Protegiendo a un playboy: Capítulo 17



Enfrentándose a la realidad


La primera noche fue la peor que había tenido en mi vida, apenas y logre dormir. Cada vez que conseguía cerrar los ojos comenzaba a soñar con ella, pero me despertaba al recordar su mirada decepción por enterarse de que la había traicionado.


A la mañana siguiente, estaba preparándome el café viendo las noticias cuando escuche que la puerta era abierta y me paralicé al pensar lo peor.

—Edward. —la dulce voz me hizo dejar de pensar tonterías e ir a su encuentro, en el pasillo vi a mi madre que dejaba claro la angustia que sentía. — ¡Oh, Edward!

—Estoy bien mamá. —la abrace con fuerza dejando que llorara contra mi pecho, decía muchas palabras pero yo apenas y lograba entender algo de lo que estaba diciendo.

Minutos después el que entro fue mi padre que al verme sonrió y espero pacientemente a que mi madre me soltara para el darme un abrazo y unas palmaditas en la espalda.

—No tienes idea de lo mal que la lo hemos pasado. —dijo mi madre quien sonreía alegremente. —Cuando nos dijeron que tenían que ocultarte me senti morir, pero veo que cumplieron su palabra de cuidarte.

—Al principio fue horrible, pero a las pocas semanas ya me estaba adaptando, además conocí a dos parejas grandiosas. —recordé a mis amigos.

—Me alegro de escuchar eso, creímos que te tendrían encerrado en algún feo lugar.

—La agente que estaba conmigo desea hacerlo, me porte bastante mal cuando ella solo hacia su trabajo. —dije sin mirarlos y tratando de pensar como obtener información acerca de ella. Tenia que encontrarla.

—Deberías hacer algo con ese cabello, ese tono no me gusta para nada. —solté una carcajada ante el comentario de mi madre, la estreche nuevamente en mis brazos y le di un beso en la coronilla.

—Hablamos con el director del FBI y nos dijo que después de lo sucedido la pasada noche están tratando de adelantar el juicio dos semanas.

—Eso seria magnifico, no puedo soportar estar encerrado un mes.

Ese día aunque no pude salir del departamento, lo disfrute en compañía de mis padres y estuve atento a las indicaciones que me dio Demetri y también no proteste cuando dejaron a Jacob para que me protegiera.

Me habían autorizado que saliera pero siempre con mi escolta y con Jacob junto a mi. Había intentado ser amable con el agente Black que era como me había pedido que lo llamara ya que solo lo llamaban por su nombre sus amigos y gente de confianza y yo no entraba en ese grupo, trate de no darle importancia, pero a los dos días la actitud desafiante su manera de tratare termino irritándome, pero me prometí que no le demostraría mi temperamento arrogante.

Los primeros días de regreso a la empresa levante miradas de asombro, me saludan y decían estar felices de volver a verme, pero yo sabia que eso no era verdad. Muchas de las personas que estaban ahí solo lo decían porque yo era el que les pagaba y sentían una obligación. Era triste darse cuenta de que el dinero era lo que movía a las personas a mi alrededor, en ninguna de ellas encontraría una amistad sincera.

Mi secretaria estaba sorprendida de verme y me saludo de manera efusiva. Anna era una mujer de 36 años soltera y que se mantenía en forma, era inteligente y muy eficiente, y ahora que Andrew no estaba, era ella en quien confiaría.

Una semana había pasado e intentaba regresar a mi estilo de vida, pero cuando no estaba haciendo nada la imagen de la hermosa castaña regresaba a mi cabeza y era tan difícil deshacerme de ella. Había intentado obtener información de ella por medio de Demetri pero se había negado rotundamente a decir una palabra y solo me había pedido que me concentrara en seguir vivo y que dejara tranquila a Isabella, que ella estaba en una situación difícil y el que yo me acercara a ella en estos momentos solo le traería mas problemas.

