Enfrentándose a la realidad
La
primera noche fue la peor que había tenido en mi vida, apenas y logre dormir.
Cada vez que conseguía cerrar los ojos comenzaba a soñar con ella, pero me
despertaba al recordar su mirada decepción por enterarse de que la había
traicionado.
A la
mañana siguiente, estaba preparándome el café viendo las noticias cuando
escuche que la puerta era abierta y me paralicé al pensar lo peor.
—Edward.
—la dulce voz me hizo dejar de pensar tonterías e ir a su encuentro, en el
pasillo vi a mi madre que dejaba claro la angustia que sentía. — ¡Oh, Edward!
—Estoy
bien mamá. —la abrace con fuerza dejando que llorara contra mi pecho, decía
muchas palabras pero yo apenas y lograba entender algo de lo que estaba
diciendo.
Minutos
después el que entro fue mi padre que al verme sonrió y espero pacientemente a que
mi madre me soltara para el darme un abrazo y unas palmaditas en la espalda.
—No
tienes idea de lo mal que la lo hemos pasado. —dijo mi madre quien sonreía
alegremente. —Cuando nos dijeron que tenían que ocultarte me senti morir, pero
veo que cumplieron su palabra de cuidarte.
—Al
principio fue horrible, pero a las pocas semanas ya me estaba adaptando, además
conocí a dos parejas grandiosas. —recordé a mis amigos.
—Me
alegro de escuchar eso, creímos que te tendrían encerrado en algún feo lugar.
—La agente
que estaba conmigo desea hacerlo, me porte bastante mal cuando ella solo hacia
su trabajo. —dije sin mirarlos y tratando de pensar como obtener información
acerca de ella. Tenia que encontrarla.
—Deberías
hacer algo con ese cabello, ese tono no me gusta para nada. —solté una
carcajada ante el comentario de mi madre, la estreche nuevamente en mis brazos
y le di un beso en la coronilla.
—Hablamos
con el director del FBI y nos dijo que después de lo sucedido la pasada noche
están tratando de adelantar el juicio dos semanas.
—Eso
seria magnifico, no puedo soportar estar encerrado un mes.
Ese día
aunque no pude salir del departamento, lo disfrute en compañía de mis padres y
estuve atento a las indicaciones que me dio Demetri y también no proteste
cuando dejaron a Jacob para que me protegiera.
Me habían
autorizado que saliera pero siempre con mi escolta y con Jacob junto a mi.
Había intentado ser amable con el agente Black que era como me había pedido que
lo llamara ya que solo lo llamaban por su nombre sus amigos y gente de
confianza y yo no entraba en ese grupo, trate de no darle importancia, pero a
los dos días la actitud desafiante su manera de tratare termino irritándome,
pero me prometí que no le demostraría mi temperamento arrogante.
Los
primeros días de regreso a la empresa levante miradas de asombro, me saludan y
decían estar felices de volver a verme, pero yo sabia que eso no era verdad.
Muchas de las personas que estaban ahí solo lo decían porque yo era el que les
pagaba y sentían una obligación. Era triste darse cuenta de que el dinero era
lo que movía a las personas a mi alrededor, en ninguna de ellas encontraría una
amistad sincera.
Mi
secretaria estaba sorprendida de verme y me saludo de manera efusiva. Anna era
una mujer de 36 años soltera y que se mantenía en forma, era inteligente y muy
eficiente, y ahora que Andrew no estaba, era ella en quien confiaría.
Una
semana había pasado e intentaba regresar a mi estilo de vida, pero cuando no
estaba haciendo nada la imagen de la hermosa castaña regresaba a mi cabeza y
era tan difícil deshacerme de ella. Había intentado obtener información de ella
por medio de Demetri pero se había negado rotundamente a decir una palabra y
solo me había pedido que me concentrara en seguir vivo y que dejara tranquila a
Isabella, que ella estaba en una situación difícil y el que yo me acercara a
ella en estos momentos solo le traería mas problemas.
Había
estado en la empresa verificando que todo marchara bien y sorprendentemente no
había nada de lo que tuviera de que preocuparme, parecía que al fin de cuentas
tenia gente competente que podían hacer bien su trabajo sin la necesidad de que
yo estuviera detrás de ellos cuidando cada uno de sus movimientos.
