Protegiendo a un playboy: Capitulo 18



Reencuentro


La sala estaba llena y las personas hablaban y muchas personas me miraban y sonreían. Y ya delante estaba James que hablaba con su abogado que parecía intentar tranquilizarlo, pero apenas noto mi presencia me fulmino con la mirada, pero contrario a lo que el esperaba no aparte la mirada. Jacob me empujo para que me sentara en una de las bancas que estaban a mi derecha.


El jurado salió y tomo su asiento seguido del juez que dio comienzo y hablo de lo que se le acusaba a James Witherdale además ya se había agregado el intento de asesinato.

La mayoría de los presentes comenzó a protestar cuando el abogado de James comenzó a defenderlo y tratar de establecer las coartadas y de esa manera demostrar que él no había tenido nada que ver con lo que Alec había intentado.

Lo dejaron que hablara y la indignación de la audiencia era notable y audible, pero el juez mando callar ya que estaban estropeando el juicio, además de que amenazo con expulsarlos de la sala; los más afectados serian los miembros de la prensa que estaban cubriendo el suceso.

Se mostró una confesión de Alec, donde decía que James lo había contratado para asesinarme como lo había echo con todos los otros testigos que lo había estado a punto de hacer que el recibiera su condena, pero que la primera vez la agente que me protegía había cumplido con su trabajo y había evitado que me quitara del camino y después mi grupo de seguridad con los agentes que me protegían lo había evitado además de que lo había herido de gravedad.

Fueron cerca de dos horas en las que se siguieron mostrando pruebas y tratando de hacer que James aceptara su culpabilidad, hubo un receso de quince minutos, varias personas intentaron acercarse a mi al igual que algunos de los reporteros de las cadenas mas importantes del país, pero Jacob junto con otros agentes se los impidieron y yo solo se los pude agradecer, sabia que cuando el juicio se reanudara seria la hora de que yo testificara lo que había visto.

La sala se cerro y el juez retomo su lugar, cuando todos los presentes estuvieron en silencio fue que me llamaron al estrado, mi madre apretó mi mano y me dio un beso, al tiempo que mi padre solo me deseaba suerte, con ayuda de Jacob y de otro de los oficiales de la sala me acompañaron hasta el estrado donde jure decir la verdad. Mire una última vez a James que mantenía los puños apretados y la mandíbula tensa.

Las preguntas fueron claras y solo relate lo que yo había presenciado, me sentí algo estúpido cuando tuve que admitir que había salido por la puerta posterior para evitar a un par de mujeres que ya no me interesaban, note la mirada reprobatoria de mi madre, pero era la verdad.

Hubo preguntas en las que me pidieron hablar un poco de las medidas que el FBI había tomado, fue concreto sin entrar en detalles, ya que sabia que los medios de comunicación estaban intentando averiguar quien era la mujer que se había mantenido a mi lado durante ese tiempo y porque ella había dejado el caso cuando había regresado a la ciudad, pero eran detalles que no le daría a la prensa, estaba protegiendo la privacidad de Bella.

Logre respirar con tranquilidad cuando dejaron de preguntarme y pude regresar a mi asiento junto a mis padres.

—Bien hecho. —me susurro mi madre.

—Estamos orgullosos de ti. —le sonreí a mi padre.

Escuchamos atentos lo que sucedía y como lo que había dicho parecía que había sido suficiente para que pudieran tomar un veredicto, además de que la declaración de Alec demostraba su culpabilidad.

Pero para mi sorpresa, hubo un testigo más que podía colaborar que Alec había seguido las órdenes de James, ya que este lo había escuchado. En el estrado estaba Andrew mi asistente al que pensaba había sido el que me había vendido, pero me sorprendió saber que el no tenia nada que ver y si había huido solo había sido para protegerse y evitar que Alec o algunos de los hombres de James lo encontrara y terminaran con él, pero la que me había vendido era Anna mi secretaria. Estaba sorprendida ante la declaración pero ahora que lo decía tenia sentido, solo ella había podido tener acceso al mensaje que le envié a mi asistente y ella fue la que le aviso a Alec cuando me marchaba a casa en su ultimo intento por asesinarme.

Ahora que sabía que Andrew no tenia nada que ver me sentía mas tranquilo, era un hombre en el que había confiado y sabía que podía seguir haciéndolo. Después de este incidente tendría que revisar minuciosamente la gente que trabajaba para mi, no podía tener personal en el que no pudiera confiar. La confianza era lo mas importante y ahora que lo comprendía, entendía por que Bella había estado tan molesta con lo que había echo, la había traicionado después de todo lo que habíamos vivido juntos. Pero las cosas cambiarían.

El jurado se retiro para tomar su veredicto y la sala se lleno de murmullos, el juez mando callar nuevamente cuando algunos de los presentes comenzaron a arremeter contra James que había perdido su color y sabia que el veredicto solo era uno. Varias de las personas que estaban ahí, tenían derecho a estar molestas y esperar que James recibiera su merecido, había algunos familiares de victimas de ese hombre despiadado que no le había importado nada solo quitar de su camino a todo aquel que se había metido en su camino y que había amenazado con destapar sus negocios turbios.