Había estado en la empresa verificando que todo marchara bien y sorprendentemente no había nada de lo que tuviera de que preocuparme, parecía que al fin de cuentas tenia gente competente que podían hacer bien su trabajo sin la necesidad de que yo estuviera detrás de ellos cuidando cada uno de sus movimientos.

Me sentía con las manos atadas a lo que a Isabella se refería, pero en cuento esto terminara y que el FBI ya no tuviera que estar vinculado conmigo, la buscaría y, no descansaría hasta que ella me perdonara. Lo único que me ponía de mal humor era el agente Black que no me trata sin una pizca de delicadeza y sabia que si lo hacia enfurecer, él si me daría mi merecido, pero debía de controlarme ya que el hombre solo hacia su trabajo.

Por las tardes mis padres estaban conmigo en la casa lo que me hacia olvidarme un poco de todo lo que me rodeaba y agradecía el poder tenerlos cerca. Siempre habíamos sido una familia unida y a mi madre le había dolido cuando yo decidí alejarme de ellos para llevar las riendas de una de las sucursales de la familia. Había decidido establecerme en New York mientras que ellos seguían en Londres; los visitaba a menudo, pero sabía que no era suficiente. Mas mi deseo de madurar y valerme por mi mismo era lo que me había impulsado a tomar esta decisión y hacer que ambos la respetaran.

Me reí por largas horas antes la conversación de mi madre que no ocultaba ningún detalle de lo que había sucedido en los últimos meses en los que no había estado con ellos. Era una mujer maravillosa, era una madre amorosa, una esposa ejemplar, una dama de la alta sociedad pero sin ser de ese tipo de mujeres superficiales.

Mi padre siempre me había dicho que buscara una mujer que no solo me atrajera por su belleza, que viera mas al interior, que la belleza no lo era todo, que lo que contaba de verdad era tener a una mujer: que fuera mi amiga, mi confidente, mi amante, pero sobre todo mi compañera, debía de encontrar la mujer que me hiciera reír, que fiera fuerte y a la vez femenina. Cuando me lo había dicho me había reído, pensando que era imposible encontrar a una mujer con todas esas cualidades y ahora sabia que la había encontrado, la única mujer que había cumplido con todas las expectativas, era Isabella, mi Bella.

El lunes recibí la noticia de que el juicio se había adelantado y que solo me quedaba una semana y un par de días para poder ir a dar mis testimonio y poder descansar de todo lo que estaba ocurriendo, pero al mismo tiempo la seguridad que me rondaba se hizo mas exigente ya que como era poco el tiempo temían que Alec intentara de nuevo llevar acabo el plan que Bella había frustrado.

Los primero tres días asistí a la empresa pero me era imposible el trabajar ya que el grupo de hombres que estaba protegiéndome estaba sobre mi, así que el jueves solo fui a revisar lo mas relevante y regresar a mi departamento del cual no saldría que para lo mas indispensable.

Estaba frustrado por tener que mantenerme en mi departamento y tener que estar con el agente Black no me ponía de mejor humor, este hombre parecía que me odiara y de no ser porque amaba su trabajo no dudaría ni tantito que el le dijera a Alec donde encontrarme y hasta le abriría la puerta encantado.

Cuando la camioneta en la que viajábamos salió a la calle él le dio instrucciones al chofer de cambiar la ruta ya que por medida de precaución no debía de transitar por donde mismo. El silencio era incomodo y mi irritación llego al limite al escuchar un comentario de Jacob a otro de los agentes que iba en la parte delantera, hablaba de mi como si yo no estuviera presente.

— ¿Podría saber cuál es tu problema conmigo Black? —pregunte molesto ya que toda la mañana había estado mandándome que hacer.

—Mi problema eres tú. —su mirada me dejaba claro que no mentía, había un profundo odio pero no entendía cual era la razón. — Por tu culpa mi amiga tendrá que renunciar a su sueño.

— ¿Despidieron a Bella? —pregunte sorprendido y a la vez molesto pero conmigo.

—Es información confidencial.

—Bella me importa. —apreté lo puños y la mandíbula cuando el soltó una carcajada. —Se que lo que hice estuvo mal, pero lo hice por querer alejarme de ella.