Me sentía
con las manos atadas a lo que a Isabella se refería, pero en cuento esto
terminara y que el FBI ya no tuviera que estar vinculado conmigo, la buscaría
y, no descansaría hasta que ella me perdonara. Lo único que me ponía de mal
humor era el agente Black que no me trata sin una pizca de delicadeza y sabia
que si lo hacia enfurecer, él si me daría mi merecido, pero debía de
controlarme ya que el hombre solo hacia su trabajo.
Por las
tardes mis padres estaban conmigo en la casa lo que me hacia olvidarme un poco
de todo lo que me rodeaba y agradecía el poder tenerlos cerca. Siempre habíamos
sido una familia unida y a mi madre le había dolido cuando yo decidí alejarme
de ellos para llevar las riendas de una de las sucursales de la familia. Había
decidido establecerme en New York mientras que ellos seguían en Londres; los
visitaba a menudo, pero sabía que no era suficiente. Mas mi deseo de madurar y
valerme por mi mismo era lo que me había impulsado a tomar esta decisión y
hacer que ambos la respetaran.
Me reí
por largas horas antes la conversación de mi madre que no ocultaba ningún
detalle de lo que había sucedido en los últimos meses en los que no había
estado con ellos. Era una mujer maravillosa, era una madre amorosa, una esposa
ejemplar, una dama de la alta sociedad pero sin ser de ese tipo de mujeres
superficiales.
Mi padre
siempre me había dicho que buscara una mujer que no solo me atrajera por su
belleza, que viera mas al interior, que la belleza no lo era todo, que lo que
contaba de verdad era tener a una mujer: que fuera mi amiga, mi confidente, mi
amante, pero sobre todo mi compañera, debía de encontrar la mujer que me
hiciera reír, que fiera fuerte y a la vez femenina. Cuando me lo había dicho me
había reído, pensando que era imposible encontrar a una mujer con todas esas
cualidades y ahora sabia que la había encontrado, la única mujer que había
cumplido con todas las expectativas, era Isabella, mi Bella.
El lunes
recibí la noticia de que el juicio se había adelantado y que solo me quedaba
una semana y un par de días para poder ir a dar mis testimonio y poder
descansar de todo lo que estaba ocurriendo, pero al mismo tiempo la seguridad
que me rondaba se hizo mas exigente ya que como era poco el tiempo temían que
Alec intentara de nuevo llevar acabo el plan que Bella había frustrado.
Los
primero tres días asistí a la empresa pero me era imposible el trabajar ya que
el grupo de hombres que estaba protegiéndome estaba sobre mi, así que el jueves
solo fui a revisar lo mas relevante y regresar a mi departamento del cual no
saldría que para lo mas indispensable.
Estaba
frustrado por tener que mantenerme en mi departamento y tener que estar con el
agente Black no me ponía de mejor humor, este hombre parecía que me odiara y de
no ser porque amaba su trabajo no dudaría ni tantito que el le dijera a Alec
donde encontrarme y hasta le abriría la puerta encantado.
Cuando la
camioneta en la que viajábamos salió a la calle él le dio instrucciones al
chofer de cambiar la ruta ya que por medida de precaución no debía de transitar
por donde mismo. El silencio era incomodo y mi irritación llego al limite al
escuchar un comentario de Jacob a otro de los agentes que iba en la parte
delantera, hablaba de mi como si yo no estuviera presente.
— ¿Podría
saber cuál es tu problema conmigo Black? —pregunte molesto ya que toda la
mañana había estado mandándome que hacer.
—Mi
problema eres tú. —su mirada me dejaba claro que no mentía, había un profundo
odio pero no entendía cual era la razón. — Por tu culpa mi amiga tendrá que
renunciar a su sueño.
—
¿Despidieron a Bella? —pregunte sorprendido y a la vez molesto pero conmigo.
—Es
información confidencial.
—Bella me
importa. —apreté lo puños y la mandíbula cuando el soltó una carcajada. —Se que
lo que hice estuvo mal, pero lo hice por querer alejarme de ella.
