Joshua
—No te aconsejo que te metas conmigo.
—Puede que estés acostumbrado a que todas las
personas te demuestren temor, pero te advierto que es algo que no pasara
conmigo. —me mantuve con la mirada en la suya, si trataba de intimidarme no lo
iba a conseguir.
—Podría decir que eres valiente o creo que estaría mejor dicho que eres un estúpido. —sonrió ampliamente metiendo las manos en sus bolsillos. —Si eres un poco inteligente me dirás donde está.
—No tengo ni la menos idea de lo que me estas
hablando. —seguí haciéndome el desentendido.
—Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando,
quiero que me digas donde esta Isabella. — Di un chasquido con la lengua y me
encogí de hombros. — Sabes de lo que estoy hablando, crees que no se qué
estuviste con ella.
—Creo que lo que yo haga no te concierne. —le dio
una patada al neumático de mi auto.
—Nadie te enseño a no tocar a la mujer de otro.
—En primero lugar, ella es libre y es mía.
—remarqué las últimas palabras dando un par de pasos hacia atrás, cuando él se
había acercado.
—Isabella me pertenece, ella es mi mujer.
—Hasta donde se ustedes se divorciaron así que ya
no tienes ningún derecho sobre ella. Déjala tranquila. ¿O es que tienes miedo
de que ella pueda desenmascarar al animal que eres?
Por un movimiento rápido había logrado esquivar un
golpe tomando su puño y colocando su mano en su espalda y empujándolo contra el
coche importándome poco el daño que mi auto pudiera sufrir.
—Suéltame imbécil no tienes idea de lo que te
ocasionara el ponerme una mano encima.
—Veo que solo eres más valiente cuando te enfrentas
a una mujer, eres un cobarde. —en un pequeño descuido el logro empujarme
haciéndome caer, gire en el momento adecuado cuando iba a patearme, pero el
tercer intento me dio de lleno en el estomago y aprovechando que no podía
defenderme completamente aprovecho para lanzar un par de golpes más sin
importar el lugar donde golpeaba.
Intente ponerme de pie pero me empujo de nuevo
logrando que me golpeara fuertemente la cabeza y en mi boca percibí un sabor
desagradable que sabía perfectamente de lo que se trataba.
—Veo que esa mujerzuela se atrevió a abrir su boca.
Admito que tiene buen cuerpo pero en la cama es un asco aunque con un poco de
guía era asombrosa. —apreté la mandíbula al imaginar sus sucias manos recorrer
la suave y cremosa pie de Bella, mi Bella.
El solo pensar en ella me dio fuerzas para
levantarme y poder lanzar un golpe directamente en el rostro seguido por otro
en el estomago haciéndolo caer. Lo tome por la camisa dejando mi rodilla en su
pecho mientras se removía intentando zafarse.
—Jamás vuelvas a referirte a Bella como una
mujerzuela. —un nuevo golpe en el rostro.
—Es una chica difícil de domar y por eso hay que
tomar ciertas medidas con ella. —un gruñido se formo en mi pecho y sin medir mi
fuerza lo levante arrojándolo contra una de las columnas presionando mi brazo
con su garganta y de inmediato sus movimientos se hicieron más desesperados por
la falta de oxigeno en sus pulmones.
—Estas acostumbrado a tener el control pero veo que
no te gusta cuando alguien más lo tiene. — quite mi brazo para dejar que
respirara.
—Desearas no haberte metido conmigo Cullen—se
abalanzo nuevamente sobre mi pero fácilmente volví a inmovilizarlo. — Dime donde
esta Isabella y veras que nada le pasara a esa cosa que llamas hija.
—No te atrevas a tocar a mi familia—gruñí cerrando
una de mis manos en su cuello y levantándolo unos pocos cm del suelo. —
Atrévete a tocar a mi hija o a mi mujer y considérate hombre muerto.
Sus manos intentaban quitar las mías de su cuello
lo deje sufrir por unos segundos más hasta que sus movimientos se hicieron más
ligeros, lo solté dejándolo caer sobre sus rodillas, tosió varias veces
acariciándose el área donde antes mi mano había estado.
