posee un historial bastante interesante, pero no era solo yo la que estaba en
peligro, mi familia lo estaba, la familia que ha dado todo por mi desde que
tengo memoria, entre Edward y yo llegamos a un par de acuerdos, el primero es
que cuando las cosas se arreglen los dos terminaríamos con esta farsa y la
segunda es que bueno…— sentí mis mejillas enrojecer— acordamos en que mantendríamos
relaciones
—Bella esto es…
—Pensé que podía manejarlo, se trataba solo de un
negocio y sabes que soy experta en ellos, pero no pude, esto me sobrepaso,
cuando acepte acostarme con él fue para asegurarme de que no quedaría como una
estúpida ante los demás, que no me engañaría, tome precauciones al igual que
él, pero falló, no sirvió de nada y ahora estoy…—mordí mi labio con fuerza para
reprimir el sollozo
—Lo amas, ¿cierto?
—Como jamás pensé amar a alguien—apoye mis codos
sobre la mesita y cubrí mi rostro y deje que su mano acariciara mi espalda—
nada de esto debía de pasar, intente ignorar la cercanía de Jessica pero no te
imaginas los celos que siento de saber que ella puede estar con él, que ella
puede darle algo que yo no pueda.
—Bella…
—Fui una estúpida que cayó en su propio juego, y lo
peor de todo es que ahora estoy embarazada, ¡Estoy EMBARAZADA!, de un hombre
que no siente nada, que solo está conmigo por un matrimonio arreglado y ahora
por un hijo
—comencé a llorar
— ¿No quieres a este bebé?—note el miedo en su voz
—No lo sé Ali, es que se me hace injusto traer a
este mundo a un bebé en una relación que es una farsa, donde lo único que
importa es el contacto físico.
—Ok. Esto no me lo esperaba, pero lo que te dije
esta tarde en el restaurante acerca del cambio de Edward, es cierto—negué—Bella
es que estas tan ciega que no te das cuenta, pareciera que su mundo girara a tu
alrededor, la manera en la que te mira, en la que te toca y en la que te besa
deja claro que esto ya no es algo fingido, el siente algo por ti, algo que va
mas allá del cariño
—No me digas eso, no me hagas crearme falsas
esperanzas
—Bella tienes que hablar con él
—Y que le voy a decir…—deje escapar una risita
ahogada limpiando mis mejillas con el dorso de mi mano— ¿que lo amo?, ¡no lo
hare!, no dejare que él se burle de mi por ser tan tonta y no saber separar los
negocios de esta unión arreglada.
—Bella no solo eres tú la implicada en esto, ¡hazlo
por el bebé!
—Se que él lo quiere, se ha comportado de una
manera increíble pero solo es por el bebé, yo no formo una parte importante en
esto.
— ¿Que no formas parte importante?, ¿Qué tonterías
estás diciendo?, eres la más importante, eres la que hará posible esa pequeña
vida, tu llevas en tu interior al hijo de ambos, serás la mamá de ese pequeño o
pequeña—me derrumbe llorando en sus brazos, me había hecho mucha falta poder
hablar con alguien.
Cenamos juntas sin volver a tocar el tema, vimos
una comedia que nos mantuvo riendo durante cerca de dos horas.
—¿Y cuál es mi habitación?—me gire sorprendida pero
sonreí al saber que se quedaría conmigo.
—Vamos te la mostrare, además puedo encontrar algo
con lo que puedas dormir
—No hace falta, traje mi propia ropa—la acompañe al
auto y después la deje en su habitación para que diera un baño, entre a la mía
e hice lo mismo, tome una pijama de pantalón y me fui a junto a mi amiga.
El estar con ella platicando de lo que planeaba
hacer para su desfile y la fiesta que estaba preparando para después me tenían
impresionada, tenía unas ideas magnificas que sin duda opacarían a más de uno,
un mensaje llego y al revisarlo vi que se trataba de Jessica que decía estar
junto con Edward en Berlín, es que en algún momento me dejaría en paz.
—Debes de decírselo a Edward, el debe de hacer que
esa zorra te deje tranquila
—Es mi guerra, no involucrare en esto a Edward,
ella quiere que corra a darle el chisme a él, pero no lo hare
—Sabes que puedo ayudarte
—Solo duerme Alice, mañana planearemos la venganza
La sentí dormirse después de unos minutos, mientras
que yo pensaba en todo lo que le había dicho a mi amiga, al fin con alguien
había podido ser sincera y hablar de la manera en que me sentía, ser yo misma y
no la muñeca en la que me había tenido que convertir, me quede dormida pero
desperté cuando en mis sueños vi a Edward abrazando a Jessica que se reía de mi
por ser tan tonta y creer que él en algún momento me había querido como él lo
había dicho, me reconforto saber que mi amiga estaba ahí abrazándome
—Fue solo un sueño Bells—asentí dejando que las
lágrimas abandonaran mis ojos y humedecieran la almohada
Los siguientes días estuve en contacto con Alice
que me mostró el diseño que había estado creando para el vestido de novia de
Rose y viéndola trabajar mientras terminaba de elaborar el vestido principal de
su colección, era un vestido de noches espectacular, tenía muchos detalles que
debían de ser bordados a mano por lo que era el único que faltaba, los demás ya
estaban casi terminados.
Los mensajes de Jessica seguían llegando y solo
recibía una mirada de desaprobación de mi amiga que se había cansado de
repetirme que debía de decírselo a Edward. Salí del taller de mi amiga para ir
a casa ya que ella tenía una cita con Jasper, parecía que después de esta noche
las cosas entre ambos volverían a ser igual que antes y no podía hacer más que
alegrarme por la felicidad de ambos.
Cene frente al televisor viendo un realete show,
era increíble lo que algunas personas están dispuestas a hacer para conseguir
un poco de fama, ellos buscando el asedio de los medios y aparecer en las
revistas y programas de chismes, mientras que algunos actores ya no hallaban la
forma de escapar de esa vida tan loca.
—Es una ensalada deliciosa—me gire para ver a mi
esposo con un tazón de ensalada igual a la mía, se acomodo junto a mí y me beso
—Pensé que llegarías más tarde—cruce mis piernas
—Termine pronto, así que solo cambie el horario de
mi vuelo. Moría por verte pequeña—mantuve la vista fija en la suya intentando
leer sus pensamientos, saber si lo que decía era verdad o solo estaba diciendo
lo que sabía que yo deseaba escuchar— ¿estás bien amor?
—Sí—aparte mi mirada de la suya y contemple mi
ensalada comiendo lentamente, escuche un plato chocar contra el cristal de la
mesa de centro un segundo después sus manos se adueñaron de mi rostro
obligándome a verlo
—¿Que sucede Bella?
—Te quiero preguntar algo y quiero que seas
absolutamente sincero conmigo, ¿está claro? —Asintió— ¿Jessica estuvo en Berlín
contigo?
—Estuvo en Berlín, pero no conmigo, fue acompañando
a su padre.
—Edward siempre me dices lo mismo—me levante
dejando de manera brusca mi plato sobre la mesa— casualmente ella siempre está
con su padre, en el mismo lugar donde tu estas.
—Es la verdad, ella acompaña a su padre e intenta
acercarse a mí pero ya te dije que yo no tengo ojos para nadie más que no seas
tú.
—¡Deja de mentirme!—comencé a llorar por la
impotencia del momento, no soportaba escucharlo decir que solo tenía ojos para
mi, cuando estaba claro que no era cierto— si lo que quieres es regresar y
acostarte sin culpa con ella, solo dímelo y terminamos con esta maldita farsa,
pero ya no me… ya no me hagas romperme la cabeza pensando si realmente estas en
una de esas cenas que dices o recordando viejos tiempo con Stanley en algún
hotel.
—En primer lugar no te estoy mintiendo, en segundo
Jessica no me importa y por lo tanto no me interesa acostarme con ella; es que
no te das cuenta de que contigo es la única que quiero hacer el amor, sentirte
en mis brazos y escuchar tus jadeos son los únicos que deseo
—Ella…
— ¿Ella que Isabella? —gruño presionando mis brazos
—Ella me advirtió que quería reconquistarte, que
necesitabas una mujer a tu lado y no una niña como yo, que solo ella podía
darte lo que realmente querías, y sé que tiene razón no hace falta ser muy
inteligente para darse cuenta de que ella es una mujer hermosa mientras que
yo…—coloco un dedo en mis labios
—Eres una tonta lo sabías—apreté los ojos— mi amor
tú no eres una niña eres toda una mujer, puede que tengas 25 años, es cierto,
pero eres más madura que esa chica engreída, eres inteligente, hermosa, eres
una mujer con principios que decidió arriesgarse para salvar a su familia, sin
importarle unirse a un hombre como yo.
—Edw…
—Quiero que te quede claro que yo no he estado con
Jessica, cuando te decía que estaba en cenas de negocios lo estaba. En Berlín
apenas la vi en una de las cenas, pero no permití que se acercara a mí, te
prometí fidelidad y lo he hecho. En un principio no te negare que pensé que
había cometido una estupidez, pero basto estar contigo solo una noche,
escuchaste bien solo una noche para saber que eras la única con la que quería
estar, te quiero Bella, te quiero mi pequeña gatita—me estremecí ante sus
palabras sonaban tan sinceras que me permití soñar aunque sea en ese momento,
me permitiría creer que en verdad me quería.
—Yo…
—Ahora es tu turno de responder una pregunta
pequeña—se sentó de nuevo y me obligo a sentarme a ahorcadas, dejo vagar sus
manos de la cintura hacia abajo—ahora dime de donde sacaste esas ideas tan
estúpidas
—Edward—me miro enarcando una ceja— Jessica se la
ha vivido mandándome mensajes, sé que no debía de creerle pero concordaban con
tus cenas y tus llegadas tarde a casa
—Y no pudiste preguntarme en vez de hacer
deducciones erróneas— oculte mi rostro en el hueco de su cuello— tontita
—Lo siento—murmure
—Lo que importa es que eso ya quedo claro y ahora
si podrás estar tranquila—asentí levantando mi rostro para perderme en su
mirada, sonreía al mismo tiempo que él, era dulce y hacía saltar mi corazón, me
tumbo en el sillón para después quedar sobre mí.
— ¿Qué crees que haces? —Ahí estaba su sonrisa
torcida dejándome en claro lo que tenía en mente—Ni lo pienses, sabes que Sara,
Nohemí y Betty siguen en casa.
—Les dije que se marcharan—lo observe
minuciosamente—ya que había regresado a casa no veía la razón por la que se
quedaran más tiempo, yo puedo encargarme de mi mujer, además quería un poco de
privacidad. No es sencillo estar lejos de ti.
—Pero no creo que…
—Porque no intentarlo en lugares diferentes, además
este sillón parece muy cómodo—mordió suavemente mi cuello, dejo sus manos
entrar debajo de mi blusa acariciando mi piel
—Aquí no—suplique y eso pareció hacerle gracia,
desabrocho mi blusa hasta dejar mi sostén a la vista, sus labios acariciaron la
curva de mis pechos y bajando por mi abdomen hasta mi vientre, sus pulgares
acariciaron los pezones que comenzaban a endurecerse.
—Y como se ha portado nuestro bebé—cubrió mi
vientre de besos—espero que te hayas comportado durante mi ausencia y no le
dieras muchos problemas a tu mami
—Fue bueno, como siempre—acaricie su mejilla con la
yema de mis dedos—ya sabes solo mi visita matutina, aunque ya están
disminuyendo
Me deje guiar por sus besos y sus caricias, lo
ayude a despojarse de la molesta ropa que me impedía poder apreciar su
musculoso cuerpo, pase mi lengua por sus labios bese la comisura y los pose en
su cuello besándolo con suavidad para después succionar un poco y hacerlo
jadear, hizo un mohín diciendo que le dejaría marca, el hizo lo mismo en uno de
mis pechos provocándome una sensación diferente, me llevo al límite entre el
dolor y el placer, pero que me dejo pidiendo más, sentirlo entrar y moverse en
mi interior era la mejor sensación que podía sentir, me hacía el amor con suma
delicadeza, deje escapar los jadeos contra su oído y me deleite con los suyos,
encaje las uñas en su espalda y arquee la mía dejando que mis senos chocaran
contra su pecho, mi interior se contrajo al mismo que sentí el suyo explotar y
juntos experimentar la mayor expresión del placer.
Nuestras respiraciones eran entrecortadas y
nuestros latidos acelerados, dejo su rostro a mi altura permitiéndome delinear
sus labios con uno de mis dedos.
—Sabes que siempre serás mi gatita—hice un mohín—es
de cariño mi vida, y ahora solo quiero que confíes en mi
—Se que debía de hacerlo desde hace mucho pero todo
esto me perturba
—Ya te lo dije una vez y lo volveré a hacer, he
cambiado he madurado y ya no me siento cómodo estando en diferentes brazos
porque solo unos son los que me importar y me reconfortan—beso mi hombro
izquierdo bajando suavemente
— ¡Edward! —cerré los ojos al sentirlo crecer
dentro de mí, esta sería una larga noche.
—Me hiciste mucha falta cielo, es hora de que me
recompenses—asentí dejando que me volviera a llevar al punto más alto
Me quede recostada sobre su pecho sintiendo sus
manos recorrer mi espalda, comencé a hacer dibujos en su pecho pero él me pidió
que no lo hiciera si deseaba descansar un poco más, así que me limite a dejar
mi mano en su pecho sintiendo los latidos de su corazón, deje que el sueño me
venciera, gruñí cuando lo sentí levantarse y dejarme ahí recostada en el
sillón, tome mi celular para ver que eran cerca de las 10, buena hora para
tomar una ducha y después a la cama.
Encendí una de la lámparas para buscar mi ropa pero
no di con ella solo encontré mi panty, tome la camisa de Edward y alise mi
cabello con los dedos, apague el televisor y fue a buscar a mi esposo. En
cuanto salí al pasillo supe que no debía de haberlo hecho, tire la camisa como
si pudiera hacer que cubriera un poco mas de mis piernas desnudas pero también
recordé que no traía sujetador lo que me obligo a colocar mis brazos contra mi
pecho.
— ¡Isabella! —gruño mi padre, que giro su rostro,
la mirada divertida de mi madre y de Esme, note que Edward solo llevaba puestos
sus pantalones y al igual que yo estaba incomodo ante la situación, no era la
mejor forma de encontrarnos además de que dejaba en claro lo que habíamos
estado haciendo
—P…porque no nos esperan en la sala en lo que…
—Ahí los esperamos cielo, anden a vestirse—mi madre
me guiño un ojo arrastrando a mi padre y Esme se fue divertida susurrándole
algo a Carlisle que negaba.
Edward tomo mi mano y me arrastro hasta nuestra
habitación, en cuento cerro lo puerta soltó una carcajada.
—Esto no tiene nada de gracioso—gruñí sacando un
conjunto de ropa interior y un pants, me vestí lo mas a prisa que pude al mismo
tiempo que él lo hacía, arregle mi cabello sintiendo como mi esposo me rodeaba
con sus brazos
—Sabes amor, mi ropa te sienta muy bien—rodé los
ojos
—Creo que debemos de bajar antes de que piensen
cosas que no son.
Fuimos hasta donde ellos se encontraban, llevamos
un poco de café para ser hospitalarios. Mi padre se aclaro la garganta y hablo
de que había una manera de asegurarnos de que Aro no nos afectara y esa era
aprovechar en una baja de la bolsa y comprar algunas de sus acciones, todo esto
aprovechando nuestras ganancias, solo que nosotros debíamos de dar la
autorización ya aunque mi padre y Carlisle estuvieran como directivos las
empresas estaban a nuestros nombres después de nuestra boda.
—Háganse cargo de ello, si eso nos ayuda a respirar
tranquilos de una vez—señale evitando la mirada de mi madre que no hacía más
que sonreírme y recordarme el incidente anterior.
—Mañana firmaremos los papeles
correspondientes—dijo Edward pasando un brazo detrás de mis hombros y pegándome
a su cuerpo
—Los traemos con nosotros— no los entrego Carlisle,
los firmamos para que ellos se hicieran cargo
—Eso es todo—pise a Edward quien entrecerró los
ojos
—Nos veremos mañana en la empresa, descansen—se
levanto Esme obligando a los demás a hacer lo mismo.
—No lleguen tarde, tendremos una junta—anuncio mi
padre, a lo que ambos asentimos
—Nos vemos cielo—abrace a mi madre que me susurro
un lamento la interrupción
—Cuídense hijos— se despidieron Esme y Carlisle para
abandonar nuestra casa, activo el sistema de seguridad y me tomo en brazos
—Creo que tenemos un asunto pendiente Sra.
Cullen—solté una carcajada dejándome llevar hasta la cama.
Esta mañana me había costado demasiado trabajo
levantarme, estar en los brazos de mi esposo era el único lugar en el que
quería estar, desayunamos rápidamente y nos fuimos al trabajo con el tiempo
justo, le di un beso en los labios justo antes de entrar en la sala, note la
tensión entre Dorian y mi esposo.
—No se atreverá a molestarte pequeña—me susurro
—No importa—tome su rostro entre mis manos y roce
sus labios antes de tomar mi lugar, lance una mirada desafiante a los que
parecían que nunca habían visto a alguien besarse
—Comencemos—pidió mi padre entrando por la puerta,
beso mi cabeza y tomo su asiento.
La junta fue un poco más extensa pero en resumen
fue de lo que nos habían hablado la noche anterior, a mitad de la junta me
levante importándome poco el hacer demasiado ruido, el perfume de alguno de los
presentes me había causado nuevamente nauseas tuve que salir directamente al
baño dándome el tiempo justo para despedirme de mi desayuno, me tome mi tiempo
y cuando salí me encontré apoyado contra la pared a Edward que me envolvió en
sus brazos y beso mi nariz.
—Pensé que solo era una vez al día
—No se la locion de quien me dio nauseas—hice un
mohín
—Al menos estoy seguro que la mía no es
—Claro que no, si no desde hace mucho me hubieras
dado nauseas—tomo mi mano y se la llevo a los labios
—Que dulce amor—sonreí dulcemente—Porque no vas a
tu oficina y te aviso en que termino todo
—¿Me quieres dejar fuera?—entrecerré los ojos,
lanzándole una mirada interrogante.
—Cielo, si regresas a la sala volverás a salir
corriendo para visitar el baño y honestamente hasta a mi me duele verte en esta
condición, así que lo único que puedo hacer por ti es cuidarte un poco.
—Cierto, para la próxima exigiré mayor ventilación—
sonrió besando mi frente y regresando a la sala
El día paso sin más incidentes, Edward se llevo el
trabajo a mi oficina lo que ya comencé a considerar como algo exagerado y
aunque lo intente echar el se negó quedándose en mi oficina y continuo
trabajando desde su laptop.
Cuando salimos de la oficina en lugar de ir a
nuestra casa como supuse que lo haríamos nos dirigimos al restaurante que solía
frecuentar con las chicas, se inclino para robarme un beso y bajo del auto para
ayudarme.
—Espero que no te moleste pero hice un par de
llamadas y quede que cenaríamos con un par de parejas—hice un mohín al verme
incluida en una cena de negocios, no me gustaba asistir ya que en su mayoría
solo eran hombres porque aun seguían en la prehistoria, pensando que los
negocios eran solo para el sexo masculino haciéndonos de lado a nosotras. Pero
aquí estaba lista para pasar una velada muy larga.
—Edward—dije con emoción, su sonrisa me contesto la
pregunta que no había formulado.
—Creí que te gustaría cenar junto a tus amigos,
algo fuera de usual—me tomo de la cintura y me guió hasta la mesa en que
estaban mis amigos con sus respectivas parejas, bueno en el caso de Tanya el
chico en turno.
—Qué bueno que llegaron, muero de hambre y aquí
estas hermosas damas no me dejan ordenar porque faltaban ustedes—nos dijo
Emmett comenzando a hacerle señas a los meseros que estaban cerca
—Había un poco de trafico—sonrió mi esposo
sentándose junto a mí, Edward junto con el compañero de Tanya fueron los únicos
en revisar el menú ya que los demás lo conocíamos, ordenamos y mientras tanto
nos sumergimos en una plática de lo más agradable.
La cena con mis amigas estaba siendo simplemente
fabulosa, Alice que era la única que sabia la verdad de mi relación con Edward
y notaba el destello de alegría cada vez que Edward tomaba mi mano, me abrazaba
o me daba un beso, ella por su parte parecía más abierta con Jasper y ya no era
tan notoria la barrera que había puesto entre ambos, parecía que lo que
habíamos hablado la había ayudado a tomar una excelente decisión lo que le
había regresado la sonrisa angelical al rubio; Rose y Emmett seguían planeando
de que manera ocultar el lugar de la boda de los medios y Tanya estaba
encantada con su nuevo novio Demetri, era un chico guapo y muy agradable a
pesar de su apariencia de pocos amigos que poseía.
—Bueno ya que estamos juntas quiero decirles
algo—Alice brinco en su asiento y tanto Rose como Tanya se mantenían
expectantes, Edward me rodeo nuevamente con uno de sus brazos tomando mi mano
entre una de las suyas y llevándosela a los labios
—Demasiadas muestras de afecto, déjenlo para cuando
estén solos en su habitación—Rose golpeo a Emmett en la cabeza por su
comentario y yo solo pude reír al igual que Edward, el que el oso se sintiera
con libertad de bromear con mi esposo era señal de que ya lo había aceptado en
el grupo
—Bueno lo que quiero decirles es que…—vi un momento
a Edward que asintió sonriendo— estoy embarazada—la cara de sorpresa eran las
que me esperaba, después ya estaba en los brazos de Rose y Tanya que no paraban
de pelear por quien sería su tía consentida
—No se peleen, ese puesto es mío—me guiño un ojo y
yo reí, nos mantuvimos ahí hasta cerca de la media noche, las bromas y los
recuerdos de nuestra etapa en la universidad fueron grandioso, mantenía mi mano
entre la de Edward y ahora era yo quien lo besaba de vez en cuando para no
dejarlo fuera, pero el parecía bastante cómodo y se notaba que no estaba
actuando, en verdad estaba disfrutando la velada con mis amigos a pesar de que
fueran unos años as chicos que él.
—Se ve que aun tienen energía, pero la futura mamá
debe de descansar o mañana no se levantara y me culpara por ello—se burlo
Edward ayudándome a colocar mi abrigo
—La verdad es que prefieres que la energía que le
queda a Bella aprovecharla de otra manera más placentera—todo rieron y el oso
logro detener la mano de Rose pero no su pie que le lastimo el suyo
—Puede que la aprovechemos—le respondí dejándolo
sin palabras y haciendo estallar a los demás en una carcajada, Edward dejo
dinero suficiente para pagar la cuenta a lo que los demás protestaron, pero el
señalo que él había invitado, tomo mi cintura y me saco del lugar.
Cada día comenzaba de la misma manera pero en este
momento me sentía realmente cómoda despertando en sus brazos, aunque no podía
disfrutar estar así por un periodo largo ya que la necesidad de correr al baño
me invadía.
En la oficina rodé los ojos al notar que en mi
escritorio había dos tasas una de café y otra de té que reconocí como mía; su
Laptop estaba encendida lo que me indicaba que planeaba quedarse a trabajar
junto conmigo, lo había enviado a su oficina alegando que estaba exagerando y
que nada me sucedería estando en este lugar, pero él me ignoro y comenzó a
trabajar, cerca de la una comencé a removerme en la silla mientras hacía que
unas cuentas cuadraran.
—No es que me moleste el ruido de la silla pero
puedo saber qué es lo que te tiene inquieta—me encontré con su mirada divertida
al comprobar que estaba sonrojada
—Es solo que… promete que no te burlaras—mordí mi
labio y el asintió—Tengo hambre—hice un mohín al escuchar su risa—prometiste
que no te burlarías
—Lo siento pequeña, pero eso tiene solución, dime
que se te antoja comer
—Ravioles—dije sin vacilar, tomo el teléfono y
llamo a su secretaria pidiéndole que hiciera una reservación para un nuevo
restaurante de comida italiana, me guiño un ojo y colgó cuando la reservación
quedo hecha
—Listo, vamos a que comas tus Ravioles y después
podremos seguir trabajando.
Me gustaba sentir que Edward se preocupaba por lo
que deseaba, podía que en ciertos momentos me comportara como una niña pero no
podía evitar hacerlo, los antojos, el hambre insaciable y los cambios de humor
me estaban volviendo loca, pero agradecía que aunque a veces parecía sacar de
quicio a mi esposo trataba de comprenderme en vez de juzgarme y siempre
terminaba encontrándole el lado divertido a las cosas.
—Cuando tienes esa mirada es porque estas indecisa,
pide por ambos y así comes lo que se te antoje—negué pidiendo mis ravioles y
agua mineral, mientras el pidió una pasta con verduras y camarones, además de
una copa de vino tinto
—¿Como hiciste para reunir a los chicos
anoche?—pregunte pasando un dedo por el relieve del vaso que estaba frente a mí
—Solo llame a Alice y ella se encargo de reunirlos,
creí que te gustaría estar con ellos y veo que no me equivoque. Mi amor,
podrías dejar de hacer eso—alejo mi mano de la copa y la dejo sobre la mesa
—Fue grandioso, espero que no te hayas sentido
incomodo—lo mire directamente a los ojos esperando leer en su mirada si mentía
—Al principio me sentí un tanto fuera de lugar pero
debo de admitir que tus amigos son divertidos y parecidos a los míos—estiro su
mano para tomar la mía con delicadeza—lo que me recuerda que mis amigos esperan
que podamos viajar a Londres para salir y puedan conocerte mejor.
—Me gustaría conocerlos, en la boda no tuve
oportunidad más que hablar con Leah—bebió un trago largo de su copa
—Pronto podremos ir si quieres, parece que la
presión que Aro estaba generando en nosotros está por terminar, si nuestro plan
sale como lo esperamos en menos de un mes podremos respirar tranquilamente—me
alegre por saber que al fin podríamos regresar a la normalidad, pero la sonrisa
desapareció al comprender que eso también implicaba que ya no debíamos de
seguir juntos, ¿Qué pasaría ahora con nuestro bebé?
—Qué casualidad encontrarlos aquí—respire profundo
antes de fingir una sonrisa
—Jessica—gire mi rostro para verla sin ponerme de
pie, lo único que quería era que se marchara
...
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