Esa
confesión hizo que el moreno se dejara de reír y me mirara fijamente intentado
leer lo que pasaba por mi mente.
— ¿Por
qué querías alejarte de ella?
—Pensé
que eras mas inteligente Black—respondí con arrogancia mirando por la ventana.
—Viste lo
que esconde debajo de su ropa holgada.
—Cuando
las chicas la obligaron a cambiar un poco su aspecto recordé que era una chica
que había conocido en un bar, pero no fue solo su apariencia. —pase la mano por
mi rostro y eche la cabeza hacia atrás. — Es una mujer decidida, fuerte,
inteligente y lo que más me gusta de ella es que no teme decir lo que piensa.
—Así que
te puso en tu lugar. —su sonrisa fue amplia y de completa satisfacción.
—En mas
ocasiones de las que puedo recordar, ella es diferente a la clase de mujeres
con la que me había involucrado, y es por eso que se que ella es perfecta.
—sonreí sin darme cuenta de que lo estaba haciendo. — Solo deseo hablar con
ella y tratar de arreglar las cosas, no deseaba que la echaran de la misión.
—Entrar
en la agencia no es cosa sencilla y ella lo consiguió, es una de las pocas
mujeres a las que se les encomiendan cosas importantes y no jueguitos tontos,
este empleo es su vida y ahora esta por perderlo.
—Tengo
contactos, puedo hacer que…
—Sabes
que ella te odiara si sabe que tú tuviste algo que ver en que la reinstalaran
en su puesto. Es una mujer demasiado independiente que le gusta ganarse sus
cosas por merito propio y no por que la recomienden.
—Es lo
menos que puedo hacer por ella, además no tiene porque enterarse.
—Regresamos
a las mentiras. —rodo los ojos y enarco una ceja.
—Se que
no esta bien, pero no puedo permitir que pierda su trabajo. Al menos si me
odia, será por algo que intente arreglar.
—Eres un
estúpido, pero veo que al menos tienes un poco de cerebro y no solo piensas en
ti. —y para mi sorpresa me dio una palmadita en el hombro.
El resto
del camino fue en silencio, pero ya no era incomodo como el anterior. Black se
había relajado y había dejado de estar haciendo comentarios mal intencionados y
se mostro mas amable cuando llegamos a mi departamento, pero aun seguía dándome
ordenes al por mayor.
Jueves y
viernes los pase encerrado en mi departamento mirando películas, las noticias y
comprobando que no tuviera algún correo urgente. Hable con mis padres que se
les había prohibido acercarse hasta que el juicio pasara. Es este momento que
no sabía si lo mejor había sido ser honesto y decir lo que había visto, pero
aunque tuviera esos pensamientos, sabia que había echo lo correcto.
El fin de
semana fue aun peor que el par de días anteriores, pero milagrosamente
sobreviví. Intente preparar algo decente de comer pero todo fue un completo
fracaso, la carne se quemo, la ensalada se me cayo y la pasta se pego. Cada día
que pasaba echaba de menos a la mujer que había dejado escapar, pero ya faltaba
menos para el juicio y podría ir en busca de ella.
El
domingo por la tarde envié un par de e-mails a algunos de mis conocidos, mis
influencias y mis contactos podrían servir para algunas buenas causas. El que
estuviera lejos de Forks no quería decir que me olvidara de mis amigos, así que
contacte al entrenador de los Gigante de New York. Era un buen equipo y aunque
nunca había visto jugar a Emmett podía estar seguro que daría el ancho y las
chicas no eran cosa difícil, las dejaría dar una renovación a la empresa y eso
les serviría para atraer clientes y pronto estarían en el mercado compitiendo
con los mejores diseñadores de interiores.
Ellos
habían sido mis amigos sin esperar algo a cambio, tenia los medios para
ayudarlos y lo haría para que pudieran cumplir su sueño, además de que se
notaba que tendrían un gran futuro y era un desperdicio que siguieran
manteniéndose en Forks cuando en la ciudad tendrían éxito.