En menos de diez minutos el jurado regreso a su sitio y le dio su veredicto al juez que lo declaro culpable. James grito y se levanto de su sitio, pero fue detenido por los guardias y el juez lo obligo a permanecer en su sitio para escuchar su castigo. James se desplomo en su silla y la sala de lleno de vitoreó cuando se proclamo la pena de muerta que seria llevada acabo en solo un par de días.

Cuando salimos de la sala, agradecí que Jacob me acompañara a llegar fuera del edificio para evitar que los periodistas se me acercaran. Mis padres quisieron que me fuera con ellos, pero yo me fui por mi lado ya que les había dicho que tenía un par de cosas por hacer.

Apenas estar en la camioneta le di la dirección de Bella a mi chofer que emprendió camino hacia el edificio de Bella, fue en ese momento que me di cuenta de que no sabía perfectamente lo que le diría cuando estuviera frente a ella. Debía de prepararme a un rechazo, ella estaba muy molesta y dolida la última vez que nos habíamos visto.

—Es aquí Señor. —mire el edificio que estaba frente a donde mi chofer se había estacionado.

Uno de mis guardaespaldas me ayudo a salir y con trabajo logre llegar al ascensor que me llevo hasta el ultimo piso donde estaba el departamento de Bella, me acomode el saco y llame a la puerta un par de veces pero nada sucedió, la llame pero nada cambio.

—Hola. —me gire y vi a un niño que mantenía una pelota en sus manos y me miraba.

— ¿Sabes que la chica que vive aquí estará en casa?—pregunte

—Bella debe de estar tratando de atrapar gente mala. —le sonreí al niño y revolví su cabello agradeciéndole por du información.

En vez de ir a casa de mis padres fui hasta las oficinas del FBI rogando porque estuviera en su oficina y al fin pudiéramos hablar.

El estar en ese sitio me hizo recordar la charla que había tenido con sus superiores, una chica amablemente me indico cual era la oficina de Bella, con trabajo e ignorando las miradas que se posaban en mí, llegue hasta la puerta que estaba cerrada y sonreí al escuchar ruido detrás de esta. Al fin la había encontrado y podíamos aclarar un par de cosas.

—Bella, necesito que me…—me detuve al ver que la que estaba en la oficina no era mi Bella, era otra mujer que se había ruborizado. — ¿tu quien eres?

—Mi nombre es Ashley.

— ¿Donde esta la agente Swan? —me apoye por completo en las muletas.

—Ella esta fuera de la ciudad.

— ¿Que haces en su oficina?

—Fui su remplazo mientras ella estaba suspendida.

—Eso quiere decir que recupero su trabajo. —no pude contener la alegría en mi voz.

—Volverá en unos días, pero no se cuando será exactamente. —la chica me dio la espalda y aunque trate de sacarle información no dijo absolutamente nada ya que decía no saber nada, además me aseguro que conocía muy poco de Isabella.

Estaba decidido a encontrar a Bella, no importaba lo que tuviera que hacer por verla de nuevo, ahora ya nada podía impedir que pudiéramos estar juntos. Subí a la planta más alta donde esperaba poder hacer que uno de los superiores me dijera donde podía encontrar a Bella.

La secretaria me dedico una sonrisa y parecía realmente avergonzada cuando me informo que nadie me podía recibir ya que aun estaban en el juzgado asegurándose de que nada saliera mal con James, me deje caer en el sillón para descansar un poco.

— ¿Se encuentra bien? —pregunto con evidente preocupación y yo solo negué. —¿Puedo ayudarlo en algo?

—Solo si me pude decir donde encontré a la agente Swan. —solté pasando una mano por mi rostro.

—Sabe que nos esta prohibido dar esa clase de información. —asentí sin verla, me sentía derrotado pero debía de encontrar la manera de dar con ella y poder disculparme por lo que había echo.

Me levante sin decir una sola palabra y me dirigí al ascensor, espera que este llegara y entre, me quede apoyado en la parte posterior y mantuve mi mirada en el suelo, pero justo cuando las puertas se cerraban fueron detenidas y vi a la secretaria que me extendía una hoja.

—Creo que esto te puede ayudar, pero nadie debe de saber que lo supiste por mí. —lo tome y antes de que pudiera agradecerle se alejo dejando que las puertas se cerraran y yo pudiera leer la dirección que me había dado.

Para mi mala suerte no pude viajar en al menos dos días, tuve que convencer al medico de que era un viaje que debía de hacer y que las muletas eran un gran estorbo. La bota que utilizaba también era molesta y bastante fea, pero al menos podía moverme con mayor libertad y finalmente estaba por ir por Bella. El viaje a Montana no fue muy largo, pero me perdí de camino a Harlowton, mi chofer hablaba sobre el lugar e intentaba ser amable, pero yo estaba sumido en los recuerdos y pensando en la hermosa mujer que estaba a punto de volver a ver.