—Isabella no es tuya me pertenece a mí. —dijo de
manara entrecortada.
—Tu la perdiste al comportarte como un animal, te
atreviste a golpearla, humillarla…—apreté los puños conteniéndome de volver a
lanzarme sobre él.
Fue apenas en ese momento que me di cuenta de que
era un poco más alto que yo y de igual manera se notaba que fuerte pero eso no
me había impedido el darle un par de golpes por el dolor que le estaba causando
a Bella. Si por mi fuera lo hubiera matado pero no valía la pena ensuciarse las
manos por un hombre como él.
Su puño dio contra mi mejilla derecha
desequilibrándome, pero me alcance a sostener de un auto para evitar mi caída,
escuche un grito y Demetri pareció no haberlo escuchado porque se dejo ir
contra mí, intente sostener sus manos y esquivar sus golpes pero logro darme un
par más, hasta que un par de hombres lo tomaron de los brazos inmovilizándolo.
Me lleve una de las manos al estomago y me deslice
por el auto hasta quedar sentado en el piso, de inmediato un par de pequeñas
manos tocaron mi rostro.
—Edward… ¿Estas bien? — Ángela tenía el rostro
contraído y se notaba asustada.
—Llamen a la policía no dejen que este hombre se
vaya. — me levante con la ayuda de uno de los guardias de seguridad.
—Esto no termina aquí Cullen—me amenazo con un
gruñido intentando zafarse del agarre del par de hombres que lo mantenían
firmemente agarrado.
— ¿Qué sucede aquí… estas bien Edward? —Louis había
llegado y parecía tan desconcertado e impresionado por lo que estaba viendo que
solo me miraba por un segundo y después miraba a Demetri.
—Sera mejor que me suelten si no quieren tener
problemas…
—El único que tendrá problemas es usted, ataco a un
medico de este hospital y eso lo sabrán las autoridades.
—No tiene idea con quien se está metiendo, Soy
Demetri Volturi. —Louis me lanzo una mirada interrogante que yo solo asentí. —
Ten cuidado Cullen.
—No te atrevas a tocar a ninguna de las dos. —gruñí
al momento que alguien me empujaba de regreso al hospital alejándome del lugar,
solo escuche a Demetri gritar sobre que me iba a arrepentir y amenazar a Louis
por no dejarlo marcharse y esperar a la policía.
—Le diste una buena golpiza a ese hombre. —me gire
para ver que el que me estaba arrastrando era Félix y junto a él iba Ángela que
estaba nerviosa, si no hubiera sido por ella aun estaría peleándome con ese
hombre y no estaba seguro de que me hubiera podido detener.
—Jamás pensé que fueras de la clase de hombres que
arregla las cosas a golpes. —dio un chasquido con la lengua y abrió un par de
puertas hasta dejarme en una habitación para que me revisaran y curaran las
heridas que tenia.
—No soy esa clase de hombre pero… auch. —la mire
ceñudo después de que me pusiera alcohol en la mejilla y un feo escozor me
recorriera el cuerpo. Félix se disculpo ya que tenía que salir a atender una
emergencia, pero prometió regresar para que le contara como había dejado a
Demetri en ese estado.
—Ángela, no soy esa clase de hombre, solo me
defendí y defendí a los que quiero. —hice una nueva mueca cuando volvió a
colocar alcohol en otra herida.
— ¿Tiene que ver con Bella? —me sorprendió que
supiera la razón.
—Eres demasiado lista Ángela.
— ¿Bella está bien? ¿Es por él que se fue?
— ¿Por qué piensas que por él?
—Bella es una buena mujer pero hablando con Heidi
nos dimos cuenta de que siempre hubo algo en su vida de lo que no nos quería
hablar era muy reservada y parecía que temía de algo.
—Y tienen razón, ella paso momentos muy malos junto
ese hombre que no ha dejado de acosarla y es la razón por la que se marcho.
—intente que mi explicación sonara convincente sin entrar en detalles.
