La misma urgencia del día
anterior volvió a aparecer solo que esta vez Edward se levantó detrás de mí
cuando me vio saltar de la cama sin previo aviso, había alcanzado a cerrar la
puerta prohibiéndole el acceso y que me viera en ese estado tan deplorable, me
miré al espejo notándome más pálida y más ojerosa que los días anteriores.
— ¿Bella, estás bien? —escuché
su voz detrás de un par de golpecitos.
—Sí, creo que algo que comí no
me cayó bien— era una excusa de lo más pobre que no podría seguir utilizando,
tenía que decirle la verdad, pero no sabía cómo hacerlo, él me había dejado en
claro con sus comentarios que no sentía nada por mí, yo solo era su compañera y
con la que podía disfrutar de unas excelente noches. Sacudí mi cabeza y regresé
a la habitación, me escudriñó con la mirada.
—Creería que fue que algo te
cayó mal si no fuera porque ayer también lucías enferma, creo que deberíamos ir
al hospital.
—No es nada, ya se me
pasará—moví ligeramente la mano en un gesto que restaba importancia, me vio por
unos segundo para después entrar al baño y darse una ducha.
Elegí una falda amplia y una
bonita blusa a juego, me maquillé como normalmente lo hacía mientras observaba
por el espejo como Edward se abrochaba la camisa y hacía el nudo a su corbata,
fui hasta el armario para tomar mis zapatillas,pero un repentino mareo me atacó
obligándome a sostenerme de lo más cercano que tenía que para mi mala suerte
resultó ser mi esposo
—No estás bien—rodeó mi cintura
con una de sus manos y con la otra levantó mi barbilla para observarme
detenidamente—Estás mucho más pálida, amor.
—Estoy bien—me zafé de sus
brazos y fui por mis zapatillas, tomé mis cosas lista para bajar a desayunar,
pero él me tomó del brazo y me arrastró hasta su auto—Edward no hemos
desayunado.
—Ya es tarde, lo haremos en la
oficina—bufé, pero no dije nada. Observé el camino y noté que giraba hacia su
derecha en lugar de a la izquierda, tal vez un nuevo atajo, revisé que mi
maquillaje cubriera las ojeras y que al menos mi semblante luciera mejor. Me
giré para notar que este camino no nos llevaba a la empresa, nos llevaba a otro
lugar que me hizo quedarme paralizada.
—Espero que vayamos a la
empresa—apunté molesta.
—Después de que te hagan un
chequeo—se estacionó en el aparcamiento del Hospital.
— ¡No puedes tratarme como una
niña! Me sacaste de casa porque según tú era tarde, pero solo lo hiciste para
traerme hasta aquí!—chillé molesta intentado desabrochar el cinturón, pero éste
parecía estar atorado, él me ayudó liberándome.
—No necesito entrar al hospital
para que me digan nuevamente lo que me sucede—cerró la puerta y centro su
atención en mí.
— ¿Y qué es lo que tienes? — me
detuve para ver a las personas que pasaban cerca de donde estábamos, todos
caminaban a prisa, algunos hablando por teléfono, otros enviando mensajes y
otros simplemente iban caminando. — ¿Qué es lo que te sucede pequeña?
— ¿No es obvio? —lo vi pensar,
pero negó, lo dije tan rápido y tan bajo que él no escuchó lo que había querido
decir, su rostro era de confusión total.
—Puedes repetirlo, un poco más
alto— negué sin mirarlo, levantó mi mentón.
—Yo estoy… estoy— con la mirada
me indicó que continuara, tomé aire—estoy embarazada.
— ¿Embarazada? —su mano
abandonó mi mentón y la colocó sobre el volante y apretándolo hasta que sus
nudillos se volvieron blancos, sus labios estaban en una fina línea y mantenía
los ojos cerrados, su respiración había aumentado, estaba furioso. Mis ojos
comenzaron a arder, quería llorar, pero no lo haría delante de él, no le iba a
demostrar que me lastimaba su rechazo, apreté mi bolso y salí del auto
alejándome de él, detuve un taxi. Escuché mi nombre justo cuando el taxi
arrancó, en mi mente aparecía su rostro cuando le di la noticia, sé que no
había sido la mejor manera, pero no me había quedado otra alternativa.