No era un pueblo muy grande y solo fue necesario preguntar a una persona para que nos dijera donde era que Vivian los Swan. Tomamos un camino de tierra que estaba justo después de una curva, unos minutos después estábamos llegando a una casa de dos plantas bastante grande y muy hermosa, pero lo mas impresionante era ver la enorme sección de tierra que les pertenecía, había hombre trabajando en las cosechas, y otros cuantos estaban cuidando a los animales. Le ordene que se detuviera y baje al ver a un hombre que estaba en la entrada de lo que parecía ser un establo.

— ¿Puedo ayudarlo? —pregunto el hombre que me vio de arriba abajo y acomodo su sombrero de paja.

—Busco a Isabella Swan.

— ¿Compañero de trabajo? —asentí tratando de ocultar que mentía. —Salió a cabalgar hace un rato, pero supongo que esta por llegar. La puedes esperar en el establo que esta al final de esta camino.

Mire el camino que me señalaba y asentí, le agradecí y me dispuse a llegar hasta el lugar que me había indicado, cuando estaba cerca me quede paralizado. Ella iba caminando con las riendas en una de sus manos y tiraba de un caballo blanco que iba detrás de ella, me quede sin aliento al notar que la manera en que la recordaba no le hacia crédito a como se veía en ese momento: unos jean ajustados, una blusa de cuadros que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y su cabello lo llevaba sujeto en una coleta.

BVOP

Estar en la ciudad era una pesadilla, cualquier lugar al que volteara me encontraba con el rostro de Edward y en la televisión, la radio y hasta internet hablaban de él. Quería verlo y saber que estaba bien, pero sabia que de hacerlo mi trabajo se vería aun mas comprometido, por lo que sin pensarlo mas fui al medico para una evaluación y me quitara el molesto collarín y me diera la autorización de viajar. Cuando obtuve el permiso de mi medico, hable con mis superiores que aseguraron no abría problema ya que no estaba en servicio y que sabían donde contactarme cuando llegaran a un veredicto de mi situación.

Cuando llegue a casa, me debatí un par de minutos si había sido buena idea, era verdad que extrañaba a mis padres y estar en la tranquilidad del campo, pero sabia que estando ahí mis padres comenzarían a sospechar y era seguro que estarían decepcionados cuando les dijera la razón por la que me habían suspendido y que lo mas seguro es que no quedara solo en una suspensión, si no que mis años de trabajo no servirían de nada y me echarían de la agencia y no tendría mas opción que volver a casa y hacerme cargo del negocio familiar.

Tome una enorme bocanada de aire y justo cuando toque la puerta escuche que me llamaban y de inmediato unos brazos me rodearon.

—Belly. —apreté los labios para evitar que saliera una exclamación de dolor.

Me dejo nuevamente en el suelo, acuno mi rostro y me dio un par de besos.

—Te he extrañado mucho papa. —lo envolví en mis brazos y deje que la calidez de su abrazo me reconfortara un poco.

—No la acapares Charlie Swan. —la voz de mi madre fue audible y el golpe que le dio a mi padre en el hombro hasta mi me dolió.

Mi madre antes de abrazarme me evaluó rápidamente con la mirada, apretó los labios y negó con la cabeza, pero me abrazo con cuidado y me susurro un me alegra saber que estas a salvo y que nada malo te sucedió.

Me ayudaron a meter mis pocas cosas y descubrí que mi habitación seguía exactamente igual que como la había dejado la última vez que había estado en esta casa. Hablamos de cosas sin mucho sentido y solo nos poníamos al corriente de lo que habíamos estado haciendo, sabía que mi madre se moría por saber en la misión que me había visto envuelta y que me había dejado con un par de rasguños, pero agradecía que no lo hiciera ya que no estaba preparada para ver la manera en que se entristecían al darse cuenta de que no era la chica que ellos pensaban habían criado.

Pero tres días después mientras estaba recargada en una cerca de madera observando a los caballos moverse en la extensa área de pasto, le di un sorbo a mi café cuando sentí la presencia de alguien junto a mí.

—Puedo saber que es lo que te tiene así.

—No es nada mamá. —evite mirarla.

Paso un brazo por mis hombros y me pego a su cuerpo, deje que la taza cayera y la abrace permitiéndome llorar, solo acaricio mi espalda y susurro palabra de aliento.

—Lo siento. —limpie mis mejillas con el dorso de mi mano

—Que es lo que sucede cariño.

Me deje caer sobre el césped recargada en la cerca al tiempo que ella hacia lo mismo. Eche la cabeza hacia atrás y comencé a contarle todo, desde lo que había sucedido en el bar, no entre en detalles y solo le dije "y sucedió" algo que ella comprendió y agradecí que no dijera nada, me dejo terminar antes de decir que es lo que pensaba.