Hablamos por unos minutos mas mientras seguía
curando las heridas, me mandó a realizarme algunas radiografías para descartar
otras lesiones. Junto con Louis fui a levantar una demanda por lo que había
ocurrido. En camino a la jefatura de policía había llamado a mi padre que en
ese mismo instante prometió volar a la ciudad aunque intente detenerlo el
prometió estar en unas horas ahí. En la jefatura me encontré con Demetri que
aun estaba en un estado deplorable y eso me hizo sentir orgulloso ya que al
final había terminado mucho peor que yo.
Estaba hablando con un par de hombres que parecían
furiosos. Uno de ellos se giro para verme al notar que Demetri no aparataba de
la mirada, se levanto y camino hasta llegar frente a nosotros.
—Buenas noches, mi nombre es Marco Volturi soy tío
de Demetri y quisiera saber si hay alguna manera en la que nos podamos arreglar
para evitar que este asunto se haga más grande…
—Es una lástima que su sobrino no pensara en las
consecuencias que sus actos acarrearían a su familia, pero yo no pretendo
quitar la demanda no solo lo hago por mi si no también para proteger a mi
familia.
—Ella no es de tu familia, ella…—su frase se vio
interrumpida por un gruñido de su tío que lo mando callar y continuo hablando
con nosotros intentando por todos los medios hacer que la demanda no
procediera.
Respire aliviado cuando por la puerta entraron un
par de nuestros abogados que de inmediato estaban junto a mi haciéndose cargo
de todo para que la demanda procediera a la vez de que hacían todo lo posible
para interponer una orden de restricción sobre mi y toda mi familia algo que
nos llevaría un poco más de tiempo.
No fui consciente del tiempo hasta que vi a mi
padre entrar en la jefatura quitarse los guates y llegar a abrazarme y ponerse
al corriente de lo que había sucedido, intercambio un par de palabras con
Marco, para después regresar junto a mi extendiéndome un vaso con café
— ¿Seguro que te encuentras bien? —Apretó mi
hombro— ¿Cómo es que llegaste a los golpes, tú no eres así?
—Si esto sucedió fue porque el inicio todo, además
no pude resistirme a darle una pequeña paliza por sus sucias palabras y por
todo el daño que le ha provocado a Bella. —termine el contenido de mi vaso y lo
aplaste. — ¿se lo contaste a mamá?
—Se lo diré después, ya conoces a tu madre si se lo
decía estaría nerviosa y ya te hubiera estado llamando para asegurarse de que
no le estuviera ocultando nada.
—Si suena a algo que mamá seria capaz de hacer.
Nos tomo unos minutos más el salir de la jefatura
junto con nuestros abogados y marcharnos a mí casa en mi auto y fue en ese
momento que me di cuenta de que ya pasaba de la una de la madrugada.
Apenas llegamos a casa saque mis cosas y fui a la
cocina por algo de comer y mi padre pareció agradecer que al menos supiera
preparar un par de emparedados.
—Parece que tienes un mensaje. —me indico el
foquito de la contestadora que no dejaba de parpadear. Con desgana lo presione
y casi me ahogo cuando escuche que eran diez los mensajes y todos eran de
Bella.
Al principio la voz era calmada pero conforme el
tiempo pasaba su voz se denotaba angustiada porque no me había logrado
contactar y estaba preocupada.
Apenas iba en el mensaje número siete pero ya no
hacía falta escuchar los demás para saber que eran más desesperados, marque el
número que apenas timbro dos veces contestando Myrna y un segundo después era
Bella.
—Bella amor…
—Tienes una idea de la terrible noche que pasé.
—Suspiro— ¿Estas bien?
—Todo está bien amor, solo… tuve una cirugía de
emergencia y mi padre está en la ciudad así que estuvimos fuera—me pase la mano
por el rostro sintiéndome mal por mentirle pero no quería que se preocupara.
— ¿Y no pudiste contestar el teléfono?, te llame un
millón de veces. —me moví hasta mi bata donde había dejado mi teléfono y ahí me
encontré con muchas llamadas que me dejo claro su preocupación.
—Lo siento cariño, lo olvide en el auto
—Promete que no lo volverás a hacer, no te imaginas
de lo mal que lo pase, te iba a llamar mas tarde y si no contestabas iba a
volar a Seattle.