Entre directamente a mi
oficina, comencé a trabajar o mejor dicho intenté hacerlo, pero me fue
imposible, no sabía qué es lo que iba a pasar ahora, me culparía por quedar
embarazada y me pediría que termináramos con esta farsa o se haría cargo de
nuestro bebé, cubrí mi rostro con mis manos intentando tranquilizarme antes de
ponerme a llorar, ¡malditas hormonas!
— ¿segura que estás bien?
—limpié mis mejillas intentando ocultar el rastro de las lágrimas, pero sabía
que era algo imposible con mi amigo que era demasiado suspicaz.
—Sí James, en perfectas
condiciones— respondí sin mirarlo, solo escuché cuando se sentaba en una de las
sillas, sabía que me estaba mirando— ¿que no tienes trabajo?
—Que mal humor, creo que
alguien se levantó del lado equivocado de la cama o no le fue muy bien anoche.
—Deja de decir estupideces y ve
a trabajar—gruñí apretando fuertemente el mouse.
— ¡Te peleaste con él!—se
levantó alzando las manos en señal de triunfo, al saber que había adivinado,
aunque esa no era la verdadera causa de mi estado.
—Déjame sola por favor—le
señale la puerta sin apartar la vista del monitor.
—Hablo en serio James, sólo
quiero estar sola, no estoy de humor para hablar con nadie.
—Ok, pero si necesitas algo
quiero que me llames, sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, eres como
mi hermana y no dejaré que nadie te lastime, conozco a algunos que pueden darle
un recordatorio a tu esposo— se acercó y besó mi frente.
Intenté concentrarme en lo que
estaba frente a mí, pero por primera vez los números y todo lo que estaba en el
monitor no tenían ningún sentido, la puerta se abrió de nuevo, tomé una
bocanada de aire para correr al intruso cuando sentí la silla girar dejándome
de frente al intruso.
—Vamos, hay cosas que hablar.
—¿Quién te crees que eres para
entrar sin llamar? —ahora sabía que venir aquí no había sido la mejor idea.
—Nos tomaremos el día.
— ¡Estás loco!, tengo
trabajo—aparté sus manos de mi cuerpo.
—Tienes dos opciones gatita
gruñona, primera te levantas tomas tus cosas y nos vamos, o segunda te cargo y
te llevo hasta el auto— apoyó sus manos en los brazos de mi silla.
—No te atreverías—entrecerré
los ojos.
—Claro que me atrevería y sabes
que lo haré— golpeé sus brazos cuando se ciñeron en mi cintura, me levantó sin
ningún esfuerzo y me colocó en su hombro como si fuera un costal.
—Bájame Cullen— golpeé su
espalda lo más fuerte que pode.
—Te lo advertí— parecía que se
estaba divirtiendo con lo que estaba haciendo.
—Eres un animal, ¿cómome haces
esto?, ¡Bájame! —caminó un par de pasos, escuché la puerta abrirse de golpe.
—¿Está todo bien?—escuché la
voz de mi amigo, lo que me puso más furiosa fue escuchar que contenía las ganas
de reír.
—Bájame ahora Edward, quiero
vomitar—lo golpeé con mayor desesperación ya que era verdad me dejó de nuevo
sobre el piso y yo corrí hasta el baño donde mi estómago se vació, en realidad
ya no había nada solo un sabor amargo en mi boca, me enjuagué intentando
desaparecer ese sabor. Miré mi aspecto enfermizo en el espejo, sin poder hacer
nada por mejorar mi apariencia regresé en donde sabía que estaría Edward y
James, pero me sorprendió al ver a mi papá.
—Solo vine a ver por qué
estabas gritando, Louis me informó que te escuchó algo alterada—con la cabeza
señaló la pared de la derecha.
—Éste que quiere que me tome el
día libre—señalé a mi esposo de manera despectiva intentando zafarme de su
agarre—pero yo tengo cosas que hacer.
—Edward ya me había informado
que se tomarían el día libre, y concuerdo con él, tienes que descansar, tú trabajo
lo puede terminar James.
—Claro yo me encargo—le lancé
una mirada asesina a mi amigo quien me ignoró.