—Es un comportamiento que no me esperaba de ti, pero es algo de lo que no te debes de culpar solo tú, para que las cosas llegaran tan lejos se necesitan de dos. —apretó mi mano. —Se que estar en el FBI ha implicado un gran sacrificio y el que puedas perder tu empleo te tiene consternada, pero veras que las cosas se solucionaran de la mejor manera.

—Me tienen suspendida. Rompí muchas reglas, algunas de ellas se pueden pasar y solo recibir un castigo menos, pero el echo de que me involucrara con un testigo es algo imperdonable, por mi culpa la misión casi fracasa…

—Détente. Hasta donde comprendí fue el quien llamo a su oficina fue por el que los encontraron y tu no tienes nada que ver.

—Lo hizo un día que yo no estaba ahí para vigilarlo y…

—Algo debes de entender Isabella Swan, tu lo estabas protegiendo y cumpliste con tu trabajo, si el hubiera sido un poco consiente se hubiera dado cuenta de que ponerse en contacto con alguien les traería problemas. El idiota aquí es él y, tu no puedes culparte por lo que el hizo. Tú cumpliste con tu trabajo y lo demostraste defendiéndolo de ese asesino. — me dio un golpecito en el brazo que me dolió. — ¡Hasta cuando dejaras de ponerte en peligro!

—Es mi trabajo y esta misión era muy importante, me darían un gran ascenso. — abrace mis piernas y apoye mi barbilla en las rodillas. —Pero ahora creo que perderé mi trabajo.

—Sabes que nunca estuve de acuerdo en que llevaras ese estilo de vida tan arriesgado y…—iba a protestar como siempre lo hacia para ella levanto la mano para indicarme que la dejara terminar. — sabes que siempre intente que volvieras con nosotros, pero ahora que te veo afligida comprendo que tu trabajo es tu vida y que seria muy egoísta de mi parte el seguir insistiendo que lo dejaras. No me gusta que te expongas de esa manera y nunca lo estaré, pero ahora solo puedo rogar porque nada malo te suceda. Además de que no creo que en la agencia se arriesguen a perder a una chica tan entregada como tu.

—Gracias por aceptar lo hago, aunque sea un poco tarde pero significa mucho para mi mamá. —la abrace.

—Te quiero mi pequeña Bells, y si no aceptaba lo que hacías era por que siempre que sabia que estabas en una misión no podía evitar el preocuparme. Pero seria muy egoísta que no te dejara hacer lo que te gusta, solo puedo decirte que cuando regreses tengas mucho cuidado en tu trabajo.

—Ya no se si regresare.

—Deja de preocuparte, se que en un par de días te llamaran para decirte que debes de regresar y todo esto solo será una experiencia que te ayudara a ser aun mejor en tu trabajo.

—Mis chicas ya están despiertas. —levante mi rostro y vi a mi padre que se acercaba con una sonrisa. —sucede algo. —pregunto colocándose en cuclillas y acariciando mis mejillas.

—Fue solo una conversación de chicas. —dijo mi madre poniéndose de pie. —Voy a hacer el desayuno.

—Nosotros daremos un paseo por los alrededores, creo que alguien puede demostrar que el estar en la ciudad no ha afectado sus raíces y aun recuerda como cabalgar.

—Aunque viva en la ciudad sigo siendo una chica de campo papá. —acepte su mano y me puse de pie, levante la taza y se la entregue a mi madre.

—No tarden demasiado.

El estar recorriendo los alrededores me hizo recordar por que de pequeña amaba salir con mi padre, porque muchas veces había elegido estar en el campo que salir con las chicas de mi clase que no hablaban de otra cosa que no fueran chicos o cosas que quisieran comprar.

Disfrute de estar de regreso, había cosas que habían cambiado y algunas de ellas las había olvidado pero no me tomo mucho tiempo el recordar y disfrutar de las tareas, pero lo mejor era el estar con mis padres, a mi padre no le había contado todo lo que había sucedido con Edward ya que mi madre no lo creyó conveniente, pero el saber que no me juzgaban y que me aceptaban tal cual me hizo sentir bastante tranquila.

Perdí la noción del tiempo y como lo había dicho mi madre me llamaron de la oficina. Estaba viendo como Rupert entrenaba a un par de caballos que habían comprado, estaba riendo al ver que se estaba exasperando al no lograr que los animales le hicieran caso.

—Bella, tienes una llamada de New York. —grito mi madre y basto eso para correr a casa y tomar el teléfono.

—Si. —dije de manera entrecortada ya que el aire me estaba hacienda falta.

—Hola Bells. —sonreí al escuchar la voz de Demetri.

—Que alegría escucharte Dem ¿esta todo bien?

—Claro que lo esta, solo llamaba para decirte que en una semana tienes que presentarte en la oficina de Aro.

— ¿Tomo una decisión? —pregunte apretando el auricular y sintiendo un escalofrió recorrer mi cuerpo.