—Todo está bien amor. Mejor dime como esta nuestra
pequeña
—Extrañándote de igual manera que lo hago yo. ¿Si
llegaras el fin de semana verdad?
—No lo sé amor, han surgido un par de cosas que
puede me retrasen un poco pero pronto estaré con ustedes te lo prometo. —sabia
que debía de esperar a que se arreglara lo de Demetri para poder marcharme
junto a mis dos lindas mujeres.
Se despidió de mi para dejarme dormir ya que sabía
que aquí era de madrugada, solo esperaba que Millie la dejara dormir un poco.
Deje que mi padre durmiera en otra de las
habitaciones de huéspedes y yo dormí en la que ocupaba cuando Bella estaba
conmigo, era el lugar que me hacia recordarla claramente, jamás me olvidaría de
todo lo que habíamos vivido en esta cama, la manera en la que se había
entregado a mí, era dulce pero a la vez desprendía una pasión enceguecedora,
tuve que dejar esos pensamientos de lado para poder dormir.
Los siguientes días ya no fueron necesarios que
asistiera al hospital solo me dedique a intentar dejar resuelto mi situación
con Demetri quien no podía dejar la ciudad por orden de un juez.
El fin de semana que debería de haber viajado para
encontrarme con Bella y Millie había tenido que permanecer en la ciudad ya que
lo que había sucedido no solo se había quedado archivado como muchos otros
casos habíamos conseguido que un juez se planteara la orden de alejamiento que
incluía a todo miembro de la familia Cullen, en un principio parecía que no
sería posible pero agradecí la intervención de Emmett que expuso la situación
de Bella y que por acercarse a ella Demetri había recurrido a la violencia
conmigo y temíamos que intentara algo en contra de cualquier miembro de la
familia.
Nos había tomado casi un día lleno de peleas y
comprobación de hecho para lograr obtener la orden de alejamiento además de por
los antecedentes y por una petición discreta hecha por mis abogados lograron
que se le impusiera el no poder abandonar el país y el juez lo mando bastantes
horas de trabajo comunitario además de recibir terapias para controlar su
temperamento agresivo.
El jueves termine de empacar las cosas para
marcharme pero en lugar de viajar a Londres tuve que desviarme a Chicago por la
llegada repentina del nuevo Cullen. Se había adelantado solo una semana y aun
así Alice no dejaba de estar preocupada.
Había llegado aun cuando mi pequeña hermana estaba
en trabajo de parto al verme entrecerró sus ojos y antes de que dijera algo una
contracción hizo de las suyas haciéndola proliferar a los cuatro vientos que no
dejaría que Jasper volviera a tocarla y que apartar de ese momento dormiría en
el cuarto de lavado que era el más alejado de la casa.
Mi madre me abrazo y ambos conteníamos las ganas de
reír por las tonterías que estaba diciendo el duende y de las cuales estábamos
seguros no recordaría cuando tuviera a su bebé en brazos. Pero era bastante
graciosa la cara de Jasper que intentaba convencerla de que no era lo que ella
quería que solo lo decía por el dolor que estaba sintiendo en ese momento.
Tanto mi padre y yo esperamos en la sala de espera
mientras el parto se llevaba a cabo. Antes de lo que esperábamos Jasper salió a
buscarnos y anunciarnos de que ya había un nuevo integrante de la familia
Cullen.
Apenas entre en la habitación no pude parar de
sonreír al ver que realmente la pequeña duende ya era toda una mujer y era
madre una que irradiaba felicidad, me acerque para conocer a mi sobrino que
tenía sus ojos cerrados pero una mata de cabello rubio.
—Es hermoso no lo crees. —me pregunto Alice con los
ojos aun cristalinos.
—Es perfecto Ali. —Limpie sus mejillas con mis
pulgares— Serás una excelente madre para…
—Joshua Hale. —bese la coronilla de mi hermana y
acaricie la mejilla de mi sobrino que ni se movió.
