Reencuentro
La sala
estaba llena y las personas hablaban y muchas personas me miraban y sonreían. Y
ya delante estaba James que hablaba con su abogado que parecía intentar
tranquilizarlo, pero apenas noto mi presencia me fulmino con la mirada, pero
contrario a lo que el esperaba no aparte la mirada. Jacob me empujo para que me
sentara en una de las bancas que estaban a mi derecha.
El jurado
salió y tomo su asiento seguido del juez que dio comienzo y hablo de lo que se
le acusaba a James Witherdale además ya se había agregado el intento de
asesinato.
La
mayoría de los presentes comenzó a protestar cuando el abogado de James comenzó
a defenderlo y tratar de establecer las coartadas y de esa manera demostrar que
él no había tenido nada que ver con lo que Alec había intentado.
Lo
dejaron que hablara y la indignación de la audiencia era notable y audible,
pero el juez mando callar ya que estaban estropeando el juicio, además de que
amenazo con expulsarlos de la sala; los más afectados serian los miembros de la
prensa que estaban cubriendo el suceso.
Se mostró una confesión de Alec, donde decía que James lo había contratado para
asesinarme como lo había echo con todos los otros testigos que lo había estado
a punto de hacer que el recibiera su condena, pero que la primera vez la agente
que me protegía había cumplido con su trabajo y había evitado que me quitara
del camino y después mi grupo de seguridad con los agentes que me protegían lo
había evitado además de que lo había herido de gravedad.
Fueron
cerca de dos horas en las que se siguieron mostrando pruebas y tratando de
hacer que James aceptara su culpabilidad, hubo un receso de quince minutos,
varias personas intentaron acercarse a mi al igual que algunos de los reporteros
de las cadenas mas importantes del país, pero Jacob junto con otros agentes se
los impidieron y yo solo se los pude agradecer, sabia que cuando el juicio se
reanudara seria la hora de que yo testificara lo que había visto.
La sala
se cerro y el juez retomo su lugar, cuando todos los presentes estuvieron en
silencio fue que me llamaron al estrado, mi madre apretó mi mano y me dio un
beso, al tiempo que mi padre solo me deseaba suerte, con ayuda de Jacob y de
otro de los oficiales de la sala me acompañaron hasta el estrado donde jure
decir la verdad. Mire una última vez a James que mantenía los puños apretados y
la mandíbula tensa.
Las
preguntas fueron claras y solo relate lo que yo había presenciado, me sentí
algo estúpido cuando tuve que admitir que había salido por la puerta posterior
para evitar a un par de mujeres que ya no me interesaban, note la mirada
reprobatoria de mi madre, pero era la verdad.
Hubo
preguntas en las que me pidieron hablar un poco de las medidas que el FBI había
tomado, fue concreto sin entrar en detalles, ya que sabia que los medios de
comunicación estaban intentando averiguar quien era la mujer que se había
mantenido a mi lado durante ese tiempo y porque ella había dejado el caso
cuando había regresado a la ciudad, pero eran detalles que no le daría a la
prensa, estaba protegiendo la privacidad de Bella.
Logre
respirar con tranquilidad cuando dejaron de preguntarme y pude regresar a mi
asiento junto a mis padres.
—Bien
hecho. —me susurro mi madre.
—Estamos
orgullosos de ti. —le sonreí a mi padre.
Escuchamos
atentos lo que sucedía y como lo que había dicho parecía que había sido
suficiente para que pudieran tomar un veredicto, además de que la declaración
de Alec demostraba su culpabilidad.
Pero para
mi sorpresa, hubo un testigo más que podía colaborar que Alec había seguido las
órdenes de James, ya que este lo había escuchado. En el estrado estaba Andrew
mi asistente al que pensaba había sido el que me había vendido, pero me
sorprendió saber que el no tenia nada que ver y si había huido solo había sido
para protegerse y evitar que Alec o algunos de los hombres de James lo
encontrara y terminaran con él, pero la que me había vendido era Anna mi
secretaria. Estaba sorprendida ante la declaración pero ahora que lo decía
tenia sentido, solo ella había podido tener acceso al mensaje que le envié a mi
asistente y ella fue la que le aviso a Alec cuando me marchaba a casa en su
ultimo intento por asesinarme.
Ahora que
sabía que Andrew no tenia nada que ver me sentía mas tranquilo, era un hombre
en el que había confiado y sabía que podía seguir haciéndolo. Después de este
incidente tendría que revisar minuciosamente la gente que trabajaba para mi, no
podía tener personal en el que no pudiera confiar. La confianza era lo mas
importante y ahora que lo comprendía, entendía por que Bella había estado tan
molesta con lo que había echo, la había traicionado después de todo lo que
habíamos vivido juntos. Pero las cosas cambiarían.
El jurado
se retiro para tomar su veredicto y la sala se lleno de murmullos, el juez
mando callar nuevamente cuando algunos de los presentes comenzaron a arremeter
contra James que había perdido su color y sabia que el veredicto solo era uno.