—La tomo Bells. —su tono de voz no me indico absolutamente nada, el sabia como ocultar sus emociones y mas conmigo que sabia que las podía leer fácilmente.

—Puedes decirme cual fue. —pase mi peso de un pie al otro impaciente, soltó un suspiro y mi sangre se helo la sangre que al parecer la respuesta no era muy grata y que finalmente habían decidido el despedirme, había sido muy tonta en creer que no lo harían. —Lo entiendo y estaré ahí en una semana para ir por mis cosas.

Una risa estridente se escucho y no comprendí como podía ser tan cruel para hacerlo.

—Bells, sigues siendo una agente. Comprendieron que eres una parte esencial del equipo y saben que seria un grave error de su parte el dejarte fuera.

—Pero lo que sucedió con Edward…

—Un desliz que esperamos no se repita, pero ellos comprendieron que a cualquier le puede suceder, alguien les hizo ver las cosas de manera diferente y comprender que no fuiste la única culpable de lo que sucedió. Solo relájate y disfruta de estos días con tu familia.

—Gracias Dem. —mi cuerpo se había relajado y estaba sonriendo al saber que no había perdido mi trabajo.

—También te llamo para decirte que el juicio se adelanto y será el miércoles. Me tengo que ir ya que parece hay una emergencia.

—Gracias de nuevo.

Me había mantenido alejada del televisor y de todo lo que me pudiera recordar a Edward, pero ahora que sabia que el juicio se había adelantado estaba contenta de saber que había llegado al final y no se había convertido en uno mas de las victimas de ese despiadado hombre que lo había intentado sacar del camino.

Me mantuve fuera de casa ya que no quería pensar en él, así que estando ocupada lo haría lo menos posible. Por la noche después de una ducha baje a cenar pero no estaban mis padres en la cocina si no estaban frente al televisor.

— ¿Que es lo que sucede? —pregunte al ver el rostro sorprendido de mi madre

Me tuve que sentar al escuchar que había habido un nuevo intento para asesinar a Edward, pero que gracias a su escolta y los agentes del FBI había logrado salir vivo pero que había sido herido más no de gravedad. Mi estomago se contrajo y me lleve las manos a la boca.

—Esta bien pequeña, siempre puedes llamar a Jacob. —levante el rostro y vi la sonrisa de mi madre.

Intente aparentar que no me importaba y aunque estaba conversando con mis padres de otra, solo me preguntaba si Edward estaría bien, durante la noche estuve inquieta y al no poder dormir llame a Jacob que me aseguro que estaba bien, que la herida no era grave pero que lo habían dejado en el hospital con un grupo de agentes en los cuales estaba Demetri, que habían atrapado a Alce y que este había rendido su declaración.

El día el juicio me mantuve frente al televisor, estaba nerviosa. Mi madre se sentó junto a mi y apretó mi mano cuando noto que me había tensado y no lo había echo por que había comenzado si no porque en la pantalla había aparecido la imagen de Edward.

El escuchar su declaración y la manera en la que relataba los hechos de manera concreta y cuando le preguntaron de mi el no revelo mas de lo esencial y agradecí que en ningún momento revalora mi identidad, ya que sabia que la prensa había estado intentando saber quien era la chica que había estado con el por esos meses.

Lo que mas me sorprendió fue ver a su asistente que resulto ser inocente como Edward lo había asegurado y había sido su secretaria la que lo había vendido y ahora ella también se enfrentaría a un juicio por vender a Edward. Me sentí aliviada cuando dieron su veredicto, muchas personas estarían tranquilas al saber que James … jamás volvería a perturbar su vida, pero sabia que afuera aun había mas criminales que eran igual que este hombre.

Al terminar la trasmisión apague el televisor y no pude evitar suspirar, todo había terminado y finalmente cada uno debía de volver a su vida, había llegado el momento de dejar atrás todo lo que habíamos vivido juntos. De nuevo la seria ese Playboy que la prensa amaba y yo me convertiría en la agente que siempre había soñado, al final de cuentas cada uno estaba bien.

—Creo que deberían de hablar, se que aun hay cosas que deben de decirse. —me dijo mi madre revolviendo mi cabello.

—No hay nada de que hablar mamá, lo que sucedió no debe de importar…

—Una cosa es lo que sale de tu boca y otra muy diferente lo que realmente sientes, por si no te has dado cuenta lo quieres y es en parte lo que te ha tenido algo retraída, se que aparentas estar bien pero cuando no te das cuenta aparece un mirada triste y se nota que lo extrañas.

—Ya se me pasara.

Unos días después, había salido a pasear por los terrenos de la familia. Era agradable sentir como el viento golpeaba mi rostro, pero mire mi reloj y noté que ya era hora de regresar ya que mi madre no perdonaba que no llegara a desayunar a la hora que ella tenia establecida.
Iba de camino al establo donde mi caballo descansaba y vi a un hombre que se a figuraba a Edward, solo sonreí ante mi estupidez, era imposible que el hubiera viajado hasta Harlowton, además para que lo haría. Tuve que mover mi rostro al ver que no era una ilusión y que si era Edward el que estaba mirándome y sonriendo de una manera encantadora, no era esa sonrisa que utilizaba para las revistas si no la sonrisa que solo era para mi.