Esa confesión hizo que el moreno se dejara de reír y me mirara fijamente intentado leer lo que pasaba por mi mente.

— ¿Por qué querías alejarte de ella?

—Pensé que eras mas inteligente Black—respondí con arrogancia mirando por la ventana.

—Viste lo que esconde debajo de su ropa holgada.

—Cuando las chicas la obligaron a cambiar un poco su aspecto recordé que era una chica que había conocido en un bar, pero no fue solo su apariencia. —pase la mano por mi rostro y eche la cabeza hacia atrás. — Es una mujer decidida, fuerte, inteligente y lo que más me gusta de ella es que no teme decir lo que piensa.

—Así que te puso en tu lugar. —su sonrisa fue amplia y de completa satisfacción.

—En mas ocasiones de las que puedo recordar, ella es diferente a la clase de mujeres con la que me había involucrado, y es por eso que se que ella es perfecta. —sonreí sin darme cuenta de que lo estaba haciendo. — Solo deseo hablar con ella y tratar de arreglar las cosas, no deseaba que la echaran de la misión.

—Entrar en la agencia no es cosa sencilla y ella lo consiguió, es una de las pocas mujeres a las que se les encomiendan cosas importantes y no jueguitos tontos, este empleo es su vida y ahora esta por perderlo.

—Tengo contactos, puedo hacer que…

—Sabes que ella te odiara si sabe que tú tuviste algo que ver en que la reinstalaran en su puesto. Es una mujer demasiado independiente que le gusta ganarse sus cosas por merito propio y no por que la recomienden.

—Es lo menos que puedo hacer por ella, además no tiene porque enterarse.

—Regresamos a las mentiras. —rodo los ojos y enarco una ceja.

—Se que no esta bien, pero no puedo permitir que pierda su trabajo. Al menos si me odia, será por algo que intente arreglar.

—Eres un estúpido, pero veo que al menos tienes un poco de cerebro y no solo piensas en ti. —y para mi sorpresa me dio una palmadita en el hombro.

El resto del camino fue en silencio, pero ya no era incomodo como el anterior. Black se había relajado y había dejado de estar haciendo comentarios mal intencionados y se mostro mas amable cuando llegamos a mi departamento, pero aun seguía dándome ordenes al por mayor.
Jueves y viernes los pase encerrado en mi departamento mirando películas, las noticias y comprobando que no tuviera algún correo urgente. Hable con mis padres que se les había prohibido acercarse hasta que el juicio pasara. Es este momento que no sabía si lo mejor había sido ser honesto y decir lo que había visto, pero aunque tuviera esos pensamientos, sabia que había echo lo correcto.

El fin de semana fue aun peor que el par de días anteriores, pero milagrosamente sobreviví. Intente preparar algo decente de comer pero todo fue un completo fracaso, la carne se quemo, la ensalada se me cayo y la pasta se pego. Cada día que pasaba echaba de menos a la mujer que había dejado escapar, pero ya faltaba menos para el juicio y podría ir en busca de ella.

El domingo por la tarde envié un par de e-mails a algunos de mis conocidos, mis influencias y mis contactos podrían servir para algunas buenas causas. El que estuviera lejos de Forks no quería decir que me olvidara de mis amigos, así que contacte al entrenador de los Gigante de New York. Era un buen equipo y aunque nunca había visto jugar a Emmett podía estar seguro que daría el ancho y las chicas no eran cosa difícil, las dejaría dar una renovación a la empresa y eso les serviría para atraer clientes y pronto estarían en el mercado compitiendo con los mejores diseñadores de interiores.

Ellos habían sido mis amigos sin esperar algo a cambio, tenia los medios para ayudarlos y lo haría para que pudieran cumplir su sueño, además de que se notaba que tendrían un gran futuro y era un desperdicio que siguieran manteniéndose en Forks cuando en la ciudad tendrían éxito.