—Ve a descansar y creo que ir
al médico no te iría nada mal— me besó mi padre entregándole a Edward mi bolso
y mi abrigo, me liberé del brazo de Edward y salí sin decir una sola palabra.
Esperé a que el ascensor llegara, Edward llegó antes de que las puertas se
cerraran, bajamos hasta el estacionamiento, tomó mi cintura y me guió a su
auto.
Me metí abrochando el cinturón,
se subió detrás del volante y salió rumbo a nuestra casa, pidió a una de las
chicas que me preparara algo ligero ya que parecía que mi estómago estaba
sensible.
Subí las escaleras y entréa
nuestra habitación, me quité las zapatillas y busqué algo cómodo que utilizar,
un short y una sudadera, al regresar ya me esperaba sentado en el borde de la
cama sin el saco y con la corbata en sus manos, pero la mirada fija en sus
zapatos. Me acomodé en mi lado de la cama dándole la espalda, así pasaron
varios minutos en los que ninguno dijo nada, un movimiento en la cama y después
el sonido de la puerta al cerrarse. Cerré los ojos intentando dormir de nuevo
pero no podía hacerlo, lo escuchéentrar de nuevo, pero fingí estar dormida.
—Sé que estás despierta— lo
ignoré hasta que sentí sus labios rozar los míos, me separéde manera brusca y
lo vi de cuclillas cerca de mí— tenemos que hablar.
—No hay nada de qué hablar, ya
me lo dijiste todo.
—Yo no dije nada—me senté
abrazando mi almohada, con ella cubría mi pecho y mi vientre.
—Lo hiciste—susurré sin mirarlo.
—Es algo inesperado, ¿cómo
esperabas que reaccionara?
—Esto no debió de pasar, no
debía de estar embarazada.
— ¿No quieres a ese
bebé?—entrecerró los ojos mirándome fijamente, una mirada que jamás había visto
y que me hizo estremecer.
—Suenas como una que no quiere
al pequeño que crece dentro de ella.
—Yo lo quiero, porque es mío
y…—estuve a punto de decir que también me importaba solo porque era una parte
de él, pero sería demasiado humillante además de estúpido conociendo sus
sentimientos—yo… yo jamás podría odiarlo.
— ¿Entonces por qué estás así?
—Tú no lo quieres, lo supe en
cuanto vi tu reacción ante la noticia, ¿qué es lo que sigue ahora Edward? —
pregunté mirándolo fijamente.
—¿Qué quieres decir con que
sigue?—en su rostro se leía la sorpresa de mis palabras.
—Terminaremos con esta farsa
por la llegada inesperada del bebé—mi voz se había quebrado, aunque quisiera
negarlo yo amaba a Edward, me había enamorado de él como una tonta y no veía de
qué manera podría vivir lejos de él.
— ¿Qué dices pequeña? — Me tomó
de la cintura y me colocó sobre sus piernas—Ya te dije que era algo inesperado,
creí que estabas tomando ciertas medidas.
—Fallaron— susurré haciéndolo
reír, lo observé un poco contrariada por su repentina reacción.
—Creo que ya me di cuenta de
eso amor—besó mi nariz— pero aun así quiero que sepas que yo sí quiero ese
bebé.
— ¿Lo quieres? — estaba
sorprendida ante su declaración.
—Claro que lo quiero, tienes
razón en decir que es algo inesperado, pero lo quiero— sonrió acercándose
lentamente hasta dejar descansar su frente sobre la mía.
— ¿No estás enojado por
arruinar las cosas?
—Bella, hablas como si yo fuera
un ogro o algo peor, claro que no estoy enojado por eso, ambos somos
responsables de que ésto sucediera, si quieres saberlo estoy feliz por saber
que vamos a ser padres, ahora solo hay que cuidarte a ti y a nuestro hijo—mi
corazón saltó al saber que él quería al bebé, estaba feliz de su llegada, pero
la felicidad se opacó un poco cuando me di cuenta de que él quería al bebé,
pero no a mí.
—El hecho de que esté
embarazada no me impedirá ir a trabajar, te lo advierto.
—Trabajamos en el mismo lugar,
así que puedo cuidarte— rodé los ojos y él sonrió.