—Hola Bella. —me detuve a una distancia prudente y cuando el se comenzó a acercar yo si un paso hacia atrás chocando con mi caballo que se movió. — Tienen una granja enorme y en excelentes condiciones.

—Gracias. — note a Rupert acercarse, saludo y se llevo a copito para que descansara después del paseo.

Note que llevaba un bota especial y como evitaba apoyarse demasiado en esa pierna.

— ¿Podemos hablar?

—Creí que lo hacíamos. —me encogí de hombros.

—Se que estas molesta y tienes razón para estarlo, pero estoy aquí porque quiero solucionar las cosas entre nosotros.

—No hay nada entre nosotros. —corte

— ¿Que no hay nada? —gruño

—Se que lo que paso entre nosotros no significo nada, si estas aquí para pedirme que no le diga nada a la prensa y que tu estatus de Playboy se vea intacto, tenlo por seguro.

—No vine a eso Bella, yo…—iba a protestar pero el fue mas rápido y cubrió mi boca. —Solo quiero que me escuches.

—Si no tengo más alternativa. —cruce los brazos y apoye mi peso en el pie derecho.

—Se que fui un estúpido y que por mi culpa Alec dio con nosotros, se que confiaste en mi y yo solo te traicione. —solo murmuro un obviamente que el escucho pero no dijo nada. — Quiero que sepas que lo que sucedió entre nosotros no fue solo una aventura, puede que al principio intentara seducirte para demostrarte que no eras inmune a mí.

—Eres un estúpido. —intente golpearlo pero el detuvo mi mano, sabia que podía mandarlo al suelo cuando quisiera, pero estaba herido y no quería lastimarlo mas. Que me estaba pasando.

—Ya te dije que fue al principio, pero solo fue cuestión de tiempo para darme cuenta de que eres una chica diferente que vale la pena. — sus palabras me sorprendieron y no evite que me envolviera en sus brazos, sonreí cuando al tomar aire su aroma particular me envolvió. — Todo lo que pasamos juntos fue real. Tú me enseñaste a ser mejor, me permitiste conocer partes de mí que yo desconocía, me enseñaste que los lujos no son lo más importante y que la vida simple es mucho mejor.

—No juegues. —murmure mirándolo a los ojos.

—No estoy jugando Bella, la primera vez que estuvimos juntos fue maravillosa pero las demás aun mejores, también cuando te dije que Todas la noches anteriores habian sido una perdida de tiempo despues de estar contigo era verdad. —su frente choco con la mía— te he extrañado.

—Creo que lo que extrañabas era otra cosa. —pegue mi cuerpo al suyo haciéndolo contener la respiración. —Extrañabas el contacto físico, pero no olvides que ya esto termino y puedes tener a la mujer que quieras.

—Te quiero a ti, por eso estoy aquí.

— ¿Porque yo?

—Ya te lo dije cariño, tu eres la chica que había esperado. No eres la típica mujer que solo cuida su apariencia, eres inteligente, decidida y no tienes miedo a decir lo que piensas. Eres una mujer digna de admiración y tienes la mía.

—Deja de mentir, se que estas hacienda esto para que regrese a tu cama, sabes como hablar para envolver en tus mentiras y conseguir lo que deseas. Ya me lo demostraste una vez, me hiciste creer que podía confiar en ti y hasta me deje llevar pero solo fue una aventura y estoy consiente de eso.

Sus labios rozaron los míos y solo pude dejar escapar una pequeña exclamación. Me apretó mas contra su cuerpo y se adueño completamente de mi boca, se movía de manera lenta dejándome disfrutar de su suavidad y el sabor dulce que se desprendía de sus labios, su lengua acaricio mi labio superior pidiendo permiso para entrar uno que no dude en permitirle y cuando lo hice envolví mis brazos en su cuello y no pude evitar gemir del placer que estaba sintiendo. No comprendía como un simple beso lograba despertar tantas sensaciones en mí, como él era el único que lograba hacerme perder la cabeza y olvidarme de donde estaba y que debía de estar molesta con él.

Cuando nos separamos sentí mis labios hinchados pero extrañaba que estuvieran en contacto con los de él.

—Dime de que manera te demuestro que estoy arrepentido por lo que hice y que lo que mas deseo es una oportunidad. —abrí los ojos lentamente, su mirada reflejaba que sus palabras eran verdad, que estaba arrepentido.

— ¿Porque lo hiciste? —pregunte enredando mis dedos en el cabello de su nuca.

—Quería alejarme de ti. —abrí los ojos y antes de que dijera algo me dio un pequeño beso en los labios. —Ya representabas un problema para mí, ya no era solo un juego. Por eso intente hacer las cosas como tu deseabas, te ayudaba sin protestar, estaba intentando demostrarte que no era ese playboy mimado que llego al principio, si no un hombre al que podías darle una oportunidad.