El lunes por la mañana desperté y encendí el televisor para escuchar las noticias del día, me cubrí el rostro con la almohada al escuchar que se contaba la historia de cómo Edward Cullen había logrado escapar del famoso asesino Alec Bower, todo estaba completamente distorsionado y eran pocas las cosas que eran reales, me incorpore cuando hablaron de que no había estado solo si no en compañía de una agente del FBI quien misteriosamente después del incidente había abandonado el caso y no sabían la razón por la que lo había hecho, había teorías de que había sido porque por su pobre trabajo nos habían descubierto o porque ella había caído en el encanto del Playboy.

Apague el televisor y fui a la cocina murmurando por lo bajo ante las estúpidas noticias y como sin darse cuenta estaban perjudicando aun mas a Bella, el que se hiera publico un supuesto romance tendría a la prensa especulando y tratando de saber mas al respecto. Y por primera vez quería que esta "relación" o lo que fuera se mantuviera en secreto, quería disfrutar de estar con ella sin tener que estar exhibiéndome, quería que nuestra relación solo fuera nuestra.

— ¿Veo que ya viste las noticias? —mire a Jacob que me entrego el periódico y en una de las primeras páginas hablaban de lo mismo.

—Es basura. —hice a un lado el periódico y encendí la cafetera aun molesto por las invenciones de la prensa y pensando como esto dañaría a Bella.

—Han intentado obtener más datos sobre Bella, pero nadie ha dicho nada. La prensa investigo entre sus vecinos en Forks y solo han dado el nombre que ella utilizaba mas nadie ha dicho el real.

—Me alegro que no lo hagan o pronto Bella se vera atrapada por la prensa sensacionalista que querrá saber lo que fue estar conmigo. —apreté los puños irritado, no por el echo de que Bella dijera algo, si no porque no solo terminaba con su carrera la enviaba directamente a los tiburones que solo buscaban una nota sin fijarse en el daño que le hacían a las personas.

—Bella no diría nada.

— ¿Crees que me preocupa lo que ella pueda decir? —asintió encogiéndose de hombros. — Me preocupa lo que todos esos individuos de la prensa pueden hacerle, no se detienen hasta que consiguen lo que quieren.

—La tienen muy difícil, Bella es del FBI y nadie revelara su identidad.

—Eso espero.

—Mas vale que te vistas, tendrás que ir a las oficinas del FBI ya que quieren hacerte algunas preguntas.

El salir del departamento era todo un movimiento de hombres armados, me sentía completamente estúpido el tener que estarme protegiendo de alguien que no sabia si volvería a atacar, pero ellos no querían arriesgarse a perder a su testigo a pocos días del juicio.

Las calles estaban congestionadas y el vehículo se movía lentamente, ahora recordaba porque siempre salía temprano, siempre lo hacia para evitar estar atorado por horas en las calles donde el sonido de los motores, el claxon era lo que mas se escuchaba.

Cuando finalmente llegamos al edificio me llevaron directamente al piso superior donde estaban las oficinas de los directivos de la agencia. Muchas chicas que me vieron no pudieron contener una expresión de asombro y ese rubor que teñía sus mejillas cuando les sonreía.

—Parecen tontas. —se quejo Jacob por lo bajo y después saludo a la secretaria que nos envió a una sala donde estaban un par de hombres uno de ellos era Aro Volturi.

La charla comenzó sobre el juicio y la manera en que seria trasladado y los cuidados que esperaban tuvieran, para su asombro no replique una sola vez y acepte cada una de las cosas que me pidieron. Pero pronto la platica tomo otro rumbo, me removí en mi asiento cuando comenzaron a indagar en lo que había sucedido entre Bella y yo.

—Solo queremos que nos cuente todo lo que paso desde su llegada hasta el día del ataque. —dijo fríamente un hombre canoso que estaba sentado junto a Aro. —Es de vital importancia conocer los pormenores para poder emplearlos en misiones futuras y que estas no tengas estas fallas.