Varias de las personas que estaban ahí, tenían derecho a estar molestas y esperar
que James recibiera su merecido, había algunos familiares de victimas de ese
hombre despiadado que no le había importado nada solo quitar de su camino a
todo aquel que se había metido en su camino y que había amenazado con destapar
sus negocios turbios.
En menos
de diez minutos el jurado regreso a su sitio y le dio su veredicto al juez que
lo declaro culpable. James grito y se levanto de su sitio, pero fue detenido
por los guardias y el juez lo obligo a permanecer en su sitio para escuchar su
castigo. James se desplomo en su silla y la sala de lleno de vitoreó cuando se
proclamo la pena de muerta que seria llevada acabo en solo un par de días.
Cuando
salimos de la sala, agradecí que Jacob me acompañara a llegar fuera del
edificio para evitar que los periodistas se me acercaran. Mis padres quisieron
que me fuera con ellos, pero yo me fui por mi lado ya que les había dicho que
tenía un par de cosas por hacer.
Apenas
estar en la camioneta le di la dirección de Bella a mi chofer que emprendió
camino hacia el edificio de Bella, fue en ese momento que me di cuenta de que
no sabía perfectamente lo que le diría cuando estuviera frente a ella. Debía de
prepararme a un rechazo, ella estaba muy molesta y dolida la última vez que nos
habíamos visto.
—Es aquí
Señor. —mire el edificio que estaba frente a donde mi chofer se había
estacionado.
Uno de
mis guardaespaldas me ayudo a salir y con trabajo logre llegar al ascensor que
me llevo hasta el ultimo piso donde estaba el departamento de Bella, me acomode
el saco y llame a la puerta un par de veces pero nada sucedió, la llame pero
nada cambio.
—Hola.
—me gire y vi a un niño que mantenía una pelota en sus manos y me miraba.
— ¿Sabes
que la chica que vive aquí estará en casa?—pregunte
—Bella
debe de estar tratando de atrapar gente mala. —le sonreí al niño y revolví su
cabello agradeciéndole por du información.
En vez de
ir a casa de mis padres fui hasta las oficinas del FBI rogando porque estuviera
en su oficina y al fin pudiéramos hablar.
El estar
en ese sitio me hizo recordar la charla que había tenido con sus superiores,
una chica amablemente me indico cual era la oficina de Bella, con trabajo e
ignorando las miradas que se posaban en mí, llegue hasta la puerta que estaba
cerrada y sonreí al escuchar ruido detrás de esta. Al fin la había encontrado y
podíamos aclarar un par de cosas.
—Bella,
necesito que me…—me detuve al ver que la que estaba en la oficina no era mi
Bella, era otra mujer que se había ruborizado. — ¿tu quien eres?
—Mi
nombre es Ashley.
— ¿Donde
esta la agente Swan? —me apoye por completo en las muletas.
—Ella
esta fuera de la ciudad.
— ¿Que
haces en su oficina?
—Fui su
remplazo mientras ella estaba suspendida.
—Eso
quiere decir que recupero su trabajo. —no pude contener la alegría en mi voz.
—Volverá
en unos días, pero no se cuando será exactamente. —la chica me dio la espalda y
aunque trate de sacarle información no dijo absolutamente nada ya que decía no
saber nada, además me aseguro que conocía muy poco de Isabella.
Estaba
decidido a encontrar a Bella, no importaba lo que tuviera que hacer por verla
de nuevo, ahora ya nada podía impedir que pudiéramos estar juntos. Subí a la
planta más alta donde esperaba poder hacer que uno de los superiores me dijera
donde podía encontrar a Bella.
La
secretaria me dedico una sonrisa y parecía realmente avergonzada cuando me
informo que nadie me podía recibir ya que aun estaban en el juzgado
asegurándose de que nada saliera mal con James, me deje caer en el sillón para
descansar un poco.
— ¿Se
encuentra bien? —pregunto con evidente preocupación y yo solo negué. —¿Puedo
ayudarlo en algo?
—Solo si
me pude decir donde encontré a la agente Swan. —solté pasando una mano por mi
rostro.
—Sabe que
nos esta prohibido dar esa clase de información. —asentí sin verla, me sentía
derrotado pero debía de encontrar la manera de dar con ella y poder disculparme
por lo que había echo.
Me
levante sin decir una sola palabra y me dirigí al ascensor, espera que este
llegara y entre, me quede apoyado en la parte posterior y mantuve mi mirada en
el suelo, pero justo cuando las puertas se cerraban fueron detenidas y vi a la
secretaria que me extendía una hoja.
—Creo que
esto te puede ayudar, pero nadie debe de saber que lo supiste por mí. —lo tome
y antes de que pudiera agradecerle se alejo dejando que las puertas se cerraran
y yo pudiera leer la dirección que me había dado.
Para mi
mala suerte no pude viajar en al menos dos días, tuve que convencer al medico
de que era un viaje que debía de hacer y que las muletas eran un gran estorbo.
La bota que utilizaba también era molesta y bastante fea, pero al menos podía
moverme con mayor libertad y finalmente estaba por ir por Bella. El viaje a
Montana no fue muy largo, pero me perdí de camino a Harlowton, mi chofer
hablaba sobre el lugar e intentaba ser amable, pero yo estaba sumido en los
recuerdos y pensando en la hermosa mujer que estaba a punto de volver a ver.