—Esto es tan complicado, no podemos estar juntos. —dije con pesar.

—Entiendo que antes era imposible porque eras encargada de mi protección, pero eso termino y ahora podemos estar juntos cariño. Ahora solo somos nosotros y el que tengas una relación conmigo no debe de interferir con tu trabajo, el FBI ya no tiene nada que ver conmigo.

—Tienes razón, pero aun hay cosas que nos separan. —suspire e intente alejarme pero me lo impidió— Venimos de mundos diferentes, puede que nos acopláramos mientras fingíamos ser un matrimonio, pero esto es diferente, yo soy una agente del FBI y tu un empresario exitoso, somos como el agua y el aceite.

—Porque te empeñas en poner obstáculos entre nosotros, no puedes asegurar que no funcionara sin intentarlo. Danos una oportunidad, deja que te demuestre que esto funcionara y que tenemos un futuro juntos.

—Pides demasiado. —mi voz salió entrecortada.

—No lo hago. Te quiero, tontita.

—Pero somos de mundos diferentes.

—Quien dijo que eso es un impedimento, te recuerdo que hasta ahora el ser diferentes es lo que nos atrae, eres la mujer que sabe como controlarme y hacer que mantenga los pies sobre la tierra, la única que se ha atrevido a decir lo que piensa sin dejarse intimidar.

—No puedo arriesgarme, no puedo aceptar estar junto a ti cuando no confió en ti. —sus brazos abandonaron mi cuerpo y de inmediato sentí que algo hacia falta.

—¿No confías?

—Como hacerlo después de lo que fuiste capaz de hacer.

—Ya te dije por que lo hice, se que no es una justificación pero quiero que entiendas que lo que sentía en ese momento me cegó y me llevo a hacer una tontería, no podía aceptar que tu te habías convertido en alguien tan importante para mi.

—Tengo miedo, por primera vez tengo miedo a arriesgarme. —su mirada se suavizo y una sonrisa apareció en sus labios.

—Yo también lo tenía pequeña. Cuando venia hacia aquí no sabía si me dejarías hablar contigo o me echarías sin escucharme, pero al verte supe que haría todo lo que estuviera en mis manos para convencerte de que te quiero y quiero que estemos juntos.

— ¿Juntos? —agache la cabeza y murmure mas para mi que para él.

—Si cariño. —levanto mi rostro y me regalo una hermosa sonrisa.

Me beso nuevamente pero cuando pretendía envolver mis brazos en su cuello rompió el contacto y yo lo mire sin comprender, me guiño un ojo y noté como metía su mano en un bolsillo que estaba en el interior de su chaqueta, me lleve las manos a la boca cuando note la pequeña cajita de terciopelo negro que sacaba.

—Es una broma. —negó abriendo la cajita y mostrando un hermoso anillo con un enorme diamante Amarillo.

—Mi pierna no me ayuda mucho, por lo que espero que no te moleste que lo haga de la manera que suele hacerse. —me sonrió de manera nerviosa. —El tiempo que pasamos juntos no fue muy bueno en un inicio pero después fue magnifico y se que nuestra vida juntos será perfecta, en ti encontré a la mujer que sin saber había estado esperando y ahora que te encontré no estoy dispuesto a perderte; quiero que estés junto a mi, que seas mi amiga, la mujer que me mantenga con los pies sobre la tierra, que me diga las cosas que debo de escuchar, que se divierta conmigo, que sea mi amante y mi compañera el resto de…

—No lo digas, por favor. —me miro de manera interrogante.

Le quite la cajita de las manos, acaricie el diamante amarillo con la yema de mis dedos sin poder evitar sonreír, levante la mirada para ver el desconcierto en su mirada.

— ¿Quieres ser mi esposa?

—No. —abrió muchos los ojos y note como el color abandonaba su rostro.

—Tu declaración fue muy hermosa Edward, pero creo que aun es algo precipitado. Creo que antes de que podamos comprometernos debemos de conocernos mejor y ver si esto realmente funcionara. —cerré la cajita y se la entregue.

—Eso quiere decir que no es un NO definitiva. —asentí haciéndolo sonreír.

—Puede que en varios meses más, puedas hacerlo de nuevo, si aun lo quieres, si esto funciona. —guardo la cajita en el bolsillo nuevamente y me volvió a abrazar.

—Funcionara cariño, te demostrare que juntos somos perfectos. —sonreí acunando su rostro y me levante de puntillas para rozar sus labios.

—Es tu última oportunidad, no la desperdicies. —sentencie de manera seria y luego sonreí. —Sin presiones.

—Claro pequeña, sin presiones. —dijo sarcásticamente. — ¿Te devolvieron tu trabajo? —pregunto al tiempo que quitaba la liga de mi cabello para que cayera como una cascada de rizos, la manera que a él le gustaba.

—En un par de días debo de volver a New York.

—Que dices si antes de regresar a la ciudad vamos a visitar a unos viejos amigos, además de que tienes que dar tu opinión en unas reformas. —enarque una ceja. —Quiero que comencemos a hacer cosas juntas y esta será la primera como pareja, lo que me recuerda que no te lo he pedido.

—Ya no hace falta. —lo bese nuevamente para después envolver mis brazos en su cintura. — ¿A dónde iremos?

—Forks. —sonreí al recordar a nuestros amigos. —Quiero ver si Emmett consiguió entrar al equipo de los Gigantes de New York, hable con el entrenador y le conseguí una oportunidad, además de que hice que la empresa contactara a las chicas para que hiciera unas reformas en todas las oficinas de las empresas Cullen. Pero antes harán unas enormes reformas en una nueva propiedad que adquirí.

—Me alegro de que utilices tus influencias para ayudar a otros, ellos se merecen cumplir sus sueños.

—Compre la casa en la que vivimos.

—Pero si la odiabas.

—Al inicio, pero ahora me trae muy buenos recuerdos. Un arquitecto verifico la estructura y solo tendrá que hacer un par de cambios, y cuando termine en un par de semanas las chicas la decoraran, pero es por eso que tienes que ir. —enarque una ceja ganándome un beso en la nariz. —Es tu casa, las escrituras estarán a tu nombre y quiero que este decorada a tu gusto.

— ¿Me estas regalando una casa? —pregunte con incredulidad y el asintió con orgullo. —No puede regalarme una casa.

—Ya lo hice cariño, además es solo una casa. —se encogió de hombros.

— ¡Dios, tienes tanto que aprender! No me gustan las cosas caras y mucho menos esta clase de regalos, quiero una relación normal.

—Y lo es. —negué haciéndolo rodar los ojos.

—Lo normal es que te den flores, chocolates. Pero no una casa, si vamos a estar juntos e intentar que las cosas funcionen debemos de encontrar un equilibrio, tu debes de tratar de comportarte como un hombre común y no como el Playboy millonario que eres, y yo intentare acoplarme un poco a tu mundo, mas te advierto que no cambiare. —le dije señalándolo con mi dedo y con una mano en la cintura, el solo asentía sonriendo.

—No te arrepentirás. — dijo con una enorme sonrisa. "Yo también lo espero" pensé.

Me abrazo nuevamente para hacer que me perdiera en la suavidad y el dulce sabor de sus labios, cuando había creído que terminaba esto apenas comenzaba y seria un reto que estaba dispuesta a enfrentar.

…Continuara…

Secuela: 

"Mi nueva vida con un playboy"


Gracias por continuar leyendo mis locuras

11 comentarios:

  1. Tal como lo pense, me gusto muchisimo!!!! Me voy por la segunda parte, muchas gracias Titi ^^

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    1. Que bueno que cubrió tus expectativas ;) y gracias por tu comentario.

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  2. Aww qe final tan romntico :3 , pero se te escapo el peueño detalle de dpnde quedaron las muletas cuando se besaro (aclaracion: no te estoy criticando ni nada por el estilo, me encanta tu forma de escribir solo es una obserbacion :3 ) ; la verdad se me hizo muy cortito, tan buena que estaba, lo bueno es que tiene secuela

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    1. Ups! tengo que revisar eso, las muletas no pueden desaparecer así nada mas. Tu entiendes que cuando uno escribe se le escapan ciertas cositas y aun cuando lo lees no reparas en esos detalles porque tu lo estas visualizando y hay veces que se olvida mencionarlo, como parece ser el caso.

      Saludos!

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  3. La ame la primera vez q la lei fue en fanfiction y me quede en el capitulo 3 pero todas tus historias siempre son muy buenad que bueno que aya escritoras tan buenas como tu lo unico que sgo es reverenciarme ante ti jejeje saludos y sigue asi a y gracias x regalarnos a nosotras las lectoras historias de calidad

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    1. Gracias a ti por leerlas, y sobre todo por dejarme saber que es lo que te parece, como siempre lo digo, esa resulta ser mi única paga.

      Que tengas un excelente inicio de semana!

      Saludos!

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  4. Omaigooooooooooooooooooooood! Estoy enganchadisima con este fic DIOSS!! :3 Ese Edward tierno es taaaaaaaaaaaaan violable!! Me encanta!!

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  5. Realmente increíble!!! Te felicito, escribes de una manera que me mantuviste siempre al borde, la trama es genial!!!

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  6. Ame la historia es increible, no me pude despegar de la pantalla leere la secuela. Es maravillosa y unica, esta historia es simplemente perfecta. ♡♥
    A-Cipriano Cullen

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  7. Ame la historia! No puedo creer que la encontrara hasta ahora, en pleno 2020 eres muy buena escritora ♥

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    1. Gracias NenitaCullen, saber que la disfrutaste es mi unica recompensa.
      Saludos y espero pronto tengan algo nuevo.

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