—Se perfectamente lo que quieren escuchar, pero las cosas no son como ustedes lo están creyendo. —me levante molesto y note que Jacob se acercaba junto con tres de los guardias de seguridad con los que yo contaba. — La agente Swan, desde un inicio marco las pautas en nuestra convivencia diaria, era estrictamente profesional y no mostro el mas mínimo interés en mi. Su trabajo y la idea de un ascenso era lo que a ella le motivaba para soportar cada uno de mis desplantes. Deben de estar orgullosos de contar con una mujer que puede mantener a raya a un Playboy, enfrentarse a un asesino y vivir para contarlo.

—Nosotros queremos que sea honesto y nos diga si entre la agente Swan y usted hubo algo más que lo estaba estipulado en los papeles de la misión.

— ¿Habla del libreto? —me burle recordando el montón de hojas que había leído solo para darme cuenta de que había sido escrito demasiado a prisa y no habían contemplado algunos detalles, como el que teníamos que interactuar con los vecinos.

—No era un libreto.

—Intente apegarme a él, pero había cosas estúpidas como que yo fuera alguien de sistemas, ¿se preguntaron alguna vez si yo sabia algo al respecto? —los tres hombres se miraron y no dijeron nada, pero era suficiente para saber que no lo habían contemplado. —No pensaron que alguien me podía preguntar algo y yo no sabría que contestar y que con ese simple echo la misión hubiera fracasado. Tampoco contemplaron que hubiera vecinos que quisieran acercarse a nosotros y que debíamos de interactuar con ellos mostrándonos como una pareja porque eso fue lo que ustedes quisieron.

—Esta dando todo un discurso y no da la respuesta. —murmuro molesto el hombre que se había mantenido callado y que poseía un bigote bastante chistoso.

—La respuesta a su pregunta es simple. —metí las manos a mis bolsillos y expulse el aire que había tenido contenido en mis pulmones. Me hubiera encantado mentir, pero sabía que ellos hablarían con ella y si notaban que había mentido era más fácil que la echaran. —No lo negare, pero ella en ningún momento dejo que eso interfiriera en su trabajo.

—El día que ella lo dejo solo. ¿Eso es cumplir con su misión?

—No podía negarse o levantaría sospechas entre nuestros vecinos que ya se preguntaban que pasaba en nuestro matrimonio.

—Los vecinos no importaban en lo más mínimo. —gruño uno de ellos.

—Puede que no lo vea, pero si los vecinos sospechaban sabrían que ocultábamos algo y pronto nos convertiríamos en el hablar del pueblo y comenzarían a indagar y, solo dios sabe si lo hubieran descubierto.

—Una relación con un testigo es algo intolerable. —se levanto el del bigote chistoso golpeando la mesa.

—Ella se negaba, pero fui bastante convincente. —me encogí de hombros y sonreí con arrogancia, note como Jacob apretaba los puños ya que pensaba que estaba alardeando, pero aun no sabia la carta me manejaría.

—Ella sabia que eso es una falta grave y debió de…

— ¿Usted soportaría la tentación? —pregunte enarcando una ceja.

— ¡Por supuesto! —chillo indignado.

—Suena tan simple decirlo, pero quiero que a usted lo manden a una isla desierta junto a una modelo y lo dejen ahí por un largo tiempo. Créame que si ella se lo propone romperá todas sus barreras y conseguirá que usted caiga en sus encantos. —el hombre abrió la boca para protestar, pero sabia que mi punto era bueno y tenia razón en lo que estaba diciendo. — Aquí el culpable soy yo, hice todo para seducirla y ella me dio una gran pelea pero finalmente rompí sus barreras y no hubo manera de que ella se defendiera. Todos le dieron que debía de protegerme de un asesino, mas nadie le dijo que yo era aun más peligroso.

— ¿Esta intentando que la agente Swan regrese? —pregunto cauteloso Aro.

—Digo la verdad, pero también se que ella esta pagando por algo que es mi culpa.

—Se necesitan dos. —me recordó Aro.

—Entonces yo tengo un 85% de la culpa. —pase la mano con mi cabello. —Ella es una gran agente, tiene una apariencia inofensiva pero es bastante peligrosa, es inteligente, no es cobarde y jamás se doblega ante los demás. Perder a una mujer como ella seria el peor error que podían cometer.