—Edward — susurré, las palabras
habían salido de mis labios sin que las pudiera detener, sus ojos se posaron
sobre los míos dejando en claro su curiosidad, suspiré antes de hablar—Bésame.
—Detenme amor—susurró contra
mis labios, envolví mis piernas en su cintura atrayéndolo más a mi cuerpo.
—Ámame—susurré contra su oído,
en este momento solo necesitaba sentirlo, saber que podía estar con él mientras
esto durara, disfrutaría de sus besos y sus caricias mientras éstas duraran,
sabía que era poco el tiempo que tenía ya que dudaba mucho que cuando estuviera
gorda me quisiera tocar. Lentamente fue quitando cada prenda de mi cuerpo, sus
labios fueron delicados con cada parte de mi piel, se detuvo en mi vientre,
levanté el rostro para verlo y me encontré con su mirada dulce, depositó un par
de besos más antes de continuar bajando, intenté impedirle lo que sabía que iba
a hacer, pero continuó, colocó una de mis piernas en su hombro y sentí el beso
más íntimo que me había proporcionado hasta ahora, tuve que apretar las cobijas
debajo de mi cuerpo para controlar las sensaciones que sentía.
Lo escuché decir mi nombre un
par de veces mientras seguía en su trabajo, me llevó hasta el límite con sus
labios, mi respiración era errática, pero sabía que esto no había terminado, se
desvistió rápidamente para poder entrar en mí, envolví su cintura con mis
piernas y aferré mis manos a su espalda, su boca se apoderóde la mía ahogando
los gemidos que querían salir, sus embestidas eran profundas, pero delicadas.
— ¡Oh Dios…!así Edward—arqueé
mi espalda cuando el segundo orgasmo golpeó mi cuerpo, al instante lo sentí
terminar, una fina capa de sudor cubría nuestros cuerpos, se giró dejándome
sobre él, escondí mi rostro en el hueco de su cuello, mi respiración era
acelerada, pero me gustaba el olor de su piel.
— ¿Estás bien amor? —asentí sin
moverme de mi lugar, estaba cómoda y no quería separarme de él.
—Solo quiero dormir un poco—me
bajé de su cuerpo aunque no deseaba hacerlo y me acomodé cerca de él, se
levantó y yo apreté los ojos, no había soportado estar más tiempo en la cama
conmigo, solo había servido para satisfacerlo y se había alejado. Una manta me cubrió
y al instante sentí de nuevo el calor de su cuerpo y la manera dulce con la que
me rodeaba entre sus brazos, hundí mi rostro en su pecho y mis manos las dejé
rozando los músculos de su abdomen.
—Descansa mi pequeña
gatita—hice un mohín aún con los ojos cerrados, pronto caí en la inconsciencia,
sintiendo sus manos acariciar mi cuerpo.
Ese mismo día llevó al médico a
nuestra casa para que me revisara y me diera algo que me pudiera ayudar para no
sentirme tan mal, había estado muy al pendiente de mis comidas y de que
descansara lo suficiente, era un Edward que me gustaba aún más, aunque supiera
que todo lo que hacía era por el bebé. El fin de semana lo pasé con mi madre a
la cual no le dije nada ya que queríamos esperar un poco antes de darles la
noticia a nuestras familias, después de la comida con mi madre Edward pasó por
mí para llevarme a casa, vimos una película comiendo palomitas y riendo,
cenamos para después tomar el café en la terraza, me senté en los escalones y
él se me unió abrazándome
—Sí, aunque está comenzando a
refrescar y no creo que eso les haga bien, ni a ti y mucho menos al bebé— me
tomó en brazos antes de que me levantara, hice un mohín logrando que me besara.
Nos encontramos a las chicas de servicio que sonrieron al vernos de esa manera
y nos desearon buenas noches.
Esa noche disfrutamos uno del
otro por un par de veces, me perdí en el mar de sensaciones que él me hizo sentir,
escuchar mi nombre entre jadeos era algo que me gustaba provocar, los rayos del
sol que se colaban por las ventanas nos hicieron despertar. Edward mantenía su
rostro hundido en el hueco de mi cuello mientras con uno de sus brazos me
rodeaba la cintura, una de mis manos estaba en su cabello y la otra sobre su
brazo.