El lunes
por la mañana desperté y encendí el televisor para escuchar las noticias del
día, me cubrí el rostro con la almohada al escuchar que se contaba la historia
de cómo Edward Cullen había logrado escapar del famoso asesino Alec Bower, todo
estaba completamente distorsionado y eran pocas las cosas que eran reales, me
incorpore cuando hablaron de que no había estado solo si no en compañía de una
agente del FBI quien misteriosamente después del incidente había abandonado el
caso y no sabían la razón por la que lo había hecho, había teorías de que había
sido porque por su pobre trabajo nos habían descubierto o porque ella había
caído en el encanto del Playboy.
Apague el
televisor y fui a la cocina murmurando por lo bajo ante las estúpidas noticias
y como sin darse cuenta estaban perjudicando aun mas a Bella, el que se hiera
publico un supuesto romance tendría a la prensa especulando y tratando de saber
mas al respecto. Y por primera vez quería que esta "relación" o lo
que fuera se mantuviera en secreto, quería disfrutar de estar con ella sin
tener que estar exhibiéndome, quería que nuestra relación solo fuera nuestra.
— ¿Veo
que ya viste las noticias? —mire a Jacob que me entrego el periódico y en una
de las primeras páginas hablaban de lo mismo.
—Es
basura. —hice a un lado el periódico y encendí la cafetera aun molesto por las
invenciones de la prensa y pensando como esto dañaría a Bella.
—Han
intentado obtener más datos sobre Bella, pero nadie ha dicho nada. La prensa
investigo entre sus vecinos en Forks y solo han dado el nombre que ella
utilizaba mas nadie ha dicho el real.
—Me
alegro que no lo hagan o pronto Bella se vera atrapada por la prensa
sensacionalista que querrá saber lo que fue estar conmigo. —apreté los puños
irritado, no por el echo de que Bella dijera algo, si no porque no solo
terminaba con su carrera la enviaba directamente a los tiburones que solo buscaban
una nota sin fijarse en el daño que le hacían a las personas.
—Bella no
diría nada.
— ¿Crees
que me preocupa lo que ella pueda decir? —asintió encogiéndose de hombros. — Me
preocupa lo que todos esos individuos de la prensa pueden hacerle, no se detienen
hasta que consiguen lo que quieren.
—La
tienen muy difícil, Bella es del FBI y nadie revelara su identidad.
—Eso
espero.
—Mas vale
que te vistas, tendrás que ir a las oficinas del FBI ya que quieren hacerte
algunas preguntas.
El salir
del departamento era todo un movimiento de hombres armados, me sentía
completamente estúpido el tener que estarme protegiendo de alguien que no sabia
si volvería a atacar, pero ellos no querían arriesgarse a perder a su testigo a
pocos días del juicio.
Las
calles estaban congestionadas y el vehículo se movía lentamente, ahora
recordaba porque siempre salía temprano, siempre lo hacia para evitar estar
atorado por horas en las calles donde el sonido de los motores, el claxon era
lo que mas se escuchaba.
Cuando
finalmente llegamos al edificio me llevaron directamente al piso superior donde
estaban las oficinas de los directivos de la agencia. Muchas chicas que me
vieron no pudieron contener una expresión de asombro y ese rubor que teñía sus
mejillas cuando les sonreía.
—Parecen
tontas. —se quejo Jacob por lo bajo y después saludo a la secretaria que nos
envió a una sala donde estaban un par de hombres uno de ellos era Aro Volturi.
La charla
comenzó sobre el juicio y la manera en que seria trasladado y los cuidados que
esperaban tuvieran, para su asombro no replique una sola vez y acepte cada una
de las cosas que me pidieron. Pero pronto la platica tomo otro rumbo, me removí
en mi asiento cuando comenzaron a indagar en lo que había sucedido entre Bella
y yo.
—Solo
queremos que nos cuente todo lo que paso desde su llegada hasta el día del
ataque. —dijo fríamente un hombre canoso que estaba sentado junto a Aro. —Es de
vital importancia conocer los pormenores para poder emplearlos en misiones
futuras y que estas no tengas estas fallas.
—Se
perfectamente lo que quieren escuchar, pero las cosas no son como ustedes lo
están creyendo. —me levante molesto y note que Jacob se acercaba junto con tres
de los guardias de seguridad con los que yo contaba. — La agente Swan, desde un
inicio marco las pautas en nuestra convivencia diaria, era estrictamente
profesional y no mostro el mas mínimo interés en mi. Su trabajo y la idea de un
ascenso era lo que a ella le motivaba para soportar cada uno de mis desplantes.
Deben de estar orgullosos de contar con una mujer que puede mantener a raya a
un Playboy, enfrentarse a un asesino y vivir para contarlo.
—Nosotros
queremos que sea honesto y nos diga si entre la agente Swan y usted hubo algo
más que lo estaba estipulado en los papeles de la misión.
— ¿Habla
del libreto? —me burle recordando el montón de hojas que había leído solo para
darme cuenta de que había sido escrito demasiado a prisa y no habían
contemplado algunos detalles, como el que teníamos que interactuar con los
vecinos.
—No era
un libreto.
—Intente
apegarme a él, pero había cosas estúpidas como que yo fuera alguien de
sistemas, ¿se preguntaron alguna vez si yo sabia algo al respecto? —los tres
hombres se miraron y no dijeron nada, pero era suficiente para saber que no lo
habían contemplado. —No pensaron que alguien me podía preguntar algo y yo no
sabría que contestar y que con ese simple echo la misión hubiera fracasado.
Tampoco contemplaron que hubiera vecinos que quisieran acercarse a nosotros y
que debíamos de interactuar con ellos mostrándonos como una pareja porque eso
fue lo que ustedes quisieron.
—Esta
dando todo un discurso y no da la respuesta. —murmuro molesto el hombre que se
había mantenido callado y que poseía un bigote bastante chistoso.
—La
respuesta a su pregunta es simple. —metí las manos a mis bolsillos y expulse el
aire que había tenido contenido en mis pulmones. Me hubiera encantado mentir,
pero sabía que ellos hablarían con ella y si notaban que había mentido era más
fácil que la echaran. —No lo negare, pero ella en ningún momento dejo que eso
interfiriera en su trabajo.
—El día
que ella lo dejo solo. ¿Eso es cumplir con su misión?
—No podía
negarse o levantaría sospechas entre nuestros vecinos que ya se preguntaban que
pasaba en nuestro matrimonio.
—Los
vecinos no importaban en lo más mínimo. —gruño uno de ellos.
—Puede
que no lo vea, pero si los vecinos sospechaban sabrían que ocultábamos algo y
pronto nos convertiríamos en el hablar del pueblo y comenzarían a indagar y,
solo dios sabe si lo hubieran descubierto.
—Una
relación con un testigo es algo intolerable. —se levanto el del bigote chistoso
golpeando la mesa.
—Ella se
negaba, pero fui bastante convincente. —me encogí de hombros y sonreí con
arrogancia, note como Jacob apretaba los puños ya que pensaba que estaba
alardeando, pero aun no sabia la carta me manejaría.
—Ella
sabia que eso es una falta grave y debió de…
— ¿Usted
soportaría la tentación? —pregunte enarcando una ceja.
— ¡Por
supuesto! —chillo indignado.
—Suena
tan simple decirlo, pero quiero que a usted lo manden a una isla desierta junto
a una modelo y lo dejen ahí por un largo tiempo. Créame que si ella se lo
propone romperá todas sus barreras y conseguirá que usted caiga en sus
encantos. —el hombre abrió la boca para protestar, pero sabia que mi punto era
bueno y tenia razón en lo que estaba diciendo. — Aquí el culpable soy yo, hice
todo para seducirla y ella me dio una gran pelea pero finalmente rompí sus
barreras y no hubo manera de que ella se defendiera. Todos le dieron que debía
de protegerme de un asesino, mas nadie le dijo que yo era aun más peligroso.
— ¿Esta
intentando que la agente Swan regrese? —pregunto cauteloso Aro.
—Digo la
verdad, pero también se que ella esta pagando por algo que es mi culpa.
—Se
necesitan dos. —me recordó Aro.
—Entonces
yo tengo un 85% de la culpa. —pase la mano con mi cabello. —Ella es una gran
agente, tiene una apariencia inofensiva pero es bastante peligrosa, es
inteligente, no es cobarde y jamás se doblega ante los demás. Perder a una
mujer como ella seria el peor error que podían cometer.
—Parece
que nos esta vendiendo a la agente. —se burlo uno de los hombres.
—Solo les
recuerdo algunas de las cualidades de la agente Swan, que son solo algunas por
las que la agencia la recluto.
Intercambiamos
un par de palabras mas, pero sabia que lo que les había dicho los había
terminado de convencer para que regresaran a su puesto a Isabella, lo había
sabido al ver sus rostros y comprender que todos éramos humanos y que el estar
tanto tiempo con alguien podía traer consecuencias aun para la persona mejor
preparada, la atracción y el deseo no es algo que se pueda detener, es algo que
esta presente y fluye en el un momento inesperado. Lo que yo sentía por ella
iba mas allá del deseo y simple atracción, la quería y la necesitaba junto a
mi.
—Los
dejaste callados. —dio Jacob con una sonrisita y me dio un golpe en el brazo.
—No me hubiera imaginado que les dirías eso, les mostraste que no es sencillo y
que no la pueden juzgar, además de que te echaste toda la culpa. Jamás me lo hubiera
imaginado de ti.
—Se que
todo piensan que soy un arrogante, pero también tengo cerebro y se cuando hay
que hacer lo correcto. —me pegue a la pared del ascensor. —Hubiera querido
negar que nada sucedió, pero se que después se lo preguntarían y ella no lo
negaría y serian mas problemas, así que mejor les deje claro lo que había
sucedido.
—Cualquier
otro hubiera soltado los detalles y abría negado la responsabilidad, pero tú no
dijiste nada que pusiera en verdadera evidencia a Bella y asumiste toda la responsabilidad. Aunque me duela decirlo, ahora entiendo porque Bella te defendió. —lo mire
sorprendido esperando de que me dijera de que estaba hablando pero en eso se
abrieron las puertas y me llevaron de nuevo a la camioneta y el tema quedo
olvidado.
Por culpa
de una manifestación tuvimos que tomar un par de calles para así llegar a
nuestro destino. Nos detuvimos en un alto que estaba a solo un par de cuadras
de mi departamento.
Solo
recuerdo el chirrido de unos neumáticos al estrellarse contra la camioneta, el
sonido de un par de balas estrellándose contra el vehículo que estaba blindado.
En cuestión de segundo los que iban en la camioneta sacaron sus armas y
comenzaron a hablar entre ellos utilizando claves que desconocía, para después
salir.
—Muévete
Cullen—me ordenó Jacob sacándome y manteniéndome pegado a él.
Apenas
estar fuera del vehículo, me hizo ser consiente de los gritos y la gente que se
trataba de refugiar de lo que estaba sucediendo en plena calle a la luz del
día. Los disparos se seguían escuchando y un par de ellos iban dirigidos a
nosotros pero dieron en señales de transito y cristales de las tiendas o
cafeterías que había sobre la calle.
Maldije y
caí al suelo cuando sentí que algo me daba en la pierna, instintivamente me
lleve la mano ahí y sentí como estaba húmeda la tela y mi mano quedaba manchada
por mi sangre, me habían herido y no creía poder ponerme en pie.
Jacob,
con ayuda de otro de sus compañeros logró levantarme y apoyado en una sola
pierna seguimos moviéndonos esquivando los disparos, ellos se giraban y
accionaban su arma tratando de evitar que se nos acercaran.
—El
maldito no esta solo. —gruño Jacob que lanzo una expresión de jubilo cuando dio
en el blanco e hizo que nuestro atacante cayera inerte al suelo. —Tenemos que
llevarlo a un sitio seguro.
Mi pierna
punzaba, pero ignoraba el dolor por la adrenalina que recorría mi cuerpo, en
este momento me era más importante el sobrevivir que el maldito dolor.
Entramos
a un edificio que no recordaba a ver visto en todo el tiempo que llevaba
viviendo en la ciudad, también tenia que ver que no era la ruta que
acostumbraba a tomar. Me dejaron en el suelo del pequeño lobby y una mujer que
estaba ahí se acerco y ayudo a Jacob para hacer un torniquete y así evitar que
siguiera perdiendo sangre.