—Parece que nos esta vendiendo a la agente. —se burlo uno de los hombres.

—Solo les recuerdo algunas de las cualidades de la agente Swan, que son solo algunas por las que la agencia la recluto.

Intercambiamos un par de palabras mas, pero sabia que lo que les había dicho los había terminado de convencer para que regresaran a su puesto a Isabella, lo había sabido al ver sus rostros y comprender que todos éramos humanos y que el estar tanto tiempo con alguien podía traer consecuencias aun para la persona mejor preparada, la atracción y el deseo no es algo que se pueda detener, es algo que esta presente y fluye en el un momento inesperado. Lo que yo sentía por ella iba mas allá del deseo y simple atracción, la quería y la necesitaba junto a mi.

—Los dejaste callados. —dio Jacob con una sonrisita y me dio un golpe en el brazo. —No me hubiera imaginado que les dirías eso, les mostraste que no es sencillo y que no la pueden juzgar, además de que te echaste toda la culpa. Jamás me lo hubiera imaginado de ti.

—Se que todo piensan que soy un arrogante, pero también tengo cerebro y se cuando hay que hacer lo correcto. —me pegue a la pared del ascensor. —Hubiera querido negar que nada sucedió, pero se que después se lo preguntarían y ella no lo negaría y serian mas problemas, así que mejor les deje claro lo que había sucedido.

—Cualquier otro hubiera soltado los detalles y abría negado la responsabilidad, pero tú no dijiste nada que pusiera en verdadera evidencia a Bella y asumiste toda la responsabilidad. Aunque me duela decirlo, ahora entiendo porque Bella te defendió. —lo mire sorprendido esperando de que me dijera de que estaba hablando pero en eso se abrieron las puertas y me llevaron de nuevo a la camioneta y el tema quedo olvidado.

Por culpa de una manifestación tuvimos que tomar un par de calles para así llegar a nuestro destino. Nos detuvimos en un alto que estaba a solo un par de cuadras de mi departamento.

Solo recuerdo el chirrido de unos neumáticos al estrellarse contra la camioneta, el sonido de un par de balas estrellándose contra el vehículo que estaba blindado. En cuestión de segundo los que iban en la camioneta sacaron sus armas y comenzaron a hablar entre ellos utilizando claves que desconocía, para después salir.

—Muévete Cullen—me ordenó Jacob sacándome y manteniéndome pegado a él.

Apenas estar fuera del vehículo, me hizo ser consiente de los gritos y la gente que se trataba de refugiar de lo que estaba sucediendo en plena calle a la luz del día. Los disparos se seguían escuchando y un par de ellos iban dirigidos a nosotros pero dieron en señales de transito y cristales de las tiendas o cafeterías que había sobre la calle.

Maldije y caí al suelo cuando sentí que algo me daba en la pierna, instintivamente me lleve la mano ahí y sentí como estaba húmeda la tela y mi mano quedaba manchada por mi sangre, me habían herido y no creía poder ponerme en pie.

Jacob, con ayuda de otro de sus compañeros logró levantarme y apoyado en una sola pierna seguimos moviéndonos esquivando los disparos, ellos se giraban y accionaban su arma tratando de evitar que se nos acercaran.

—El maldito no esta solo. —gruño Jacob que lanzo una expresión de jubilo cuando dio en el blanco e hizo que nuestro atacante cayera inerte al suelo. —Tenemos que llevarlo a un sitio seguro.

Mi pierna punzaba, pero ignoraba el dolor por la adrenalina que recorría mi cuerpo, en este momento me era más importante el sobrevivir que el maldito dolor.

Entramos a un edificio que no recordaba a ver visto en todo el tiempo que llevaba viviendo en la ciudad, también tenia que ver que no era la ruta que acostumbraba a tomar. Me dejaron en el suelo del pequeño lobby y una mujer que estaba ahí se acerco y ayudo a Jacob para hacer un torniquete y así evitar que siguiera perdiendo sangre.