No era un
pueblo muy grande y solo fue necesario preguntar a una persona para que nos
dijera donde era que Vivian los Swan. Tomamos un camino de tierra que estaba
justo después de una curva, unos minutos después estábamos llegando a una casa
de dos plantas bastante grande y muy hermosa, pero lo mas impresionante era ver
la enorme sección de tierra que les pertenecía, había hombre trabajando en las
cosechas, y otros cuantos estaban cuidando a los animales. Le ordene que se
detuviera y baje al ver a un hombre que estaba en la entrada de lo que parecía
ser un establo.
— ¿Puedo
ayudarlo? —pregunto el hombre que me vio de arriba abajo y acomodo su sombrero
de paja.
—Busco a
Isabella Swan.
—
¿Compañero de trabajo? —asentí tratando de ocultar que mentía. —Salió a
cabalgar hace un rato, pero supongo que esta por llegar. La puedes esperar en
el establo que esta al final de esta camino.
Mire el
camino que me señalaba y asentí, le agradecí y me dispuse a llegar hasta el
lugar que me había indicado, cuando estaba cerca me quede paralizado. Ella iba
caminando con las riendas en una de sus manos y tiraba de un caballo blanco que
iba detrás de ella, me quede sin aliento al notar que la manera en que la
recordaba no le hacia crédito a como se veía en ese momento: unos jean
ajustados, una blusa de cuadros que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y su
cabello lo llevaba sujeto en una coleta.
BVOP
Estar en
la ciudad era una pesadilla, cualquier lugar al que volteara me encontraba con
el rostro de Edward y en la televisión, la radio y hasta internet hablaban de
él. Quería verlo y saber que estaba bien, pero sabia que de hacerlo mi trabajo
se vería aun mas comprometido, por lo que sin pensarlo mas fui al medico para
una evaluación y me quitara el molesto collarín y me diera la autorización de
viajar. Cuando obtuve el permiso de mi medico, hable con mis superiores que
aseguraron no abría problema ya que no estaba en servicio y que sabían donde
contactarme cuando llegaran a un veredicto de mi situación.
Cuando
llegue a casa, me debatí un par de minutos si había sido buena idea, era verdad
que extrañaba a mis padres y estar en la tranquilidad del campo, pero sabia que
estando ahí mis padres comenzarían a sospechar y era seguro que estarían
decepcionados cuando les dijera la razón por la que me habían suspendido y que
lo mas seguro es que no quedara solo en una suspensión, si no que mis años de
trabajo no servirían de nada y me echarían de la agencia y no tendría mas
opción que volver a casa y hacerme cargo del negocio familiar.
Tome una
enorme bocanada de aire y justo cuando toque la puerta escuche que me llamaban
y de inmediato unos brazos me rodearon.
—Belly.
—apreté los labios para evitar que saliera una exclamación de dolor.
Me dejo
nuevamente en el suelo, acuno mi rostro y me dio un par de besos.
—Te he
extrañado mucho papa. —lo envolví en mis brazos y deje que la calidez de su
abrazo me reconfortara un poco.
—No la
acapares Charlie Swan. —la voz de mi madre fue audible y el golpe que le dio a
mi padre en el hombro hasta mi me dolió.
Mi madre
antes de abrazarme me evaluó rápidamente con la mirada, apretó los labios y
negó con la cabeza, pero me abrazo con cuidado y me susurro un me alegra saber
que estas a salvo y que nada malo te sucedió.
Me
ayudaron a meter mis pocas cosas y descubrí que mi habitación seguía
exactamente igual que como la había dejado la última vez que había estado en
esta casa. Hablamos de cosas sin mucho sentido y solo nos poníamos al corriente
de lo que habíamos estado haciendo, sabía que mi madre se moría por saber en la
misión que me había visto envuelta y que me había dejado con un par de
rasguños, pero agradecía que no lo hiciera ya que no estaba preparada para ver
la manera en que se entristecían al darse cuenta de que no era la chica que
ellos pensaban habían criado.
Pero tres
días después mientras estaba recargada en una cerca de madera observando a los
caballos moverse en la extensa área de pasto, le di un sorbo a mi café cuando
sentí la presencia de alguien junto a mí.
—Puedo
saber que es lo que te tiene así.
—No es
nada mamá. —evite mirarla.
Paso un
brazo por mis hombros y me pego a su cuerpo, deje que la taza cayera y la
abrace permitiéndome llorar, solo acaricio mi espalda y susurro palabra de
aliento.
—Lo
siento. —limpie mis mejillas con el dorso de mi mano
—Que es
lo que sucede cariño.
Me deje
caer sobre el césped recargada en la cerca al tiempo que ella hacia lo mismo.
Eche la cabeza hacia atrás y comencé a contarle todo, desde lo que había
sucedido en el bar, no entre en detalles y solo le dije "y sucedió"
algo que ella comprendió y agradecí que no dijera nada, me dejo terminar antes
de decir que es lo que pensaba.