Seguía
escuchando el disturbio y eso me estaba poniendo ansioso, tenía que salir con
vida de esta o… moví la cabeza con brusquedad para apartar esas imágenes de mi
mente, tenia que ser positivo y pensar que todo estaría bien.
El sonido
de algunas sirenas y el cesar de los tiroteos me dejaron saber que la situación
se había controlado y parecía que al fin estaría a salvo. Llego uno de los
oficiales para valorar la situación y avisar que todo había pasado y que Alec
había sido capturado, tenía varias heridas graves, pero al fin lo habían
atrapado y podría ser juzgado.
Una
ambulancia llego por mí en cuestión de minutos y me llevaron a uno de los
mejores hospitales, donde ya estaban mis padres. Mi madre se mantuvo junto a mi
mientras curaban y hacían los exámenes pertinentes para ver de que manera
extraer la bala que milagrosamente no había dañado nada.
Esa noche
la pase en el hospital donde me mantuvieron medicado para evitar que sintiera
las molestias por la herida. También se me obligo a llevar una férula ya que
era lo más conveniente.
Ya en mi
departamento me encontré con Jacob que me sonrió de manera cómplice y me dio
una palmadita en la espalda cuando pase junto a él, aun me quejaba por la
molestia de las muletas que debía de utilizar. Ese día platicamos e intente
obtener información de Bella, pero me dijo que no sabia nada de ella, que la
que sabia un poco de ella era Lea su novia y que se había negado a decirle algo
ya que Bella había insistido en que necesitaba solo tiempo para ella.
Pero sin
que nadie se diera cuenta me escribió su dirección y me dijo que no fuera ahí
hasta que el juicio hubiera terminado. Sabia que el día que el juicio terminara
saldría solo para ir a buscarla, el solo pensar en verla hacia mi corazón latir
de manera rápida.
El día
del juicio llego finalmente. Me levante temprano y me vestí de manera formal
como si fuera al trabajo, un traje echo a la medida, zapatos bien lustrados,
corbata que combinara y mi cabello desordenado y que agradecía habían teñido de
un color muy parecido al mío y que finalmente había crecido, pero aun estaba
lejos de estar del tamaño que había estado hace unos 5 meses, antes de que todo
esto se complicara.
Estaba
nervioso de ir a la corte. Me sentía nervioso, ya que no sabía lo que me
esperaba. Lo único que deseaba era que todo esto terminara, quería poder ver
como ese hombre James… pagaba por sus crímenes y yo finalmente me veía libre de
continuar mi vida. Deseaba poder salir de la corte sabiendo que había hecho lo
correcto y poder ir a buscar a Isabella, la chica que me había cautivado y que
me había mostrado un lado diferente de la vida, un lado que me interesaba
seguir descubriendo a su lado, solo junto a ella sabía que podía ser un hombre
completo.
—La hora
llego amigo. —mire a Jacob que me dio una palmaditas, pero lo que mas me había
sorprendido era que me hubiera llamado amigo, parece que al darse cuenta de que
Bella no era un chica mas, todo su odio había desaparecido.
—El
momento que he esperado. —le dije deslizándome en el sillón de la camioneta y
aceptando las muletas que me extendía.
—Eres el
hombre que muchos estuvimos esperando, al fin se hará justicia.
—El
juicio es importante, pero yo solo lo esperaba con impaciencia porque era
después de esto que al fin podre buscar a Isabella. —sonreí inconscientemente.
Fuera de
la corte había un grupo de periodistas que no tardo en cegarme y me sentí muy
incomodo por la atención que estaba recibiendo. Mis guardaespaldas en conjunto
con los agentes del FBI, me llevaron al interior del recinto. Apenas entrar en
la sala mi madre me abrazo y mi padre apretó mi brazo; mis padres estaban junto
a mí, solo hacia falta Isabella para sentirme completo y dejar los nervios de
lado.
El
momento de la verdad había llegado, el momento de encerrar a un asesino y
buscar a la mujer que quería.
…
Gracias por seguir leyendo mis locuras.
Hay no pudede ser no puede ser, que emocion! por fiin!!!!! :D
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