Seguía escuchando el disturbio y eso me estaba poniendo ansioso, tenía que salir con vida de esta o… moví la cabeza con brusquedad para apartar esas imágenes de mi mente, tenia que ser positivo y pensar que todo estaría bien.

El sonido de algunas sirenas y el cesar de los tiroteos me dejaron saber que la situación se había controlado y parecía que al fin estaría a salvo. Llego uno de los oficiales para valorar la situación y avisar que todo había pasado y que Alec había sido capturado, tenía varias heridas graves, pero al fin lo habían atrapado y podría ser juzgado.

Una ambulancia llego por mí en cuestión de minutos y me llevaron a uno de los mejores hospitales, donde ya estaban mis padres. Mi madre se mantuvo junto a mi mientras curaban y hacían los exámenes pertinentes para ver de que manera extraer la bala que milagrosamente no había dañado nada.

Esa noche la pase en el hospital donde me mantuvieron medicado para evitar que sintiera las molestias por la herida. También se me obligo a llevar una férula ya que era lo más conveniente.

Ya en mi departamento me encontré con Jacob que me sonrió de manera cómplice y me dio una palmadita en la espalda cuando pase junto a él, aun me quejaba por la molestia de las muletas que debía de utilizar. Ese día platicamos e intente obtener información de Bella, pero me dijo que no sabia nada de ella, que la que sabia un poco de ella era Lea su novia y que se había negado a decirle algo ya que Bella había insistido en que necesitaba solo tiempo para ella.

Pero sin que nadie se diera cuenta me escribió su dirección y me dijo que no fuera ahí hasta que el juicio hubiera terminado. Sabia que el día que el juicio terminara saldría solo para ir a buscarla, el solo pensar en verla hacia mi corazón latir de manera rápida.

El día del juicio llego finalmente. Me levante temprano y me vestí de manera formal como si fuera al trabajo, un traje echo a la medida, zapatos bien lustrados, corbata que combinara y mi cabello desordenado y que agradecía habían teñido de un color muy parecido al mío y que finalmente había crecido, pero aun estaba lejos de estar del tamaño que había estado hace unos 5 meses, antes de que todo esto se complicara.

Estaba nervioso de ir a la corte. Me sentía nervioso, ya que no sabía lo que me esperaba. Lo único que deseaba era que todo esto terminara, quería poder ver como ese hombre James… pagaba por sus crímenes y yo finalmente me veía libre de continuar mi vida. Deseaba poder salir de la corte sabiendo que había hecho lo correcto y poder ir a buscar a Isabella, la chica que me había cautivado y que me había mostrado un lado diferente de la vida, un lado que me interesaba seguir descubriendo a su lado, solo junto a ella sabía que podía ser un hombre completo.

—La hora llego amigo. —mire a Jacob que me dio una palmaditas, pero lo que mas me había sorprendido era que me hubiera llamado amigo, parece que al darse cuenta de que Bella no era un chica mas, todo su odio había desaparecido.

—El momento que he esperado. —le dije deslizándome en el sillón de la camioneta y aceptando las muletas que me extendía.

—Eres el hombre que muchos estuvimos esperando, al fin se hará justicia.

—El juicio es importante, pero yo solo lo esperaba con impaciencia porque era después de esto que al fin podre buscar a Isabella. —sonreí inconscientemente.

Fuera de la corte había un grupo de periodistas que no tardo en cegarme y me sentí muy incomodo por la atención que estaba recibiendo. Mis guardaespaldas en conjunto con los agentes del FBI, me llevaron al interior del recinto. Apenas entrar en la sala mi madre me abrazo y mi padre apretó mi brazo; mis padres estaban junto a mí, solo hacia falta Isabella para sentirme completo y dejar los nervios de lado.

El momento de la verdad había llegado, el momento de encerrar a un asesino y buscar a la mujer que quería.



Gracias por seguir leyendo mis locuras.

1 comentario:

  1. Hay no pudede ser no puede ser, que emocion! por fiin!!!!! :D

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