—Espero que entiendas que no puedo quedarme más
tiempo tengo que viajar…—puso uno de sus dedos en mis labios.
—Tu lugar es junto a tu familia, ellas te necesitan
yo tengo a Jazzy y mamá que me orientara para ser una milésima parte de lo
buena que ella es.
—Y yo que esperaba darte clases de cómo bañarlo y
cambiar los pañales. —le dije con una enorme sonrisa.
—Creo que es el turno de que lo haga Jasper,
prometo filmarlo y lo veremos para las Navidades apuesto que será algo muy
divertido. —se burlo la duende de la tortura que le esperaba a su pobre marido.
Había comido con mi madre a la que le había tenido
que explicar el porqué había tenido que permanecer una semana más en el país y
no junto a Bella como ya lo esperaba.
Se había molestado y asustado por no avisarle de lo
ocurrido pero estaba aliviada de ver que todo había salido bien y habíamos
logrado que Demetri no pudiera salir del país lo que no daba un tiempo de
tranquilidad con ellas.
—Hijo…—tomo mi mano y acaricio el dorso con su
pulgar. — se que no debo de meterme en estos asuntos, pero Bella es una chica
formidable, es una chica inteligente que te ha hecho feliz y adora a esa
pequeña revoltosa…
— ¿Qué es lo que pretendes decir mamá?
—No crees que sería más difícil que la ubicaran di
dejara de utilizar el apellido Swan. —la mire por unos segundos al no
comprender lo que me estaba intentando decir, mire a mi padre que se encogió de
hombros y se llevo el tenedor de nuevo a los labios. — Solo digo que ese hombre
busca a Isabella Swan, pero tal vez no se espere que ella deje de ser Isabella
Swan para convertirse en Isabella Cullen.
—Tienes razón, aunque Demetri sabe quién soy yo y
no dudaría que tardara en buscarla con nuestro apellido pero puede que nos dé
un poco más de tiempo. Pero sabes que es algo que tenemos que hablar y después
de todo lo que ella paso con ese hombre no dudaría que no quisiera saber nada
del matrimonio.
—Seria bueno para los tres, tanto tú como ella
necesitan en quien apoyarse como hasta ahora pero sabiendo que los une algo más
fuerte además de que a Millie le vendría bien la estabilidad de una familia, el
saber que su papá y su nueva mamá están juntos.
—Prometo que lo hablaremos e intentare hacer todo
lo posible para que sea una Cullen lo antes posible.
Esa noche la pase en la casa de Alice. Hable un
poco Jasper quien estaba nervioso en su nueva etapa pero pareció relajarse
cuando le dije que no era tan difícil como él pensaba, el tema del bebé cambio
para hablar de Bella y pedirme que la cuidara como lo estaba haciendo en este
momentos, que ella se merecía una familia que la quisiera y sabia que esa
familia éramos nosotros Millie y yo nos encargaríamos de borrar su feo pasado.
BVOP
Una semana más había sido completamente dura,
aunque el decía que se debía a un problema del hospital algo en mi interior me
decía que se trataba de algo más serio o solo eran alucinaciones mías.
Mis costillas estaban casi recuperadas, al fin
podía realizar casi todos mis movimientos sin sentir una pizca de dolor, lo
cual era muy beneficioso ya que con la pequeña me veía obligada a hacer muchos
movimientos inesperados.
Había hablado con Alice quien no paraba de decirme
cada gesto que hacia Josh y había gritado un par de veces cuando el bebé lo había
hecho, no había parado de reír al imaginármela en ese nuevo papel.
Esta misma mañana había hablado con Rosalie quien
me había hecho prometer que llevaría a cabo nuestra pequeña especial, la
habitación junto a la nuestra había sido acondicionada para que Millie durmiera
ahí en una hermosa cuna, y por supuesto estaba la ropa de dormir que Rose había
elegido para que dejara a Edward sin aliento, la seguridad que había reunido en
estos días se estaba esfumando por completo y no me creía capaz de utilizar ese
pequeñísimo camisón.