—Edward—lo llamé suavemente
intentando despertarlo, me hizo reír al sentir como hundía más su rostro en mi
cuello provocándome cosquillas, lo llamé un par de veces que el ignoró, hasta
que lo aparté de golpe cuando las nauseas hicieron su aparición. Fue tanta mi
desesperación y su necedad que terminé haciéndolo caer de la cama, llegué al
baño envuelta en una sabana, me lavé la boca y regresé a la habitación donde vi
a mi esposo de nuevo en la cama mirándome con los ojos entrecerrados.
—Lo siento—me disculpé.
—No pasa nada pequeña, ven— me
acomodé junto a él dejando que me envolviera en sus brazos— ¿Ya estás mejor?
—Si lo malestares son por la
mañana, creo que debemos de alistarnos para ir al partido.
—Amor, preferiría que nos
quedáramos y verlo en casa.
—De eso nada, quiero saber si
el oso ya le dio el anillo a Rose, además estar viendo el partido en vivo es
mucho mejor.
—Pero por tu estado…
—Edward estoy embarazada no
enferma o paralítica.
—Ok, pero no te alejarás de mí—
rocé sus labios antes de saltar de la cama e ir al armario.
Desayunamos y disfrutamos un
rato en el jardín, cuando faltaban 2 horas nos fuimos directo al estadio ya que
sabíamos que habría mucha gente y no nos equivocamos. Entramos por una puerta
especial y nos llevaron directamente al palco principal, ahí sentada en la
primera fila estaba mi amiga que a su derecha estaba la duendecillo y en un
rincón Jasper quien no dejaba de observar a Alice.
El partido dio comienzo y todas
no dejábamos de observar los buenos pases que lograba el equipo de Emmett,
sentí una mano en mi cintura y recargué mi cabeza en su pecho.
— ¡Eso es falta!—Gritamos las
tres haciendo reír a los hombre presentes en el palco, en una situación normal,
nosotras seríamos las que deberíamos mantenernos calladas, pero era lo
contrario, éramos expertas en este juego gracias a Emmett que se había
encargado de darnos un curso rápido, o como él lo había llamado “Curso rápido de fútbol americano para
hermosas chicas por Emmett Cullen”.
—Cariño jamás mencionaste lo
aficionada que eras—hice un mohín ganándome un beso de su parte.
—Hey tortolitos, eviten sus
muestras de afecto en público.—Nos reprendió Alice, pero la ignoré besándolo de
nuevo ganándome un bufido de su parte y la risa de Rose.
Casi al final del partido
Edward y yo nos envolvimos en una discusión debido a un pase que el aseguraba
que era falta, pero había sido completamente válido, bufamos los dos y después
comenzamos a reír al darnos cuenta de que nos comportábamos como niños. Celebramos
cuando el marcador quedo trece puntos por arriba de los visitantes, los
gigantes iban al Súper Bowls.
De pronto todo el estadio se
unió a una ovación y un gritito que nos desconcertó, en las pantallas que
estaban alrededor del estadio aparecía una leyenda ¿Rose, quieres casarte
conmigo? , Alice y yo gritamos mientras nuestra rubia amiga seguía en shock, la
puerta del palco se abrió y por ella apareció Emmett con la cajita de
terciopelo en sus manos y el casco en la otra, ambos se miraron por unos
segundos, la rubia se lanzó a sus brazos envolviendo sus piernas en su cintura
y besándolo. La dejó de nuevo en el piso y se arrodilló logrando que mi amiga
derramara más lágrimas por la emoción.
—Mi vida, ¿quieres casarte
conmigo? —Le preguntó aunque estaba clara la respuesta.
—No hay otra cosa que quiera
más en este mundo.—Le colocó la sortija y se volvieron a besar, cuando se
separaron los felicitamos a ambos y Emmett solo me susurró un gracias.
Jasper se ofreció a llevar a
Alice a su casa, sabía que lo que quería era tener un poco de tiempo para
arreglar las cosas con ella, aunque seguían saliendo no habían regresado ya que
la duende insistía que en cualquier momento él se volvería a ir y no sabía si
sería capaz de soportarlo.
La inesperada propuesta de
Emmett apareció en los periódicos más importantes del país y en las revistas de
mayor circulación mundial, ambos eran famosos y altamente reconocidos, él un
excelente jugador y ella una modelo de talla mundial. Me sentía feliz por
ellos, pero a la vez sentí un poco de envidia por mi amiga, ella había
conseguido casarse con el hombre que amaba y él la amaba a ella con la misma
intensidad, en cambio para mí todo no había sido de color de rosa, lo mío
seguía siendo de un color gris, había días que se aclaraba, pero otros que se
oscurecía.
En la junta que se había llevado
a cabo para la liquidación de los empleados de una fabrica en Utah nos había
provocado dolores de cabeza ya que ellos querían una nueva oportunidad para
lanzar al mercado un producto que nos demostraría que eran una planta
productiva y no una planta inservible como nosotros pensábamos, pero lo que
ellos no entendían es que nosotros no podíamos seguir sosteniendo una empresa
que solo era gastos para nosotros, esa junta había sido un nuevo enfrentamiento
con Dorian que seguía cuestionando mi capacidad para ver los negocios con
claridad ya que estaba proponiendo ayudar a las personas que trabajaban en ese
empresa a encontrar un nuevo empleo, sabía que implicaba un gasto, pero uno
pequeño que bien podíamos financiar.
Gracias a un comentario fuera
de lugar de Dorian donde había cuestionado quien llevaba el mando en nuestra
relación dejando claro que evidentemente no era Edward, algo que había
provocado que mi esposo se enojara de una manera que no lo había visto nunca.
Algunos de los presentes se levantaron para impedir que esto llegara más lejos,
me coloqué delante de Edward intentado que se relajara, pero un nuevo
comentario acerca de que él hacía todo lo que yo dijera lo hizo gruñir y
hacerme a un lado de una manera no muy amable, agradecí que James me sostuviera
antes de que cayera ya que de alguna manera mis pies se habían enredado.
— ¿Estás bien? —asentí viendo
como Edward y Dorian estaban más cerca, cada uno estaba esperando que el otro
lanzara el primer golpe.
— ¡Perfecto! —grité alisando
las arrugas de mi falda de manera brusca, ganándome las miradas de todos los de
la sala, en todo el tiempo que llevaba en la empresa nunca había perdido la
compostura y me había puesto a gritar como lo estaba haciendo—Si quieren
arreglar esto a golpes como animales háganlo, pero fuera de esta empresa— tomé
mis cosas y salí de la oficina dando un portazo.
Fui directamente a mi oficina y
me encontré con que Rose me había llamado así que lo primero que hice fue
regresar la llamada, platicamos por unos minutos donde me hizo prometer que
iríamos a comer, que necesitaba hablar de algunas cosas y ya que las chicas no
podían salir a cenar había optado por hacerlo a la hora de la comida.
Terminé mi trabajo y agradecí
que fuera hora de la comida, mi amiga había quedado de pasar por mí ya que le
había comentado que no contaba con mi auto y que pretendía llegar en taxi lo
que no les hizo mucha gracia, tomé mis cosas y me fui para encontrarme con mi
amiga que irradiaba una felicidad única, llegamos a nuestro restaurante
favorito para encontrarnos con nuestras dos amigas. Mi teléfono comenzó a sonar
ganándome una mirada divertida de mis amigas ya que siempre se burlaban porque
decían que trabajaba demasiado y no me dejaban descansar un poco, era Edward
así que ignoré la llamada, quité el sonido y me uní a la conversación de las
chicas.
—He estado pensando que tal vez
yo podría diseñar tu vestido, tengo algunas ideas en mente que apuesto te
encantaran—propuso Alice, todas sabíamos que ella podía diseñar los vestidos de
todas, en mi caso fue algo imposible debido a que había sido algo apresurado.
—Creíste que dejaría que
alguien más diseñara mi vestido— ella negó sin ocultar la enorme sonrisa.
—Sabes que solo tienes que
pedir lo que quieras y yo te ayudaré—le dije ofreciéndome a ayudarla en su
preparación.
—Crees que no se que fuiste tú
la que ayudó a elegir este maravilloso anillo.
—Yo solo di la aprobación, pero
él eligió el anillo por sí solo, conoce muy bien tus gustos, en cuanto lo vio
supo que era ese y honestamente yo sabía que te encantaría— tomé su mano
sonriendo, fue en ese momento que no pude dejar de comparar el hecho de que el anillo
que mi amiga portaba había sido elegido exclusivamente para ella por su ahora
prometido, mientras el que estaba descansando en mi dedo había sido elegido por
alguien más, por la asistente de Edward.
—¿Listas para ordenar?—pedimos
nuestra comida y nos envolvimos en una plática sobre la semana de la moda que
sería dentro de un mes para la cual la duende ya se estaba preparando, estaba
nerviosa lo que era extraño ya que ella nunca lo demostraba, sentí vibrar mi
teléfono un par de veces más, lo tomé solo para enviarle un mensaje “Salí a
comer con las chicas”
—Bella ¿Esta todo en
orden?—asentí
—No lo parece, sabes que puedes
confiar en nosotras—apreté la mano de Alice
—Es solo que no ha sido la
mejor mañana, estuvimos en una junta y Dorian lanzó varios comentarios muy
fuera de lugar, Edward se sobresaltó y estuvieron por llegar a los golpes,
intenté detenerlo, pero él me hizo a un lado cuando Dorian cuestión su hombría
—Edward es tu esposo y apuesto
a que no soportó que ese hombre siguiera con sus comentarios estúpidos
—Creo que lo que más le dolió
fue que le dijeran que parecía que él hacía lo que yo quería.
— ¿Y no lo hace? — la voz de
Rose sonó divertida— es más que obvio que lo tienes en la palma de tu mano, te
adora, sólo necesitas pedir algo para que él lo haga.
Esto me hacia recordar todas
aquellas veces que las cuatro salíamos a comer o cenar, cuando las cosas eran
más simples y no teníamos tantas preocupaciones, en mi caso un esposo con el
cual lidiar, eran buenos tiempos, aunque esta situación tenía sus ventajas,
pero no lo valían de la misma manera ya que lo que nos unía no era amor.
Regresé a la oficina a las
cinco en punto, continúe trabajando hasta terminar, me sorprendió hacerlo antes
de la hora de salida así que me tumbé en el sillón leyendo uno de mis libros
favoritos, hasta quedarme profundamente dormida.
...
Gracias por leer mis locuras, y gracias al curso de betas que se encargo de corregir este capítulo.
Me encanta! Por favor sigue con este fic, me dejaste con una enorme intriga hace meses! Por fa, se buena y terminalo. Besos
ResponderBorrarHola Lau! Estate atenta para el próximo fin de semana que me daré a la tarea de subir los siguientes. Había estado esperando que me enviaran los faltantes que son intermedios, pero creo que subiré los que tengo sin edición y ya cuando me entreguen los faltantes solo los intercambiare.
BorrarBuen inicio de semana
Me encanta esta historia es buenisima! Porfa actualiza pronto. Besos
ResponderBorrarLo vuelvo a decir ENVIDIA es lo que sinto de todas las que pudieron leer la historia completa, me he quedado amedias. Porfa sube pronto los demas capi siiiiiiii! att Aby
ResponderBorrarHola Aby! Esta historia la tenían en un curso de betas y no me enviaron capítulos intermedios por lo que decidí esperar, pero creo que subiré los que tengo y cuando me los envié solo los cambiare. Estate atenta para el próximo fin de semana ;)
BorrarP.D: Leí tu comentario en FF, pero ya que no tienes cuenta no podía responderte, pero me alegro que también lo dejaras acá.
Buen inicio de semana.
Graciassssssssss! ;)
BorrarQue buena noticia! Espero ansiosa y gracias x responder.besos.
ResponderBorrarEste fin de semana si comenzare a subir el resto de los capítulos ;)
Borrar¿cuándo actualizas? llevo 3 días (creo, ya perdí la cuenta) sentada frente a la pc leyendo tu blog. Me estoy volviendo adicta
ResponderBorrarEscribes muy bien, pero por favor no me dejes con la duda, quiero saber qué pasa después :P
Caritoreh, gracias por leer mis locuras y sobre el resto de los capítulos los subiré en estos días, espero para el domingo ya estén todos arroba.
BorrarSaludos!