—Es un
comportamiento que no me esperaba de ti, pero es algo de lo que no te debes de
culpar solo tú, para que las cosas llegaran tan lejos se necesitan de dos.
—apretó mi mano. —Se que estar en el FBI ha implicado un gran sacrificio y el
que puedas perder tu empleo te tiene consternada, pero veras que las cosas se
solucionaran de la mejor manera.
—Me
tienen suspendida. Rompí muchas reglas, algunas de ellas se pueden pasar y solo
recibir un castigo menos, pero el echo de que me involucrara con un testigo es
algo imperdonable, por mi culpa la misión casi fracasa…
—Détente.
Hasta donde comprendí fue el quien llamo a su oficina fue por el que los
encontraron y tu no tienes nada que ver.
—Lo hizo
un día que yo no estaba ahí para vigilarlo y…
—Algo
debes de entender Isabella Swan, tu lo estabas protegiendo y cumpliste con tu
trabajo, si el hubiera sido un poco consiente se hubiera dado cuenta de que
ponerse en contacto con alguien les traería problemas. El idiota aquí es él y,
tu no puedes culparte por lo que el hizo. Tú cumpliste con tu trabajo y lo
demostraste defendiéndolo de ese asesino. — me dio un golpecito en el brazo que
me dolió. — ¡Hasta cuando dejaras de ponerte en peligro!
—Es mi
trabajo y esta misión era muy importante, me darían un gran ascenso. — abrace
mis piernas y apoye mi barbilla en las rodillas. —Pero ahora creo que perderé
mi trabajo.
—Sabes
que nunca estuve de acuerdo en que llevaras ese estilo de vida tan arriesgado
y…—iba a protestar como siempre lo hacia para ella levanto la mano para
indicarme que la dejara terminar. — sabes que siempre intente que volvieras con
nosotros, pero ahora que te veo afligida comprendo que tu trabajo es tu vida y
que seria muy egoísta de mi parte el seguir insistiendo que lo dejaras. No me
gusta que te expongas de esa manera y nunca lo estaré, pero ahora solo puedo
rogar porque nada malo te suceda. Además de que no creo que en la agencia se
arriesguen a perder a una chica tan entregada como tu.
—Gracias
por aceptar lo hago, aunque sea un poco tarde pero significa mucho para mi
mamá. —la abrace.
—Te
quiero mi pequeña Bells, y si no aceptaba lo que hacías era por que siempre que
sabia que estabas en una misión no podía evitar el preocuparme. Pero seria muy
egoísta que no te dejara hacer lo que te gusta, solo puedo decirte que cuando
regreses tengas mucho cuidado en tu trabajo.
—Ya no se
si regresare.
—Deja de
preocuparte, se que en un par de días te llamaran para decirte que debes de
regresar y todo esto solo será una experiencia que te ayudara a ser aun mejor
en tu trabajo.
—Mis
chicas ya están despiertas. —levante mi rostro y vi a mi padre que se acercaba
con una sonrisa. —sucede algo. —pregunto colocándose en cuclillas y acariciando
mis mejillas.
—Fue solo
una conversación de chicas. —dijo mi madre poniéndose de pie. —Voy a hacer el
desayuno.
—Nosotros
daremos un paseo por los alrededores, creo que alguien puede demostrar que el
estar en la ciudad no ha afectado sus raíces y aun recuerda como cabalgar.
—Aunque
viva en la ciudad sigo siendo una chica de campo papá. —acepte su mano y me
puse de pie, levante la taza y se la entregue a mi madre.
—No
tarden demasiado.
El estar
recorriendo los alrededores me hizo recordar por que de pequeña amaba salir con
mi padre, porque muchas veces había elegido estar en el campo que salir con las
chicas de mi clase que no hablaban de otra cosa que no fueran chicos o cosas
que quisieran comprar.
Disfrute
de estar de regreso, había cosas que habían cambiado y algunas de ellas las
había olvidado pero no me tomo mucho tiempo el recordar y disfrutar de las
tareas, pero lo mejor era el estar con mis padres, a mi padre no le había
contado todo lo que había sucedido con Edward ya que mi madre no lo creyó
conveniente, pero el saber que no me juzgaban y que me aceptaban tal cual me
hizo sentir bastante tranquila.
Perdí la
noción del tiempo y como lo había dicho mi madre me llamaron de la oficina.
Estaba viendo como Rupert entrenaba a un par de caballos que habían comprado,
estaba riendo al ver que se estaba exasperando al no lograr que los animales le
hicieran caso.
—Bella,
tienes una llamada de New York. —grito mi madre y basto eso para correr a casa
y tomar el teléfono.
—Si.
—dije de manera entrecortada ya que el aire me estaba hacienda falta.
—Hola
Bells. —sonreí al escuchar la voz de Demetri.
—Que
alegría escucharte Dem ¿esta todo bien?
—Claro
que lo esta, solo llamaba para decirte que en una semana tienes que presentarte
en la oficina de Aro.
— ¿Tomo
una decisión? —pregunte apretando el auricular y sintiendo un escalofrió
recorrer mi cuerpo.
—La tomo
Bells. —su tono de voz no me indico absolutamente nada, el sabia como ocultar
sus emociones y mas conmigo que sabia que las podía leer fácilmente.
—Puedes
decirme cual fue. —pase mi peso de un pie al otro impaciente, soltó un suspiro
y mi sangre se helo la sangre que al parecer la respuesta no era muy grata y
que finalmente habían decidido el despedirme, había sido muy tonta en creer que
no lo harían. —Lo entiendo y estaré ahí en una semana para ir por mis cosas.
Una risa
estridente se escucho y no comprendí como podía ser tan cruel para hacerlo.
—Bells,
sigues siendo una agente. Comprendieron que eres una parte esencial del equipo
y saben que seria un grave error de su parte el dejarte fuera.
—Pero lo
que sucedió con Edward…
—Un
desliz que esperamos no se repita, pero ellos comprendieron que a cualquier le
puede suceder, alguien les hizo ver las cosas de manera diferente y comprender
que no fuiste la única culpable de lo que sucedió. Solo relájate y disfruta de
estos días con tu familia.
—Gracias
Dem. —mi cuerpo se había relajado y estaba sonriendo al saber que no había
perdido mi trabajo.
—También
te llamo para decirte que el juicio se adelanto y será el miércoles. Me tengo
que ir ya que parece hay una emergencia.
—Gracias
de nuevo.
Me había
mantenido alejada del televisor y de todo lo que me pudiera recordar a Edward,
pero ahora que sabia que el juicio se había adelantado estaba contenta de saber
que había llegado al final y no se había convertido en uno mas de las victimas
de ese despiadado hombre que lo había intentado sacar del camino.
Me
mantuve fuera de casa ya que no quería pensar en él, así que estando ocupada lo
haría lo menos posible. Por la noche después de una ducha baje a cenar pero no
estaban mis padres en la cocina si no estaban frente al televisor.
— ¿Que es
lo que sucede? —pregunte al ver el rostro sorprendido de mi madre
Me tuve
que sentar al escuchar que había habido un nuevo intento para asesinar a
Edward, pero que gracias a su escolta y los agentes del FBI había logrado salir
vivo pero que había sido herido más no de gravedad. Mi estomago se contrajo y
me lleve las manos a la boca.
—Esta
bien pequeña, siempre puedes llamar a Jacob. —levante el rostro y vi la sonrisa
de mi madre.
Intente
aparentar que no me importaba y aunque estaba conversando con mis padres de
otra, solo me preguntaba si Edward estaría bien, durante la noche estuve
inquieta y al no poder dormir llame a Jacob que me aseguro que estaba bien, que
la herida no era grave pero que lo habían dejado en el hospital con un grupo de
agentes en los cuales estaba Demetri, que habían atrapado a Alce y que este
había rendido su declaración.
El día el
juicio me mantuve frente al televisor, estaba nerviosa. Mi madre se sentó junto
a mi y apretó mi mano cuando noto que me había tensado y no lo había echo por
que había comenzado si no porque en la pantalla había aparecido la imagen de
Edward.
El
escuchar su declaración y la manera en la que relataba los hechos de manera
concreta y cuando le preguntaron de mi el no revelo mas de lo esencial y
agradecí que en ningún momento revalora mi identidad, ya que sabia que la
prensa había estado intentando saber quien era la chica que había estado con el
por esos meses.
Lo que
mas me sorprendió fue ver a su asistente que resulto ser inocente como Edward
lo había asegurado y había sido su secretaria la que lo había vendido y ahora
ella también se enfrentaría a un juicio por vender a Edward. Me sentí aliviada
cuando dieron su veredicto, muchas personas estarían tranquilas al saber que
James … jamás volvería a perturbar su vida, pero sabia que afuera aun había mas
criminales que eran igual que este hombre.
Al
terminar la trasmisión apague el televisor y no pude evitar suspirar, todo
había terminado y finalmente cada uno debía de volver a su vida, había llegado
el momento de dejar atrás todo lo que habíamos vivido juntos. De nuevo la seria
ese Playboy que la prensa amaba y yo me convertiría en la agente que siempre
había soñado, al final de cuentas cada uno estaba bien.
—Creo que
deberían de hablar, se que aun hay cosas que deben de decirse. —me dijo mi
madre revolviendo mi cabello.
—No hay
nada de que hablar mamá, lo que sucedió no debe de importar…
—Una cosa
es lo que sale de tu boca y otra muy diferente lo que realmente sientes, por si
no te has dado cuenta lo quieres y es en parte lo que te ha tenido algo
retraída, se que aparentas estar bien pero cuando no te das cuenta aparece un
mirada triste y se nota que lo extrañas.
—Ya se me
pasara.
Unos días
después, había salido a pasear por los terrenos de la familia. Era agradable
sentir como el viento golpeaba mi rostro, pero mire mi reloj y noté que ya era
hora de regresar ya que mi madre no perdonaba que no llegara a desayunar a la
hora que ella tenia establecida.
Iba de
camino al establo donde mi caballo descansaba y vi a un hombre que se a
figuraba a Edward, solo sonreí ante mi estupidez, era imposible que el hubiera
viajado hasta Harlowton, además para que lo haría. Tuve que mover mi rostro al
ver que no era una ilusión y que si era Edward el que estaba mirándome y
sonriendo de una manera encantadora, no era esa sonrisa que utilizaba para las
revistas si no la sonrisa que solo era para mi.
—Hola
Bella. —me detuve a una distancia prudente y cuando el se comenzó a acercar yo
si un paso hacia atrás chocando con mi caballo que se movió. — Tienen una
granja enorme y en excelentes condiciones.
—Gracias.
— note a Rupert acercarse, saludo y se llevo a copito para que descansara
después del paseo.
Note que
llevaba un bota especial y como evitaba apoyarse demasiado en esa pierna.
—
¿Podemos hablar?
—Creí que
lo hacíamos. —me encogí de hombros.
—Se que
estas molesta y tienes razón para estarlo, pero estoy aquí porque quiero
solucionar las cosas entre nosotros.
—No hay
nada entre nosotros. —corte
— ¿Que no
hay nada? —gruño
—Se que
lo que paso entre nosotros no significo nada, si estas aquí para pedirme que no
le diga nada a la prensa y que tu estatus de Playboy se vea intacto, tenlo por
seguro.
—No vine
a eso Bella, yo…—iba a protestar pero el fue mas rápido y cubrió mi boca. —Solo
quiero que me escuches.
—Si no
tengo más alternativa. —cruce los brazos y apoye mi peso en el pie derecho.
—Se que
fui un estúpido y que por mi culpa Alec dio con nosotros, se que confiaste en
mi y yo solo te traicione. —solo murmuro un obviamente que el escucho pero no
dijo nada. — Quiero que sepas que lo que sucedió entre nosotros no fue solo una
aventura, puede que al principio intentara seducirte para demostrarte que no
eras inmune a mí.
—Eres un
estúpido. —intente golpearlo pero el detuvo mi mano, sabia que podía mandarlo
al suelo cuando quisiera, pero estaba herido y no quería lastimarlo mas. Que me
estaba pasando.
—Ya te
dije que fue al principio, pero solo fue cuestión de tiempo para darme cuenta
de que eres una chica diferente que vale la pena. — sus palabras me
sorprendieron y no evite que me envolviera en sus brazos, sonreí cuando al
tomar aire su aroma particular me envolvió. — Todo lo que pasamos juntos fue
real. Tú me enseñaste a ser mejor, me permitiste conocer partes de mí que yo
desconocía, me enseñaste que los lujos no son lo más importante y que la vida
simple es mucho mejor.
—No
juegues. —murmure mirándolo a los ojos.
—No estoy
jugando Bella, la primera vez que estuvimos juntos fue maravillosa pero las
demás aun mejores, también cuando te dije que Todas la noches anteriores habian
sido una perdida de tiempo despues de estar contigo era verdad. —su frente choco
con la mía— te he extrañado.
—Creo que
lo que extrañabas era otra cosa. —pegue mi cuerpo al suyo haciéndolo contener
la respiración. —Extrañabas el contacto físico, pero no olvides que ya esto
termino y puedes tener a la mujer que quieras.
—Te
quiero a ti, por eso estoy aquí.
— ¿Porque
yo?
—Ya te lo
dije cariño, tu eres la chica que había esperado. No eres la típica mujer que
solo cuida su apariencia, eres inteligente, decidida y no tienes miedo a decir
lo que piensas. Eres una mujer digna de admiración y tienes la mía.
—Deja de
mentir, se que estas hacienda esto para que regrese a tu cama, sabes como
hablar para envolver en tus mentiras y conseguir lo que deseas. Ya me lo
demostraste una vez, me hiciste creer que podía confiar en ti y hasta me deje
llevar pero solo fue una aventura y estoy consiente de eso.
Sus
labios rozaron los míos y solo pude dejar escapar una pequeña exclamación. Me
apretó mas contra su cuerpo y se adueño completamente de mi boca, se movía de
manera lenta dejándome disfrutar de su suavidad y el sabor dulce que se
desprendía de sus labios, su lengua acaricio mi labio superior pidiendo permiso
para entrar uno que no dude en permitirle y cuando lo hice envolví mis brazos
en su cuello y no pude evitar gemir del placer que estaba sintiendo. No
comprendía como un simple beso lograba despertar tantas sensaciones en mí, como
él era el único que lograba hacerme perder la cabeza y olvidarme de donde
estaba y que debía de estar molesta con él.
Cuando
nos separamos sentí mis labios hinchados pero extrañaba que estuvieran en
contacto con los de él.
—Dime de
que manera te demuestro que estoy arrepentido por lo que hice y que lo que mas
deseo es una oportunidad. —abrí los ojos lentamente, su mirada reflejaba que
sus palabras eran verdad, que estaba arrepentido.
— ¿Porque
lo hiciste? —pregunte enredando mis dedos en el cabello de su nuca.
—Quería
alejarme de ti. —abrí los ojos y antes de que dijera algo me dio un pequeño
beso en los labios. —Ya representabas un problema para mí, ya no era solo un
juego. Por eso intente hacer las cosas como tu deseabas, te ayudaba sin
protestar, estaba intentando demostrarte que no era ese playboy mimado que
llego al principio, si no un hombre al que podías darle una oportunidad.
—Esto es
tan complicado, no podemos estar juntos. —dije con pesar.
—Entiendo
que antes era imposible porque eras encargada de mi protección, pero eso
termino y ahora podemos estar juntos cariño. Ahora solo somos nosotros y el que
tengas una relación conmigo no debe de interferir con tu trabajo, el FBI ya no
tiene nada que ver conmigo.
—Tienes
razón, pero aun hay cosas que nos separan. —suspire e intente alejarme pero me
lo impidió— Venimos de mundos diferentes, puede que nos acopláramos mientras
fingíamos ser un matrimonio, pero esto es diferente, yo soy una agente del FBI
y tu un empresario exitoso, somos como el agua y el aceite.
—Porque
te empeñas en poner obstáculos entre nosotros, no puedes asegurar que no
funcionara sin intentarlo. Danos una oportunidad, deja que te demuestre que
esto funcionara y que tenemos un futuro juntos.
—Pides
demasiado. —mi voz salió entrecortada.
—No lo
hago. Te quiero, tontita.
—Pero
somos de mundos diferentes.
—Quien
dijo que eso es un impedimento, te recuerdo que hasta ahora el ser diferentes
es lo que nos atrae, eres la mujer que sabe como controlarme y hacer que
mantenga los pies sobre la tierra, la única que se ha atrevido a decir lo que
piensa sin dejarse intimidar.
—No puedo
arriesgarme, no puedo aceptar estar junto a ti cuando no confió en ti. —sus
brazos abandonaron mi cuerpo y de inmediato sentí que algo hacia falta.
—¿No
confías?
—Como
hacerlo después de lo que fuiste capaz de hacer.
—Ya te
dije por que lo hice, se que no es una justificación pero quiero que entiendas
que lo que sentía en ese momento me cegó y me llevo a hacer una tontería, no
podía aceptar que tu te habías convertido en alguien tan importante para mi.
—Tengo
miedo, por primera vez tengo miedo a arriesgarme. —su mirada se suavizo y una
sonrisa apareció en sus labios.
—Yo
también lo tenía pequeña. Cuando venia hacia aquí no sabía si me dejarías
hablar contigo o me echarías sin escucharme, pero al verte supe que haría todo
lo que estuviera en mis manos para convencerte de que te quiero y quiero que
estemos juntos.
—
¿Juntos? —agache la cabeza y murmure mas para mi que para él.
—Si
cariño. —levanto mi rostro y me regalo una hermosa sonrisa.
Me beso
nuevamente pero cuando pretendía envolver mis brazos en su cuello rompió el
contacto y yo lo mire sin comprender, me guiño un ojo y noté como metía su mano
en un bolsillo que estaba en el interior de su chaqueta, me lleve las manos a
la boca cuando note la pequeña cajita de terciopelo negro que sacaba.
—Es una
broma. —negó abriendo la cajita y mostrando un hermoso anillo con un enorme
diamante Amarillo.
—Mi
pierna no me ayuda mucho, por lo que espero que no te moleste que lo haga de la
manera que suele hacerse. —me sonrió de manera nerviosa. —El tiempo que pasamos
juntos no fue muy bueno en un inicio pero después fue magnifico y se que
nuestra vida juntos será perfecta, en ti encontré a la mujer que sin saber
había estado esperando y ahora que te encontré no estoy dispuesto a perderte;
quiero que estés junto a mi, que seas mi amiga, la mujer que me mantenga con
los pies sobre la tierra, que me diga las cosas que debo de escuchar, que se
divierta conmigo, que sea mi amante y mi compañera el resto de…
—No lo
digas, por favor. —me miro de manera interrogante.
Le quite
la cajita de las manos, acaricie el diamante amarillo con la yema de mis dedos
sin poder evitar sonreír, levante la mirada para ver el desconcierto en su
mirada.
—
¿Quieres ser mi esposa?
—No.
—abrió muchos los ojos y note como el color abandonaba su rostro.
—Tu
declaración fue muy hermosa Edward, pero creo que aun es algo precipitado. Creo
que antes de que podamos comprometernos debemos de conocernos mejor y ver si
esto realmente funcionara. —cerré la cajita y se la entregue.
—Eso
quiere decir que no es un NO definitiva. —asentí haciéndolo sonreír.
—Puede
que en varios meses más, puedas hacerlo de nuevo, si aun lo quieres, si esto
funciona. —guardo la cajita en el bolsillo nuevamente y me volvió a abrazar.
—Funcionara
cariño, te demostrare que juntos somos perfectos. —sonreí acunando su rostro y
me levante de puntillas para rozar sus labios.
—Es tu
última oportunidad, no la desperdicies. —sentencie de manera seria y luego
sonreí. —Sin presiones.
—Claro
pequeña, sin presiones. —dijo sarcásticamente. — ¿Te devolvieron tu trabajo?
—pregunto al tiempo que quitaba la liga de mi cabello para que cayera como una
cascada de rizos, la manera que a él le gustaba.
—En un
par de días debo de volver a New York.
—Que
dices si antes de regresar a la ciudad vamos a visitar a unos viejos amigos,
además de que tienes que dar tu opinión en unas reformas. —enarque una ceja.
—Quiero que comencemos a hacer cosas juntas y esta será la primera como pareja,
lo que me recuerda que no te lo he pedido.
—Ya no
hace falta. —lo bese nuevamente para después envolver mis brazos en su cintura.
— ¿A dónde iremos?
—Forks.
—sonreí al recordar a nuestros amigos. —Quiero ver si Emmett consiguió entrar
al equipo de los Gigantes de New York, hable con el entrenador y le conseguí
una oportunidad, además de que hice que la empresa contactara a las chicas para
que hiciera unas reformas en todas las oficinas de las empresas Cullen. Pero
antes harán unas enormes reformas en una nueva propiedad que adquirí.
—Me
alegro de que utilices tus influencias para ayudar a otros, ellos se merecen
cumplir sus sueños.
—Compre
la casa en la que vivimos.
—Pero si
la odiabas.
—Al
inicio, pero ahora me trae muy buenos recuerdos. Un arquitecto verifico la
estructura y solo tendrá que hacer un par de cambios, y cuando termine en un
par de semanas las chicas la decoraran, pero es por eso que tienes que ir.
—enarque una ceja ganándome un beso en la nariz. —Es tu casa, las escrituras
estarán a tu nombre y quiero que este decorada a tu gusto.
— ¿Me
estas regalando una casa? —pregunte con incredulidad y el asintió con orgullo.
—No puede regalarme una casa.
—Ya lo
hice cariño, además es solo una casa. —se encogió de hombros.
— ¡Dios,
tienes tanto que aprender! No me gustan las cosas caras y mucho menos esta
clase de regalos, quiero una relación normal.
—Y lo es.
—negué haciéndolo rodar los ojos.
—Lo
normal es que te den flores, chocolates. Pero no una casa, si vamos a estar
juntos e intentar que las cosas funcionen debemos de encontrar un equilibrio,
tu debes de tratar de comportarte como un hombre común y no como el Playboy
millonario que eres, y yo intentare acoplarme un poco a tu mundo, mas te
advierto que no cambiare. —le dije señalándolo con mi dedo y con una mano en la
cintura, el solo asentía sonriendo.
—No te
arrepentirás. — dijo con una enorme sonrisa. "Yo también lo espero"
pensé.
Me abrazo
nuevamente para hacer que me perdiera en la suavidad y el dulce sabor de sus
labios, cuando había creído que terminaba esto apenas comenzaba y seria un reto
que estaba dispuesta a enfrentar.
…Continuara…
Secuela:
"Mi nueva vida con un playboy"
…
Gracias por continuar leyendo mis locuras
Tal como lo pense, me gusto muchisimo!!!! Me voy por la segunda parte, muchas gracias Titi ^^
ResponderBorrarQue bueno que cubrió tus expectativas ;) y gracias por tu comentario.
BorrarAww qe final tan romntico :3 , pero se te escapo el peueño detalle de dpnde quedaron las muletas cuando se besaro (aclaracion: no te estoy criticando ni nada por el estilo, me encanta tu forma de escribir solo es una obserbacion :3 ) ; la verdad se me hizo muy cortito, tan buena que estaba, lo bueno es que tiene secuela
ResponderBorrarUps! tengo que revisar eso, las muletas no pueden desaparecer así nada mas. Tu entiendes que cuando uno escribe se le escapan ciertas cositas y aun cuando lo lees no reparas en esos detalles porque tu lo estas visualizando y hay veces que se olvida mencionarlo, como parece ser el caso.
BorrarSaludos!
La ame la primera vez q la lei fue en fanfiction y me quede en el capitulo 3 pero todas tus historias siempre son muy buenad que bueno que aya escritoras tan buenas como tu lo unico que sgo es reverenciarme ante ti jejeje saludos y sigue asi a y gracias x regalarnos a nosotras las lectoras historias de calidad
ResponderBorrarGracias a ti por leerlas, y sobre todo por dejarme saber que es lo que te parece, como siempre lo digo, esa resulta ser mi única paga.
BorrarQue tengas un excelente inicio de semana!
Saludos!
Omaigooooooooooooooooooooood! Estoy enganchadisima con este fic DIOSS!! :3 Ese Edward tierno es taaaaaaaaaaaaan violable!! Me encanta!!
ResponderBorrarRealmente increíble!!! Te felicito, escribes de una manera que me mantuviste siempre al borde, la trama es genial!!!
ResponderBorrarAme la historia es increible, no me pude despegar de la pantalla leere la secuela. Es maravillosa y unica, esta historia es simplemente perfecta. ♡♥
ResponderBorrarA-Cipriano Cullen
Ame la historia! No puedo creer que la encontrara hasta ahora, en pleno 2020 eres muy buena escritora ♥
ResponderBorrarGracias NenitaCullen, saber que la disfrutaste es mi unica recompensa.
BorrarSaludos y espero pronto tengan algo nuevo.