Mantenía a Millie en mis brazos con su espalda
pegada en mi pecho mientras me alzaba de puntillas esperando encontrarme con el
hombre que había esperado ver desde la semana anterior. Mi sonrisa se ensancho
cuando entre las personas reconocí a Edward que miraba hacia ambos lados
buscándonos, me acerque hacia adelante donde nos vio y camino hacia nosotras
haciendo a un lado a los que se le atravesaban.
Dejo caer la bolsa que traía en el hombro y nos
rodeo en sus brazos, besando primero a la pequeña que dejo escapar un balbuceo
acompañado de una suave risita por reconocer a Edward, la tomo en sus brazos le
hizo un par de mimos para después capturar mis labios y hacer que olvidara todo
lo que nos rodeaba y solo dejar que la suavidad y el sabor de sus labios me
embriagara.
—No sabes cómo te eche de menos. Lo siento las eche
de menos. —ambos reímos cuando la pequeña había balbuceado como una protesta.
Fuimos por sus cosas y de ahí nos marchamos a casa
en donde ya estaba la cena lista solo debía de calentarla de nuevo. Se
sorprendió cuando vio lo que había preparado e intento quedarse a cenar pero lo
envié a que se diera un baño para que se relajara después del largo vuelo,
aprovechando para decorar los platos.
Deje a Millie en su sillita en lo que me encargaba
de arreglar la cena, unas manos en mi cintura hicieron que una copa casi se
resbalara de mis manos.
—Huele realete delicioso.
—Espero que lo este, me esforcé para que quedara
perfecto. —me gire para verlo y rodera su cuello con mis brazos.
—Lo que importa es que estemos juntos. —rozo mis
labios y poco a poco se fue abriendo paso hasta adueñarse completamente de mis
labios y su lengua entrar con extrema suavidad para acariciar la mía uniéndose
en una danza que mando una corriente a todo mi cuerpo y de inmediato me hizo
pensar lo que sucedería esta noche.
—Cenar…—dije separándome de sus labios haciéndolo
reír por mi voz entrecortada.
El se encargo de alimentar a Millie sin dejar de
hablarme de lo que había hecho en el hospital para después contarme las cosas
que Alice le había gritado a Jasper durante el trabajo de parto y lo feliz que
lucía cuando tenía a su bebé en sus brazos.
Se ofreció para encargarse de dormir a Millie ya
que tenía varias semanas sin hacerlo y extrañaba el tenerla en sus brazos, me
despedí de ella con un beso y fui a la habitación principal y tome de uno de
los cajones el pequeño camisón. Me encerré en el baño dándome el valor para
ponerme esa pequeña prenda que dejaría al descubierto gran parte de mi piel y
no estaba segura de poder pararme delante de Edward solo con eso, no quería que
pensara que era otra clase de mujer, ¿Qué pensaría de mi cuando me viera con
tan poca ropa?, ¿Me vería como una chica fácil?
Mordí mi labio terminando de acomodar mi cabello
que lo había dejado suelto, acomodaba la parte superior que apenas y cubría mis
glúteos y rebelaba la curva de mis senos.
Me mire nuevamente al espejo en diferentes ángulos
intentando convencerme de salir y subirme en la cama para esperar a que llegara
y ver su reacción pero no me atrevía a moverme.
— ¡Estas preciosa! —me gire dando un salto hacia
atrás al verlo en la puerta del baño mirándome con detenimiento, mientras yo no
podía dejar de moverme con nerviosismo el mismo que estaba causando con su
mirada que reflejaba el deseo que estaba sintiendo en ese momento, uno que
comenzaba a sentir en mi interior y parece que fue eso lo que me dio el valor
para acercarme deslizándome quedando a escasos centímetros de él, tomar sus
manos y colocarlas en mis caderas dejando que mis dedos se deslizaron por su
pecho hasta su cuello y se enredaran en la suavidad de su cabello.
—Quería sorprenderte. —mi voz fue como un ronroneo.
Mis labios acariciaron los suyos sin llegar a
besarlo y acaricie su nuca suavemente logrando un jadeo. Sus manos me acercaron
más a su cuerpo mostrándome lo que había provocado con solo unas caricias, sin
duda era una noche prometedora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario